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Introducción

Nuestro Código Civil y en general nuestro Derecho recoge la idea de contrato como un
acuerdo de voluntades. Como la principal o al menos más corriente de las fuentes de las
obligaciones. Se le atribuye a la voluntad de las partes el origen y medida de las
obligaciones. Tal concepción es coherente con la idea de la autonomía de la voluntad que
inspirada en la consagración en el Código Civil francés de 1804, está contemplada en casi
todos los códigos latinoamericanos.

Existen distintos tipos de contratos y se encuentran regulados en el libro IV de nuestro


Código Civil, los hay de promesa, de arrendamiento, de prenda, de donación, de hipoteca,
etc. Pero el tipo de contrato que nos convoca en esta oportunidad es el “comodato”, que
es un tipo de contrato real, es decir, se perfecciona con la entrega de la cosa.

El comodato o préstamo de uso, es un contrato en el cual una de las partes entrega a la


otra gratuitamente una especie, mueble o raíz, para que haga uso de ella, y esta tiene
cargo de restituir la misma especie después de terminado el uso. Es real, gratuito ,
unilateral y un título de mera tenencia.

En el comodato tenemos al comodante, que es el dueño de la cosa y el comodatario que


es quien la usará y se debe encargar de restituirla.

Por regla general, deben ser cosas no fungibles, puesto que el comodatario debe restituir
la misma cosa que recibió. Asimismo, por regla general deben ser cosas que no se
consuman, ya que se debe restituir lo mismo. La cosa prestada puede ser mueble o
inmueble, pero siempre debe tratarse de una especie o cuerpo cierto.

No es necesario que el comodante sea dueño de la cosa prestada, pero si es así el contrato
no le es inoponible al dueño, lo que significa que el comodatario no le puede reclamar a
este por incumplimiento.

Nuestro Código define el contrato como un acto por el cual una parte se obliga para con
otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Se suele señalar que esta definición confunde
contrato con convención.

Convención es todo acto jurídico bilateral, cualquiera sea su función o efecto. Dentro de
ese concepto genérico se situaría el específico de contrato: convención destinada a crear
derechos y obligaciones. Tal crítica es efectiva sólo para parte de la doctrina, pues incluso
en algunos Códigos (italiano, alemán), convención y contrato es lo mismo.
Concepto:

Se denomina comodato a un tipo de contrato a través del cual se otorga o se recibe un


objeto en préstamo, el cual puede utilizarse sin que resulte dañado y luego debe ser
restituido.

Naturaleza jurídica:

El comodato (latín commodatum) es el contrato por el cual una de las partes (comodante)
entrega gratuitamente a la otra (comodatario) una cosa para que use de ella por cierto
tiempo y se la devuelva a su término.

El comodante conserva la propiedad de la cosa, por lo que no es traslativo del dominio.


Sólo se entrega la tenencia de la cosa, la posesión. (la posesion es la tenencia de una cosa
con animo de señor y dueño, en el comodato no hay animo de señor y dueño elimina esta
palabra) Es concebible un comodato incluso sobre el bien fungible por excelencia, el
dinero. Por ejemplo, pueden entregarse a un banquero o a un numismático unas monedas
determinadas para su exhibición durante un tiempo determinado.

Características:

 Es un contrato típico o nominado, puesto que se halla regulado por la Ley.

 Es un contrato unilateral, solo hay obligación por parte del comodatario de


conservar la cosa en buen estado y restituirla al momento de terminar el contrato.

 Es un contrato esencialmente gratuito, ya que solo reporta utilidad para el


comodatario y no para el comodante.

 Es un contrato real, ya que para su perfeccionamiento se requiere la entrega de la


cosa. La entrega de la cosa puede ser material o ficta.

 Es un contrato principal. El comodato subsiste por sí mismo, sin necesidad de otra


convención.

 Es un título de mera tenencia. El comodatario es un mero tenedor (art. 2176). El


comodante no solo conserva sus derechos en la cosa, sino que también la
posesión. Excepcionalmente, el comodatario podría ganar el dominio por
prescripción adquisitiva, en el caso previsto en el artículo 2510, regla tercera.

También se dice que el comodato es intuito persona, es decir, que se celebra respecto a la
persona del comodatario solo para beneficiarlo a él con el goce de la cosa.

Respecto a los beneficios que este tipo de contrato ofrece podemos mencionar los
siguientes:

 Una persona puede gozar del bien sin pagar por dicho uso, pues si se pagara ya no
sería comodato sino arrendamiento.

 La persona que presta la cosa ya se mueble o inmueble conserva la propiedad, ya


que el comodatario solo tiene la mera tenencia del bien.

El bien es restituido a su dueño en el tiempo estipulado en el contrato, a menos de que se


trate de un comodato precario que es aquel donde el comodante se reserva el derecho de
pedir la cosa prestada cuando quiera.

La persona a la que se le presta el bien nunca podrá alegar prescripción adquisitiva de


dominio, ya que suscribe un contrato a través del cual reconoce la propiedad del
comodante.

Entonces el contrato de comodato o préstamo de uso es un contrato civil muy importante


a través del cual podemos evitarnos problemas a fututo respecto a la propiedad de las
cosas, si no hacemos uso de él cuando entregamos en manos de alguien algo que es
nuestro, en calidad de préstamo de uso.

Capacidad:

No se requiere capacidad especial para celebrar este contrato, basta la capacidad general
para contratar. No transmitiéndose por el comodato la propiedad, sino el uso de la cosa,
toda persona que tenga un mínimo de derechos sobre ella pueda cederla en comodato,
siempre que esos derechos no sean personalísimos, como los de un usuario o
habitacionista.

Forma y prueba.

En cuanto a la forma de celebración, la única exigencia que se impone, por su carácter


real, es la de la entrega de la cosa al comodatario.

Tratándose de inmuebles, para la prueba de si la entrega de la posesión fue gratuita


(precario) u onerosa (arrendamiento) se estará a las reglas generales de los contratos,
teniendo en cuenta que la jurisprudencia presume el carácter oneroso de la entrega de un
inmueble por su larga duración y falta de justificación cuando no se trata de personas con
relaciones familiares o íntimas.

Cosas que pueden ser objeto de comodato:

Por regla general, deben ser cosas no fungibles, puesto que el comodatario debe restituir
la misma cosa que recibió. Asimismo, debe tratarse de cosas no consumibles. La cosa
prestada puede ser mueble o inmueble, pero siempre debe tratarse de una especie o
cuerpo cierto.

Comodato de cosa ajena:

No es necesario que el comodante sea dueño de la cosa prestada. Así, por ejemplo, puede
darse en comodato una cosa respecto de la que se tiene solo un derecho de usufructo, o
incluso ningún derecho.

Respecto a la oponibilidad del comodato, habría que distinguir: si el comodante es titular


de un derecho real (por ejemplo, porque es usufructuario) o personal (por ejemplo,
porque es arrendatario) sobre la cosa, el contrato será oponible al dueño; en caso
contrario, el contrato será inoponible al dueño (art. 2188).

Cabe agregar que a diferencia de lo que acontece con la compraventa, en la cual el


comprador evicto puede accionar contra el vendedor, el comodatario, por regla general,
no tiene acción contra el comodante. Ello, porque la obligación de saneamiento de la
evicción es propia de los contratos onerosos. Excepcionalmente, el comodatario tendrá
acción contra el comodante, cuando el último sabía que la cosa era ajena y no lo advirtió al
primero.

Prueba del contrato de comodato:

En lo que respecta a las limitaciones a la prueba de testigos que establecen los arts. 1708 y
1709, el comodato constituye una excepción, pues se admite acreditar la existencia del
contrato mediante testigos. Así lo establece el art. 2175, que guarda relación con el último
inciso del art. 1711.

Acciones que nacen del contrato de comodato.

 Acción para obtener la devolución de la cosa dada en comodato.

 Acción ante el uso indebido de la cosa, de devolución y daños y perjuicios.

 Acción de daños y perjuicios por deterioro o pérdida de la cosa imputable al


comodatario.

 Acción de reivindicación contra el tercer adquiriente de la cosa.

 Acción contra los herederos del comodatario que de buena fe vendieron la cosa
para obtener su valor.

 Acción contra los herederos que de mala fe vendieron la cosa para obtener el valor
actual de ella y los perjuicios.

 Acción de daños y perjuicios causados por los vicios ocultos de la cosa.

 Acción dada en equivalencia.

Comparación con otros contratos.

Comodato y arrendamiento: ambos tienen por objeto el uso de cosas no fungibles. La


diferencia es que el contrato de arrendamiento o locación no es real. Hay contrato de
arrendamiento con todos sus efectos desde que se celebra, aun cuando no se entregue el
bien.
Comodato y usufructo: en el usufructo, la persona que recibe la cosa tiene derecho de
propiedad sobre los frutos; en el comodato no.

Comodato y mutuo o préstamo de consumo:

a) Por sus caracteres: el comodato es esencialmente gratuito, mientras que el préstamo


también admite el pacto de pagar interés.

b) Por razón del objeto: el préstamo recae sobre dinero o cosas fungibles y el comodato
sobre cosas no fungibles.

c) Por su finalidad: la del mutuo o préstamo es transferir la propiedad, mientras que la del
comodato solo transfiere el uso de la cosa.

d) Por sus efectos: el mutuo o préstamo produce la obligación de restituir otro tanto de la
misma especie y calidad; el comodato, la de restituir la cosa misma que fue entregada.

e) Por la extinción: en el préstamo no puede reclamarse la devolución antes del tiempo


convenido, mientras que en el comodato puede reclamarse antes.

Comodato y donación: el contrato de donación es consensual, queda perfeccionado por el


simple consentimiento y la propiedad de la cosa se transfiere del donante al donatario,
agrega esta frase--(además del trámite de insinuación en los casos que la ley no la
excluye); el comodato se perfecciona con la entrega de la cosa y no existe transferencia de
la propiedad porque el comodante solo permite el uso gratuito de la cosa entregada.

Aplicación en materia comercial.

No existen dentro del Código de Comercio disposiciones referidas al contrato de


comodato. El uso del comodato de bienes muebles es frecuente y de empleo generalizado.
Un ejemplo diario es la venta de productos envasados cuyo envase debe devolverse. En
este caso estaríamos frente a dos contratos diferentes: por un lado la venta del producto, y
por el otro el comodato (también llamado préstamo de uso) respecto del envase que debe
ser devuelto o reintegrado al comerciante.

Efectos del comodato.

Obligaciones del comodatario:

Los efectos del contrato de comodato debemos examinarlos en primer lugar en el


comodatario, pues solo él contrae obligaciones, las que fundamentalmente son tres:

Obligación de conservar la cosa.

Responsabilidad del comodatario:

Esta es una consecuencia de la obligación de restituir la cosa misma recibida en comodato,


para lo cual el comodatario debe conservarla y emplear en ello el debido cuidado.
Recordemos que el comodatario responde hasta de la culpa levísima, puesto que el
contrato solo cede en su beneficio (arts. 1547 y 2178).

Pero esta regla de responsabilidad puede alterarse, conforme lo dispone el art. 2179, en
los siguientes casos:

 Cuando el comodato fuere en pro de ambas partes: se responde de culpa leve por
el comodatario (por ejemplo, cuando se presta un perro de caza con la obligación
de amaestrarlo; o cuando se presta una parcela de agrado con la obligación de
efectuar ciertas innovaciones técnicas en el manejo de los frutales, de manera que
éstos proporcionen en el futuro un mayor rendimiento).

 Cuando el comodato solo fuere en pro del comodante: en este caso, el


comodatario solo responde de la culpa lata o grave (por ejemplo, si el mandante
presta al mandatario un automóvil para cumplir la gestión encomendada).

Deterioro de la cosa:

Por regla general, el comodatario es responsable de la pérdida o deterioro de la cosa, que


provengan de su culpa, aún levísima.

En el evento que a consecuencia del deterioro la cosa ya no sea susceptible de emplearse


en su uso ordinario, el comodante puede exigir al comodatario el pago del precio de la
cosa que tenía antes del deterioro, abandonando la cosa al comodatario (art. 2178, inciso
2º). Como vemos, se trata de una hipótesis de venta forzada.

El comodatario no responderá del deterioro proveniente:

1º De la naturaleza de la cosa;

2º Del uso legítimo de la cosa;

3º De un caso fortuito, salvo tratándose de las excepciones consignadas en el artículo


2178, inciso 3º:

 Cuando el comodatario empleó la cosa en un uso indebido o está en mora de


restituir (contraexcepción: cuando se prueba que el deterioro o pérdida por el caso
fortuito, habría sobrevenido igualmente sin el uso indebido o la mora). Art. 2178
Nº 1.

 Cuando el caso fortuito sobrevino por culpa del comodatario, aunque sea levísima:
art. 2178 Nº 2.

 Cuando en lugar de salvar la cosa dada en comodato, el comodatario prefirió salvar


una suya: en otras palabras, la ley excluye la posibilidad de alegar por el
comodatario el “estado de necesidad” como causal eximente de responsabilidad:
art. 2178 Nº 3.
 Cuando el comodatario expresamente se hizo responsable del caso fortuito.

En realidad estos casos excepcionales son aplicación de principios generales, consignados


en el art. 1547, 2º y en las normas acerca de la pérdida de la cosa que se debe: arts. 1672
a 1674.

Obligación de usar la cosa en los términos convenidos o de acuerdo a su uso ordinario.

Uso lícito:

El comodatario debe dar a la cosa el uso estipulado expresa o tácitamente. A falta de


estipulación, el comodatario debe dar a la cosa el uso que ordinariamente le corresponda,
de acuerdo con su naturaleza: art. 2177.

Sanción por la infracción de esta obligación.

Podrá el comodante exigir:

 La indemnización de todo perjuicio;

 La restitución inmediata de la cosa dada en comodato, aunque se hubiere


estipulado plazo para la restitución: en efecto, se configurará una hipótesis de
caducidad del plazo de la obligación.

Obligación de restituir la cosa dada en comodato.

Oportunidad de la restitución:

El art. 2180 establece la regla señalando que el comodatario debe restituir la cosa:

 En el tiempo convenido, es decir en el plazo estipulado.

 A falta de convención, después del uso para que fue prestada.

Casos en los cuales el comodante puede exigir la restitución antes del tiempo estipulado:

 Por la muerte del comodatario (regla general). Sin embargo, cuando la cosa se
prestó para un servicio particular que no puede diferirse o suspenderse, los
herederos del comodatario no estarán obligados a restituir la cosa prestada sino
una vez realizado el servicio (art. 2180, 2º Nº 1)

 Si sobreviene al comodante una necesidad imprevista y urgente de la cosa (art.


2180, 2º Nº 2) no cualquier necesidad autoriza entonces al comodante para pedir
la restitución anticipada: debe tratarse de una necesidad que razonablemente las
partes no previeron al contratar y además exigir que el comodante recupere la cosa
sin dilación (este caso, además, es interesante, pues constituye una hipótesis en la
que el propio legislador, vulnera la “ley del contrato”, ya que el comodante puede
exigir la restitución anticipada de la cosa)
 Si ha terminado o no tiene lugar el servicio para el cual se prestó la cosa (art. 2180,
inciso 2º Nº 3). Por ejemplo: se prestaron algunos textos para el estudio del
examen de grado, y éste se rindió satisfactoriamente por el comodatario.

 Si el comodatario hace un uso indebido de la cosa: art. 2177, 2º. Esta norma es una
de aquellas citadas por quienes sostienen que la condición resolutoria tácita
también opera en los contratos unilaterales, al menos cuando la ley así lo
establece.

Casos en que el comodatario puede negarse a restituir:

 Cuando la cosa se retenga para asegurar el pago de las indemnizaciones que el


comodante le deba: arts. 2182 y 2193. Se ejerce aquí por el comodatario un
derecho legal de retención.

 Cuando la cosa prestada se embargue judicialmente en manos del comodatario:


art. 2183 en relación al art. 1578 Nº 2.

 Cuando la cosa prestada haya sido perdida, hurtada o robada a su dueño: art.
2183. El comodatario debe dar aviso al dueño y fijarle un plazo razonable para que
reclame la cosa. Si el dueño no la reclama oportunamente, el comodatario debe
restituir la cosa al comodante. El dueño en todo caso no podrá exigir al
comodatario la restitución, sin consentimiento del comodante, o sin orden judicial.

 Cuando se trata de armas ofensivas u otras cosas de que el comodatario sepa se


hará un uso criminal, casos en los cuales deberá poner las cosas a disposición del
juez: art. 2184.

 Cuando el comodante ha perdido el juicio (la razón) y carece de curador; al igual


que en el caso anterior, el comodatario deberá poner las cosas a disposición del
juez: art. 2184.

 Cuando el comodatario descubre que él es el verdadero dueño de la cosa. Si el


comodante le disputa el dominio, deberá restituírsela sin embargo, a menos que el
comodatario pudiere probar breve y sumariamente que la cosa prestada le
pertenece: art. 2185.

A quien debe hacerse la restitución:

El art. 2181 dispone que el comodatario deberá restituir la cosa:

 Al comodante.

 A la persona que tenga derecho a recibir la cosa a nombre del comodante, según
las reglas generales.

 Al incapaz que prestó la cosa cuando usaba de la misma con permiso de su


representante legal, en este caso el art. 2181, inciso 2º constituye una excepción al
art. 1578 Nº 1, norma que establece que, por regla general, el pago hecho al
incapaz adolece de nulidad (salvo un pago “útil”, de acuerdo al art. 1688).

Acciones para pedir la restitución.

De dos acciones dispone el comodante:

 Una acción personal, dirigida contra el comodatario: esta acción nace del contrato
y solo puede entablarse contra el comodatario y sus herederos.

 Una real, la acción reivindicatoria, cuando la cosa salió de manos del comodatario y
está en poder de terceros. Obviamente que esta segunda acción, solo podrá
deducirla eficazmente el comodante, en la medida que sea dueño de la cosa.

Exclusión de compensación.

El comodante no puede alegar compensación al igual que ocurre con el contrato de


depósito, el comodatario no puede negarse a restituir la cosa, alegando que el comodante
le adeuda una obligación (artículo 1662), a menos que el crédito del comodatario se
hubiere originado por la tenencia de la cosa.

Obligaciones del comodante.

A diferencia de las obligaciones del comodatario, que siempre se originan, celebrado que
sea el contrato, las obligaciones del comodante son eventuales y nacen después de
celebrado el contrato. Recordemos que por tal razón, el contrato es uno de aquellos
contratos que la doctrina denomina como “sinalagmáticos imperfectos”, pues durante la
ejecución del contrato, se originan obligaciones para aquella parte que inicialmente
ninguna había contraído. Lo que, por cierto, no significa que el contrato se transforme en
bilateral, pues sabemos que dicho carácter debe tenerse al celebrarse al contrato.

Las obligaciones que eventualmente pueden nacer para el comodante son las siguientes:

 Obligación del comodante de pagar las expensas de conservación de la cosa, art.


2191.

Para que se paguen dichos gastos, se requiere:

 Que las expensas no sean ordinarias de conservación, pues en tal caso son de cargo
del comodatario (por ejemplo, alimentar un caballo; o cambiar aceite y filtros del
motor de un automóvil, cada cierto kilometraje)

 Que las expensas sean necesarias y urgentes, vale decir, que no haya sido posible
consultar al comodante y que éste igual las hubiere efectuado, de tener la cosa en
su poder.

Siendo entonces las expensas extraordinarias, necesarias y urgentes, el comodante deberá


reembolsarlas al comodatario, aunque tales expensas se hubieren efectuado sin consulta
previa al comodante.

 Obligación de indemnizar los perjuicios que se le pueden ocasionar al comodatario,


por la mala calidad o condición de la cosa prestada, art. 2192.

La mala calidad o condición de la cosa, debe reunir tres requisitos:

 Que sea de tal naturaleza, que probablemente hubiere ocasionado los perjuicios;

 Que el comodante la hubiere conocido, pero no declarado al comodatario; y

 Que el comodatario no haya podido, con mediano cuidado, conocer la mala calidad
o precaver los perjuicios.

Derecho de retención del comodatario.

Confiere la Ley al comodatario el derecho para retener la cosa recibida en préstamo, en


caso que el comodante no satisfaga las obligaciones que eventualmente le puede imponer
el contrato: art. 2193.

En todo caso, cesará este derecho de retención, cuando el comodante caucione el pago de
las indemnizaciones que adeude al comodatario.

Caso en que sean varios los comodatarios, art. 2189.

Los comodatarios son solidariamente responsables de las indemnizaciones que se deban al


comodante por los daños causados a la cosa o de la obligación de pagar su valor (se trata
de uno de los casos excepcionales de solidaridad legal pasiva).

A su vez, la obligación principal, la de restituir, es indivisible (art. 1526 Nº 2) y puede


reclamarse del comodatario que tenga la cosa en su poder.

Transmisibilidad de los derechos y obligaciones de las partes.

Siguiendo la regla general, los derechos y obligaciones pasan a los herederos (art. 2186).
Sin embargo, en cuanto a la sobrevivencia del contrato, distinta es la situación si muere el
comodante o el comodatario:

 Si muere el comodante: el comodatario podrá seguir usando la cosa y la restitución


deberá hacerse a los herederos del comodante, arts. 2190 y 2186. El contrato por
ende no se extingue.

 Si muere el comodatario: sus herederos no podrán continuar con el uso de la cosa


prestada, y deben restituirla al comodante. Ello, porque desde el punto de vista del
comodante, el comodato es un contrato intuito personae. Estamos por ende ante
un caso excepcional, en el cual el contrato se extingue por la muerte de uno de los
contratantes (recordemos que por regla general, la muerte de una de las partes es
inocua para la sobrevivencia del contrato, pues sus herederos ocuparán el lugar del
fallecido, en calidad de partes).

Con todo, los herederos del comodatario podrán continuar usando la cosa prestada, en el
caso del art. 2180 Nº 1: cuando la cosa se ha prestado para un servicio particular que no
puede diferirse o suspenderse.

En esta hipótesis, los herederos del comodatario quedarán sujetos al art. 2187, si enajenan
la cosa prestada:

 Si enajenaron desconociendo el préstamo (o sea, estando de buena fe, creyendo


que la cosa pertenecía al causante), deberán pagar el justo precio de la cosa o
ceder las acciones que en virtud de la enajenación les competan;

 Si enajenaron a sabiendas que la cosa había sido prestada al causante (vale decir,
estando de mala fe), deberán, además, resarcir todo perjuicio e incluso podrán
tener responsabilidad penal (delito de estafa, art. 470 Nº 1 del CP).

El comodato precario y el precario.

El comodato precario:

Por regla general, el comodante no puede pedir la restitución de la cosa, antes que expire
el plazo convenido o antes que termine el uso para el cual se prestó la cosa.

Cuando el comodante puede en cualquier tiempo pedir la restitución de la cosa, el


contrato de comodato recibe la denominación de comodato precario: art. 2194.

También estamos ante un comodato precario en la hipótesis del art. 2195, 1º: cuando no
se presta la cosa para un servicio particular ni se fija un plazo para su restitución. Puesto
que la cosa no se ha prestado para un servicio particular, no tiene aplicación el art. 2180,
que establece que la cosa debe restituirse “después del uso para que ha sido prestada”.

Sintetizando, el comodato tendrá el carácter de precario:

 En caso de estipular que el comodante podrá pedir la restitución en cualquier


tiempo;

 Cuando no se presta la cosa para un servicio particular;

 En caso de no fijar un plazo para su restitución.

El precario:

En las tres hipótesis de comodato precario, hay contrato de comodato, con la salvedad que
el comodante puede pedir en cualquier tiempo la restitución de la cosa. Distinta es la
hipótesis de precario, establecida en el art. 2195, 2º. En ella, nos encontramos
sencillamente ante un individuo que tiene la tenencia de una cosa ajena, sin mediar título,
sin haber celebrado ningún contrato, de comodato o cualquiera otro, que lo faculte para
retener la cosa.
Como se indica en una sentencia de la Corte Pedro Aguirre Cerda, de 27 de noviembre de
1986, el comodato o préstamo de uso es un contrato, o sea, un acuerdo de voluntades que
liga jurídicamente a las partes, en la forma establecida en el art. 1438 del Código Civil.

En cambio, lo que para la ley constituye también precario, conforme al art. 2195, inciso 2°
del mismo Código, es una simple situación de hecho, con absoluta ausencia de todo
vínculo jurídico entre dueño y tenedor de la cosa, una tenencia meramente sufrida,
permitida, tolerada o ignorada, sin fundamento, apoyo o título jurídicamente relevante.

En esta última hipótesis se trata entonces de una situación radicalmente opuesta al


comodato, desde el momento que supone, como requisito esencial, la ausencia de
contrato.

Tres requisitos deben cumplirse en el caso de alegarse precario:

 Tenencia de una cosa ajena;

 Ausencia de contrato previo;

 Que dicha tenencia se tenga por ignorancia o mera tolerancia del dueño.

El dueño de la cosa deberá acreditar su dominio, y que el demandado detenta la cosa. El


juicio de precario se tramita de acuerdo a las normas del juicio sumario (art. 680 Nº 6 del
CPC).
Comentarios:
La autonomía de la voluntad trae como consecuencia una perspectiva de los contratos en
varios aspectos. Desde luego se traduce en el consensualismo, es decir, la tendencia a
evitar las formas en la manifestación de los acuerdos.

En segundo lugar se traduce en el principio de la libertad contractual, esto es, la idea de


que los particulares pueden acordar todo aquello que no esté prohibido.

En tercer lugar, se traduce en el principio de la fuerza obligatoria de los contratos y en el


principio del efecto relativo de los contratos. En la interpretación de los contratos, se
traduce la necesidad de ahondar en la intención de los contratantes al momento de haber
pactado.

Bibliografía:

Apuntes de Derecho Civil - Profesor: José Miguel Lecaros.

https://www.misabogados.com/blog/es/que-es-el-contrato-de-comodato

https://definicion.de/comodato/

https://www.gerencie.com/caracteristicas-y-beneficios-del-contrato-de-comodato.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Contrato_de_comodato

https://inoponible.cl/contrato-de-comodato/

https://inoponible.cl/contrato-de-comodato/

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