You are on page 1of 41

DERECHOS HUMANOS COLECTIVOS

1. TEORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS

1.1. CONCEPTO

Los derechos humanos son principios, de aceptación universal, reconocidos


constitucionalmente y garantizados jurídicamente, orientados a asegurar la
dignidad del ser humano como persona, en su dimensión individual y social,
material y espiritual.

Constituyen prerrogativas que el derecho internacional concede a la persona


frente al Estado, para impedir que éste interfiera en el ejercicio de ciertos
derechos fundamentales, o para obtener del mismo la satisfacción de ciertas
necesidades básicas inherentes a todo ser humano por el hecho de serlo.

Históricamente, los derechos humanos han sido resultado de luchas sociales


por lograr mejores condiciones de vida para los seres humanos. Como fruto de
estas luchas han quedado documentos en los que se consagran diversas
garantías.

1.2. FUNDAMENTO

El valor social fundamental de la dignidad de la persona humana es el


fundamento de los derechos humanos, y la realidad social o intersubjetiva
proporcionan la consistencia necesaria para que puedan ser reconocidos,
respetados y promovidos en su conjunto, de forma indivisible e
interdependiente, y puedan proyectarse hacia un desarrollo siempre
perfectible. La dignidad del ser humano implica libertad e igualdad. Al
respecto, la Declaración Universal señala que "todos los hombres nacen libres
e iguales en dignidad y derechos."

El fundamento de los derechos humanos tiene las siguientes características:

• Es estable o permanente, al constituirse en el centro de gravedad o referencia


que les da sentido de unidad y permanencia.

• Tiene carácter histórico; en cuanto va tomando significado y sentido según


las distintas épocas o culturas que lo materializan. Por lo tanto, es
formalmente estable, pero materialmente variable; es decir, tiene estructura
estable, pero contenido variable.

• Existe por ende un concepto formal y universalmente aceptado acerca del


mismo, que es la dignidad de la persona humana, pero su significado y
contenido varía de unas culturas a otras y de una épocas a otras.

• Se va enriqueciendo históricamente; en cuanto que las conquistas y logros


para la dignidad de la persona humana se convierten en cada época en el
mínimo imprescindible para épocas futuras. Como consecuencia, se va
ensanchando y llenando de contenido a lo largo de la historia.

• Determina en una doble dirección, la base, el sustento y el engarce tanto de


los derechos humanos, como de sus correlativos deberes básicos, y a su vez de
los derechos fundamentales y sus correlativos deberes jurídicos
fundamentales.

• Tiene naturaleza valorativa al ser un valor social fundamental que está en


estrecha relación con un doble plano de lo social: con las necesidades básicas,
que constituyen el objeto de los derechos humanos, y con los demás valores
sociales fundamentales: justicia, igualdad, paz, vida, seguridad y felicidad.

1.3. LÍMITES

En el ámbito de ejercicio de los derechos humanos, hay dos conceptos que


aunque están estrechamente unidos son distintos: el de límite y el de
limitación de los derechos fundamentales.

Los límites suponen la barrera infranqueable en el ejercicio de los derechos


humanos que viene determinada o estructurada por la propia naturaleza y el
contenido esencial de cada derecho y en armonía con los anteriores, por la
posibilidad de existencia de congruencia, no contradicción o compatibilidad
en su ejercicio de los distintos derechos, de tal manera que el ejercicio de uno
no impida el ejercicio de otro u otros.

Las limitaciones, por el contrario, no derivan o son consecuencia directa de la


naturaleza y estructura de los derechos fundamentales, sino de la regulación
concreta que se haga de los mismos. Entre los límites y las limitaciones existe
una relación muy estrecha, que se puede sintetizar en los siguientes puntos:

• Las limitaciones son especificaciones normativas a los límites que los


derechos fundamentales tienen en cuanto que derechos humanos.

• Las limitaciones no pueden exceder el ámbito de los límites de los


derechos humanos, lo contrario supondría la pura y simple supresión del
derecho fundamental del que se trate. Este principio es fundamental e
incondicionado; válido, en consecuencia, para situaciones sociales
excepcionales.

• Existe una total dependencia y derivación de las limitaciones respecto


de los límites de los derechos fundamentales.

Conviene resaltar que los textos internacionales de derechos humanos, las


legislaciones internas, la doctrina jurisprudencial interna e internacional y la
doctrina de los autores establecen como límites de los derechos humanos, los
siguientes: El derecho ajeno. Establecido como derivación del carácter
sistemático de los derechos humanos, del principio de coordinación de los
mismos y del contenido del derecho de que se trate. Por ejemplo el derecho a
la libertad de expresión tiene su límite en el derecho a la intimidad o en el
derecho al honor de otra persona. El orden público. En este caso los límites
tienen estas características fundamentales: La aplicación de la cláusula de
orden público debe respetar rigurosamente las garantías normativas,
especialmente los principios de legalidad y jerarquía normativa. A tenor de
ellos, deben definirse por la ley los supuestos que dan lugar a la excepción del
orden público; las competencias que corresponden a las autoridades
administrativas en la adopción de las medidas de las que se trate; la
imposibilidad de que sus disposiciones violen normas de rango superior, etc.

- Debe existir congruencia y proporcionalidad entre los medios empleados


para mantener el orden público y los fines que se deseen alcanzar, referidos
necesariamente a la evitación o remedio de desórdenes efectivos.

- La aplicación del orden público en la esfera de los derechos fundamentales


debe entenderse siempre como de carácter excepcional, sin que quepa una
explicación arbitraria, caprichosa o extensiva de esta cláusula.
- Los tribunales deben ser en última instancia los que salvaguarden
(especialmente a través de los recursos constitucionales) los derechos
fundamentales ante posibles arbitrariedades de la administración.

• El abuso del derecho. Entendido como la responsabilidad en la que incurre


quién no obstante ejercer un derecho, lo hace sin necesidad o beneficio para
él, y por el contrario en perjuicio de otra persona.

1.4. CARACTERÍSTICAS

Los derechos humanos son:

• Innatos e inherentes. Por nuestra condición de seres humanos todas las


personas nacemos con derechos. Consecuentemente, su origen no es el Estado
o las leyes, decretos o títulos, sino la propia naturaleza o dignidad de la
persona humana. Por tal motivo, cuando una ley viola los derechos humanos
se la considera nula, carente de efecto jurídico, porque va contra la misma
naturaleza humana.

• Universales. Son preceptos éticos de carácter generalizable. Constituyen


criterios de racionalidad que, por sí mismos y en cuanto criterios morales, se
tiende a buscar, mediante la acción comunicativa, el máximo de aceptación, y
en consecuencia, de universalidad. Implican un contenido ético imprescindible
común a toda la humanidad, aunque su interpretación, desde diversas culturas,
pueda variar. Se adscriben a todos los seres humanos; todos los hombres son
sujetos de derechos humanos en virtud de la indistinta dignidad humana. Por
lo tanto, todos los seres humanos son titulares de un deber general y universal
de colaborar en la protección de los bienes de la personalidad.

Respecto del tratamiento legal de los derechos humanos, todos los hombres
son iguales ante la ley, lo que debe llevar lógicamente a la superación del
tratamiento discriminatorio con relación al ejercicio de los derechos
fundamentales, entre nacionales y extranjeros. Su protección constituye una
exigencia cuyo objeto va siendo, cada vez más, patrimonio común de la
humanidad. De esta manera ninguna persona puede quedar excluida o
discriminada del disfrute de tales derechos. En tal sentido, tienen ¡guales
derechos una mujer, un hombre, un niño, una niña, un anciano, una anciana,
un indígena, un foráneo, un citadino, un campesino, un obrero, un intelectual,
un civil y un militar.

También un europeo, un americano, un chino, un árabe, un peruano, un


estadounidense, un cristiano, un musulmán, un negro, un blanco, un pobre, un
rico, una persona honesta, un delincuente, etc.

• Inalienables e intransferibles. Se consagran a la persona humana al


margen de su consentimiento o incluso en contra de su consentimiento. Los
bienes sobre los que recae su protección son atribuidos a la persona humana
de manera ineludible.

La persona humana no puede, sin afectar su dignidad, renunciar a sus derechos


o negociarlos. Tampoco el Estado puede disponer de los derechos de los
ciudadanos. No obstante, se entiende que en situaciones extremas algunos
derechos pueden ser limitados o suspendidos. El carácter expansivo que afecta
tanto a la idea como al contenido de los derechos humanos se manifiesta en el
proceso histórico de la humanidad, a través del surgimiento y desarrollo de
tres sucesivas generaciones de derechos.

Los derechos de primera generación o derechos civiles y políticos; los de


segunda generación o derechos económicos, sociales y culturales; y los de
tercera generación o derechos de los pueblos o de la solidaridad.

La dinámica propia de la humanidad y la dinámica interna de los derechos


preexistentes, generan cambios cualitativos que devienen también en nuevas
necesidades por satisfacer a los seres humanos, que implican la búsqueda,
consecución y mantenimiento de nuevos derechos a través del tiempo. Estos
nuevos derechos humanos, luego de alcanzados, forman parte del patrimonio
de la dignidad humana. Tras su reconocimiento formal, la vigencia de los
derechos humanos no caduca, aun cuando se hayan superado aquellas
situaciones de coyuntura histórica que condujeron a su reivindicación.

Luego de ser asignados a las personas, no pueden ser revertidos por los
estados o gobiernos y gozan de una especial resistencia o fortaleza frente a las
decisiones de los órganos políticos. Por el contrario, tienden a constituirse en
un código macroético de carácter universal, que se siente como necesario,
vinculando a la humanidad en su conjunto y estimado como un todo unitario.
• Inviolables. Entre los deberes básicos o fundamentales de los estados,
considerados individualmente o de forma colectiva, figura el de respetar los
derechos humanos. Consecuente-mente, nadie puede atentar contra ellos,
lesionarlos o destruirlos.

Esto significa que los estados, los gobiernos y las personas deben regirse por
el respeto a los derechos humanos; y las leyes dictadas no pueden ser
contrarias a ellos; tampoco las políticas económicas y sociales que se
implementen pueden afectarlos. En ese sentido, el derecho a la vida no puede
ser violentado bajo ninguna circunstancia, como suele suceder en la realidad
concreta, ni por acción de las fuerzas estatales, ni como consecuencia de
políticas económicas que afectan a la población más desfavorecida.

• Obligatorios. Los estados y gobiernos tienen el deber de adoptar medidas


de carácter interno que hagan posible la aplicación de las normas que
componen el sistema de derechos humanos (Declaración Universal y demás
convenciones y declaraciones internacionales y las normas constitucionales),
con el fin de hacer efectivos los derechos humanos reconocidos. Esta
obligación está contenida en el artículo 2º de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos respecto del sistema interamericano. Asimismo, el deber
de garantizar el ejercicio efectivo de los recursos y procedimientos de
protección de los derechos humanos está previsto en el Artículo 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Esto significa que los
derechos humanos imponen al Estado y a las personas, la obligación concreta
de respetarlos aunque no haya una ley que así lo diga; implicando tal
obligatoriedad el respeto de todos los derechos humanos que existan en
nuestra legislación, y aun de aquella que todavía no se haya incorporado al
derecho positivo peruano.

• Trascienden las fronteras nacionales. La comunidad internacional puede y


debe intervenir si comprueba que un Estado está violando los derechos
humanos de su población. En tal sentido, ningún Estado puede argüir
violación de su soberanía cuando la comunidad internacional interviene para
requerir que se corrija una violación a los derechos humanos.

• Indivisibles, interdependientes, complementarios y no jerarquizables. Se


encuentran estrechamente relacionados entre sí. De esa manera no se puede
hacer ninguna separación ni suponer que unos son más importantes que otros.
La negación de algún derecho en particular significa poner en peligro el
conjunto de la dignidad de la persona, por lo que el disfrute de algún derecho
no puede hacerse afectando a los demás.

Se desprende entonces, por ejemplo, que no podemos disfrutar plenamente de


nuestro derecho a la educación si no estamos bien alimentados o si carecemos
de una salud adecuada, ni podemos ejercer nuestro derecho a la participación
política si se nos niega el derecho a manifestarnos públicamente o estar bien
informados.

1.5. EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Desde una perspectiva general, puede afirmarse que en la Edad Antigua el


concepto de personalidad y sus derechos inherentes resultaron desconocidos.
Así, la libertad en su concepción primitiva "mágica" era autoritaria, al
provenir de los dioses y dirigirse a los hombres a través de otros hombres;
pero desconociendo siempre el diálogo. El logos divino expresaba por sí sólo
la profundidad del ser del hombre.

Por otra parte, la confusión entre lo humano y lo divino, lo sacro y lo profano,


impidió una real autonomía individual y una concepción profunda y operativa
de la libertad personal. El poder político y el poder religioso venían a ser una
misma cosa.

Asimismo, toda la existencia del hombre era esencialmente política, es decir,


comunitaria. La comunidad -el grupo histórico- se imponía al individuo con
una fuerte presión social y con un control en el que los elementos prohibitivos
y sancionadores no estaban, como están hoy, suficientemente diferenciados.

Sin embargo, puede afirmarse que hay algunos datos que permiten afirmar el
comienzo, aún en grado muy incipiente, del reconocimiento de la dignidad de
la persona humana.

En la Edad Media, de forma fragmentaria y con significación equívoca,


aparecen recogidos una serie de derechos que pueden ser considerados
antecedentes de los derechos fundamentales. Ese reconocimiento se realiza en
los fueros, que son los que regulan la adquisición y garantía de los derechos.
Como caracteres comunes a los textos jurídico-normativos medievales,
contemplados desde la perspectiva de la historia de los derechos humanos, se
pueden señalar los siguientes:

• Se producen como consecuencia del paso del régimen feudal al régimen


estamental.

• Constituyen una garantía y un límite frente al poder real de unos derechos


reconocidos.

• Se constituyen en el punto de partida para el reconocimiento posterior de


nuevos derechos y nuevas reivindicaciones extendidas a sectores cada vez más
amplios de la población.

• Son un fenómeno común a todo el territorio europeo:

- En España se pueden señalar, entre otros, los siguientes textos básicos:


el Pacto convenido en las Cortes de León en 1188 entre Alfonso IX y su
reino; el Privilegio General de Aragón de 1283, otorgado por Pedro III
en las Primeras Cortes de Zaragoza; los Privilegios de la Unión
Aragonesa de 1286; el Acuerdo de las Cortes de Burgos de 1301; el
Acuerdo de las Cortes de Valladolid de 1322; el Fuero de Vizcaya de
1452 y las Partidas.
- En Francia encontramos las cartas de las comunas urbanas, como la
Gran Carta de Saint Gaudens de 1203.
- En Italia, el Cuarto Consejo Luterano de 1215.
- En Inglaterra, la Carta Magna de 1215.
- En Hungría, la Bula de Oro de 1222.
- En Suecia, los Capítulos del Rey de las Leyes de los Condados Suecos,
del siglo XIV.

 Constituyen un antecedente del moderno constitucionalismo y suponen


el inicio del principio de legalidad como garantía de los derechos
reconocidos.
 Son derechos pactados entre el soberano y los barones y hombres libres.
La masa sometida de los súbditos queda privada de toda eficaz defensa
jurídica contra los gobernantes.
 Son concesiones que los nobles consiguen arrancar del poder real, como
consecuencia de la lucha mantenida entre el Rey y la nobleza.Los
siervos no gozaban de lo que hoy denominamos derechos civiles y
políticos. Estaban siempre sujetos a toda suerte de contratación que
sobre ellos hicieran los dueños, como venta, donación, cambio,
transacción., etc. Los siervos no podían testar ni casarse sin previo
acuerdo de su señor. Estaban sometidos a la justicia de su amo, sin
posibilidad de recurso alguno ante otro tribunal. Si la ley establecía
penas contra los dueños que daban muerte o mutilaban a sus esclavos,
no era porque se reconociera la personalidad jurídica de éstos, sino
porque la finalidad de la ley estaba en evitar que la sociedad quedase
privada de un instrumento productivo.

• Aunque se trataba del reconocimiento formal y escrito de derechos


preexistentes de carácter consuetudinario, lo que se pretendía era garantizarlos
con vistas al futuro, precisamente mediante su formulación y reconocimiento
solemne por parte del Rey.
• Aquí podemos encontrar un precedente fundamental de la idea -claramente
reflejada posteriormente por el iluminismo francés- de la escrituralidad y
publicidad como garantía de los derechos individuales reconocidos en la ley,
frente al sistema absolutista, partidario de órdenes secretas e instituciones
reservadas.

• Se produjo posteriormente un incipiente reconocimiento de los derechos


colectivos, en la medida en que se empezaba a reconocer la libertad de
entidades sociales sobre las cuales el príncipe reconocía no tener poder. Así,
en la Carta Magna inglesa de 1215 se proclama la libertad de la Iglesia de
Inglaterra (cláusula 1ª), de la ciudad de Londres y de otras ciudades y villas
(cláusula 13).

• Se empieza a reconocer una serie de garantías de los derechos, como la


prohibición de arrestos arbitrarios (cláusula 39 del la Carta Magna), o la
jurisdicción que en materia constitucional ejercía el Justicia Mayor de Aragón,
a través de la posibilidad de ejercitar el contrafuero contra aquellas
disposiciones del poder público que violasen las franquicias del pueblo

En la Edad Moderna comienza la historia de los derechos humanos con el


surgimiento de tres modelos históricos de aparición de derechos humanos que
tendrían lugar a partir del siglo XVII:

- el inglés,
- el francés, y
- el de las colonias inglesas de América del Norte.

Estos modelos son resultado de otros dos modelos de aparición del Estado en
Europa: el insular (inglés) y el continental (francés), que son identificables
porque describen un proceso de aparición de un poder absoluto que
hegemoniza la actividad coactiva y represora, terminando con los estamentos
medievales y el poder eclesial.

Ambos se diferencian en que mientras el proceso de Inglaterra se caracteriza


por una evolución gradual y continuista, el de Francia implica una revolución
violenta y rupturista. También porque en el inglés el poder se centra en el
Parlamento y se expresa en el Common Law, mientras que en el francés se
propone una división de poderes, una Constitución escrita y una declaración
solemne de derechos del hombre.

Por otra parte, para diferenciarlos, esquemáticamente podemos considerar a


los modelos históricos de aparición de los derechos humanos sobre la base de
tres criterios:

En cuanto a lo fáctico: La importancia que se concede a la experiencia


histórica y a las construcciones racionales.
En el inglés -acorde con su empirismo-, la experiencia histórica es
fundamental para las teorías posteriores; en el francés -acorde con su
racionalismo-, las teorías anteceden a la experiencia; y, en el de las colonias
inglesas -acorde a su sincretismo-, toman "argumentos históricos como
puntos de partida y argumentos racionales como punto de llegada".
• En lo referente a las teorías éticas: la distancia o proximidad con las
religiones y el iusnaturalismo.
En el inglés, no hay reminiscencias de teorías religiosas o iusnaturalistas
previas. En el francés y en el de las colonias inglesas, por el contrario, es
importante la influencia del iusnaturalismo racionalista o protestante y del
humanismo laico, además de la mutua influencia de uno y otro modelo.
• En lo referente a la legislación emergente, la amplitud de las
declaraciones con relación a los titulares: localismo y/o universalismo.
En el inglés y en el de sus colonias, las declaraciones tienen un marcado
alcance local y carácter etnocéntrico. En el modelo francés, por el contrario,
destaca la proyección universalista.

Vistas las diferencias entre los tres modelos, podría mostrarse al menos dos
elementos comunes en los distintos modelos de aparición de los derechos
humanos: uno, de carácter axiológico; otro, de carácter antropológico: el
liberalismo y el individualismo.
• El liberalismo político (francés) no demoraría en convertirse en un
liberalismo económico (inglés). Antecedentes de este paso podemos
encontrarlos en el artículo 17 de la Declaración de 1789, cuando por
influencia de los fisiócratas se considera a la propiedad un derecho sagrado
e inviolable; relevancia semejante a la otorgada por Locke a este derecho.
• El individualismo, común a uno y otro modo de liberalismo, será el
propuesto por Hobbes, como la antítesis al colectivismo, el corporativismo
medieval o sociedad estamental. Este elemento -que desempeñó al
comienzo un papel renovador o progresista- pronto se manifestaría como
arma dilecta para los conservadores o quienes pretendían mantener el status
quo, impidiendo la libertad de asociación a nivel interno y negándose a
reconocer la posible titularidad de derecho de otras sociedades políticas,
pueblos o naciones a nivel internacional.

Estimamos que estos dos factores, desde el comienzo generaron desigualdades


crecientes en la sociedad. Por ejemplo, en las colonias inglesas de América del
Norte, los indios y negros no estaban amparados por las declaraciones de
derechos naturales de los "nacidos ingleses" . Por cuanto, desde el comienzo,
estas declaraciones sólo pudieron ponerse en práctica con una constante
apelación a la violencia o coacción armada contra quienes resultaban
desfavorecidos en tales circunstancias. Consecuentemente, el belicismo es un
tercer elemento común a los tres modelos propuestos.
A pesar de la doctrina dominante, se puede proponer un cuarto modelo
histórico de aparición de los derechos humanos, que corresponde a la
legislación indiana de los siglos XVI y XVII, que es resultado de las críticas
de la Escuela de Salamanca al poder imperial y papal por el modo de colonizar
y evangelizar América.
Esta Escuela, con Francisco de Vitoria a la cabeza, concibe una relación
armónica de todo el orbe regido por el derecho a la comunicación, clave para
la relación entre hombre y pueblos en lo ético y económico. A la vez delimitan
las condiciones para una guerra justa, como último acto de justicia punitiva,
que sólo podía ser tal en tanto que defensiva, etc.
Este modelo tendría la ventaja de superar desde sus planteamientos teóricos el
individualismo posesivo y belicista de los tres señalados con anterioridad,
pero tiene en contra la escasa o nula concreción histórica que llegó a tener en
su época, además de su temprana desaparición.
Resulta entonces de gran interés para la historia de los derechos humanos la
fuerte corriente doctrinal que en el siglo XVI se produce desde la llegada de
los españoles a América, a propósito de la legitimidad de la conquista y del
trato que aquellos deben dar a los indígenas.
En este sentido, los siguientes autores españoles son imprescindibles.
Francisco de Vitoria, fundador del moderno Derecho Internacional, quien
escribió Reelecciones, enunciando derechos que constituyen el principal
fundamento ético para el establecimiento de una serie de derechos -que hoy
denominamos fundamentales- por parte de la Corona española, que culminan
en las llamadas "Leyes nuevas de las Indias", de 1542, y de un modo más
matizado en las "Ordenanzas de descubrimiento" de 1573.
El otro es el padre Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los derechos de
los indios, cuya obra De Regia Potestate tiene un pensamiento de valor
programático y político excepcional, al punto de estimársele precursor de la
teoría actual de los derechos humanos de tercera generación o de los pueblos.
Las principales declaraciones de esta época se pueden clasificar en tres
grandes bloques, correspondientes con los tres grandes modelos históricos de
aparición de los derechos humanos, que constituyen las tres grandes líneas de
evolución de los derechos: las declaraciones inglesas, las declaraciones
angloamericanas y las declaraciones francesas.
Las declaraciones inglesas tienen las siguientes características:
• Son textos legales. Se trata de auténticas normas jurídico-positivas y no
meras declaraciones de derechos en sentido estricto.
• Se trata de normas de derecho constitucional -de tipo consuetudinario- que
constituyen la referencia de interpretación y de aplicación de cualquier otra
norma.
• Se trata de textos legales que recogen derechos que proceden del derecho
consuetudinario inglés, remontándose su origen a textos medievales (como la
importante Carta Magna de 1215) e incluso a épocas anteriores.
• Se trata del reconocimiento de derechos que si en la Edad Media iban sólo
referidos a determinado grupos de personas, como los nobles, se generalizan
ahora a todos los súbditos.
• Representan el triunfo del Parlamento sobre la Corona, lo que supone que
todos los poderes, incluido el poder real, deben estar sometidos a la ley dada
por el Parlamento.
• Reconocen una serie de garantías, entre las que figuran como importantes en
especial, además del ya referido reconocimiento del principio de legalidad, la
garantía del habeas corpus.
• Se reconoce en ellas el papel de los jueces, en cuanto que órganos
independientes, como elemento esencial de protección de los derechos
fundamentales.

Los grandes textos ingleses son los siguientes:

• La Petition of Rights, de 1628, que protege los derechos personales y


patrimoniales.

• El Habeas Corpus Act, de 1679, que tiene una significación trascendental,


por cuanto establecía que la detención de una persona no podía ser realizada
sin un previo mandamiento judicial y obligaba a someter a la persona detenida
al juez ordinario dentro del plazo de veinte días.
• La Declaration of Rights, de 1689, que confirmaba los derechos ya
consagrados en los textos anteriores.

Las declaraciones angloamericanas:

• En buena medida responden a las características propias de las declaraciones


inglesas, de las que derivan directamente.
• Responden, sin embargo, a las circunstancias peculiares de las colonias
americanas respecto de la metrópoli. En este sentido, aparecen como
especialmente significativos algunos derechos, como es el caso, por ejemplo,
del derecho a la libertad religiosa.
Los principales textos angloamericanos son los siguientes:

• Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia, la colonia más


grande, en 1776, que resulta la más importante por su influencia posterior y
haber dirigido las innovaciones constitucionales. Redactada por el agricultor -
abogado George Masón, sirvió de modelo para la Declaración de Derechos de
los otros estados, de la posterior Declaración de Derechos Federal de 1791 y
de la famosa Declaración adoptada por la Francia revolucionaria en 1789: la
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Básicamente, se caracterizó por lo siguiente:
- Muchos de sus artículos especifican principios básicos del gobierno:
igualdad humana, derecho a la revolución, gobierno de la mayoría,
reconocimiento del principio de división de poderes y superioridad del poder
civil sobre el militar.
- El resto de los artículos exponen una lista de derechos y garantías: derecho
de sufragio, libertad de prensa, libertad religiosa y algunas garantías en
materia penal.
• La Constitución Americana, escrita en Filadelfia en 1787, que en sus siete
concisos artículos, establece garantías para la libertad personal apoyado por
el habeas corpus; la seguridad de ser juzgado mediante un juicio con jurado;
y la prohibición de mandamientos de confiscación y leyes "ex post facto".
• La Declaración de Derechos Federal de 1791, como consecuencia del
proceso de ratificación por parte de los estados que demandaba una
declaración de derechos más explícita, siendo formulada por James Madison.
Su contenido reconocía libertad de culto, los derechos de reunión, e
indemnización por daño producido por el gobierno, garantías de juicios
civiles y otras de tipo penal.

Las principales declaraciones francesas de la época son las siguientes:

• La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, cuyas


características básicas son las siguientes:

- Su discutido origen histórico que gira sobre tres posturas doctrinarias: la de


Jellinek, que la tilda de copia norteamericana en un contexto puritano
inspirado por Lutero; la francesa, que refuta la anterior y afirma que derivó
principalmente de la literatura europea y especialmente del pensamiento
ilustrado francés del siglo XVIII; y la ecléctica, que postula la compatibilidad
de las dos anteriores.
- Consta de 17 artículos que condensan derechos individuales: a la propiedad,
a la libertad, a la seguridad personal, a la libertad de expresión, a la libertad
de conciencia y de religión; reconociendo además el principio de legalidad
penal y el derecho de resistencia ante la opresión.

• Las Declaraciones de 1791 y 1793, que resultan sugestivas en la medida que


en ellas empieza a haber un tímido intento de reconocimiento de derechos
que hoy denominamos económicos, sociales y culturales.

En el siglo XIX se producen diversas declaraciones de derechos, cuyos


caracteres básicos son:
• Están vinculadas al movimiento constitucional, típico de la época. Son
declaraciones constitucionales de signo liberal.
• Se sigue la línea marcada por la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1 789, pero se distancian en cierto modo de ella en los
siguientes elementos:
- Se empieza abandonar el tono filosófico abstracto. Se inicia una línea de
especificación de derechos. Es el proceso de positivación constitucional
de los derechos.
- Los derechos humanos ya no son referidos a todos los hombres en
general, sino a los ciudadanos de un determinado país. Es el proceso de
subjetivización.
- Se empieza a especificar garantías de los derechos. Es el proceso de
positivación de las garantías.
- Se empieza a ampliar los derechos concretos reconocidos. Es el proceso
de expansión de los derechos. Especialmente importante es el referido,
desde la segunda mitad del siglo XIX, a los derechos económicos,
sociales y culturales. Y ello como consecuencia de la presión social
ejercida por las reivindicaciones obreras y por diversas ideologías de
carácter social.
Como principales declaraciones en el siglo XIX pueden citarse, entre otras:

 La Constitución francesa de 1848.


 La Constitución de Cádiz de 1812.
 La Constitución de la Monarquía Española de 18 de junio de 1837.
 La Constitución española de 23 de mayo de 1845.
 La Constitución de la Monarquía Española de 1856.
 La Constitución de la Nación Española, de 1 de junio de 1869.
 El Proyecto de Constitución Federal de la República Española, de 17 de
julio de 1873.
 La Constitución de la Monarquía Española de 1876.

En el siglo XX surgen un conjunto de declaraciones como producto de las


profundas transformaciones de las relaciones internacionales y la evolución
interna propia de los estados.
Tales declaraciones se caracterizan por lo siguiente:

• Están vinculadas en su surgimiento, evolución y caracteres a las profundas


transformaciones sociales, culturales, políticas y jurídicas que tienen lugar a lo
largo de ese siglo.

• Además, son consecuencia tanto de la evo-lución interna de los estados,


como de las profundas transformaciones en las relaciones internacionales.
Especialmente cabe destacar en el ámbito internacional las dos guerras
mundiales, lo que va a dar lugar al proceso de internacionalización de los
derechos humanos, una de cuyas manifestaciones será la aparición de
declaraciones de carácter universal y regional.

• Como consecuencia de la universalización del fenómeno bélico y de su


especial incidencia sobre el reconocimiento y la garantía de todos los derechos
humanos, aparece -por vez primera en las declaraciones- la paz como valor
esencial a proteger por la acción internacional.

• Están vinculadas a los grandes fenómenos sociales de la época: proceso de


independencia de antiguas colonias, surgimiento de las empresas
multinacionales como foco de poder supranacional, etc.

• Desarrollan las líneas de evolución iniciadas en los siglos anteriores, siendo


la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano la principal fuente de
inspiración; consagración constitucional e internacional definitiva de los
derechos económicos sociales y culturales, y el inicio del reconocimiento de
los derechos de la tercera generación; acentuación del proceso de expansión
de los derechos humanos y sus garantías; acentuación del proceso de
concreción o especificación de los derechos; acentuación del proceso de
generalización y universalización del sujeto de los derechos humanos.

Las principales declaraciones que han tenido lugar durante el siglo XX se


pueden clasificar en cuatro grandes bloques:

• Las declaraciones internacionales de derechos humanos, que, a su vez, se


clasifican en declaraciones universales y declaraciones regionales.

• Las declaraciones constitucionales.

• Las declaraciones formuladas por organizaciones religiosas.

• Las declaraciones formuladas por organizaciones no gubernamentales han


ido institucionalizándose a lo largo de la historia, es posible distinguir hasta
tres generaciones de estos derechos, precisándose que tal reconocimiento de
ninguna manera significa afirmar que los derechos de una generación
existieron en el tiempo antes que los de una segunda generación; tampoco que
exista una prioridad de una generación sobre otra.
Existen diversas formas de clasificar los derechos humanos; una de las más
conocidas es la llamada tres generaciones, en la que se toma en cuenta su
protección progresiva.

Primera generación, o de derechos civiles y políticos

Surgen con la Revolución Francesa, como rebelión contra el absolutismo del


monarca. Imponen al Estado el deber de respetar siempre los derechos
fundamentales del ser humano:

• A la vida. El derecho a la vida es un derecho humano fundamental que se


constituye en prerrequisito para el disfrute de todos los demás derechos
humanos. De no ser respetado, todos los demás derechos carecen de sentido.
En razón del carácter fundamental del derecho a la vida, no son admisibles
enfoques restrictivos del mismo.

En esencia comprende el derecho de todo ser humano de no ser privado de la


vida arbitrariamente, y el derecho a que no se le impida el acceso a las
condiciones que le garanticen una existencia digna. Los estados tienen la
obligación de garantizar la creación de las condiciones que se requieran para
que no se produzcan violaciones de ese derecho básico y, en particular, el
deber de impedir que sus agentes atenten contra él.

Sobre la pena de muerte resulta pertinente señalar que su aplicación por un


país no constituye una ejecución arbitraria, siempre que la misma se haya
encontrado previamente contemplada en el ordenamiento jurídico nacional.
No obstante los diversos instrumentos internacionales disponen algunas
limitaciones:

- Que la pena de muerte no sea restablecida en aquellos países que la


abolieron.

- Que los países que contemplan la pena de muerte no amplíen las causales o
delitos para su aplicación; y

- Que la pena de muerte sólo se aplique para los delitos graves, y no para
delitos políticos ni conexos con los políticos.
El derecho a la vida en sentido estricto se postula frente al hambre, la pena de
muerte, las ejecuciones sumarias y arbitrarias, desapariciones forzadas,
genocidio, aborto, eutanasia y la manipulación genética.

 A la integridad física y moral. Implica el derecho que tiene toda persona


de mantener y conservar su integridad física (preservación de órganos,
partes y tejidos del cuerpo humano), psíquica (preservación de habilidades
motrices, emocionales e intelectuales) y moral (preservación de sus
convicciones). Este derecho se postula en defensa del honor, la intimidad
(violación de la correspondencia y el domicilio, frente a las escuchas
telefónica e informática), y de la propia imagen.
 A la libertad personal. Constituye una condición que permite alcanzar a
cada individuo los objetivos y fines morales que persiga y que son la
expresión de la dignidad humana, como el fundamento de los demás
derechos humanos.
Puede ser apreciada desde diversos aspectos: social, político, jurídico,
psicológico, moral, etc.; aunque en este caso esté referida a la libertad
física.
Este derecho se yergue contra la esclavitud, en defensa de la libertad de
pensamiento, expresión y conciencia (los derechos a la libertad religiosa y
objeción de conciencia).
 A la seguridad personal. Implica una situación en la que la persona
humana desarrolla su vida y actividades en condiciones ajenas a riesgos y
amenazas que afecten su vida, salud y propiedad, cuya percepción le
proporcione la paz y tranquilidad necesarias. Comprende los derechos a la
nacionalidad, libertad de movimientos, migración y asilo.
 A la igualdad ante la ley. Implica que la ley no establece distinciones
individuales respecto a aquellas personas de similares características, ya que
a todas ellas se les reconoce los mismos derechos y las mismas
posibilidades. Una consecuencia de esa igualdad ha sido la abolición de la
esclavitud y la supresión mayoritaria de los privilegios de nacimiento.
Todas las personas son iguales ante la ley, sin distinción de credos, razas,
ideas políticas, sexo, posición económica, etc. Del genérico derecho a la
igualdad derivan todos los derechos específicos que podemos denominar
derechos de igualdad, y el bien jurídico protegido por ellos es la igualdad
social.
 A la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Constituye la
facultad que tiene toda persona de adoptar la religión o creencia de su
elección, conservarla o cambiarla, practicar su culto y celebrar reuniones
con ese fin. También la facultad de fundar y mantener instituciones para el
logro de sus objetivos; escribir, publicar y difundir su religión y sus
creencias; solicitar y recibir contribuciones voluntarias para financiar sus
actividades; celebrar festividades y ceremonias de conformidad con los
preceptos de su religión, con las limitaciones que la ley establece.
 A la libertad de pensamiento (opinión), expresión e información. Son
derechos íntimamente relacionados e importantes para la constitución de un
Estado democrático, así como condición fundamental para el progreso y
desarrollo personal de cada individuo.
La libertad de pensamiento u opinión es la facultad que tiene toda persona
de adoptar y mantener sus convicciones o creencias sobre aspectos de
cualquier índole.
La libertad de expresión e información es la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole, en forma oral, escrita o en
forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su
elección. No constituye un derecho absoluto en cuanto puede ser restringida
por razones de seguridad nacional, orden público y moral pública, o en
respeto a la reputación de los demás, aun cuando fijadas en la ley.
 De resistencia y de inviolabilidad del domicilio. El domicilio es la
morada donde la persona desarrolla en forma habitual sus actividades
diarias juntamente con su familia, deviniendo en un lugar exclusivo para
quienes allí viven y excluyente para los demás, salvo autorización en
contrario.
Consecuentemente, implica que nadie puede ingresar a un domicilio si no es
con autorización de su dueño -salvo delito flagrante- o por mandato judicial
de la autoridad competente por razón prevista en la ley.
Se trata de un derecho que no es absoluto, pudiendo ser restringido por
razones de excepción contempladas en la ley.
 A la libertad de movimiento o de libre tránsito. Consiste en la
facultad que tiene toda persona de desplazarse libremente por todo el
territorio del Estado, así como de entrar y salir del mismo libremente.
Es posible su restricción sólo sobre la base de la protección de la
seguridad nacional, el orden público, la salud o la moral pública.
 A la justicia. Implica el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y
al debido proceso. Constituye el derecho de toda persona a que se le
"haga justicia", a través de un proceso (administrativo o judicial)
seguido con las garantías mínimas e ineludibles. En otras palabras, la
tutela jurisdiccional apunta a lo abstracto, al postulado, que es
alcanzar una solución justa, mientras que el debido proceso es la
manifestación concreta de ese postulado.
 A una nacionalidad. La nacionalidad es el vínculo jurídico-político
que liga a una persona con un Estado determinado, por medio del
cual se obliga con él con relaciones de fidelidad y lealtad y se hace
acreedora a su protección diplomática.
 A contraer matrimonio y fundar una familia. La familia es el
núcleo esencial de toda sociedad, por lo que el Estado está obligado a
protegerla promoviendo su unidad y evitando su desintegración.
El derecho a constituir una familia conlleva la posibilidad de que un
hombre y una mujer decidan libremente vivir juntos y procrear hijos.
Una vez constituida, ambos gozan de iguales derechos y
responsabilidades, durante el matrimonio y en el caso de su
disolución.

 A participar en la dirección de asuntos políticos. Es el derecho a


tomar parte en el gobierno y participar en elecciones genuinas,
periódicas, libres y de voto secreto; es de fundamental importancia
para la salvaguarda de los derechos humanos.
La experiencia histórica demuestra que los gobiernos derivados de la
voluntad del pueblo, expresada en elecciones libres, son los que
proporcionan la más sólida garantía de que los derechos humanos
fundamentales serán observados y protegidos.
 A elegir y ser elegido a cargos públicos. Es la concreción del
derecho anterior, eligiendo a sus representantes o siendo elegido
como tal.
 A formar un partido o afiliarse a alguno. Se refiere a la libertad
que tienen las personas en su condición de ciudadanos en ejercicio y
sin ninguna inhabilitación impuesta de acuerdo a ley, para organizar
y/o afiliarse a cualquier partido político, en función de sus simpatías
y/o intereses.
 A participar en elecciones democráticas. Está relacionado con el
derecho que tienen las personas con capacidad de ejercicio político,
para participar con su voto en las diversas consultas electorales que
se realicen en el país en general y/o en su circunscripción en
particular, en tanto cumplan con los requisitos y prescripciones
legales inherentes a cada una de ellas.

Segunda generación o de derechos económicos, sociales y culturales


La constituyen los derechos de tipo colectivo, los sociales, económicos y
culturales. Surgen como resultado de la Revolución Industrial, por la
desigualdad económica. México fue el primer país en incluirlas en su
Constitución, en 1917.
Los derechos económicos, sociales y culturales surgen después de la Segunda
Guerra Mundial. Se integran como sigue.

Derechos económicos

• A la propiedad (individual y colectiva). El derecho de propiedad privada es


uno de los derechos políticos más controvertidos. Las diferentes concepciones
que existieron y siguen habiendo sobre el particular, determinaron -por
ejemplo- que este derecho no fuera incluido en los Pactos Internacionales de
Derechos Humanos de 1966 ni en la versión original de la Convención
Europea de Derechos Humanos.
El derecho de propiedad corresponde por naturaleza a todos los seres
humanos, habilitándolos para utilizar y disponer libremente de sus bienes y de
los frutos de los mismos, así como también trasmitirlos por donación o
herencia; siendo el derecho más pleno y completo que se pueda tener sobre
una cosa.
• A la seguridad económica.

Derechos sociales

• A la alimentación. El derecho a una alimentación adecuada es requisito


imprescindible para la supervivencia, la dignidad y el bienestar humano,
estando estrechamente enlazado con el derecho a la vida.

• Al trabajo (a un salario justo y equitativo, al descanso, a sindicalizarse, a la


huelga). El derecho al trabajo se dirige a la oportunidad de obtener los medios
para llevar una vida digna y decorosa a través del desempeño de una actividad
lícita, libremente escogida o aceptada, deviniendo prohibido
consecuentemente todo trabajo gratuito.

Implica el derecho a una remuneración justa y equitativa que asegure al


trabajador y su familia una existencia digna del ser humano, a cargo del
empleador público o privado, respecto de quien constituye obligación
prioritaria sobre cualquier otra. Además, la facultad de disponer de sus horas
de descanso extra laborales, a organizar libremente y/o afiliarse a sindicatos de
acuerdo con las regulaciones de la ley; y hacer uso del derecho de huelga en
los casos que resulte pertinente de acuerdo a normatividad existente.

• A la seguridad social. Corresponde a la protección de la persona contra las


consecuencias de la vejez e incapacidad que la imposibilite física o
mentalmente, para obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa; a
través de un conjunto de medidas que el Estado y la sociedad proveen con el
objetivo de proteger a sus miembros en accidentes, vejez y muerte.

•A la salud. El derecho a la salud (física y mental) es fundamental y es


considerado de tipo individual y social; está vinculado con el ejercicio de otros
derechos como son a la alimentación, vivienda, trabajo, educación, acceso de
información, no discriminación, entre otros. No debe entenderse como el
derecho a estar sano, en tanto implica la libertad de controlar la salud y el
cuerpo, y el derecho a no ser sometido a experimentos médicos no
consensuados.
• A la vivienda.

• A la educación. El derecho a la educación implica acceder a la difusión de


los conocimientos necesarios y útiles para poder desarrollar la inteligencia del
ser humano a través de la instrucción y la formación de la moral y la
conciencia, que forman la personalidad de todo individuo.

Constituye un derecho humano intrínseco y un medio indispensable que


permite a los adultos y menores, marginados económica y socialmente, salir
de la pobreza y participar plenamente en sus comunidades.

Derechos culturales

• A participar en la vida cultural del país. El derecho a la cultura se refiere


fundamentalmente a la participación en la vida cultural de la sociedad que
destacan satisfacciones principalmente espirituales, y al goce de los beneficios
del progreso científico y tecnológico.

• A gozar de los beneficios de la ciencia.

• A la investigación científica, literaria y artística.

Tercera generación o derechos de los pueblos o de solidaridad

Surgen en nuestro tiempo como respuesta a la necesidad de cooperación entre


las naciones y de los distintos grupos que la integran. Se forma por los
llamados derechos de los pueblos:

• a la paz;

• al desarrollo económico;

• a la autodeterminación;

• a un ambiente sano;

• a beneficiarse del patrimonio común de la humanidad;

• a la solidaridad.

2.1.7. TITULARIDAD
Basándonos en el concepto de dignidad humana, es posible afirmar que la
titularidad de los derechos humanos le pertenece a toda persona, como
individuo, sin ningún tipo de discriminación de raza, sexo, nacionalidad,
capacidad, etc.

En este sentido, el concebido igualmente posee la titularidad de estos


derechos, mientras que, por el contrario, la persona jurídica no es titular de
derechos humanos en tanto pertenece a la empresa. Pero cada persona como
individuo es titular y para su ejercicio será indispensable la interacción social
solidaria y equitativa.

1.8. INTEGRALIDAD

¿Podemos tener salud si no hay agua potable y no contaminada?, ¿si no


tenemos un servicio de recolección de basura diario y eficiente?, ¿si nuestra
comida no es balanceada o simplemente completa?, ¿si en los hospitales no
recibimos la atención debida?

¿Podemos vivir una vida digna si los salarios no son justos y las condiciones
de trabajo no nos dejan tiempo para desarrollarnos como personas y como
integrantes de la comunidad, pues debemos trabajar más de las ocho horas
diarias para sobrevivir?

¿Podemos esperar que nuestros hijos o hermanos aprendan en la escuela si no


están bien alimentados o no tienen un espacio cómodo e higiénico para
estudiar en casa? ¿O si tienen que salir a trabajar desde niños o si en las
cercanías del hogar no hay escuelas? ¿Podemos ejercer el derecho a participar
en los destinos del país y elegir si nos reprimen cuando manifestamos para
reclamar nuestros derechos?

Desde hace mucho tiempo la gente que trabaja por los derechos humanos ha
intentado responder a estas preguntas. No ha sido fácil ponerse de acuerdo y
más bien el resultado han sido diferentes posiciones sobre los derechos
humanos, que no siempre favorecen la visión integral de los mismos.

¿En qué consiste la integralidad de los derechos humanos?


Si todos los derechos son fundamentales, no debemos establecer ningún tipo
de jerarquía entre ellos y mucho menos creer que unos son más importantes
que otros. Es difícil pensar en tener una vida digna si no disfrutamos de todos
los derechos. Violar cualquiera de ellos es atentar contra la dignidad humana,
que se fundamenta en la igualdad y la libertad, tal como lo establece el
Artículo 1 de la Declaración Universal, cuando establece que "todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".

Si definimos integralidad como "partes integrantes de un todo", en el caso de


los derechos humanos significa que estos son indivisibles e interdependientes.
Tal y como lo afirma el Relator Especial de Naciones Unidas en su informe
sobre la realización de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de
1992:

"... todos los derechos humanos y las libertades fundamentales son indivisibles
e interdependientes; debe darse igual atención y urgente consideración a la
aplicación, promoción y protección de los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales".

En síntesis, la integralidad la entendemos como lo plantea también el Relator


Especial cuando afirma que "la promoción, el respeto y el disfrute de ciertos
derechos humanos y libertades fundamentales no pueden justificar la
denegación de otros derechos y libertades fundamentales".

¿Qué quiere decir esto?

• Que obviamente no gozamos del derecho a la salud si el Estado no garantiza


buenos servicios públicos y atención adecuada en los hospitales.

• Que obviamente no tenemos una vida digna si no tenemos salarios justos o


buenas condiciones de trabajo.

• Que obviamente sólo tendremos acceso a la educación si contamos con una


vivienda digna y una buena alimentación.

• Que obviamente no existe democracia si no podemos ejercer libremente el


derecho a manifestarnos para defender nuestros derechos o peticiones.
• Que obviamente sólo lograremos que la integralidad de los derechos
humanos sea una realidad cuando eduquemos, luchemos y exijamos al Estado
la vigencia de todos los derechos humanos por igual y para todos.

2. MARCO CONCEPTUAL Y JURÍDICO SOBRE LAS


OBLIGACIONES INTERNACIONALES DEL ESTADO PERUANO EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS Y DEMOCRACIA

2.1. LOS DERECHOS HUMANOS COMO DERECHOS INHERENTES


A LA PERSONA HUMANA Y LÍMITE AL PODER ESTATAL.

LA RELACIÓN CON EL ESTADO DE DERECHO

Los derechos humanos tienen su origen en la propia naturaleza del ser


humano. La dignidad del ser humano implica libertad e igualdad. Al respecto,
la Declaración Universal señala en su Preámbulo que "todos los hombres
nacen libres e iguales en dignidad y derechos (...)."

En el ámbito internacional, los derechos inherentes a la persona toman la


denominación de derechos humanos. En dicho ámbito el Estado resulta
responsable por cualquier violación de los mismos, mientras que en el ámbito
interno se los identifica como derechos fundamentales o derechos
constitucionales de la persona humana, los que deben ser respetados y
garantizados por el propio Estado, pudiendo caer en responsabilidad
internacional en cuanto no sea capaz de adoptar las acciones necesarias para
atender, sancionar y reparar adecuadamente las violaciones a estos derechos
fundamentales dentro de la jurisdicción nacional.

Los derechos humanos surgen como una respuesta a la necesidad de establecer


límites al poder público. Por lo tanto, consisten en derechos subjetivos de
defensa de los individuos frente al Estado.

Las primeras declaraciones de derechos individuales con fuerza legal,


fundadas sobre el reconocimiento de derechos inherentes al ser humano, las
encontramos en las revoluciones de Independencia norteamericana e
iberoamericana, así como en la Revolución Francesa.

Dichas declaraciones constituyen la manifiesta expresión de la lucha por


eliminar los gobiernos absolutistas y reemplazarlos por gobiernos
democráticos.

De esta forma se realiza el tránsito hacia el Estado de Derecho, que implica la


delimitación y reglamentación de las funciones de poder mediante un control
del Estado por el derecho y la adopción de las formas representativas con la
finalidad de defender los derechos de los ciudadanos.

Esto evidencia no sólo el derecho paralelo y estrechamente vinculado entre el


Estado de Derecho y los derechos humanos, sino también que estos derechos
se constituyen en los principios inspiradores de la política estatal, cumpliendo
un rol de fundamento y límite de todas las normas que rigen los poderes
públicos.

El Estado de Derecho es el producto de la necesidad de conciliar los derechos


de los particulares con la soberanía estatal, de modo tal que las normas no
sean un producto arbitrario, sino el resultado de una voluntad mayoritaria
democrática, dirigida a garantizar los derechos fundamentales.

3. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA Y LOS DERECHOS HUMANOS


COMO FUNDAMENTO DE ORDEN POLÍTICO DEMOCRÁTICO

Los derechos humanos, sin dejar a un lado su carácter inicial de derechos de


defensa frente al Estado, se proyectan más allá para arribar a una dimensión
funcional e institucional que los convierte en parte esencial de un
ordenamiento democrático en deberes positivos por parte del propio Estado
que consisten en contribuir a la efectividad de dichos derechos.

Estos derechos positivos del Estado comprenden a todo empleado público y


personas que prestan servicios al Estado bajo cualquier modalidad, así como a
los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

Al pronunciarse sobre este aspecto la Corte Interamericana de Derechos


Humanos señaló: "en una sociedad democrática los derechos y libertades
inherentes a la persona, sus garantías y el Estado de Derecho constituyen una
triada", en la que cada componente se define, completa y adquiere sentido en
función de los otros (Caso Yatama, Sentencia de 23 jun. 2005, párrafo 191).

En el ámbito regional, la Carta de la OEA establece, entre otros principios,


tres estrechamente vinculados: la solidaridad de los estados americanos, la que
requiere la organización política de los mismos sobre la base del ejercicio
efectivo de la democracia representativa (artículo 3 d.); la proclamación de los
derechos humanos sin distinción (artículo 3 I.), así como la eliminación de la
pobreza crítica como parte esencial de la promoción y consolidación de la
democracia representativa, lo que constituye responsabilidad común y
compartida de los estados americanos (artículo 3 f.).

La consideración de la pobreza crítica hace necesario tener presente que la


relación entre democracia y derechos humanos no se agota en los derechos
políticos.

La Carta Democrática Interamericana, adoptada en Vigésimo Octavo Periodo


Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA, en setiembre
del 2001, establece en su artículo 13 que la promoción y observancia de los
derechos económicos, sociales y culturales son consustanciales al desarrollo
integral, al crecimiento económico con equidad y a la consolidación de la
democracia en los estados del hemisferio

Sin embargo, la unión indisoluble de estos conceptos llega a su máxima


expresión con la consideración de la democracia en sí misma como un derecho
de los pueblos, concepto repetido también en la Carta Andina para la
Promoción y Protección de los Derechos Humanos, de julio de 2002.

4. PROMOCIÓN Y PROTECCIÓN CONJUNTA DE LOS DERECHOS


CIVILES, POLÍTICOS, ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
Y DERECHO COLECTIVO COMO OBLIGACIÓN EXIGIBLE AL
ESTADO

El Estado, a través de estos tratados sobre la materia, se obliga a promover y


proteger todos los derechos humanos, de tal modo que, junto con el
cumplimiento inmediato y pleno de los derechos civiles y políticos, debe
garantizar el respeto a los derechos mínimos de subsistencia para todos, con
independencia del nivel de desarrollo económico del país.

En el campo de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales,


se admite un margen de discrecionalidad de parte del Estado, para que
seleccione los medios para llevar a cabo sus objetivos. Sin embargo, esta
discrecionalidad va de la mano con la obligación de iniciar inmediatamente el
proceso encaminado a la completa realización de los derechos económicos,
sociales y culturales. Por tanto, los esfuerzos desplegados por el Estado en este
sentido no pueden ser diferidos indefinidamente.

El Tribunal Constitucional tiene numerosa jurisprudencia sobre la materia, en


donde se recoge los desarrollos logrados en el campo internacional.

Al respecto establece:

"No se trata, sin embargo, de meras normas programáticas de eficacia mediata,


como tradicionalmente se ha señalado para diferenciarlos de los denominados
derechos civiles y políticos de eficacia inmediata, pues justamente su mínima
satisfacción representa una garantía indispensable para el goce de los derechos
civiles y políticos. Sin educación, salud y calidad de vida digna en general,
mal podría hablarse de libertad e igualdad social, lo que hace que tanto el
legislador como la administración de justicia deban pensar en su
reconocimiento en forma conjunta e interdependiente". (Sentencia del
Tribunal Constitucional emitida el 5 de octubre del 2004 en el Exp. 2016-
2004-AA-TC. Fundamento 10).

Luego de analizar el principio de progresividad en el gasto público, el


Tribunal sentencia:

"... no puede ser sentenciado con carácter indeterminado y, de este modo,


servir de alegato frecuente ante la inacción del Estado, pues para este
Colegiado la progresividad del gasto no está exenta de observar el
establecimiento de plazos razonables, ni de acciones concretas y constantes
del Estado para la implementación de políticas públicas". (Sentencia del
Tribunal Constitucional emitida el 8 de julio del 2005 en el Exp. 141 7-2005-
AA-TC)
Se debe entender que el Estado incumple con sus obligaciones en materia de
derechos económicos, sociales y culturales y derechos colectivos cuando: no
logra adoptar una medida exigida por los tratados sobre la materia; no logra
remover con la mayor brevedad posible y cuando deba hacerlo, todos los
obstáculos que impidan la realización inmediata de un derecho;
deliberadamente, no logra satisfacer una norma internacional mínima de
realización generalmente aceptada y para cuya satisfacción está capacitado;
retrasa deliberadamente o detiene la realización progresiva de un derecho, a
menos que actúe dentro de los límites permitidos en el tratado o que dicha
conducta se deba a la falta de recursos o a una fuerza mayor.

5. LA LABOR DE PROTECCIÓN EN EL ÁMBITO UNIVERSAL

Los principales tratados de las Naciones Unidas en materia de derechos


humanos establecen un conjunto de órganos encargados de la vigilancia y del
cumplimiento de los mismos, llamados comités, conocidos como mecanismos
convencionales. El Estado debe presentar ante cada uno de estos comités,
informes nacionales periódicos sobre el cumplimiento de los compromisos
asumidos en el respectivo tratado.

Con la presentación de informes nacionales no se busca condenar al Estado


que no cumple, sino acompañarlo en un proceso serio de aplicación práctica
de los compromisos. Esto implica que adicionalmente a la finalidad de
conocer la marcha real de la implementación, promoción y protección de los
derechos humanos dentro del Estado a través del informe, éste se convierte en
base documental para establecer un diálogo con los comités de Naciones
Unidas en el que se explican los logros y dificultades del lado del Estado, y el
análisis y las recomendaciones al proceso de parte de estos órganos. En este
sentido, el Estado debe dar especial valor a dichas recomendaciones y tenerlas
presentes al momento de evaluar el estado de cumplimiento de los tratados.

La elaboración de dichos informes debe convertirse en una promisoria


oportunidad para generar un amplio debate público sobre los logros y planes
destinados a la realización de los derechos civiles, políticos, sociales,
económicos y culturales.

6. LOS DERECHOS HUMANOS EN EL ACUERDO NACIONAL


La recuperación de la democracia en el país y la necesidad de establecer bases
sólidas para iniciar un nuevo rumbo en la marcha del Estado luego de las
traumáticas experiencias de las décadas pasadas, lleva el 22 de julio de 2002 a
la firma del Acuerdo Nacional entre el Presidente de la República y los líderes
de los partidos políticos, las organizaciones sociales y las instituciones
religiosas.

Los dos primeros objetivos planteados en el Acuerdo Nacional tienen una


vinculación directa con el tema de los derechos humanos: democracia y
Estado de Derecho y equidad y justicia social. Estos objetivos han
determinado que cinco de las políticas de Estado adoptadas en el Acuerdo
recojan el tema de los derechos humanos desde diversos aspectos.

Particularmente destacables son dos de las políticas de Estado planteadas en el


Acuerdo Nacional debido a sus alcances. La primera es el compromiso para
consolidar el régimen democrático y el Estado de Derecho (Primera Política
de Estado) y, la segunda, es llevar a cabo una política exterior al servicio de la
paz, la democracia y el desarrollo, que promueva una adecuada inserción del
país en el mundo (Sexta Política de Estado). En torno a estos compromisos
centrales pueden agruparse las siguientes políticas vinculadas a los derechos
humanos, como son: fortalecer el orden público y el respeto al libre ejercicio
de los derechos y al cumplimiento de los deberes individuales (Séptima
Política de Estado); promover la igualdad de oportunidades sin discriminación
(Undécima Política de Estado); adoptar políticas que garanticen el goce y la
vigencia de los derechos fundamentales establecidos en la Constitución y en
los tratados internacionales sobre la materia (Vigésima Octava Política de
Estado); optimizar el servicio que prestan las Fuerzas Armadas dentro del
irrestricto respeto a los preceptos constitucionales, al ordenamiento legal y a
los derechos humanos (Vigésima Quinta Política de Estado).

3.6. PLAN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS 2006-2010 (D.S. Nº


017-2006-JUS DEL 11 DIC. 2005)

Sobre la base de los acuerdos de la Conferencia Mundial de Derechos


Humanos realizada en Viena, Austria, en 1993, convocada por las Naciones
Unidas, el impulso consecuente de la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y la necesidad de articular los
diversos planes de acción a favor de distintos sectores de la población en
condición de mayor vulnerabilidad, a través del Decreto Supremo N 017-
2006-JUS del 11 dic. 2005, se puso en vigencia el "Plan Nacional de Derechos
Humanos 2006-2010".

El citado documento prevé la formulación de un diagnóstico sobre la realidad


de los derechos humanos en el país, que ofrezca a los formuladores y
operadores de políticas públicas, los elementos de juicio requeridos para
remover, de manera sistemática y adecuada, los obstáculos o dificultades que
afecten la realización de estos derechos.

2.4. CASUÍSTICA

Existe un amplio listado de casos pasibles de ser considerados como tortura.


En efecto, como señala la Corte Interamericana, recogiendo el pensamiento de
la Corte Europea sobre el tema, ciertos actos que no son calificados como
tratos inhumanos o degradantes el día de hoy podrían ser considerados como
torturas en el futuro, como consecuencia de las crecientes exigencias de
protección de los derechos y de las libertades fundamentales.

Así mismo, la Corte Interamericana ha manifestado que la tortura no sólo


puede ser ejercida mediante la violencia física sino también a través de actos
que produzcan en la víctima un sufrimiento físico, psíquico o moral agudo.

En el mismo sentido, el Comité de Derechos Humanos ha manifestado: "La


prohibición enunciada en el Art. 7, se refiere no solamente a los actos que
causan a la víctima dolor físico sino también a los que causan sufrimiento
moral.

Con respecto de la calificación del victimario, para que se perfeccione el tipo


del delito, su autor deberá ser:

• Un funcionario público u otra persona en ejercicio de funciones públicas.

• Cualquier otra persona que hubiese actuado bajo instigación, consentimiento


o aquiescencia de un funcionario público o de otra persona en ejercicio de
funciones públicas.
La finalidad del análisis de la casuística vinculada a derechos humanos estaría
resumida en el criterio que la Comisión Interamericana sostiene al señalar: "Es
necesario que todos los gobiernos adopten una política deliberada contra la
tortura, que ha de tener dos elementos fundamentales: la exhaustiva
investigación de toda denuncia de tortura por autoridades imparciales y
sanción ejemplar y pública de quienes resulten responsables de actos de esa
naturaleza cualquiera que sea su posición o jerarquía.

En cuanto a las obligaciones que debe cumplir un Estado ante una denuncia de
tortura o malos tratos, el Comité de Derechos Humanos ha establecido: "Las
denuncias de malos tratos deben ser investigadas eficazmente por las
autoridades competentes. Debe imputarse a quienes se declaren culpables la
responsabilidad correspondiente y las presuntas víctimas deben tener recursos
eficaces a su disposición, incluido el derecho a obtener reparación.

2. MARCO NORMATIVO DE LA PROTECCIÓN DE LOS


DERECHOS HUMANOS

2.1. FUENTES LEGALES

La base legal para la vigencia y aplicación de los derechos humanos -derechos


fundamentales- está constituida por instrumentos internacionales, regionales y
nacionales diversos, cuyo listado principal se expone a continuación.

De carácter universal
1. Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por
la Asamblea General en su resolución 217A (III), del 10 de diciembre de
1948. Contiene 30 artículos.

2. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,


adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General
en su resolución 2200A (XXI) del 16 de diciembre de 1966; entró en vigor el
3 de enero de 1976. Contiene 31 artículos.

3. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, adoptado y abierto a la


firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución
2200A (XXI), del 16 de diciembre de 1966; entró en vigor el 23 de marzo de
1976. Contiene 53 artículos.

4. Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos, adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la
Asamblea General en su resolución 2200A (XXI), del 16 de diciembre de
1966; entró en vigor el 23 de marzo de 1976. Contiene 14 artículos.

5. Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles


y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte, aprobado y proclamado por
la Asamblea General en su resolución 44/128 del 15 de diciembre de 1989.
Contiene 11 artículos.

6. Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las


instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades
fundamentales universalmente reconocidos, resolución aprobada por la
Asamblea General 53/144 del 8 de marzo de 1999. Contiene 20 artículos.

7. Proclamación de Teherán, proclamada por la Conferencia Internacional de


Derechos Humanos en Teherán el 13 de mayo de 1968. Contiene 21 artículos.

8. Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las


formas de discriminación racial, proclamada por la Asamblea General el 20 de
diciembre de 1963 mediante resolución 1904 (XVIII). Contiene 11 artículos.
9. Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer,
proclamada por la Asamblea General en su resolución 2263 (XXII), del 7 de
noviembre de 1967. Contiene 11 artículos.

10. Declaración de los Derechos del Niño, pro-clamada por la Asamblea


General en su re-solución 1386 (XIV), del 20 de noviembre 1959. Contiene 10
artículos.

11. Convención sobre la Esclavitud, firmada en Ginebra el 25 de septiembre


de 1926; entró en vigor el 9 de marzo de 1927. Contiene 12 artículos.

12. Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, adoptadas por el


Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por
el Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) del 31 de
julio de 1957 y 2076 (LXII) del 13 de mayo de 1977. Contiene 95 artículos.

13. Convención sobre el Derecho Internacional de Rectificación, abierta a la


firma por la Asamblea General en su resolución 630 (VII), del 16 de
diciembre de 1952; entró en vigor el 24 de agosto de 1962. Contiene 14
artículos.

14. Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de


sindicación, adoptado el 9 de julio de 1948 por la Conferencia General de la
Organización Internacional del Trabajo en su trigésima primera reunión; entró
en vigor el 4 de julio de 1950. Contiene 21 artículos.

15. Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva,


adoptado el 1 de julio de 1949 por la Conferencia General de la Organización
Internacional del Trabajo en su trigésima segunda reunión; entró en vigor el
18 de julio de 1951. Contiene 16 artículos.

16. Convenio sobre los representantes de los trabajadores, adoptado el 23


junio de 1971 por la Conferencia General de la OIT en su quincuagésima
sexta reunión; entró en vigor el 30 de junio de 1973. Contiene 14 artículos.

17. Convenio sobre las relaciones de trabajo en la administración pública,


adoptado el 27 junio de 1978 por la Conferencia General de la OIT en su
sexagésima cuarta reunión; entró en vigor el 25 de febrero de 1981. Contiene
17 artículos.

18. Convenio sobre la política del empleo, adoptado el 9 de julio de 1964 por
la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo en su
cuadragésima octava reunión; entró en vigor el 15 de julio de 1966. Contiene
11 artículos.

19. Convención sobre el consentimiento para el matrimonio, la edad mínima


para contraer matrimonio y el registro de los matrimonios, abierta a la firma y
ratificación por la Asamblea General en su resolución 1763A (XVII), del 7 de
noviembre de 1962; entró en vigor el 9 de diciembre de 1964. Contiene 10
artículos.

20. Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social, proclamada por


la Asamblea General en su resolución 2542 (XXIV) del 11 de diciembre de
1969. Contiene 27 artículos.

21. Declaración de los Principios de la Cooperación Cultural Internacional,


proclamada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en su 14ª reunión, celebrada
el 4 de noviembre de 1966. Contiene 11 artículos.

22. Recomendación sobre la Educación para la Comprensión, la Cooperación


y la Paz Inter-nacional y la Educación relativa a los Derechos Humanos y las
Libertades Fundamentales, aprobada por la Conferencia General de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, en su 18ª reunión del 19 de noviembre de 1974. Contiene 45
artículos.

23. Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio,


adoptada y abierta a la firma y ratificación, o adhesión, por la Asamblea
General en su resolución 260A (III) del 9 de diciembre de 1948; entró en vigor
el 12 de enero de 1951. Contiene 19 artículos.

24. Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los


crímenes de lesa humanidad, adoptada y abierta a la firma, ratificación y
adhesión por la Asamblea General en su resolución 2391 (XXIII), del 26
noviembre de 1968; entró en vigor el 11 de noviembre de 1970. Contiene 11
artículos.

25. Principios de cooperación internacional en la identificación, detención,


extradición y castigo de los culpables de crímenes de guerra, o de crímenes de
lesa humanidad, según Resolución 3074 (XXVIII) de la Asamblea General del
3 de diciembre de 1973. Contiene 9 artículos.

De carácter regional

1. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, OAS Res.


XXX, aprobada en la Novena Conferencia Internacional Americana (1948).
Contiene 38 artículos.

2. Convención Americana sobre Derechos Humanos; entró en vigor el 18 de


julio de 1978. Contiene 32 artículos.

De carácter nacional

1. Constitución Política del Perú (1993), cuyo contenido recoge la legislación


internacional sobre la materia.

2. Código Procesal Constitucional (2004).

3. Legislación positiva diversa, principalmente penal.

4. Plan Nacional de Derechos Humanos (Decreto Supremo N2 017-2005-


JUS).
DERECHOS FUNDAMENTALES RECOGIDOS E INSTRUMENTOS
INTERNACIONALES OBLIGATORIOS PARA EL PERU

Este resumen se destina a brindar una fuente inmediata de consulta respecto de


ciertos derechos fundamentales.

DERECHOS BASE NORMATIVA


FUNDAMENTALES
 Derecho a la vida.  Declaración Universal de Derechos Humanos.
 Derecho a la integridad  Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
personal y al trato humano.  Pacto Internacional de Derechos Económicos,
 Derecho a la libertad Sociales y Culturales.
personal.  Protocolo Adicional a la Convención Americana
 Libertad de conciencia, sobre Derechos Humanos en materia de Derechos
religión y culto. Económicos, Sociales y Cultura-les "Protocolo de
 Libertad de pensamiento, San Salvador".
expresión e información.  Declaración Americana de Derechos y Deberes del
 Derecho al honor, la honra, Hombre.
buena reputación o buen  Convención Americana sobre Derechos Humanos.
nombre, voz e imagen, y a  Declaración Americana de Derechos y Deberes del
la intimidad. Hombre.
 Derecho de rectificación o  Convención Americana sobre Derechos Humanos.
réplica  Convención Interamericana para Prevenir y
 Derecho de circulación o Sancionar la Tortura.
tránsito y de residencia.  Convención Contra la Tortura y otros tratos o penas
 Derecho de reunión. crueles, inhumanas o degradantes.
 Libertad de asociación.  Convención Interamericana para Prevenir,
 Derecho a la participación Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
política.  Convención sobre la eliminación de todas las
 Derecho a la igualdad y a la formas de discriminación de la mujer.
no discriminación.  Convención sobre los Derechos Políticos de la
 Derecho a la personalidad Mujer.
jurídica.  Convención Interamericana sobre Concesión de los
 Derecho a la nacionalidad. Derechos Políticos de la Mujer.
 Derecho a la identidad y al  Convención Interamericana para la eliminación de
nombre. todas las formas de discriminación contra las
 Derecho a la propiedad. persona con discapacidad.
 Derechos del niño.  Convención Internacional contra el Apartheid de
 Derecho a la familia y a su los Deportes.
protección.  Convención Internacional sobre la Eliminación de
 Derechos de la mujer. todas las formas de Discriminación Racial.
 Derecho a un recurso  Convención relativa a la lucha contra las
idóneo y eficaz. discriminaciones en la esfera de la enseñanza.
 Derecho a la tutela  Convención para la Prevención y la Sanción del
jurisdiccional efectiva y a Delito de Genocidio.
un debido pro-ceso.  Convención Interamericana sobre Desaparición
 Derecho a la indemnización Forzada de Personas.
 Derechos económicos,  Convención sobre los Derechos del Niño.
sociales y culturales.  Protocolo Facultativo relativo a la Venta de Niños,
 Los derechos humanos en la Prostitución Infantil y la Utilización de Niños en
esta-do de excepción. la Pornografía.
 Convenio OIT N 11 relativo a los Derechos de
Asociación y de Coalición de los Trabajadores
Agrícolas.
 Convenio OIT N 87 relativo a la libertad sindical y
a la protección del derecho de sindicación.
 Convenio OIT N 98 relativo a la aplicación de los
principios del Derecho de Sindicación y de
Negociación Colectiva.
 Convenio OIT N 169 sobre Pueblo Indígenas y
Tribales en Países Independientes.
 Convenio OIT N 100 relativo a la igualdad de
remuneración entre la mano de obra masculina y la
mano de obra femenina por un trabajo de igual
valor.
 Convenio OIT N 111 relativo a la discriminación
en materia de empleo y ocupación
 Constitución Política del Perú
 Código Procesal Constitucional.

You might also like