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Servicio Litúrgico Dominical

Fiesta del Corpus Christi (Ciclo A )


Edita: musicaliturgica.com 2 6 D E J U N I O 2 0 1 1

Una sociedad con valores

es una sociedad con futuro


DICEN QUE HA Y CRISIS ECONOMICA Y DE VALORES:
Mejor decir que hay crisis económica porque hay crisis de
valores. Porque:
Si prevaleciera la fe, nadie tendría hambre;
Si prevaleciera la fraternidad, nadie se sentiría sólo;
Si prevaleciera la solidaridad, nadie se quedaría fuera de la
mesa de la creación;
Si prevaleciera la fe nadie se sentiría desesperanzado;
Si prevaleciera el amor, nadie tendría frío;
Si prevaleciera la Eucaristía, nadie moriría.
Celebrar la Eucaristía no es sólo una fiesta, es una fuerza y
una urgencia y un compromiso. El pan de la Eucaristía tiene
todos los sabores y valores:
LITURGIA DE LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI (CICLO A)

PRIMERA LECTURA Libro del Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a

Moisés habló al pueblo, diciendo:


«El camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para
afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no.
Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni
conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo vive el hombre de pan, sino de todo cuanto sale
de la boca de Dios.
No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel
desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó
agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían
tus padres.»

SALMO RESPONSORIAL 147, 12-13. 14-15. 19-20 (R.: 12a)

Glorifica al Señor, Jerusalén.


Glorifica al Señor, Jerusalén; / alaba a tu Dios, / Sión: que ha reforzado los
cerrojos de tus puertas, / y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R.

Ha puesto paz en tus fronteras, / te sacia con flor de harina. / Él envía su men-
saje a la tierra, / y su palabra corre veloz. R.

Anuncia su palabra a Jacob, / sus decretos y mandatos a Israel; / con ninguna


nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. R.

SEGUNDA LECTURA Carta 1ª de S. Pablo a los Corintios 10, 16-17

Hermanos:
El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que
partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque-que co-
memos todos del mismo pan.

CANTOS PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA


(Todos estas canciones se pueden descargar en WWW.MUSICALITURGICA.COM)

Entrada: Alrededor de tu mesa; CLN-A4; Reunidos en el nombre del Señor CLN-A9


Que la lengua humana CLN 033
Introito: En latin. : Cibavit eos.
Misa : De angelis. (Canto Gregoriano)
Salmo y Aleluya: Glorifica al Señor Jerusalen. (Propio)
Ofertorio: Beberemos la copa .CLN-0 10;
Comunión: Adoro te devote (gregoriano); Donde hay cari-dad y amor. CLN-0 26);
Oh, buen Jesús. CLN.09; Fiesta del banquete ( I CLN-0 23)
Final: El Señor es ni fuerza CLN 717.
Procesión: Te adoro Sagrada Hostia; De rodillas, Señor.. Altisimo Señor; Alabad asl Señor; (Cantos
La celebración eucarística es una garantía de resurrección. Por eso, la Eucaristía es la celebración de
la vida. La comunidad cristiana, que se congrega para comer la carne de Cristo y beber su sangre,
debe dar señales de optimismo renovador y liberador; debe convertirse en un estímulo para todo pro-
yecto que vaya a favor de la vida, de la libertad y del verdadero progreso total de la humanidad.
Jesús se hace presente en nosotros y nosotros nos hacemos presentes a Jesús a través de la comida
fraternal del pan y del vino; a través de la puesta en común de nuestros bienes, nuestras personas,
nuestros dones e indigencias. Todo esto debe significar la cena, el banquete eucarístico en el que nos
sentamos todos a la misma mesa

EVANGELIO San Juan 6, 51-58


En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: Yo soy el pan vivo que
ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí:
-«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: Os aseguro que si no coméis la carne del
Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo
resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come
vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y mu-
rieron; el que come este pan vivirá para siempre. »

CORPUS CHRISTI
La fiesta del Corpus nos invita a agradecer y valorar el PAN DE VIDA que Je-
sús nos dio en ta Cena Pascual -la última Cena- como expresión de su Amor
un Amor siempre actual en el tiempo y en espacio. El PAN de la Eucaristía
realiza la COMUNIÓN que Él quería vivir con los hombres y las mujeres de
toda la tierra hasta el fin de los tiempos. Este PAN, partido y compartido, nos
revela que para nosotros, la comunión con Jesús sólo puede ser auténtica,
si comporta la comunión con los hermanos, una comunión que tiene que
traducirse en el gesto de compartir lo que somos y tenemos que es otro ras-
go muy importante de los discípulos de Jesús Resucitado.

Hoy, en esta fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor, somos invitados a fijar
nuestra mirada, con una especial intensidad, en el pan y el vino que el Señor
mismo nos ha dejado como presencia suya entre nosotros. El, muerto y re-
sucitado, se nos da como pan de vida eterna, como alimento para el camino,
como fuente abundante de toda gracia.

Todos los domingos nos reunimos aquí en la iglesia para dar gracias, para
celebrar su memorial, para vivir la comunión con él que se nos da. -Pero
hoy, en esta fiesta, después de haberlo recibido como alimento, queremos
hacer algo más: queremos ponernos ante él, ante este pan que es él mismo,
y agradecerle su inmenso amor, y, pedirle que acompañe siempre nuestras
vidas. ,,
Diez pensamientos breves sobre la Eucaristía
1.- Concilio Vaticano II: "Es el don más grande que el Señor ha ofrecido a su Esposa,
la Iglesia permanente... Es compendio de las palabras, vida y obra de Jesús, ofrecida al
Padre por nosotros... Es gloria de su Cuerpo Resucitado.... Es fuente, centro y culmen de
la vida cristiana".

2.- Beato Juan XXIII: "La Eucaristía, infundiendo en el corazón del hombre una nueva
energía -el amor sobrenatural-, refuerza, encauza y purifica el afecto humano, haciéndolo
más sólido y más auténtico. Cuando tiene a Dios en su pecho, todo el hombre queda ar-
monizado en sí mismo... En el sacramento divino, el Señor está sumido en el silencio para
esucharnos".

3.- Papa Juan Pablo II: "La Eucaristía es misterio de fe, prenda de esperanza y fuente
de caridad con Dios y entre los hombres".

4.- Santa Teresa de Jesús: "Hele aquí compañero nuestro en el Santísimo Sacramen-
to, que no parece fue en su mano apartarse de nosotros un momento".

6.- Santa María Micaela del Santísimo Sacramento: "No deseo nada ni me siento
apegada a nada más que a Jesús Sacramentado. Pensar que el Señor se quedó con noso-
tros me infunde un deseo de no separarme de El en la vida, si ser pudiera; y de que todos
lo conociesen y amasen. Seamos locos de amor divino y no hay nada que temer".

7.- Santa María Bertila Boscardín: "La fuerza del Sacramento me alcanza siempre y
en todas partes para que yo me comporte con responsabilidad... Porque yo siento necesi-
dad de estar un rato con nuestro Señor".

8.- Santa Teresita de Lisieux:

"¡Oh Jesús, Viña Sagrada!,


lo sabes, mi Rey divino,
soy un racimo dorado
que han de arrancar para ti.
Exprimida en el lagar
del oscuro sufrimiento,
yo te probaré mi amor.
Mi único gozo será
inmolarme cada día".

9.- Beato Manuel González "Pido ser enterrado junto a un sagrario, para que mis hue-
sos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los
pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No dejadlo abandonado!"

10.- Sobre la Virgen María y la Eucaristía: "Por eso yo llamaría maná a la misma Ma-
ría, porque derramó sobre todos los pueblos un manjar más dulce que la miel". (San Máxi-
mo de Turín)
"Por tanto, el que desee gustar de la dulzura escondida en el sacramento del altar y acer-
carse dignamente a este mismo sacramento, ha de disponerse invocando el nombre de la
Virgen María". (San Buenaventura)
"Os deseo la alegría de la Virgen que por ser humilde de corazón pudo guardar a Jesús
nueve meses en su seno. ¡Qué larga comunión!" (Madre Teresa de Calcuta)

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