Características de un verdadero Padre

Efe 4:6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos,
y en todos.

I. Es alguien que entrega Amor

1. "Cada día de nuestra vida hacemos depósitos en el banco
de memoria de nuestros hijos." Charles Swindoll
2. No existe relación si no hay amor, la relación física de
sangre tiene poca relevancia cuando hablamos de un
verdadero padre.
3. Tiene un amor que mira más allá del concepto trivial de
verlo como un amigo, sino de un amor que es capaz de
perdonar errores, que tiene la capacidad de alentar y
levantar.
4. Entrega no solo con palabras de afecto y cariño sino que lo
demuestra. Todo tiene aplicación con nuestro Padre que es
Dios y de quien aprendemos día a día.
II. Protector
1. "No creo que haya ninguna necesidad más grande en la
niñez que la de la protección de un padre." Sigmund Freud
2. Este sentido de protección lo da la fuerza que tiene un
padre, que lo hace estar atento a cualquier amenaza que
pueda venir sobre sus hijos.
3. Hoy tenemos una sociedad tóxica, corrupta, inmoral,
antiDios, en la que más que todo debemos cuidar los
corazones de ellos.
4. Lo más profundo es tener a Dios que está siempre velando
por nuestra seguridad, nos rodea como un escudo, es
como un castillo fuerte, que nos cuida bajo sus alas.

III. Instructor.
1. Cuando enseña un Padre le está enseñando a sus nietos y
bisnietos y todos los que vienen después.
2. Instruye al niño, nos indican las escrituras y es una
palabra para los padres.
3. Enseñar es más que dar palabras de dirección, esta
instrucción bíblica involucra el ejemplo.
 4. Dios nos enseña con su ejemplo, y aprendemos el bien, la
misericordia, su verdad, su amor, etc.
IV. Está activo
1. Entrega raíces y alas
2. "Dios, el Señor, creó al hombre para el cielo, por esto los
padres tienen la obligación de educar a los hijos para el
cielo."
3. Es una verdad la actividad es estar presente
permanentemente.
4. Arraigados en la fe en Cristo y para que cuando toque el
momento de dejarlos ir puedan llegar siempre al lugar
correcto con la bendición de Dios.

Lo más grande que podemos decir de nuestro Dios no es que es Rey,

ni que es Juez, sino que es Padre.