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REFLEXIONES

https://www.youtube.com/watch?v=giRAnO_d
lvI

http://www.rincondelpoeta.com.ar/cuento_fre
sia.htm
La mariposa azul

Había un hombre que vivía con sus dos hijas. Las niñas eran curiosas e inteligentes y
siempre hacían muchas preguntas. A veces el hombre sabía responder pero, otras veces, no
tenía ni idea de la respuesta. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó las
niñas de vacaciones a casa de un sabio que vivía en lo alto de la colina.

El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ningún tipo de duda. Impacientes con
el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no pudiera responder.

Así que un día una de ellas capturó una linda mariposa azul con la que pensaba engañar al
sabio.

¿Qué vas a hacer?” - le preguntó su hermana.

-Voy a esconder la mariposa entre mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta.
Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la
apretaré y la aplastaré. De esta manera, cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta
equivocada!

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.

-“Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?”

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:

-“Depende de ti... Ella está en tus manos.”

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando
algo falle: somos nosotros los únicos responsables por nuestros errores y malas decisiones.
“Como ocurre con la mariposa azul, nosotros podemos elegir entre la Vida y la
Muerte”

Tú decides. . .

Cuando dos seres se encuentran


Cada uno aporta al otro un poco de lo que él es.
Así aprendemos, nos construimos y evolucionamos.
Yo te aporto aquello en lo que soy diferente;
Dame un poco de lo que tú eres
En la paz y en la tolerancia.
Porque en cuanto te impongas
Sólo retendré tu violencia y arrogancia.
No se puede exigir del otro
que acepte lo que se le ofrece.
Recibiendo lo que entrega el otro
se abre a lo que podríamos aportarle.

Los tres consejos


Una pareja de recién casados era muy pobre y vivía de los favores de un
pueblecito del interior. Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa:

- “Querida yo voy a salir de la casa, voy a viajar bien lejos, buscar empleo y
trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida más cómoda y
digna. No sé cuánto tiempo voy a estar lejos, solo te pido una cosa: que me
esperes y, mientras yo esté lejos, me seas fiel, pues yo te seré fiel a ti.”

Así, siendo joven aún, caminó muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado
que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda. El joven llegó y
se ofreció para trabajar y fue aceptado.

Pidió hacer un trato con su jefe, el cual fue aceptado también. El pacto fue el
siguiente:

- “Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo encuentre que debo
irme, el señor me libera de mis obligaciones: Yo no quiero recibir mi salario. Le
pido al señor que lo coloque en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya.
El día que yo salga. Ud. me dará el dinero que yo haya ganado."

Estando ambos de acuerdo. Aquel joven trabajo durante 20 años, sin vacaciones y
sin descanso.

Después de veinte años se acercó a su patrón y le dijo:

- “Patrón, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi casa.”

El patrón le respondió:

- “Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo, solo que antes quiero hacerte una
propuesta, está bien? Yo te doy tu dinero y tú te vas, o te doy tres consejos y no te
doy el dinero y te vas. Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa.
Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta.”

Él pensó durante dos días, busco al patrón y le dijo: “QUIERO LOS TRES
CONSEJOS”

El patrón le recordó: “Si te doy los consejos, no te doy el dinero.”

Y el empleado respondió: “Quiero los consejos.”

El patrón entonces le aconsejo:

- “NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. Caminos más cortos y desconocidos te


pueden costar la vida.

- NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL. Pues la


curiosidad por el mal puede ser fatal.

- NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR. Pues


puedes arrepentirte demasiado tarde."

Después de darle los consejos, el patrón le dijo al joven, que ya no era tan joven,
así:
- “Aquí tienes tres panes, dos para comer durante el viaje y el tercero es para
comer con tu esposa cuando llegues a tu casa.”

El hombre entonces, siguió su camino de vuelta, de veinte años lejos de su casa y


de su esposa que el tanto amaba. Después del primer día de viaje, encontró una
persona que lo saludo y le pregunto:

- “Para dónde vas?”

Él le respondió:

- “Voy para un camino muy distante que queda a más de veinte días de caminata
por esta carretera.”

La persona le dijo entonces:

- “Joven, este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegaras en
pocos días”.
El joven contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer
consejo, “NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. CAMINOS MAS CORTOS Y
DESCONOCIDOS TE PUEDEN COSTAR LA VIDA”. Entonces se alejó de aquel
atajo y volvió a seguir por el camino normal. Dos días después se enteró de otro
viajero que había tomado el atajo, y lo asaltaron, lo golpearon, y le robaron toda su
ropa. Ese atajo llevaba a una emboscada.

Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a


la vera de la carretera. Era muy tarde en la noche y parecía que todos dormían,
pero una mujer mal en carada le abrió la puerta y lo atendió Como estaba tan
cansado, tan solo le pagó la tarifa del día sin preguntar nada, y después de tomar
un baño se acostó a dormir.

De madrugada se levantó asustado al escuchar un grito aterrador. Se puso de pie


de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir hacia donde escuchó el grito.
Cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo. “NUNCA
SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL PUES LA
CURIOSIDAD POR EL MAL PUEDE SER FATAL” Regresó y se acostó a dormir.
Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le pregunto si no
había escuchado un grito y él le contesto que si lo había escuchado.

El dueño de la posada de pregunto:

- "¿Y no sintió curiosidad?"


Él le contesto que no. A lo que el dueño les respondió:

- "Usted ha tenido suerte en salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una
mujer maleante con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped
sale a enterarse de qué está pasando, lo mata, lo entierra en el quintal, y luego se
esfuma."

El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa. Después de muchos
días y noches de caminata.. Ya al atardecer, vio entre los árboles humo saliendo
de la chimenea de su pequeña casa, camino y vio entre los arbustos la silueta de
su esposa. Estaba anocheciendo, pero alcanzo a ver que ella no estaba sola.

Anduvo un poco más y vio que ella tenía en sus piernas, un hombre al que estaba
acariciando los cabellos. Cuando vio aquella escena, su corazón se llenó de odio y
amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiró
profundo, apresuro sus pasos, cuando recordó el tercer consejo. “NUNCA TOMES
DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, PUES PUEDES
ARREPENTIRTE DEMASIADO TARDE”
Entonces se paró y reflexionó, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día
siguiente tomar una decisión.

Al amanecer ya con la cabeza fría, él dijo:

- “No voy a matar a mi esposa. Voy a volver con mi patrón y a pedirle que me
acepte de vuelta. Solo que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fui fiel
a ella.”

Se dirigió a la puerta de la casa y tocó. Cuando la esposa le abre la puerta y lo


reconoce, se cuelga de su cuello y lo abraza afectuosamente. El trata de
quitársela de arriba, pero no lo consigue.

Entonces con lágrimas en los ojos le dice:

- “Yo te fui fiel y tú me traicionaste."

Ella espantada le responde:

- “¿Cómo?... Yo nunca te traicioné. Te esperé durante veinte años."

El entonces le preguntó:

- “Y quien era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde?"


Y ella le contestó:

- “Aquel hombre es nuestro hijo. Cuando te fuiste, descubrí que estaba


embarazada. Hoy él tiene veinte años de edad."

Entonces el marido entró, conoció, abrazó a su hijo y les contó toda su historia, en
cuanto su esposa preparaba la cena. Se sentaron a comer el último pan junto.
Después, con lágrimas de emoción, partió el pan, y al abrirlo, se encontró todo su
dinero, el pago de sus veinte años de dedicación...

Una mañana, una mujer bien vestida se paró frente a


un hombre desamparado, quien lentamente levantó la
vista... y miro claramente a la mujer que parecía
acostumbrada a las cosas buenas de la vida. Su abrigo
era nuevo.

Parecía que nunca se había perdido de una comida en


su vida. Su primer pensamiento fue: "Solo se quiere
burlar de mi, como tantos otros lo habían hecho ..."

Por Favor Déjeme en paz !! gruñó el Indigente...

Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de él. Ella


sonreía, sus dientes blancos mostraban destellos
deslumbrantes.

"¿Tienes hambre?" preguntó ella. "No", contestó


sarcásticamente.

"Acabo de llegar de cenar con el presidente ... Ahora


vete."

La sonrisa de la mujer se hizo aún más Grande.

De pronto el hombre sintió una mano suave bajo el


brazo. "¿Qué hace usted, señora?" -preguntó el hombre
enojado."Le digo que me deje en paz" !!

Justo en ese momento un policía se acercó. "¿Hay


algún problema, señora?" -le preguntó el oficial ..

"No hay problema aquí, oficial, contestó la mujer ..


"Sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de
pie ...

¿Me ayudaría? El oficial se rascó la cabeza.

Sí, el Viejo Juan ha sido un estorbo por aquí por los


últimos años.

¿Qué quiere usted con él?" Preguntó el oficial ...


"Ve la cafetería de allí?" -preguntó ella. "Yo voy a darle
algo de comer y sacarlo del frío por un ratito."

"¿Está loca, señora?" el pobre desamparado se resistió.


"Yo no quiero ir ahí! Entonces sintió dos fuertes manos
agarrándolo de los brazos y lo levantaron.

"Déjame ir oficial, Yo no hice nada .."

"Vamos Viejo, esta es una buena oportunidad para ti,"


el oficial le susurro al oido ."

Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el


agente de policía llevaron al Viejo Juan a la cafetería y
lo sentaron en una mesa en un Rincón de la cafetería.

Era casi mediodía, la mayoría de la gente ya había


almorzado y el grupo para la comida aún no había
llegado ...

El gerente de la cafeteria se acercó y les pregunto:

"¿Qué está pasando aquí, oficial?" "¿Qué es todo esto?"


Y este hombre, está en problemas?"

"Esta señora lo trajo aquí para que coma algo,"


respondió el policía.

"Oh no, aquí no !" el gerente respondió airadamente.


"Tener una persona como este aquí es malo para mi
negocio !!!

El viejo Juan esbozó una sonrisa con sus pocos dientes.

"Señora, se lo dije. Ahora, si van a dejarme ir ? Yo no


quería venir aquí desde un principio."

La mujer se dirigió al gerente de la cafetería y


sonrió...
"Señor, ¿está usted familiarizado con Hernandez y
Asociados ??,
La firma bancaria que está a dos calles ?"

"Por supuesto que los conozco", respondió el


administrador con impaciencia. "Ellos tienen sus
reuniones semanales en una de mis salas de
banquetes."

"¿Y se gana una buena cantidad de dinero con el


suministro de alimentos en estas reuniones semanales?"
pregunto la señora ...

"¿Y eso que le importa a usted?

Yo, señor, soy Penélope Hernandez, presidente y


dueña de la compañía ".

"Oh Perdón!! dijo el gerente ...

La mujer sonrió de nuevo... "Pensé que esto podría


hacer una diferencia en su trato." Le dijo al policía,
que fuertemente trataba de contener una carcajada.

"¿Le gustaría tomar con nosotros una taza de café o tal


vez una comida, oficial?" "No, gracias, señora", replicó
el oficial. "Estoy en servicio".

"Entonces, quizá, una taza de café para llevar ?"

"Sí, señora. Eso estaria mejor".

El gerente de la cafetería giró sobre sus talones como


recibiendo una orden. -

"Voy a traer el café para usted de inmediato señor


oficial "

El oficial lo vio alejarse. Y opinó: "Ciertamente lo ha


puesto en su lugar", dijo.
"Esa no fue mi intención, dijo la señora... Lo crea o no,
tengo una buena razón para todo esto".

Se sentó a la mesa frente a su invitado a cenar. Ella lo


miró fijamente...

"Juan ¿te acuerdas de mí?"


El viejo Juan miro su rostro, el rostro de ella, con los
ojos lagañosos

"Creo que sí - Digo, se me hace familiar".

"Mira Juan , quizás estoy un poco mas grande, pero


mirame bien", dijo la Señora... "Tal vez me veo mas
llenita ahora... pero cuando tú trabajabas aqui hace
muchos años vine aquí una vez, y por esa misma
puerta, muerta de hambre y frío."
Algunas lágrimas posaron sobre sus mejillas...

"¿Señora?" dijo el Oficial, No podía creer lo que estaba


presenciando, ni siquiera pensar que la mujer podría
llegar a tener hambre.

"Yo acababa de graduarme de la Universidad en mi


pueblo", la mujer comentó.

"Yo había llegado a la ciudad en busca de un trabajo,


pero no pude encontrar nada.

Con la voz quebrantada la mujer continuaba: Pero


cuando me quedaban mis últimos centavos y me habían
corrido de mi apartamento. Caminaba por las calles, y
era en febrero y hacía frío y casi muerta de hambre. vi
este lugar y entre con una poca posibilidad de que
podría conseguir algo de comer. Con lágrimas en sus
ojos la mujer siguió platicando ... Juan me recibió con
una sonrisa.

"Ahora me acuerdo", dijo Juan. "Yo estaba detrás del


mostrador de servicio.
Se acercó y me preguntó si podría trabajar por algo de
comer".

"Me dijiste que estabas en contra de la política de la


empresa".
Continuó la mujer...

-Entonces, tú me hiciste el sándwich de carne más


grande que había visto nunca... me diste una taza de
café, y me fui a un rincón a disfrutar de mi comida.
Tenía miedo de que te metieras en problemas. Luego,
cuando miré y te vi a poner el precio de la comida en
la caja registradora, supe entonces que todo iba a
estar bien ".

"Así que usted comenzó su propio negocio?" El viejo


Juan dijo.

" Si, encontré un trabajo esa misma tarde. Trabajé


muy duro, y me fui hacia arriba con la ayuda de Mi
Padre Dios. Eventualmente empecé mi propio negocio
que, con la ayuda de Dios, prosperó .."

Ella abrió su bolso y sacó una tarjeta. "Cuando


termines aquí, quiero que vayas a hacer una visita al
señor Martínez. Él es el director de personal de mi
empresa. Iré a hablar con él y estoy segura de que
encontrará algo para que puedas hacer algo en la
oficina ".

Ella sonrió. "Creo que incluso podría darte un adelanto,


lo suficiente para que puedas comprar algo de ropa y
conseguir un lugar para vivir hasta que te recuperes. Si
alguna vez necesitas algo, mi puerta está siempre
abierta para ti Juan."

Hubo lágrimas en los ojos del anciano. "¿Cómo voy a


agradecer?, preguntó.
"No me des las gracias", respondió la mujer. "A Dios
dale la gloria. Él me trajo a ti."

Fuera de la cafetería, el oficial y la mujer se


detuvieron y antes de irse por su lado "Gracias por toda
su ayuda, oficial. Dijo la Sra. Hernández.

Al contrario, dijo el oficial," gracias. Vi un milagro hoy,


algo que nunca voy a olvidar. Y..., Y gracias por el
café. "...

El Tao es el camino, El Viajero nuestro tránsito por la


vida.
Antes de partir, el Sabio le dijo al Viajero:

“-No te olvides que el Viajero se vuelve Sabio, cuando mantiene en su conciencia


constantemente que es un Viajero, que está de paso en este mundo, que lo
permanente está dentro de él: sus valores, sus cualidades, su propia eternidad.

Toma tus precauciones; a veces, se presentan obstáculos.

Hay que tomar en cuenta que hoy en día, muchos se cansaron de ser niños y
quisieron crecer abruptamente y ahora quisieran ser niños otra vez. Que otros
perdieron su salud por buscar riqueza, y ahora pierden su riqueza para restaurar su
salud. Que muchos -por pensar ansiosamente sobre el futuro -se olvidan del
presente y acaban no viviendo ni en el futuro, ni en el presente. Otros, viven como
si nunca se fueran a morir, y luego mueren como si nunca hubieran vivido”.

El Viajero le dice al Sabio:

"Los seres humanos tenemos mucho que aprender en el camino de la vida. Dime
qué necesito saber, antes de seguir mi viaje. Los seres humanos tenemos que
aprender mucho a cada paso que damos".

• No podemos hacer que alguien nos ame, sino dejarnos amar.

• Toma años construir la confianza, y sólo pocos segundos, destruirla.

• Lo más valioso no es lo que tenemos en la vida, sino a quién tenemos en la vida.

• No es bueno compararnos con los demás; habrá siempre quien es mejor o peor.
• La persona rica no es la que más posee, sino la que necesita menos.

• Debería haber control sobre las actitudes, si no, son las actitudes las que nos
controlan a nosotros.

• Nos toma sólo segundos abrir heridas muy profundas en las personas que
amamos, y nos toma muchos años poder curarlas.

• Hay que entender que puede ser que haya alguien que nos ame, y sin embargo,
no siempre sucede que sepa expresar sus sentimientos.

• El dinero puede comprar todo, menos la felicidad. A veces nos podemos molestar
por algo, pero eso no nos da el derecho de molestar a otros.

• A veces- no es suficiente ser perdonados, si no nos sabemos perdonar a nosotros


mismos.

• Los seres humanos son amos y dueños de lo que poseen, pero son esclavos de
lo que dicen.

• Siempre cosecharemos lo que plantamos. Si plantamos habladurías, vamos a


cosechar intrigas. Si plantamos amor, vamos a cosechar felicidad. La verdadera
felicidad no es lograr metas, sino aprender a sentirnos satisfechos con lo que
logramos, sin que la envidia o los celos se apoderen de nosotros por lo que nos
falta.

• Aprender que dos personas pueden estar viendo la misma cosa, y sin embargo,
estar viendo algo totalmente diferente.

• Aquel que es honesto consigo mismo, a pesar de los obstáculos llegará lejos en
su camino.

Para aprender necesitas de Ocho Poderes. Estos son, en realidad, tu capacidad de


poner en práctica tus propios valores:

El Poder de empacar el pasado, el Poder de tolerar, el Poder de adaptarse, el Poder


de discernir, el Poder de juzgar, el Poder de afrontar, el Poder de cooperar y el
Poder de retirarse o de la introspección.

1. El Poder de Empacar el Pasado: No importa el país, no importa qué cultura sea,


la mayoría de nosotros -los seres humanos- pasamos gran parte de nuestro tiempo
recordando cosas que ya han sucedido. Volvemos a vivir el pasado una y otra vez,
a veces, imaginando, como si lo estuviéramos escribiendo otra vez… ¡si sólo
hubiéramos tenido la fuerza de…! O a veces, nos ponemos a imaginar cómo será
algo en el futuro. Nuestra mente, incluso reacciona a cosas que puede ser que
nunca sucedan. Y mientras revivimos el pasado e imaginamos el futuro, la vida pasa
-ahora mismo- mientras no le ponemos atención. Cuando desarrollas el poder de
empacar, dejar ir el pasado, dejar que el futuro se desenvuelva como realmente
será, podrás dejar que tu corazón se sienta ligero, sin ningún peso; tu mente estará
clara y libre, estarás libre para vivir el presente, estarás libre para vivir la experiencia
de tu propia vida. Como dice el Tao del Viajero: “Lo primero, es enfocarte, empacar
lo que ha pasado y dejar aparte lo que está por pasar. Así, el Sabio reivindica el
control de su mente”.

2. El Poder de Tolerar: La vida está llena de sorpresas. Las cosas que planeamos,
pueden salirse de su curso abruptamente con mucha facilidad. No tenemos control
sobre otra gente, no tenemos control sobre la naturaleza; tampoco podemos tener
control sobre las circunstancias, no importa cuántas veces lo intentemos. Pero no
es esto lo que nos hace felices o infelices. Esto sucede sólo si nosotros lo
permitimos. Son nuestras propias respuestas emocionales ante la vida las que nos
dan felicidad o sufrimiento, y éstas sí podemos controlarlas. Una vez que hacemos
nuestro este poder espiritual, incluso la peor de las circunstancias nunca podrá
derrotarnos. El Poder de la Tolerancia no es jamás una aceptación no deseada, sino
que es la habilidad de estar contento auténticamente -en cualquier circunstancia- y
la fuerza de ser insacudible se vuelve nuestra. Como es dicho en el Tao del Viajero:
“Profundamente en la conciencia de ser un alma, el Sabio planta las raíces de su
mente. Como un árbol que se dobla con el viento, el Viajero tolera todo y permanece
inquebrantable”. Este es el Segundo Poder.

3. El Poder de Adaptarse: La mente humana no tiene límites, el corazón no tiene


fronteras. Tenemos capacidad para una variedad infinita de diferentes tipos de
pensamientos y amor para tanta gente como queramos. El corazón es un pozo que
nunca se seca. Es el Poder Espiritual el que nos permite aceptar las diferencias en
la gente, en ideas, en la cultura, en la vida. Al aceptar las diferencias, nuestra mente
se abre y nuestro corazón se vuelve generoso. Así, vivir unos con otros se vuelve
algo fácil, que hace ser felices. Como es dicho en el Tao del Viajero: “El Señor del
Amor nunca cierra la puerta. Siguiendo al Maestro, el Sabio se adapta a las
diferencias y nunca permite que se cree alguna diferencia”. Este es el Tercer Poder.

4. El Poder de Discernir: Bien o mal, feliz o infeliz, nuestra vida está completamente
determinada por las elecciones y decisiones que hacemos en algún momento de
nuestra vida; a pesar de que no nos recordemos haberlas hecho. A pesar de que
hacemos cosas tan automáticamente que no parece una elección, siempre lo es.
Para que nuestras decisiones sean las correctas, necesitamos ser capaces de
discernir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso. Necesitamos la habilidad de
ver claramente, ver la cosas como son realmente, no importa qué tan bueno sea el
disfraz; esto nos permite dirigir el curso de nuestra vida, que nos llevará adonde
queremos realmente ir. Como dice el Tao del Viajero: “Trucos e ilusiones están en
todos lados y el camino puede estar inundado de un diluvio de palabras. El Sabio
discierne, encontrando el diamante entre la bisutería”. El Cuarto de los Poderes, es
éste.

5. El Poder de Juzgar: Viendo claramente cuáles son nuestras preferencias en la


vida, siendo capaces de determinar lo correcto de lo incorrecto, la verdad de la
falsedad, esto es sólo la primera mitad de nuestras acciones en la vida, sobre las
cuales después tenemos que decidir. Si hay dos buenas acciones, tres decisiones
honorables, todavía hay un juicio que hacer: ¿Cuál entre las opciones es la que me
corresponde hacer? Como en la balanza espiritual, el Poder de Juzgar nos permite
valorar hasta la última consecuencia de nuestras acciones y las acciones de los
otros. Como es dicho en el Tao del Viajero: “Viendo sus propias acciones tan
claramente cómo ve las de su hermano, el Sabio nunca deja que el deseo influya
en su decisión”. El Juicio Preciso, es el Quinto de los Poderes.

6. El Poder de Afrontar: Tener valor cuando se afronta el peligro, conquistar el miedo


cuando nos sentimos amenazados, mantener la calma cuando el comportamiento
de la gente nos intimida; esto es admirable. Pero, reconocer nuestras debilidades,
afrontar las sombras en el interior de nosotros mismos con honestidad, éste es el
valor más elevado en el comportamiento humano. Al vernos con honestidad,
podemos ver a los demás con una comprensión auténtica. Esta cosa solamente
puede cambiar una vida. Como dice el Tao del Viajero: “Incluso el Viajero Sabio es
asediado por los obstáculos: el Sabio afronta las rocas en el camino y las
debilidades dentro de sí, con la misma valentía”. Afrontar con Poder, es el Sexto de
los Poderes.

7. El Poder de la Cooperación: Nosotros los seres humanos, podemos hacer cosas


sorprendentes cuando trabajamos juntos. Dar nuestro tiempo, nuestra energía y
nuestra experiencia a otras personas, es una cosa admirable; esto ayuda a que la
vida funcione. Pero, hacer nuestro papel, poniendo cuidado más en el resultado que
en la gratitud de los demás; en el grupo, más que en sí mismo; cuando vamos más
allá de querer reconocimiento, y dejarnos a un lado la necesidad de estar en lo
correcto, entonces -verdaderamente- el total es mucho más que la suma de sus
partes. Con este tipo de cooperación, no hay nada que no se pueda hacer. Como
es dicho en el Tao del Viajero: “Creando alianzas, el Sabio ayuda a sus compañeros.
Dos, pueden lograr lo que uno solo no puede; cooperando en todo, él honra a sus
compañeros”. Cooperar es el Séptimo Poder.

8. El Poder de Retirarse o de Introspección: No importa donde estemos, qué tipo de


vida hayamos escogido; lo que era calma, se puede volver caos en un segundo. La
violencia viene en muchas formas, y -como el mar- una vida que puede ser serena
y hermosa, se puede volver turbulenta y trágica. A veces no podemos abandonar el
lugar en donde gobierna el desorden, el caos; pero podemos aprender a ir a lo más
profundo del interior de nuestro propio ser, sin que nada nos afecte. Aprender a
retirarse es un poder espiritual que podemos llevar con nosotros en cualquier
situación. Es una protección que siempre está con nosotros. Como es dicho en el
Tao del Viajero: “Cuando la insensatez empieza, los ladrones gobiernan. El Sabio,
sin inmutarse se retira. El retirarse sin culpa, es sabiduría”. Este es el Octavo de los
Grandes Poderes.

Las tres preguntas


León Tolstoi

Cierto emperador pensó un día que si conociera la respuesta a las siguientes tres preguntas,
nunca fallaría en ninguna cuestión. Las tres preguntas eran:

¿Cuál es el momento más oportuno para hacer cada cosa?

¿Cuál es la gente más importante con la que trabajar?

¿Cuál es la cosa más importante para hacer en todo momento?

El emperador publicó un edicto a través de todo su reino anunciando que cualquiera que
pudiera responder a estas tres preguntas recibiría una gran recompensa, y muchos de los
que leyeron el edicto emprendieron el camino al palacio; cada uno llevaba una respuesta
diferente al emperador.

Como respuesta a la primera pregunta, una persona le aconsejó proyectar minuciosamente


su tiempo, consagrando cada hora, cada día, cada mes y cada año a ciertas tareas y seguir el
programa al pie de la letra. Solo de esta manera podría esperar realizar cada cosa en su
momento. Otra persona le dijo que era imposible planear de antemano y que el emperador
debería desechar toda distracción inútil y permanecer atento a todo para saber qué hacer en
todo momento. Alguien insistió en que el emperador, por sí mismo, nunca podría esperar
tener la previsión y competencia necesaria para decidir cada momento cuándo hacer cada
cosa y que lo que realmente necesitaba era establecer un «Consejo de Sabios» y actuar
conforme a su consejo.

Alguien afirmó que ciertas materias exigen una decisión inmediata y no pueden esperar los
resultados de una consulta, pero que si él quería saber de antemano lo que iba a suceder
debía consultar a magos y adivinos.

Las respuestas a la segunda pregunta tampoco eran acordes. Una persona dijo que el
emperador necesitaba depositar toda su confianza en administradores; otro le animaba a
depositar su confianza en sacerdotes y monjes, mientras algunos recomendaban a los
médicos. Otros que depositara su fe en guerreros.

La tercera pregunta trajo también una variedad similar de respuestas. Algunos decían que la
ciencia es el empeño más importante; otros insistían en la religión e incluso algunos
clamaban por el cuerpo militar como lo más importante.

Y puesto que las respuestas eran todas distintas, el emperador no se sintió complacido con
ninguna y la recompensa no fue otorgada.

Después de varias noches de reflexión, el emperador resolvió visitar a un ermitaño que


vivía en la montaña y del que se decía que era un hombre iluminado. El emperador deseó
encontrar al ermitaño y preguntarle las tres cosas, aunque sabía que él nunca dejaba la
montaña y se sabía que solo recibía a los pobres, rehusando tener algo que ver con los ricos
y poderosos. Así pues el emperador se vistió de simple campesino y ordenó a sus
servidores que le aguardaran al pie de la montaña mientras él subía solo a buscar al
ermitaño.

Al llegar al lugar donde habitaba el hombre santo, el emperador le halló cavando en el


jardín frente a su pequeña cabaña. Cuando el ermitaño vio al extraño, movió la cabeza en
señal de saludo y siguió con su trabajo. La labor, obviamente, era dura para él, pues se
trataba de un hombre anciano, y cada vez que introducía la pala en la tierra para removerla,
la empujaba pesadamente.

El emperador se aproximó a él y le dijo:

—He venido a pedir tu ayuda para tres cuestiones:

¿Cuál es el momento más oportuno para hacer cada cosa?

¿Cuál es la gente más importante con la que trabajar?

¿Cuál es la cosa más importante para hacer en todo momento?

El ermitaño le escuchó atentamente pero no respondió. Solamente posó su mano sobre su


hombro y luego continuó cavando. El emperador le dijo:

—Debes estar cansado, déjame que te eche una mano.

El eremita le dio las gracias, le pasó la pala al emperador y se sentó en el suelo a descansar.

Después de haber acabado dos cuadros, el emperador paró, se volvió al eremita y repitió
sus preguntas. El eremita tampoco contestó sino que se levantó y señalando la pala dijo:

—¿Por qué no descansas ahora? Yo puedo hacerlo de nuevo.


Pero el emperador no le dio la pala y continuó cavando. Pasó una hora, luego otra y
finalmente el sol comenzó a ponerse tras las montañas. El emperador dejó la pala y dijo al
ermitaño:

—Vine a ver si podías responder a mis tres preguntas, pero si no puedes darme una
respuesta, dímelo, para que pueda volverme a mi palacio.

El eremita levantó la cabeza y preguntó al emperador:

—¿Has oído a alguien corriendo por allí?

El emperador volvió la cabeza y de repente ambos vieron a un hombre con una larga barba
blanca que salía del bosque. Corría enloquecidamente presionando sus manos contra una
herida sangrante en su estómago. El hombre corrió hacia el emperador antes de caer
inconsciente al suelo, dónde yació gimiendo. Al rasgar los vestidos del hombre, emperador
y ermitaño vieron que el hombre había recibido una profunda cuchillada. El emperador
limpió la herida cuidadosamente y luego usó su propia camisa para vendarle, pero la sangre
empapó totalmente la venda en unos minutos. Aclaró la camisa y le vendó por segunda vez
y continuó haciéndolo hasta que la herida cesó de sangrar.

El herido recuperó la conciencia y pidió un vaso de agua. El emperador corrió hacia el


arroyo y trajo un jarro de agua fresca. Mientras tanto se había puesto el sol y el aire de la
noche había comenzado a refrescar. El eremita ayudó al emperador a llevar al hombre hasta
la cabaña donde le acostaron sobre la cama del ermitaño. El hombre cerró los ojos y se
quedó tranquilo. El emperador estaba rendido tras un largo día de subir la montaña y cavar
en el jardín y tras apoyarse contra la puerta se quedó dormido. Cuando despertó, el sol
asomaba ya sobre las montañas.

Durante un momento olvidó donde estaba y lo que había venido a hacer. Miró hacia la
cama y vio al herido, que también miraba confuso a su alrededor; cuando vio al emperador,
le miró fijamente y le dijo en un leve suspiro:

—Por favor, perdóneme.

—Pero ¿qué has hecho para que yo deba perdonarte? —preguntó el emperador.

—Tú no me conoces, majestad, pero yo te conozco a ti. Yo era tu implacable enemigo y


había jurado vengarme de ti, porque durante la pasada guerra tú mataste a mi hermano y
embargaste mi propiedad. Cuando me informaron de que ibas a venir solo a la montaña
para ver al ermitaño decidí sorprenderte en el camino de vuelta para matarte. Pero tras
esperar largo rato sin ver signos de ti, dejé mi emboscada para salir a buscarte. Pero en
lugar de dar contigo, topé con tus servidores y me reconocieron y me atraparon,
haciéndome esta herida. Afortunadamente pude escapar y corrí hasta aquí. Si no te hubiera
encontrado seguramente ahora estaría muerto. ¡Yo había intentado matarte, pero en lugar de
ello tú has salvado mi vida! Me siento más avergonzado y agradecido de lo que mis
palabras pueden expresar. Si vivo, juro que seré tu servidor el resto de mi vida y ordenaré a
mis hijos y a mis nietos que hagan lo mismo. Por favor, majestad, concédeme tu perdón.

El emperador se alegró muchísimo al ver que se había reconciliado fácilmente con su


acérrimo enemigo, y no solo le perdonó sino que le prometió devolverle su propiedad y
enviarle a sus propios médicos y servidores para que le atendieran hasta que estuviera
completamente restablecido.

Tras ordenar a sus sirvientes que llevaran al hombre a su casa, el emperador volvió a ver al
ermitaño. Antes de volver al palacio el emperador quería repetir sus preguntas por última
vez; encontró al ermitaño sembrando el terreno que ambos habían cavado el día anterior.

El ermitaño se incorporó y miró al emperador.

—Tus preguntas ya han sido contestadas.

—Pero, ¿cómo? —preguntó el emperador confuso.

—Ayer, si su majestad no se hubiera compadecido de mi edad y me hubiera ayudado a


cavar estos cuadros, habría sido atacado por ese hombre en su camino de vuelta. Entonces
habría lamentado no haberse quedado conmigo. Por lo tanto el tiempo más importante es el
tiempo que pasaste cavando los cuadros, la persona más importante era yo mismo y el
empeño más importante era el ayudarme a mí…

»Más tarde, cuando el herido corría hacia aquí, el momento más oportuno fue el tiempo que
pasaste curando su herida, porque si no le hubieses cuidado habría muerto y habrías perdido
la oportunidad de reconciliarte con él. De esta manera, la persona más importante fue él y el
objetivo más importante fue curar su herida…

»Recuerda que solo hay un momento importante y es ahora. El momento actual es el único
sobre el que tenemos dominio. La persona más importante es siempre con la persona con la
que estás, la que está delante de ti, porque quién sabe si tendrás trato con otra persona en el
futuro. El propósito más importante es hacer que esa persona, la que está junto a ti, sea
feliz, porque es el único propósito de la vida

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