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InvestigaciónEconómica 1553 enero-marzode 1981, pp. 43-71
Etienne Balibar
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44 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 45
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46 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 47
ductivas como la fuente última de ese movimiento, y el campo ideo-
lògico como el elemento dentro del cual se cristaliza bajo una "forma"
social activa (cf. las Tesis sobre Feuerbach. El 18 Brumário: "los hom-
bres hacen la historia Esta clase de fenómeno de eco o de reper-
cusión que se produce más allá de las estructuras "fijas" de la econo-
mía, del derecho y del Estado, es bastante difícil de interpretar desde
el momento en que uno rehusa una simple explicación antropológica
(en la que se trataría de la unidad de las facultades progresistas del
Hombre: el Trabajo, la Conciencia). De hecho esas estructuras des-
criben un problema político que Marx busca plantear: la unidad
dada de las relaciones de producción, del derecho y del Estado, señala
las estructuras materiales de dominación de la clase dominante (el
"lugar" en el que esta clase se constituye y se instala) mientras que
la unidad problemática de las fuerzas productivas y de la ideología
(yo digo unidad problemática porque las fuerzas productivas están en
principio sometidas en su "desarrollo" a las relaciones de producción
existentes, y porque "la ideología dominante es antes que todo la
ideología de la clase dominante") designa, ella, la conjunción poten-
cial de las fuerzas revolucionarias.
Como ya lo dije anteriormente, el esquema base/super estructura,
tal como fue formulado por Marx en 1859, comprende también un
segundo aspecto importante desde el punto de vista de sus potenciali-
dades analíticas: define el concepto de una tendencia histórica (note-
mos que a este nivel no puede hablarse de "ley", precisión importante
para distinguir la formulación de Marx de aquellas del positivismo del
siglo xix, si bien es verdad que en Marx hay aquí igualmente una
fuerte incidencia evolucionista). A este respecto el punto importante
es la liga que se establece entre a) la tesis, ya señalada, que atribuye
al desarrollo de las fuerzas productivas el papel dinámico y a las rela-
ciones de producción el papel de una estructura de "bloqueo" en la
"contradicción" interna a la estructura económica de la sociedad y b)
la "línea" de sucesión de las "formaciones sociales" en la historia de la
humanidad. Ello significa que el antagonismo característico de cada
formación social, él mismo fundado sobre la contradicción interna
del "modo de producción" correspondiente, debe ser pensado, en úl-
timo análisis, como el efecto o la manifestación de una tendencia uni-
versal, que atraviesa toda la historia de la humanidad y que expresa
la forma bajo la cual se desarrollan sus capacidades productivas. Volve-
remos a este punto más adelante.
Esta concepción lleva en sí consecuencias también muy problemá-
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48 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 49
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50 Investigación Económica
mo histórico y de cada una de sus tesis en particular. Tales condiciones
de producción son necesariamente complejas ya que nos remiten a la
vez a las "fuentes" o mejor dicho a los materiales teóricos e ideológicos
a partir de los cuales se ha constituido el materialismo histórico; a las
contradicciones internas que conllevan; a las transformaciones que Marx
y sus sucesores les han hecho sufrir; a los límites de esas transforma-
ciones; a las condiciones históricas y sobre todo, políticas en las cuales
se ha producido este proceso; a los cambios en las modalidades de
relación de la "teoría" a la "práctica" (sobre todo la práctica de las
luchas de clase organizadas del movimiento obrero) en las coyunturas
sucesivas, que modifican el sentido de enunciados aparentemente idén-
ticos. Aunque esta definición sea muy esquemática, sugiere ya que
una crítica tal deba presentarse en un sentido como una aplicación
crítica del marxismo a sí mismo (a su propia historia y a su propia
constitución teórica).
Sin discutir por sí mismo aquí este punto, que puede parecer muy
especulativo, yo diría que una aplicación tal no tiene nada que ver
en principio (aun si se trata de un peligro real que la acecha) con
la constitución de un "meta-marxismo" filosófico. Círculo vicioso lógico,
a condición de que la investigación sobre los supuestos del materialismo
histórico sea objeto de una verdadera investigación histórica, suscepti-
ble de aportarnos conocimientos nuevos, imprevistos, y no sea solamente
una glosa suplementaria de las tesis ya existentes en el marxismo a pro-
pósito de su propia constitución, cualquiera que sea el interés que se
tenga. Bajo estas condiciones, podemos esperar por una parte un me-
jor conocimiento de los límites teóricos del marxismo (a la vez aquellos
que se refieren a su carácter inacabado y contradicciones), y a aque-
llos que se refieren al carácter intrínsecamente limitado, "terminado",
como dice Althusser, de la teoría marxista como de toda teoría cien-
tífica; aquello que hace que el marxismo no es y no sea jamás una
"concepción del mundo" total y absoluta. Por otra parte, nosotros po-
demos esperar contribuir a la transformación del materialismo histó-
rico o de algunas de sus tesis que se refieran al análisis de las formas
actuales de la lucha de clases y que constituye la única forma auténtica
de resolución de la "crisis del marxismo". Ello significa que es imposi-
ble determinar en qué consiste esa famosa "adquisición científica" del
marxismo de la que para comenzar hemos admitido la realidad, sin
transformarlo (o rectificarlo). Por consiguiente, el reconocimiento crí-
tico de esta "adquisición" y de sus límites no podrá jamás tomar la
forma de una partición simple, de tipo positivista, en la cual se sepa-
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Problemas de método en El Capital 51
rarían en el seno de la construcción teórica existente por una parte ,
los elementos "sancionados" y del otro los elementos "fuera de uso",
debiéndose conservar unos y rechazar otros (esa actitud típica de la
práctica "revisionista" en el sentido preciso que le confiere ya Berns-
tein, no puede resolver los problemas de la "crisis del marxismo" ni
de su utilización productiva).
Sin entrar en el detalle de un análisis, aún parcial de las condicio-
nes de producción histórica del materialismo histórico, lo cual sería aquí
totalmente desmesurado, yo indicaré, sencillamente, lo que me parece
es uno de sus aspectos más importantes, al cual será de utilidad referirse
en el curso de estas exposiciones. Se trata de una relación entre la teo-
ría elaborada por Marx y la ideología socialista de su tiempo. Esta
relación no tiene la simplicidad que presenta el esquema sugerido por
Engels en el Anti Duhring cuando él define el tránsito del "socialismo
utópico" al "socialismo científico".1 Nosotros proponemos entre el ma-
terialismo histórico y la ideología socialista de su tiempo (ella misma
lejos de estar unificada) una relación más contradictoria: el materia-
lismo histórico coincide con la ideología socialista sobre puntos esen-
ciales. Sin embargo, tomado en su problemática de conjunto, y más
aún dentro de su tendencia, el materialismo histórico se distingue de
la ideología socialista. De ahí una serie de tesis en las cuales el sentido
y los efectos son profundamente inestables. Por ejemplo, la tesis del
Anti Duhring según la cual el materialismo histórico conferiría un esta-
tus científico al socialismo al proporcionarle una demostración econó-
mica de su necesidad. O aun la tesis de la Crítica del Programa de
Gotha que define las "dos fases sucesivas" de la "sociedad comunista"
a partir de las fórmulas del socialismo "utópico" concerniente a la re-
partición "justa" del producto social ("a cada uno según su trabajo",
"a cada uno según sus capacidades"). O aun las formulaciones de El
Capital, libro III, capítulos 25, 27, 36, las cuales al prevenirnos contra
"las ilusiones sobre el poder milagroso que se atribuye al crédito y a los
bancos de actuar en favor del socialismo", explican que las sociedades
1 O másexactamente la dobleevolución se producea partirde los grandessistemas"ra-
cionalistas
críticos"del socialismoutópico(Saint-Simon, Fourier,Owen); por una parte
evoluciónprogresivahaciael socialismo científico
(Marx),y por otraparteevolución regre-
sivahaciadiferentesideologíassocialistas reformistas
"vulgares", y/oanarquistas. (Proudhon,
Bakunin, No olvidemos,
Lasalle,etcétera.) que el esquemadel AntiDuhring
entretanto, - re-
visadoy aprobadosinlugara dudasporMarx,así comoel conjunto - estálejos
del libro
de reducirsea seruna sucesión mecánicade la utopíay de la ciencia:sobretodopor el
papelesencialque él atribuyeen estepasajetantoal desarrollo del movimiento como
obrero,
a la transformación
de la dialécticahegelianaen "dialéctica lo que atribuye
materialista", a
éstaun papelesencialen la elaborción de conceptoscientíficos
de la economía marxista.
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52 Investigación Economica
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Problemas db método en El Capital 53
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54 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 55
como una mercancía del todo particular, cuya circulación y reproduc-
ción no es susceptible de reducir inmediatamente, ni a la forma general
de la circulación de mercancías ni a una de las implicaciones del con-
cepto de capital ("valor que se valoriza"), y ii) por la necesidad de
colocar al principio del análisis del proceso de producción un nuevo
punto de partida (tanto lógico como histórico) concerniente a las mo-
dalidades de la relación entre el proceso de trabajo y el proceso de
valorización (capítulo 7 de la edición francesa) .
b) Marx suprimió, en la edición separada del libro I: un capítulo
de recapitulación que debía constituir al mismo tiempo la transición
dialéctica a los libros II y III, es decir, el concepto de la articulación
entre "proceso de producción inmediata", "proceso de circulación" y
"proceso de conjunto de la producción capitalista". Nosotros poseemos
una versión provisional (hoy día editada bajo el título de "Capítulo
Inédito" "Resultados del proceso de producción inmediata"). Sin em-
bargo, esta supresión no se explica solamente por el hecho de que Marx
debía diferir la publicación de los libros II y III, y por tanto debía
dar al libro I una "conclusión" de apariencia más general. Nada es
en realidad menos "concluyente", en efecto, que las páginas finales del
libro I (sobre la "colonización"). De hecho, el capítulo suprimido se
presentaba como la terminación de un ciclo dialéctico abierto por la
definición de la mercancía, regresando a la relación mercancía/capital,
y por tanto a la circulación (libro II). En realidad el desarrollo del
libro I, una vez redactado, introducía una problemática diferente y de
otra magnitud : la de la "ley de la acumulación" del modo de produc-
ción capitalista (comprendida ahí su "ley de población"), y la de las
formas históricas de reproducción de la relación de producción capi-
tal/clase obrera (tanto del lado de su constitución en la llamada "acu-
mulación primitiva" que del lado de las contradicciones propias de la
revolución industrial) . Para ello era necesario no solamente hacer un
lugar mucho más grande que el previsto al análisis "concreto" de las
luchas de clases, sino introducir elementos teóricamente "prematuros"
en el razonamiento del libro I, en particular el concerniente al salario
teóricamente homogéneo con el concepto de ganancia, y cuyas formas
o "leyes" no habrían debido intervenir antes del examen de éste, es
decir, antes de la definición de la transformación de los valores en
"precios de producción". De ahí la reapertura, a este nivel, de la cues-
tión del "valor de la fuerza de trabajo" que aparece de esta manera
como un concepto central, toda la teoría de la plusvalía depende de
ella, sobre el cual es sin embargo, imposible de razonar si se permanece
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56 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 57
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58 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 59
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60 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 61
se puede sugerir, por el contrario, que sus modalidades son muy dife-
rentes según el caso, ya que ellas no dependen de la forma "axiomá-
tica" misma, sino de los resultados de la investigación a la cual está
sometido el objeto de análisis, y de manera indisociable, de los resul-
tados de la crítica a la que están sometidos en el marco planteado en
cada ocasión, las "generalidades" teórico-ideológicas con las que se
trabaja (sobre todo generalidades "económicas" en El Capital ). Es por
ello que yo utilizo la expresión de método pseudo-axiomático. Puesto
que tal método significa que los conceptos y las hipótesis, con ayuda
de las cuales se plantea cada espacio teórico particular, son considera-
das no como los datos indiscutibles (aún provisionalmente) sin otro
origen que la llamada evidencia empírica de los "hechos" o que el pro-
pio acuerdo intelectual, sino por el contrario, como los productos de
un proceso ideológico enraizado él mismo en la historia de la produc-
ción capitalista, del Estado burgués y de la lucha de clases. (Tal es en
efecto uno de los significados del análisis del fetichismo, por ejemplo.)
De ello resultan dos consecuencias importantes: la primera, que se re-
fiere al alcance crítico del materialismo histórico por comparación con
las "ciencias sociales" y la "teoría económica" dominantes, manifiesta
una posición totalmente diferente de la abstracción teórica (imposibi-
lidad de razonar en términos de "modelos" empírico-normativos de
equilibrio, de crecimiento, de regulación, etcétera) ; la segunda es inhe-
rente al materialismo histórico mismo: significa que éste puede, al
menos en potencia, incorporar a sus análisis el reconocimiento de la
"falsedad" relativa que hay en éstos, a condición de examinar siste-
máticamente las hipótesis que el materialismo histórico utiliza como
indicios de problemas no resueltos.
i) Primer ejemplo: al plantear su definición de valor y de la forma
valor, a Marx no le basta afirmar que la "reducción del trabajo abs-
tracto al tiempo de trabajo socialmente necesario, se efectúa práctica-
mente dentro de la serie indefinida de los actos de intercambio. Él agre-
ga que dicha definición supone la "reducción" práctica del "trabajo
complejo" a "trabajo simple" de acuerdo a una proporción no defi-
nida. Él justifica esta suposición al plantear que la tendencia histórica
misma del modo de producción capitalista conduce a la eliminación
progresiva del trabajo complejo, a la uniformización del trabajo con-
creto como "simple gasto de fuerza humana" bajo el efecto de la divi-
sión manufacturera del trabajo y de la revolución industrial, y conduce
pues a la "realización" práctica de las particularidades del "trabajo
abstracto" en las formas de "trabajo concreto" él mismo (por lo tanto:
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62 Investigación Económica
a la descalificación/desvalorización de la fuerza de trabajo, a su ca-
rácter "intercambiable" y a su circulación dentro del proceso de pro-
ducción capitalista o a su "movilización").
ii) Segundo ejemplo (que yo tomo de los análisis de Suzanne de
Brunhoff). La deducción de la forma moneda como un "equivalente
general" pone en evidencia una polaridad mercancía/moneda caracte-
rística de la circulación mercantil. Ella permite demostrar que no hay
"validación" posible de intercambios monetarios sin una referencia, aún
diferida, al trabajo socialmente necesario, y explicar así la posibilidad
formal de las crisis. De todas maneras, la forma moneda descansa
sobre una tesis intrínsecamente equívoca. Al mismo tiempo, "la mone-
da es una mercancía" y "la moneda es extraída de la circulación de
mercancías". Por lo tanto, ella es a la vez "interior" y "exterior" al
valor. Si el análisis de la sección I aclara el primer aspecto (interiori-
dad o inmanencia), deja en cambio totalmente a oscuras las determi-
naciones del segundo; aunque ese análisis sea indispensable, se limita,
sin embargo, a una referencia abstracta a la intervención del Estado
(o más bien de la esfera jurídico-política). Es decir que deja en la
sombra lo que podría llamarse la dualidad mercantil ¡ estatal de la for-
ma moneda. Se puede ver fácilmente cuál es el meollo de este equívoco,
que abre la posibilidad de dos argumentaciones divergentes. La pri-
mera de ellas, el caso más frecuente en la tradición marxista, cree
poder justificar principios generales del materialismo histórico (cf.,
párrafos anteriores sobre el esquema base/superestructura), cuyo equí-
voco será aprovechado para llevar a cabo una deducción (o más bien
una derivación) del Estado, por lo menos de algunas de sus funciones
típicas partiendo de la circulación de mercancías y de sus propias con-
tradicciones. La segunda de ellas, tomando el camino que siguió S. de
Brunhoff, trataría de colocarse en otro espacio teórico que permita con-
ceptualizar el aspecto dual de los fenómenos monetarios, es decir de
hecho su sobtedeterminación (ya volveremos a esto) por la interven-
ción combinada, que puede ser contradictoria, de dos procesos real-
mente distintos: la reproducción del equivalente general en la circu-
lación de mercancías, determinante en última instancia, y el conjunto
de prácticas monetarias del Estado, que determina directamente las
formas de esta reproducción al esforzarse en ajustar la "política mo-
netaria' al conjunto de objetivos de una "política económica".
iii) Tercer ejemplo: al proponer en el libro III "la hipótesis" según
la cual las mercancías, productos de capitales diferentes, se intercam-
bian efectivamente "a su valor", y al exponer su teoría de los precios
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Problemas de método en El Capital 63
de producción, Marx plantea una nueva hipótesis normativa: la de
una "tasa general de ganancia" que se establece como promedio de
las "tasas de ganancia individuales" (es decir de las tasas de ganancia
que corresponderían teóricamente a capitales de composición orgánica
diferente bajo el supuesto de una tasa uniforme de explotación del
trabajo en toda la sociedad), a través de un mecanismo de perecuación
(la competencia de los capitales). No es éste el lugar para examinar
en detalle la argumentación de Marx y las dificultades que ella
implica, en relación con la famosa cuestión de la "transformación de
los valores en precios". Indiquemos solamente, de nuevo, las posibili-
dades divergentes que se presentan a partir de esta argumentación.
O bien, consideremos, como gran parte de la tradición marxista "or-
todoxa", la existencia de la tasa general de ganancia como un resultado
definitivo de la teoría del que se puede deducir, por consiguiente, nue-
vas consecuencias, sobre todo las previsiones que se refieren a los efec-
tos de la "tendencia a la baja de la tasa de ganancia". Pero esta acti-
tud no sólo tiende a hacer "olvidar" los límites de validez del análisis
de Marx y de su propia "abstracción", sino que conduce a borrar la
relación crítica que existe entre este análisis de Marx y el de tesis "ve-
cinas" de la economía política clásica o neoclásica que se refieren igual-
mente a la baja de las tasas de ganancia, o más generalmente, a la
"baja de la eficacia" del sistema capitalista y a su acercamiento a un
"estado estacionario" (Stuart Mill, Schumpeter, etcétera).
O bien, por lo contrario, que es el caso esbozado por Lenin, en mi
opinión, cuyos análisis no consideran la "tendencia a la baja de la tasa
de ganancia", en razón misma de la importancia que él presta al
desarrollo desigual como característica fundamental de la acumulación
capitalista (posición que adopta a partir de una serie de trabajos sobre
el imperialismo), y en que se invierte la perspectiva: se trata no solamen-
te de considerar el establecimiento de una tasa general de ganancia igual-
mente como una tendencia, y por lo tanto de analisar todo el sistema
de contra-tendencias que se oponen históricamente a su realización, sino
también de utilizar la argumentación de Marx como un hilo conductor
para explorar los efectos a nivel de la acumulación de mecanismos
diferentes que rigen la competencia de los capitales, y que pueden tam-
bién conducir a una no-p^recuadón, es decir, a situar dentro del cuadro
del mercado mundial imperialista, tasas de ganancia diferentes, man-
tenidas estructuralmente en periodos más o menos largos, por medio
de fenómenos de sobreexplotación, de dominación y de intervención del
Estado en el reparto de la plusvalía. Tal perspectiva probablemente
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64 Investigación Económica
"
C. "Modo de producción e historia
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Problemas de método en El Capital 65
nido por Marx. De hecho, está claro que el término (del cual habrá
que reconsiderar las utilizaciones, bastante heterogéneas) no designa
solamente un objeto empírico, de manera descriptiva (sobre el modo:
hay un modo de producción capitalista, el cual vamos a estudiar). Este
concepto plantea la existencia en la historia, de un sistema coherente
que subsiste como tal al "reproducirse", es decir al reproducir sus pro-
pias condiciones de existencia, y aun reproduciéndolas "a escala am-
pliada", lo que implica al mismo tiempo una acumulación interna (de
dinero, de medios de producción, de fuerzas de trabajo "libres", etcé-
tera) y una absorción/destrucción por el modo de producción capita-
lista de todas las formas de producción anteriores (y aún posteriores:
ciertas formas de "socialismo". . . ) que le son en principio "exteriores".
Una tal reproducción dinámica produce en ese momento la impresión
de un auto-movimiento del capital y del modo de producción capita-
lista (término que Marx mismo le aplica), o más exactamente, dicha
reproducción se manifiesta de ese modo e impone, por lo mismo, como
objetivo de la teoría, la explicación de ese "auto-movimiento" aparen-
te. El método seguido por Marx para analizar el modo de producción
capitalista permite aproximar, a diferentes niveles, el problema que
plantea este "auto-movimiento", sea que nos permita pensar cómo en
las "formas elementales" del capitalismo están ya presentes las con-
tradicciones, que constituyen el "motor" y que son al mismo tiempo la
causa de su futura destrucción (o bien de su rebasamiento), o bien sea
que nos permita mostrar cómo las relaciones estructurales de tipo ca-
pitalista (relaciones de producción y de circulación) implican efectos
dinámicos o leyes de tendencia que reproducen estas contradicciones y
aún las agravan inevitablemente. Desembocamos entonces en la cues-
tión ya tratada antriormente. Desembocamos entonces en la cuestión
ya tratada anteriormente, de la relación entre abstracción teórica e "his-
toria". Es preciso señalar que es el objetivo de Marx, y después de él, del
materialismo histórico, - lo que los distingue de no importa qué filo-
sofía de la historia- , no es solamente el deducir, sino el analizar los
procesos históricos. Es por ello que es necesario construir una serie
de abstracciones teóricas. ¿Pero estas abstracciones constituyen "ins-
trumentos" en sí mismos, no históricos (o si se quiere "modelos" de
procesos históricos posibles) de los cuales examinaremos después la
forma en que se aplican (o no) a la historia vivida y observada? ¿O
bien son ya en sí mismas explicaciones del proceso histórico tal como
es, en su "singularidad", (cf. Engels: "...ese malentendido: Marx
querría definir cuando en realidad desarrolla; etcétera"; Gramsci:
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66 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 67
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68 Investigación Económica
en esta perspectiva, esforzarse por mostrar como Poulantzas, que el
concepto mismo de "clase" designa una suma de criterios "económi-
cos", "políticos" e "ideológicos"). ¿Pero correr el riesgo de privar las
distinciones conceptuales del materialismo histórico de todo alcance
analítico, no significaría caer en una dificultad más grande aún, ya
que estas distinciones no tienen utilización y serán finalmente anula-
das? Nos arriesgamos entonces a llevar a cabo una práctica ideológica
que reproduce de hecho las mismas explicaciones que la historia y la
"ciencia política" académicas, al hacer jugar diferentes "factores" ex-
plicativos según las necesidades del momento (factores económicos,
culturales, institucionales, etcétera) limitándose tan sólo a "transcri-
birlos" en un lenguaje marxista.
iv) Para abundar, agregaremos una cuarta interpretación posible,
inversa de la precedente : la historia no está dentro del juego recípro-
co de diferentes instancias que constituyen el conjunto base más super-
estructura, sino que más bien estaría siempre fuera de este conjunto.
Entendamos por ello que lo que constituye la historia, en último
análisis, son los factores situados al principio del conjunto (por ejem-
plo, los que explicarían el "dinamismo" aparentemente autónomo de
las fuerzas productivas), o aquéllos situados más allá del conjunto en
el horizonte de las luchas de clase revolucionarias, para las que habría
que invocar las formas de "conciencia" irreductibles a simples formas
ideológicas dadas (producidas por el modo de producción existente),
y que tienden, no a conferir a la estructura social que consideramos
una nueva configuración, sino por el contrario a suprimirla como tal.
Ello querría decir que el esquema de "formación social" igual a la
base más la superestructura no es el "cuadro" en el cual se desarrolla
toda la historia, sino por el contrario una estructura producida por la
historia y que la historia terminará por abolir (en el comunismo). La
exposición más clara de tal posición se encuentra en textos de Marx
como La Ideología Alemana y de los marxistas que presentan la lucha
de clases como el efecto de la división del tarabajo en generally la dis-
tinción base más superestructura misma como una modalidad de la di-
visión del trabajo (trabajo "manual" y trabajo "intelectual"); el
resultado final al que tiende la historia es entonces la supresión de la
división social del trabajo. Pero en ese caso, ¿qué es la "historia"?
Todas estas interpretaciones de los principios del materialismo his-
tórico han existido de una manera u otra en el curso de la historia del
marxismo. Ellas han coexistido incluso en ciertos autores. Sería del todo
erróneo representarlas como juegos escolásticos puros, totalmente im-
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Problemas de método en El Capital 69
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70 Investigación Económica
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Problemas de método en El Capital 71
a la segunda en función de la primera, que suponemos más o menos
solucionada por Marx y algunos de sus sucesores. Sin embargo, de todas
maneras hay que señalar lo siguiente: si rehusamos resolver las difi-
cultades internas del marxismo a través de "composturas" intelectua-
les, no basta que estas dos preguntas generales sean compatibles en el
principio; es necesario que sus respuestas reales lo sean igualmente de
manera rigurosa. De no ser así, podemos llevar a cabo arreglos con-
ceptuales, pero no tendremos ninguna razón seria para afirmar que
el marxismo sea científicamente preferible a muchos otros "modelos"
socioeconómicos. Lo que se trata de comprender es por qué en la cons-
trucción teórica de Marx, las dificultades son paradójicamente tanto
más grandes mientras más avanza en un tratamiento riguroso de estas
dos preguntas; por qué él no puede finalmente efectuar verdadera-
mente la combinación. ¿Qué obstáculos conceptuales están aquí pre-
sentes? Y sobre todo, ¿cuáles son los problemas reales propios del ca-
pitalismo, que no se han podido dominar de manera coherente?
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