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Igor Collazos, consultor y experto en inteligencia estratégica y Big

Data, creador de la web Tío Conejo, una 'startup' venezolana que se


apoya en el concepto de web semántica para brindar distintos servicios
sobre análisis predictivos, afirma: "Para entender lo que ocurre en
Venezuela hay que prestar atención a ideólogos como Barnett así como a
'think tanks' como el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano".

Las menciones que hace Collazos ya han sido señaladas por el


investigador francés Thierry Meyssan como la declaración de principios
que usa la élite mundial y el aparato militar occidental para
reconfigurar el mundo.

"Cuando Meyssan dice que a Estados Unidos no le interesa el petróleo


de Venezuela está en lo correcto. El petróleo barato, directo, es solo
un medio para lograr su verdadero fin", el cual consistiría en la
división del mundo en dos grandes bloques.

Una zona de orden compuesta por "naciones integradas", llamada el


Núcleo y otro territorio anarquizado o la Brecha, lleno de "naciones
no integradas" donde los conflictos y el caos serán el día a día. Sin
embargo, para llegar a este punto es necesario un requisito previo: la
destrucción de los Estados nación.

1) Balcanización, el juguete predilecto de la élite mundial

A juicio de Collazos, la estrategia de Occidente contra los países


considerados objetivos militares es la balcanización, esto es, la
"fragmentación sistemática de un Estado nación en estados más pequeños
mutuamente hostiles". El concepto se origina en las guerras en la
península balcánica y en especial con la destrucción de Yugoslavia en
los años 90 por la OTAN.

La idea central es "atizar las diferencias donde existan y crearlas


donde no las haya". La campaña de guerra psicológica en el caso
venezolano ha estado dirigida a crear identidades políticas no solo
contrapuestas, sino que además se busca que las mismas adquieran un
carácter insalvable incluso desde el punto de vista político.

Existen muchas maneras en que este objetivo de destrucción del Estado


nación puede ser logrado. Collazos identifica ocho de ellas, las
cuales, desde su punto de vista son todas hipótesis probables "y en
constante movimiento", en el caso venezolano:

1.1) Enclave: ocupación y consolidación de puntos estratégicos,


relativamente pequeños pero muy bien posicionados para el control,
sobre todo de redes de comunicación y transporte.

1.2) Intervención: actuación armada contra Estados nación.

1.3) Secesión: separación de porciones del territorio de un Estado nación.

1.4) Regionalismo: forjar identidades artificiales que enfatizan la


diferencia sobre la unidad con miras a posicionar la idea de secesión
por motivos pretendidamente culturales.

1.5) Metástasis: crecimiento descontrolado de enclaves al interior de


un Estado nación.

1.6) Anexión: apoderamiento de una fracción del territorio de un Estado


nación por parte de una potencia extranjera.

1.7) Especialización: fomento del desarrollo excesivo de una actividad


económica particular de una región con el propósito de debilitar su
capacidad de negociación, lo cual queda plenamente descrito por la
teoría de la dependencia y de los sistemas mundo.

1.8) Conflictos: fomento de guerras entre pueblos hermanos para


terminar de consolidar su separación.

2) Las guarimbas en Venezuela, un modelo casi perfecto.

Collazos hace uso de mapas para explicarnos lo que ocurrió durante las
protestas violentas de 2014 y 2017 y de lo que puede esperar Venezuela
en el caso de un conflicto militar "es todo parte de un mismo plan",
argumentó.

Según Collazos, el mapa muestra los principales lugares donde se


concentraron las guarimbas desarrolladas en 2017. Enclaves
territoriales que podrían resultar determinantes en el proceso de
balcanización de Venezuela.

"Hay que prestar especial atención al triángulo conformado por


Barquisimeto, Acarigua y Valencia. Las poblaciones de Cabudare y San
Diego se ubican justo en los puntos de control de las principales vías
de transporte del occidente del país", apunta.

Lo que el análisis hace explícito en el mapa es que, en el caso de una


eventual intervención armada, bastaría con el control del eje
Acarigua-Barquisimeto, para lograr la separación efectiva de todo el
occidente del país.

Una hipótesis de una probable agresión militar es que puede prescindir


de la invasión de ejércitos regulares o irregulares por el occidente
del país (frontera con Colombia) si se logran controlar de manera
inmediata las ciudades señaladas anteriormente.

Collazos centra su atención en un mapa específico y lo surca de


anotaciones y líneas. Pregunta —no sé si de forma retórica:

"¿Te parece casual que la élite petrolera del país antes de Chávez,
que obedecían al pie de la letra a Washington, haya decidido construir
uno de los complejos refinadores más grandes del mundo en una de las
zonas más vulnerables y propicias para balcanizar?".

Añade que para balcanizar no es necesario recurrir a operaciones


militares. Una de las tácticas clave, y que aún recuerdan con dolor en
la extinta Yugoslavia, tiene que ver con la exacerbación de los
regionalismos. Para Collazos, este avance de proyectos como Rumbo
Propio, un movimiento de corte secesionista en el estado de Zulia, uno
de los más grandes del país, apunta en esa dirección.

Si unimos a estas identidades locales el ataque a los servicios


públicos y la penetración de las fronteras por parte de grupos
paramilitares tenemos la composición perfecta para generar un malestar
que busque implosionar la relación con el Gobierno central y pedir la
autonomía política y administrativa.

3) Las ciudades como laboratorios de balcanización

Cuando hacemos un recuento, junto a Collazos, del mapa de las


protestas violentas de 2014 y 2017, los epicentros de la violencia son
siempre los mismos: las zonas más adineradas, controladas por la
oposición.
En tal sentido considera que las guarimbas visibilizaron un proceso de
fragmentación que avanzaba subterráneo: el de la 'ciudad racimo'.

La característica de esta clase de configuración es "el creciente


aislamiento del espacio en urbanizaciones cerradas en sí mismas", cuya
seguridad ha sido cedida a empresas privadas.

Es parte de un proceso global planetario de disolución del Estado


nación y de corporativización del ejercicio de la violencia", apunta
Collazos.

El fin último es brindarle base material a una concepción de Gobierno


corporativo a escala planetaria: el llamado World.Inc.

Un dato emerge dentro de la entrevista. Le hago saber que el fundador


de la nefasta contratista de seguridad, Blackwater, Erick Prince, al
parecer tiene ahora acceso directo a la Casa Blanca de la mano de los
nuevos halcones de la guerra, John Bolton y Mike Pompeo.

Sin los obstáculos que suponían generales como McMaster, enemigo de


desmantelar el Ejército para entregarle las tareas a las contratistas
militares, ahora el enfoque de la guerra será el que satisfaga a
empresas como BlackWater, es decir: "la eternización del conflicto" y
la "cotización interna de las naciones".

Collazos piensa sus próximas palabras y logra conectar los puntos.


Desde su óptica todo es muy coherente. Las casetas de vigilancia, el
cierre de calles, ceder la seguridad a empresas privadas, así se
transforma la mentalidad de los ciudadanos. Ahora la vida está llena
de controles: "Se configura un escenario en el cual la gente paga a
sus propios carceleros, ya que, sospechamos, que esas empresas son
subsidiarias de agencias internacionales con base en lugares como el
Reino Unido, EEUU e Israel".

¿Están modelando a la población? ¿Adecuándola para que acepte el


control sobre su cotidianidad, sobre sus formas de vida?, pregunto en
ráfaga.

Collazos nos recuerda la manera en que líderes violentos de las


guarimbas secuestraron por semanas a miles de ciudadanos en sus
urbanizaciones, ejerciendo total control sobre sus vidas. "Puede que
haya sido un ensayo", para lo que vendrá.

https://mundo.sputniknews.com/firmas/201804241078149841-caracas-
paises-occidentales-desintefracion/

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