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Diferencia entre el Sistema Nacional de Pensiones

(Decreto Ley N° 19990) y el Régimen de las Fuerzas


Armadas y la Policía Nacional del Perú (Decreto Ley N°
19846). Razones que justifican (o no) un tratamiento
distinto de Jubilación.
* Creado por ALVARO GONZALO OSORIO NEVADO.

1. DEFINICIÓN Y FUNDAMENTOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN PENSIONES.

El acceso a la seguridad social es un derecho que toda persona tiene y puede contar al
ubicarse en estado de necesidad. La palabra clave aquí es el “estado de necesidad de la
población”. Con la seguridad social se protegen las necesidades básicas de la población. Al Estado
le interesa, por mandato constitucional, tutelar la situación de necesidad imperante en la población
que requiere de apoyo mínimo dadas sus condiciones de desprotección.

La seguridad social se manifiesta a través de la prestación de servicios. El Estado


establece la organización de estas prestaciones; sin embargo, la ejecución debe darse con
programas sociales financiados con el erario del mismo. Dichos programas en su naturaleza deben
darse conforme al Principio de Gratuidad con que debe operar el gobierno; no obstante, se ampara
en las imposiciones tributarias a la población que, finalmente, deben redistribuirse en beneficio de
la misma.

La seguridad social debe beneficiar a todos los sectores de la sociedad, con mayor
incidencia en los sectores más vulnerables, ya que son ellos quienes no pueden alcanzar su
cobertura dada su economía.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la Seguridad Social es la protección


que la sociedad proporciona a sus miembros, a través de una serie de medidas públicas contra las
privaciones económicas y sociales[1].

2. PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN PENSIONES.


Consideramos idóneo acudir a los Principios de la Seguridad Social que abarcan a todos
sus ámbitos, para evaluar los principios específicos relacionados a las prestaciones en pensiones a
nivel nacional.

Los Principios Básicos de la Seguridad social son:


 Universalidad.
 Solidaridad
 Integralidad.
 Unidad.
 Internacionalidad.

Además, los Principios operacionales de la Seguridad Social son:


 Subsidiariedad.
 Igualdad.
 Imprescriptibilidad.
 Comprensividad.
 Progresión racional.
 Tecnicidad Administrativa.
 Inmediación.

La posición nacional respecto de las instituciones o pilares de la seguridad social


pensionaria, descritos en este capítulo como principios, posee dos vertientes a seguir:
 Primero, se debe proteger el riesgo de pobreza en la vejez.
 Segundo, se debe garantizar el reemplazo de los ingresos del trabajo para quienes pierden la
capacidad de hacerlo por edad o incapacidad permanente.

3. PRESTACIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL:

Como sabemos, la Seguridad Social en sí, se constituye como una institución jurídica por
medio de la cual se reconocen derechos y ejercitan prestaciones al ciudadano dada una situación
de necesidad por la calidad de desprotección mínima.

Entonces, la ejecución de la institución Seguridad Social la acciona y administra el Estado


mediante su organización reflejada en prestaciones.

Su manifestación puede darse en función de las contingencias sociales y riesgos. A su vez,


se toma en cuenta que la vida y la salud son percibidas como objetivos de la Seguridad Social. En
contraste, la Seguridad Social implica la seguridad no sólo en criterios de calidad de vida y
dignidad de los individuos, sino que va de la mano con la Seguridad Económica que debe generar
una política promovedora de la Seguridad Social, debido a que está en vilo el tesoro nacional y la
economía de los ciudadanos. De allí que para la ejecución de las prestaciones se requiera de un
análisis económico y social para determinar, por ejemplo, el incremento y reducción de la cuantía
básica de las prestaciones económicas o la misma determinación de la cuantía mínima y máxima
de las prestaciones económicas

a. ANÁLISIS DE LA PENSIÓN DE JUBILACIÓN.

i. CONCEPTO DE JUBILACIÓN:

Jubilación deviene del vocablo latín “yobel” que significa júbilo, alegría o fiesta pública
celebrada por personas manumitidas en el imperio romano. Sin justificación alguna [2], en la
ciencia del Derecho se utiliza este término para hacer referencia al retiro de la actividad de un
trabajador.

Por jubilación se entiende a la acción o efecto de jubilar o jubilarse. Es el retiro del trabajo
particular o de una función pública, con derecho a percibir una remuneración calculada según los
años de servicio y la paga habida. También es considerada jubilación la cuantía o importe de lo
que se percibe sin prestación de esfuerzo actual, y por la actividad profesional desplegada hasta
alcanzar cierta edad o encontrarse en otra situación, como la invalidez, que anticipe tal derecho o
compensación[3]. Otros la consideran como una renta de sustitución destinada a compensar la
pérdida de ingresos profesionales de una persona cuando ésta, a causa de la edad, cesa o ha
cesado en su vida laboral activa, la cual constituye una prestación económica, una pensión única,
vitalicia e imprescriptible, para aquellos trabajadores que cuenten con los requisitos exigidos por el
sistema de seguridad social, y cuya cuantía viene determinada por la edad de juilación y los años
de cotización[4].

Según Martín Fajardo “jubilación”, para los efectos previsionales, “es el derecho que le
asiste a toda persona de dejar de ejercer una actividad remunerada y retirarse del mercado de
trabajo por razones de invalidez, vejez, o por su propia voluntad, percibiendo una renta vitalicia
sustitutoria de la que percibía durante su vida laboral”[5]. Es también considerado un derecho al
reposo o descanso, y, en otra perspectiva, un premio de la sociedad a quienes han trabajado
durante en su edad madura[6].

ii. TERCERA EDAD y EDAD DE RETIRO.

Estos términos no necesariamente significan lo mismo que la jubilación pero se asocian al


mismo. El estado depresivo, la desactualización, un sentimiento de inutilidad o incomprensión
familiar genera en los individuos una reflexión de las funciones y la operatividad con que
contribuyen en sus labores. A manera simple, uno llega a la vejez terminando la fase de madurez
corporal y física; allí se puede decir que uno se encuentra en la tercera edad y posiblemente se
permita un análisis del retiro.

La tercera edad no ha de empezar con la propia jubilación sino que esta representa una
edad estimada en la cual se pierden capacidades físicas y mentales, la cual depende de un
momento singular en la persona y puede, como no, coincidir con la jubilación.

La OIT dice que “la edad prescrita (para el retiro) debería ser aquella en que comúnmente
las personas son incapaces de efectuar un trabajo eficiente, en la que la incidencia de la familia y
de la invalidez es elevada y en que la desocupación laboral, si la hubiere, sería probablemente de
carácter permanente”[7].

iii. CONDICIONES PARA DETERMINAR EL QUANTUM DELA PENSIÓN.

Dos son los elementos que permiten calificar el monto básico del saldo jubilatorio:
1. La edad fijada por ley.
2. El computo de tiempo de aportación del asegurado.

El primero constituye un elemento elemental del la determinación del quantum y el


segundo opera como elemento regulador del mismo.

iv. CLASES DE PENSIONES DE JUBILACIÓN.


1. MÍNIMA:
Es tomada como aquella por medio de la cual se sustituye de la remuneración que tuvo el
asegurado durante su vida laboral activa.

2. CONTRIBUTIVA.

Esta pensión es una contrapartida proporcional a los aportes del trabajador, el cual
constituye un derecho exigible. Aquí el sistema no puede quitar ni regalar nada.

3. GRACIABLE.

Se le conoce como pensión extra reglamentaria. Se entrega a personas o sus sucesores


debido al mérito o por la prestación los servicios especiales a favor de la nación [8].

4. SISTEMAS DE PENSIONES EN EL PERÚ.

Es importante resaltar que el Sistema de Pensiones peruano no es uno integrado o único,


como se debería aspirar, sino que está compuesto por cuatro sub-sistemas diferentes:
 El Sistema Nacional de Pensiones (SNP); régimen del D. L. N° 19990.
 El régimen especial del D. L. N° 20530.
 Sistema Privado de Pensiones.
 Cajas de Pensiones Gremiales.

Para nuestro estudio sólo analizaremos el primero y el último de los sistemas. Además, el
último de los sistemas lo veremos exclusivamente desde la perspectiva del Régimen Pensionario
de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacionaldel Perú (Decreto Ley N° 19846), cuando en realidad
son múltiples los sistemas dependiendo de las características de los gremios; por ejemplo, existe la
Caja de Beneficios y Seguridad del Pescador o las derramas, cajas de beneficio y otros fondos de
jubilación.

a. EL SISTEMA NACIONAL DE PENSIONES (SNP), RÉGIMEN DEL DECRETO LEY N° 19990.


i. PENSIÓN DE JUBILACIÓN:

Poseen derecho a la pensión de jubilación quienes tienen sesenta y cinco (65) años de
edad y, por lo menos, veinte (20) años de aportación[9].

Conforme al régimen del Decreto Ley N° 19990 se aplica la pensión de un trabajador en el


SNP a aquellos que al 18 de diciembre de 1992 hayan contado por un lado, con más de quince
años de aporte y 60 años de edad, para los hombres; y, 55 años de edad y 13 años de aportes,
para las mujeres.

La pensión de jubilación corresponde al 50% de la remuneración de referencia por los


primeros 15 (hombres) o 13 (mujeres) años de aporte. Por cada año adicional de aporte, se otorga
un incremento de 2% (hombres) o 2,5% (mujeres). La remuneración de referencia se calcula con el
promedio de las últimas 12, 36 o 60 remuneraciones, en aplicación del promedio que mayor
beneficie al trabajador.

1. REMUNERACIÓN DE REFERENCIA.

La remuneración de referencia es la suma de las remuneraciones, o sea el total de ellas,


asegurables percibidas en los últimos 12 meses seguidos inmediatamente anteriores a la última
aportación, salvo que el promedio salvo que el promedio de los últimos 36 o 60 meses sea mayor,
en cuyo caso utilizará el más elevado entre 12.

Otros casos:
 Aportación de 30 ó + años completos = total de remuneraciones en los últimos 36 meses
consecutivos anteriores al último mes de aportación/36.
 Aportación de 25 ó – de 30 años completos = total de remuneraciones en los últimos 48 meses
consecutivos anteriores al último mes de aportación/48.
 Aportación de 20 ó – de 25 años completos = total de remuneraciones en los últimos 48 meses
consecutivos anteriores al último mes de aportación/60.

Cuando no se hubiera aportado por falta de prestaciones de servicios, debido a casos de


accidentes, enfermedad, maternidad, licencia con goce de haber o paro forzoso, se sustituirán
dichos periodos por igual número de meses consecutivos.

2. MONTO DE LA PENSIÓN.

Este equivale a la mitad (50%) de la remuneración de referencia del trabajador, siempre


que tenga por lo menos veinte años de aportación. Este porcentaje se eleva en 4% por cada año
adicional completo de aportación, hasta el total (100%) de la remuneración de referencia.

Si quienes reciben una pensión de jubilación tienen cónyuges y/o hijos tienen otro
tratamiento. En el caso de cónyuges, el monto de la pensión aumentará entre un 2% y el 10% de la
remuneración o ingreso de referencia por el cónyuge. Sobre los hijos sucederá un aumento, en las
mismas reglas, entre el 2% y el 5% por cada hijo.

3. PENSIÓN MÁXIMA.

La pensión máxima de jubilación en el SNP no excederá la pensión máxima impuesta


por la ONP ni podrá exceder el monto de la remuneración de referencia[10].

4. PENSIÓNES MÍNIMAS.

Las pensiones mínimas para el SNP son según la ONP[11]:


Años de aportación Monto
 Con 20 ó +: S/. 415
 Con 10 y – de 20: S/. 346
 Con 6 y – de 10: S/. 308
 Con 5 y – de 5: S/. 270

5. JUBILACIÓN ADELANTADA.

Para obtener una pensión de jubilación adelantada se requiere:


 Una tasa de aporte ascendente a 13%
 55 y 30 años de aportación.
 50 y 25 años de aportación.

La situación en particular de quienes fueron despedidos por reducción de personal o cese


colectivo es especial[12]. Constituye un atributo o derecho de elegir el adelanto de la jubilación
con 20 años de aportación.

La pensión base es la pensión que hubiera recibido el trabajador bajo el Régimen General,
salvo porque se reduce 4% por año de adelanto respecto de la edad de jubilación regular (65
años).

6. BONIFICACIÓN ADICIONAL.

Los pensionistas bajo el régimen del Decreto Ley N° 19990 que cuenten con 80 o más
años de edad tienen derecho a recibir una bonificación mensual del 25% de su pensión regular. Su
cálculo versará sobre el monto de la pensión total que recibía al cumplir los 80 años [13].

7. PENSIÓN PROVISIONAL.

Esta pensión sólo tiene lugar obligatoriamente cuando, por inoperancia de la ONP para
resolver una solicitud de otorgamiento o declaración de pensión, la entidad no se haya
pronunciado. Sin embargo, el pensionista provisional deberá rellenar una declaración jurada en la
que se obligará a la devolución del exceso del pago, de ser el caso[14].

b. RÉGIMEN PENSIONARIO DE LAS FUERZAS ARMADAS Y LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ


(DECRETO LEY N° 19846).

Cabe precisar que este sistema es administrado por la Caja de Pensiones Militar Policial
(CPMP); entonces, este trabajo ameritará cierto estudio de su función en el sistema pensionario
peruano.

i. PRESTACIONES.

Las prestaciones otorgadas como producto del régimen pensionario militar policial se
manifiesta en pensiones y compensaciones a sus beneficiados (a los propios servidores o sus
sucesores).

ii. PENSIONES.
Entre las múltiples pensiones, como la de invalidez, de cesación temporal, de
disponibilidad o de incapacidad que brinda la CPMP por mandato de la ley, nos interesa conocer la
pensión por “retiro o cesación temporal” para los servidores debido a que es el equivalente, no lo
mismo, a la pensión de jubilación en el Sistema Nacional de Pensiones, el cual buscamos
contrastar.

Las pensiones en este régimen militar policial, en su clasificación, pueden ser renovables o
no renovables:
 Para acceder a las pensiones con carácter renovable, también considerada cédula viva, debe
cumplirse con estos requerimientos:
o Haber cumplido 20 años de servicios como mínimo, tanto hombres como mujeres.
o Cuando se paso a “retiro” por causales de: renovación de cuadros y límite de edad en el grado; aun
cuando tenga 15 años de servicios en hombres o 12.5 años en mujeres y menos de 20.
o El personal inválido o fallecido por acción de armas, en acto o como consecuencia del servicio, sin
tomar en cuenta el tiempo de servicios prestados.
o El personal fallecido por acto ajeno al servicio con más de 20 años de servicio.
 Para acceder a las pensiones con carácter no renovable debe cumplirse con estos requerimientos:
o El personal que ha cumplido con por lo menos 15 años de servicios siendo hombres y 12.5 para
mujeres, sin que hayan llegado a veinte años de servicios.
o El personal que se ha incapacitado por acto ajeno al servicio.
o El personal fallecido por acto ajeno al servicio con más de 15 y menos de 20 años de servicio en
los hombres, y, más de 12.5 y menos de 20 años de servicio siendo mujeres.

iii. COMPENSACIONES.

Constituyen otro tipo de beneficios, distintos a las pensiones, que se prestan al personal
militar policial. Estas son consideradas como el pago que tiene el personal que pasa al estado de
“retiro” sin que cuenten con el tiempo estimado como mínimo para prestar servicios para gozar
pensión, o sea, mínimo 15 años siendo hombres y 12.5 años para mujeres.

Para su cálculo se utiliza como referencia el monto de la Última Remuneración Pensionable


otorgada cuando estaba en actividad; a su vez, para el cálculo se requiere evaluar el tiempo de
servicios prestados.

5. RAZONES QUE JUSTIFICAN (O NO) UN TRATAMIENTO DISTINTO DE JUBILACIÓN.

La discusión tiene muchas tonalidades. La calificación es distinta para el ojo del legislador
por cuanto existe cierta diferencia de status laboral en los sujetos beneficiarios de la pensión de
jubilación o por retiro.

La cuestión es simple, unos son civiles, o sea, comunes ciudadanos y otros pertenecen al
personal militar o policial. Ahí ya tenemos una distinción entre los beneficiarios de una pensión. Sin
embargo, el punto a evaluar, y con motivación constitucional, es el derecho fundamental a la
igualdad de derechos sin distinciones de género, condiciones económicas, entre otros. Todos
somos iguales y tenemos los mismos derechos tal cual lo dicta nuestra constitución.
La discusión de derechos, entonces, deberá evaluar los bienes jurídicos protegidos en
torno a los mismos. Ha de sopesarse unos derechos sobre otros. Estamos ante derechos de rango
constitucional como el derecho a la seguridad social, derecho a la igualdad, derecho a la vida
digna, etc.

El derecho a la seguridad social es uno de vital importancia para un Estado ya que el


mismo tiene como custodia los derechos sociales, valga la redundancia, inherentes a cada uno de
los ciudadanos por el único hecho de considerarse seres humanos y, como tal, “sujetos de
derechos”. Es un derecho que no tiene juicio en nuestra percepción de estudio, debido a que es un
derecho que cubre un “estado de necesidad” y a nadie debe privársele de ayuda ante dicha
situación.

El derecho a la vida digna esta contemplado desde el primer artículo de nuestra


constitución política. El fin supremo del estado es velar por el respeto de la dignidad de la persona
humana y a su tutela se encuentra el Estado. Sin un sistema de seguridad social no existiría vida
digna en los ciudadanos en “estado de necesidad”. Ello justifica la presencia de los beneficios
derivados del sistema pensionario y de seguridad en salud.

El derecho a la igualdad es considerado un principio para todos los ordenamientos jurídicos


del mundo. La distinción, prejuicio o discriminación de personas por razones sociales o por
tratamiento jurídico distinto son siempre un tema de distintas interpretaciones. No obstante desde
la perspectiva humanista del Derecho es deber del Estado de preservar estas instituciones de gran
contenido moral, como la igualdad, la libertad, justicia, etc. dado a que forjan en la ciudadanía
conductas de rico contenido axiológico o juicios valorativos. Ello justificaría una propuesta
modificatoria del tratamiento diferenciado de las pensiones de jubilación del SNP y de retiro del
régimen pensionario del personal militar-policial.

El derecho a la seguridad social tiene, además de la consigna de funcionar a manera de


contingencia, como misiva en particular, elevar la calidad de vida de los beneficiarios de ella, es
decir, de todos los ciudadanos conforme al artículo diez de la Carta Magna [15]. El mencionado
artículo refiere al principio de universalidad, al principio operacional de progresión racional, entre
otros, contenidos en las bases del Derecho de Seguridad Social.

Lo más rescatable en esa mención del párrafo anterior es el objetivo de “elevar la calidad
de vida”. No obstante, para lograr ello debemos abarcar otros derechos desde la propuesta por la
teoría de los “derechos adquiridos”. No se admite el retroceso en el estándar de medición de la
calidad de vida. Elevar implica avanzar o mejorar las condiciones mínimas de vida de los seres
humanos.

La propuesta de los derechos adquiridos plantea, en su naturaleza jurídica, que quien


resulte con beneficios o determinado estatus, dada la situación que sea, no los pierda o no obtenga
los mismos en peores condiciones que al momento de evaluación de los mismos; no obstante,
existen ciertas salvedades como por mandato expreso de la ley o resolución judicial. Bajo esta
corriente quienes obtuvieron ciertos beneficios, en este caso, unos derechos por la jubilación o
estado de retiro deben mantenerlos o mejorarlos, lo que implicaría un “status quo” de los mismos y
no una razón que justifique un nuevo tratamiento de jubilación.

A esta altura de ideas, es necesario evaluar circunstancias específicas. La situación social y


económica del personal policial militar no es la mejor en las condiciones realistas que atravesamos
como país en vías de desarrollo. Un tratamiento especial por el riesgo de la profesión no deja de
ser una manifestación de justicia dada su labor. Sin embargo, dicho personal no debería ser
tratado circunstancialmente como beneficiaria de mayores atributos en el sistema de seguridad
social peruano. Si contamos los beneficios otorgados al personal militar que difieren de los
otorgados en seguridad social a los civiles la brecha es larga a favor de los primeros. Debemos
contrastar que la característica en común es que ambos son seres humanos y tienen el derecho
universal a gozar de seguridad social en las “circunstancias de necesidad”. No debe considerarse
una justificación para obtener mayores beneficios en seguridad social la calidad de personal militar
o policial. La razón se debe centrar en justificación a los servicios prestados por policías y militares.
Si ellos desempeñan una función de seguridad interna y externa respectivamente exponiendo su
vida a diario, ciertos beneficios en particular por ello han de recibir. Beneficios en la calidad de vida
han de darse siempre, pero la brecha no debe ser demasiada, también hay seres humanos que
arriesgan su vida a diario en pro del bienestar y la paz común, pero que no son reconocidos con
dichos beneficios: ilustrativamente, tenemos jueces, fiscales, entre otros, todos quienes ofrecen
servicios públicos en pro del bienestar común que no gozan de mayores beneficios. Imaginemos a
todos quienes ejercen trabajos de riesgo y quienes ponen en riesgo su propia vida en velo del bien
común, ¿no merecerían un tratamiento distinto? En seguridad social no debe hacerse muy alejada
la cantidad y calidad de beneficios en las prestaciones, ya que el pilar fundamental es la
universalidad. Habrá que regresar a los orígenes del término, hablamos de “Seguridad Social”,
donde debemos recordar que el vocablo “Social” implica seguridad para toda la sociedad, todos
beneficiarios, el término no incluye distinciones, ni calificativos especiales para unos y otros.

La posición internacional es unívoca. Se pretende siempre invocar a la unidad de los


sistemas pensionarios para evitar diferencias de tipo calificativo u otras interpretaciones que
permitan establecer diferencias marcadas de beneficios, distinguiéndolos entre mejores o peores
beneficios.

Lo que el ser humano siempre busca es favorecer sus intereses, es un asunto de su propia
naturaleza. Por otro lado, el Estado vela por los intereses de todos. Evitar discrepancias de
desigualdad debería ser la misión y visión del Estado al legislar; no obstante, siendo realistas, los
hechos consideran que el tratamiento legal o las consideraciones de los sistemas pensionarios es
tratada de manera diferente en nuestro ordenamiento jurídico nacional, otorgando ciertos
beneficios a quienes pertenecen al SNP y otros al personal militar-policial, entre otros regímenes
especiales.

Somos de la idea de unificar, pero también de reconocer los derechos adquiridos a quienes
ya los poseen. Debemos reformar la normativa pensionaria desde el estado actual de las cosas. La
regulación de las futuras prestaciones pensionarias debe ser analizada desde la misión del estado,
de manera sistemática, o sea, en observancia de las otras normas de la materia, evitando tener en
cuenta ciertas estipulaciones de desigualdad, ya que se pondrían a discusión derechos
universalmente protegidos. Proteger el respeto de la dignidad de la persona humana debe ser
siempre la consigna máxima del Estado. Entonces, el bien jurídico de mayor protección ha de ser
siempre la dignidad humana por encima de los demás derechos.

FUENTES DE LA INVESTIGACIÓN:

Fuentes Bibliográficas:

Anacleto Guerrero, Víctor. Manual de la Seguridad Social. Lima: Editora Jurídica


Grijley, enero del 2006.

Campos Flores, Sara Rosa. Manual de Seguridad social. Tratamiento de las


prestaciones en Salud y Pensiones. Lima: Gaceta Jurídica, agosto del 2010.

Fajardo, Martín. Teoría General de la Seguridad Social. Lima: Editorial San


Marcos, 1997.

Rendón Vásquez, Jorge. Cuarta edición. Derecho de la Seguridad Social.Lima:


Grijley, 2008.

Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo V. Buenos Aires: Editorial


Heliasta S.R.L., 1981.

Diccionario Jurídico de Derecho. Segunda edición. Madrid: Grupo Editorial El


Derecho y Quantor S.L., abril del 2009.

Fuentes Electrónicas:

 http://www.mininter.gob.pe/defensoria/pdfs/derechospolicia.pdf
 http://cies.org.pe/files/documents/DyP/DyP-45.pdf
 http://cies.org.pe/files/documents/investigaciones/empresa-y-
finanzas/recuperando-la-solidarida-en-el-sistema-de-pensiones-peruano.pdf
 http://www.cybertesis.edu.pe/sisbib/2008/lescano_ej/pdf/lescano_ej.pdf
 http://www.econ.kuleuven.be/economie.en.overheid/Papers/Javier/DyP-45%205-
03-VersionFinal.pdf
 http://www.bbvaresearch.com/KETD/fbin/mult/Lasreformasdelossistemasdepensi
onesenlatinoamerica_tcm346-238550.pdf?ts=1242011
http://www.lacaja.com.pe/previsional/pdf/pension.pdf

[1] Recogido de: Campos Flores, Sara Rosa. Manual de Seguridad social. Tratamiento de las
prestaciones en Salud y Pensiones. Lima: Gaceta Jurídica, agosto del 2010, p. 169.
[2] Fajardo, Martín. Teoría General de la Seguridad Social. Lima: Editorial San Marcos, 1997, p.
209.
[3] Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo V. Buenos Aires: Editorial Heliasta S.R.L.,
1981.
[4] Diccionario Jurídico de Derecho. Segunda edición. Madrid: Grupo Editorial El Derecho y
Quantor S.L., abril del 2009.
[5] Fajardo, Martín. Op. Cit., p. 209.
[6] Loc. Cit.
[7] Ibíd., p. 212.
[8] Ibíd., pp. 216-218.
[9] Se acreditan los años de aportación mediante una declaración jurada y un formato expedido
por la ONP.
[10] Por Decreto de Urgencia N° 105-2001 (de fecha: 31/09/2001).
[11] Por Resolución Jefatural N° 001-2002-JEFATURA/ONP (de fecha: 02/10/2002) y Decreto
Supremo N° 028-2002-EF (de fecha 20/02/2002).
[12] Por Decreto Ley N° 25967 (Diciembre de 1992).
[13] Por Ley N° 26769.
[14] Por Decreto Ley N° 27585.
[15] Artículo 10 de la Constitución Política del Perú.- Derecho a la Seguridad Social:
El Estado reconoce el derecho universal y progresivo de toda persona a la seguridad
social, para su protección frente a las contingencias que precise la ley y para la elevación
de su calidad de vida.

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