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Las sombras chinescas o sombras chinas, precedente del teatro de sombras, parten de un
juego popular basado en un efecto óptico teatralizado. Efecto que se consigue al interponer las
manos u otros objetos entre una fuente de luz y una superficie clara (pantalla o pared), de
manera que la posición y el movimiento de las manos proyecta sombras que representan
figuras estáticas o en movimiento. Constituyen una de las más antiguas artes del teatro de
títeres y marionetas.1
Índice
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1Origen y desarrollo
4Véase también
5Notas
6Referencias
7Bibliografía
9Enlaces externos
Origen y desarrollo[editar]
Descubiertas quizá por el hombre primitivo frente al fuego de su caverna como un símbolo
religioso, el juego infantil de las sombras chinescas, como recurso dramático y espectáculo de
origen mágico, desarrollaron en Oriente diferentes ejemplos de teatro de sombras, a partir de
varios tipos de títeres de varillas, principalmente, y otras dramatizaciones con títeres de
sombras y títeres de cuerda o marionetas, como el Wayang javanés, en Indonesia, y más tarde,
en Europa, el Karagöz turco y su equivalente griego, Karaguiosis.2
En Europa, donde Marco Polo,4 y más tarde los misioneros jesuitas, ya habían traído noticia de
las sombras chinescas, se hicieron muy populares a partir del siglo xviii y se arraigaron
especialmente en Francia gracias al éxito del teatro de sombras de Dominique Séraphin en la
corte de Versalles.52
Partiendo de una descripción de Baird,6 es posible argumentar que las enormes figuras (de
hasta metro y medio de altura) de algunos espectáculos de sombras en la India sean las
madres del teatro de sombras en Oriente.7
Las sombras indias, al igual que las figuras del Wayang kulit, están fabricadas con cuero fino,
coloreado (tonos brillantes y traslúcidos) y perforado con minuciosidad para definir cada
personaje. El titiritero se sirve de tres varillas ancladas en la parte de atrás de las figuras: una
varilla vertical para la cabeza, que fijará su silueta sobre la pantalla, y dos varillas para las
manos. La pantalla en cuestión está hecha con dos grandes saris blancos, uno sobre otro
(creando una superficie de 2 x 6 metros), y ceremonialmente sujetos con espinas de palma
datilera. El foco de luz tradicional es una lámpara de aceite.
Un único artista suele manipular las grandes siluetas, además de interpretar la banda sonora:
voces e instrumentos (trompetillas, tamboriles, etc). El carácter ceremonial, además de su
obvia función de espectáculo, queda manifiesto por la duración del mismo: toda la noche (y en
ocasiones, si el equipo de titiriteros lo permite, se alarga varios días). Entretanto, los asistentes
van y vienen, comen, dormitan..., no importa que se pierdan parte del espectáculo pues se
saben de memoria su argumento.8
Otro aspecto importante en la elaboración de los títeres del «Piying» –tan variados y dispares
como las regiones chinas– son sus cabezas intercambiables, al parecer provocado por el hecho
supersticioso de que, al ser estas figuras sombras, si se guardaban con sus cabezas, al caer la
noche podrían cobrar vida. En cuanto al método de trabajo de los titiriteros, lo habitual es que
la figura antropomórfica del «Piying» se mueva desde detrás con la ayuda de tres varillas que
se sujetan de forma perpendicular; una de las varillas sirve para sujetar el cuerpo y la cabeza y
permite además varios movimientos (como que se incline adelante y atrás); las otras dos están
reservadas a los gestos de las manos, mientras las piernas cuelgan en libertad.9
En España y Goya[editar]
Al parecer, la moda en Europa del teatro de sombras llegó a la Península Ibérica al inicio del
siglo xix,2 y de la mano de especialistas, aficionados y técnicos ambulantes procedentes de
Francia, Inglaterra y Alemania. El nuevo espectáculo se hizo muy popular, tanto entre el
pueblo llano como entre la Familia Real.2 A partir de un estudio de Serrera (1997),14 y de las
manifestaciones de Edith Helman en 1963,15 se ha planteado el interés del pintor y
aguafuertista Francisco de Goya en la técnica de las sombras y su filosofía.
Las sombras chinescas pueden considerarse como uno de los primeros logros para reproducir
el movimiento sobre una pantalla, y ser por tanto un remoto antecedente del cine.16
"Queda por escribir la historia del lenguaje empleado por las sombras chinescas o la linterna
mágica, primeras narradoras ingenuas de cuentos e imágenes."
Georges Sadoul.17
Véase también[editar]
Títere de sombra
Notas[editar]
1. Volver arriba↑ En los estados del norte de Malasia como Kelantan tiene
influencia del teatro de sombras de Tailandia, mientras que el «wayang kulit»
de las partes del sur de la península, especialmente en Johor, proviene de
Indonesia.
Referencias[editar]
8. Volver arriba↑ Bil Baird: The Art of the Puppet, New York, Macmillan, 1965,
pp. 55-56 (citado por Artiles).
11. Volver arriba↑ Baird, Bil (1965). The art of the puppet. MacMillan.
12. Volver arriba↑ Lloret, Jaume; García, César Omar; Casado, Ángel
(2000). «Documenta títeres 1». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Consultado el 29 de marzo de 2015.
13. Volver arriba↑ Barcelona, Universitat de; Queraltó, Fundació Aula de Cinema
Col·lecció Josep M. (15 de octubre de 2013). Experiència màgica del cinema, L'.
Col·lecció Josep Queraltó (en catalán). Edicions Universitat
Barcelona. ISBN 9788447537402. Consultado el 30 de enero de 2017.
15. Volver arriba↑ Helman, Edith (1963). Revista de Occidente, ed. Trasmundo de
Goya (1983 edición). Madrid: Alianza Editorial. pp. 91-92. «A fuerza de tanto
vivir el teatro, el gran público había llegado a ver el teatro como mundo y el
mundo como teatro (p. 194).»
Bibliografía[editar]
Gubern, Román (1973). Historia del cine (vol. 1). Barcelona: Lumen. ISBN 84-264-1179-
7.
Sadoul, Georges (1972). Historia del cine mundial. México: Siglo XXI. ISBN
9789682305337.
Lloret, Jaume; García, César Omar; Casado, Ángel (2000). «Documenta títeres
1». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el 29 de enero de 2016.
Angoloti, Carlos (1990). Cómics, títeres y teatro de sombras. Tres formas plásticas de
contar historias. Madrid, Ediciones de la Torre. pp. 79 - 129. ISBN 9788486587550.
Martín, Andreu (1991). Sombras chinescas. Madrid, Anaya. ISBN 9788420744087.
Pallarés Molina, César (2014). «Teatro de sombras, diseño y puesta en práctica de una
unidad didáctica en educación infantil». Universidad de Valladolid. Consultado el 18 de
noviembre de 2017. «Publicado en "La Peonza": Revista de Educación Física para la
paz, ISSN-e 1885-124X, Nº. 9, 2014, págs. 63-71».
Enlaces externos[editar]