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1. Decisiones empresariales
Un directivo se va a enfrentar a varios problemas a los cuales, les dará solución. Así que vamos
a analizar el proceso de decisión en sus líneas generales, para situar las herramientas de
análisis.
La decisión va a definirse como la elección de una alternativa de acción entre varias posibles,
para solucionar un determinado problema. Dependerá de la naturaleza del problema
I. En primer lugar:
Los costes obtenidos por la contabilidad de costos son costes promedio calculados sobre la
base de uso supuestos que pueden haber cambiado notablemente.
Cuando se contemplen dos o más alternativas de decisión, habrá que definir los costes. Hay
dos conceptos fundamentales en la contabilidad de costes:
-Costes diferenciales: son aquellos costes que sean distintos para cada alternativa de decisión.
(cambiante) trabajan en función de alternativas de acción. Estos costes no siempre son
variables (dependen del volumen)
6. Margen de contribución
Los costes diferenciales de producir una unidad más serán precisamente los costes variables.
Tiene limitaciones, como es en el caso de varios productos. Hay que añadir hipótesis implícitas
en el análisis.
1. Dentro de un campo de validez, los costes pueden dividirse en fijos y variables. CF son en
cualquier nivel de actividad y los CV so estrictamente proporcionales.
2. Dentro del mismo campo de validez, los PV se mantienen constantes para cualquier
volumen de ventas.
-Decisiones de precio, tienen que ver con la fijación de los precios de venta.
La distinción entre este tipo de decisiones es muy importante ya que permite deducir reglas
operativas que son después parte fundamental de la toma de decisiones.
3. Costes contables y decisiones, tienen que ver con la fijación de los PV.
El objetivo fundamental de estas decisiones es ilustrar la utilización de los datos
proporcionados por la contabilidad. El punto más significativo es que tanto las existencias
como el coste de la mercancías vendidas se valoran en contabilidad financiera su coste
completo de fabricación.
4. Decisiones de producto y calidad de fabricación
Las decisiones de producto son aquellas en las que el precio de venta puede considerarse
prefijado, ya sea por condiciones de mercado o voluntad de la empresa. La variable
fundamental con la que se podrá juzgar es la utilización de la capacidad de producción, es
decir, seleccionar qué productos deben fabricarse y cuales no, y bajo qué circunstancias.
La capacidad de fabricación definida por las instalaciones de las que la empresa dispone.
Los años que han seguido a la crisis ha producido una disminución de la demanda. Las
decisiones que afectan a la capacidad de producción se toman de vez en cuando, mientras que
las circunstancias del entorno van cambiando. Por ello no es extraño que incluso en tiempo
económicamente buenos, existan empresas que trabajen por debajo de su capacidad. El
aumento de competencia, la obsolescencia de algún producto, las fluctuaciones de la actividad
económica a CP, las variaciones estacionales, pueden ser factores que provoquen situaciones
de baja capacidad.
Estando a baja capacidad no se debe dejar de fabricar un determinado producto por el hecho
de que ocasione pérdidas contables, siempre que dicho producto tenga un margen de
contribución positivo que supere los posibles costos fijos directos del producto. Se podrían
aceptar excepciones de tipo estratégico para continuar con él.
-Al igual que ocurría en el caso anterior, todos los ingresos son diferenciales.
-También lo serán, a su vez, los costes fijos directos del producto si existen.
8. Margen de contribución y margen bruto
El margen de contribución y el beneficio sobre el coste completo, pues, son dos conceptos
útiles en diferentes aspectos. El que el primero sea positivo o negativo nos dice claramente si
se debe fabricar o no el producto a corto plazo: pero no nos dice nada de su viabilidad a largo.
En cambio, el beneficio sobre el coste completo nos da una indicación de si el producto ofrece
problemas o no, pero no es una cifra adecuada para tomar la decisión de interrumpir o
continuar su fabricación a CP; o, en otras palabras, no da ninguna norma operativa sobre lo
que se debe hacer cuando algún producto está en pérdidas.
Con ello, además del margen de contribución y del beneficio contable, obtendríamos una cifra
intermedia- la diferencia entre el margen de contribución y los costes fijos directos- que nos
daría un elemento de juicio más para el diagnóstico de qué se debe hacer con el producto: si
cubre sus costes fijos directos, esto significaría que, a largo plazo, el producto puede seguir
dando una contribución positiva; mientras que si no los cubre, habría que dejar de fabricar el
producto en cuanto pudiéramos suprimir estos costes fijos.
-Si se compra la pieza a un proveedor exterior, el coste será precisamente el precio compra
-Si la pieza se fabrica, el coste diferencial de fabricarla con respecto a no hacerlo será el coste
variable de dicha pieza, puesto que es el único en el que se incurre por tomar una decisión; los
costes fijos se tienen en cualquier caso.
Por lo tanto la decisión se reducirá a una comparación entre el coste variable de fabricación y
el precio de compra: si es mayor el primero, se deberá comprar la pieza; mientras que si es
mayor el segundo, se deberá fabricar.
Si la empresa está trabajando a baja capacidad, no hay ninguna razón por la que la empresa
tenga que escoger entre diferentes productos: puede, y debe, producir todos aquellos
productos, cuyo margen de contribución sea mayor que sus costes fijos, si los hubiere. En el
caso concreto de dos productos, uno de los cuales es un componente del otro, podremos
aplicar este principio general, sin que exista ninguna razón para modificarlo.
Costes relevantes para la toma de decisiones (III): decisiones de producto
a alta capacidad
1. Alta capacidad y rentabilidad de los productos
En situaciones de alta capacidad, puesto que en ellas nos podemos encontrar en momentos
donde hay que escoger entre distintos productos, porque la limitación de la capacidad puede
obligarnos a ello. En contraste, cuando se trabaja a baja capacidad, aunque se puedan tener
preferencias sobre productos, al no haber ninguna incompatibilidad entre ellos, no hay
necesidad de escoger. El producto A puede ser mucho más rentable que el Producto B y la
dirección puede preferirlo; pero en situaciones de baja capacidad no se trata de escoger entre
ellos, sino de fabricar los dos siempre que tengan un margen de contribución positivo. Las
rentabilidad y capacidad son dos factores íntimamente relacionados.
Cuando una empresa trabaja a alta capacidad: entre dos productos distintos (Producto A y
Producto B), con diferentes precios de venta, diferentes costes y diferentes grados de
ocupación de máquinas, ¿Cuál es preferible para la empresa, el Producto A o el Producto B?
-Los costes diferenciales de producir uno u otro producto serán únicamente sus costes
variables totales, es decir, sus costes variables unitarios multiplicados por el número de
unidades que sea posible producir con la capacidad (posibilidad de costes fijo directos
importantes)
-Los ingresos diferenciales serán el precio de venta de cada producto multiplicado por el
número de unidades que sea posible producir con la limitación de capacidad existente.
En el ejemplo, la capacidad total (HM), interviene en ambos casos, está claro que el producto
en el que el margen de contribución multiplicado por el número de unidades que se pueda
producir por cada hora sea más alto será el que dé un mayor margen de contribución, un
mayor beneficio.
Las dos primeras se pueden resolver mediante la utilización de un modelo matemático más o
menos sofisticado; la tercera, en cambio, únicamente se podrá resolver de manera imperfecta
mediante la intuición
En situaciones de baja capacidad, se debe preferir aquellos productos cuyo margen porcentual
sobre las ventas sea mayor, puesto que así para una cifra de ventas determinada, el margen de
contribución que se obtiene es el mayor posible. Razonamiento incorrecto, si se esta
trabajando a baja capacidad de todos los recursos, el problema de qué producto se prefiere, o
de qué producto hay que tratar de empujar si se puede, no es el problema real de la empresa:
todos los productos son igualmente deseables, si proporcionan un margen posible.
Únicamente cuando algún recurso llegue a saturación se podrá plantear en qué se debe utilizar
aquel recurso.
En situaciones de baja capacidad se deberá elegir los productos cuyo margen contribución por
hora de vendedor o por hora de directivo, fuera lo más alto posible, ya que con las horas de
vendedor y de directivo serán probablemente lo que limite la capacidad; pero solo podrán
tomarse de manera intuitiva.
Es fácil tomar cualquier decisión que se refiera a fabricar o dejar de fabricar productos: se
trata de calcular el margen de contribución por unidad de capacidad de cada uno de ellos, y
ordenarlos del más rentable al menos. Se producirán los productos cuyo margen de
contribución por unidad de capacidad sea alto, y se dejarán de producir aquellos en los que la
magnitud sea baja, los menos rentables
Por ello, el planteamiento correcto del problema pasa por examinar en detalle los ingresos que
se obtienen en cada alternativa, y compararlos con sus costes correspondientes.
6. Seguir procesando a plena capacidad
Hay 2 casos distintos:
-El procesamiento adicional necesario, debe hacerse con la utilización del recurso que limitaba
la capacidad.