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psicoanálisis1
Lic. Silvina Dal Maso
sildalmaso@yahoo.com.ar
“…hay momentos de aparición del objeto que nos arrojan a una dimensión muy distinta,
que se da en la experiencia (…) Es la dimensión de lo extraño”
J. Lacan
Introducción
teorización lacaniana referida a la cuestión del objeto. No pretende ser exhaustiva, sino
que servirá como una suerte de contexto para poder, luego, recortar y trabajar más
Seminario 10.
denominamos objeto dentro del campo del psicoanálisis. Desde el principio constituyó
un interés central de su trabajo superar los callejones sin salida a los que llegaba la
formular a través de su estadio del espejo para dar cuenta de la constitución del yo a
1
Trabajo publicado por la Revista Universitaria de Psicoanálsis, Volumen X, Año 2010. Facultad de
Psicología. UBA. Publicación parcial de avance de investigación para la Tesis de Maestría en
Psicoanálisis. UBA.
1
El significante mata la cosa. Lo real se constituye como lo expulsado por la
que “es únicamente por las articulaciones simbólicas que lo enmarañan con todo un
En el fenómeno del déjà vu se trata de una suerte de pasaje, para cualquier sujeto,
por un borde que roza el límite de lo que puede ser reconocido como realidad. Es el
límite hasta el cual lo simbólico ha podido extender su red, para que lo imaginario
En este primer momento lo real será definido como lo que resiste absolutamente a la
2
“…el sentimiento de déja vu sale al encuentro de la alucinación errática, que es el eco imaginario que
surge en respuesta a un puesto de la realidad que pertenece al límite donde ha sido cercenado de lo
simbólico.” Lacan, Seminario 1, pág. 97. y “…se sitúa entre esos dos modos de relación: lo reconocido y
lo visto. En el caso del «déja vu» algo es llevado a su límite último en el mundo exterior y surge con una
pre-significación especial. La ilusión retrospectiva remite ese percepto, dotado de una cualidad original,
al dominio del «déja vu». Freud no nos habla de otra cosa cuando afirma que toda prueba del mundo
externo se refiere implícitamente a algo que ya había sido percibido en el pasado. Esto se aplica al
infinito: de cierto modo cualquier percepto implica necesariamente una referencia a un precepto
anterior.” Respuesta al comentario…, pg 376
3
Respuesta al comentario… pag. 376
4
Seminario 1, Clase VI, pag 110.
2
Pero en el primer momento, se trataba de distinguir la dimensión imaginaria del
incluso de Freud mismo, insiste un resto no subsumible que irá adquiriendo diversos
nombres.
y que daría al hombre la base para una realidad adecuada, prueba de madurez, el
denominado objeto genital. La experiencia abierta por Freud da cuenta de que “el
objeto se alcanza por la vía de una búsqueda del objeto perdido (…)” Se intentará
repetir la experiencia de satisfacción, pero “… está claro que por el solo hecho de esta
repetición se instaura una discordancia. El sujeto está unido con el objeto perdido por
Entonces, siguiendo a Freud, Lacan especifica la naturaleza del objeto tal como
aparece en la experiencia analítica: se trata del objeto en tanto perdido, que como tal
funcionará como motor, como causa, irreductible del deseo.7 De allí en más los objetos
aparecerán como sustitutos del “El” objeto jamás alcanzable. Por ello es que Lacan dirá
que “Freud insiste en que para el hombre no hay ninguna otra forma de encontrar el
5
También el objeto del conocimiento tendrá su origen allí: Seminario 10, Clase V, pág. 71 “…la imagen
del cuerpo propio, en tanto que frente a ella, el sujeto tiene el sentimiento jubiloso de estar ante un objeto
que lo torna al sujeto transparente para sí mismo. La extensión a toda clase de conocimiento de esta
ilusión de la conciencia está motivada por el hecho de que el objeto del conocimiento está construido,
modelado, a imagen de la relación con la imagen especular.”
6
Seminario 4, Clase I, pag 15.
7
Vivencia de satisfacción en Proyecto de Psicología, pág. 362, e Interpretación de los sueños, pág. 557.
3
objeto sino la continuación de una tendencia en la que se trata de un objeto perdido, un
representado, sino reencontrarlo, convencerse de que todavía está allí”, y que “para que
se instituya el examen de realidad tienen que haberse perdido objetos que antaño
9
procuraron una satisfacción objetiva (real)” El intento del aparato psíquico así
satisfacción que en tanto tal intenta dar cuenta de un origen de la estructura. En todo
Sabemos que ese objeto irá siendo conceptualizado por Lacan hasta alcanzar un
definido y representado como lo que cae en la estructura a nivel del acto fundamental
Ese objeto a tendrá una función doble: “… el objeto del deseo es la causa del deseo
y este objeto causa de deseo es el objeto de la pulsión, es decir el objeto en torno al cual
8
Seminario 4, Clase I, pag 15.
9
La negación, pag 225/226.
10
Seminario 14, Clase 16-04-67, inédito.
4
gira la pulsión (…) no es que el deseo se enganche al objeto de la pulsión, sino que el
Por otro lado, y antes de alcanzar ese estatuto de real, sobre el lugar vacío abierto
por el objeto en tanto se constituye como perdido, podrán sustituirse diversos “tipos” de
objetos. Desfilarán los objetos imaginarios surgidos a partir del estadío del espejo. Se
objeto que se liga al significante (pero lo excede) en tanto designa al objeto del deseo
significante, por lo tanto lo que por allí circulará de la dimensión del objeto escapará al
intento de apresarlo a través del significante. Se destacará el falo que tendrá la función
de permitir imaginarizar la falta que constituye como deseantes tanto al sujeto como al
falo tendrá tanto el valor de un objeto privilegiado en la economía libidinal del sujeto,
tanto postizo que irá a velar la falta estructural del objeto. En el Seminario 8, aborda rá
la noción de ágalma avanzando en la distinción del objeto a, que apunta el deseo y que
11
Seminario 11, Clase XVIII, pag 251.
12
La significación del falo, Escritos 2, pag 670.
5
alrededor de Das Ding y el complejo del prójimo, para ubicar la dimensión de lo
Unheimlich.
I – Das Ding
cultura tendría que hacer sobre la hostilidad que surgiría como manifestación directa de
de la cultura a través de la instancia psíquica del superyó, que vuelca la hostilidad sobre
constitución del aparato psíquico, del sujeto mismo, a partir de las denominadas
pérdida del objeto. El objeto como perdido, como falta de objeto, se constituirá en la
causa del deseo inconciente que circulará por los representantes inconcientes
13
Freud, El malestar en la cultura, pág. 108
6
como motivo compulsivo.14 A la vez se sitúa que la vivencia de satisfacción, que,
podemos suponer, pone fin a la vivencia de dolor por el hambre, requiere de la acción
Allí ubicará Freud lo que denominó el complejo del prójimo en que “un objeto como
como el único poder auxiliador.”15 Ese complejo se separa en dos componentes, “uno
de los cuales impone por una ensambladura constante, se mantiene reunido como una
cosa del mundo (Das Ding), mientras que el otro es comprendido por un trabajo
mnémico, es decir, puede ser reconducido a una noticia del cuerpo propio”.
referente del afecto que desprende el dolor.16 En principio, lo hostil del objeto es su
ligadura con el dolor, que por otro lado contribuye a diluir facilitando la acción
Mientras que, en tanto se asocia al dolor mismo, participa de lo hostil del objeto, el
se anuda al cuerpo. Tal formulación hace objeción a una espacialidad que implique un
como tal. Aquí lo hostil designa lo extraño, lo extranjero, pero a la vez lo éxtimo.
14
Freud, Proyecto…, págs. 362 a 367
15
Freud, Proyecto…, págs. 376,377. Tomo I. O.C. Amorrortu Editores
16
Ibídem, pág. 406
17
Ibídem, págs. 414 y 415
7
En el Seminario 7 Lacan retoma estas tempranas referencias de Freud, destacando el
freudiana no sólo esa suerte de inicio mítico de la estructura donde el objeto encuentra
su lugar como perdido, sino que va a destacar esos dos elementos significativos que
que Freud nombra como prójimo que, si bien se trata de un sujeto hablante, semejante,
allí, la primera aprehensión de la realidad se dará para el sujeto con el complejo del
donde “das Ding será aislado como lo extranjero (…) incluso lo hostil (…) primer
realización alucinatoria del deseo, tal como la ubica Freud. “Das Ding en tanto Otro
absoluto del sujeto, es lo que se trata de volver a encontrar. Como mucho se lo vuelve a
De este modo, Lacan ubicará a das Ding en el centro del mundo subjetivo
sentido de que está excluído (…) debe ser formulado como exterior (…) algo que es
sujeto, ubicará lo que la trama del Edipo ofrece como ficcionalización para el sujeto:
sobre lo imposible por estructura (el acceso al goce pleno de la Cosa, la recuperación
del objeto perdido) la formulación de la ley del incesto ubicará el objeto como
18
Freud, Carta 52, pág. 280. Tomo I.
19
Seminario 7, pág. 67
20
Id., pág. 68
21
Id., pág.
22
Id. Pág. 89
8
prohibido: la madre23. “A nivel del principio de placer, Freud nos muestra que para el
hombre no existe el Soberano Bien, “das Ding, la madre, el objeto del incesto, el bien
Cultura. Nos dice que en la revisión del mandato del amor al prójimo “surge la
presencia de esa maldad fundamental que habita en ese prójimo. Pero, por lo tanto,
habita también en mí mismo.¿Y qué me es más próximo que ese prójimo, que ese
núcleo de mí mismo que es el goce, al que no oso aproximarme? Pues una vez que me
aproximo a él (…) surge esa insondable agresividad ante la que retrocedo, que vuelvo
en contra mío, y que viene a dar peso, en el lugar mismo de la Ley desvanecida, a lo
relación moebiana entre el núcleo íntimo de goce que el sujeto vive como extraño y la
II – Lo Unheimlich
tratamiento del fenómeno de lo Unheimlich. En este contexto es posible ubicar que “la
23
ID., pág. 85
24
Id., pág. 88
25
Seminario 10, Clase IV, pag 57.
9
En su rastreo del sentido de heimlich, Freud encuentra que existe una suerte de
borde donde se pasa de lo heim a lo unheim. Podemos ubicar esa gama de tonos del
cobra el sentido que suele asignarse a lo unheimlich. Freud afirma que “entonces,
hasta coincidir al fin con su opuesto, unheimlich. De algún modo, unheimlich es una
“algo” que se presentifica en el lugar donde el sujeto tendría que poder enfrentarse a
una falta. Para que el sujeto se encuentre en lo heim, en su casa, allí debe ubicarse
menos-phi, falta, ausencia, soporte de la imagen especular, que ubica una presencia en
otra parte, la cual desde allí sostiene a la imagen y de esa fuente ésta obtiene su
prestigio.
Se trata de la relación que habilita el fantasma, el cual en tanto marco para el sujeto,
vez que sostenerse como sujeto en relación al deseo. “El deseo existe y sostiene al
mediante algún rodeo, en que ciertos artificios nos dan acceso a la relación imaginaria
26
Lo ominoso, pag 225.
27
Lo ominoso, pag 226.
28
Lo ominoso pag 224
10
que constituye el fantasma. Pero no es posible de modo efectivo. Lo que el hombre
tiene frente a él nunca es más que la imagen virtual i’(a)…”, Y “el a soporte del deseo
deseo.”29
menos-phi que se corresponde con el lugar que ocupa el objeto a del otro lado del
Algo aparece donde debería faltar, allí Lacan formula la famosa frase: La falta viene
a faltar. No es el objeto el que falta sino todo lo contrario. El objeto que debería faltar
se hace presente a través de ese extraño “algo” familiar que, por aparecer fuera de
coordenadas para el sujeto, se vuelve siniestro. Esto le hace decir a Lacan que la
sobre esto.
afirma Lacan: “el hombre encuentra su casa en un punto situado en el Otro31, más allá
de la imagen de la que estamos hechos. Este lugar representa la ausencia en la que nos
afecta al ser y determina la falta en ser del sujeto (no nos encontramos con una
consistencia en el ser sino con lo que le falta), tanto como la necesaria barradura del
Otro, que el viviente debe encontrar para constituirse como sujeto, lo cual le hace
afirmar a Lacan que el deseo del hombre es el deseo del Otro, es decir que el sujeto
debe encontrarse con, debe encontrarse en, esa ausencia que lo constituye como tal. De
29
Seminario 10, Clase III, pag 51.
30
Seminario 10, Clase III, pag 52.
31
“La palabra es la casa del Ser. A su abrigo habita el hombre”. M. Heidegger, en Carta sobre el
humanismo. Citado por F. Balmés en Lo que Lacan dice del ser.
32
Id. Pag´58
11
no ser así, de no encontrarse con/en esa ausencia no será en calidad de sujeto que pueda
El Doble
En este punto, Lacan continúa: “Suponiendo, como a veces ocurre, que ella se revele
como lo que es – o sea, que se revele la presencia en otra parte que constituye a este
lugar como ausencia – entonces ella manda en el juego, se apodera de la imagen que la
soporta, y la imagen especular se convierte en la imagen del doble, con lo que ésta
aporta de extrañeza radical. (…) hace que aparezcamos como objeto, al revelarnos la no
el sujeto ya no se sitúa como tal, sino que deviene objeto frente al deseo del Otro. No se
trata del objeto, imagen especular, postizo, que presenta la pantalla del fantasma y que
se ofrece al deseo del Otro como cebo para retenerlo34 a fin de lograr que “se
desvanezca (el Otro), se quede pasmado, ante ese objeto que soy, con la salvedad de
angustia. En cambio, devenir objeto frente al deseo del Otro, que “responde” al ¿Qué
deslizando ese quedar en el lugar del objeto del deseo del Otro como un estar “en
manos de, a merced del deseo del Otro”36. Freud refiere ese desamparo al
33
Id.
34
Seminario 10, Clase IV, pág. 61
35
Seminario 10, Clase IV, pág. 59
36
Rabinovich, Diana, La angustia y el deseo del Otro, pág 98, Manantial.
12
desvalimiento37 de muchos estados oníricos38 y a “una regresión a épocas en el que el
yo no se había deslindando aún netamente del mundo exterior, ni del Otro”39. También
Retomemos aquí la presencia que debería estar en otra parte y que se apodera de la
imagen animándola en ese carácter extraño y angustiante del doble. En el punto en que
el sujeto se revela no autónomo ya que devino objeto, presa del Otro, la imagen parece
despegarse del espejo, abandonando su aspecto familiar, se independiza por así decir
la imagen ominosamente devino el doble real40 del sujeto, “doble que se me escapa”41.
Ese pasaje al doble real es maravillosamente ejemplificado por Otto Rank, en su trabajo
titulado “El doble”, al comentar el film “El estudiante de Praga”: “Scapinelli aparece y
todo lo que le plazca. Balduino ríe, señala las paredes desnudas y los muebles
apariencia no encuentra nada que le agrade, hasta que al cabo señala la imagen del
gana, pero queda pasmado de asombro cuando ve que su alter ego se separa del espejo
llegue al lugar donde se llevaría a cabo un duelo con un rival, al que había decidido no
37
El desvalimiento lo encontramos en el fundamento de la experiencia de satisfacción, en la dependencia
del único poder auxiliador, que se convierte en la fuente de todos los motivos morales, Proyecto de
Psicología, pág. 363, y lo reencontramos en Inhibición, síntoma y angustia , pág. 130.
38
Lo ominoso, pág. 236
39
Id.
40
Denominación con que D. Rabinovich acentúa la diferencia entre el doble especular y el doble del
fenómeno unheimlich.
41
Seminario 10, Clase VII, pág. 100
42
Rank, Otto. El doble, JVE Psiqué. 1996.
13
inmediatamente, pero en el mismo momento en que Balduino recupera su reflejo en el
espejo, cae muerto con un disparo en el pecho. La última escena muestra al doble
sentado sobre la tumba de Balduino con la terrorífica ave negra que solía acompañar a
Scapinelli.
“Si esta imagen especular que tenemos frente a nosotros, que es nuestra propia
estatura, nuestro rostro, nuestro par de ojos, deja surgir la dimensión de nuestra propia
que esta mirada que aparece en el espejo comienza a no mirarnos ya a nosotros mismos.
angustia”43.
El Hombre de Arena
castración que se pone en escena con los ojos desprendidos de la autómata, Olimpia,
Coppelius me robó mi mejor autómata (…) los ojos que te robó… búscame a Olimpia,
ahí tienes los ojos! Nataniel vio que un par de ojos sanguinolentos lo miraban desde el
Freud interpreta que lo que ponen en juego la dupla Spallanzani – Cóppola (el
43
Seminario 10, Clase VII, pag 100
44
Hoffmann, E.T.A., Cuentos fantásticos, pág. 113. Corregidor.
14
los ojos como objeto descollante en la trama, tanto porque en torno a él giran los
descripta, como porque determinan el final de Nataniel quien sufre una suerte de ataque
de locura cuando ve desde una torre aproximarse a Coppelius y se lanza al vacío como
criminal45. Refiriendo, entonces, una suerte de ecuación simbólica que hace de los ojos
un sustituto del falo como objeto, Freud orienta así su interpretación. Lo interesante es
que no ocurrirá del mismo modo con la interpretación subrrayada a propósito de Los
Lacan postula una apertura en relación a lo que Freud conceptualizó como un tope
del análisis: la angustia de castración del neurótico. Plantea que aquello ante lo cual
sustitutos), sino que “hace de su castración algo positivo,(…) la garantía del Otro. (…)
castración que quedará del lado del fantasma neurótico, en el sentido de sostener la
castración estructural que dará cuenta de la irremediable barradura del Otro: falta un
significante, no hay garantía ni respuesta última para el sujeto, y sólo en relación a esa
45
Seminario 10, Clase XII, pág. 176: a propósito de Edipo:“porque al haber arrancado sus ojos de sus
órbitas, evidentemente ha perdido la vista. Y sin embargo, no deja de verlos (…) como el objeto causa
tras la concupiscencia última, la más extrema – no culpable, sino fuera de los límites – la de haber
querido saber. (…) ¿Cuál es el momento de la angustia? (…) es la imposible visión que te amenaza, de
tus propios ojos por el suelo”.
4646
Seminario 10, Clase IV, pág. 56.
15
fascinación por la muñeca: “es propiamente esta imagen, i´(a), en la operación de
completarla con aquello que, en la forma misma del cuento, se distingue de ella, a
saber, el ojo. El ojo del que se trata no puede ser sino el del héroe – el tema de que le
quieren arrebatar este ojo aporta el hilo explicativo de todo el cuento” 47. El intento
fantasmático del sujeto se juega en pretender completar al Otro con el objeto que
un puro objeto arrojado, tal como parecía ser el deseo de ese funesto Otro que
En los Elixires del diablo, novela de E.T.A. Hoffman que tanto Freud como Lacan
encarcelado y tendrá que afrontar un proceso judicial. Dentro del calabozo, en medio de
realidad de la alucinación:
47
Id., pág. 58.
16
“Sin embargo, la risa, estridente y cortante, resonó en la bóveda con fuerza. Un
Algo comenzó a raspar, arañar, rechinar en el suelo, justo a mi lado, y otra vez gemidos y
risas. Los ruidos se hicieron cada vez más fuertes, pero entremezclados con golpes que
lámpara en la mano. Algo se movió entonces debajo de mi pie. Me retiré y vi cómo en el sitio
en el que había permanecido se desencajaba una piedra del pavimento. La desplacé por
completo sin esforzarme en demasía. Un tétrico resplandor se abrió paso por la abertura; un
—¡Her-ma-ni-to! ¡Her-ma-ni-to! ¡Me-dar-do está aquí... aquí! ¡Huye! ¡Huye! ¡Al bosque!
¡Al bosque!
tomé el cuchillo, que la mano me cedió sin resistencia, y comencé a raspar infatigablemente la
argamasa que había entre las piedras del suelo. El que estaba abajo presionaba con fuerza.
profundidad un hombre desnudo hasta la cintura que me miró fijamente, de un modo espectral.
Sus ojos, como su horrible risa, eran propios de un demente. El resplandor de la lámpara
muerte a su amada:
48
E.T.A. Hoffmann, Los elixires del diablo. Versión traducida por José Rafael Hernandez Arias, en
Internet: http://www.tercerafundacion.net/biblioteca/ver/traduccion/9495, pág. 101.
17
“Con gesto iracundo, con mirada horrible y salvaje, se abría paso entre la gente un
hombre medio desnudo —los harapos de un hábito capuchino le colgaban sobre el cuerpo—.
Todo lo que había a su alrededor lo echaba abajo a puñetazos. Reconocí a mi espantoso doble,
demente ya había saltado la verja que rodeaba el altar mayor. Las monjas se dispersaron
—¡Ja, ja, ja! —gritó el demente furibundo y con voz chillona—. ¿Queréis quitarme a la
Entonces arrebató a Aurelia de los brazos de la abadesa y le clavó un cuchillo, que había
mantenido en alto, en el pecho y hasta la empuñadura. La sangre brotó hacia arriba como una
fuente.—¡Viva! ¡Viva! ¡Ya tengo a mi novia! ¡Ya he ganado a mi princesa! —gritaba el loco
furioso, que saltó detrás del altar y salió por la puerta de la verja que daba a los corredores
del convento.”49
En relación a este texto resulta muy interesante encontrar a Freud ensayando una
amenaza de castración. Tal vez porque aquí no aparece ningún objeto tan recortado
como fue el caso de los ojos en aquella obra. Aquí podemos decir que “todo” Medardo
camino tortuoso que lo llevará no sólo a la expiación de los pecados y crímenes que ese
mismo camino lo llevó a cometer, sino los crímenes de su padre que había recibido
49
Id., pág. 164
18
denomina permanente retorno de lo igual50. Lo ominoso se publicó en 1919, esa
referencia posiblemente guarde relación con la que aparecerá en Más allá del principio
del pacer. De hecho, unas páginas más adelante, lo caracteriza de igual modo que en el
vida psíquica.51
voluntad del sujeto “vuelve ominoso algo en sí mismo inofensivo y nos impone la idea
de lo fatal, inevitable…”52
El motivo del doble es ligado por Freud a perturbaciones del yo que refiere a un
merced del Otro. Pone de manifiesto esa estructura de desvalimiento radical en que se
Finalmente, haré referencia a una cuestión que menciona como al pasar: pretender
toda norma, o sea, lo que constituye la anomalía como aquello que es la falta, si de
pronto eso no falta, en ese momento es cuando empieza la angustia”55. Tanto para
Freud como para Lacan parece tratarse de una suerte de suspensión de cierto orden de
legalidad. Podemos suponer que se trata de las coordenadas significantes que permiten
50
Lo ominoso, pág 234
51
Id., pág. 238
52
Id., pág. 237
53
Id, pág. 236
54
Lo ominoso, pág. 238.
55
Seminario 10, Clase III, pág. 52
19
orientarse al sujeto y que se pierden en los fenómenos de aparición de la angustia.”En
estructural de la castración.
bajo una forma positiva”57. Aquí nos recuerda que el campo de la falta se produce bajo
respecto a cierta forma de medir reacciones por medio de tests, de pruebas. El campo
también en relación a las demandas concretas a los investigados. Pero más allá de esa
Ahora bien, dentro del campo de la demanda “hay siempre cierto vacío que
preservar que no tiene nada que ver con el contenido, ni positivo ni negativo, de la
lo que se escamotea, a, el objeto”58. “Lo más angustiante que hay para el niño se
56
D. Rabinovich postula que la única ley de lo unheimlich, es la ley del deseo del Otro. Volveremos
sobre esta cuestión.
57
Seminario 10, Clase V, pág. 73.
58
Seminario 10, Clase V, pág. 77
20
produce cuando la relación sobre la cual él se instituye, la de la falta que produce deseo,
es perturbada (…) cuando no hay posibilidad de falta, cuando tiene a la madre siempre
a la vez, la demanda misma puede cerrarse sobre sí de modo tal de obturar el lugar que
debe quedar vacío para que se sostenga la dimensión deseante. Es lo que Lacan llama
dar una falsa respuesta. Se trata, más bien, de no tomarla al pie de la letra60.
La pesadilla
pesadilla. En ella aparece como la angustia del goce del Otro. “lo correlativo de la
pesadilla es el íncubo o el súcubo, aquel ser que te oprime el pecho con todo su peso de
Horla: “Esta noche, he notado a alguien agazapado, sobre mí y que, con la boca pegada
a la mía, se me bebía la vida con los labios. Sí, la sorbía de mi garganta, como hubiera
hecho una sanguijuela”61. “Experimento esto en mi ser moral de una forma extraña y
desoladora. Ya no tengo la menor fuerza, el menor valor, el menor dominio sobre mí, ni
Lacan señala que a la vez se trata de un ser que interroga, que se manifiesta en la
dimensión del enigma. El goce del Otro no deja de ser una suerte de velo, inquietante sí
pero velo al fin, con respecto a lo que no podrá dejar de ser enigma: el deseo del Otro.
59
Id., Clase V, pág. 68
60
Id., pág. 77.
61
Guy de Maupassant, El Horla, pág. 18. Alianza Cien.
62
Id. Pág. 40.
21
La única certeza posible a la que se accede es la certeza horrible de la angustia,
El huésped
Lacan dirá que la angustia está enmarcada, aparece en el marco que también es el
aparece de forma inopinada tiene que ver con lo que se encuentra en lo unheimlich (…)
Huésped proviene de la palabra latina Hospes – hospitis, que designa tanto al que
Es ese Horla venido de tierras lejanas, misteriosas (Brasil para un francés de fines
del siglo XIX), que salta de la hermosa embarcación para hospedarse inconsultamente
en la casa del protagonista: · “Me pareció tan bonita, tan blanca, tan alegre! El Ser iba
en ella, llegando de allá lejos, ¡donde su raza había nacido! ¡Y me vio! Vio también mi
blanca mansión; saltó del navío a la orilla.¡ Oh, dios mío! (…) el Horla va a hacer con
subrayado es mío).
63
Seminario 10, Clase VI, pág. 86/87. Ver también noción hostipitalidad en J. Derrida, La hospitalidad..
22
Retomemos el aparente desacuerdo entre Freud y Lacan con respecto a la angustia.
Lacan afirma que no es sin objeto. Pero no se trata de un objeto de la “realidad”, del
especularizable, carece de imagen. Sólo que puede actuar como aquélla presencia en
otra parte que se articula a la falta como sostén del deseo, o puede irrumpir en escena
obturando la falta, haciendo sentir su presencia, ahora tampoco visible, pero capturando
No se trata de que falte el objeto, al contrario, se hace presente una dimensión del
objeto que debería operar en falta. De lo que se trata es de “la carencia del apoyo que
correlacionar con esa suerte de suspensión de toda ley que refieren tanto Freud como
Lacan. Pero por qué sostener algo así, si repetimos numerosas veces que la angustia se
produce frente a la presencia del deseo del Otro? Bien, podemos ensayar la hipótesis de
que se trata de la emergencia de esa dimensión del deseo del Otro que la Ley de la
prohibición del incesto viene a regular a través del falo en la boca del cocodrilo
fálica, vienen a introducir ese orden, esa legalidad sin la cual el deseo de ese Otro
primordial permanece como puro capricho. Una posibilidad para poner a prueba esta
64
Id., Clase V, pág. 71; Clase VI, pág. 87; Clase VII, pág. 108.
65
Seminario 10, Clase IV, pág. 64
23
de Lacan, a las cuales no se recurrieron para el presente trabajo, en relación a la
Sin ir tan lejos, en lo que queda de estas líneas, retomaré lo recorrido por Lacan
alcanzar por estructura, desde siempre ya que se produce por la incidencia misma del
significante, pero imaginado como habiendo sido tenido y luego perdido. Ese goce
anhelado, a la vez que temido, no por imposible deja de producir consecuencias para el
sujeto.
Ahora bien, la articulación de ese punto de vacío que representa Das Ding en tanto
inalcanzable, articulado al complejo del prójimo, deja como saldo no sólo la pérdida
radical del objeto, sino que en esa operación misma algo se constituye como extimidad
núcleo de goce, tal vez el “Kern unseres Wessens”, el núcleo de nuestro ser, el sujeto
como tal. El Otro puede alojarlo en tanto le ofrece su falta, allí encuentra su hogar, su
El desamparo se duplica por tratar con “algo” que puede pasar de representar el
24
horrorosa frente a la carencia de soporte en la falta Lo siniestro devela ese desamparo
Otra interrogación a sostener, que merecerá un estudio más detallado en otro trabajo,
cuando las asociaciones se detienen, problema formulado por Freud en sus estudios
sobre la transferencia, y que sobre lo cual Lacan vuelve a la luz del concepto de objeto
latente, en la posición del analista, a través de la cual la función del objeto parcial
transferencia, la que se plantea el sujeto a propósito del ágalma, a saber, lo que le falta,
Lacan la liga al lugar vacío en tanto el objeto debe faltar para que el sujeto se
constituya como tal en el lugar del Otro, y que la transferencia actualiza al hacer
presente la hiancia, abertura, borde, límite de la imagen especular, “borde del espejo y
66
Seminario 10, Clase VII, pág. 106.
67
Id., Clase VIII, pág. 122
25
del pequeño signo <>”68. Es el lugar predilecto de la angustia, que aquí denomina como
fenómeno de borde.
pasaje al acto, de otro tipo de experiencia de la angustia que puede vehiculizar alguna
Tal vez con ello se relacione la afirmación del Seminario 11, donde Lacan postula que
el deseo puede ser actuado en la pulsión. Quizás en ese horizonte se oriente la ética del
Bibliografía:
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