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UNALM – 2017- 1
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I. INTRODUCCION
El suelo constituye un sistema analítico complejo, por lo que representa para el
agrónomo o edafólogo un gran desafío; este desafío es punzante, ya que un suelo
está formado por una mezcla química extraordinariamente compleja de diferentes
sustancias minerales y orgánicas, por lo que conviene analizarlo con bastante
cautela y empeño. Las plantas presentan un tipo especial de extracción de los
suelos.
El análisis de los suelos maneja más de sesenta de los elementos que se presentan
en la Naturaleza (bien como componentes de los suelos, que hay que determinar,
o de forma indirecta, como reactivos o equipos) A estos se agregan
constantemente otros de los elementos del suelo que son interesantes por lo que
se refiere a la nutrición vegetal, en relación con su carácter esencial o su toxicidad
o por intervenir en los procesos de sustitución fisiológica.
II. OBJETIVOS
Conocer los factores que alteran las propiedades quimicas del suelo.
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III. MARCO TEORICO
A. Concepto.
Para entender lo que implica las propiedades químicas del suelo, primeramente
debemos tener una clara idea de los que es el suelo. El suelo está constituido por
un sistema de tres fases: la fase sólida, líquida y la fase gaseosa La fase sólida del
suelo está formada por materia orgánica e inorgánica Estos dos componentes
forman el llamado “Matriz del Suelo”. La porción mineral consiste en partículas
de varios tamaños, resultantes de descomposición de las rocas que dieron origen al
suelo. La fracción orgánica tiene su origen en el acúmulo de los residuos o restos,
tanto vegetales como animales, sucediendo así en el suelo diferentes niveles de
descomposición, contando, además, con organismos vivos en actividad constante.
La fase líquida del suelo está constituida por la solución o agua del suelo y se
compone de agua, sales minerales en disolución y materia coloidal en suspensión.
La solución del suelo es muy compleja y tiene importancia primordial al ser el
medio por el cual los nutrientes son absorbidos por las raíces de las plantas. Cuando
la solución de suelo carece de los elementos necesarios para el crecimiento de las
plantas, se puede decir que el suelo es infértil. La fase gaseosa, es el aire del suelo
y se le denomina así por el simple hecho de que su composición química difiere al
del aire atmosférico, en cuanto a proporción porcentual de sus elementos.
La parte mineral o inorgánica de la fase sólida del suelo está constituida por
partículas unitarias, de tamaños extremadamente variables; así, en “Tierra Fina
Seca al Aire”, se encuentran partículas de arena casi mil veces mayores que las
micelas de arcilla, de dimensiones coloidales.
Las partículas que constituyen los componentes minerales del suelo tienen su
origen en la intemperización de las rocas; ellas se compones de fragmentos de rocas
y minerales primarios, generalmente de mayor tamaño y de minerales
secundarios, con menores dimensiones. Los minerales primarios son derivados de
las rocas por simples fragmentación; cuarzo, apatita, zirconita y la mica
moscovita son un claro ejemplo de minerales primarios resistentes a la
descomposición, mientras que los calcáreos, biotita y piroxeno muestran poca
resistencia; los minerales secundarios que son sintetizados en el mismo local, como
la caolinita, montemorilonita, hidrargilita y concreciones ferruginosas y
manganosas, son productos de la intemperización de otros minerales.
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B. El pH del Suelo.
1. Definición.
Es importante mencionar que los suelos extremos, es decir, muy ácidos o muy
básicos, pueden causar daños a los cultivos, como por ejemplo; en suelos muy
ácidos existe insolubilidad de elementos como el P (Fósforo) y Ca (Calcio),
también existe disminución de la actividad microbiana.
Los suelos fuertemente ácidos (pH < 4,5) generalmente tienen altas y tóxicas
concentraciones de Al y Mn. Además, afecta la disponibilidad de nutrientes, por
ejemplo el P (Fósforo) se vuelve insoluble al formar compuestos con el Fe y el
Al, los cuales son precipitados. Además hay una diferencia de Ca++, Mg++ y
K+. Algunas plantas como Azaleas, té, piña y algunas especies coníferas
madereras toleran una acidez fuerte y crecen bien. En comparación, la alfalfa,
poroto, cebada y remolacha azucarera solamente crecen bien en suelos
ligeramente ácidos a moderadamente alcalinos por su alta demanda de Calcio o
inhabilidad para tolerar Aluminio soluble.
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8.5, suelos con pH mayores de 10 se dan cuando presentan alto Na
intercambiable. Las plantas en suelos con pH mayores de 9 usualmente tienen
crecimiento reducido e inclusive mueren.
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3. Los Factores que afectan el pH del Suelo.
a. Método potenciométrico.
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Como dijimos, es el método más utilizado en el laboratorio. Lo más frecuente
es determinar el pH en una suspensión suelo: agua, en proporción de 1:1, en
peso aunque, por facilidad se utiliza comúnmente hacer una relación
volumétrica de 1:1.
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suelo en 20mL de solución) y 1:2 peso-volumen en solución de CaCl2 (10g.
de suelo en 20mL de solución). La determinación del pH se hace siguiendo
también el método descrito al comienzo de este numeral.
b. Método Colorimétrico.
Son métodos menos precisos que los potenciométricos pero de más fácil
aplicación. Son métodos que se utilizan en el campo (cabe aclarar que hay
potenciómetros de bolsillo para usar en campo) y se basan en el principio de los
indicadores que son sustancias que producen o cambian a un determinado color
cuando el medio en el cual se encuentran adquiere un determinado valor de pH.
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en el horizonte A, probablemente por enmascaramiento del color por parte de la
materia orgánica presente en ese horizonte.
En términos generales puede considerarse que desde el punto de vista del pH,
los suelos se pueden agrupar en tres grandes categorías: Suelos ácidos los que
presentan pH < 6,5; Suelos neutros los que tienen pH entre 6,5 y 7,3 y Suelos
básicos aquellos que exhiben valores de pH > 7,3. Más adelante se ampliará esta
concepción.
C. Conductividad Eléctrica.
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Asimismo, en algunas analíticas, y en especial si hay indicios de salinidad, la
conductividad eléctrica se determina en el denominado extracto de saturación,
que exige un procedimiento más elaborado. Para ello, primero se prepara una
pasta de suelo con agua en la cantidad que el suelo necesite hasta llegar a la
saturación; que ésta se alcance extremadamente depende en gran medida de la
pericia del analista. Después se realiza la extracción del agua, normalmente con
ayuda de vacío, y el líquido resultante es el extracto de saturación.
Salinidad y Sodicidad.
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1. Clasificación de Suelos Afectados por Sales.
a. Suelos Salinos.
Son suelos que poseen una conductividad eléctrica mayor o igual que 4
mmhos/cm a 25 ° C. Se le conoce como álcali blanco o nieve de verano, su pH
generalmente va de 7 a 8,5. Sus efectos en el suelo son la toxicidad de Na, Cl,
B y otros; siendo el principal problema el efecto osmótico por medio del cual la
planta no puede extraer agua. Las prácticas de recuperación para estos suelos
consisten en mejorar el drenaje, aplicación de láminas de lavado, hacer
subsolado y utilizar capas de Mulch, para favorecer la infiltración.
Un suelo salino es aquel que tiene una cantidad de sales solubles elevada que
altera desfavorablemente su productividad.
b. Suelos Sódicos.
Estos suelos poseen una PSI mayor o igual a 15%, o un RAS mayor a 13.
Se le conoce como álcali negro o mancha de petróleo, el pH puede ir de 6 a
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11, pero su rango promedio es de 8,5 a 10,5. Los problemas que ocasiona al
suelo son toxicidad de Na+ y Cl-, además el Na+ provoca dispersión de las
partículas destruyendo la estructura del suelo. La capa superior del suelo es
impermeabilizada al aire y agua. Para recuperar estos suelos se
hace necesaria la aplicación de Yeso.
c. Suelos Salino-Sódicos.
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siemens/m el cual es igual a 1 mhos.
Los procesos de intercambio mencionados se dan tanto con cationes como con
aniones y la retención se lleva a cabo debido a la presencia de cargas
electrostáticas en los coloides del suelo y en los iones presentes en la solución
del mismo, los cuales se atraen hacia los sitios de carga contraria para
neutralizarse. Este tipo de atracción electrostática se llama adsorción.
La cantidad de iones que pueden adsorber los coloides del suelo depende de la
cantidad de carga superficial que ellos tengan y la fuerza con que son retenidos
depende de la densidad de carga del coloide (Zhang y Zhao, 1997). Recuérdese,
además, del capítulo anterior cómo el pH controla la carga superficial generada
por los coloides del suelo. Los procesos de intercambio iónico se ven afectados,
tanto por las propiedades del cambiador, como por las del ion.
que, por lo tanto, la cantidad de moléculas de agua que rodea el ión puede
alterar el comportamiento de la fuerza de adsorción que ejerce la superficie
cargada sobre el ión.
La carga del ión: Aquellos iones con carga mayor son retenidos con mayor
firmeza por los cambiadores del suelo, cuando tienen igual tamaño.
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El tamaño del radio hidratado del ión: Al aumentar la cantidad de
moléculas de agua que rodean el ión disminuye la fuerza de la retención que
ejerce sobre él el coloide.
El tamaño del radio cristalográfico del ión: Hay una relación inversa entre este
tamaño y el tamaño del ión hidratado por lo cual, a mayor tamaño del ión
deshidratado, mayor es la fuerza con la cual es retenido el ión, puesto que hay
menor cantidad de moléculas de agua interpuestas entre el cambiador y el ión.
Los cationes más importantes en los procesos de intercambio catiónico, por las
cantidades de ellos que participan en dichos procesos, son Ca2+, Mg2+, K+ y
Na+ (las bases del suelo) y NH4+; en suelos ácidos, a partir de ciertos valores
de pH, como se verá más adelante, el Al3+ juega un papel muy importante en el
complejo de intercambio catiónico del suelo constituyendo, junto con el H+, la
acidez intercambiable del mismo.
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Las propiedades de los coloides que afectan el intercambio iónico en el suelo
son, según Zhang y Zhao (1997):
La densidad de carga, o sea la cantidad de carga que tiene una partícula por
unidad de superficie que posea (Fassbender, 1982; Zhang y Zhao,
1997), se determina con la siguiente relación:
Las unidades en las cuales se expresa la densidad de carga son: cmol m-2 o
meq m-2. se presentan los valores de cantidad de carga y de superficie específica
que presentan algunos componentes coloidales comunes en el suelo, tomados de
Fassbender (1982), de Bohn et al (1993) y de Zhang y Zhao (1997).
Zhang y Zhao (1997) diferencian dos tipos de superficies en las que se pueden
ubicar las cargas de los coloides: una interna, que corresponde a la superficie de
las caras de las láminas de los paquetes cristalinos de minerales de arcilla
expansibles y otra externa, que corresponde a las superficies de los otros sólidos
del suelo. La cantidad de superficie interna
puede ser tan grande como 700 m2 g-1 de material, en la montmorillonita o
400 m2 g-1 en la halloysita hidratada. La superficie activa de los
filosilicatos de tipo 1:1, de la illita y del alofano es toda externa.
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y el centro del ión. Además, llaman la atención acerca del hecho de que los
iones en el suelo se encuentran hidratados y
La CIC del suelo se expresa en cmol (+) kg-1 de suelo o en meq (100 g de
suelo)-1 (ambas unidades son numéricamente iguales) y depende de la
cantidad y tipo de coloides que tiene:
El valor que toma la CIC de un suelo también está fuertemente afectado por el
valor del pH al cual se hace la determinación, aumentando el valor de aquella al
aumentar el pH; Uehara y Keng (1974) encontraron que cuando el contenido de
arcilla y de sesquióxidos de Fe y Al aumenta en el suelo, hay un mayor aumento
de la CIC del mismo por unidad de cambio que se de en el pH por encima del
PCC.
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IV. CONCLUSION
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V. ANEXO
EL pH DEL SUELO.
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Algunas características químicas de los iones más frecuentes del Suelo.
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VI. BIBLIOGRAFIA
o Manual de Edafología
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