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El cuento: concepto, tipología y criterios para su


selección

Chapter · January 2005

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Purificación Toledo Morales


Universidad de Sevilla
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Capitulo 1.
El cuento: concepto, tipología y criterios para su selección.

Dra. Purificación Toledo Morales


Profesora Titular Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación.
Universidad de Sevilla
ptoledo@us.es

© APRENDE-IEA
Aulas sin paredes para una formación sin fronteras.
Depósito Legal: SE- 5888-05
I.S.B.N.: 84-689-5095-5
Capitulo 1. El cuento: concepto, tipología y criterios para su selección.

Dra. Purificación Toledo Morales


Profesora Titular Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación.
Universidad de Sevilla
ptoledo@us.es

1. Definición de cuento.
Los cuentos son algo que nos han acompañado siempre a lo largo de
nuestra vida. De pequeños nuestros padres o abuelos nos han contado
historias, unas veces creíbles y otras increíbles, donde se mezclaban la
realidad con la fantasía. Yo recuerdo cómo de pequeña mi padre (que no era
gran cuentista) me contaba una historia donde él era el protagonista y narraba
cómo se enfrentaba a un gran ser monstruoso que salía del bosque y al que
derrotaba con sus propias manos. Yo le pedía todas las noches que me lo
volviera a contar pues me gustaba saber de la valentía de mi padre. Pasaron
los años y un día me acordé del cuento y le pregunté si era verdad aquella
historia que me contaba de pequeña, y fue cuando me enteré de que el relato
era realmente un cuento, pues ni había ser monstruoso ni existió un
enfrentamiento real. La historia real era otra muy distinta: cuando estaba
sirviendo en el ejército espantó a un burro que una noche se acercó al
campamento y asustó a varios soldados que estaban de guardia.
A lo largo de la literatura nos encontramos con extensas acepciones del
término cuento, desde su propia etimología hasta la más reciente definición que
aparece en el Diccionario de la Lengua Española (2005). En este último nos
encontramos con tres acepciones: 1) Relato, generalmente indiscreto, de un
suceso. 2) Relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura
invención. 3) Narración breve de ficción.
La Enciclopedia Encarta (2005) lo define en términos de narración breve,
oral o escrita, de un suceso real o imaginario, y en la que aparece un número
reducido de personajes que participan en una sola acción con un solo foco
temático. La finalidad del cuento es provocar en el lector una respuesta
emocional. En el Diccionario Literario (2005) se define como relato de ficción
poco extenso que utiliza el mínimo número de palabras para transmitir el
máximo de intensidad emocional; debido a su brevedad, cada frase tiene una
especial significación dentro de su estructura, siendo particularmente
importantes las del final que suelen ser reveladoras aunque no necesariamente
sorprendentes. Hay quien lo considera un género intermedio entre la novela y
la poesía. Por su parte, Thompson (1972) define el cuento como “un relato de
cierta longitud que conlleva una sucesión de motivos o episodios”. En una
entrevista realizada a Cortázar en 1986 definía el cuento como “un relato en el
que lo que interesa es una cierta tensión, una cierta capacidad de atrapar al
lector y llevarlo de una manera que podemos calificar casi de fatal hacia una
desembocadura, hacia un final”.
Como vemos son extensas las definición que nos encontramos, incluso
nos vemos obligados a diferenciar entre cuento y novela, cada autor esboza la
propia. Nosotros nos atrevemos a decir que el cuento es un relato breve, oral o
escrito, de algo ficticio o real que a lo largo del tiempo se ha ido adaptado al
momento histórico donde se ha contado, y que ha tenido un valor formativo
utilizando para ello las emociones que provocan en el que lo escucha, que
puede ser niño o adulto.
Pero lo cierto es que la propia evolución histórica del cuento nos hace
diferenciar entre cuento oral, popular, folklórico o tradicional y cuento literario.
El primero es tan antiguo que siempre ha coexistido con el hombre, es una
expresión popular colectiva de creencias, ritos, costumbres, etc., y depende
siempre del contexto social e histórico en que se produce. Son principalmente
relatos anónimos y breves, y dicha brevedad lo hace diferenciarse de otros
géneros narrativos. Todas las culturas a lo largo de los tiempos han poseído y
poseen sus propias historias, cuentos o fábulas. En este sentido un mismo
cuento oral puede ser contado e interpretado de manera diferente dependiendo
del momento histórico en que se narra, algunos incluso han sufrido cambio en
su título y en el de los protagonistas, como es el caso del que conocemos como
“la Bella Durmiente” que también fue conocido como Escaramujo.
Rodríguez Almodóvar (1983: 12) define el cuento popular como “un
relato de tradición oral, relativamente corto (pero no tanto como el chiste o
chascarrillo), con un desarrollo argumental de intriga en dos partes o
secuencias, por lo común y perteneciente a un patrimonio colectivo que remite
a la cultura indoeuropea”.
Trigo (1997: 82) engloba los cuentos infantiles dentro de los cuentos
populares y eruditos, distinguiéndolos de otras clases de cuentos por “la
enseñanza moral o ética, su trama sencilla, por su libre desarrollo imaginativo o
fantástico y por su final feliz”.
Por su parte, Rodríguez Almodóvar (2005) señala que los cuentos de
tradición oral han acompañado a lo largo de la historia a los niños en tres
vertientes estrechamente asociadas: en los problemas psicológicos del
crecimiento, en los de adaptación al medio social, al grupo humano al que
pertenece, y en la adquisición de una primera visión del mundo. Los cuentos
servían para cubrir la formación psíquica, moral y social del niño, y era una
herramienta de formación de pequeños y mayores. Su naturaleza didáctica y
moralizante ha propiciado la consolidación de valores y creencias. Los niños
han aprendido los valores de bondad, maldad, belleza, …, incluso su primer
código moral gracias al cuento. De Amo (2003) afirma que este lastre
pedagógico-moralizante ha sido tan fuerte que existen cuentos tan aterradores
que difícilmente podríamos calificarlos como “infantiles”. Y aunque nos pone el
ejemplo del cuento “El niño testarudo” de los Hermanos Grimm, cuya narración
es la siguiente, existen otros muchos del mismo estilo:
“Érase una vez un niño testarudo que no hacia lo que quería
su madre. Por eso, el buen Dios no estaba satisfecho de él e
hizo que enfermara y ningún médico pudo curarlo y al cabo
de poco tiempo yacía en su pequeño lecho e muerte. Cuando
le metieron en la tumba y la cubrieron con tierra u bracito
volvió a salir de repente y se quedó apuntando hacia arriba.
Se lo metieron dentro y le echaron tierra nueva encima, pero
eso no sirvió de nada, pues siempre volvía a salir otra vez.
Entonces la propia madre tuvo que ir a la tumba y pegarle con
la vara al bracito y según lo había hecho se metió para dentro
y descansó por fin en paz bajo la tierra”.

Las características propias del cuento lo han hecho centro de gravedad


de toda una pedagogía natural, o informal, a partir del cual se generan todo un
conjunto de juegos, canciones, leyendas, refranes, trabalenguas, retahílas,
etcétera, con los que los niños han aprendido a lo largo de los tiempos a ser, a
compartir y a entender (Rodríguez Almodóvar, 2005). Los cuentos populares de
transmisión oral no llevan moraleja, se cuenta y ya está. No va acompañado de
adornos retóricos y ni de un lenguaje barroco, el mensaje tiene que ser claro,
evitándose así que el niño pierda el hilo de la historia. Entre los cuentos
populares podemos encontrar fábulas, cuentos maravillosos, anecdóticos,
costumbristas, etc…
Para Martínez (1989: 6) el cuento popular se caracteriza por:
- Ser una narración en prosa, y a veces, en verso.
- Ser fruto de un proceso colectivo y anónimo de creación-transmisión
oral.
- Poseer una relativa brevedad.
- El argumento generalmente está dividido de dos partes.
- Ser patrimonio de la cultura indoeuropea.
- Poseen una estructura general universal.
Por otro lado, el cuento literario es fruto de un ingenio creador que da
forma a historias, muchas de ellas de procedencia popular, plasmándolas de
forma personal y original en escritos. Tenemos los cuentos de Borges, Baroja,
Caro Baroja, y un largo etcétera. En estos textos los autores recurren a la
brevedad y condensación del asunto de la historia para desarrollar un tema
original, con el que expresa una visión personal de la realidad o de la fantasía
(Borda, 2002: 75).

2. Clasificación de los cuentos infantiles


Cuando hablamos del cuento nos encontramos con diversos tipos de
narraciones breves, como el relato fantástico, el cuento infantil, el cuento
folclórico o tradicional, incluso las fábulas… Podemos aventurar que cada autor
hace su propia clasificación. Esta quizás sea la razón de que el primer
problema al que nos enfrentamos cuando hablamos de tipologías de cuentos,
sea que éstos pueden ser clasificados de muchas formas, pudiendo incluirse
un mismo cuento en distintas clasificaciones. Fue Aarne (1910, 1961) quien
realizó el primer catálogo de cuentos tradicionales que años después fue
ampliado por Thompson (1928). Este catálogo se convirtió en el índice que
clasifica los argumentos de muchos cuentos tradicionales, catalogando
elementos narrativos como los objetivos, animales característicos, ideas,
acciones o personajes, que aparecen en éstos. Este autor distinguió entre:
cuento, novella, cuentos heroicos, leyendas locales, cuento etiológico, mito,
cuentos de animales, fábula o apólogo, chiste, chascarrillo o facecia.
Rodríguez Almodóvar (1982) siguió los trabajos de los autores anteriores
ofreciéndonos una clasificación más simplificada de los cuentos, agrupando
éstos en tres grandes géneros: cuentos maravillosos, de costumbres y de
animales.
Por su parte, Bryant (1995) distingue los géneros siguientes:
- Cuento de hadas: engloba a las narraciones de aventuras maravillosas y
no necesariamente tienen que aparecer hadas en ellas. Y en función
según su moraleja nos habla de:
- Cuentos morales: Son aquellos que proporcionan una lección moral
bajo la forma de fábula o alegoría.
- Relatos que ejercitan la apreciación personal: Son relatos que
ofrecen una imagen de la vida bajo la forma de una fábula o
poesía, pero sin hacer ningún esfuerzo por influir en el juicio del
niño.
- Cuento burlesco: engloba los cuentos puramente festivos.
- Cuentos basados en hechos científicos: Son cuentos basados en
animales y plantas
- Cuentos históricos: Son relatos basados en hechos y personajes
históricos, donde se cuenta cómo los grandes hombres han luchado
contra la adversidad, transmitiéndole sus nobles acciones.
Pelegrín (1982) también realiza una clasificación bastante interesante a
partir de los trabajos de iniciales de Aarne y Thompson, y ofrece una amplia
categoría de hasta doce tipos de cuentos, pero solo desarrolla en profundidad
tres grandes géneros por entenderse éstos como puramente infantiles,
abarcando las edades comprendidas entre 3 a 8 años:

A. Cuentos de fórmula: Son muy breves y mantienen una estructura exacta


en la narración. Son especialmente adecuados para niños de entre 2 y 5 años.
Dentro de esta categoría podemos hablar de tres tipos:
- Cuentos mínimos: Su brevedad se recoge en una frase, al tiempo que
empiezan terminan. La conclusión es inmediata. Un ejemplo sería:
“Un ratoncito iba por un descampado y este cuentecito se ha
acabado”.
- Cuentos de nunca acabar: Son cuentos que partiendo de una
información elemental, concluyen con una pregunta, el que escucha
tiene que dar una respuesta, sea la que sea (da igual), y el que cuenta
continúa con el cuento con idéntica repetición entrando en un bucle
interminable. Un ejemplo sería:
- ¿Quieres que te cuente el cuento de pan y pimiento?.
- Sí.
- Yo no te digo ni que sí, ni que no, yo sólo te digo: ¿que si quieres
que te cuente el cuento de pan y pimiento?
- Bueno
- Yo no te digo que "bueno", yo sólo te digo: ¿que si quieres que te
cuente el cuento de pan y pimiento?

- Cuentos acumulativos y de encadenamiento: Son cuentos seriados


donde existe una fórmula primera a la que se van añadiendo
progresivamente otros elementos hasta construir una serie. Se puede
comenzar la narración cada vez que se añade un nuevo elemento, o
bien se pueden ir añadiendo elementos nuevos y en un momento
determinado se corta la narración y se inicia un movimiento inverso
hasta llegar a la fórmula inicial. En ambos casos se ejercita la memoria
empleando cierta lógica en las secuencias. Un ejemplo sería el cuento
“El burro enfermo”
A mi burro, a mi burro le duele la cabeza,
el médico le ha dado una gorrita gruesa,
una gorrita gruesa, mi burro enfermo está.
A mi burro, a mi burro le duele la garganta,
el médico le ha dado una bufanda blanca,
una bufanda blanca, mi burro enfermo está.
A mi burro, a mi burro le duele la nariz,
el médico le ha dado agüita con anís,
agüita con anís, mi burro enfermo está.
A mi burro, a mi burro le duele el corazón,
el médico le ha dado gotitas de limón,
gotitas de limón, mi burro enfermo está.
A mi burro, a mi burro le duelen las rodillas,
el médico le ha dado un frasco de pastillas,
un frasco de pastillas, mi burro enfermo está.
Mi burro enfermo está.

B. Cuentos de animales: No se trata de cuentos de animales encantados, sino


de cuentos en los que los protagonistas son animales, éstos adoptan los
mismos roles, sentimientos y reacciones que las personas pero no se
encuentran bajo ningún encantamiento ni magia. En ellos se tipifica un rasgo
de carácter concreto, por ejemplo la astucia del zorro, o que el lobo siempre
aparezca hambriento y malvado. Son adecuados para niños de entre 4 y 7
años. Pueden llegar a confundirse con las Fábulas, pero estas siempre poseen
moraleja.
Dentro de esta categoría de cuento podemos encontrar diferentes
combinaciones:
- Cuentos de animales salvajes: Un ejemplo serían los cuentos de lobo y
zorra,
- Cuentos de animales salvajes y animales domésticos: Los siete
cabritillas, los tres cerditos…
- Cuentos del hombre y los animales salvajes: La serpiente y Xan,...
- Cuentos de animales domésticos: los músicos de Bremen.
- Cuentos de pájaros, peces y otros animales: El tordo, La paloma,...

C. Cuentos maravillosos: Englobaría los conocidos cuentos de hadas, de


encantamientos o fantásticos. Se trata de relatos fantásticos donde abundan
los elementos maravillosos (habichuelas mágica, lámpara mágica, olla de oro,
huevo de oro, …) y en los que intervienen seres sobrenaturales (hadas, brujas,
enanos, gigantes, etc) que, junto con otros personajes, actúan atemporalmente,
como en un mundo de ensueño, y que se caracteriza por su gracia primitiva y
la más ingenua frescura (Carbonell, 2005). Lo que distingue al cuento
maravilloso de otros géneros es su estructura y organización que carece de
espontaneidad. “Los elementos constantes, permanentes del cuento son las
funciones de los personajes, sea cuales fueren estos personajes y sea cual sea
la manera en que cumplen estas funciones” (Propp, 1981: 33). La sucesión de
acontecimientos en los cuentos maravillosos siempre es la misma.

En los últimos años se ha comenzado a hablar de otros tipos de cuentos,


como Conde (2001) que habla del cuento motor. Podemos decir que se trata de
una variante del cuento narrado y representado. La idea es resaltar el carácter
lúdico del juego, el cuento se juega. Respetando y aprovechando de esta
manera la necesidad de expresión corporal y movimiento del niño. El
protagonista en este tipo de cuento es el niño, propiciando:
o El desarrollo de su conducta afectiva, social y motora.
o El desarrollo de sus habilidades perceptivas
o El desarrollo de su creatividad, mediante la interpretación de lo
que verbaliza, potenciando su imaginación y capacidades
cognitivas.
o El desarrollo de su actividad motriz.
o La interdisciplinariedad de contenidos.
o La evocación y representación de aspectos de la realidad vividos
por el niño.
o La utilización del lenguaje verbal.
o La expresividad del niño a través de la representación corporal y
musical.
Como vemos la utilización de este tipo de cuento como recurso didáctico
cubre todos los objetivos marcados en la LOGSE para las enseñanzas de
educación infantil. El conocimiento del cuerpo y posibilidades de acción, la
relación con los demás, la observación y la exploración del entorno, la
adquisición autonomía del niño en las actividades habituales se cumplen en el
planteamiento del cuento motor, donde el movimiento y el desarrollo de las
habilidades es el principal protagonista, y el juego es el vehículo para su
adquisición (Conde, 2001).
Recientemente y fruto de la incorporación de las nuevas tecnologías en
nuestras vidas y en el ámbito escolar, ha aparecido una nueva versión de
cuento, a la que se le está llamando cuento electrónico. Se trata de ofrecer los
cuentos en formato digital, pero cabría diferenciar entre aquellos que están
colgados en Internet y pueden ser impresos en papel o leídos sobre la pantalla
del ordenador, y aquellos otros cuentos electrónicos que permiten que el lector
interactúe con el medio. Los verdaderos cuentos electrónicos son aquellos que
dan la oportunidad al que los lee de disfrutarlos al poder leer y escuchar,
observar animaciones de objetos y personajes, rehacer las historias o esperar
desenlaces distintos cada vez que lo utilicen. Garassini (2003) afirma que este
tipo de cuento constituye una excelente herramienta para el inicio o
consolidación de la alfabetización en los niños más pequeños, “ya que muchos
de ellos permiten escuchar y leer el cuento en forma simultánea, escuchar sólo
algunas palabras o letras del mismo, aspectos éstos que ayudan a los niños a
la identificación de los diferentes elementos del lenguaje escrito dentro del
contexto significativo de una historia”. Algunos ejemplos son: “La Vaca Paca”
http://roble.pntic.mec.es/~fblanc1/Cuentos/Vaca/vaca1.htm o “Crónicas de un
policía local” http://www.elhuevodechocolate.com/cuentos14.html

3. Estructura del cuento infantil


Si realizáramos un análisis profundo y detallado de un amplio número de
cuentos infantiles comprobaríamos que la mayoría de ellos mantienen patrones
constantes, que propician el que seamos capaces de reconocerlo, y que ayuda
al que los escucha a comprenderlo e interpretarlo. De Amo (2003) mantiene
que el reconocimiento de esta estructura interna permite al lector activar los
esquemas pertinentes para dotarlo de sentido, incluso nos puede ayudar a
improvisar, inventar o adaptar parte de un cuento cuyo desenlace final no
recordemos en su totalidad. Fue Vladimir Propp (1928) quien determinó esta
morfología del cuento maravilloso, concibiendo a este como una unidad
conformada por unos elementos constantes, y afirmando que “se puede llamar
cuento maravilloso desde el punto de vista morfológico a todo desarrollo que
partiendo de una fechoría o una carencia y pasando por las funciones
intermedias culmina con el matrimonio o en otras funciones utilizadas como
desenlace”.
Desde sus planteamientos son tres los momentos claves en la estructura
interna de los cuentos maravillosos en torno a los cuales se desarrollan éstos:
- La fechoría inicial, momento en que se crea la intriga de la historia.
- Las acciones del héroe, que suceden como reacción a la fechoría del
malvado.
- El desenlace feliz, que suele conllevar el vencimiento del bien sobre el
mal.

3.1. Elementos del cuento


Dos son los elementos esenciales de los cuentos infantiles: los
personajes y sus funciones. Pero cierto es que no pueden estudiarse por
separado, ya que la función será la acción de un personaje. La importancia de
conocer los elementos que constituyen un cuento reside en que nos sirve de
punto de partida para saber distinguir qué cuento es el más adecuado a cada
edad. El análisis de éstos nos ayudará en la selección de los mismos.

Los personajes y sus funciones.


Los personajes o protagonistas del cuento son los que dan sentido a la
narración, la acción de éstos es lo que hace que se desarrolle el relato. En los
cuentos existen diferentes tipos de personajes cuyas acciones están claras y
bien diferenciadas, así nos encontramos con:
- El héroe o heroína.
- El agresor o villano.
- El falso héroe.
- La princesa o el padre de ésta.
- El que pide ayuda.
- El mandatario (el que envía al héroe).
- El donante (el que da el objeto mágico).
- El auxiliar (el que ayuda al héroe).

El papel de cada personaje puede ser interpretado por entes diferentes,


es decir por humanos, animales, seres mágicos (hadas, genios, ogros,
dragones, duendes, magos, brujas, gigantes…).
El héroe o heroína
En los cuentos maravillosos los héroes suelen ser seres humanos,
aunque en otros tipos de cuentos pueden ser animales con habilidades
humanas (hablar, vestirse…) los que pueden adoptar dicho papel. Suelen estar
protegidos por seres mágicos -como hadas- que le dotan de algún poder
sobrenatural, o que le proporcionan algún objeto mágico que le protege, o que
le dan grandes conocimientos que le ayudan en su acción. En los héroes
destaca su inocencia, su fe y su fuerza interior para cumplir la misión que tiene
encomendada, aunque tenga que sufrir verdaderas penalidades en su
andadura.

El malvado, villano o enemigo


Representa todo lo contrario al héroe, es el otro lado de la moneda, lo
negativo y oscuro, en definitiva, la maldad, el mal. Recordemos que la mayoría
de los cuentos representa una lucha entre el bien y el mal, donde el bien vence
sobre el mal. Los villanos en los cuentos puede ser cualquiera: un ser humano
(madrastras), un animal (el lobo de Caperucita o los tres Cerditos), un hada (la
malvada hada de la Bella Durmiente), un ogro (Pulgarcito), un genio, etc…

Las hadas.
Las hadas son protagonistas importantes en los cuentos, sobre todo en
los denominados maravillosos, son el equivalente sobrenatural de los seres
humanos. Sus acciones o presencia suele influir en el destino de los humanos,
ya el origen latino del término lo pone de manifiesto, pues significa “destino”. En
la Edad Media las hadas eran equivalentes a diosas, de ahí su gran belleza. Y
en todas las culturas o mitologías –escandinava, islandesa, irlandesa,
española- han existido en sus creencias populares. Callejo (1996) en su obra
“Hadas. Guía de los seres mágicos de España”, recoge más de diez tipos de
hadas en nuestro país. Nos habla de: las sirenas, las hadas cántabras, las
hadas asturianas, las hadas vascas, las hadas gallegas, las hadas de Castilla y
León, las hadas aragonesas, las hadas catalanas, las hadas insulares, las
hadas extremeñas, y las hadas granadinas. En los cuentos podemos
encontradnos hadas buenas y malas, aparecen y desaparecen, y pueden
adoptar diferentes formas. Las buenas suelen ser mujeres de gran belleza,
estilizadas, jóvenes y dotadas de grandes poderes mágicos. Las hadas
malvadas suelen tener aspecto terrorífico, y algunos autores las equiparan a
las brujas.

Los genios.
Los genios son materia, pero son de una materia sutil, que puede ser
vegetal o animal. Para nosotros los genios son invisibles y pueden habitar en
cualquier parte: tierra, cielo, viento, agua, plantas, incluso en el fuego. Pueden
manifestarse y adoptar diferentes formas. Los hay buenos y malos, los hay que
se creen superiores a los hombres y otros que viven con él y le ayudan o lo
utilizan. En los cuentos de hadas los genios dialogan cara a cara con el
humano, mostrándole una actitud de ayuda, tolerancia, y sobre todo con
engaño, sus acciones siempre tienen algún truco.

Los gigantes.
Son seres que no se saben muy bien sin son inmortales o mortales, pero
que han aparecido en diferentes mitologías y que algunas veces se suelen
confundir con los ogros y algunos genios de gran envergadura. En los cuentos
infantiles son la representación de las fuerzas de la naturaleza, que suelen
desencadenar caos, ya que son personajes que en la mayoría de los casos son
carentes de orden. Los hay malos y amenazadores, pero también los podemos
encontrar bondadosos dispuestos a ayudar a los humanos. Tampoco se sabe
muy bien si tienen o no poderes mágicos. En la antigüedad se les creía
fundadores del mundo y antecesores de los dioses, recibiendo en algunas
mitologías también el nombre de Titanes. Sobre su aspecto, además de su
gran tamaño son seres con mal carácter, y que eran temidos por su voraz
apetito. Un conocido gigante es Gangantúa, del conocido escritor francés
Rabelais.

Los ogros.
Los ogros son seres con mala reputación, recordemos como en el film
Shrek todos huían cuando veía al ogro, la sola pronunciación de la palabra
causaba verdadero terror. En la mitología nórdica el ogro se comía a los
humanos y en los cuentos infantiles también. El ogro es un ser mortal, salvaje,
muy fuerte, poco inteligente, gran comilón y que habita en el bosque, cuevas o
pantano. En algunos cuentos se describe que desprenden un olor característico
y tienen un brillo especial en los ojos. En los cuentos el ogro suele ser presa de
engaño, normalmente a manos de los niños –recordemos a Pulgarcito- .

Las brujas.
Las brujas aparecen en los cuentos infantiles como personajes
secundarios. Aparecen como hechiceras que saben hacer conjuros, son
alquimistas. Suelen ser feas, o al menos pierden su belleza cuando van a
realizar la maldad, por ejemplo la madrastra de Blancanieves cuando se
transforma. En algunos casos poseen cierta apariencia bella, pero con ciertos
rasgos demoníaco, como la bruja de la Bella Durmiente de Disney (Maléfica)
que posee cuernos, largas uñas, traje negro y se transforma en un dragón
diabólico. Manzano (2004) señala que la idea de bruja con apariencia fea se
fragua durante el siglo XVII, momento histórico en que se describe a ésta
como: vieja, sucia, con verrugas, con vello y marcas en la piel, y vestida de
negro. Fue tal la convicción que en aquellos tiempos poseer estos caracteres
era indicios de brujería, lo que se castigaba con la hoguera.

El mago
También aparece como personaje secundario en los cuentos. Es un
personaje complejo, cuya magia puede ser benéfica o maléfica dependiendo de
los fines perseguidos. Gil (1985) afirma que el mago bueno suele ser un
caballero de noble cuna, un príncipe, un ministro, el hijo de un ser sobrenatural
y un humano,… y se dedica al cultivo de la magia no solo en su provecho.
Mientras que el mago malo suele ser un personaje siniestro que dedica su vida
a buscar fórmulas prohibidas que le permitan ser dueño de algo que desea (la
juventud, un tesoro, grandes poderes….), y lo hace en su propio beneficio.

Un elemento que aparece en la estructura de los cuentos populares es la


triplicación de las acciones, que se mantiene constante en la mayoría de
ellos. Nos referimos al hecho de que en los cuentos las cosas suceden siempre
tres veces. Esto es una técnica nemotécnica que ayuda a recordar el cuento y
que aún hoy día se utiliza por lo guionistas de teleseries para fijar la acción en
los espectadores:
- El héroe es sometido a tres pruebas por tres personajes distintos y en
tercer intento lo consigue.
- Los diálogos se repiten tres veces, recordemos el cuento de “los tres
cerditos”: tres cerditos, tres casitas, tres intentos de derribo por parte del
lobo y tres veces se repite la fórmula de “soplaré, soplaré y tu casa
derribaré”. En “Blancanieves” tres veces la madrastra pregunta al
espejito mágico “quien es la mas bella de este reino” y tres veces intenta
terminar con la vida de Blancanieves.
- El tercer hijo de un leñado es el que realiza la proeza.
- Tres son las hadas en algunas versiones de la “Bella Durmiente” y tres
son los dones que le ofrecen a esta.
- Tres son las veces que la protagonista tiene que intentar acertar un
acertijo, recordemos el “Enano Saltarín”, y un largo etcétera.

Las acciones de los personajes van a depender siempre de las


funciones que estos desempeñen en el cuento. Dichas funciones son
constantes, limitadas y su sucesión es siempre idéntica. Propp (1981) identifica
31 funciones que arman la estructura de los cuentos maravillosos, aunque no
necesariamente todas ellas tienen que aparecer en un mismo relato. La única
función imprescindible es la fechoría o daño inicial del agresor hacia el héroe, o
la carencia de algo, punto de partida del relato. Las 31 funciones de las que
nos habla Propp (1981) son las siguientes:
1. Alejamiento: Uno de los miembros de la familia se aleja (la muerte es
una forma de alejamiento)
2. Prohibición: Recae sobre el protagonista una prohibición (o una orden)
3. Transgresión: Se transgrede la prohibición
4. Interrogatorio: El agresor intenta obtener noticias
5. Información: El agresor recibe informaciones sobre su víctima
6. Engaño: El agresor intenta engañar a su víctima
7. Complicidad: La víctima se deja engañar
8. Fechoría: El agresor le hace daño o hiere a un miembro de la familia.
Carencia: Algo le falta a uno de los miembros o desean poseer algo.
9. Mediación: Se divulga la fechoría o carencia y se hace partir al héroe
10. Principio de la acción contraria: El héroe decide actuar
11. Partida: El héroe se va de su casa
12. Primera función del donante: El héroe sufre una prueba, un cuestionario,
un ataque, que le prepara para la recepción de un objeto mágico.
13. Reacción del héroe.
14. Recepción del objeto mágico: El objeto mágico pasa a poder del héroe
15. Desplazamiento: El héroe llega cerca del lugar donde se encuentra lo
que busca.
16. Combate entre héroe y agresor.
17. Marca: El héroe recibe una marca.
18. Victoria: El agresor es vencido.
19. Reparación: La fechoría inicial es reparada, la carencia colmada.
20. La vuelta: El héroe regresa.
21. Persecución: El héroe es perseguido.
22. Socorro: El héroe es auxiliado.
23. Llegada de incógnito: El héroe llega de incógnito a su casa o a otra
comarca.
24. Pretensiones engañosas: Un falso héroe reivindica pretensiones
engañosas.
25. Tarea difícil para el héroe.
26. Tarea cumplida.
27. Reconocimiento: El héroe es reconocido.
28. Descubrimiento: El falso héroe es desenmascarado.
29. Transfiguración: El héroe recibe una nueva apariencia.
30. Castigo: El falso héroe es castigado.
31. Matrimonio: El héroe se casa y asciende al trono.

Vamos a poner un ejemplo para demostrar cómo se realiza el análisis de


funciones. Tomemos el cuento de “Blancanieves” de los Hermanos Grimm,
incluido en su recopilación titulada “Cuentos de niños y del hogar”. En este
cuento se dan 18 de las 31 funciones propuestas por Propp (1981):
1. Alejamiento: Muere la madre de Blancanieves.
2. Interrogatorio: La madrastra (agresor) pide información al espejo mágico:
“Espejito, espejito, dime una cosa ¿Quién es de estos contornos la más
hermosa?”.
3. Información: La madrastra recibe informaciones sobre su víctima. El
espejo le responde: “La más bella erais, reina, vos hasta ahora. Pero ya
Blancanieves es más hermosa”.
4. Fechoría: La madrastra intenta hace daño a Blancanieves, le dice al
cazador: “Llévate la niña al bosque, no quiero verla nunca más ante mis
ojos. Mátala, y como prueba tráeme los pulmones y el hígado”.
5. Partida del héroe-victima: Blancanieves huye al bosque, pues el cazador
le perdona la vida.
6. Primera función del donante: Los enanos (donantes) deja que se quede
a vivir con ellos a cambio de su ayuda. Dice: “Si te quieres ocupar de
nuestra casa, cocinar, hacer las camas, lavar, coser y tejer y tenerlo todo
en orden y limpio…”.
7. Recepción del objeto mágico: En este caso ofrecimiento de servicios.
Los enanos dicen: “te puedes quedar con nosotros y no te faltará de
nada”.
8. Prohibición: Los enanos le recuerdan: “Ten cuidado con tu madrastra;
pronto sabrá que estás aquí. No dejes entrar a nadie”.
9. Desplazamiento: El héroe llega cerca del lugar donde se encuentra lo
que busca.
10. Interrogación: Nuevamente la madrastra pregunta al espejo.
11. Información: El espejo responde a la madrastra y le informa dónde se
encuentra Blancanieves.
12. Engaño: La madrastra engaña a Blancanieves tres veces disfrazándose
de vendedora, y colocándole un peine envenenado, un corsé y
comiéndose la manzana envenenada.
13. Complicidad: Se deja engañar, dejándose peinar y colocarle el peine,
apretándole el corsé y comiéndose la manzana.
14. Transgresión: Blancanieves deja entra a la bruja las tres veces.
15. Socorro: Blancanieves es auxiliada tres veces: dos veces por los enanos
y una por el príncipe.
16. Reparación: La fechoría inicial es reparada por el príncipe. “El príncipe
hizo que lo llevaran sus sirvientes a cuestas. Entonces acaeció que
tropezaron con un arbusto, y por la sacudida, se salió de la garganta el
trozo de manzana envenenada que había mordido Blancanieves. Poco
después abrió los ojos, levantó la tapa del ataúd, y se enderezó. Había
recobrado nuevamente la vida”
17. Matrimonio: Blancanieves se casa con el príncipe.
18. Castigo: La madrastra es castigada. “Pero ya habían sido colocadas al
fuego unas sandalias de hierro y se las trajeron con tenazas y las
pusieron ante ella. Tuvo que ponerse los zapatos ardiendo como brasas
y bailar hasta que cayó muerta al suelo”.
Otra cuestión es ¿cómo se reparten las funciones entre los personajes?.
Según Propp (1981: 91-92) estas se agrupan de forma lógica según ciertas
esferas que corresponden a los personajes que llevan a cabo las funciones.
Son las siguientes esferas de acción:
1. La esfera de acción del agresor o del malvado comprende las funciones:
fechoría, combate, luchas contra el héroe, persecución.
2. La esfera de acción del donante o del proveedor comprende: la
preparación de la transmisión del objeto mágico y la puesta del objeto
mágico a disposición del héroe.
3. La esfera de acción del auxiliar comprende: el desplazamiento del héroe
en el espacio, el reparto de la fechoría o de la carencia, el auxilio
durante la persecución, la realización de tareas difíciles, la
transfiguración del héroe.
4. La esfera de acción de la princesa o personaje buscado y de su padre
comprende: la petición de tareas difíciles, la imposición de una marca, el
descubrimiento del falso héroe, el reconocimiento del héroe verdadero,
el castigo del agresor y el casamiento.
5. La esfera de acción del mandatario incluye el envío del héroe.
6. La esfera de acción del héroe comprende: la partida con vistas a la
búsqueda, la reacción ante las exigencias del donante, y el casamiento.
7. La esfera de acción del falso héroe comprende: la partida con vistas a la
búsqueda, la reacción ante las exigencias del donante y su función
específica, las pretensiones falaces.
Además algunas de las funciones forman parejas, pudiendo aparecer
inmediatamente en el cuento una detrás de otra (en el caso de Blancanieves
engaño – complicidad), o separadas a lo largo del cuento, por ejemplo al
principio o al final (fechoría – reparación). En los cuentos suelen darse siete
parejas:
1. Prohibición – transgresión.
2. Interrogatorio – información.
3. Engaño – complicidad.
4. Combate – victoria.
5. Marca del héroe – reconocimiento del héroe.
6. Persecución – socorro.
7. Fechoría/carencia – reparación.
Pelegrín (1982) argumenta que las funciones y las parejas de estas se
agrupan en las distintas partes del argumento, en concreto en: el prólogo, el
nudo o desarrollo de la intriga y el desenlace. En el ejemplo de Blancanieves
las funciones se agrupan en las distintas partes del cuento así:
Prólogo - Alejamiento
- Interrogatorio - información
Nudo - Fechoría
- Partida del héroe-victima.
- Recepción del objeto mágico.
- Prohibición - transgresión.
- Engaño – complicidad.
- Socorro.
Desenlace - Reparación – matrimonio – castigo

4. Valor educativo del cuento


Al inicio de este capítulo ya apuntábamos cómo el cuento ha sido a lo
largo de la historia un importante instrumento de socialización entre las
distintas civilizaciones. La formación psicopedagógica y social que estos han
prestado a lo largo del tiempo ha sido de capital importancia para configurar la
personalidad de los niños en todas las épocas. El cuento ha sido y es muy
importante en la educación formal e informal de los niños. Trigo (1997) señala
que el cuento favorece:
a) El desarrollo intelectual. El cuento ayuda a l niño en su desarrollo
cognitivo, ayudándole a asociar situaciones de un relato hipotético a
soluciones –lógicas o ilógicas- o desenlaces similares. Ello potencia el
pensamiento global del niño, así como su capacidad de análisis y
síntesis. El niño cuando lee o escucha un cuento pone en juego sus
capacidades de interpretación, de ordenación lógica, de inferencias o
deducciones y de emisión de juicios de valor sensatos.
b) La atención. El cuento es un instrumento ideal para captar la atención de
los niños, a través de ellos se habitúan a trabajar su atención que
posteriormente será un elemento importantísimo en la iniciación a la
lectura.
c) La memoria. Es desarrollada tanto la narración oral como escrita. La
memoria es un factor muy importante en todos los aprendizajes de los
niños, por ello es muy importante su desarrollo. La estructura interna de
los cuentos ha favorecido la fácil memorización de éstos y su
conservación a lo largo de los tiempos. Dicha estructura narrativa ofrece
la posibilidad de ejercitar fácilmente la memoria de los niños.
d) El desarrollo de la fantasía y la creatividad. Esta es una de las grandes
virtudes del cuento, hacen que la imaginación de los niños vuelen,
sirviendo de base para la creación, recreación y los sueños de estos
mediante los mecanismos de identificación y proyección.
e) La comprensión del mundo. Los cuentos también ayudan a los niños a
comprender muchos de sus realidades que viven a diario y que sus
mentes no son capaces de comprender. Les puede ayudar a entender
muchos de los problemas internos de los seres humanos y sobre las
soluciones correctas. Trigo (1997: 38) nos dice “el cuento representa
para el niño algo así como un libro de la vida y para la vida, puesto que
le ayuda, de una forma muy especial, adecuada y clara, a entender y a
vislumbrar alguna explicación a muchísimos eventos y hechos que
acontecen, en muchos casos por primera vez, ante sus vírgenes y
atónitos ojos”.
f) La formación estética. La educación estética también forma parte de la
formación del niño; en este sentido, el lenguaje, los símbolos, las
representaciones y la estructura de los cuentos, inicia y favorece a los
niños en el conocimiento de la dimensión poética y estética del ser
humano. Los cuentos suelen trasmitir alegría y belleza en sus relatos.
Sensibiliza al niño, satisface su capacidad de asombro con las
emociones, por ello los cuentos deben ser bellos y no aterradores.
g) Satisface la necesidad de juego. Los cuentos son un instrumento de ocio
y de placer para el niño. En las aulas de infantil la audición o lectura de
un cuento siempre va de juegos, el cuento incita al niño a jugar. El
cuento siempre supone para el niño una diversión, les gusta que le lean
o cuenten historias, les entretiene, en definitiva, se sienten felices.
h) La lectura y la creación de hábitos lectores. Los niños que están
acostumbrados a que les narren cuentos posiblemente serán buenos
lectores. El disfrute de la lectura desde pequeños hace que les guste
leer y gozar con los cuentos. El cuento ayuda a que el aprendizaje de la
lecto-escritura se produzca y se haga de forma divertida. Un ejemplo
claro lo tenemos en las distintas entregas de la obra Harry Potter, que
posiblemente ha batido record en cuanto a lectores infantiles del mismo.
i) La comunicación y asimilación de valores. El cuento es una forma de
comunicación, de hecho así es como han sobrevivido gran parte de los
cuentos que hoy conocemos. Los cuentos enseñan a los niños a
comunicarse, al tiempo que aprenden cantidad de conductas
socializantes y asimilan valores que le ayudan a apreciar las conductas y
las actitudes. Los cuentos enseñan sin muchas explicaciones a distinguir
entre bien y mal, verdades y mentiras, justicia e injusticia, etc…

Como vemos son muchos los valores que el cuento aporta a la


formación de los niños. A lo largo de toda la educación infantil se fomenta el
perfeccionamiento de la comprensión y expresión oral del niño, y la
comprensión y expresión escrita. Y a partir de ahí el cuento puede ayudar a
favorecer otros muchos aprendizajes que se extienden hasta la edad adulta.

5. Criterios de selección
Todos estaremos de acuerdo en que no todos los cuentos son
adecuados a todos los niños. Cada edad requiere un tipo de cuento y somos
los adultos (padres y profesores) los responsables de elegir el mejor cuento
para nuestros oyentes. La selección del cuento más adecuado para cada edad
es una tarea importante, pues en parte va a ser el desencadenante de futuros
lectores en potencia.
Para Salotti (1969) los cuentos infantiles deben reunir una serie de
condiciones o características que deben de contemplarse en el momento de su
selección:
- Deben ser adecuados a la edad del niño. Los intereses de los niños
varían según la edad de estos, si le interesa le va a gustar, sino es de sy
agrado difícilmente lo va a leer o escuchar.
- Deben ser breves, ello ayuda a la compresión del argumento y evita el
cansancio o fatiga en el niño pequeños, evitan que se pierdan en el
transcurso del relato.
- Que existan pocos personajes en el cuento par evitar distracciones y
perdida de atención.
- Que el argumento carezca de complicaciones.
- Debe existir continuidad de acciones.
- Que el estilo literario sea indirecto, es decir que existan diálogos entre
los personajes.
- Que se utilicen onomatopeyas adecuadas, imitándose las voces de
animales o los sonidos de forma correcta.
- Que la historia mantenga cierto suspense hasta el desenlace final.
- Que utilice un lenguaje literario familiar, sencillo y compresible para el
niño.
- Que sea gracioso y divertido.
- Que el desenlace sea siempre feliz. Debe de evitarse la crueldad y el
terror.

En el momento de la selección es importante valorar aspectos como:


1. El asunto: cuestiones como ¿de qué trata el cuento?. Es un cuento
divertido, cruel, dramático, feliz,,,,
2. El tema en torno al cual gira el relato. ¿Cuál es la idea central del
cuento?: la bondad, la amistad, la vanidad…
3. Los personajes: ¿qué características tienen? ¿son reales? ¿son
animales, personas, seres imaginarios…?
4. El ambiente: momento y lugar donde se desarrolla la acción (bosque,
ciudad, castillo,…)
5. La acción: duración y complejidad de la acción.

Reiteramos la idea de seleccionar cuentos que les gusten a los niños.


“Es absolutamente imposible enseñar a los niños cualquier materia por medio
de cuentos si su argumento no les gusta” (Bryant, 1995: 42). Si el cuento
elegido no es del agrado de los niños difícilmente vamos a mantener su
atención. No tiene sentido seleccionar un cuento que no vamos a poder utilizar
desde el punto de vista didáctico.
Pero ¿qué es lo que hace que a los niños les guste un cuento?. Bryant
(1995) señala tres características comunes en los cuentos, algunas de ellas ya
aportadas por Salotti (1969):
- Rapidez de acción: La rapidez con la que transcurre el relato mantiene la
atención del niño. Cada párrafo debe ser un acontecimiento, que
sucedan cosas una tras otra. Ya hemos resaltado la necesidad de que
los cuentos sean breves, evitando explicaciones o descripciones
innecesarias. Son las acciones ininterrumpida de los personajes la que
cuenta la historia y no sus pensamientos o sentimientos.
- Sencillez y misterio: Los elementos que se utilizan para narrar el cuento
son objetos familiares para los niños (la casa, la abuela, los cerdos, el
perro, la música, los platos, etc…), pero al mismo tiempo están rodeados
por una sombra de misterio que les atrae, eso es lo nuevo en el relato, lo
que cambia la escena. Las imágenes raras y desconocidas para los
niños debilita el interés de estos hacia el relato, al tiempo que los
confunde. Puede ser una casa, pero en la casa viven cerditos o cabritas.
Podemos hablar de música, pero los músicos son animales.
- Elemento reiterativo: Los cuentos se caracterizan también por su
carácter repetitivo que ayuda a que el niño consiga una perfecta
comprensión del relato.
- ….

¿Qué temática de los cuentos infantiles es la mas adecuada a cada


edad?. También es una cuestión importante, Petrini (1981) hace esta distinción
centrándose en la edad de escolarización:

Edad Temática
3 a 5 años - Temática variada pero acorde a las necesidades propias de
esta edad: niños que no saben leer.
- Cuentos con muchas ilustraciones que van a ser narrados
por un adulto.
6 a 9 años - Las fábulas y cuentos de animales, narraciones de
aventuras de otros niños, viajes, etc…
10 a 12 años - Biografías e historias verdaderas, fenómenos naturales,
aventuras científicas, .etc…

¿Cómo deben ser los cuentos?. No todos los cuentos son iguales, no
solo por la complejidad de su temática y trama, sino también por la cantidad de
información textual y gráfica que ofrece al lector u oyente. Si exploramos la
parte de literatura infantil de cualquier librería nos encontraríamos con cuentos
muy diversos: aquellos con maravillosas ilustraciones en los que se cuentan
historias muy sencillas en solo cinco páginas, extensas recopilaciones de
famosos cuentos, cuentos sencillos con letras grandes e ilustraciones, cuentos
con pictogramas, etc… Cada edad requiere un tipo de lectura, por ello
presentamos un breve análisis sobre qué tipo de cuento en mas adecuado a
ciertas edades:

Los niños de 1 a 2 años


A los niños de estas edades les gusta tanto escuchar como ver
ilustraciones, por ello es importante que en los cuentos de estas edades
abunden las mismas. Es importante elegir cuentos con gran calidad en sus
ilustraciones, pues ellas van a ser servir para captar su atención. Así podemos
encontrar cuentos que solo poseen ilustraciones y carecen por completo de
texto escrito. Las historias deben ser muy simples, de argumento muy sencillo.
Deben evitarse seleccionar cuentos con:
- Ilustraciones del tipo de películas de dibujos animados, pues estas van
dirigidas a un público de recepción pasiva.
- Ilustraciones basadas en caricaturas burlescas, pues el niño de estas
edades no comprende la ironía.
- ilustraciones excesivamente realista y elaborada, ya que resulta
demasiado compleja para el niño.
- Ilustraciones de determinados "dibujos de moda", porque repiten unas
mismas características en personas u objetos y resaltan siempre los
mismos valores.

Los niños de 3 a 4 años


Los niños a estas edades se caracterizan por ser muy preguntones, lo
cuestionan todo, siempre quieren saber el por qué de las cosas que suceden.
Es importante que los cuentos posean historias sencillas, emotivas y con una
acción lineal, ello evitará que pierdan el hilo de acción. Deben recoger historias
que le sean familiares y que pueda vincular con su vida diaria. Les gustan
sobre todo los cuentos de animales y de niños que tienen su misma edad, pues
se ven representados. Los cuentos con repeticiones rimadas son una buena
opción, a estas edades tienen gran facilidad para aprenderlas. Los cuentos de
las Tres Mellizas son un buen ejemplo para estas edades.

Los niños de 5 a 7 años


Son edades ideales para los cuentos maravillosos. A estas edades
quieren en sus cuentos a princesas, hadas, dragones, genios, gigantes,
castillos… desean fantasía en las historias que leen. Es el momento ideal para
contarles cuentos de hadas sencillos, sin tramas complicadas. Los niños de
estas edades prefieren cuentos con estructura repetitiva, con elementos
familiares y de acción rápida. Blancanieves, Ricitos de oro, pulgarcito son
ideales. A partir de los 6 años les fascina los cuentos de aventuras – por
ejemplo Simbad- en los que aparecen héroes. Son adecuados los cuentos de
Grimm y Perrault que le enseñen valores morales. Las fábulas, cuentos
fantásticos, leyendas, cuentos de humor….
Los niños de 8 a 12 años.
Los niños de estas edades ya quieren historias con cierta complejidad,
con detalles y cierta trama emocionante. Ya prefieren leer los cuentos, y
preferiblemente que sean de: aventuras, poesía, historias de pandillas, libros
de humor, países diversos, animales, ciencia, etc …. Son ideales para ellos los
relatos históricos, científicos y personales. Alrededor de los 12 años comienzan
a interesarse por libros de suspense e intriga, aventuras peligrosas, novelas
realistas, biografías…
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