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Fortalecimiento de vínculos afectivos

Identificación del tipo de vínculos afectivos existentes entre la pareja

Expresión y de sentimientos y emociones a través de la comunicación asertiva

Tipos de vínculos:

Vínculo afectivo de apego seguro:

Las personas que establecen un vínculo con su pareja a través del tipo de apego seguro son
autónomos en diferentes áreas de su vida y se sienten seguras porque confían en sí mismas y en la
respuesta positiva de los demás.

Las personas seguras no desconfían de sus “figuras de apego” (padres, amigos, pareja), cuentan
con la certeza de que les ayudarán cuando lo necesiten.

Así, las características de los vínculos afectivo de apego seguro fundamentales son:

Los recuerdos de los vínculos afectivos de la infancia son en su mayoría positivos.

Son abiertos, fáciles de conocer, autónomos, con alta autoestima y una imagen positiva de los
demás.

Carecen de problemas interpersonales graves y muestran confianza en los demás.

Disfrutan de un equilibrio entre las necesidades afectivas y la autonomía personal.

Vínculo afectivo de apego preocupado:

El apego preocupado, también denominado ambivalente o dependiente, se caracteriza por sentir


inseguridad respecto a la disponibilidad de las figuras de apego, en este caso de la pareja.

La persona preocupada desarrolla un estado de ansiedad e ineficacia que le hace sentir que no es
suficientemente querida, por lo que constantemente busca la confirmación de que es amada por
la otra persona y, al mismo tiempo, sufre temor al posible rechazo o abandono. Así, otras de las
peculiaridades de este tipo de vínculos afectivos son:

Falta de autoestima que conlleva una actitud dependiente y un deseo desmedido por conseguir la
aprobación ajena.

Alta preocupación en sus relaciones.

Demandas constantes de atención.

Vínculo afectivo de apego huidizo alejado


Las personas con este estilo de apego mantienen relaciones basadas en la distancia afectiva y
frialdad emocional. En las personas huidizas alejadas, la aparente autosuficiencia emocional actúa
como mecanismo de defensa ante el posible rechazo que pudieran experimentar. Las
características de las personas que presentan estos tipos de vínculos afectivos son:

Idealización de las relaciones con los padres, donde las únicas experiencias recordadas se basan en
el rechazo y la frialdad de sus progenitores

Anteponen la valoración de sus logros y niegan la existencia de necesidades afectivas

Mantienen alejados a los demás para conservar su coraza y no desequilibrar sus emociones

Tienen un modelo mental positivo de sí mismo pero negativo de los demás

Se sienten incómodos en la intimidad y consideran las relaciones interpersonales como algo


secundario en su vida

Pueden mostrar un estado de desapego ante situaciones de separación o pérdida mediante la


supresión de sus emociones

Vínculo afectivo de apego huidizo temeroso

Las personas que establecen un vínculo afectivo a través de un tipo de apego huidizo temeroso
también funcionan con un modelo mental negativo hacia sí mismos y hacia los demás, falta de
asertividad, baja confianza y autoconcepto, además de un potente miedo al rechazo.

La diferencia con el tipo huidizo alejado reside en que los temerosos obtienen su fuente de
seguridad a través de la aprobación de los demás.

Asimismo, cumplen con los siguientes patrones en sus relaciones:

Su temor al rechazo les impide iniciar relaciones íntimas, por lo que su red social es mínima.

Combinan al mismo tiempo dependencia extrema y evitación, por lo que fácilmente se ven
afectados por la soledad, frustración y depresión.

Su comportamiento es pasivo.

Vínculo afectivo de apego desorganizado

Este estilo de apego tiene su origen en una infancia de maltrato o abusos en la que los cuidadores
representaban al mismo tiempo una figura de temor o malestar por lo que los niños no podían
recurrir a ellos como fuente de apoyo y/o seguridad.

El patrón de sistema de apego desorganizado es el más disfuncional porque las personas buscan
cercanía física al mismo tiempo que distancia mental, lo que causa gran desorientación, además
de:
Condicionar su valía a través de acciones defensivas basadas en una extrema necesidad de agradar
y cuidar a otros de forma controladora.

Incapacidad para valorar las situaciones consideradas amenazantes.

Estrés y aumento de cortisol.


Habilidades para fortalecer la expresión y canalización emocional

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