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Aguas Subterráneas
Profesor:
- Patricia Torres
Alumno(a):
Melissa Rivero
C.I.: 25.428.563
La toma de muestra de aguas subterráneas presenta una especial dificultad condicionada por las
características constructivas de la captación y la técnica de muestreo, que pueden ser resumidas
en:
La naturaleza de las muestras que pueden ser tomadas en un sondeo son muy variadas, pero
pueden ser agrupadas en cinco casos principales:
1.1.- Rejilla o tubería ranurada en toda su longitud o en gran parte de ella: el agua procederá de
todo el sistema no siendo posible obtener muestras selectivas en profundidad.
1.2.- Rejilla o tubería ranurada en un tramo. El agua procederá del tramo enrejillado y de los
superiores.
2.1.- Rejillas en todos los tramos acuíferos que no se aíslan mediante cementación. El agua, al
circular en el espacio anular entre el entubado de la captación y la formación, es mezcla de todos
los niveles captados.
2.2.- Rejillas en todos los tramos del acuífero que se aíslan mediante cementación. El agua
procede de los diferentes niveles pero pueden ser aislados mediante obturadores y obtener de
esta manera muestras selectivas en profundidad.
2.3.- Rejillas en un único tramo que está aislado del resto. El agua procederá de un único nivel
acuífero.
CONTAMINACIÓN DE ACUIFEROS Y AGENTES CONTAMINANTES
Se suelen distinguir dos tipos de procesos contaminantes de las aguas subterráneas: los
"puntuales" que afectan a zonas muy localizadas, y los "difusos" que provocan contaminación
dispersa en zonas amplias, en las que no es fácil identificar un foco principal.
Explotación excesiva de los acuíferos que facilita el que las aguas salinas invadan la zona de aguas
dulces, por desplazamiento de la interfase entre los dos tipos de aguas.
Este tipo de contaminación puede provocar situaciones especialmente preocupantes con el paso
del tiempo, al ir cargándose de contaminación, lenta pero continuamente, zonas muy extensas
CONTAMINACIÓN DEL AGUA SUBTERRÁNEA
El agua que se infiltra lixivia los contaminantes que haya sobre el suelo llevándolos hasta la capa
de agua subterránea. La contaminación puede ser localizada o difusa. En el primer caso se produce
principalmente por el lavado de todas aquellas fuentes de contaminantes mal impermeabilizadas
como pueden ser: vertederos de residuos urbanos o industriales, fosas sépticas, depósitos de
hidrocarburos subterráneos, materiales producidos durante las labores mineras (enriquecimiento
mineral, escombreras de estériles, etc.), sales utilizadas para el deshielo de carreteras, etc.
La contaminación difusa o dispersa procede del uso indiscriminado de productos agrícolas tales
como fertilizantes químicos (nitratos, fosfatos, etc), productos fitosanitarios (plaguicidas,
pesticidas, insecticidas, etc.) purines y otros abonos orgánicos, enmiendas de suelos,....). Todos
aquellos compuestos que no son absorbidos por las plantas u otros seres vivos o quede
fijado/adsorbido por las partículas sólidas del suelo pasarán a formar parte del agua subterránea.
La mayor o menor probabilidad de que los contaminantes puedan llegar a incorporarse al ciclo del
agua dependerá de su solubilidad y de las características físico-químicas del suelo tales como
capacidad de intercambio iónico, pH, Predox, temperatura del agua, etc.
El subsuelo tiene un cierto poder de depuración del agua tanto microbiológica (en la zona de
aireación) como química (hidrólisis, oxidación, reducción,..) pero sólo si el agua fluye despacio. Por
ello dependiendo de la permeabilidad del acuífero (máxima en acuíferos cársticos) los
contaminantes se dispersarán más o menos o podrán ser en cierta medida eliminados. En
ocasiones los contaminantes se transforman en otros compuestos más tóxicos aún que aquellos
de los que proceden.
De ahí que sea tan importante por un lado impermeabilizar correctamente cualquier foco de
contaminación o limitar en la medida de lo posible su uso, así como conocer el comportamiento
del agua subterránea determinando la permeabilidad de los materiales, el sentido de flujo y por
ejemplo el volumen de agua crítica extraíble para evitar la sobreexplotación.
PROTECCIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS
El primer paso para poder proteger las aguas subterráneas es conocer la situación y características
de éstos. Es entonces cuando podrán delimitarse las zonas para su protección. Los vertidos
contaminantes o la acumulación de desechos en esas zonas pueden llegar hasta el acuífero. Deben
vigilarse o incluso prohibirse.
Se deben tomar numerosas muestras periódicamente, a través de pozos y sondeos. Esas muestras
se someten a análisis químicos y bacteriológicos. También se controla el nivel del acuífero. Son los
“controles piezométricos”. Tienen gran importancia especialmente en zonas de posible intrusión
salina.