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TALLER DE RELIGION – EL HOMBRE COMO SER RELIGIOSO

Elementos constitutivos de la persona


Autoposesión: expresa la capacidad que tiene el ser humano de ser dueño de sí mismo y, por
consiguiente, responsable de sus actos. Aquí la responsabilidad juega un papel muy
importante. Reflexión completa: muestra cómo el hombre y la mujer son seres que actúan con
plena conciencia y sus actos son intencionales, es decir, tienen un propósito definido. La
conciencia, a su vez, implica tres momentos: conocer, conocer que se conoce y conocerse
conociendo. Autodeterminación: esto indica que el ser humano por medio de la libertad que
posee, conoce sus límites y sus posibilidades y de acuerdo con ellos, construye su proyecto de
vida.
Interioridad de la persona
Anotábamos antes que el ser humano, se diferencia de los animales por un conjunto de
características que hacen posible que el hombre y la mujer vivan aquello que llamamos
interioridad. Esta dimensión de profundidad es la que permite que el ser humano se haga
consciente de sus propios actos y de lo que él es. Esta interioridad le permite y le exige
volverse sobre sí mismo para reflexionar sobre lo bueno y lo malo, superar limitaciones,
recogerse sobre sí y renovarse.
Para poder lograr una interiorización verdadera, el hombre y la mujer deben desprenderse de
todo aquello que se considera necesario, pero que, en realidad, es superficial; aquella ansia de
tener más, de ampliar más sus posesiones tanto materiales como intelectuales, sin olvidar que
la verdadera riqueza de todo ser humano se encuentra en el polo opuesto del tener, es decir,
en el ser. El valor de una persona crece a medida que se despoja de la necesidad de tener
cosas y logra mostrarse a través de su propio ser y no de las cosas que posee.
El espíritu del ser humano
En la mayoría de pueblos y culturas la palabra espíritu conlleva la connotación de vida en la
persona o elemento esencial de la misma, el espíritu es lo que lo hace vivir, la fuente misma
de su vida, un ejemplo claro de esto lo encontramos en el Génesis 2, 7, que narra cómo Dios
creó al ser humano de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida; dicho en otras palabras, le
transmitió el espíritu. Esto significa que la respiración del hombre procede de Dios y vuelve a
Él, cuando el hombre expira. De esta misma manera, la Iglesia enseña que cada alma
espiritual es creada directamente por Dios, no es producida por los padres y es inmortal, es
decir, no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en
la resurrección final (CIC 366).
El hecho religioso
La religión es fruto de un proceso de maduración de la conciencia del ser humano que parte
desde la prehistoria. El hombre primitivo se enfrentó a un mundo hostil en el que la
subsistencia jugaba un papel central. Este hecho provocó en el ser humano interrogantes
acerca de la vida y de la muerte, que fueron creando la conciencia de una realidad superior. El
ser humano procuró acogerse a esa realidad de distintas maneras: primero utilizó el tabú,
luego la magia y, por último, pudo llegar al concepto de religión.
EL TABÚ: Era un rito de purificación que consistía en mantener apartado todo aquello que era
considerado impuro respecto de la realidad superior. Como consecuencia, lo más
recomendable era evitar lo impuro, alejarse, huir de ello; para tal efecto, era preciso
establecer qué cosas se debían o no se debían tocar y qué acciones no se podían realizar. A
todas estas normas prohibitivas se les conoce con el nombre de tabúes de prohibición.
LA MAGIA: Posteriormente, el hombre primitivo quiso dominar las fuerzas del bien y del mal
para beneficio propio. Entonces creó una serie de creencias y prácticas, según las cuales los
individuos privilegiados o magos podían influir sobre las cosas y manipularlas. Así apareció la
magia. La magia es un acercamiento a la realidad superior, contraria al tabú, que busca
evitarla. Para comunicarse con la realidad superior, el mago no usa mediaciones; lo hace
directamente.
LA RELIGIÓN: La religión, tal como la entendemos hoy, es superior al tabú y a la magia, pues
en este caso, el ser humano busca establecer relaciones efectivas con la divinidad. Para
lograrlo, hace uso de unas mediaciones que pueden ser simbólicas o materiales.
Diversos significados de la palabra religión
La palabra "religión" viene del término latino religio. Pero aún no hay acuerdo sobre el
significado de este vocablo. Algunas definiciones son las siguientes: Para Cicerón, la palabra
deriva del verbo relegere, porque la persona religiosa relee las narraciones sobre los dioses
para orientar su vida. Lactancio, escritor cristiano del siglo III, hace derivar la palabra del
verbo religare, porque la religión es el conjunto de vínculos que nos religan o unen con Dios.
Para San Agustín, obispo africano del siglo V, religión tiene que ver con reeligere, porque
después del pecado volvemos a elegir a Dios, fuente de nuestra felicidad. Santo Tomás de
Aquino (siglo XIII) encuentra que todas estas definiciones tienen que ver con la relación. La
religión es una relación de Dios con el ser humano.
Elementos comunes a todas las religiones
Todas las religiones tienen en común al menos cuatro elementos: la doctrina, el culto, las
normas morales y la comunidad de fe. Veamos estos elementos de manera esquemática.
La doctrina: Constituye un conjunto de creencias y convicciones que se hallan centradas y
sistematizadas en los libros sagrados. Los Ritos: Práctica encaminada al contacto del ser
humano con la divinidad, en ceremonias llenas de significados diversos. Las normas morales:
Conjunto de leyes, ^orinas o principios que tienen por objeto orientar el comportamiento de
los creyentes. La comunidad de fe: Los valores religiosos no son vividos individualmente sino
en grupo o comunidad. Es la "hermandad" de los que comparten la misma fe.
Testimonio de Tatíana Gorícheva
La religión no consiste en mantener ideas heredadas o proteger catedrales medievales. Es,
más bien, una relación afectiva y personal con Dios. Y esto sólo se logra llevando una vida de
oración. Mi experiencia de oración, Werner von Braum. Tatiana Goricheva se educó en la
antigua URSS, sin ninguna referencia religiosa, en un ambiente de ateísmo promovido por el
Estado soviético. Insatisfecha con el gran vacío en que vivía y angustiada por la muerte de una
amiga, se refugió en la meditación oriental y en la práctica del yoga. Al no encontrar el sentido
que buscaba para su vida, cayó en el escepticismo y llegó a pensar en el suicidio. Ella misma
comenta su momento de conversión. "Un día, cansada y desilusionada realizaba mis ejercicios
de yoga y repetía los mantras. Conviene saber que hasta ese instante yo nunca había
pronunciado una oración, y ni conocía realmente oración alguna. Pero el libro de yoga proponía
como ejercicio una plegaria cristiana, en concreto la oración del Padrenuestro. ¡Justamente la
oración que nuestro Señor había recitado personalmente! Empecé a repetirla mentalmente
como un mantra, de un modo inexpresivo y automático. La dije unas seis veces; entonces, de
repente, me sentí trastornada por completo. Comprendí —no con mi inteligencia ridicula, sino
con todo mi ser— que Él existe. ¡Él, el Dios vivo y personal, que me ama a mí y a todas las
criaturas, que ha creado el mundo, que se hizo hombre por amor, el Dios crucificado y
resucitado!"
PREGUNTAS
1. ¿Qué relación encuentras entre la interioridad y el espíritu de la persona?
2. Define con tus propias palabras lo que entiendes por reflexión completa, autoposesión y
autodeterminación.
3. ¿cómo se inició el hecho religioso en el ser humano?
4. ¿de qué maneras fue el ser humano relacionándose con realidades superiores a él mismo?
explícalas con tus propias palabras.
5. Haz un cuadro comparativo de las diferentes definiciones de religión
6. ¿Cómo puedes explicar con tus palabras los elementos comunes a todas las religiones?
7. Da tu opinión acerca del testimonio de Tatiana Goricheva con respecto a tu vida misma

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