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“Benemérita Universidad Autónoma

de Puebla”

Facultad de Medicina

Departamento de Anatomía Patológica

“Fibroadenoma mamario y condición fibroquística”

Alumno: Aldo Iván Hernández Ruiz

Matricula: 201406820

MC. Adriana Martínez Hernández

Sección 003 Jueves 10:00-12:00

Otoño 2016
“Fibroadenoma mamario y condición fibroquística”

La patología mamaria es un campo de amplio desarrollo durante los últimos años, debido a que la
incidencia y mortalidad de las neoplasias malignas, año con año es causante de la reducción de la
población y perdida de la calidad de vida, no solo en términos de salud física, sino que también
arremete fuertemente contra la integridad psicológica y social de las víctimas. En la actualidad el
cáncer de mama ocupa uno de los primeros puestos en cuanto a frecuencia en México, sin embargo,
aunque este represente un gran peligro, no debemos dejar de lado y no considerar a las patologías
aparentemente benignas situadas en la misma zona, que muchas veces son menospreciadas y por
ellos se han vuelto una condición frecuente e importante que representa un nuevo reto en la atención
a la salud sobre todo en el nivel de atención primaria en la detección temprana.

Se entiende por patología benigna mamaria a un grupo de alteraciones en el tejido mamario, las
cuales no tienen la capacidad de diseminarse, que responden a mecanismos de tipo hormonal,
factores externos como los hábitos nutricionales y estilos de vida que interactúan entre sí, creando
un grupo de signos y síntomas muy variados que se manifiestan por dolor mamario, masas,
nodularidad, turgencia, irritabilidad, secreción y descarga por el pezón y/o inflamación e infección,
que en algunos casos pueden elevar el riesgo de patología mamaria maligna. En este ensayo
abordaremos 2 de las patologías mamarias más frecuentes como lo son los fibroadenomas y los
cambios fibroquísticos.

Fibroadenoma mamario

Es el tumor benigno más frecuente de la mama, compuestos de tejido epitelial glandular del seno y
de tejido mesenquimatoso bien diferenciado con predominio de carácter fibroso.

Es una lesión estrógeno dependiente, por lo que sufre cambios en relación al embarazo, lactancia,
toma de anticonceptivos orales y en terapias hormonales, además de que debido a la presencia de
receptores celulares para los estrógenos estos sufren variaciones durante el ciclo menstrual.

Presenta una incidencia de entre el 7 y 12% de las consultas por alteraciones mamarias. El cual
aparecen durante la juventud y vida reproductiva principalmente en mujeres entre 20-40 años,
aunque estos pueden presentarse a cualquier edad incluso sin estimulación estrogénica alguna.

Los fibroadenomas generalmente son descubiertos por las pacientes puesto que en su mayoría son
masas palpables de fácil identificación, los cuales se caracterizan por tener un tamaño variable entre
2 a 5 cm, de forma esférica o discretamente alargado, lobulado pero a veces pueden ser
multilobulados, de consistencia dura o elástica, pseudocapsulados, bien delimitados del tejido
mamario adyacente, generalmente doloroso, móviles y de un color blanco grisáceo.
Aproximadamente, 10-20% son múltiples y bilaterales. Cuando tienen gran volumen y se encuentran
situados en la periferia, o la mama es pequeña, es frecuente que puedan protruir la piel que los
cubre. Después de la menopausia suelen involucionar, el estroma experimenta hialinización densa
y se pueden calcificar de forma característica dando la imagen de palomitas de maíz en la
mamografía, aunque también pueden aparecer como calcificaciones pequeñas agrupadas que
necesitarían de otros métodos diagnóstico, como biopsia, para poder identificarlos.

En cuanto a su histología, los fibroadenomas contienen un estroma delicado, celular y mixoide en la


mayoría de las ocasiones, que se asemeja al estroma intralobulillar normal, dependiendo de su
patrón de crecimiento se puede visualizar un crecimiento pericanalicular con mayor aumento epitelial
dejado visible la luz de los túbulos y algunas veces agrandándola, o puede presentar un crecimiento
intracanalicular, en el cual el epitelio puede estar rodeado y comprimido por el aumento del tejido
conectivo, generando la oclusión parcial o completa de los túbulos y distorsionando su forma,
además de que en ambos casos este crecimiento se encuentra delimitado por una pseudocapsula
de tejido conectivo visible que lo separa del tejido normal adyacente. En mujeres de edad mayor, el
estroma se hialiniza densamente y el epitelio se atrofia además de la acumulación de cristales de
calcio que dan lugar a la calcificación siguiente.

Aunado al comportamiento normal antes descrito de los fibroadenomas, existen variantes menos
comunes que suelen hacer más complicado su diagnóstico, llegando a confundir con otras patologías
benignas e incluso malignas, entre estas variaciones se encuentra:

 Fibroadenoma juvenil: el cual como su nombre lo indica aparece en mujeres jóvenes y tiene
un crecimiento acelerado, alcanzado un tamaño mayor a lo común. Microscópicamente se
presenta una hiperplasia glandular con una mayor celularidad en el estroma.
 Fibroadenoma gigante: Suele denominarse así a los fibroadenomas que superan los 5cm de
diámetro y un peso mayor a los 500gr, siendo una entidad sumamente rara la cual representa
del .5-2% de los fibroadenomas totales, apareciendo mayormente entre los 10 y 18 años la,
siendo la principal causa de macromastia unilateral y asimetría mamaria en adolescentes y
muchas veces confundiéndose con un tumor filoides.
 Fibroadenoma complejo: Esta entidad se caracteriza por presentar quistes de más de 3mm
de diámetro, adenosis esclerosante, calcificaciones epiteliales o cambios papilares
apócrinos, y representan al menos el 2% de los fibroadenomas, y según investigaciones de
diversos autores pueden estar asociados a un mayor riesgo de cáncer de mama, debido a
su complejidad en cuanto a los cambios que presenta.

Entre las complicaciones de los fibroadenomas se encuentra el infarto, que ocurre en fases de
crecimiento rápido debido a una alta carga estrogénica como la que se produce durante el embarazo
o la lactancia, ocasionando áreas de hemorragia y necrosis, manifestándose con dolor y
endurecimiento. La aparición de carcinoma en la mama procedente de un fibroadenoma es muy
infrecuente, con una incidencia de 0.1-0.3%.

En cuanto a su manejo, se pueden seguir 2 vías principalmente. Puede optarse por solo ser
expectante, principalmente en pacientes jóvenes, que sea de pequeño tamaño, que no cause
molestias o incomode y en los controlados que no han sufrido ningún cambio, debido a que su
potencial de malignización es muy bajo, sin embargo, debe de estar en continua supervisión para
evitar cualquier complicación y proceder a otra intervención si el crecimiento se acelera.

El otro camino es la extirpación del tumor, siempre que haya duda diagnóstica, ya sea clínica,
radiológica, ecográfica o citológica. También está indicada cuando crecen rápidamente y molestan
o preocupan a la paciente y la mayoría de las veces por cuestión estética. Actualmente, la eliminación
asistida por vacío guiada por ultrasonido y la crioablación, la cual consiste en la eliminación del tumor
por congelación que después es sustituido por tejido fibroso o grasa, son las opciones más
recomendadas debido a que ofrecen enfoques mínimamente invasivos para el tratamiento de
fibroadenomas pequeños.

Condición Fibroquística

El término condición fibroquística es un concepto muy subjetivo que se ha aplicado a un grupo de


alteraciones del tejido mamario que responde aparentemente y principalmente a mecanismos de tipo
hormonal, que al encontrarse elevados o en suficiente concentración para generar la alteración, se
manifiestan creando un grupo de signos y síntomas clínicos muy variados como la nodularidad con
un aumento de la sensibilidad y endurecimiento pobremente diferenciado del tejido adyacente, en
forma simétrica, dolor en las mamas, turgencia, irritabilidad y secreción por el pezón. Este
padecimiento generalmente inicia a los cuatro o cinco años después de la menarca y sigue un curso
progresivo sobre todo en mujeres nuligestas o que sólo han tenido uno o dos embarazos.

Aunque suele ser un padecimiento progresivo, muchas veces no es detectado o es confundido por
otras patologías con condiciones similares, y por ello la evidencia epidemiologia marca un aumento
en su incidencia según la edad, por los síntomas y signos más intensos y evidentes que se pueden
observar al avanzar el tiempo, su frecuencia es aproximadamente de 10% en menores de 21 años,
se incrementa a 25% en los años fértiles y hasta 50% en la perimenopausia.

Los factores de riesgo para desarrollar un condición fibroquística no se encuentran especificados,


aunque debido a las teorías que se tienen sobre su fisiopatogenia se ha postulado que
probablemente están involucrados diversos factores como un exceso relativo o una producción
aumentada de estrógenos o una respuesta tisular exagerada a un nivel normal, una deficiencia de
progesterona , un aumento en la proporción plasmática de los ésteres de ácidos grasos saturados
con una disminución de los poliinsaturados y las metilxantinas que estimulan la proliferación del tejido
mamario quístico, en este último se asocia la alta ingesta de productos ricos en estos componentes
como los té, el café, chocolate y bebidas gasificadas, principalmente de cola.

Aunque actualmente la etiopatogenia no está 100% dilucidada, si se tiene indicios sobre como la
teoría estrogénica encajaría en la producción de las alteraciones a lo largo del tiempo. Cuando la
concentración de estrógenos en el tejido mamario se encuentra elevada, las pacientes presentan
deficiencia del cuerpo lúteo, más del 50% de ellas cuentan con niveles elevados de prolactina,
derivado del nivel estrogénico elevado en la hipófisis, el aumento en la secreción de prolactina
genera que existan ciclos anovulatorios. La hiperprolactinemia deprime la secreción lútea de
progesterona, al igual que de acuerdo con algunos estudios que han demostrado que la prolactina
estimula la actividad de los receptores estrogénicos, motivando la diferenciación celular, induciendo
así la proliferación del epitelio.

Cuando las células blanco del tejido mamario han sido sensibilizadas con el efecto mitogénico de los
estrógenos y las demás hormonas, da inicio una hipertrofia mioepitelial de las células en los
conductos intralobulillares o en las estructuras alveolares.

Los efectos hormonales, junto con una dieta rica en grasas, metilxantinas y la lactancia no realizada,
pueden pasar de una hiperplasia simple a una hiperplasia atípica, la obliteración de los conductos
intralobulillares se asocian con metaplasia apócrina que provoca la composición química del líquido
contenido en los quistes donde se han encontrado varias proteínas, destacando la GCDFP-15 que
se encuentra en las lesiones que posteriormente pueden desarrollar cáncer.

Si bien aún queda mucho por estudiar y descubrir en cuanto al origen real de la condición
fibroquística, es destacable que en ciertas ocasionas esta condición puede ser un factor de riesgo
para más tarde desarrollar cáncer de mama, para ello es de suma importancia identificar la
sintomatología clina de manera temprana y oportuna. El desarrollo clínico lo podemos dividir en 3
fases.

 Primera fase: En las mujeres menores de 25 años debido a la estimulación estrogénica se


presentan ciclos menstruales acortados y mastalgia premenstrual de 2-3 días de duración,
se detectan cambios en las mamas, las cuales tienen escasa nodularidad, con discreto dolor
a la palpación, generalmente no hay secreción por el pezón y es frecuente que se presente
en forma bilateral.

 Segunda fase: Esta fase se presenta en mujeres de entre 30-40 años, en la cual se
encuentran lesiones progresivas, que tienen aumentada la nodularidad por formación de
placas fibroquísticas debido a la condensación, la presencia de mastalgia de 4-5 días de
duración antes de la menstruación, en algunas mujeres la sintomatología puede ser
permanente y en algunos casos se presenta secreción de color verdoso por el pezón.

 Tercera fase: En la última fase la condición fibroquística avanzada suele encontrarse en


mujeres de más de 40 años, las cuales presentan mastalgia en forma casi permanente que
se irradia a la zona axilar y a la espalda. Hay formación de quistes palpables que pueden
ser solitarios o múltiples, en el interior de los quistes se ha encontrado un contenido liquido
turbio azul, la vascularidad se encuentra aumentada, hay edema discreto y cambios de
coloración en las zonas más afectadas, en esta fase es frecuente encontrar secreción por el
pezón de tipo seroso o sanguinolento que pueden ser datos de una papilomatosis.

Estas faces pueden acompañarse de cambios progresivos en las ramificaciones ductales y crearse
una proliferación epitelial dando como resultado una papilomatosis, también puede existir una
hiperplasia lobular o una adenosis esclerosante, lo que aumenta el riesgo relativo a padecer de
cáncer de mama al ser alteraciones proliferativas.

El diagnóstico es clínico casi en su totalidad, ya que presenta una gran cantidad de signos y
síntomas, siendo los principales la mastalgía, secreción por el pezón, ingurgitación mamaria,
cambios de coloración, edema discreto, aumento de la vascularidad, cefalea, irritabilidad y náuseas.
Esto se puede corroborar incluso descartar la sospecha de algún otro problema mediante el uso de
pruebas auxiliares como la ultrasonografía, mamografía, citología de la secreción del pezón
aspiración con aguja fina y biopsia. La aspiración con aguja fina de los quistes revela un líquido
turbio, no hemorrágico. Los cambios histológicos representan proliferación epitelial dentro del
sistema ductal y fibrosis del estroma. La fibrosis contribuye a la formación de quistes al causar
obstrucción de los conductos y retención de secreciones alveolares.

El tratamiento se debe dirigir a reducir el efecto estrogénico, frenando su progresión, además de


aliviar o reducir los síntomas como el dolor, la secreción; siendo la meta revertir los cambios
fibroquísticos y reblandecer el tejido mamario, mediante el uso de ropa liviana y holgada, sostén
justo, evitar la manipulación y traumatismos de la mama, restringir las metilxantinas y reducir en un
15% las grasas de la dieta, además de aumentar los carbohidratos y prohibir la nicotina, ya que esto
puede disminuir el riesgo de cáncer.
en cuanto al tratamiento farmacológico el uso de AINES para reducir el dolor, las vitaminas A y E
como antioxidantes, diuréticos como furosemida días antes de la menstruación, progestágenos e
inhibidores de los esteroides sexuales como danazol, bromocriptina o tamoxifeno y análogos de la
hormona liberadora de gonadotropinas que inducirían hipoestrogenismo.

El tratamiento quirúrgico está reservado para pacientes con muy alto riesgo de cáncer mamario,
dolor refractario e incapacitante, así como en aquéllas con historia de múltiples biopsias o con
evidencia de una lesión precancerosa esta indicada la resección parcial de la glándula. Si un nódulo
persiste en la mama, se recomienda su excisión. Si se aspira un quiste en 2 ocasiones y éste
reaparece, hay que extirparlo.
Aunque aparentemente estas sean lesiones benignas, debemos de tener un seguimiento exhaustivo
puesto que aunque sea muy bajo el porcentaje, pueden elevar los factores de riesgos de cáncer, la
manera más óptima de hacerlo, es mediante la educación sobre la autoexploración y la exploración
de un médico en caso de cualquier duda, puesto que es mucho mejor tratar un crecimiento o masa
en sus etapas tempranas que no representaría mayor complicación, que atender un procesos
avanzado.

Bibliografía

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