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ECUADOR
FACULTAD DE INGENIERIA
ESCUELA CIVIL
SANITARIA I
14/06/2018
Introducción
Este documento fue preparado con la intención de proponer una armonización de las políticas
existentes en los países del continente americano acerca de la calidad del agua potable que los seres
humanos consumen. La calidad del agua potable es de suma importancia para la salud, por lo cual
la mayoría de los países tienen legislaciones internas que están relacionadas con las aguas de
consumo humano.
Estas normas sirven para determinar la responsabilidad de los distintos sectores involucrados en la
producción y distribución del agua potable, su monitoreo y su control. Los países cuentan, así
mismo, con reglamentaciones que definen qué se entiende por agua potable; es decir, los patrones
que se deben seguir para que el agua sea inocua para la salud humana. Entre esas reglamentaciones
hay una muy específica, que se denomina “Norma de Calidad del Agua Potable”. Allí se establece
que sustancias pueden estar presentes en el agua y las concentraciones máximas permisibles que
no significan riesgo para la salud.
Todos los países que establecen este tipo de normas nacionales utilizan como parámetro principal
de comparación las Guías de la OMS para la Calidad del Agua Potable. Las guías son documentos
que se publican aproximadamente cada 12 años, donde se acopia la última información disponible
en el mundo sobre el tema. Las últimas directrices publicadas por la OMS son las acordadas en
Génova en 1993. (Confirmar con las establecidas en Génova en el 2004). En este documento se
realiza una comparación de los valores recomendados por la OMS en las Guías de Calidad de agua
Potable para los diferentes contaminantes del agua, con los valores establecidos en las diferentes
Normas de Calidad de Agua existentes en cada uno de los países del Continente Americano.
Esto se realiza con el fin de poder proponer alternativas y brindar soluciones que permitan la
creación de políticas que con lleven a la armonización de los estándares de calidad de agua potable
a nivel hemisférico. Los países del Caribe no son incluidos en este informe debido a la dificultad para
acceder a sus normas nacionales. Por otro lado, un reporte de la CEPIS afirma que estos países se
acogen a los estándares establecidos en las “Guías de Calidad de Agua Potable” recomendados por
la Organización Mundial de la Salud.
Hasta el momento se han publicado tres ediciones de las Guías de Calidad de Agua Potable. Las dos
primeras ediciones fueron utilizadas como directrices para establecer las normas internas que
regulan el agua potable de cada uno de los países. La tercera edición hace una evaluación de riesgo,
es decir, describe un “Marco para la Seguridad de Agua potable " y habla de los papeles y las
responsabilidades de los distintos tenedores, incluyendo los papeles complementarios de
reguladores nacionales, proveedores, comunidades y agencias "de vigilancia" independientes. En
esta edición la información sobre muchas sustancias químicas fue revisada por la OMS para
considerar la inclusión de nuevas sustancias químicas que no habían sido consideradas con
anterioridad.
Actualmente las Guías de Calidad de agua Potable de la OMS están siendo revisadas con el fin de
publicar unos nuevos apéndices en el 2005 y el 2007, y finalmente esperan poder tener lista una
cuarta edición de las Guías en el 2008.
Pero ¿qué son realmente los estándares de agua potable? Los estándares de agua potable son
regulaciones establecidas por la legislación interna de los países para controlar el nivel de
contaminantes en el agua de consumo humano de cada nación.
La utilidad de los patógenos entéricos y de las bacterias indicadoras para el monitoreo operativo es
limitada, porque la duración del procesado y análisis de las muestras de agua no permite realizar
ajustes de las operaciones antes de que se produzca el suministro. En el monitoreo operativo
pueden usarse diversos parámetros: x Para la vigilancia de aguas de origen, pueden usarse la
turbidez, la absorbancia de UV, la proliferación de algas, el caudal y tiempo de retención, el color,
la conductividad y los sucesos meteorológicos locales (consulte los documentos complementarios
Protecting Surface Waters for Health y Protecting Groundwaters for Health; apartado 1.3). x
Para la vigilancia del tratamiento, pueden usarse la concentración y tiempo de contacto del
desinfectante, la intensidad de la radiación UV, el pH, la absorbancia de luz, la integridad de las
membranas, la turbidez y el color (consulte el documento complementario Water Treatment and
Pathogen Control; apartado 1.3). x
Es muy deseable profundizar en la investigación y evaluación del uso del potencial redox como
técnica de monitoreo operativo. • La presencia o ausencia de bacterias indicadoras de
contaminación fecal es otro parámetro de monitoreo operativo utilizado comúnmente. No
obstante, existen agentes patógenos que son más resistentes a la desinfección con cloro que los
indicadores utilizados con mayor frecuencia:
La presencia de bacterias heterótrofas en el agua puede ser un indicador útil de cambios como el
aumento del potencial de proliferación microbiana, aumento de la formación de biopelículas,
aumento de los tiempos de retención o estancamiento e interrupción de la integridad del sistema.
La abundancia de bacterias heterótrofas presentes en un sistema de abastecimiento puede reflejar
la presencia de grandes superficies de contacto en el sistema de tratamiento, como filtros en línea,
y puede no ser un indicador directo del estado del sistema de distribución en su conjunto (consulte
el documento complementario Heterotrophic Plate Counts and Drinking-water Safety; apartado
1.3).
Las mediciones de la presión y de la turbidez son también parámetros útiles para el monitoreo
operativo en sistemas de distribución por tuberías
BIBLIOGRAFIA:
Guías para la calidad del agua potable, PRIMER APÉNDICE A LA TERCERA EDICIÓN Volumen
1 Recomendaciones Organización Mundial de la Salud. (2010)