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Definición de reorganización

Reorganización es el proceso y la consecuencia de reorganizar. Este verbo, a su vez, se refiere a


organizar nuevamente algo. Por ejemplo: “Vamos a tener que encarar una reorganización de la empresa
ya que estamos sufriendo pérdidas económicas muy importantes”, “El nuevo presidente afirmó que su
principal objetivo será la reorganización de la institución”, “Tras la reorganización, ochenta empleados
perdieron su trabajo”.

Una reorganización puede llevarse a cabo de diferentes formas y en


distintos contextos. Supongamos que una persona desea ordenar la ropa
que tiene en el armario. Para llevar a cabo la reorganización, saca toda la
ropa, la ordena por color y luego vuelve a guardarla en el armario. De este
modo, habrá reorganizado su vestuario.

Una empresa que cuenta con tres empleados en el área de marketing y


cinco en el sector administrativo, por su parte, puede desarrollar una
reorganización para volverse más eficiente y rentable. Su dueño, con este
fin, traspasa a un empleado de administración al departamento de marketing, con la esperanza de que la
estrategia derive en la obtención de mayores ingresos.

La estructura administrativa de una compañía es la base sobre la cual se apoya y funciona, y por eso resulta
esencial su correcta organización, así como eventuales procesos de reorganización para adaptarse a las
demandas del mercado. Las empresas que perduran durante años y décadas atraviesan inevitables cambios
sociales, políticos y económicos, y esto no puede pasar desapercibido en sus organigramas.

Los cambios externos tienen diversas consecuencias dentro de la estructura de una compañía, y la mayoría
de ellos suelen ser negativos, al menos antes de que ésta tome cartas en el asunto. La competencia hace que
el público se vuelva más exigente y, en algunos casos, más poderoso; la exposición a más de una opción
para satisfacer una determinada necesidad, ya sea básica o considerada dentro del ámbito de los lujos, hace
que los consumidores aprendan una peligrosa lección: siempre se puede pedir más.

La clave de una reorganización exitosa es la nitidez y la sensatez de


los objetivos que la impulsan: se debe partir hacia una posición sólida, que ofrezca soluciones a las
problemáticas actuales sin poner en riesgo aquello que hasta el momento ha funcionado correctamente.
Desde la definición hasta la puesta en marcha de los cambios a nivel efectivo tienen lugar una serie de
etapas cruciales, siendo la comunicación con los inversores y consumidores una de las más delicadas.

En Argentina, la Junta Militar que derrocó al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón
en 1976 impulsó un autodenominado Proceso de Reorganización Militar. Bajo este nombre, los militares
impusieron una sangrienta dictadura que modificó la realidad argentina, incidiendo sobre la vida política,
económica, cultural y social del país.

Dicha dictadura gobernó el país austral hasta que el Proceso de Reorganización Militar finalmente entregó el
poder a Raúl Alfonsín, en el año 1983, quien en cuanto asumió la presidencia firmó los decretos para crear
la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, con el objetivo de llegar al fondo de los actos
terroristas que habían cometido tantas violaciones a los derechos humanos en los inolvidables años
anteriores. El resultado fue el conocido informe titulado “Nunca más“, el cual se publicó un año más tarde.

Se conoce como Reorganización de Montreal, por su parte, a un proceso desarrollado en la isla canadiense
de Montreal a comienzos de este siglo para la incorporación de diferentes localidades adyacentes a la ciudad
principal, más precisamente entre los años 2001 y 2006, ya que dichas comunidades ya participaban de
manera fundamental de los aspectos sociales y económicos de Montreal. Cabe señalar que este proceso fue
muy controvertido, dadas ciertas diferencias políticas y la inevitable problemática de las lenguas.

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