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Historia Argentina

Argentina Indígena
La población del actual territorio argentino a la llegada de los españoles a
principios del siglo XVI sumaba unas 330.000 personas agrupadas en una
veintena de grupos étnicos. Los habitantes del Noroeste, de las Sierras
Centrales y de la Mesopotamia practicaban la agricultura, mientras que el
resto del territorio estaba ocupado por grupos de cazadores-recolectores. Las
culturas más extendidas fueron los diaguitas al Noroeste, los guaraníes, los
tupíes, los tobas y los guaycurúes en el Noreste, los pampas en el centro y
los tehuelches, mapuches y onas en el Sur.

Conquista y colonia (1492-1776)


En 1536 Don Pedro de Mendoza fundó Santa María de los Buenos Ayres, la
primera ciudad argentina. La miseria y el hambre doblegaron a Mendoza y su
gente y Buenos Aires quedó despoblada hasta su segunda fundación por
Juan de Garay en 1580. Las ciudades argentinas fueron fundadas por
conquistadores que provenían de distintas zonas de América. La corriente
pobladora del este, llegada desde España, tomó como base de operaciones
la ciudad de Asunción y fundó las ciudades litorales. La que vino desde el
Perú ocupó el Tucumán, como se llamaba entonces a todo el Noroeste
argentino. Las ciudades cuyanas fueron fundadas por la corriente proveniente
de Chile.

Virreinato (1776-1810)
Lo que hoy es la Argentina perteneció al virreinato del Perú hasta que en
1776 el rey Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata, cuyo primer virrey
fue Pedro de Ceballos. La capital, Buenos Aires, se convirtió en un gran
puerto comercial y se incrementó notablemente la exportación de cueros,
tasajo y de la plata proveniente de las minas del Potosí. El sistema de
monopolio impuesto por España prohibía comerciar con otro país que no
fuera la propia España. Esto encarecía notablemente los productos y
complicaba la exportación al tiempo que fomentaba el contrabando a gran
escala. En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron
rechazadas por el pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y
españoles. En cada milicia, los jefes y oficiales fueron elegidos
democráticamente por sus integrantes. Las milicias se transformaron en
centros de discusión política.

Independencia (1810-1820)
Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente
debilitada y que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus
colonias. La ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de del
Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla
decidieron a los criollos a actuar. El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera
Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al período
virreinal. Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política
revolucionaria tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para
una futura independencia.

Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden


los gobiernos (Primera Junta (1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-
1814) y el Directorio (1814-1820) que no pueden consolidar su poder y deben
hacer frente a la guerra contra España. En esta lucha se destacaron Manuel
Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de
Güemes. Las campañas sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con
el centro del poder español de Lima. El 9 de julio de 1816 un congreso de
diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819
dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias,
celosas de su autonomía.

Era de Rivadavia (1820-1829)


A partir de 1819 en el país se fueron definiendo claramente dos tendencias
políticas: los federales, partidarios de las autonomías provinciales, y los
unitarios, partidarios del poder central de Buenos Aires. Estas disputas
políticas desembocaron en una larga guerra civil cuyo primer episodio fue la
batalla de Cepeda en febrero de 1820, cuando los caudillos federales de
Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, derrocaron
al directorio. A partir de entonces, cada provincia se gobernó por su cuenta.
La principal beneficiada por la situación fue Buenos Aires, la provincia más
rica, que retuvo para sí las rentas de la Aduana y los negocios del puerto.

Época de Rosas (1829-1852)


En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan Manuel
de Rosas, asumió la gobernación de Buenos Aires y ejerció una enorme
influencia sobre todo el país. A partir de entonces y hasta su caída en 1852,
retuvo el poder en forma autoritaria, persiguiendo duramente a sus opositores
y censurando a la prensa, aunque contando con el apoyo de amplios sectores
del pueblo y de las clases altas porteñas. Durante el rosismo creció
enormemente la actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas
industrias del interior que fueron protegidas gracias a la Ley de Aduanas.
Rosas se opuso a la organización nacional y a la sanción de una constitución,
porque ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras al resto del
país y la pérdida de la hegemonía porteña.

Buenos Aires y la Confederación (1852-1862)


Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos, una provincia
productora de ganado como Buenos Aires que se veía seriamente
perjudicada por la política de Rosas, que no permitía la libre navegación de
los ríos y frenaba el comercio y el desarrollo provinciales. En 1851, Urquiza
se pronunció contra Rosas y formó, con ayuda brasileña, el Ejercito Grande
con el que derrotó definitivamente a Rosas en Caseros el 3 de febrero de
1852. Urquiza convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe que en
mayo de 1853 sancionó la Constitución Nacional. Pero aunque ya no estaba
Rosas, los intereses de la clase alta porteña seguían siendo los mismos y
Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina dieron un golpe de estado, conocido como la
"Revolución del 11 de Septiembre de 1852". A partir de entonces, el país
quedó por casi diez años dividido en dos: el Estado de Buenos Aires y la
Confederación (el resto de las provincias con capital en Paraná). La
separación duró casi diez años, hasta que en septiembre de 1861, el líder
porteño Bartolomé Mitre derrotó a Urquiza en Pavón y unificó al país bajo la
tutela porteña.

Organización nacional (1862-1880)


Luego de la batalla de Pavón se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre
(1862-68), Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-
1880), quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la
ocupación del todo el territorio nacional y la organización institucional del país
fomentando la educación, la agricultura, las comunicaciones, los transportes,
la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado mundial como
proveedora de materias primas y compradora de manufacturas.

República liberal (1880-1916)


En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo
económico agroexportador y el modelo político conservador basado en el
fraude electoral y la exclusión de la mayoría de la población de la vida
política. Se incrementaron notablemente las inversiones inglesas en bancos,
frigoríficos y ferrocarriles y creció nuestra deuda externa. En 1890 se produjo
una grave crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al
régimen gobernante. Por el lado político, la Unión Cívica Radical luchaba por
la limpieza electoral y contra la corrupción, mientras que, por el lado social, el
movimiento obrero peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los
gremios socialistas y anarquistas.

La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente


descontento social, expresado por innumerables huelgas, llevaron a un sector
de la clase dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los
ánimos y trasladar la discusión política de las calles al parlamento. En 1912,
el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que lleva su
nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio.

Primeros gobiernos radicales (1916-1930)


La aplicación de la Ley Sáenz Peña hizo posible la llegada del radicalismo al
gobierno. Los radicales gobernaron el país entre 1916 y 1930 bajo las
presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) (1928-1930) y Marcelo T. de
Alvear (1922-1928), e impulsaron importantes cambios tendientes a la
ampliación de la participación ciudadana, la democratización de la sociedad,
la nacionalización del petróleo y la difusión de la enseñanza universitaria. El
período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves
condiciones de vida de los trabajadores. Algunas de sus protestas, como la
de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente reprimidas con
miles de trabajadores detenidos y centenares de muertos.

Década infame (1930-1943)


El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P.
Justo encabezaron un golpe de estado, apoyado por grupos políticos
conservadores, y expulsaron del gobierno a Yrigoyen, inaugurando un
período en el que volvió el fraude electoral y la exclusión política de las
mayorías. En 1933 se firmó el Pacto Roca-Runciman con Inglaterra, que
aumentó enormemente la dependencia Argentina con ese país. Se
sucedieron los gobiernos conservadores (el general Uriburu, entre 1930 y
1932; el general Justo, entre 1932 y 38; Roberto Ortiz, entre 1938 y 1942, y
Ramón Castillo, entre 1942 y 1943), que se desentendieron de los
padecimientos de los sectores populares y beneficiaron con sus políticas a los
grupos y familias más poderosas del país.

Ascenso y auge del peronismo (1943-1955)


En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó
al presidente Castillo. Dentro de este grupo se destacó el coronel Juan
Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevó
adelante un política tendiente a mejorar la legislación laboral y social
(vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo). El apoyo popular a
Perón lo condujo al gobierno en las elecciones de 1946. Durante sus dos
presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón, que ejerció el poder limitando
el accionar de la oposición y censurando a la prensa, impulsó una política que
combinaba el impulso de la industria, el empleo, las comunicaciones y los
transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón a través de la
construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda
económica para los más pobres.

La conformación de los estados provinciales.

En Argentina se denomina provincia a cada uno de los 23 estados federados


que integran la Nación, según los principios del federalismo establecidos en la
Constitución Nacional. Jurídicamente Argentina es una federación de
provincias, y mantiene por mandato constitucional los nombres históricos de
Provincias Unidas del Río de la Plata y Confederación Argentina, además de
República Argentina (el único usual).

Las provincias argentinas se autogobiernan, redactan sus propias


constituciones y tienen poderes ejecutivo, legislativo y judicial propios,
incluyendo sus propias policías provinciales. Catorce de ellas son histórica y
jurídicamente preexistentes a la actual organización nacional, y junto a las
nueve creadas posteriormente conservan de manera exclusiva todos los
poderes no delegados expresamente a la Nación en la Constitución Nacional.

Las provincias argentinas comenzaron a configurarse a partir de la


Revolución de Mayo, en 1810, y fueron definiendo sus fronteras mediante
pactos interprovinciales "preexistentes" a la constitución nacional de 1853.

En 1853 trece provincias (Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy,


La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero
y Tucumán) se reunieron en un congreso para constituir la República
Argentina. En 1860 se integró la provincia de Buenos Aires. Con posterioridad
el Congreso Nacional creó nueve provincias nuevas: Presidente Perón
(Chaco) y Eva Perón (La Pampa) en 1951, renombradas en 1955; Misiones
en 1953; Chubut, Formosa, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz en 1955;
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur en 1990. En 2016 existen
23 provincias.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no es una provincia, ni pertenece a


ninguna. Perteneció hasta 1880 a la provincia de Buenos Aires, año en que
fue federalizada (nacionalizada) para servir de capital federal. Desde 1994
tiene un régimen autónomo especial.

“Revolución libertadora” (1955-1958)


En 1955 un golpe militar con amplio apoyo político y social derrocó a Perón,
quien marchó al exilio. Tras el breve interregno de Lonardi, militar de corte
nacionalista y católico, un nuevo golpe de comando puso al Ejército,
representado por Pedro Eugenio Aramburu, y a la Marina, representada por
Isaac Rojas, a la cabeza de un gobierno, cuyo objetivo medular era eliminar al
peronismo de la vida nacional, apuntando fundamentalmente al movimiento
obrero. El decreto 4161 y los fusilamientos de junio de 1956, máxima
expresión de la reacción, se combinaron con la reforma de la constitución
(1957) y la implementación de un proyecto económico liberal ideado por Raúl
Prebisch, que buscaba desmontar el modelo peronista y lograr la
“estabilización” económica con el respaldo del FMI. En este marco de violenta
persecución, comenzó la denominada “resistencia peronista”, que se extendió
también a numerosos sectores populares no peronistas. No sin oposición
interna, el régimen militar concedió una apertura electoral que creyó controlar
y que dio paso al período de las democracias condicionadas encabezadas
por gobiernos radicales.

Frondizi e Illia (1958-1966)


En 1958 el líder de la Unión Cívica Radical Intransigente, Arturo Frondizi,
llegó al gobierno tras sellar una alianza con Perón. Sin embargo, su política
desarrollista, llevada a cabo mediante la contratación de empresas
extranjeras para la extracción de petróleo y la gestión de un crédito del FMI,
condicionado a la implementación de medidas liberales, no tardaron en
granjearle la hostilidad del peronismo. Para hacer frente a las
manifestaciones de descontento, el gobierno puso en marcha el “plan
Conintes”, que otorgó al Ejército la facultad de arrestar, detener e interrogar a
gremialistas y opositores. Su política exterior y el triunfo del peronismo en las
elecciones de 1962 precipitaron un nuevo golpe de estado. Procurando salvar
la institucionalidad, asumió el presidente del Senado, el radical José María
Guido, cuyo gobierno estuvo tutelado desde las filas castrenses. Las
elecciones presidenciales de 1963, con proscripción del peronismo, llevaron a
la presidencia a Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo. La
anulación de los contratos petroleros, la Ley de Medicamentos y un aumento
en la inversión en salud y educación cosecharon hostilidad en el
empresariado. El peronismo, especialmente su base sindical, y la prensa
llevaron adelante una fuerte campaña contra el líder radical, dejando el
terreno libre para que, una vez más las Fuerzas Armadas, asestaran un
nuevo golpe a la democracia. El 28 de junio de 1966, Juan Carlos Onganía
asumió de facto el mando del país. Contaba, una vez más, con amplio apoyo
político y social.

La “Revolución argentina” (1966-1973)


El general Juan Carlos Onganía aplicó, con apoyo del FMI, un fuerte
programa liberal orientado a satisfacer los intereses de los grandes grupos
económicos, al tiempo que, bajo los auspicios de la Doctrina de la Seguridad
Nacional impulsada por Estados Unidos, convirtió la persecución del
peronismo en la del comunismo y de las guerrillas. Implantó una rígida
censura, que alcanzó a toda la prensa y a todas las manifestaciones
culturales, incluyendo la intervención de las universidades y la expulsión de
profesores opositores, que derivó en lo que se conoce como la “fuga de
cerebros”. Sin embargo, las movilizaciones estudiantiles, las insurrecciones
populares (como el Cordobazo) y la organización guerrillera debilitaron al
gobierno provocando un golpe interno. En junio de 1970 asumiría Roberto
Levingston, de corte nacionalista, que no lograría contener las protestas
populares y la actividad guerrillera. Una segunda manifestación popular en
Córdoba, conocida como el “Viborazo”, dio por tierra con este nuevo
gobierno. En marzo de 1971, asumió Alejandro Agustín Lanusse, quien
propugnó una política conciliatoria, a través del GAN (Gran Acuerdo
Nacional), permitiendo el regreso de Juan Domingo Perón y convocando a
elecciones nacionales sin proscripciones para el peronismo. En marzo de
1973, el triunfo sería para los candidatos de esa fuerza, Héctor Cámpora y
Vicente Solano Lima.

Vuelta de Perón (1973-1976)


Entre 1973 y 1976 gobernó nuevamente el peronismo con cuatro presidentes
(Cámpora, 1973; Lastiri, 1973; Perón, 1973-1974; e Isabel Perón 1974-1976),
quienes intentaron retomar algunas de las medidas sociales del primer
peronismo, como el impulso de la industria y la acción social, el mejoramiento
de los sueldos y el control de precios. Pero los conflictos internos del
movimiento peronista y la guerrilla, sumados a la crisis económica mundial de
1973, complicaron la situación, que se agravó aún más con la muerte de
Perón en 1974 y la incapacidad de su sucesora, Isabel Perón, de conducir el
país. Esta crisis fue aprovechada para terminar con el gobierno democrático y
dar un nuevo golpe militar, que contó una vez más con un amplio respaldo
civil.

Dictadura (1976-1983)
La dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983 contó con el
decisivo respaldo de los grandes grupos económicos nacionales y el
financiamiento permanente de los grandes bancos internacionales y los
organismos internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el FMI. El
saldo de su gestión fue el de miles de muertos y desaparecidos, centenares
de miles de exiliados, la derrota del Ejército argentino en Malvinas, la
multiplicación de la deuda externa por cinco, la destrucción de gran parte del
aparato productivo nacional y la quiebra y el vaciamiento de la totalidad de las
empresas públicas a causa de la corrupción de sus directivos y de la
implementación de una política económica que beneficiaba a los grupos
económicos locales y extranjeros.

Raúl Alfonsín (1983-1989)


El 10 de diciembre de 1983, después de casi veinte años, el radicalismo
volvía al gobierno tras el triunfo de Raúl Alfonsín. Empujado por la fuerza de
los organismos de derechos humanos que nacían tras la feroz represión
militar, el líder radical abrió las puertas a las denuncias y a una primera
investigación sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la
dictadura, que se reflejó en el informe de la CONADEP y que permitió que
fueran juzgadas las cúpulas militares en el Juicio a las Juntas. Aunque
insuficiente para algunos organismos, la política de derechos humanos de
Alfonsín fue severamente atacada por amplios sectores militares, que
produjeron el movimiento carapintada, los retrocesos hacia las Leyes de
Obediencia Debida y Punto Final, y el último intento guerrillero que culminó
en la masacre de La Tablada. Pero lo que había cambiado sustancialmente
eran las bases económicas. Con el creciente poderío de los grupos
financieros y un mecanismo de endeudamiento externo incontrolable, Alfonsín
cedió ante las recetas liberales y no logró reencauzar una economía
desindustrializada y anémica. Con escaso apoyo social, frente a un
peronismo conspirativo y con los grupos económicos en contra, la
hiperinflación obligó a Alfonsín a renunciar antes de tiempo. Vendría el tiempo
del “menemato”.

Carlos Menem (1989-1999)


La caída del Muro de Berlín y el fin de la era del mundo bipolar se combinaron
con el avance de Estados Unidos hacia la región latinoamericana, cuya
formulación más emblemática en materia económica fue el Consenso de
Washington, una serie de medidas que establecían la aplicación en América
Latina de un proyecto de corte neoliberal. Carlos Menem, el candidato
peronista que accedió a la presidencia en 1989, procedió paradójicamente a
implementar este programa, que se encontraba en las antípodas de su
prédica electoral y de los postulados históricos del peronismo. La
privatización de empresas estatales, como YPF, Aerolíneas Argentinas, Entel,
Gas del Estado, entre otras, fue acompañada por una apertura indiscriminada
del mercado a los productos y capitales extranjeros y por una política de
“relaciones carnales” con los Estados Unidos. El proyecto se completó con el
Plan de Convertibilidad monetaria impulsado por Domingo Cavallo y las
renegociaciones de la deuda externa, que provocaron una mayor
dependencia y endeudamiento. El modelo suscitó el apoyo de los sectores
medios, que inicialmente se vieron beneficiados por la política monetaria y de
importación. Pero pronto comenzaron a hacerse visibles los efectos
devastadores en términos sociales y culturales, con una explosión de la
desocupación y de la pobreza, y con la visibilidad e impunidad de la
corrupción a gran escala. A ello se sumaba una política de “reconciliación”
plasmada con los indultos a las cúpulas militares que implementaron el
Terrorismo de Estado y también a las guerrilleras. El descontento social no se
hizo esperar y algunos estallidos populares (Santiagueñazo y piqueteros en
CutralCó y General Mosconi) fueron acompañados por la convergencia
política de amplios sectores en lo que terminaría conformando el crítico y
progresista espacio del FREPASO y la posterior moderada Alianza en 1997,
que con Fernando de la Rúa a la cabeza, pondría fin al gobierno menemista
en 1999, pero no al modelo neoliberal implementado.

La Alianza (1999-2001)
Fernando de la Rúa asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1999 al frente de
una coalición heterogénea conocida como La Alianza, integrada por la Unión Cívica
Radical (UCR) -donde se diferenciaba el sector alfonsinista del sector más
conservador liderado por De la Rúa- y el Frepaso, una confederación formada por los
partidos Frente Grande, PAIS, Socialista Popular, Socialista
Democrático, Intransigente y Demócrata Cristiano. La heterogeneidad de La
Alianza llevaría a conflictos internos que redujeron su apoyo político y terminaron
aislando y debilitando al Presidente.

A diferencia del candidato del Partido Justicialista (Duhalde) que en la campaña


electoral había propuesto salir ordenadamente de laconvertibilidad, La Alianza había
prometido mantenerla. Fuertemente condicionada por la alta deuda externa y bajo las
exigencias del Fondo Monetario Internacional el gobierno dispuso una sucesión
de "ajustes" aumentando impuestos, reduciendo salarios y jubilaciones y
precarizando las condiciones de trabajo. El escándalo suscitado por las denuncias de
sobornos a senadores por parte del gobierno para sancionar una nueva ley de
flexibilización laboral exigida por el FMI (conocida como Ley Banelco) llevó a la
renuncia del vicepresidente Chacho Álvarez -líder del FREPASO- y causó un cisma
en La Alianza.

La crisis del 2001

El 19 de diciembre de 2000, acuciada por la dificultad para cumplir con el pago de los
intereses de la deuda externa, Argentina acordó con el Fondo Monetario
Internacional una operación que se llamó Blindaje, por medio de la cual el FMI y
varios bancos aceptaron poner a disposición del país 39.700 millones de dólares a
cambio de que Argentina aprobara una nueva ley deflexibilización laboral, el aumento
de la edad jubilatoria y un riguroso ajuste fiscal que se extendía a las provincias. A
partir de febrero de 2001 grandes flujos de fondos empezaron a abandonar el país y
la situación económica empeoró causando que el 5 de marzo renunciara el ministro
de Economía, José Luis Machinea.

Lo reemplazó Ricardo López Murphy, quien también debió renunciar a los pocos días
debido a las protestas suscitadas por los recortes presupuestarios, especialmente a
educación, que propuso.

El 20 de marzo de 2001 el presidente De la Rúa designó como ministro de Economía


a Domingo Cavallo, quien en 1982 había estatizado la deuda externa argentina y en
la década de 1990 -también como ministro-, fue el autor del Plan de Convertibilidad y
de las reformas económicas y sociales conocidas como neoliberales durante el
gobierno del presidente Menem. Una de las primeras medidas de Cavallo fue realizar
con el Fondo Monetario Internacional una cuestionada operación
llamada Megacanje, que exigió fuertes restricciones a la acción del Estado, bajo la
consigna "déficit cero". El Mecanje fue considerado delito por la justicia que en 2014
ordenó enjuiciar a Cavallo, luego de absolver a otros nueve presuntos autores por
haber prescripto la acción penal.

El 14 de octubre de 2001 se realizaron elecciones legislativas en las que La


Alianza oficialista fue derrotada ampliamente por el Partido Justicialista, con el
agravante de que el presidente De la Rúa no tuvo espacio político para sostener a
ningún candidato. Uno de los datos centrales de la elección fue el llamado "voto
bronca", votos en blanco o anulados intencionalmente que alcanzaron el 25% del
total, ganando incluso en la Ciudad de Buenos Aires y en la Provincia de Santa
Fe,134 sacando a la luz una grave crisis de representatividad.

El 3 de diciembre de 2001, debido a la interrupción del aporte de fondos por parte


del Fondo Monetario Internacional, el presidente De la Rúa dictó un decreto
solicitado por Cavallo imponiendo lo que fue conocido como "el corralito", un paquete
de medidas económicas que dispuso la bancarización de la economía, mediante la
prohibición de extraer dinero en efectivo de los bancos en sumas superiores a 250
pesos o dólares por semana. Esta medida afectó principalmente a las personas con
ingresos informales, entre ellos los trabajadores no registrados por las empresas que
en ese momento alcanzaba el 44,8%, cifra que casi duplicaba la de 1994, cuando
llegaba a 28,4%.

El 13 de diciembre comenzaron a producirse estallidos entre las clases populares de


algunas ciudades de las provincias, llevados adelante por los
denominados piqueteros. Varios comercios de zonas empobrecidas del interior del
país y del Gran Buenos Aires sufrieron saqueos por parte de sectores de la población
desocupadas e indigentes.136 El gobierno atribuyó esas revueltas a un plan
desestabilizador orquestado por algunos líderes del Partido Justicialista.

Luego de seis días de saqueos, fueron asesinadas siete personas por las fuerzas de
seguridad y los propios comerciantes. El 19 de diciembre por la noche, el presidente
De la Rúa se dirigió por televisión a la población para anunciar que había decretado
el estado de sitio. Inmediatamente después de terminado el anuncio de De la Rúa,
millones de personas en todo el país empezaron a hacer sonar cacerolas desde sus
casas y muchas salieron a la calle dando inicio a lo que se conoció como "el
cacerolazo". Un gran grupo se concentró frente a la Casa Rosada exigiendo la
renuncia del presidente De la Rúa y comenzando a corear una consigna que
caracterizaría al movimiento: "¡qué se vayan todos!". A las 3 de la mañana del día 20
de diciembre renunció el ministro Cavallo.

Durante el día 20 de diciembre continuó la pueblada con nuevos enfrentamientos


entre la policía y los manifestantes reunidos en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de
Gobierno, y en otros puntos del país. Esta vez las fuerzas de seguridad asesinaron a
32 manifestantes, causando más de 400 heridos, incluyendo la llamada Masacre de
Plaza de Mayo. A las 4 de la tarde, visiblemente debilitado, el presidente pronunció
un discurso por televisión convocando a la "unidad nacional" y ofreciendo al Partido
Justicialista cogobernar el país. A las 19:45 el presidente De la Rúa firmó su renuncia
y minutos después abandonó en helicóptero la Casa Rosada mientras en los
alrededores se producía una batalla campal.

Inestabilidad política (2001-2003)


Renunciado De la Rúa, asumió la presidencia de la Nación en forma interina el
presidente provisional del Senado, el peronista Ramón Puerta. El día 23 de
diciembre se reúne la Asamblea Legislativa, que nombra como presidente de la
Nación durante noventa días a Adolfo Rodríguez Saá, también peronista y hasta ese
momento gobernador de la provincia de San Luis, con el mandato de convocar a
elecciones y realizarlas el día 3 de marzo de 2002. En su discurso ante el Congreso
de la Nación, el flamante presidente anunció el "default" o cesación de pago de
la deuda externa.

El 28 de diciembre se produjeron nuevas manifestaciones bajo el lema de "que se


vayan todos", incluyendo el ingreso al Congreso Nacional y el incendio de algunos
muebles, que llevaron a la renuncia del gabinete presidencial. La falta de
convocatoria a elecciones que le había ordenado el Congreso, restó apoyo político a
Rodríguez Saá que luego de una frustrada reunión de gobernadores peronistas
enChapadmalal el 29 de diciembre, decidió renunciar, lo que hizo verbalmente por
televisión el 30 de diciembre a la noche desde la provincia de San Luis, aclarando
que dejaba el cargo desde ese mismo momento. Minutos después también renunció
Ramón Puerta por fax dirigido al presidente de la Cámara de Diputados, para salir
del país inmediatamente después.

Institucionalmente esa serie de renuncias dejaron al país sin autoridad, razón por la
cual un grupo de funcionarios llegó a sostener que debía asumir el presidente de
la Corte Suprema Julio Nazareno, a la vez que Rodríguez Saá fue denunciado
penalmente por abandono del cargo. Finalmente intervino el escribano general del
Gobierno, convenciendo a Rodríguez Saá para que pidiera licencia hasta que
asumiera el presidente interino y acordando con el presidente de la Cámara de
Diputados Eduardo Camaño, para que asumiera como presidente interino, lo que
finalmente hizo el día 31 de diciembre a las 6 de la tarde hasta que se reuniera la
Asamblea Legislativa.

La Asamblea Legislativa se reunió al día siguiente, 1 de enero de 2002, aceptando


primero la renuncia de Rodríguez Saá y luego designando como Presidente de la
Nación al senador justicialista Eduardo Duhalde para cumplir el mandato de De la
Rúa. Duhalde juró ante el Congreso esa misma noche, a las 23:30.

Pocos días después de su acceso al poder, el nuevo primer mandatario dispuso sus
primeras medidas para hacer frente a la crisis económica: abandono del tipo
cambiario fijo, devaluación del peso, pesificación de la economía (incluidos depósitos
bancarios) y la distribución de planes sociales para atenuar los efectos de una
economía en recesión que había incrementado la pobreza e indigencia hasta índices
nunca vistos antes en la Argentina.

En abril de 2002, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, dimitió ante las
protestas suscitadas por el denominado "Plan Bonex", que preparaba junto a
Duhalde para canjear por bonos de deuda pública los depósitos bancarios a plazo
inmovilizados. Los demás miembros del gabinete pusieron también sus cargos a
disposición del presidente, el cual aceptó, entre otras, la renuncia del jefe de
gobierno, Jorge Capitanich, y designó titular de Economía a Roberto Lavagna; quien
anunció que no se produciría el retorno a un tipo de cambio fijo (siguiendo así las
recomendaciones del FMI) y que persistirían las restricciones bancarias.

La mayoría de la población cayó debajo de la línea de pobreza: si en mayo de 2001


el 35% era pobre, un año después esa cantidad había trepado el 53%, equivalente a
20 millones de personas, de los cuales la mitad eran indigentes (no recibían lo
suficiente para comer). La situación era mucho más graves para los niños y niñas, ya
que entre ellos la pobreza llegaba al 70%. Territorialmente había varias regiones y
ciudades con niveles de pobreza superiores al 70%, como la provincia de Formosa,
las ciudades deConcordia y Posadas y el cuarto cordón del Gran Buenos
Aires (Florencio Varela, Moreno, Merlo, Tigre y La Matanza). La Ciudad de Buenos
Aires era la que mejor estaba con un 80% por encima de la línea de pobreza.142 La
destrucción del tejido social, el empobrecimiento general, el rechazo generalizado de
la población hacia todo tipo de liderazgos y la práctica desaparición del Estado llegó
a tal punto que la guerra civil y la desintegración nacional fueron posibilidades que se
contemplaron tanto dentro como fuera de Argentina.

El 25 de mayo el padre Jorge Bergoglio, por entonces cabeza de la Iglesia Católica


argentina, realizó un dramático llamado a la población alertando que la Argentina
estaba "a las puertas de la disolución nacional":

El gobierno vio cumplidos algunos de sus principales objetivos en junio: el Senado


derogó la llamada Ley de Subversión Económica, se acordó un pacto fiscal con los
gobiernos provinciales para reducir en un 60% su déficit, y se dispuso un nuevo Plan
Bonos. Pero el eje del programa gubernamental, cumplir las exigencias del FMI para
recuperar su ayuda económica, generó todo tipo de actitudes opositoras y agudizó la
conflictividad social. Pese a que la crisis continuó, el gobierno intentó normalizar
progresivamente el sistema financiero; en noviembre de 2002, casi un año después
de su implantación, finalizaron las restricciones para retirar efectivo de cuentas
corrientes (acababa así el llamado "corralito"), y en marzo de 2003 se levantaron las
limitaciones para retirar fondos de depósitos a plazo fijo (el denominado "corralón").

El 26 de junio de 2002, se produce la Masacre de Avellaneda en el que el gobierno


nacional ordenó la represión de una manifestación de grupos piqueteros. Ante este
hecho Duhalde anticipó seis meses el llamado a elecciones presidenciales y anunció
que no iba a volver a presentarse.

El kirchnerismo (2003-2015)
El 27 de abril de 2003 se realizó la primera vuelta de elecciones para elegir
presidente. Cinco candidatos reunieron la mayoría de los votos:Carlos
Menem (24 %), Néstor Kirchner (22 %), Ricardo López Murphy (16 %), Adolfo
Rodríguez Saá (14 %) y Elisa Carrió (14 %).

Carlos Menem, el candidato triunfante por mayoría relativa en la primera vuelta, no


se presentó a la segunda vuelta al conocer los resultados de las encuestas que
señalaban un porcentaje de sufragios en su contra del orden del 70 % y por lo tanto
resultó elegido el presidente Néstor Kirchner, quien asumió su mandato el 25 de
mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2007.

Kirchner asumió confirmando al ministro de economía de Duhalde, Roberto Lavagna,


y su política económica siguió los mismos lineamientos que la de su antecesor,
manteniendo la devaluación de la moneda mediante una fuerte participación
del Banco Central en la compra de divisas, impulsando mediante las exportaciones
un crecimiento económico con tasas del PBI cercanas al 10 %. Por otro lado logró
sacar al país de la cesación de pagos, canjeando deuda por nuevos bonos
indexados por la inflación y el índice de crecimiento económico. Los índices de
pobreza y de desempleo disminuyeron notoriamente.

Durante el gobierno de Kirchner, Argentina y el Fondo Monetario


Internacional mantienen una relación distante. Una de las principales medidas de su
gestión fue cancelar por anticipado la totalidad de la deuda con este organismo
internacional por un monto de 9.810 millones de dólares, con el objetivo declarado de
terminar con la sujeción de la política económica a las indicaciones del FMI. Durante
el año 2005, se realizó el canje de la deuda, que iniciaba las renegociaciones por los
bonos que habían quedado en default desde 2001.

Kirchner llevó adelante una activa política para promover los derechos humanos,
incorporando a su gobierno a reconocidos integrantes de organizaciones de
derechos humanos. Además, impulsó el enjuciamiento a los responsables
por crímenes de lesa humanidad ocurridos durante los años 70, realizados por
la Triple A y por el gobierno del Proceso de Reorganización Nacional. Para
conseguirlo, fueron anuladas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, las
cuales mantenían frenados dichos juicios desde el gobierno de Raúl Alfonsín.

Desde el 19 de junio de 2003, por decreto presidencial, se renovó la Corte Suprema,


todos los candidatos a integrarla deben pasar una etapa de exposición pública que
tiene que presentar el Poder Ejecutivo en los principales medios de comunicación de
todo el país. El currículum del nominado (o los nominados) debe ser publicado y
promocionado en el sitio web del Ministerio de Justicia y puede ser discutido por las
ONG, asociaciones de Derecho, universidades, organizaciones de Derechos
Humanos, y cualquier ciudadano que así lo desee. Luego de un período de tres
meses, el Presidente, sopesando los apoyos y rechazos a la candidatura, queda
habilitado para presentar la nominación al Senado, que debe decidir si aprueba o no
que la persona propuesta por el Presidente forme parte de la Corte, necesitándose
una mayoría de dos tercios para dicha aprobación.

La renovación de la Corte Suprema de Justicia durante los primeros años del


gobierno de Kirchner, con la designación del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni en 2003, y
de las Dras. Elena Highton de Nolasco y Carmen María Argibay en 2004, fue vista y
es usualmente reconocida por la oposición como un paso positivo, que brinda más
independencia al Poder Judicial y equilibra la Corte tanto ideológicamente como por
género

Desde los sectores de derecha o liberales se han criticado estas políticas como
contrarias a la reconciliación nacional. Desde la izquierda, en cambio, se le critican
gestos contrarios a los Derechos Humanos, como las represiones a algunas
manifestaciones en la Patagonia y el envío de tropas argentinas a Haití en el marco
de la MINUSTAH de lasNaciones Unidas.

A nivel internacional, Kirchner formó parte de un grupo de mandatarios de varios


países latinoamericanos, junto con Lula (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay), Evo
Morales(Bolivia), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador) y Hugo
Chávez (Venezuela), de tendencias anti-liberales. Uno de los momentos más
destacados de la política internacional, fue la IV Cumbre de las Américas de 2005,
realizada en Mar del Plata, en la que el gobierno de Kirchner junto a otros gobiernos
latinoamericanos, llevó adelante una política de "no al ALCA", paralizando la puesta
en marcha del Área de Libre Comercio de las Américas que Estados Unidos había
diseñado y hecho aprobar por todos los países americanos en 1994, estableciéndose
una nueva política continental con eje en la creación de empleo decente. En sentido
coincidente, Argentina apoyó la decisión de formar la Unión de Naciones
Sudamericanas (Unasur), cuya constitución se concretó en 2008.

Elecciones de 2005

En las elecciones de 2005 (gobernadores y legisladores nacionales) se produjo una


ruptura entre el kirchnerismo y el duhaldismo, que llevó a la exclusión de éste último
delFrente para la Victoria y al enfrentamiento electoral entre ambos sectores. La
confrontación fue especialmente destacada respecto al cargo de senador nacional
por la Provincia de Buenos Aires. En esa oportunidad el FPV llevó como candidata
a Cristina Fernández de Kirchner, mientras que el duhaldismo con el Partido
Justicialista presentó a Chiche Duhalde, resultando ganadora la primera.

Tras las elecciones legislativas de octubre de 2005, Kirchner ha obtenido una


mayoría a nivel nacional y ha logrado desplazar a Duhalde del control del aparato
político del conurbano bonaerense. Esto se ha reflejado en importantes cambios en
el gabinete — fundamentalmente la sustitución de Roberto Lavagna por Felisa
Miceli en el ministerio de economía.

No obstante el control del Congreso, Kirchner continuó preferiendo, en reiteradas


ocasiones, hacer uso de decretos de necesidad y urgencia en lugar de seguir los
trámites ordinarios previstos para la sanción de leyes. Desde su asunción y hasta
mayo de 2006, fueron sancionados 201 decretos de necesidad y urgencia; unos 67
decretos por año de promedio, frecuentemente comparados con los 55 por año de
Carlos Menem.

En 2004 los pobladores de la ciudad de Gualeguaychú iniciaron un amplio


movimiento de oposición a la instalación de dos plantas de celulosa en la
orilla uruguaya del Río Uruguay, que derivó en un conflicto diplomático entre ambos
países. El conflicto llevó a una frustrada mediación de Juan Carlos I de España, una
demanda argentina ante elTribunal Internacional de La Haya y a la relocalización de
una de las dos plantas.

Durante los dos últimos años de su mandato se aplicaron crecientes restricciones a


las exportaciones de carne y controles de precios, con el fin de controlar la inflación y
el aumento del precio de los alimentos. Desde 2005 los medios de comunicación
destacaron la existencia de lo que sostenían era una "inflación reprimida", debido a
las retenciones a la exportaciones y los subsidios tarifarios. La inflación oficial fue del
6% en 2004, 12,3% en 2005 y del 10% en 2006. Los datos oficiales comenzaron a
ser cuestionados por consultoras que sostuvieron que la inflación real en el último
año del mandato de Néstor Kirchner había llegado al 22-26%, manteniéndose en esa
cifra en la siguiente década.

En abril de 2007 se produjo una serie de maniobras delictivas realizadas por


la empresa multinacional Skanska, de origen sueco; algunos políticos de la oposición
sostuvieron que algunos funcionarios del gobierno habían cometido ilícitos
relacionados con el caso, algo que el Ministro del Interior negó. A mediados de ese
mismo año, la ministra de economía Felisa Miceli se vio envuelta en un escándalo,
debido al hallazgo casual de una bolsa con gran cantidad de dinero en el baño de su
despacho, que llevó a su renuncia y abrió una investigación penal en el curso de la
cual fue procesada por encubrimiento y destrucción de instrumento público.

Durante el año 2007 se produjeron varias crisis, en particular enfrentamientos con los
representantes de los productores rurales por las retenciones y serios
cuestionamientos a la probable manipulación de datos estadísticos a través
del Indec.

No obstante las dificultades en que transcurrió el último año de su mandato, y a


pesar de los pronósticos negativos causados por ciertas derrotas de sus aliados, el
apoyo popular a su gestión se vio incrementado, y el Frente para la Victoria volvió a
ganar en las elecciones presidenciales de 2007, alcanzando el 45% y duplicando los
votos obtenidos en 2003. La fórmula ganadora estuvo integrada por la
peronista Cristina Fernández de Kirchner y el radical Julio Cobos, que vencieron a
la Coalición Cívica que llevaba la fórmula integrada por Elisa Carrió y
el socialista Rubén Giustiniani que obtuvo el 23%.

Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015)


El 10 de diciembre de 2007 asumió la presidencia Cristina Fernández, que en los
primeros días de su mandato continuó los lineamientos generales del gobierno de su
esposo. De ese modo, una mujer resultó elegida Presidenta de la Nación por primera
vez en la historia argentina.

En los inicios de la gestión de Cristina Fernández se estableció un aumento de 20 %


de las tarifas mínimas de colectivos, trenes y subtes, el cual entró en vigor en enero
de 2008. Dichas tarifas se encontraban con precios congelados desde el año 2001, y
desde entonces el Estado compensaba con subsidios los costos operativos y de
sueldos que las empresas no podían pagar. Inicialmente se previó que el aumento de
tarifas permitiría bajar los subsidios (que a fines de 2007 equivalen a $2.700
millones). El Defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, manifestó que dicho aumento
"es un premio a la ineficiencia".

El 21 de octubre de 2008, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que


elevaba un proyecto al Congreso para poner fin al sistema de AFJP y organizar un
nuevo sistema de reparto estatal de jubilaciones y pensiones. Esta decisión se
fundamentaba en el hecho de que la Constitución Argentina (Artículo 14 bis) ordena
que la seguridad social sea otorgada por el Estado y en la poca eficiencia del sistema
privado, una vez que era el mismo Estado quien ya pagaba, en ese momento y en la
práctica, la mayor parte de las jubilaciones.

A los pocos días de haber asumido el mandato, el FBI arrestó a cuatro supuestos
agentes venezolanos en Florida, relacionados con el escándalo del maletín, que
habrían estado intentando chantajear a Antonini Wilson, protagonista del escándalo,
para que mantuviera silencio. Según el FBI, el gobierno venezolano habría apoyado
monetariamente la campaña presidencial de Cristina Fernández y los 800 mil dólares
incautados a Antonini Wilson solamente serían uno de varios montos entregados. La
presidenta argentina calificó las acusaciones federales estadounidenses como
"operación basura". Dicho escándalo deterioró sorpresivamente las relaciones
diplomáticas entre Estados Unidos y Argentina, las cuales comenzaron a
recomponerse a principios de febrero del 2008 tras una reunión de la presidenta con
el embajador Anthony Wayne.

El día 12 de marzo de 2008, productores agropecuarios interrumpieron la libre


circulación en distintos puntos del país. Los mismos reclamaban que el gobierno
disminuyera los gravámenes que se aplicaban a sus productos (entre 43 y 49 % para
las exportaciones desoja, entre 37 y 45 % para las de girasol, y 25 %
para maíz y trigo). El paro duró hasta el 18 de julio después de que el vicepresidente
Julio Cobos definiera la votación en contra de las retenciones. Este conflicto afectó
negativamente a la imagen del gobierno.

Durante la tregua del paro patronal agropecuario de abril de 2008 en Argentina se


desata un conflicto entre el gobierno y el grupo multimediático Clarín por las
acusaciones de uno y otro lado sobre la libertad de expresión, el rol de los
monopolios de prensa en la información de actos e ideas de gobierno, y la supuesta
tergiversación de imágenes acusadas de discriminatorias por la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

El gobierno enfrentó la Crisis económica de 2008 con una serie de medidas,


impulsando la industria automotriz (que batió el récord de producción en 2011
totalizando 828.771 unidades fabricadas) y dando créditos a trabajadores y
empresas.

En 2009 sancionó una nueva ley de medios que reemplazó a la Ley de Radiodifusión
vigente desde 1980. Dicha ley fue aprobada con el apoyo de diferentes fuerzas
políticas, tanto del oficialismo como de una parte de la oposición, y generó tanto
apoyos como rechazos, a la vez que derivó en varios fallos judiciales, relativos a la
constitucionalidad o anticonstitucionalidad de la misma, que impiden su total
aplicación.

El 29 de octubre de 2009, la presidenta Cristina Fernández firmó el decreto 1602/09


que dispuso la Asignación Universal por Hijo, un ingreso fijo para todos los menores
de 18 años que no recibieran ingresos familiares de origen salarial. Inicialmente era
de 180 pesos, suma que periódicamente se ha visto aumentada, llegando a 270
pesos para octubre de 2011. En un proceso iniciado por Néstor Kirchner desde el
2003 hasta el 2009, duplicó la clase media en la Argentina, que pasó desde los 9,3
millones a los 18,6 millones en ese último año. Esto transformó a la Argentina en el
país con mayor crecimiento de dicho segmento de la población en toda América
Latina.

El Bicentenario

Durante 2010 se celebró el Bicentenario de la Revolución de Mayo con eventos en


varias partes del país. En la ciudad de Buenos Aires, el gobierno nacional organizó el
principal evento conmemorativo del año que se desarrolló principalmente en un
tramo de la más importante arteria de la ciudad, la Avenida 9 de Julio, en el que se
encontraron representadas las provincias y países invitados.

El 27 de octubre de ese año falleció el ex presidente Néstor Kirchner de un paro


cardiorespiratorio, durante el mandato de su esposa.

El día el 15 de julio de 2010 la República Argentina aprobó la llamada "ley de


matrimonio igualitario", convirtiéndose en el primer país de América Latina y décimo
en el mundo en reconocer el derecho a contraer matrimonio con independencia del
sexo de su pareja.

El 23 de octubre de 2011, Cristina Fernández fue reelecta para el cargo de


presidente con el 54,11% de los sufragios, y recuperó la mayoría parlamentaria que
había perdido en los comicios legislativos de 2009. Su compañero de fórmula fue
Amado Boudou, actual vicepresidente de la Nación.

Bajo su gobierno se recuperó la mayoría accionaria de la anteriormente


privatizada Yacimientos Petrolíferos Fiscales, la mayor empresa del país, obteniendo
el proyecto de ley la mayor aprobación en el Congreso desde el 2003.

A fines de 2011 el dirigente sindical Hugo Moyano, aliado importante y secretario


general de la CGT, se distancia del gobierno adhiriendo a los sectores opositores.

Durante este período tuvieron lugar también grandes manifestaciones callejeras


opositoras convocadas por redes sociales electrónicas, como el llamado 8N.

Según datos del Banco Mundial, América Latina y dentro de ella Argentina han
transformado su estructura social en la primera década del siglo XXI, produciendo
una reducción de la pobreza y un aumento de las clases medias. Para la Argentina,
el Banco Mundial estableció que entre 2003 y 2009, la clase media se duplicó
pasando de 9,3 millones a los 18,6 millones (equivalentes al 45 % de la población).

Fuente: www.elhistoriador.com.ar
Martín Miguel de Güemes
(1785-1821)

Autor: Felipe Pigna

Martín Miguel de Güemes, el líder de la guerra gaucha que frenó el avance


español con sus tácticas guerrilleras, nació en Salta el 8 de febrero de 1785.
Estudió en Buenos Aires, en el Real Colegio de San Carlos. A los catorce años
ingresó a la carrera militar y participó en la defensa de Buenos Aires durante
las invasiones inglesas como edecán de Santiago de Liniers. En esas
circunstancias fue protagonista de un hecho insólito: la captura de un barco por
una fuerza de caballería. Una violenta bajante del Río de la Plata había dejado
varado al buque inglés "Justine" y el jefe de la defensa, Santiago de Liniers
ordenó atacar el barco a un grupo de jinetes al mando de Martín Güemes.

Tras la Revolución de Mayo, se incorporó al ejército patriota destinado al Alto


Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha. Regresó a Buenos
Aires y colaboró en el sitio de Montevideo.

Pero Güemes no olvidaba su Salta natal, a la que volverá definitivamente en


1815. Gracias a su experiencia militar, pudo ponerse al frente de la resistencia
a los realistas, organizando al pueblo de Salta y militarizando la provincia. El 15
de mayo de 1815 fue electo como gobernador de su provincia, cargo que
ejercerá hasta 1820.

A fines de noviembre de 1815, tras ser derrotado en Sipe Sipe, Rondeau


intentó quitarle 500 fusiles a los gauchos salteños. Güemes se negó
terminantemente a desarmar a su provincia. El conflicto llegó a oídos del
Director Supremo Álvarez Thomas quien decidió enviar una expedición al
mando del coronel Domingo French para mediar en el conflicto y socorrer a las
tropas varadas en el norte salteño a cargo de Rondeau, quién parecía más
preocupado por escarmentar a Güemes y evitar el surgimiento de un nuevo
Artigas en el Norte que por aunar fuerzas y preparar la resistencia frente al
inminente avance español. Finalmente, el 22 de marzo de 1816 se llegó a un
acuerdo: Salta seguiría con sus métodos de guerra gaucha bajo la conducción
de Güemes y brindaría auxilio a las tropas enviadas desde Buenos Aires.

Dos días después, iniciaba sus sesiones el Congreso de Tucumán que designó
Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón. El nuevo jefe del ejecutivo
viajó a Salta ante las críticas y sospechas de muchos porteños, que dudaban
de la capacidad militar de Güemes y sus gauchos. Pueyrredón quedó tan
conforme que ordenó que el ejército del Norte se retirara hasta Tucumán y
ascendió al caudillo salteño al grado de coronel mayor.
San Martín apoyó la decisión de Pueyrredón y confirmó los valores militares y
el carisma de Güemes y le confió la custodia de la frontera Norte. Dirá San
Martín: "Los gauchos de Salta solos están haciendo al enemigo una guerra
de recursos tan terrible que lo han obligado a desprenderse de una
división con el solo objeto de extraer mulas y ganado".

Belgrano también valoraba la acción de Güemes. De esta forma nació entre


ellos una gran amistad. Esto expresó Güemes a su amigo en una carta: "Hace
Ud. Muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento.
Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta
inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos. Así
pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes nos
son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria, que es la recompensa
que deben esperar los patriotas".

El jefe de las fuerzas realistas, general Joaquín de la Pezuela, envió una nota
al virrey del Perú, señalándole la difícil situación en que se encontraba su
ejército ante la acción de las partidas gauchas de Güemes. "Su plan es de no
dar ni recibir batalla decisiva en parte alguna, y sí de hostilizarnos en
nuestras posiciones y movimientos. Observo que, en su conformidad,
son inundados estos interminables bosques con partidas de gauchos
apoyadas todas ellas con trescientos fusileros que al abrigo de la
continuada e impenetrable espesura, y a beneficio de ser muy prácticos y
de estar bien montados, se atreven con frecuencia a llegar hasta los
arrabales de Salta y a tirotear nuestros cuerpos por respetables que sean,
a arrebatar de improviso cualquier individuo que tiene la imprudencia de
alejarse una cuadra de la plaza o del campamento, y burlan, ocultos en la
mañana, las salidas nuestras, ponen en peligro mi comunicación con
Salta a pesar de dos partidas que tengo apostadas en el intermedio; en
una palabra, experimento que nos hacen casi con impunidad una guerra
lenta pero fatigosa y perjudicial."

A principios de 1817, Güemes fue informado sobre los planes del Mariscal de la
Serna de realizar una gran invasión sobre Salta. Se trataba de una fuerza de
3.500 hombres integrada por los batallones Gerona, Húsares de Fernando VII y
Dragones de la Unión. Eran veteranos vencedores de Napoleón. Güemes puso
a la provincia en pie de guerra. Organizó un verdadero ejército popular en
partidas de no más de veinte hombres.

El 1º de marzo de 1817, Güemes logró recuperar Humahuaca y se dispuso a


esperar la invasión. Los realistas acamparon en las cercanías. Habían recibido
refuerzos y ya sumaban 5.400. La estrategia de Güemes será una aparente
retirada con tierra arrasada, pero con un permanente hostigamiento al enemigo
con tácticas guerrilleras. En estas condiciones las fuerzas de La Serna llegaron
a Salta el 16 de abril de 1817. El boicot de la población salteña fue absoluto y
las tropas sufrieron permanentes ataques relámpago. El general español
comenzó a preocuparse y sus tropas empezaron a desmoralizarse. No lo
ayudaron las noticias que llegaron desde Chile confirmando la victoria de San
Martín en Chacabuco. De la Serna decidió emprender la retirada hacia el Alto
Perú.

Las victorias de San Martín en Chile y de Güemes en el Norte permitían pensar


en una lógica ofensiva común del ejército del Norte estacionado en Tucumán a
las órdenes de Belgrano y los gauchos salteños hacia el Alto Perú. Pero
lamentablemente las cosas no fueron así. La partida de San Martín hacia Lima,
base de los ejércitos que atacaban a las provincias norteñas, se demorará en
Chile por falta de recursos hasta agosto de 1820. Belgrano, por su parte, será
convocado por el Directorio para combatir a los artiguistas de Santa Fe.
Güemes y sus gauchos estaban otra vez solos frente al ejército español.

En marzo de 1819, se produjo una nueva invasión realista. Güemes se


preparaba nuevamente a resistir. Sabía que no podía contar con el apoyo
porteño: su viejo rival José Rondeau era el nuevo Director Supremo de las
Provincias Unidas. La prioridad de Rondeau no era la guerra por la
independencia sino terminar con el modelo artiguista en la Banda Oriental, que
proponía federalismo y reparto de tierras. El nuevo director llegó a ordenarle a
San Martín abandonar su campaña libertadora hacia el Perú y regresar a
Buenos Aires con su ejército para reprimir a los federales. San Martín
desobedeció y aclaró que nunca desenvainaría su espada para reprimir a sus
compatriotas.

El panorama de la provincia de Salta era desolador. La guerra, permanente, los


campos arrasados y la interrupción del comercio con el Alto Perú habían
dejado a la provincia en la miseria. Así lo cuenta Güemes en una carta a
Belgrano: "Esta provincia no me representa más que un semblante de
miseria, de lágrimas y de agonías. La nación sabe cuántos y cuán
grandes sacrificios tienen hechos la provincia de Salta en defensa de su
idolatrada libertad y que a costa de fatigas y de sangre ha logrado que los
demás pueblos hermanos conserven el precio de su seguridad y sosiego;
pues en premio de tanto heroísmo exige la gratitud que emulamos de
unos sentimientos patrióticos contribuyan con sus auxilios a remediar su
aflicción y su miseria". Pero los auxilios no llegaron nunca y la situación se
hacía insostenible porque las clases altas de Salta le retaceaban su apoyo por
el temor de aumentar el poder de Güemes y por la desconfianza que le
despertaban las partidas de gauchos armadas a las que sólo toleraban ver en
su rol de peones de sus haciendas.

En 1820, la lucha entre las fuerzas directoriales y los caudillos del Litoral llegó a
su punto culminante con la victoria de los federales en Cepeda. Caían las
autoridades nacionales y comenzaba una prolongada guerra civil. En ese
marco, se produjo una nueva invasión española. En febrero, el general
Canterac ocupó Jujuy y a fines de mayo logró tomar la ciudad de Salta. San
Martín, desde Chile, nombró a Güemes y le pidió que resistiera y le reiteró su
absoluta confianza nombrándolo Jefe del Ejército de Observación sobre el
Perú. A Canterac no le irá mejor que a La Serna: terminará retirándose hacia al
Norte.

El año 1821, fue sumamente duro para Güemes porque a la amenaza de un


nuevo ataque español se sumaron los problemas derivados de la guerra civil.
Güemes debía atender dos frentes militares: al Norte, los españoles; al Sur, el
gobernador de Tucumán Bernabé Aráoz que, aliado a los terratenientes
salteños, hostigaba permanentemente a Güemes, quién sería derrotado el 3 de
abril de 1821. El Cabildo de Salta, dominado por los sectores conservadores,
aprovechó la ocasión para deponer a Güemes de su cargo de gobernador.
Pero a fines de mayo Güemes irrumpió en la ciudad con sus gauchos y
recuperó el poder. Todos esperaban graves represalias, pero éstas se limitaron
a aumentar los empréstitos forzosos a sus adversarios.

Estas divisiones internas debilitaron el poder de Güemes y facilitaron la


penetración española en territorio norteño. Los sectores poderosos de Salta no
dudaron en ofrecer su colaboración al enemigo para eliminar a Güemes.

El coronel salteño a las órdenes del ejército español José María Valdés, alias
"Barbarucho", buen conocedor del terreno, avanzó con sus hombres y ocupó
Salta el 7 de junio de 1821. Valdés contó con el apoyo de los terratenientes
salteños, a los que les garantizó el respeto a sus propiedades.

Güemes estaba refugiado en casa de su hermana Magdalena Güemes de


Tejada, "Macacha". Al escuchar unos disparos, decidió escapar a caballo pero,
en la huída, recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su
campamento de Chamical con la intención de preparar la novena defensa de
Salta. Reunió a sus oficiales y les transfirió el mando y dio las últimas
indicaciones. Murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta. El
pueblo salteño concurrió en masa a su entierro en la Capilla de Chamical y el
22 de julio le brindó el mejor homenaje al jefe de la guerra gaucha: liderados
por el coronel José Antonio Fernández Cornejo, los gauchos de Güemes
derrotaron a "Barbarucho" Valdés y expulsaron para siempre a los españoles
de Salta.

Síntesis Biográfica

8 de Febrero de 1785: Nace en Salta Martín Miguel de Güemes. Fueron sus


padres don Gabriel de Güemes Montero y doña María Magdalena Goyechea y
la Corte.9 de Febrero de 1785: Es bautizado en la Iglesia Matriz de Salta, por
el cura rector de la misma, el Dr. Gabriel Gómez Recio. Fueron sus padrinos
Don José González de Prada y Doña María Ignacia Cornejo . Recibió el
nombre de Martín Miguel Juan de la Mata.
13 de Febrero de 1799: Ingresa como cadete a la Compañía del 3er. Batallón
del Rey , Fixo de Buenos Aires, destacado en Salta, a los 14 años recién
cumplidos.

1806 -1808: Con motivo de las invasiones Inglesas, las Compañías de


Regimiento Fixo, destacadas en Salta, acudieron presurosas a incorporarse a
su regimiento. De esta manera Güemes se encontró en las jornadas de la
defensa. Según algunos historiadores en esta ocasión, Güemes se desempeñó
como ayudante de Liniers.

12 de Agosto de 1806: Güemes se adentra a caballo en el Río de la Plata,


comandando un pelotón de Húsares de Pueyrredón y obliga a rendirse al navío
británico "Justina", que había encallado frente al puerto de Buenos Aires.

7 de Abril de 1808: Por razones de salud y por el fallecimiento de su padre,


solicita licencia, la que le es concedida por el Virrey, y le posibilita regresar a
Salta.

13 de Enero de 1809: La Suprema Junta Gubernativa del Reino de Sevilla le


expide el ascenso a Subteniente efectivo del Regimiento de Infantería de
Buenos Aires.

4 de Julio de 1809: El Gobernador de la Intendencia de Salta del Tucumán,


solicita y obtiene del Virrey que destine a Güemes - quien se encontraba en su
ciudad natal en uso de licencia - a la Guarnición Militar de Salta; a la que se
incorpora con el grado de teniente.

22 de Agosto de 1810: Güemes parte de la ciudad de Salta, comandando un


escuadrón salteño denominado Partida de Observación. Marcha a la Quebrada
de Humahuaca, donde es el primero en actuar a favor del movimiento de Mayo,
llevando el mensaje, interceptando las comunicaciones del enemigo y
preparando el terreno para el avance del ejército enviado por la Junta
constituida el 25 de mayo de 1810.

13 de Septiembre de 1810: El Gobernador Intendente de Salta, Antonio


Chiclana lo menciona en correspondencia a la Junta y en virtud a sus méritos,
como Teniente de Granaderos de Fernando VII.

22 de Septiembre de 1810: El Coronel Don Diego de Pueyrredón le confía una


misión importante en Humahuaca y es allí donde recibe la comunicación de su
ascenso a Capitán.

7 de Noviembre de 1810: Al frente de salteños, oranences, jujeños y tarijeños


Güemes vence en la batalla de Suipacha a las fuerzas comandadas por el
General Córdoba. El General derrotado retrocede hacia Cotagaita donde
arrastra en su huída a su jefe, el General Nieto, dejando libre la ruta del Alto
Perú, al ejército enviado por la Junta de Mayo.

23 de Junio de 1811: La Junta Grande Nacional, repone a Güemes en el


ejército del que había sido
dado de baja después de Suipacha por el representante de la Junta de Mayo,
don Juan José Castelli. De inmediato Güemes parte de Salta en dirección a
Tarija, donde presta ayuda al Ejército del Norte, el cual retrocedía tras haber
sufrido una completa derrota en la batalla de Huaqui (20/6/1811)

4 de Octubre de 1811: El General Juan Martín de Pueyrredón desde su


campamento de Campo Santo (Salta) informa al Superior Gobierno, las
operaciones de la expedición que condujo en retirada desde Potosí los
caudales del Real Erario en donde refiere "Salió con el Teniente Coronel Don
Martín Güemes a ofrecerme el auxilio de sus pechos, únicas fuerzas de que
podían disponer".

12 de Enero de 1812: Güemes participa de la Segunda Batalla de Suipacha, la


que es conducida por el General Díaz Vélez en donde la derrota malogra los
acontecimientos anteriores. Luego de aquel encuentro Juan Martín de
Pueyrredón encarga a Güemes la misión de viajar a Tarija con objeto de
sofocar una rebelión que debía estallar en aquella ciudad por elementos
realistas y conseguir 300 caballos con destino al ejército patriota. Ambas
misiones se cumplen con éxito, con la colaboración de Uriondo y Méndez.

Junio de 1812: Belgrano separa del Ejercito del Norte a Güemes dándole
traslado a Buenos, en virtud de no estar de acuerdo por su conducta privada.

4 de Diciembre de 1813: Es reconocido en la promoción del día, como Capitán


de Caballería y Teniente Coronel Graduado de Ejército.

11 de Diciembre de 1813: El coronel José de San Martín parte de Buenos


Aires, comandando fuerzas destinadas a incorporarse al Ejercito del Norte.
Integra estas fuerzas el Teniente Coronel Graduado, Don Martín Miguel de
Güemes.

29 de Enero de 1814: San Martín lo reconoce como General en jefe del


Ejército del Norte, oportunidad en la que designa a Güemes jefe de las
avanzadas del Río Pasaje.

29 de Marzo de 1814: Güemes enfrenta y derrota en el Tuscal de Velarde al


Coronel Saturnino Castro y pone sitio a las fuerzas españolas que ocupan la
ciudad de Salta. Resultado de este triunfo son: 31 Muertos, 45 prisioneros, 22
fusiles, 8 sables, algunas cananas y una tropilla de caballos y mulas.

9 de mayo de 1814: San Martín informa al Directorio de este triunfo en


Velarde, quien declara a Güemes "Benemérito".

26 de Junio de 1814: Ataca a las fuerzas de Marquiegui en Anta.


29 de Junio de 1814: Ataca nuevamente, esta vez en Santa Victoria, y
emprende la marcha hacia Jujuy.

3 de Agosto de 1814: El Brigadier Joaquín de La Pezuela evacua la ciudad de


Salta y sus fuerzas comienzan la retirada hacia el Alto Perú. Güemes y sus
gauchos, que lo hostigan desde cinco meses atrás, lo atacan constantemente
hasta La Quiaca

12 de Agosto de 1814: Llega a Jujuy donde recibe un considerable refuerzo


de hombres y armas: Se pasan a sus filas 100 soldados. Además recoge un
inesperado botín (100 fusiles, 260 bayonetas, 373 lanzas, 264 juegos de
herraduras, azadas, palas, picos y otros elementos, que los realistas habían
abandonado en su precipitada fuga.

30 de Septiembre de 1814: A propuesta de Rondeau (quien reemplaza a San


Martín en la conducción del Ejercito del Norte), el Directorio asciende a
Güemes a Coronel Graduado del Ejército.

30 de Octubre de 1814: Rondeau designa a Güemes, jefe militar de la zona


comprendida entre Tucumán y Tarija.

2 de Marzo de 1815: Acompañado por 1000 gauchos se incorpora al ejército


de Rondeau.

14 de Abril de 1815: Güemes y sus Gauchos sorprenden a la Vanguardia del


ejército enemigo en Puesto del Marqués, batiéndola completamente. Esta
brillante actuación de los escuadrones gauchos al mando de Güemes, produjo
4 oficiales y 105 soldados enemigos muertos; perdieron 5 oficiales y 117
soldados entre heridos y prisioneros como también todas sus armas,
municiones, guiones, equipajes y bestias, salvándose solo el comandante, con
el Capitán Valle y 12 hombres de tropa, sin que de parte de los patriotas haya
habido más desgracia que dos gauchos heridos. Días después con
autorización de Rondeau regresa con los gauchos a Salta.

6 de Mayo de 1815: El Cabildo de Salta, a petición del pueblo de la ciudad,


designa a Güemes "Gobernador de la Intendencia de Salta", que comprendía
las actuales provincias de Salta y Jujuy y la región boliviana de Tarija. El
Director Interino Alvarez Thomas lo reconoce a mediados de junio de 1815.

23 de Junio de 1815: El Cabildo de Salta convocado por el Gobernador,


resuelve denegar la entrega de las armas recogidas por Güemes en Jujuy al
regreso de Puesto del Marqués, reclamadas por Rondeau para la retirada del
ejército. Fundamenta esta negativa en: "que esta provincia quedaría sin armas
que serviría para su defensa y el escarmiento del enemigo".

10 de Julio de 1815: Güemes contrae enlace en la ciudad de Salta, con Doña


María del Carmen Puch; en la Casa de los Puch, que se encontraba en la
actual calle Ituzaingó 143 (entre Alvarado y Urquiza)

19 de Septiembre de 1815: El Cabildo de Jujuy, después de cuatro meses de


reiteradas negativas, reconoce a Güemes como Gobernador de la Intendencia
de Salta.

13 de Marzo de 1816: Rondeau y su ejército se dirigen de Jujuy a la ciudad de


Salta, dispuestos a tomar prisionero a Güemes y sus adeptos. Güemes
establece su cuartel General en los Cerrillos y adelanta su vanguardia hasta La
Caldera, la cual se limita a hostigar a Rondeau y sus fuerzas.

15 de Marzo de 1816: Rondeau declara a Güemes "Reo de Estado". El cabildo


de Jujuy sanciona: "Que el Coronel Graduado Don Martín Güemes no ha sido
ni es Gobernador legítimo de esta ciudad..."

22 de Marzo de 1816: Rondeau se traslada al cuartel general de Güemes,


después de haber ocupado la ciudad de Salta pero quedando sin víveres y
sitiado por el ejército gaucho. Rondeau, llega a un acuerdo con Güemes, el que
es conocido como el "Pacto de los Cerrillos".

6 de Abril de 1816: El Cabildo de Jujuy nombra al Canónigo Gorriti para que


entre en negociaciones con el Gobernador de Salta, hecho que tiene como
antecedente el pacto firmado entre Rondeau y Güemes.

12 de Abril de 1816: El Gobernador de la Intendencia de Cuyo, General José


de San Martín, comunica al diputado por Mendoza al Congreso de Tucumán,
Doctor Tomás Godoy Cruz, que "más de mil victorias he celebrado la mil veces
feliz unión de Güemes y Rondeau... con una salva de veinte cañonazos,
iluminación, repiques y otras mil cosas".

17 de Abril de 1816: Rondeau publica una proclama desde su cuartel general


de Jujuy, en donde deja sin efecto todas las medidas tomadas en contra de
Güemes estableciendo que "se han desvanecido completamente las dudas que
causaron tales medidas ". Dando También una buena opinión y exaltando
algunas de las virtudes de Güemes.

24 de Junio de 1816: Rondeau emprende la marcha para Tucumán quedando


Güemes de jefe de la Vanguardia y por ende. encargado de la defensa de la
Nación por el Norte; misión cumplida por Güemes en perfecta armonía con las
autoridades nacionales y con el nuevo jefe del ejército del Norte, General
Belgrano nombrado en septiembre de 1816.

6 de Agosto de 1816: El Gobernador Intendente de Salta, don Martín Miguel


de Güemes, Jura la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América
junto a autoridades y principales vecinos de la ciudad de Jujuy reunidos en
Cabildo Abierto. Luego Güemes expide una proclama a sus compañeros de
armas, comunicándoles la Declaración de la Independencia por parte del
Congreso de Tucumán y exhortándolos a continuar combatiendo con amplia
confianza en el pueblo de la Intendencia de Salta.

14 de Septiembre de 1816: Güemes informa a Belgrano, desde su cuartel de


Humahuaca. "La retirada de los enemigos tan indecorosa y perjudicial para
ellos, la han hecho sin más motivo que el haber sabido se movían las
divisiones de mí mando: de modo que no solamente los de Yavi han fugado,
dejando útiles de guerra que se expresan en los partes.....; sino también hemos
desconcertado todos sus planes, haciendo salir a Olañeta y Marquiegui de
Tarija.
27 de Septiembre de 1816: Güemes realiza una proclama en la que informa al
pueblo la huida del enemigo, insta a la población a volver a sus casas y
actividades para disfrutar de la tranquilidad y dar gracias al Dios de los
Ejércitos y a Nuestra Generala (la Virgen).

17 de Diciembre de 1816: Güemes jura nuevamente la Independencia de las


Provincias Unidas de Sud América junto con las Autoridades y principales
vecinos de la ciudad de Salta, reunidos en Cabildo Abierto, convocado
expresamente para tal fin.

15 de Abril de 1817: Las fuerzas españolas del General La Serna, ingresan en


la ciudad de Salta, pero de inmediato quedan sitiadas por Güemes y sus
gauchos.

4 de Mayo de 1817: El General La Serna y su ejército evacuan la ciudad de


Salta y retroceden al Alto Perú. Güemes y sus gauchos los hostigan
constantemente produciéndoles numerosas bajas.

19 de Mayo de 1817: A solicitud de Belgrano, el Director Supremo Pueyrredón


le expidió despacho de Coronel Mayor de los Ejércitos de la Patria.

28 de Mayo de 1817: El Director Supremo Pueyrredón dicta un decreto,


reconociendo los excepcionales servicios prestados por Güemes; y en mérito a
su brillante actuación, el gobierno lo premió con una medalla de oro y una
pensión vitalicia para su primer hijo; una medalla de plata con trazos de oro
para los jefes, una puramente de plata para los oficiales y para la tropa un
escudo de paño con la inscripción: "A los heroicos defensores de Salta".

27 de Septiembre de 1817: Güemes comunica a Belgrano que ha impuesto


una contribución general, con anuencia del Cabildo, para sostener a los que
defienden la Patria y que la Intendencia de Salta, "a fuerza de sacrificios, ha
logrado que los demás pueblos hermanos conserven su seguridad y sosiego",
pero que ya se haya en la impotencia y requiere que todos contribuyan con sus
auxilios. Belgrano trasmite el pedido al Director Supremo Pueyrredón, quien
promete resolver favorablemente lo requerido pero los auxilios no llegaron.

28 de Noviembre de 1817: El Director Supremo Pueyrredón condecora a


Güemes, sus oficiales y soldados por la victoria obtenida sobre el ejército del
General La Serna al expulsarlos de la Intendencia de Salta.

6 de Diciembre de 1817: Güemes se pone al frente de la Vanguardia para


detener la invasión del General Olañeta

20 de Enero de 1818: De regreso en Salta Güemes reúne al Cabildo para


tratar "Asuntos interesantes al servicio de la Nación". Debido al sacrificio que el
pueblo de la Intendencia de Salta a realizado para mantener la lucha y el grado
de pobreza en el que se encuentra se forma una comisión para recaudar
fondos para "atender las necesidades de la presente guerra".
2 de Abril de 1818: El Cabildo de Salta, presidido por Güemes trata el
obedecimiento y publicación del Reglamento Provisorio, expedido por el
Soberano Congreso del 3 de Diciembre de 1817 y mandado observar por el
poder ejecutivo de las Provincias Unidas de Sud América.

2 de Mayo de 1818: Güemes es reelecto Gobernador Intendente de Salta, por


el Cabildo e inmediatamente informado al Director Supremo.

25 de Abril de 1818: El Cabildo de Jujuy elige Gobernador al Coronel Mayor


Comandante de Vanguardia Don Martín Güemes.

22 de Agosto de 1818: El Cabildo de Salta se dirige al Director Supremo


señalando los servicios prestados por Güemes y expresando que éstos "son
los momentos inconmovibles que harán siempre honor al Intrépido Güemes".

7 de Diciembre de 1818: Güemes comunica al Cabildo de Jujuy que San


Martín se apresta a marchar sobre Perú y que no duda que Belgrano partirá
también (comandando el Ejército del Norte) hacia el alto Perú.

26 de marzo de 1819: Güemes confecciona una nueva lista, con


consentimiento del Cabildo de Salta, donde constan los nombres de los vecinos
que deben contribuir con determinadas sumas de dinero (en calidad de
empréstito) a efectos de poder hacer frente a las necesidades de la guerra por
la emancipación.

25 de Mayo de 1819: Güemes jura la Constitución unitaria de 1819, junto con


los miembros del Cabildo de Salta. Demuestra así que sus requerimientos
desde 1815 pidiendo la sanción de una Constitución, eran plenamente sinceros
y que en aras de la unidad nacional aceptaba hasta una constitución opuesta a
sus ansias de autonomía para la intendencia de Salta.

En Septiembre y en Octubre de 1819: mandó levantar empréstitos a vecinos


pudientes de la ciudad, para poder solventar la guerra contra el ejército
español.

8 de Abril de 1820: El Cabildo de Salta (a requerimiento de Güemes)


establece una nueva contribución forzosa, a cargo de hacendados,
comerciantes y demás vecinos pudientes.

8 de Mayo de 1820: El General Juan Ramírez y Orozco parte de su cuartel


general de Tupiza y sus fuerzas invaden la Intendencia de Salta penetrando
divididas en tres columnas. De inmediato Güemes dispone el hostigamiento de
los invasores.

18 de Mayo de 1820: Güemes pide ayuda a los gobernadores de las


provincias situadas al sur de Salta; Bustos, gobernador de Córdoba, le envía
una fuerza de 500 hombres al mando del Coronel Alejandro Heredia; al
agradecerle el auxilio, Güemes, le dice a Bustos, que ordenará a Heredia que
se detenga en Tucumán hasta tanto consiga víveres para sostener esa división
pues carece de recursos "para alimentar a sus propios gauchos. Las demás
provincias expresan que no están en condiciones de prestar ayuda, pero Ibarra,
gobernador de Santiago del Estero, informa que Bernabé Araoz, gobernador de
Tucumán, impide que pueda enviarle una suma de dinero.

19 de Mayo de 1820 La falta de recursos motiva que el Cabildo de Salta, a


pedido de Güemes, disponga en el término de 6 días se levante un empréstito
forzoso de seis mil pesos.

31 de Mayo de 1820: Una columna del ejército español penetra en La ciudad


de Salta, llegando posteriormente a las proximidades del Río Pasaje. Güemes
y sus gauchos continúan hostigando a los invasores.

8 de Junio de 1820: Desde febrero de 1820 las Provincias Unidas de Sud


América, carecen de autoridad nacional. Teniendo en cuenta esta circunstancia
el General en Jefe del los Andes Don José de San Martín (con expreso
acuerdo de su ejército) designa a Güemes, General en Jefe del Ejército de
Observación sobre el Perú. (Por disposición del director, el Ejército del Norte
había marchado en 1819 hacia el sur para combatir a los caudillos del litoral;
sublevándose en Arequito).

8 de Junio de 1820: El General Juan Ramírez y Orozco y sus fuerzas


invasoras evacuan la ciudad de Salta y retroceden hasta su cuartel general de
Tupiza, a donde llegarán el 30 de junio. Güemes y sus gauchos hostigan el
ejército español durante la retirada.

5 de Julio de 1820: Güemes comunica al Cabildo de Salta que pese a no


contar con ayuda de las demás provincias, ha rechazado una nueva invasión,
mientras el Ejército de los Andes se apresta a marchar hacia el Perú.

11 de Julio de 1820: Güemes propone a Bustos reunir un Congreso General


en Catamarca a efectos de tratar únicamente cuestiones relacionadas con la
unidad nacional y la dirección de la guerra contra el enemigo común. El
gobernador cordobés preferirá que el proyectado Congreso se reúna en
Córdoba y con fines más amplios.

2 de Septiembre de 1820: Güemes se dirige al Cabildo de Jujuy, solicita a las


damas jujeñas la máxima cooperación en la urgente confección de ropas para
la tropa, dado el estado en que ésta se encuentra y la necesidad de partir de
inmediato hacia Perú.

24 de Mayo de 1821: La mayoría de los miembros del Cabildo de Salta se


pronuncian contra Güemes declarando que ha cesado en el cargo de
gobernador de la Intendencia. Güemes se encuentra en el sur de la provincia
reuniendo fuerzas para enfrentar al gobernador de Tucumán, don Bernabé
Araoz.

29 de Mayo de 1821 : Güemes retorna a la ciudad de Salta y es aclamado por


la mayoría de los salteños. Los revolucionarios se han ocultado o huido hacia el
norte, llegando algunos hasta el cuartel general de Olañeta, jefe realista.
7 de junio de 1821: Una partida española, comandada por José María Valdés,
apodado "el Barbarucho", entra por sorpresa en la ciudad de Salta,
produciendo una emboscada, en la que participan los 400 hombres de
infantería que conducía el Barbarucho y utilizando la información que le
prestara Mariano Benítez, se cerraron todas las salidas y esquinas de la plaza,
no quedando a Güemes más que montar en su caballo y saltar por sobre dos
pelotones enemigos; pero al cruzar el Tagarete del Tineo (actual Avenida
Belgrano), recibió un balazo; esta herida le provocará la muerte días después.

17 de Junio de 1821: después de diez días de sufrimiento muere en la Cañada


de la Horqueta, rodeado de sus gauchos. Antes de expirar ordena al Coronel
Jorge Enrique Vidt que lo reemplace y prosiga la lucha contra los españoles
hasta el triunfo definitivo; se puso de inmediato sitio a Salta, para que días
después el enemigo se retirara para no volver.

18 de junio de 1821: Los restos de Martín Güemes son sepultados en la


capilla de El Chamical.

14 de Noviembre de 1822: El entonces Gobernador José Ignacio Gorriti,


traslada los restos a la Catedral de Salta, ubicada en la antigua Iglesia de los
Jesuitas (actuales calle Mitre esquina Caseros). "Este es el lugar de mayor
honor y distinción que le correspondía por sus inestimables servicios a la
Independencia Americana".

14 de abril de 1877: La Iglesia de los Jesuitas o Catedral Vieja, está por


caerse, con tal motivo y hasta poderse trasladar a la Catedral Nueva (la actual),
los familiares exhumaron los restos del General Güemes y los trasladaron al
panteón familiar del Cementerio de la Santa Cruz.

20 de Noviembre de 1918 : los restos de Güemes son trasladados


nuevamente y llevados al panteón de las Glorias del Norte, en la Catedral de
Salta

Don Martín Miguel de Güemes, único General argentino muerto en acción de


guerra el 17 de junio de 1821, en la histórica epopeya de la emancipación del
continente Americano, fue reconocido como Héroe Nacional, mediante la Ley
26.125, promulgada el 22 agosto de 2006.

Siendo el Numen Tutelar de la Gendarmería desde su creación.

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