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Las aceifas
Eran campañas militares de saqueo contra los reinos cristianos del norte que se realizaron con más
fuerza durante el califato. En principio el objetivo de estas acciones era obtener ingresos para mantener
al ejército y desmoralizar al enemigo cristiano del norte para frenar su avance hacia el sur. Sin
embargo, lo que consiguieron con esta política fue arruinar al estado, pues eran mayores los gastos
militares que el botín obtenido. Almanzor organizó más de 50 aceifas, todas exitosas, pero las zonas
asaltadas estaban en la frontera, eran pobres y causaron más gastos que beneficios económicos. A
parte queda el daño material y humano: el trauma que las aceifas causaron en la población cristiana
fue enorme. Cuando Almanzor murió, los cristianos lo celebraron como un regalo de Dios.
El poder central del califato se dividió en muchos reinos pequeños o taifas (que significa facción). Los
más importantes fueron los reinos de Toledo, Badajoz, Zaragoza, Sevilla, Valencia y Granada.
Las taifas se formaron a partir de los distintos grupos étnicos que componían la sociedad
musulmana. Hubo taifas de origen árabe (la mayoría) como en Sevilla o Zaragoza. Taifas constituíidas
por bereberes como la de Badajoz, e, incluso, de origen eslavo como en Baleares y Denia.
Pero la falta de unión entre ellos (también luchaban entre sí) y la debilidad militar de los nuevos reinos
fue aprovechada por los reinos cristianos para dominarlos y, en ocasiones, obligarles a pagar tributos
(impuestos que se llamaban parias). Por tanto, se había invertido la situación de dominio.
Las conquistas de Castilla y Aragón redujeron la España musulmana al reino de Granada. La dinastía
nazarí de Granada mantuvo todavía dos siglos y medio la existencia del reino, con una gran
importancia económica y cultural. El reino de Granada pudo mantenerse durante tanto tiempo porque
pagaba importantes impuestos al reino de Castilla del que era vasallo.
Finalmente, los Reyes Católicos, en 1492, conquistaron Granada y pusieron fin a la España
musulmana.
1. 3. Economía, sociedad y cultura de Al- Andalus
1.3.1. Economía. Las características más importantes de la economía islámica son:
– Es esencialmente urbana: tiene como centro el desarrollo de las ciudades y de las profesiones que el
crecimiento urbano lleva consigo, es decir, la artesanía y el comercio.
Las ciudades existentes desde la época visigoda recibieron nueva vida. Los centros de importancia,
entre los que se puede señalar: Córdoba (con un gran número de habitantes), Sevilla (comarca fértil y
bien situada con relación al comercio norteafricano), Algeciras, Málaga, Granada, Murcia, Valencia,
Mallorca, Mérida, Badajoz, Toledo, Zaragoza.
Casi todas las ciudades estaban amuralladas y poseían una mezquita cerca de la cual se sitúa el zoco
o barrio comercial. Fuera de las murallas quedan los arrabales. El Zoco es el mercado permanente o
periódico que puede tener lugar en cualquier calle, aunque generalmente se realiza en las plazas y
sobre todo en las proximidades de la mezquita mayor de cada ciudad.
– La agricultura era otro de los pilares de la economía de Al-Andalus. Introdujeron nuevos cultivos
como la berenjena, la alcachofa, la endibia, el espárrago…, y nuevas frutas como la granada, el melón
y los albaricoques. Flores como el alhelí, la rosa, la madreselva y el jazmín; probablemente la caña de
azucar, aunque conocida desde antiguo, también fue popularizada, y mejorado el método de
extracción del azucar. Muchos de los cítricos que conocemos entraron en la península vía Al-Andalus.
Además, mejoraron los sistemas de regadío y las acequias romanas, aprovechando mejor la siempre
escasa agua.
– El tráfico de esclavos. De diferentes orígenes – oriente medio y el este de Europa, mayoritariamente-
se exportaron a Al-Andalus en gran cantidad para después venderlos a los gobiernos musulmanes del
norte de áfrica o la península arábiga.
Otra fuente de ingresos importantes fueron las aceifas como hemos comentado anteriormente.
La clase dirigente estaba formada por nobleza árabe, procedente generalmente de Siria y Arabia. Como
soldados estaban los Bereberes. Existían también numerosos judíos, comerciantes y artesanos,
respetados hasta la dominación almorávide y almohade.
La sociedad hispanorromana se distinguía por la religión: los muladíes aceptaron la religión
musulmana; los mozárabes continuaron siendo cristianos.
Veamos algunas de las características de estas comunidades:
Los musulmanes: Árabes, Bereberes y Muladíes (conversos)
Resto: Los Mozárabes, los judíos y los esclavos
• Musulmanes.
Desde el primer momento existió una doble disputa dentro de la comunidad musulmana; por un lado
los árabes que se disputaban el poder entre los qaysíes de Arabia, los sirios y los yemeníes; y por otro
lado los bereberes (norteafricanos y recientemente convertidos al Islám) que se insubordinaron
continuamente contra los árabes reclamando más protagonismo en la conquista y posterior
dominación, cansados de ser solo usados por los árabes como mano de obra militar (de hecho los
bereberes llegaron a crear pequeños reinos bereberes dentro de Al-Andalus). La tensión entre la cúpula
árabe y los bereberes se reprodujo a lo largo del periodo.
• Los Muladíes
Hispanos convertidos al Islam que participaron activamente en las revueltas que se desencadenaron
contra el poder cordobés durante el siglo IX. Entre ellos pueden distinguirse dos grupos:
– La nobleza witizana, mantiene sus propiedades y no tarda en aceptar la nueva religión cuando la
considera un medio de asegurarse su estatus.
– La masa de siervos, colonos y pequeños propietarios que se adhieren al Islam con la esperanza de
mejorar económica y socialmente.
Las conversiones fueron numerosas entre los trabajadores del campo, antes de la invasión ya vivían
bastante abandonados religiosa y culturalmente por el clero visigodo, eran prácticamente paganos, por
tanto les que daba igual una religión que otra. Más difícil fue entre la gente de la ciudad más
cristianizados.
Los Muladíes, como decimos, fueron un factor importante de oposición al régimen musulmán, pues
no disfrutaban de los mismos derechos que los musulmanes “viejos”, es decir: árabes y bereberes.
Motivo éste por el que se rebelaron en varias ocasiones, incluso a mediados del siglo X pusieron en
serio peligro el dominio árabe del emirato hasta que Abderramán III logra controlar la situación.
• Los Mozárabes
Son los cristianos en la zona musulmana de Al- Andalus. Viven como los musulmanes, hablan árabe,
visten ropas similares, incluso llegan a no comer cerdo; pero siguen siendo católicos. En un principio
están tolerados, aunque tienen que pagar impuestos extraordinarios de los que estaban exentos los
musulmanes. En los siglos IX y X se produjeron campañas de conversión al Islam. La tolerancia
religiosa concluye con la llegada de los Almorávides y Almohades, momento en el que los mozárabes
tienen que optar entre la conversión o el éxodo al Norte donde se encuentran los reinos cristianos.
• Los judíos
Están sometidos a las mismas normas que los cristianos, pero con más privilegios por su colaboración
inicial con los musulmanes. Con la llegada de Almorávides y Almohades, sufrieron igualmente el
extremismo islámico. Además de ocupar puestos en la administración, fueron mercaderes, artesanos
especializados, médicos, filósofos, hombres de letras. Algunos desempeñan misiones de gran
importancia como el médico-poeta-diplomático Abu Yusuf.
• Los esclavos
Eran traídos de diferentes lugares de África y del este de Europa y eran vendidos dentro de Al-Andalus
para el trabajo agrícola, para los harenes de mujeres, eunucos, servicio doméstico y de proporcionar
soldados al ejército. Pero también se vendían para otras naciones árabes.
1.3.3. Cultura y vida cotidiana
La lengua árabe tenía el prestigio de la alta cultura y el refinamiento. No sólo estudiaban árabe los
musulmanes, también los propios mozárabes, acabaron expresándose y escribiendo en este idioma. Lo
mismo que los judíos. En la mayoría de los casos (pueblo llano) era bilingue o semibilingue.
La educación y el saber tuvieron gran importancia. Hicieron traducir las principales obras del saber
greco-latino. En Al-Andalus se introdujeron las traducciones al árabe de los filósofos griegos, en
especial Aristóteles. De este modo, la filosofía griega, olvidada en la Europa medieval, es
redescubierta gracias a las traducciones que se hicieron de los textos árabes. Como pensadores
destacaron Averroes y Mahomenides.
El estudio de la historia tuvo un especial interés, se escribieron numerosas obras históricas, y también
sobre datos geográficos, sociológicos, y biográficos. Hay constancia de que existieron numerosos
historiadores y geógrafos en Al-Andalus, aunque muchas de sus obras se han perdido.
Estudiaron las matemáticas, la astronomía, la medicina, la botánica y la agronomía, pero también otras
ciencias más reprobadas por la ortodoxia como la astrología, la alquimia y la magia. Los movimientos
de las estrellas y los planetas fueron comprendidos por medio de sofisticados astrolabios, se avanzó
en el estudio del álgebra y la aritmética, cuyo precursor fue el oriental al-Jwarizmi (de ahí viene el
término logaritmo), y se perfeccionaron, en medicina, las teorías de Hipócrates y Galeno. La medicina
tuvo su máximo exponente en Averroes y los hermanos Harrani, Todos ellos influyeron de un modo
determinante en la Europa y sus textos fueron estudiados, hasta bien entrado el siglo XVII, por sabios
como Miguel Servet, Copérnico, Nicolás Massa o Galileo.
• Vida cotidiana
Se creó un nuevo tipo de sociedad urbana, al tiempo que se revolucionó las tareas del campo, (como
hemos dicho antes). El núcleo urbano era la medina, de casas muy juntas, que, a su vez, se organizaba
en dos zonas: la comercial y la vecinal. El zoco era la zona comercial: un lugar de encuentro, sobre
todo masculino, en el que se realizaban las transacciones.
Las viviendas tenían un aseo, la ciudad se modernizó con el alcantarillado y el alumbrado (ambos
términos como podemos observar provienen del árabe). Algo extraordinario teniendo en cuenta que
hablamos de los siglos IX y X. Los baños públicos eran muy numerosos; tanto, que en la Córdoba
califal llegaron a existir más de seiscientos.
• Léxico
Dejaron un gran número de palabras, recordemos algunas de uso común como: alfombra, atalaya,
aceite, aceituna, acequia, albañil, alcalde, alcantarilla, alcoba, alcohol, álgebra, algodón, almohada,
alquimia, azotea, azúcar, azufre, azulejo, berenjena, cifra, hazaña, jarra, jarabe, jinete, laúd, limón,
naranja, sandía, tabique, tambor, taza o zanahoria.
2 . LOS REINOS CRISTIANOS DEL NORTE
La zona de las montañas cántabras y asturianas nunca fue dominada del todo por los musulmanes.
Eran tierras más pobres y mal comunicadas que pronto fueron abandonadas por los bereberes que allí
se establecieron. Esta falta de interés permitió que se reorganizaran la población cristiana y los nobles
visigodos que se habían refugiado en la zona. Poco a poco se fueron formando unos pequeños reinos
que crearon una franja de frontera que en el siglo IX ya ocupaba todo el norte peninsular desde Galicia
a Cataluña.
En el proceso de expansión de estos reinos, al que denominamos como reconquista, se pueden
diferenciar dos grandes etapas:
Etapa de formación y defensa, s. VIII – s. XI
Llega hasta principios del siglo XI con la desintegración del califato de Córdoba. Es la etapa de
formación de los reinos cristianos. Tienen que pagar parias y defenderse de la superioridad
musulmana. En un avance lento pero constante consiguen fijar la línea de frontera en los ríos
Duero y el Ebro.
Etapa de desarrollo y expansión, s. XI – s. XIII
En el siglo XI, con la desintegración del califato, la situación se invierte y la actitud defensiva de
torna en ofensiva. Se traslada la línea de frontera del Duero al Tajo a finales del siglo XI
En los siglos XII y XIII, las invasiones almorávides y almohades frenan momentáneamente el
avance, pero hacia mediados del siglo XIII sólo el reino de Granada queda en poder musulmán.
2.1. La formación de los reinos cristianos entre los siglos VIII y XI
El primer reino en formarse fue el Astur-leonés, más tarde llamado solo reino de León. Dentro de éste
reino estaba integrado el Condado de Castilla (que se convirtió en reino independiente en el s. XI). En
el siglo X nace el reino de Navarra, el reino de Aragón y los Condados Catalanes.
El reino Asturleonés
El reino asturleonés fue el iniciador de la Reconquista. Ésta históricamente se inició en Covadonga
(Asturias) aproximadamente en el 718 cuando Pelayo, un noble visigodo refugiado en la cordillera
cantábrica, por primera vez derrotó a un ejército musulmán en la península. Tras esta victoria, los
hispanogodos crearon el reino asturiano con capital en Cangas de Onís (Asturias), más tarde se trasladó
a Oviedo. Alfonso I (736-757) extendió el reino por toda la región cantábrica, desde Galicia hasta la
tierra de los vascones (País Vasco), gracias en parte a la falta de interés de los musulmanes por esos
territorios, además, los reyes asturianos seguían pagando tributo al emir de Córdoba. El sur del
territorio hasta el río Duero constituía una extensión semi deshabitada, no controlada ni por cristianos
ni por musulmanes.
La zona oriental del reino, entre Álava y Burgos era la más amenazada y se construyeron numerosos
castillos para su defensa. Se la llamó Castiella (Castilla, hoy) y el rey de León, Alfonso II, encomendó
su defensa a condes. Uno de estos, Fernán González consigue a mediados del siglo X convertir el
territorio en un condado autónomo y hereditario.
Las diferencias entre León y Castilla explican, en gran parte, el mayor avance de la segunda. Por
ejemplo, en la repoblación de las tierras conquistadas por Castilla se empleó un sistema denominado
plesura y consistía en que los colonos ocuparan las nuevas tierras en régimen de propiedad para
cultivarlas. Evidentemente, los nobles y los monasterios que tenían a su servicio muchos siervos
fueron capaces de ocupar más tierra, pero al menos los campesinos libres tuvieron derecho a ser
propietarios. Los repobladores fueron, sobre todo, cántabros y vascos que defendían las nuevas tierras
con más decisión porque eran los dueños. Además, los castellanos se concentraban en núcleos urbanos
grandes como Burgos para defenderse mejor, desarrollaron una lengua propia: el castellano, diferente
del asturleonés y prefirieron utilizar también una ley distinta a la leonesa.
A principios del siglo XI Castilla aprovechó la debilidad de la monarquía leonesa para conseguir la
independencia del condado y convertirse en reino independiente.
Los Pirineos y Cataluña
Estas zonas pronto fueron controladas bajo la influencia de los francos de Carlomagno. El emperador
franco quería tener controlada una amplia zona de frontera para frenar posibles ataques musulmanes
a su territorio (como ya había ocurrido en el 732 cuando fueron frenados en Poitiers).
– Navarra.
Ocupaba la zona en torno a los vascos por el Oeste, francos al Norte y Aragón al Este. Hasta principios
del siglo IX estaba controlado por los francos, pero Iñigo Arista con la ayuda de los rebeldes muladíes
del valle del Ebro expulsó a los francos lo que supuso el nacimiento del reino.
Durante el siglo X desde el reinado de Sancho Garcés se extendió hacia el interior alcanzando el Ebro.
Logra la cima de poder con Sancho III el Mayor, que va a dominar incluso al resto de los reinos
cristianos.
La región fue un importante centro cultural con los monasterios de Leyre y San Millán de la Cogolla.
– El reino de Aragón
Se formo en torno a los condados de Aragón, Ribagorda y Sobrarbe. Estuvo en sus inicios controlado
por los monarcas francos y más tarde por los navarros. Pero desde el siglo XI se independizó como
reino. La reconquista en esa zona fue difícil pues estaba más poblada de musulmanes que se resistían
a perder un rico territorio (el valle del Ebro).
Eran un grupo numeroso de condados dominados por los francos. Hacia mediados del siglo IX el
conde de Barcelona Wilfredo el Velloso logró imponer su influencia sobre los demás (siempre con los
monarcas francos por encima). Con el conde Borrell II la zona tuvo que ser defendida del califato sin
la ayuda de los francos, que perdieron su influencia sobre el territorio. Lograron la independencia
definitiva en el siglo XI.
2.2. La expansión de los reinos cristianos (siglos XI, XII y XIII)
A partir del siglo XI, la actitud defensiva de los reinos cristianos de España se convierte en ofensiva.
Entre los siglos XI y XIII cuando este proceso de expansión político, militar y demográfico de la
reconquista adquiere mayor fuerza. Las causas que motivan la reconquista son:
1) La extensión del ideal europeo de Cruzada a la lucha contra los musulmanes españoles (se
entendía la reconquista como una especie de guerra santa destinada a recuperar los territorios
evangelizados por el apóstol Santiago, ahora ocupados por los árabes)
2) La recuperación de las tierras que habían pertenecido a los reyes visigodos, de los cuales los
reyes cristianos se consideraban herederos.
3) Otro de los factores que hizo posible la reconquista fue el debilitamiento político de la España
musulmana, tras la caída del califato de Córdoba. Por tanto éste último factor es en cierto modo
económico también: acupar nuevo territorio para crecer económicamente con el botín y con la
explotación agraria de la nueva tierra conquistada.
La sociedad de los reinos cristianos es feudal, aunque con características especiales por la existencia
de distintas condiciones económicas y sociales:
• Las regiones de vanguardia, como Castilla, desarrollaron una sociedad de hombres libres con
propiedad individual (s. X y XI). Pero, a medida que las fronteras se alejaban hacia el sur (s XII y
XIII), los nobles y eclesiásticos concentraban la propiedad y el poder en sus manos, y los campesinos
estaban bajo su dependencia.
Los pequeños propietarios entregaban sus tierras al noble a cambio de protección; el noble les permitía
cultivarlas como colonos, no como propietarios, sometidos a impuestos y trabajos en beneficio del
señor (este sistema se conoce como la encomienda): los colonos eran hombres del señor; su condición
social era hereditaria y no podían abandonar la tierra. También existían siervos, considerados como
propiedad (como habéis observado, lo que describimos es el sistema feudal que caracterizó a la Edad
Media europea).
En Castilla tuvo especial importancia la nobleza media guerrera, los infanzones. Infanzón fue el Cid,
por ejemplo, y en ellos recayó buena parte de la responsabilidad de la reconquista. Junto a estos, los
hidalgos se multiplicaban: integraban la población de caballeros y nobles en general del más bajo
nivel, como más tarde veremos encarnados en los literarios don Quijote o el escudero en el Lazarillo.
• En otras regiones como León o Aragón la propiedad de la tierra casi siempre estuvo en manos de
nobles y la iglesia. Los campesinos de estas zonas vivían en una situación de semi-esclavitud, lo que
originó importantes conflictos entre clases privilegiadas y populares.
• Grupos sociales: Si los mozárabes fueros los cristianos que vivieron bajo dominio musulmán, los
mudéjares serán los árabes que vivan bajo dominio cristiano. Los mudéjares aparecieron en España
tras la conquista de Toledo, en el 1085. La población mudéjar fue en aumento según iba avanzando la
Reconquista:
– Fueron una población minoritaria pero conservaron sus leyes, jueces y costumbres
– Estuvieron discriminados y se les exigía impuestos más altos o directamente se les deportaba
(especialmente desde el s. XIII) para repartir sus tierras entre los nuevos colonos cristianos.
– Para evitar esta discriminación muchos mudéjares se bautizaron, convirtiéndose en moriscos, pero
no evitaron la discriminación. A partir de 1492 se llaman moriscos a todos los musulmanes y
descendientes de musulmanes.
Los moriscos continúan con sus tradiciones, o son sospechosos de continuar con ellas. Contra ellos se
realizan persecuciones, como contra los judíos, aunque no con tanta frecuencia. Si los judíos son
expulsados en 1492, los moriscos no se vieron obligados a convertirse hasta 1502, y no fueron
expulsados definitivamente hasta 1609.
3. La crisis de la Baja Edad Media (s. XIV-XV)
El periodo que abarca desde principios del siglo XIV hasta finales del XV es una etapa contradictoria
en muchos aspectos. Por un lado, es un tiempo de relativa paz. La reconquista prácticamente se ha
completado y los reinos cristianos pueden centrarse en el desarrollo económico y cultural. La ausencia
de guerras favoreció el nacimiento de la figura del noble dedicado a la cultura, más concretamente a
la escritura. Como sabemos, destacaron autores como don Juan Manuel, Jorge Manrique, el marqués
de Santillana y tantos otros.
Sin embargo, este periodo aparentemente favorable para el desarrollo fue un tiempo de crisis. Por dos
razones fundamentalmentes:
las luchas por el poder, a veces hermanos que se disputaban la corona; o el monarca de una
reino se enfrenta contra el vecino; a veces, los monarcas luchando contra la alta nobleza y las
organizaciones militares que les disputaban el poder.
La otra gran razón de la crisis fue la peste negra (especialmente grave en 1348) y sus
consecuencias que provocaron una enorme crisis económica en toda Europa y también, claro, en
los reinos peninsulares
3.1. Crisis y decadencia en la Corona de Aragón
Durante el primer tercio del siglo XIV, la Corona de Aragón continuó su expansión militar por el
Mediterráneo incorporando los ducados de Atenas y Neopatria, Cerdeña y Sicilia. Su potencial político
y militar favorecía un próspero comercio internacional en manos de la burguesía de Barcelona,
Valencia y Mallorca. Esta prosperidad se vio rota a partir de 1333, cuando las hambres, las pestes y
los conflictos civiles provocaron una serie de crisis encadenadas que afectaron al principado de
Cataluña, verdadero motor de la confederación.
Las crisis se manifestaron en tres aspectos principalmente:
• La pérdida de población: Entre el siglo XIV y el XV, la crisis demográfica significó en Mallorca
la pérdida del 25% de la población y en Cataluña casi la del 50%.
• La sobreexplotación de la tierra y una serie de catástrofes.
• La guerra “civil” entre los campesinos contra sus señores: El descenso de las rentas señoriales fue
tan general que los señores endurecieron las condiciones de trabajo y vida de sus campesinos. Esto
provocó una sublevación que acabó siendo en una verdadera guerra civil. La monarquía decidió apoyar
las reivindicaciones de los campesinos, y entre 1462 y 1472 se desarrollo la guerra civil catalana. El
rey Juan II, apoyado por los sectores populares del campo y la ciudad de Barcelona, se enfrentó a la
aristocracia rural y urbana que controlaba las principales instituciones. Fue, en realidad, una guerra de
rivalidad entre la nobleza y la monarquía que se decidió del lado de ésta última fortaleciendo así el
poder absoluto de la monarquía.
3.2. La crisis en la corona de Castilla
Castilla se consolidó en estos dos siglos como la primera potencia política, demográfica y económica
de la Península, preparando el terreno al papel protagonista que desempeñó en la construcción del
imperio hispánico durante el Renacimiento.
Castilla tuvo que enfrentarse también a graves problemas internos y a la catástrofe de la peste. En el
siglo XIV, la rivalidad entre dos hermanos por hacerse con el trono provocó una guerra civil que a la
postre supuso una extensión en la Península de la Guerra de los Cien Años. El rey Pedro I el Cruel tuvo
que enfrentarse a su hermanastro Enrique I (hijo bastardo de Alfonso XI), que compró el apoyo de una
parte de la nobleza para disputar la corona a su hermano. Francia e Inglaterra que combatían en la
famosa guerra de los Cien Años entraron en la disputa: Inglaterra del lado de Pedro y Francia del de
Enrique. Al final venció Enrique I que además, dice la leyenda, asesino a su hermano. Con él se inicia
en Castilla el gobierno de una nueva dinastía, los Trastamara, que siempre tuvieron que gobernar
condicionados por las deudas que habían contraído con la alta nobleza. Prácticamente durante los
siglos XIV y XV el poder de los nobles fue mayor que el de los reyes hasta que en 1476 la reina Isabel
logra imponer el poder de la monarquía.
La peste negra afectó menos a Castilla que pronto (mediados del siglo XIV) recuperó la cifra de
población que tenía antes de la epidemia (unos 4.5 millones). La crisis del siglo se manifestó en
aspectos como:
• La despoblación de muchas áreas y la reducción de los beneficios de los señores feudales.
• La escasez de mano de obra y la abundancia de tierras potenciaron la ganadería. Muchas tierras de
labor pasaron a ser de pasto, o sea se sustituyó el cultivo por la ganadería porque ésta necesitaba menos
mano de obra. Sobre todo la ganadería ovina y la exportación de la lana que se convirtió en el principal
recurso de Castilla.