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Resumen
1
Universidad Nacional de Lujàn- Departamento de Educación.
2
Alberto C. Taquini (hijo) -en ese entonces decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la
Universidad De Buenos Aires- y un grupo de expertos, promueven un plan de creación de nuevas casas
de estudio, entre fines de los ’60 y principios de los ’70. La política de expansión universitaria, conocida
como Plan Taquini, tuvo rápida ejecución durante la presidencia de facto de Alejandro Agustín Lanusse.
1
a) una descripción del problema abordado
Por ejemplo, identifico como área de vacancia una búsqueda que permita poner
en tensión el momento de creación de la Universidad, el contexto político- económico
nacional y regional (Post Segunda Guerra Mundial, Nuevo Orden Mundial, Modelo de
Estado de Bienestar para los Estado Nación Occidentales; creación de organismos
Supranacionales de integración post guerra; Plan Marshall y posterior Alianza para el
Progreso ALPRO3 para nuestra región), con los modelos universitarios “necesarios”
desde la concepción desarrollista de la educación en general y de la función
universitaria en particular. Cabe mencionar la lucha por la promulgación de la Ley de
3
La Alianza para el Progreso fue un programa de ayuda económica, política y social de EE. UU. para
América Latina efectuado entre 1961 y 1970. Argentina no estuvo incluída en el mismo debido a la
consideración de EEUU de ser un país pro-fascismo por no haber declarado la guerra la Eje hasta casi el
final de la misma.
2
Libre Enseñanza en 1958 (Ley Domingorena) que abrió las puertas a la privatización de
la misma y a la creación de universidades privadas en nuestro país. Si bien en el
ámbito económico se siguió sosteniendo el modelo de sustitución difícil de
importaciones, en términos de Rogelia Frigerio, basado en el modelo desarrollista, este
iría mutando a lo largo de los años de semidemocracia sucedidos por golpes de Estado,
que se podrían integrar entre 1958 y 1976. En ese lapso se fue configurando un
modelo con componentes relacionados con la extranjerización del capital industrial
(que se venía percibiendo desde fines del peronismo), la toma de créditos externos y la
presencia de sucursales de empresas básicamente de capital norteamericano. La
revolución cubana de 1959 disparó la política de la Escuela de las Américas para
combatir el peligro de una réplica de revoluciones marxistas en la región, otorgando a
las FF AA nacionales la función de proteger la “frontera interior” para que esto no
ocurriera. Con esta finalidad serán un actor político central en las siguientes dos
décadas.
4
El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) creó el 25 de febrero de 1948, por la
resolución 106 (VI), cinco comisiones económicas regionales con el objetivo de ayudar y colaborar con
los gobiernos de las respectivas zonas en la investigación y análisis de los temas económicos regionales
y nacionales. Las áreas de trabajo escogidas fueron Europa, África, la región Asia-Pacífico, el Medio
Oriente y América Latina.
3
El modelo aplicado en todos los niveles se amoldó al modelo del planeamiento, la
transferencia de escuelas nacionales a las jurisdicciones educativas provinciales
comenzando un proceso que terminaría de configurarse en los años ’90.
Para las universidades también funcionó el mismo modelo: por un lado había que
formar los profesionales que el mercado laboral exigía y por el otro había que
descentralizar el poder de las Universidades más tradicionales que contaban con
muchos estudiantes: descentralización que se haría abriendo Universidades en otras
regiones que respondieran a las necesidades locales. Dentro de este modelo podemos
tomar como ejemplo la creación de la Universidad Tecnológica Nacional, UTN en 1958,
con un formato regional, descentralizado y con carreras profesionalizantes específicas.
Se siguieron los principios de una nueva teoría educacional nacida del ámbito
económico: la Teoría del Capital Humano, en tanto análisis economicista de la
injerencia educativa en el crecimiento económico, del modelo descrito.
4
“La hipótesis central es que la clausura de la UNLu en 1979 tiene causas
inherentes al proyecto académico con el que se creó y con el que existió y se
desarrolló hasta ese año. La Universidad Nacional de Luján fue pensada,
proyectada y creada durante una dictadura militar; con ese proyecto básico fue
puesta en marcha por un gobierno elegido democráticamente que duró tres años
y, sin cambiar la esencia del proyecto, continuó funcionando y creciendo cuatro
años más durante otra dictadura militar. Con cada gobierno las circunstancias del
país y de esta universidad fueron cambiando, pero la idea original no se perdió
hasta el cierre.” (p.2)
Las consideraciones del estado actual del conocimiento sobre el tema están
ordenadas, para su presentación, en dos ejes principales, el primero centrado en la
creación de la UNLu y su contexto político- económico. El segundo centrado en las
teorías económicas que conformaron la perspectiva desde la cual se generaron
5
Según Neffa y de la Garza Toledo (2010:17): “Generalmente, se habla de modelo económico cuando
se trata de formalizar la estructura y el funcionamiento de un sistema productivo nacional, para mostrar
la lógica o la racionalidad con las que funcionan, se articulan e interaccionan las variables
macroeconómicas. Interpretándolo con la ayuda de un marco teórico-conceptual, el modelo sintetiza
cuáles son los objetivos buscados por los actores económicos, cuál es su comportamiento y cuáles
pueden ser sus resultados”.
6
El periodo 1976- 1980, este último, año de cierre por decisión de la Junta Militar de Viola, merece otro
estudio posterior y específico por el cambio de modelo económico que se impone en nuestro país.
5
políticas públicas en el periodo en estudio, en el marco del contexto post Segunda
Guerra y conformación de un Nuevo Orden Mundial.
7
A partir de dicho acuerdo se firmaron las actas constitutivas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y
el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), hoy conocido como Banco Mundial.
8
Raul Prebisch afirmaba en su Informe económico ante la Junta Consultiva Nacional
(18 de noviembre de 1955) que: “Creo que la orientación de la política industrial de este país ha sido
equivocada; que hemos desatendido elementos básicos que eran indispensables en esta nueva etapa del
desarrollo industrial argentino, en donde ya se habían cubierto casi todas las necesidades del consumo
corriente de la población y era necesario entrar en sustituciones de importaciones de un carácter mucho
más complejo que las sustituciones que hasta ese momento se habían cumplido en la vida del país” […]
“Creo que por ahí debe encararse el problema industrial argentino: crear bases para las industrias
siderúrgicas, químicas, de la celulosa y otras indispensables, que no se han abordado.”. (Citado por
Altamirano, Op. Cit: 180-81)
6
aquel momento. Desde otra perspectiva, Mariátegui (1996), Fernandes 9 (1973),
Furtado (1974), A. Pinto (1962-1972) entre otros, planteaban que la conformación de
la estructura socio- económica en América Latina tenía raíces muy profundas
provenientes de la época colonial que persistían en el patrón básico de conformación
de las clases sociales a lo largo de la historia como países independientes. La cuestión
no era, entonces “el atraso” sino la génesis y el sostenimiento de las relaciones
neocoloniales al interior de cada nación y a su vez de esta con los países centrales a
los cuales se proveía de la producción primaria y recursos naturales a cambio de la
manufactura y más delante del producto de una industria cada vez más tecnologizada.
9
El autor armó una tipología de patrones de revolución burguesa, basándose en asociar los
determinantes objetivos y subjetivos de la lucha de clases a las bases materiales y a los soportes
socioculturales responsables de la formación de la burguesía y el proletariado (pág. 27; 31). De esta
manera, afirmaba, se explican las diferentes formas de imbricarse de los sistemas capitalistas, y dentro
de ellas, la situación particular de América Latina como región dependiente del desarrollo de los países
centrales y con una base colonial muy fuerte en su historia (pág. 59).
7
Por un lado, y como política del estado en 1958, durante el gobierno de Arturo
Frondizi, la reglamentación del artículo 28 del decreto 6.403/55, (luego del
enfrentamiento libre o laica) permitió la creación de universidades privadas. En ese
marco, la Iglesia Católica se constituyó en uno de los representantes principales de los
sectores privados y se reconfiguró como un interlocutor importante frente al Estado, tal
como lo señalan Zanca, (2006) y Paviglianiti (1996)
“En América Latina sobrevendrá un cambio radical que puede ser violento o
el resultado de un proceso de aceleración. ¿Qué debe hacer la universidad?
¿Ser agente o espectador? ¿Debe mantenerse ajena a lo que ocurre a su
alrededor y continuar trabajando rutinariamente en bibliotecas y
laboratorios? ¿O, por el contrario, debe participar activamente en el proceso
de cambio?”. (Frondizi, R: 2005:19).
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Las funciones de una Universidad comprenden tres áreas: Formación, Investigación y Extensión.
8
Para esa misma época, y en relación con la contribución que el desarrollo en
Ciencia y Tecnología haría al crecimiento de la nación, el término “cientificista” era
acuñado por O. Varsavsky11 como denuncia. Varsavsky concebía la ciencia como
producto necesariamente articulado a los procesos sociales, económicos, políticos y
culturales de su tiempo, visión que compartía con R. Frondizi. Vale rescatar su
pensamiento,
9
estudiantes. Además, en el período 1955-1978 la matrícula universitaria creció más
velozmente que la población. Por otra parte, la participación femenina en la
matrícula universitaria aumentó desde un 32% en 1962 a un 38% en 1972. (Ídem:
134)
Estos procesos se llevaron a cabo dentro del escenario de gobiernos de facto con
breves vueltas a la institucionalidad de nuestro país, si nos centramos en el periodo
que se inicia en 1958 y finaliza con la llegada de la última dictadura militar en 1976.
10
(...) modificar las tendencias de distribución de la matrícula y la producción de
graduados correspondientes a las actuales carreras universitarias (...) y [tomar]
medidas tendientes a diversificar la estructura académica (Rovelli, 2006, 295)
Por fuera del Estado aunque con amplias redes de relaciones con miembros del
cuerpo ministerial del área de educación, un grupo de personalidades –nucleadas en
torno a la figura de Alberto C. Taquini – hacia 1967 postulaban citando a Prebisch, que
resultaba imprescindible (...) planificar la actividad universitaria (Taquini, et al.,
1972:113). Para ellos, el gran desafío del proceso educacional en todos sus niveles
consistía en (...) desterrar el subdesarrollo; lograr mediante la formación integral del
hombre su realización total (Ibíd.: 113). Sobre la base de ese proyecto y la mirada de
Prebisch desde la CEPAL, se elaboró un plan de creación de universidades nacionales
en distintas regiones del país; o bien la nacionalización de algunas de las provinciales.
12
Según consta en Historia de la Universidad en el sitio web de la UNLu: www.unlu.edu.ar/institucional.
Fecha de última consulta: 23-03-16.
11
educativa, tecnología y educación permanente); realizar investigación aplicada en las
mismas áreas; proporcionar formación socio-política y humanística; efectuar una labor
de extensión en el medio; prestar servicios de orientación, actualización y
perfeccionamiento docente en establecimientos educativos de nivel medio ( Informe
final de la Comisión de Estudio de Factibilidad , 1972, creada por F. Mignone, entonces
Subsecretario de Educación de la Nación)
12
Ello suponía que la Universidad Nacional de Luján, además de beneficiarse con un
inmueble rural de 403 hectáreas en el cruce de las Rutas Nacionales 5 y 7, a la vera
del ferrocarril y a las puertas de la ciudad de Luján en infraestructura de 7.000 metros
cubiertos, se comprometía a hacerse cargo de la atención y educación de los
“adolescentes con dificultades familiares” (Op. Cit. 23) tradicionalmente a cargo de
dicha Institución...
A lo cual agregó más adelante, recuperando la figura del Dr. Mignone, central en
el momento de puesta en funcionamiento de la UNLu:
13
de universidades populares, que comenzaron a colocar el acento sobre la relación
universidad- sociedad, con distintos equipos de investigación (Martinetto, 2008: 57).
Si bien fue un momento de efervescencia y trabajo desordenado aunque creativo, han
quedado documentos poco explorados acerca de los proyectos que se llevaron a cabo
y que quedaron truncos a partir de la asunción como ministro de educación de Oscar
Ivanisevich. Estos procuraron revertir el modelo implementado por Jorge Taiana y
Rodolfo Puigross (para el caso de la UBA) adelantándose aún durante un periodo
democrático, a la etapa más oscura de la universidad argentina. El accionar de la
Alianza Anticomunista Argentina (AAA) en 1975 con sus persecuciones tenía como un
blanco importante al cuerpo docente universitario. Ya en la dictadura, la persecución y
desaparición tanto de estudiantes como de docentes, la intervención de las casas de
estudio y el cierre de varias carreras, transformó la vida universitaria radicalmente y
abrió una etapa nefasta para el sector. Prueba de ese fue el cierre de la UNLu, única
universidad que dejó de funcionar por completo.
El proyecto cepalino, de los años 50, con Raul Prebisch como primer presidente
de La CEPAL a partir de 1949, representó un esfuerzo sin precedentes de producción
de conocimiento propio a nivel regional. El 27 de marzo de 1972 asume como nuevo
Secretario Ejecutivo el economista uruguayo Enrique Iglesias, previo Presidente del
Consejo Directivo del ILPES desde 1967. (ECLAC, 2013) En esta etapa, la CEPAL
pondría un énfasis en temas de desigualdad social y de matriz productiva, impulsando
políticas de desarrollo económico y social –o "estilos de desarrollo económico"–
tendientes a reducir los problemas de inequidad presentes en la región y, por otro
lado, poniendo sobre la mesa la necesidad de diversificar las actividades productivas de
los países de la región, de modo de aumentar su competitividad internacional.
14
El acelerado desarrollo del modelo de acumulación de capital que promovió el
capitalismo industrial, puso en el centro del debate las diferencias entre países
desarrollados y aquellos en vías de desarrollo y las fuertes diferencias e injusticias
sociales producto de la explotación industrial. Por otra parte, es una época de
convulsiones y revoluciones sociales (Cuba 1959 y China 1950-55) (Sampaio Jr, 1999)
que hacen renacer las expectativas de cambio social para poner fin a la pobreza y la
explotación de los trabajadores.
Una teoría económica con fuertes implicancias para la educación fue la del Capital
Humano, como ya lo señalara más arriba. Dicha teoría sostiene que el capital humano
resultante de la inversión en educación [presentado en el origen de la teoría como uno
de los factores fundamentales del crecimiento económico] que se determinaba por la
diferencia de renta y salarios, pasa a ser determinado ahora por el factor económico, la
diferencia de renta y el nivel salarial. (Gurman: 2011: 387-388). La educación según la
TCH, por ende, es el cuarto factor residual que explica el crecimiento económico de los
países desarrollados más allá de los factores clásicos de tierra, trabajo y capital. De
este postulado se deriva que es aplicable para aquellos países “subdesarrollados” que
debían fortalecer sus cuadros técnicos y profesionales, necesarios para trabajar en las
empresas de capitales extranjeros que estaban desembarcando en la región. En este
punto, ambas teorías confluyen en su aporte a la construcción del modelo de
sustitución difícil de importaciones, con capitales extranjeros, y en el aumento del
presupuesto educativo, especialmente para áreas técnicas tanto en el nivel medio
como en el universitario.
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c) Marco teórico conceptual
En primer lugar, por lo tanto, debemos definir el modelo de estado existente para
el periodo en análisis, conocido como Estado de Bienestar o Estado de Providencia,
según los teóricos del Estado del Siglo XX (Titmuss (1981), Marshall (1998), Esping
Andersen (1993), entre otros.
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Economía heterodoxa: se denomina de esta manera el pensamiento económico construido en
contraposición con la teoría liberal- económica y más específicamente, con la Escuela Neoclásica de
Economía, llamada economía ortodoxa. Sus autores provienen de una mirada crítica del liberalismo con
una base marxista en el análisis de las relaciones de dominación y dependencia económica.
16
En algún sentido, estos aportes iban a contramano de las políticas definidas a
partir del ALPRO, por lo cual convivieron más de una vertiente de pensamiento para el
Desarrollo del llamado Tercer mundo.
La visión de aquellos años para algunos teóricos de la CEPAL, tal el caso de Raúl
Prebisch, entre otros, sobre los problemas de industrialización latinoamericana suponía
que se podrían resolver dentro de los marcos de capitalismo mundial. Partía de la
premisa de que si había “voluntad política”, se podrían superar los problemas de
subdesarrollo sin romper con el sistema capitalista mundial.
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En tercer y último lugar, el aporte desde la construcción universitaria del
momento histórico al cual se refiere el proyecto integra tres factores centrales: la
expansión del sistema, la calidad educativa brindada por las universidades y el modelo
central de investigación que debían desarrollar las universidades y los organismos de
investigación.
14
Vale señalar que la idea de ―capital humano‖ surge históricamente mucho antes de la década del ’50.
El hecho de que su formulación sistemática y su uso ideológico – político solamente se verifique a partir
de la década del ’50 y comienzos de la del ’60, apunta a la hipótesis de que en este período las nuevas
formas que asumen las relaciones ínter capitalistas demandan y producen ese tipo de formulación.
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producción y la renta individual (Altbach y Kelly, 1990). Otros resultados educativos,
por ejemplo, de naturaleza política, social y cognitiva, apenas lograban hacerse visibles
desde los trabajos más críticos. Por otra parte, el énfasis puesto en la producción y la
renta individual llevaba a negar toda una serie de relaciones sociales complejas, así
como los evidentes efectos de la clase, la raza, el género y la etnicidad en la obtención
y uso de la educación en los distintos contextos.
En 1961 Theodore Schultz sugirió que los insumos de capital humano también
deberían ser considerados como un factor de la producción. El principal componente
que tenía en mente era el incremento de los niveles de educación, pero eran también
relevantes el mejoramiento de habilidades a través de trabajo con equipo sofisticado y
el mejoramiento de la salud. Sobre esos principios se construyeron medidas de la
productividad conjunta de los factores en las que se trataba a la educación como una
parte del insumo de los factores. En la evolución de la teoría del capital humano, sus
comienzos se identifican con la segunda revolución industrial, pleno empleo, y el
concepto de la teoría del bienestar a pleno: Dentro de esta concepción se desarrolla el
pensamiento de Schultz y G. Becker.
Estos sostenían que se ha podido observar que los aumentos del producto
nacional han sido grandes en comparación con los habidos en tierra, en trabajo y en
19
capital físico reproducible (1961). La inversión en capital humano 15 es, probablemente,
la razón más importante de dicha diferencia.
Dicha estrategia aporta, para este caso, los elementos fundamentales para
encontrar relaciones directas o indirectas de la aplicación de un modelo económico
elaborado para la región, el momento histórico particular en que se llevó a cabo y la
construcción real de la Universidad; la injerencia de los modelos universitarios en la
vida académica del periodo fundante y las particularidades del caso que serán la
siguiente etapa de indagación.
15
Una gran parte de lo que llamamos consumo es, en realidad, inversión en capital humano. Los gastos
directos en educación, sanidad y migración interna para aprovechar las oportunidades de empleos
mejores son ejemplos evidentes de este fenómeno. Lo mismo ocurre con los gastos de los estudiantes
maduros y de quienes mejoran su preparación mientras trabajan. Entre los pocos que han considerado
como capital al hombre tenemos tres nombres distinguidos. El filósofo–economista Adam Smith se
atrevió a incluir todos los conocimientos y aptitudes adquiridas de los habitantes de un país entre su
capital. Lo mismo hizo H. Von Thünen, quien dijo que el concepto de capital aplicado al hombre no le
degrada ni limita su libertad y dignidad. También Irving Fisher expuso claramente un concepto general
del capital. Sin embargo Marshall decía que a pesar de que, sin duda alguna, los hombres constituyen
capital desde un punto de vista abstracto y matemático, tratarlos como capital en los análisis prácticos
sería alejarse del mercado.
20
relación con el modelo económico político vigente en distintos periodos de nuestra
historia reciente.
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