You are on page 1of 22

U N I V E R S I D A D DE C H I L E

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES MUSICALES


FACULTAD DE CIENCIAS Y ARTES MUSICALES

PANORAMA
D E LA
MUSICA CONTEMPORANEA
EN C H I L E

por

SAMUEL CLARO

COLECCION DE ENSAYOS

N.o 16
SANTIAGO DE CHILE. 1969
U N I V E R S I D A D D E C H I L E

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES MUSICALES


FACULTAD DE CIENCIAS Y ARTES MUSICALES

PANORAMA
DE LA
MUSICA CONTEMPORANEA
EN CHILE

por

SAMUEL CLARO

COLECCION DE ENSAYOS
Panorama de la música contemporánea
en

por Samuel Claro

La música contemporánea de un país latinoamericano ha debido abrirse ca-


mino hacia su propia identidad americana a través de un largo y penoso
trayecto, con medios precarios y en constante enfrentamiento con estilos mu-
sicales importados. Mientras que aquí estos estilos se han hecho estacionarios,
anquilosados, en sus países de origen continúan con su rápida evolución cu-
yos ecos regresan a América sólo pasado mucho tiempo.
Durante la dominación hispánica Chile fue un país donde la música re-
sonaba con dignidad en todas las ocasiones de la vida civil, religiosa o mili-
tar. El arte musical ocupaba su lugar, como en cualquier otra ciudad de
América, establecido por la estricta organización colonial. A principios del
siglo xx, en cambio, se desconocían todavía algunos de los grandes valores
del arte europeo, incluso las figuras sobresalientes del romanticismo. La mú-
sica era sólo un telón de fondo desplegado para entretener los ociqs del tra-
bajo o dar realce a la vida social.
La frivolidad imperante encontró su expresión musical en la opereta, vie-
nesa y en las temporadas de gala de la ópera italiana del momento. Nada
parecía interrumpir ni perturbar este estado de cosas, que se prolongaba ya
por demasiado tiempo. Sin embargo, existieron figuras solitarias que, en el
retiro de amplias habitaciones alejadas de la capital, congregaron a grupos
de iniciados en las fuentes del sintonismo, la música de cámara y los nombres
oscuros y entonces desconocidos de Wagner, Debussy y Ravel. Fueron ellos,
alrededor de Luis Arrieta Cañas y José Miguel Besoain en la llamada Aso-
ciación Artística, quienes encendieron las primeras luces precursoras de la
música chilena contemporánea. Jóvenes, impetuosos y simples aficionados,
lucharon contra el medio adverso, devoto de la ópera italiana que reinaba
desde hacía una centuria.

* * *

Desde el estreno en Chile de El Engaño Feliz de Rossini, en 1830, no


pasaría año sin que una compañía italiana de ópera llegara hasta nosotros
y centralizara a su alrededor todo cuanto constituía la inquietud "artística
y social". La llegada de la ópera italiana despertó toda clase de sentimientos

* El presente trabajo es el texto de una conferencia, ilustrada con ejemplos musicales,


que ofreció el autor en el Ateneo de Caracas, Venezuela, el 26 de junio de 1969.

* 3 *
Música Contemporánea en Chile / Samuel Claro

románticos. Las mujeres, más impresionables que los hombres, trataron de


identificarse con las heroínas que veían en las tablas. "Las Ramonas y Bar-
tolas —escribe don Vicente Grez— cambiaron sus nombres por Elvira, Lu-
cía, Lucrecia o Julieta".
El apasionamiento lírico afectó las costumbres y los salones más aristocrá-
ticos de Santiago; aquellos que no admitían en su seno sino a los cabildantes
del siglo XVIH, se abrieron de par en par a los artistas. El entusiasmo dege-
neró en locura y hasta se pidió la enseñanza obligatoria del italiano. En rea-
lidad, éste es un fenómeno que afecta por igual a toda América Latina.
En 1846 apareció el anuncio del estreno de la primera ópera nacional:
Telésfora, de don Aquinas Ried, pero diversos inconvenientes impidieron su
estreno. El primer fruto de significación pública que pudo ofrecer Chile en
el campo musical operático anterior a 1900, fue la ópera La Florista de
Lugano de Eleodoro Ortíz de Zárate, nacido el 29 de diciembre de 1865.
Ortíz de Zárate estudió en Italia y viajó posteriormente por Suiza; fue al
visitar Lugano donde concibió su ópera, de la que escribió libreto y música.
Estrenada en Santiago, en 1895, era la primera vez que una ópera nacional
lograba ser representada junto al repertorio italiano tradicional, y recibida
con palmas de triunfo.
La figura de Ortíz de Zárate cumplió un papel de no poca importancia
en su tiempo. Logró señalar rumbos mejores a quienes, siendo muchachos,
abrigaban el deseo de ampliar el estrecho horizonte musical en que vivían.
Así fue como en los albores de este siglo, un grupo de jóvenes músicos, en
homenaje a quien era entonces la máxima figura musical chilena, formaron
una Academia Ortíz de Zárate en la que el interesado, sin embargo, no
intervenía para nada. Allí se destacó la actividad de unos jóvenes estudian-
tes que tendrían importante participación posterior: Alfonso Leng, Carlos
Lavín y los hermanos Eduardo y Alberto García Guerrero.
Los esfuerzos de Ortíz de Zárate y, luego, de Remigio Acevedo —autor
de la ópera Caupolicán, con libreto escrito en italiano ( ! ) — fueron, sin em-
bargo, infructuosos y sin consecuencias de importancia para la formación
de una nueva etapa en la música del país. La obra de los compositores que
lucharon por crear una ópera chilena en el cambio de siglo, no logró alcan-
zar los propósitos deseados. El puente del romanticismo a la época contem-
poránea en música chilena, discurriría por el cauce de los géneros de cá-
mara o sinfónico, que ninguna tradición tenían hasta el momento en Chile.
A fines de siglo surgieron los primeros brotes de reacción frente a esta
corriente. Apareció la figura patriarcal de don Luis Arrieta Cañas, quien
libró las primeras y espectaculares batallas en favor de Wagner y la nueva
ópera. Arrieta Cañas organizaba, en las agrestes soledades de Peñalolén, reu-
niones musicales donde se escuchó un repertorio insólito para la época, con
las tendencias imperantes en el mundo contemporáneo del arte musical eu-
ropeo.

* 4, *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

En la sesión inaugural de estas reuniones, en septiembre de 1890, estaban


presentes personalidades como José Miguel Besoaín, Emilio Coq, Germán
Decker, Roberto Huneeus y muchos otros. Ellos marcaron la iniciación del
movimiento musical chileno que va a tomar forma y cuerpo en los alrede-
dores del año 1920, señero en tantos aspectos de la actividad de nuestro
país.
Es necesario reflexionar sobre cuán grande fue la trascendencia de la labor
realizada, al margen de la ópera o al frente de ella, por las sociedades de
aficionados que, desde fines del siglo xix, se esforzaron por dar a conocer en
el país a los clásicos del siglo xvm y a los románticos europeos. En confuso
tumulto, las grandes figuras del último romanticismo, el nacionalismo de
avanzada, los impresionistas, junto con atisbos del expresionismo posterior,
catalizan y orientan las aspiraciones de los nuevos compositores.
A partir de 1900 el ritmo de penetración musical en el ambiente chileno
fue más rápido. Los conciertos eran, en todo caso, muy distanciados; recién
en 1913 se escucharon en Santiago las nueve sinfonías de Beethoven, dirigi-
das por Niño Marcelli, y al año siguiente se estrenaron algunas obras de
Juan Sebastián Bach. Los valores nacionales recibieron estímulo por primera
vez y se cultivó la música polifónica en tertulias de creciente influencia en
el medio ambiente.
El panorama musical de comienzos de nuestro siglo varía con gran rapi-
dez después de 1920. El músico ya no será considerado como un individuo
aparte de la sociedad: saber acerca de la música pasó a ser indispensable en
toda persona cultivada y por esto se reclamó la existencia de entidades mu-
sicales superiores y permanentes. Los distintos campos artísticos estrecharon
sus lazos y nació una agrupación de intelectuales que se denominó el Grupo
de Los Diez, integrado por poetas, novelistas, pintores y compositores.
"Los Diez" fueron el primer núcleo de avanzada de la cultura chilena, en
la síntesis fraterna que acometieron de poesía, música y artes plásticas: Su
labor transcurrió alrededor de la segunda década de este siglo y los primeros
"Diez" fueron: Alfonso Leng, Pedro Prado, Manuel Magallanes, Alberto
Ried, Acario Cotapos, Alberto García Guerrero, Juan Francisco González,
Julio Bertrand, Augusto D'Halmar y Armando Donoso.
La conexión de "Los Diez" con el movimiento musical que posteriormen-
te dirigieron los hermanos García Guerrero y, luego, la Sociedad Bach, re-
salta con la sola lectura de los nombres citados. La Sociedad Bach, al iniciar
su labor pública en 1924, fue heredera del espíritu de "Los Diez" respecto
de la música, porque por esa época este grupo se hallaba prácticamente dis-
perso y su labor conclusa.

* * *

Cuando en Chile se gestaba la formación de los grupos recién menciona-


dos, el Gobierno becaba a un músico para estudiar en Italia, donde se supo-

* 5 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

nía que aprendería los mejores recursos de la ópera en boga. Este fue E N R I -
QUE SORO, nacido en Concepción el 1 5 de julio de 1 8 8 4 , quien se destacó
desde los cinco años de edad como niño prodigio al ofrecer sus primeros re-
citales. En 1898 viajó a Italia donde obtuvo, en 1904, el único Gran Premio
de Composición otorgado por el Conservatorio de Milán. Al año siguiente,
cuando Soro regresó a Chile después de terminar sus estudios en Italia y
con una buena cosecha de triunfos en ese país y otros países europeos, sus
admiradores no encontraron en él al operista que esperaban: una especie
de Ortíz de Zarate con más sólida formación. Por el contrario, Soro había
orientado sus conocimientos y sus dotes hacia las grandes formas sinfónicas
y de cámara.
Ya en su patria el compositor ejerció las cátedras de composición y piano
en el Conservatorio Nacional de Música, del que fue su Director entre
1919 y 1928. Veinte años más tarde, Soro fue distinguido con el Premio
Nacional de Arte por su extensa labor. Enrique Soro falleció en Santiago,
en 1 9 5 4 .
En un momento en que América consumía sus energías musicales tratan-
do de emular a la Scala o la Gran Opera de París, Enrique Soro tuvo gran
intuición al acentuar su rumbo hacia otro camino que abriría nuevos hori-
zontes a la música chilena. Pero éste no es el único aporte de Soro a la mú-
sica de nuestro país. Lo más valioso de este compositor es, sin duda, su
estatura intrínseca como creador de oficio, de amplia formación técnica y
de definida y madura posición estética orientada al romanticismo, con fuerte
influencia de Tchaikowsky y Schumann. Probablemente si Soro hubiera pro-
ducido sus obras durante el siglo xix, nos enorgulleceríamos hoy de contar
en nuestras filas con un músico de proyecciones geniales.

* * *

El movimiento nacionalista europeo en música pronto hizo su impacto en


América, acompañado, simultáneamente, por la influencia impresionista. La
figura más sobresaliente, quizá, entre los nacionalistas chilenos es P E D R O
H U M B E R T O A L L E N D E . Allende nació en Santiago, el 2 9 de junio de 1 8 8 5 y
sintió, desde los comienzos de su labor, un marcado interés por el folklore
musical, tanto aborigen como criollo. Para estudiar y recoger ejemplos de
la música mapuche, Allende visitó en el sur de Chile las regiones de Nueva
Imperial, Boroa y Lepe. Luego de arduas tentativas consiguió que un grupo
de músicos mapuches se trasladara a Santiago para grabar una colección de
cantos y danzas araucanas. Reproducciones de esta colección se conservan
en museos etnográficos y de folklore de Europa y América.
Se ha establecido un paralelismo entre Pedro Humberto Allende y Juan
Francisco González, pintor perteneciente al grupo de "Los Diez", pues am-
bos tienen idéntica significación en la cultura chilena, donde son inicial de
dos caminos que se juntan en uno al encontrarse con el pueblo. De todos

* 6 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

nuestros músicos, Allende es el que ha logrado con más acierto la interpre-


tación musical del paisaje chileno. En 1945 fue distinguido con el primer
Premio Nacional de Arte otorgado en Chile a un músico. Allende falleció
en Santiago en 1959.
Su obra Escenas Campesinas Chilenas es la primera obra sinfónica escrita
en el país con una amplia visión nacionalista. Sobre la pintura del ambiente,
y siguiendo un programa definido, no faltan alusiones al folklore criollo re-
creado con bastante colorido orquestal.
El poema sinfónico La Voz de las Calles de Pedro Humberto Allende está
escrito sobre pregones característicos de las calles de Santiago en la primera
mitad de este siglo. El color orquestal es más refinado en esta síntesis del
folklore urbano que en las Escenas Campesinas, de acuerdo con las sustan-
cias poemáticas perseguidas. Esta vez no hay un argumento conductor del
desarrollo, sino más bien el compositor persigue recoger la impresión íntima
y evocadora del ambiente de la ciudad en un pasado cercano.
Otra obra de Allende que marcó un momento importante en los comien-
zos de la música orquestal chilena, fue su Concierto para violoncetto y or-
questa, que se ha considerado como una de las obras maestras del autor, jun-
to a sus doce Tonadas para piano. Escrito en 1914, Allende llevó el Concierto
a Europa donde lo dio a conocer con brillante éxito. Claude Debussy leyó
la partitura y se expresó sobre ella en términos muy elogiosos en una carta
escrita al autor el 20 de mayo de 1916, donde destaca en él "una persona-
lidad en el ritmo que se encuentra raramente en la música contemporánea".

* * *

Existe, en general, una tendencia a encasillar las corrientes estéticas de


los compositores en determinados "ismos" estilísticos, tendencia acomodati-
cia, pero que hemos utilizado en esta ocasión en razón de la brevedad, y
porque en Chile coexisten, en forma simultánea, las más diversas tendencias
estéticas y estilos y técnicas de composición, sin aparentes roces entre ellas.
La producción de C A R L O S I S A M I T T equidista entre las tendencias nacio-
nalistas y el expresionismo ausente de color local. Como creador de música
con raíces vernáculas, Isamitt ha recurrido más que a sugerencias del fol-
klore criollo, a aquellas provenientes del indígena araucano, del que es ca-
lificado estudioso. Isamitt representa en Chile la máxima figura de la co-
rriente que se podría denominar "indianismo musical", labor que le ha valido
el galardón del Premio Nacional de Arte, que le fuera otorgado en 1965.
Podríamos definir cinco fuentes de inspiración para la música de Carlos
Isamitt: el ser humano, sensible e instrospectivo; la naturaleza fragante, so-
nora, plena de poesía; la juventud y la niñez, a quienes dedica sus mejores
páginas; la música aborigen de Chile y, por último, la música del folklore
nacional. Todos estos elementos conforman el estilo y la psicología estética
del compositor. Se han integrado a su lenguaje en tal medida, que su pro-

* 7 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

ducción, en cierto modo, se basa en esta idea directriz y unificadora de su


pensamiento. Isamitt no pretende otra cosa sino expresar en sonidos aque-
llo inmanente a su personalidad. El ideal del hombre, dice, es "ser siempre
el mismo". De ahí que no hay en la obra de este compositor ni efectismo in-
justificado, ni virtuosismo exagerado. Hay, sí, la entrega de un mensaje mu-
sical, lisa y llanamente, de contenido artístico, humano, social o, a veces, has-
ta político.
Isamitt nació en Rengo el 13 de marzo de 1887; ha desarrollado una am-
plia actividad como compositor, pintor de distinguida personalidad, profe-
sor e investigador musical, que mantiene hasta hoy, a pesar de su edad avan-
zada.
Aparte de su Friso Araucano para voces solistas y orquesta —que contiene
una síntesis de la vida mapuche a través de sus canciones—, destaca en la
producción de Carlos Isamitt su ballet El Pozo de Oro, escrito sobre una le-
yenda del folklore criollo, con libreto del compositor. Esta obra obtuvo uno
de los primeros premios con motivo de la conmemoración del cuarto cente-
nario de la fundación de Santiago. El argumento del ballet relata el encan-
tamiento que sufre una bella princesa, cautiva en el fondo de un pozo que
vigila un toro de cuernos dorados. Isamitt ha sabido servirse de las sugeren-
cias que encierra la leyenda popular, para hacer de El Pozo de Oro una
partitura de delicados matices, donde las alusiones a ritmos y giros tomados
del folklore son sólo referencias recreadas por el autor de acuerdo con las
necesidades de su música.

* * *

Los músicos que se mueven en la vanguardia del postromanticismo, están


representados en Chile por una mentalidad extremadamente original: AL-
FONSO LENG. La figura de Alfonso Leng es señera en el Grupo de Los Diez,
la Academia Ortíz de Zárate, las conferencias y conciertos que animan los
hermanos García Guerrero, las reuniones en casa de don José Miguel Be-
soaín y en la de don Luis Arrieta Cañas, en la tertulia de la familia de Marta
Canales y en la Sociedad Bach; es decir, toma parte activa en todos los
acontecimientos importantes de principios de siglo que contribuirán a cam-
biar la faz de la vida musical de Chile.
Nació este compositor el 11 de febrero de 1884. En 1904 obtuvo su título
en el Instituto Superior de Comercio y en 1910, el título de Dentista, profe-
sión que actualmente, y a pesar de su avanzada edad, todavía ejerce. Simul-
táneamente con sus trabajos científicos —que son citados internacionalmen-
te— prosigue con su amplia labor musical, reconocida oficialmente al serle
otorgado, como a los músicos que hemos mencionado anteriormente, el Pre-
mio Nacional de Arte en 1957.
Es casi imposible establecer una línea evolutiva en el conjunto de las obras
de Alfonso Leng. De la primera a la última de las páginas que tiene escritas,

* 8 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

se nos ofrece una asombrosa unidad en la técnica y un rigor de expresión


equivalente. Apenas pueden señalarse entre sus composiciones otras diferen-
cias que las impresas por la envergadura o el distinto carácter del género a
que pertenecen. Alfonso Leng no es músico que se mueva por modas cir-
cunstanciales, que persiga hacer suyos avances técnicos deslumbrantes en un
cierto período o que, en actitud opuesta, se ufane en renunciar a la expre-
sión moderna por estimar mejor la de un tiempo pasado. Su música nace
de un íntimo sentir y sólo a él obedece; sobre él se forja un estilo e incluso
una técnica.
Las huellas de una afinidad espiritual con los románticos alemanes apa-
recen claras en las primeras obras de Leng, escritas para canto y piano o
para este instrumento solo, entre los años 1910 y 1912. Esta sustancia espi-
ritual y esta posición estética son, poco después, sometidas a una elaboración
más exigente en las cinco Dolor as para piano, terminadas en 1914, y en los
primeros Preludios que datan de 1919. En las canciones de Alfonso Leng se
encierra, quizá, lo más personal de su arte, lo más hondo y mejor logrado de
su producción.
El poema sinfónico La Muerte de Alsino, considerado como su obra capi-
tal, fue estrenado en mayo de 1922 y marca la fecha de una nueva ¿tapa
en la música contemporánea chilena, que recibe como influencia la admira-
ción que Leng siente por las grandes construcciones wagneriana^. En La
Muerte de Alsino se concentra, para proyectarse sobre el ambiente, el prin-
cipal aporte del estilo de Leng como sinfonista, aporte que fija una constan-
te estética, más que técnica, en el arte posterior.
Después de un silencio de varios años Alfonso Leng retornó a la compo-
sición en 1950, presentando una Sonata para piano que refleja con peculiar
claridad la renovación constante que ha seguido este compositor a lo largo
de su vida, que se ha mantenido abierta ante los progresos del arte musical.
Es notorio en la Sonata un acrecentamiento de los recursos armónicos'em-
pleados y una mayor riqueza rítmica que vence cierto estatismo que existía
en su música anterior. Esta Sonata para piano contiene y revitaliza el mundo
poético de la música de Leng y lo prolonga hacia más amplias conquistas.

* * *

Una de las personalidades más complejas e interesantes entre los compo-


sitores chilenos es la de A C A R I O C O T A P O S . Cotapos nació en Valdivia el 3 0
de abril de 1889, e inició sus estudios musicales como autodidacta hasta su
viaje a los Estados Unidos donde perfeccionó sus conocimientos de armonía,
composición y orquestación, dirigido por acreditados maestros. En este país
y en Europa, Cotapos estrenó sus obras más importantes.
Acario Cotapos no permite sujeción a ninguna tendencia o escuela deter-
minadas. Su espíritu libertario e independiente ha permitido que se le llame
el "rebelde impenitente", que siempre está buscando caminos nuevos en

* 9 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

posiciones de franca vanguardia, sin abandonar, literalmente, ni un momen-


to su función creadora. La exuberante imaginación y fantasía de Cotapos le
impiden, incluso, transmitir al pentagrama todo lo que su inspiración le dic-
ta y sus obras, geniales, carecen de todo principio constructivo, con un des-
borde de elementos puestos en juego, con mucho de colosal mosaico, en el
que abundan momentos muy bien logrados.
Gran improvisador, viajero infatigable hasta que un accidente automovi-
lístico le impidió moverse con facilidad, Acario Cotapos es, esencialmente,
un compositor dramático cuya concepción abarca todos los momentos de la
acción teatral: libreto, escenografía, coreografía y música; sus concepciones
son siempre monumentales y casi nunca conclusas. Hasta el momento se
conocen más que nada sus Sinfonías Preliminares, Preludios y fragmentos de
grandes óperas que no han visto nunca la luz.
Entre sus composiciones dadas a conocer destacan Felipe el Arabe, su pri-
mera obra de gran aliento, estrenada en Nueva York en 1925; le siguen la
Sonata Fantasía para piano, el ballet La Rebelión del Hombre, la obra escé-
nica El Pájaro Burlón, el relato musical Balmaceda y muchas otras obras
con las que ha obtenido señalado éxito, que le fuera reconocido con el Pre-
mio Nacional de Arte de 1960.
Sus Cuatro Preludios Sinfónicos fueron estrenados en París a fines de la
década de 1920 y levantaron gran revuelo y justificada expectación en torno
a la personalidad del músico chileno. En la capital francesa éste fue objeto
de diversos homenajes de la crítica y de los compositores de aquel país, con
quienes mantuvo estrecha vinculación.

* * *

La iniciativa más fructífera en proyecciones futuras para la música chi-


lena fue un pequeño coro universitario que inició sus reuniones alrededor
del último domingo de junio de 1917, con el nombre de SOCIEDAD B A C H .
Este organismo, fundado por un grupo de jóvenes visionarios encabezados
por Domingo Santa Cruz Wilson, se transformó, en 1924, en una organi-
zación pública, cuyas finalidades eran "fiscalizar e'1 movimiento musical de
Chile y auspiciar la formación de un cuarteto, una orquesta y la creación
de una Revista Musical"; es decir, la Sociedad Bach contribuiría al desa-
rrollo y correcto desenvolvimiento de la cultura musical en Chile e iniciaría
una campaña depuradora, encauzadora y organizadora de nuestro ambiente
musical.
Una de las máximas de la Sociedad Bach consistía en dar a conocer el
pasado musical para comprender el arte del presente, trabajando para ello
en forma generosa y amplia.
La Sociedad Bach "hará obra apostólica en este sentido", dice el progra-
ma de trabajo, "creando los organismos musicales sinfónicos, corales, de
música de cámara y auspiciando todos aquellos medios que harán que no

* 10 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

nos sea necesario salir del país ni esperar la casual venida de artistas extran-
jeros para poseer una completa y equilibrada cultura musical".
Estas cosas dichas en 1924 causaron mucho revuelo, produciendo como
reacción la hostilidad con que se les miró desde el Conservatorio Nacional
de Música, conflicto que se fue ahondando hasta resolverse, en 1928, con
el triunfo de los postulados de la Sociedad Bach.
De aquí en adelante, la vida musical chilena inició una etapa de supera-
ción cada vez mayor; las actividades musicales se organizaron, se institucio-
nalizaron y se incorporaron a las actividades regulares del Estado a través
de la Universidad de Chile. El programa de la Sociedad Bach se cumplió
en su más amplia perspectiva y dio origen, en la práctica, al movimiento
coral chileno, a la renovación de la enseñanza musical y a la profusa exis-
tencia de intérpretes, compositores e investigadores que hoy encuentran su
razón de vida y posibilidades de trabajo.
En la actualidad, el hacer musical se ha extendido a todos los rincones
del país. El estímulo que la Universidad de Chile ha dado a las artes ha
tenido repercusiones nacionales y hoy encontramos actividad musical en to-
dos los rincones del país, con respaldo efectivo de otras universidades, de
entidades privadas y del Estado.

* * *

Estrecha conexión entre la Sociedad Bach y todo lo recientemente rese-


ñado existe con la multifacética personalidad de D O M I N G O S A N T A C R U Z . En
realidad, la historia de la música chilena del presente siglo se confunde con
la vida misma de Santa Cruz. Entre las muchas realizaciones que se deben
a la acción directa de este compositor están la fundación de las revistas mu-
sicales Manyas, Aulos, Revista de Arte y, luego, la Revista Musical Chilena;
la fundación de la Facultad de Bellas Artes, que fue el nombre original de
la actual Facultad de Ciencias y Artes Musicales; la fundación del Instituto
de Extensión Musical, del Instituto de Estudios Secundarios, el Instituto de
Investigaciones Musicales, el Instituto de Extensión de Artes Plásticas; la
radiodifusión musical universitaria; la Asociación Nacional de Compositores;
los Festivales Bienales de Música Chilena y una considerable lista que po-
dríamos citar, de iniciativas universitarias que salen del campo específico
de la música y de las artes en general. No sin razón se ha publicado, recien-
temente, un artículo escrito por un eminente estudioso, titulado "La Música
Chilena en la Era de Santa Cruz".
Domingo Santa Cruz nació en La Cruz, departamento de Quillota, el 5
de julio de 1899. Hizo sus estudios humanísticos y universitarios en Santia-
go, donde obtuvo el título de abogado en 1921. Su obra como compositor
se inicia hacia 1917 con una serie de obras para piano, canto y piano y para
coros. Estos primeros ensayos como compositor se amplían con obras de ma-
yor responsabilidad cuando perfecciona sus estudios en España con Conrado

* 11 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

del Campo. A partir de 1925, y de su regreso a Chile en esa fecha, la obra


de este músico ha marchado por una firme trayectoria, hasta hacerla una
de las más representativas de la producción musical contemporánea del país.
En 1951 fue distinguido como creador de música con el Premio Nacional
de Arte.
La primera fuente de inspiración de Santa Cruz fue su contacto con lo6
polifonistas del Renacimiento y con la obra de Juan Sebastián Bach. De
esta raíz parte, en la formación de Santa Cruz, su impulso hacia un concep-
to contrapuntístico de la música. El deslumbramiento impresionista sólo deja
una fugaz huella en su obra; en cambio, su admiración por Wagner dará
el impulso decisivo a los rasgos capitales de su propia personalidad.
Destacan entre las obras de este compositor sus canciones para voz y pia-
no, música para piano, coros, cuartetos de cuerdas, su Egloga para soprano,
coro y orquesta; Preludios Dramáticos para orquesta y cuatro Sinfonías, la
tercera de las cuales incluye una voz solista.

* * *

La vida musical chilena ya institucionalizada produjo las condiciones ne-


cesarias para que la actividad creativa se desarrollara por cauces estable-
cidos, por vías de más fácil acceso, con elementos adecuados y resonancia
pública inmediata. A partir de la década de 1940 se empiezan a perfilar
nuevas generaciones de músicos jóvenes que encontraron en la carrera mu-
sical un brillante porvenir. Junto a figuras patriarcales como Allende, Soro
y Leng, surgieron mentes revolucionarias como Acario Cotapos, organizati-
vas como Domingo Santa Cruz, y compositores que abarcan una gran gama
de tendencias: Alfonso Letelier, Juan Orrego Salas, Gustavo Becerra, Ro-
berto Falabella, Fernando García, León Schidlowsky, etc.
A L F O N S O L E T E L I E R , nacido el 4 de octubre de 1 9 1 2 es el último y, a la
vez, el más joven de los compositores chilenos que ha sido distinguido con
el Premio Nacional de Arte, en 1968. Alternando su carrera de músico con
la de agrónomo, Letelier ha tenido destacada participación en la marcha de
los acontecimientos musicales del país.
Los primeros ensayos de composición de Alfonso Letelier datan de 1922,
cuando contaba con sólo diez años de edad. Desde entonces, su actividad
creadora no ha cesado, si bien ha sido muy estricto en su entrega de obras
que cubren todos los géneros musicales, con fuerte influencia del expresio-
nismo alemán. Entre ellas destacan sus canciones corales, los Vitrales de la
Anunciación para soprano, coro y orquesta; Movimiento Sinfónico la Vida
del Campo, para piano y orquesta; obras para conjuntos de cámara, la
Suite Aculeu para orquesta, Estancias Amorosas para voz y cuerdas y las
Variaciones en Fa para piano.
Una de las obras más representativas de este compositor son sus Tres So-
netos de la Muerte, para soprano solista y orquesta, sobre textos de Gabriela

* 12 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

Mistral. El músico sigue fielmente los dictados del poeta, haciendo cada
vez más profundo el sentimiento de dolor que llena cada soneto, así como
la orquesta gana en fluidez y precisión. La cumbre de la expresión desola-
dora de esta amarga lírica se logra en el segundo Soneto.

* * *

nacido en Santiago el 1 8 de enero de 1 9 1 9 , es ac-


J U A N O R R E G O SALAS,
tualmente el Director del Centro de Música Latinoamericana de la Uni-
versidad de Indiana, Bloomington, Estados Unidos. Sus primeros estudios
musicales los llevó a cabo en el Conservatorio Nacional de Música, perfec-
cionándolos más tarde en repetidos viajes a Estados Unidos y Europa, donde
ha participado en diversos Festivales de música contemporánea. Orrego Sa-
las es un compositor fecundo y de técnica sólida, donde priman la riqueza
rítmica, vivacidad y fluidez de su discurso. Sus preferencias estilísticas le
han permitido asimilar elementos gregorianos, lenguaje y procedimientos me-
dioevales y renacentistas, para situarse en una postura neoclásica, que ha
evolucionado paulatinamente con la incorporación de técnicas contemporá-
neas, desarrollando un estilo propio de gran madurez, que lo ha situado en-
tre los compositores chilenos que ha tenido mayor proyección hacia él ex-
tranjero.
Entre las numerosas obras de Orrego Salas destacan su Obertura Festiva
Opus 21 y cuatro Sinfonías para gran orquesta, la Cantata de Navidad para
soprano y orquesta, Opus 13, el Concierto para piano y orquesta Opus 28,
Serenata Concertante Opus 40, Sonata a Quattro Opus 55, obras dramáti-
cas como El Retablo del Rey Pobre Opus 27, composiciones para coros, pia-
no, canto y piano y combinaciones instrumentales de cámara. Sus Canciones
Castellanas Opus 20, para soprano y conjunto de cámara, obtuvieron el Pri-
mer Premio en el Primer Festival de Música Chilena de 1948 y han sido
interpretadas con gran éxito en Europa y América.

* * *

De aquí en adelante, las palabras son ociosas en este panorama de la


música chilena del siglo presente. El desarrollo musical de Chile está cimen-
tado fuertemente en los pilares construidos durante los primeros cuarenta
años de la centuria y que ya hemos reseñado. A partir de 1950 los compo-
sitores chilenos buscan nuevas rutas, miran hacia Europa, descubren la ex-
perimentación en la música e incorporan nuevas fuentes de producción del
sonido a sus obras, siguen las tendencias de vanguardia imperantes en el
momento, pero no siempre se encuentran a sí mismos en su propia individua-
lidad nacional.
Durante lo que va corrido de este siglo, nuestros compositores tienden a
expresarse en un lenguaje universal, con pocas excepciones. Sólo hace muy

* 13 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

poco el compositor chileno ha adquirido una conciencia americana, intuida


hace ya mucho tiempo por músicos como Isamitt, Allende o J O R G E U R R U -
TIA, este último, autor de la célebre Pastoral de Alhue, que se caracteriza
por el trabajo minucioso, detallista y casi de orfebrería de su partitura, tan-
to en la elaboración del material musical empleado, como en su orquesta-
ción. Entre otras obras de carácter nacionalista de la primera época de
Urrutia, se destacan las dos Suites de La Guitarra del Diablo, para gran
orquesta, música instrumental y de cámara, obras corales y sinfónicas, así
como transcripciones y elaboraciones de música folklórica chilena, producto
de sus investigaciones sobre la misma. Su Sonata para Violín y Piano, re-
ciente, responde a un estilo más europeo.
Las obras de los compositores que presentamos a continuación hablan por
sí solas del estado actual de la composición en Chile, sobre cuyo valor no
nos corresponde pronunciarnos en este momento, sino, simplemente, darlas
a conocer como testimonios vivos de la música que actualmente se escribe
en uno de los pueblos de América.
G U S T A V O B E C E R R A , nacido en 1 9 2 5 , es, sin duda, uno de nuestros compo-
sitores más fecundos e inquietos en la búsqueda de nuevas rutas de expre-
sión. Sus obras están matizadas por una cantidad de tendencias diversas por
las cuales ha incursionado, donde coexisten una preocupación por lo expe-
rimental y por la utilización de elementos aleatorios, con una preocupación
de proveer de repertorio nacional de fácil acceso a intérpretes y al público
que escapa de las especulaciones elitistas.
En su larga lista de obras figuran composiciones sinfónicas, con solistas,
de cámara, corales, para teatro y para cine.
R O B E R T O F A L A B E L L A muestra una preocupación incesante por el proble-
ma musical americano. Su vida, muy corta, transcurrió entre 1926 y 1958,
pero su obra contiene, sin embargo, una contribución al desarrollo de la
música chilena cuyo significado es ampliamente estimado. Sobreponiéndose
a múltiples limitaciones físicas, Falabella fue un estudioso incansable, de
aprendizaje difícil y dilatado, pero que logró no sólo reconocimiento público
a partir de su Primera Sinfonía, sino también un estilo inconfundible, con-
cientemente dirigido hacia un tipo de creación enraizado directamente en
un lenguaje chileno, utilizando cuanto recurso técnico llegó a su conoci-
miento.
C A R L O S B O T T O es un curioso caso entre nuestros compositores. Su espe-
cialidad consiste en la música para piano solo y en la creación de canciones.
La voz humana es, para él, el medio más fecundo para vertir sus ideas, y
estas ideas provienen exclusivamente de su libre inspiración. No le preocu-
pan a Carlos Botto ni los sistemas ni las nuevas modas, como tampoco le
atrae la grandilocuencia de la música orquestal. Sus obras mueven al público
porque el compositor expresa con gran claridad sus propios sentimientos. Es
por esto, tal vez, que muchas de sus composiciones han alcanzado el Premio
de Honor en diversos Festivales Bienales de Música Chilena. Botto estudió

* 14 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

con Domingo Santa Cruz y Juan Orrego Salas, perfeccionándose en Nueva


York con Luigi Dallapicolla.
F E R N A N D O GARCÍA es uno de los compositores jóvenes que ha alcanzado
prestigio en nuestro país. Nacido en 1930, cuenta con un repertorio abun-
dante de composiciones sinfónicas y de cámara, donde destacan su Sinfonía,
Estáticas para orquesta, Sombra del Paraíso para tenor y conjunto de cá-
mara, y otras. La música de García traduce su inquietud social y el com-
positor se expresa en un lenguaje serial donde abundan los recursos de color
orquestal y empleo de percusiones.
Un curioso caso de integración latinoamericana se ha producido con el
compositor peruano avecindado en Chile, C E L S O G A R R I D O - L E C C A . Garrido-
Lecca, que permanece en el país desde hace más de quince años, es consi-
derado, prácticamente, un compositor chileno; participa en los Festivales
Bienales, sus obras se ejecutan con cierta frecuencia e, incluso, ha sido por
muchos años, el Presidente de la Asociación Nacional de Compositores. En
la actualidad es profesor de composición en el Conservatorio Nacional de
Música. Garrido-Lecca estudió en Lima con Andrés Sas y Rodolfo Holz-
mann y fue becado, en 1950, para estudiar en nuestro Conservatorio Na-
cional donde fue alumno de Santa Cruz. Posteriormente ha sido becado en
varias oportunidades para perfeccionar sus estudios en el extranjero. Su Ele-
gía a Macchu-Pichu, para orquesta, fue estrenada en Nueva York con se-
ñalado éxito.
Nacido en 1931, L E Ó N S C H I D L O W S K Y es un compositor muy fecundo,
inquieto y de gran talento dramático, a pesar de no haber finalizado aún
su primera ópera. Cada obra de Schidlowsky posee en sí un drama implícito,
y si el escenario no es real, el auditor, involuntariamente, evoca en su ima-
ginación sombrías tintas de muerte, inquietud social o profundo misticismo
centrado en el drama universal del pueblo judío. Schidlowsky estudió en
el Conservatorio Nacional de Santiago, perfeccionando sus estudios en una
estadía de tres años en Detmold, Alemania. Desde su regreso a Chile, en
1955, ha estado siempre a la vanguardia del movimiento musical del país;
su fuerte personalidad ha encontrado numerosos émulos en la generación
más joven. En realidad, la influencia que ha ejercido León Schidlowsky co-
mo creador de un estilo original y característico, se ha dejado sentir con
gran fuerza entre los músicos que lo rodean. "El arte —dice— es una forma
de conocimiento. El músico latinoamericano vive aislado de sus propios her-
manos y se nutre de influencias extranjerizantes cuyo contenido no les per-
tenece. El desarrollo de la música en el mundo de hoy, como el de todas
las artes, sufre una crisis estética correspondiente a una crisis cultural e
histórica. Colocados frente a ella, reaccionamos, adoptamos soluciones par-
ciales que corresponden a un desarrollo propio de la cultura europea, y no
nos vinculamos con nuestra propia tradición que desconocemos, cerrándo-
nos ante nosotros mismos la posibilidad de un camino distinto". Entre sus
obras destacan la Sinfonía de Cristal, Caupolicán, Cantata Negra, Concierto

* 15 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

para seis instrumentos, Invocación, De Profundis, Tríptico para orquesta,


Amatorias, Nueva York y muchas composiciones corales, para piano y para
conjuntos instrumentales. Por encargo del director de orquesta alemán Her-
mann Scherchen, Schidlowsky compuso su obra denominada Llaqui, escrita
para orquesta clásica convencional y dedicada a la memoria del poeta pe-
ruano Javier Heraud.

* * *

Muchos otros compositores chilenos no han podido ser mencionados en


esta sucinta visión panorámica en que hemos presentado la música chilena
del presente siglo, pero la brevedad de nuestra exposición lo impide. Entre
ellos debemos recordar a Miguel Aguilar, Leni Alexander, René Amengual,
Próspero Bisquertt (Premio Nacional de Arte de 1954), Tomás Lefever,
Juan Lémann, Miguel Letelier, Eduardo Maturana, Alfonso Montecino, Pe-
dro Núñez Navarrete, Sergio Ortega, Abelardo Quinteros, Carlos Riesco, En-
rique Rivera y Darwin Vargas, para citar sino a unos pocos. Esperamos ha-
ber contribuido, en la modestia de nuestras posibilidades, a presentar una
visión de lo que es y ha sido la música chilena a lo largo de estos años difíciles,
pero pródigos en realizaciones. Muchas gracias.

* 16 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

BIBLIOGRAFIA

AQUILAR, MIGUEL. La evolución estilística en la obra de René Amengual, Revista Musi-


cal Chilena, I X / 4 7 ( 1 9 5 4 ) , pp. 9-17.
ALLENDE, P. HUMBERTO. El ambiente a través de los años (Contribución a la Historia
Musical Chilena), Aulos, 1 / 1 (Octubre, 1 9 3 2 ) , pp. 3-7.
AMENOUAL, RENÉ. La música vocal, Revista Musical Chilena, 1 / 5 (Septiembre, 1 9 4 5 ) ,
pp. 37-47.
El sentido dramático de Santa Cruz en sus obras para piano, Revista Musical Chi-
lena, V I I I / 4 2 ( 1 9 5 2 ) , pp. 90-119.
ARACENA INFANTA, ANÍBAL. Música en Chile. Recuerdos.. ., Música, 1 / 1 (Enero, 1 9 2 0 ) ,
pp. 4 - 7 .
ASUAR, JOSÉ VICENTE. La Sinfonía de Roberto Falabella, Revista Musical Chilena,
X I 1 / 6 1 (Septiembre-Octubre, 1 9 5 8 ) , pp. 15-32.
BARRÍA, SERGIO. Análisis melódico y rítmico del Himno Nacional, Canción Nacional o
Himno Patrio de la República de Chile, Revista Musical Chilena, X I V / 7 3 (Septiem-
bre-Octubre, 1 9 6 0 ) , pp. 97-108.
BARROS, RAQUEL Y DANNEMANN, MANUEL. Carlos Isamitt: folklore e Indigenismo, Re-
vista Musical Chilena, X X / 9 7 (Julio-Septiembre, 1 9 6 6 ) , pp. 37-42.
BECERRA, GUSTAVO. El Estilo de los Vitrales de la Anunciación, Revista Musical Chile-
na, X I I / 5 7 (Enero-Febrero, 1 9 5 8 ) , pp. 5-22.
El Leit Motiv en la obra de Alfonso Leng, Revista Musical Chilena, X I V / 7 0 (Mar-
zo-Abril, 1 9 6 0 ) , pp. 48-67.
Los Lieder de Santa Cruz, Revista Musical Chilena, V I I I / 4 2 ( 1 9 5 2 ) , pp. 120-127.
La música sinfónica de Alfonso Leng, Revista Musical Chilena, X I / 5 4 (Agosto-Sep-
tiembre, 1 9 5 7 ) , pp. 42-58.
Próspero Bisquertt, Premio Nacional de Arte 1954, Revista Musical Chilena, I X / 4 7
( 1 9 5 4 ) , pp. 18-29.
Publicaciones chilenas en la Unión Panamericana, Editorial, Revista Musical Chilena,
X I V / 7 0 (Marzo-Abril, 1 9 6 0 ) , pp. 5-6.
Roberto Falabella Correa (1926-1968), Revista Musical Chilena, X I I / 6 2 (Noviem-
bre-Diciembre, 1 9 5 8 ) , pp. 59-60.
Roberto Falabella, el hombre y su obra, Revista Musical Chilena, X I X / 9 1 (Enero-
Marzo, 1 9 6 5 ) , pp. 28-36.
BOTTO, CARLOS. Lo que pienso de la Segunda Sinfonía de Gustavo Becerra, Revista Mu-
sical C h i l e n a , X I I I / 6 3 (Enero-Febrero, 1 9 5 9 ) , pp. 38-43.
CHASE, GILBERT. A Guide to the Music of Latin America, 2* ed. (Washington: Pan
American Union, 1 9 6 2 ) .
CLARO, SAMUEL. (Actividad musical en el Sur del país), Editorial, Revista Musical
Chilena, X I X / 9 3 (Julio-Septiembre, 1 9 6 5 ) , pp. 3-5.
Catalogo de la obra de Carlos Isamitt (Música de Cámara), Revista Musical Chile-
na, X X / 9 7 (Julio-Septiembre, 1 9 6 6 ) , pp. 54-67.
Ciento cincuenta años de música, La Nación (Santiago de Chile, domingo 18 de
Septiembre de 1 9 6 0 ) , p. 5.
La Música (Chilena), El Diario Ilustrado (Santiago de Chile, domingo 1? de Enero
d e 1 9 6 1 ) , p. 4.
La Música de Cámara de Carlos Isamitt, Revista Musical Chilena, X X / 9 7 (Julio-
Septiembre, 1 9 6 6 ) , pp. 22-36.
Panorama de la música experimental en Chile, Revista Musical Chilena, X V I I / 8 3
(Enero-Marzo, 1 9 6 3 ) , pp. 110-118.
COLLI, NIÑO. Las Obras de Cámara en el Segundo Festival de Música Chilena, Revista
Musical Chilena, V I / 3 9 (Primavera, 1 9 5 0 ) , pp. 65-83.

* 17 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

DANNEMANN, MANUEL. Bibliografía folklórica y etnográfica de Carlos Lavin A., Revista


Musical Chilena, X X I / 9 9 (Enero-Marzo, 1 9 6 7 ) , pp. 85-88.
DEL CAMPO, SANTIAGO. Acario Cotapos: Arcángel en Re mayor" Revista Musical Chile-
na, X V / 7 6 (Abril-Junio, 1 9 6 1 ) , pp. 13-32.
ESCOBAR, ROBERTO. El sentido nacionalista en la música chilena y su relación con la
obra de Acario Cotapos, Revista Musical Chilena, X V / 7 6 (Abril-Junio, 1 9 6 1 ) , pp
43-49.
EWART, GERMÁN. Domingo Santa Cruz, El Mercurio (Santiago de Chile, domingo 5
de Noviembre de 1 9 6 1 ) , p. 1.
FALABELLA, ROBERTO. Problemas estilísticos del joven compositor en América y en Chi-
le, Revista Musical Chilena, X I I / 5 7 (Enero-Febrero, 1 9 5 8 ) , pp. 42-49 y X I I / 5 8
(Marzo-Abril, 1 9 5 8 ) , pp. 77-93.
GARCÍA, FERNANDO. Enrique Arancibia, Músico Desconocido, Revista Musical Chilena,
X I X / 9 4 (Octubre-Diciembre, 1 9 6 5 ) , pp. 5-28.
Isidoro Vásquez Grille, Revista Musical Chilena, X X I / 1 0 2 (Octubre-Diciembre, 1 9 6 7 ) .
pp. 101-111.
GAYAN, ELISA. La educación musical en Chile, Revista Musical Chilena, X I I / 5 9 (Ma-
yo-Junio, 1 9 5 8 ) , pp. 7-10.
La Revista Musical Chilena y la Educación, Editorial, Revista Musical Chilena,
X I I I / 6 3 (Enero-Febrero, 1 9 5 9 ) , pp. 3-6.
GREBE, MARÍA ESTER. León Schidlowsky Gaete. Síntesis de su trayectoria creativa (1952-
1968), Revista Musical Chilena, X X I I / 1 0 4 - 1 0 5 (Abril-Diciembre, 1 9 6 8 ) , pp. 7-52.
Sexteto de Juan Orrego Salas para clarinete, en Si bemol, cuarteto de cuerdas y
piano, Revista Musical Chilena, X I I / 5 8 (Marzo-Abril, 1 9 5 8 ) , pp. 59-76.
ISAMITT, CARLOS. Apuntes sobre nuestro folklore nacional, Aulos, 1 / 1 , 2, 3, 4, 6 y 7
(Octubre, 1932-Febrero, 1 9 3 4 ) .
El Folklore en la creación artística de los compositores chilenos, Revista Musical Chi-
lena, X I / 5 5 (Octubre-Noviembre, 1 9 5 7 ) , pp. 24-36.
La música sinfónica y de cámara, Revista Musical Chilena, 1 / 5 (Septiembre, 1 9 4 5 ) ,
pp. 32-36.
LAGO, TOMÁS. Isamitt en la pintura chilena, Revista Musical Chilena, X X / 9 7 (Julio-
Septiembre, 1 9 6 6 ) , pp. 43-48.
LENG, ALFONSO. Domingo Santa Cruz, Revista Musical Chilena, V I I I / 4 2 ( 1 9 5 2 ) , pp.
5-10.
LETELIER, ALFONSO. Las Composiciones Corales de Santa Cruz, Revista Musical Chile-
na, V I I I / 4 2 ( 1 9 5 2 ) , pp. 43-61.
Leng en su producción pianística, Revista Musical Chilena, X I / 5 4 (Agosto-Septiem-
bre, 1 9 5 7 ) , pp. 27-41.
Pedro Humberto Allende, Revista Musical Chilena, X I V / 6 9 (Enero-Febrero, 1 9 6 0 ) ,
pp. 5-11.
LIRA ESPEJO^ EDUARDO. Raigambre popular en la expresión de Allende, Revista Musi-
cal Chilena, 1 / 5 (Septiembre, 1 9 4 5 ) , pp. 8-14.
La Revista Musical Chilena, El Nacional (Caracas, sábado 25 de Noviembre de
1967).
MERINO, LUIS. LOS Cuartetos de Gustavo Becerra, Revista Musical Chilena, X I X / 9 2
(Abril-Junio, 1 9 6 5 ) , pp. 44-78.
MONTECINO, YOLANDA. El Ballet Nacional Chileno, perspectiva histórica y humana, Re-
vista Musical Chilena, X V I / 8 0 (Abril-Junio, 1 9 6 2 ) , pp. 9-30.
Historia del Ballet en Chile, Revista Musical Chilena, X V / 7 5 (Enero-Marzo, 1 9 6 1 ) ,
pp. 9-31.
NERUDA, PABLO. Oda a Acario Cotapos, Revista Musical Chilena, X V / 7 7 (Julio-Sep-
tiembre, 1 9 6 1 ) , pp. 91-92.

* 18 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

NÚÑEZ NAVARRETE, PEDRO. Pedro Humberto Allende, Revista Musical Chilena, 1 / 3 (1?
d e Julio, 1 9 4 5 ) , pp. 15-18.
Recordando al Maestro Humberto Allende, Revista Musical Chilena, X I V / 7 4 (No-
viembre-Diciembre, 1960), pp. 94-96.
ORREGO SALAS, JUAN. El Concierto para arpa y orquesta de Rene Amengual, Revista
Musical Chilena, V I / 3 9 (Primavera, 1950), pp. 54-64.
Los Cuartetos de Cuerda de Santa Cruz, Revista Musical Chilena, V I I I / 4 2 ( 1 9 5 2 ) ,
pp. 62-89.
El empleo de la forma en la música de Soro, Revista Musical Chilena, I V / 3 0 (Agos-
to-Septiembre, 194-8), pp. 18-23.
Los lieder de Alfonso Leng, Revista Musical Chilena, X I / 5 4 (Agosto-Septiembre,
1957), pp. 59-64.
Pasado y Presente de la Creación Musical de Chile. Rumbos, Tendencias y Proyec-
ciones, Zig-Zag, L V I / 2 8 9 2 (Santiago, 9 de Septiembre, 1960), pp. 93-98.
Segundo Festival de Música Chilena, Editorial, Revista Musical Chilena, V I / 3 9 (Pri-
mavera, 1950), pp. 5-13.
PERCEVAL, JULIO. Consideraciones sobre la creación de un Departamento de Estudios
Organísticos y Corales en Chile, Revista Musical Chilena, X I V / 7 0 (Marzo-Abril,
1960), pp. 41-47.
PEREIRA SALAS, EUGENIO. El Centenario de la Canción Nacional, Revista Musical Chi-
lena, 111/24 (Septiembre, 1947), pp. 70-71.
El Centenario del Teatro Municipal 1857-1967, Revista Musical Chilena, X I / 5 2 (Ju-
nio-Julio, 1957), pp. 30-35.
Los comienzos de la música de cámara en Chile, Revista Musical Chilena, 11/14
(Septiembre, 1946), pp. 46-47.
El exotismo americano en la ópera, Revista Musical Chilena, 11/15 (Octubre, 1946),
pp. 45-46.
Festivales de Música en el Chile Romántico, Revista Musical Chilena, V I / 3 9 ' ( P r i -
mavera, 1950), p. 101.
La flauta en la época colonial, Revista Musical Chilena, 11/13 (Julio-Agosto, 1946),
pp. 53-54.
Historia de la Música en Chile (1850-1QV0), (Santiago: Publicaciones de la Univer-
sidad de Chile, 1957).
La llegada de los Negro Spirituals a Chile, Revista Musical Chilena, I V / 3 1 (Octu-
bre-Noviembre, 1948), p. 68.
El maestro de Don Diego Portales, Revista Musical Chilena, 11/10 (Abril, 1946),
pp. 45-46.
La Música Chilena en los primeros cincuenta años del siglo XX, Revista Musical Chi-
lena, V I / 4 0 (Verano de 1950-1951), pp. 63-78.
La música y la Universidad de San Felipe, Revista Musical Chilena, I V / 2 8 (Abril-
Mayo, 1948), pp. 55-56.
Los Orígenes del Arte Musical en Chile, (Santiago: Imprenta Universitaria, 1941).
El Presidente Mitre visita en Concepción a un músico chileno, Revista Musical Chi-
lena, I V / 2 9 (Junio-Julio, 1948, p. 4 6 ) .
La primera danza chilena, Revista Musical Chilena, 1 / 1 (1? de Mayo de 1945),
pp. 38-39.
La primera ópera nacional, Revista Musical Chilena, 11/17-18 (Enero, 1947), pp.
53-54.
Las primeras bandas militares de Chile, Revista Musical Chilena, 11/12 (Junio,
1946), pp. 48-49.
Las primeras sociedades filarmónicas a lo largo del país, Revista Musical Chilena,
111/20-21 (Mayo-Junio, 1947), p. 62.

* 19 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

Los primeros años del Conservatorio Nacional de Música, Revista Musical Chilena,
V/35-36 (Agosto-Noviembre, 1 9 4 9 ) , pp. 13-22.
Los primeros directores de orquesta en Chile, Revista Musical Chilena, 111/19 (Abril,
1 9 4 7 ) , pp. 46-47.
Los primeros pianos en Chile, Revista Musical Chilena, 1 / 3 ( l ? de Julio de 1945),
pp. 48-49.
Las tertulias musicales en la ¿poca colonial, Revista Musical Chilena, 11/11 (Mayo,
1 9 4 6 ) , pp. 44-45.
Voce organica, carmen melódica, Revista Musical Chilena, 1/7-8 (Noviembre-Diciem-
bre d e 1 9 4 5 ) , pp. 49-50.
Una zamacueca erudita para los dias del Dieciocho, Revista Musical Chilena, I V / 3 0
(Agosto-Septiembre, 1948), pp. 63-64.
PULIDO, ESPERANZA. Diálogos entre Nono, Penderecki y Schidlowski en el festival de
Mérida, Venezuela, Heterofonía, 1 / 4 (Enero, 1969), pp. 18-21.
QUIROGA, DANIEL. Acario Cotapos: La creación viviente, Revista Musical Chilena, X V / 7 6
(Abril-Junio, 1 9 6 1 ) , pp. 33-42.
Anotaciones en torno a don Luis Arrieta Cañas, Revista Musical Chilena, XIV/70
(Marzo-Abril, 1 9 6 0 ) , pp. 68-80.
Aspectos de la Opera en Chile en el Siglo XIX, Revista Musical Chilena, 111/25-26
(Octubre-Noviembre, 1947), pp. 6-13.
Las Doce Tonadas para piano, Revista Musical Chilena, 1 / 5 (Septiembre, 1945),
pp. 25-31.
Los Hermanos García Guerrero, Revista Musical Chilena, 11/11 (Mayo, 1946), pp.
7-14. |
La Música Chilena y el Ballet, Revista Musical Chilena, X V / 7 5 (Enero-Marzo,
1 9 6 1 ) , pp. 5-8.
Música de cámara de Soro, Revista Musical Chilena, I V / 3 0 (Agosto-Septiembre,
1 9 4 8 ) , pp. 24-30.
Los músicos chilenos y su inquietud viajera, Revista Musical Chilena, X I V / 7 3 (Sep-
tiembre-Octubre, 1960), pp. 61-73.
Las Obras Sinfónicas en el Segundo Festival de Música Chilena, Revista Musical
Chilena, V I / 3 9 (Primavera, 1 9 5 0 ) , pp. 14-18.
RIESCO, CARLOS. Las Canciones Corales de Gustavo Becerra, Revista Musical Chilena,
VI/39 (Primavera, 1 9 5 0 ) , pp. 84-88.
Impresiones sobre la música de Carlos Botto, Revista Musical Chilena, XVIII/89
(Julio-Septiembre, 1964), pp. 79-86.
Octavo Festival de Música Chilena, Revista Musical Chilena, X V I I / 8 3 (Enero-Mar-
zo, 1 9 6 3 ) , pp. 7-36.
SAAVEDRA, ADRIANA Y ARACENA, FABIOLA. La Opera y su Influencia en Chile (Contribu-
ción al estudio de la Historia Musical Chilena), Aulos, 1 / 5 (Marzo-Abril, 1933), pp.
15-17.
SALAS VIU, VICENTE. Alfonso Leng. Espíritu y estilo, Revista Musical Chilena V/33
(Abril-Mayo, 1 9 4 9 ) , pp. 8-17.
Allende y el nacionalismo musical, Revista Musical Chilena, 1 / 5 (Septiembre, 1945),
pp. 15-24.
Carlos Lavln y la musicología en Chile, Revista Musical Chilena, X X I / 9 9 (Enero-
Marzo, 1 9 6 7 ) , pp. 8-14.
La Creación Musical en Chile. 1900-1951, (Santiago de Chile: Ediciones de la Uni-
versidad de Chile, s / f . ) .
Creación musical y música aborigen en la obra de Carlos Isamitt, Revista Musical
Chilena, X X / 9 7 (Julio-Septiembre, 1966), pp. 14-21.
Enrique Soro en el movimiento musical de Chile, Revista Musical Chilena, IV/30
(Agosto-Septiembre, 1948), pp. 10-17.

* 20 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

La Egloga, para soprano, coro y orquesta de Domingo Santa Cruz, Revista Musical
Chilena, V I / 3 9 (Primavera, 1950), pp. 19-32.
Los Festivales de Música Chilena. ¿Una bella iniciativa en derrota?, Revista Musical
Chilena, X I I I / 6 6 (Julio-Agosto, 1959), pp. 6-12 y X I I I / 6 7 (Septiembre-Octubre,
1959), pp. 17-21.
Músicos Modernos de Chile (Washington: Pan American Union, 1944). Music Se-
ries, N« 11.
Nuestra Revista Musical, su pasado y su presente, Revista Musical Chilena, X I V / 7 1
(Mayo-Junio, 1960), pp. 7-16.
La obra de René Amengual. Del Neoclasicismo al Expresionismo, Revista Musical
Chilena, X V I I I / 9 0 (Octubre-Diciembre, 1964), pp. 62-72.
Las Obras para Orquesta, Revista Musical Chilena, V I I I / 4 2 ( 1 9 5 2 ) , pp. 11-42.
La Primera Sinfonía de Santa Cruz, Revista Musical Chilena I V / 2 9 (Junio-Julio,
1948), pp. 9-14.
Ramón Carnicer, músico y liberal, Revista Musical Chilena, X / 4 8 ( 1 9 5 5 ) , pp. 8-14.
En torno a La Muerte de Alsino, Revista Musical Chilena, X I / 5 4 (Agosto-Septiem-
bre, 1957), pp. 19-26.
SANDOVAL B., LUIS. Reseña Histórica del Conservatorio Nacional de Música y Decla-
mación. 1849 a 1911 (Santiago: Impr. Gutenberg, 1911).
SANTA CRUZ, DOMINGO. Alfonso Leng, Revista Musical Chilena, X I / 5 4 (Agosto-Sep-
tiembre, 1957), pp. 5-18.
Antepasados de la Revista Musical Chilena, Revista Musical Chilena, X I V / 7 1 (Ma-
yo-Junio, 1960), pp. 17-33. '
Centenario del Conservatorio, Editorial, Revista Musical Chilena, V / 3 5 - 3 6 (Agosto-
Noviembre, 1949), pp. 3-10.
El compositor Alfonso Letelier, Revista Musical Chilena, X X I / 1 0 0 (Abril-Junio,
1967), pp. 8-30.
El Concierto para piano y orquesta en la obra de Juan Orrego Salas, Revista'Musi-
cal Chilena, V I / 3 9 (Primavera, 1950), pp. 33-53.
¿Crisis en nuestro sistema de estímulo a la composición musical?, Revista Musical
Chilena, X I V / 6 9 (Enero-Febrero, 1960), pp. 12-19.
Enrique Soro y nuestra música, Editorial, Revista Musical Chilena, I V / 3 0 (Agosto-
Septiembre, 1946), pp. 3-6.
La Facultad de Ciencias y Artes Musicales, Editorial, Revista Musical Chilena, I V / 2 9
(Junio-Julio, 1948), pp. 3-5.
El Instituto de Extensión Musical, su origen, fisonomía y objeto, Revista Musical
Chilena, X I V / 7 3 (Septiembre-Octubre, 1960), pp. 7-38.
Mis Recuerdos sobre la Sociedad Bach, Revista Musical Chilena, V I / 4 0 (Verano de
1950-1951), pp. 8-62.
Música Chilena en la Radio, Editorial, Revista Musical Chilena, 111/19 (Abril, 1947),
pp. 3-10.
La Sociedad Bach y su misión histórica, (Editorial), Aulos, 1 / 6 (Junio-Julio, 1933),
pp. 1-6.
Trascendental aniversario en la vida musical chilena. La Facultad de Bellas Artes de
1929, Editorial, Revista Musical Chilena, X I I I / 6 7 (Septiembre-Octubre, 1959), pp.
5-16.
SCHIDLOWSKY, LEÓN. Problemática del compositor latinoamericano, Boletín Informati-
vo de la Asociación Nacional de Compositores de Chile, N" 3 (Mayo-Junio, 1966),
, P P " 1_2-
SEPÚLVEDA, MARÍA LUISA. Generalidades sobre pregones, Revista Musical Chilena, I I I /
25-26 (Octubre-Noviembre, 1947), pp. 30-32.
SLONIMSKY, NICOLÁS. La Música de América Latina, Trad. M. Eloísa González Kraak
(Buenos Aires: El Ateneo, 1947).

* 21 *
Música Contemporánea en Chile j Samuel Claro

(SOCIEDAD BACH). Cincuentenario de la Sociedad Bach (1917-1967), Editorial, Revista


Musical Chilena, X X I / 1 0 1 (Julio-Septiembre, 1967), pp. 3-4.
SOFFIA, JOSÉ ANTONIO. Una biografía curiosa de doña Isidora Zegers de Huneeus por
el poeta José Antonio Soffia (Contribución a la Historia Musical Chilena), Aulos,
1 / 3 (Diciembre, 1932), pp. 11-13 y 1 / 4 (Enero-Febrero, 1933), pp. 10-13.
SOLARI, MALUCHA. Ballet Nacional de la Universidad de Chile, Revista Musical Chilena,
XV/75 (Enero-Marzo, 1961), pp. 32-38.
STEVENSOIN, ROBERT. Chilean Music en the Santa Cruz Epoch, Inter-American Music
Bulletin, N? 68 (Washington: Pan American Union, September, 1 9 6 8 ) , pp. 1-18.
Versión española en el N? 67 del mismo Boletín.
SUBIRÁ, JOSÉ. Ramón Carnicer (Madrid, 1958).
TALAMÓN, GASTÓN O. Allende y la música americana, Revista Musical Chilena, 1/5
(Septiembre, 1 9 4 5 ) , pp. 57-59.
URRUTIA, JORGE. Apunte sobre Próspero Bisquertt, Revista Musical Chilena, XIII/67
(Septiembre-Octubre, 1 9 5 9 ) , pp. 56-61.
Carlos Lavín, compositor, Revista Musical Chilena, X X I / 9 9 (Enero-Marzo, 1967),
pp. 61-84.
Gabriela Mistral y los músicos chilenos, Revista Musical Chilena, 1 / 9 (Enero, 1946),
pp. 11-20.
UZCATEGUI, EMILIO. Músicos Chilenos Contemporáneos (Santiago, 1919).
VERGARA ZAÑARTU, LUIS. Recuerdos del Maestro Enrique Soro, El Mercurio (Santiago
de Chile, Martes 1? de Diciembre de 1959).
(VICUÑA, MAGDALENA) . Carlos Isamitt, el hombre, el artista y el investigador, (Entre-
vista), Revista Musical Chilena, X X / 9 7 (Julio-Septiembre, 1966), pp. 5-13.
ZAPIOLA, JOSÉ. Recuerdos de Treinta Años. (1810-1840) (Santiago, 1881).

* 22 *

You might also like