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Agroindustria rural en Brasil: oportunidades,

desafíos y políticas públicas

Valdemar João Wesz Junior1

Resumen

La agroindustria rural ha sido considerada como una importante estrategia de desarro-


llo para agregar valor a la producción de la agricultura familiar, mejorar la dinámica
económica de los territorios y mantener la seguridad alimentaria en las comunidades
rurales. El objetivo de este trabajo es presentar la situación de la agroindustria rural
en Brasil, destacando las ventajas, dificultades y políticas públicas diseñadas para
estas empresas. En consecuencia, se presenta el Programa de Agroindustrialización
de la Agricultura Familiar -que es el único instrumento de intervención por parte del
Gobierno Federal para esta actividad- analizando sus objetivos, el público beneficiario,
líneas de acción y resultados.

Palabras clave: Agroindustria rural, agricultura familiar y política pública.

1
Graduado en Desarrollo Rural y Gestión Agroindustrial (UERGS), magister y doctorando en Desarrollo, Agricultura y So-
ciedad (CPDA/UFRRJ) con bolsa del CNPQ (Brasil). Actualmente es asistente de investigación del Observatorio de Políticas
Públicas para la Agricultura (OPPA) y realiza una pasantía en el Doctorado en Economía y Estadística Agroalimentaria en
la Universidad de Bolonia (Italia). Dirección: Av. Nossa Senhora de Fátima, 64/401 – Centro - Rio de Janeiro – Brasil CEP:
20240-051. E-mail: jwesz@yahoo.com.br

análisis del medio rural latinoamericano 9


ESCENARIOS LATINOAMERICANOS

Rural agroindustry in Brazil: opportunities,


challenges and public policies

Abstract

Rural agro-industry has been considered an important strategy of development be-


cause it adds value to the family agriculture production, potentializes the economic
dynamics of territories, and keeps food security in rural communities. This article
aims at presenting the situation of rural agro-industries in Brazil, highlighting its van-
tages, difficulties and public policies designed for those enterprises. In this sense it is
presented the Program of Agro-industrialization of Family Agriculture, which is the
only instrument for intervention by the Federal Government directed to this activity,
highlighting its goals, the beneficiary public, lines of action and obtained results.

Key words: Rural agro-industry; family agriculture; public policies.

1. Introducción

En los últimos años el tema de la agroindustria rural ha ganado visibilidad en los de-
bates en América Latina, siendo considerada una importante estrategia de agregación
de valor en la agricultura campesina, de potenciación de los territorios rurales y de
mantenimiento de la seguridad alimentaria. En Brasil no fue diferente, ya que estaba
presente en los principales debates académicos y político-institucionales, siendo ci-
tada como una importante iniciativa para el desarrollo rural y para la diferenciación
de los mercados agroalimentarios. Incluso el gobierno federal creó el Programa de
Agroindustrialización de la Agricultura Familiar (PAAF), que es el único instrumento
de intervención nacional para esta actividad. En este sentido, el caso brasileño en torno
a la agroindustria rural se convierte en una experiencia relevante para ser presentada
y discutida en el “Seminario Internacional Seguridad Alimentaria y Agronegocios:
retos y oportunidades para las MIPYMES rurales”.

El objetivo de este trabajo es presentar la situación de la agroindustria rural en


Brasil, destacando las ventajas y las oportunidades creadas por esta actividad, las
dificultades y los desafíos enfrentados y las políticas públicas para estas empresas. En

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Agroindustria rural en Brasil

consecuencia, se presentan los objetivos, el público beneficiario, las líneas de acción


y los resultados del PAAF.

Para llevar a cabo este trabajo se realizó una revisión bibliográfica sobre el tema
de la agroindustria rural en Brasil. En cuanto al análisis del Programa, este texto
presenta un resumen de la tesis de maestría del autor (Wesz, 2009), donde fueron
entrevistados 75 informantes entre gestores federales de la política, ejecutores de
las acciones a nivel local (agencias bancarias, asistencia técnica y supervisión de la
legislación) y los agricultores que han accedido a tal política y los que no, a pesar de
tener una agroindustria rural.

2. Breve resumen de la agricultura y de las áreas rurales en Brasil

Brasil es un país que dispone de una variedad de actividades agropecuarias. En los


medios de comunicación es común encontrar afirmaciones de que Brasil es el “granero
del mundo”, pues es el mayor productor de café, jugo de naranja, azúcar y frijol; el
segundo de soja, biodiesel y tabaco; el tercero en la producción de frutas y maíz. En
el comercio internacional, es el tercer mayor exportador de productos agrícolas del
mundo, liderando las exportaciones de azúcar, café, jugo de naranja, tabaco, alcohol
y carne (bovina y de pollo). Además, ocupa la segunda posición en la exportación
de soja y maíz.

A pesar de que estos datos denotan la alta competitividad de la producción


agropecuaria brasileña a nivel mundial, la realidad agraria nacional es mucho más
compleja y diversa. En el país, según datos del Censo Agropecuario de 2006 existen
desde grandes productores (algunos con más de 100 000 ha) hasta los campesinos,
pequeños productores, indígenas, ribereños, extractores, etcétera (IBGE, 2012).
Esta dualidad se expresa en la presencia de dos ministerios dedicados a las áreas
rurales de Brasil: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA)
y el Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA). El MAPA está dirigido al llamado
“agronegocio”, que en Brasil es un término utilizado para identificar las actividades
y a los productores “modernos”, que utilizan un elevado nivel tecnológico, con una
producción orientada a la exportación, etcétera. El MDA, a su vez, se centra en la
agricultura familiar, que consiste en un grupo grande de actores caracterizados por
la producción de alimentos y por el mantenimiento de las formas más tradicionales
de producción.

análisis del medio rural latinoamericano 11


ESCENARIOS LATINOAMERICANOS

La estructura agraria del país permite ver las diferencias entre sus zonas rurales
(Cuadro 1). Al hacer un análisis de los últimos 35 años, es evidente que tanto las
propiedades pequeñas como las grandes se mantienen en el tiempo, aunque ha habido
algunos cambios a lo largo del periodo. Sin embargo, lo más impresionante del Cuadro
1 es la gran concentración en la propiedad de la tierra en Brasil. En 2006, 21.3% de
las explotaciones tenían menos de dos hectáreas, pero representan sólo 0.3% de la
superficie total. Mientras que las propiedades con más de mil hectáreas representan
el 1% del número de unidades y controlan el 44.4% de la superficie.

La realidad de la agricultura familiar es muy diversa en el país, pues incluye desde


agricultores integrados con las grandes empresas agroindustriales y los mercados inter-
nacionales a través de la producción de commodities (soja, tabaco, carnes, etc.), hasta
las poblaciones aisladas, que producen sólo para el autoconsumo y en una situación
de vulnerabilidad social (Paulilo, 1990; Guanziroli et al., 2001; Wesz, 2011). En este
contexto, los agricultores han construido diferentes estrategias para diversificar el
portafolio de opciones disponibles para permitir su reproducción social y económica
(Schneider, 2010).

Entre las principales iniciativas en las zonas rurales brasileñas se pueden citar la
agroindustria rural, fabricación de artesanía, diversificación de la producción, turismo
rural, producción de energía, desarrollo de prácticas agroecológicas, prestación de
servicios ambientales y la expansión de las actividades no agrícolas. Este trabajo se
centra en el tema de la agroindustria rural, pues existían en Brasil, según estimaciones
del MDA, aproximadamente 35000 unidades en 2008 (Wesz, 2009).

Cuadro 1. Número y área de los establecimientos agropecuarios por estratos


de área en Brasil entre 1975 y 2006.

Número de establecimientos agropecuarios


Estratos de área
1970 1975 1980 1985 1995 2006
< 2 ha 18,0% 19,9% 19,1% 21,7% 11,2% 21,3%
> 2 ha < 10 ha 33,3% 32,3% 31,3% 31,3% 27,9% 29,0%
> 10 ha < 100 ha 39,4% 38,1% 39,2% 37,3% 47,9% 40,1%
> 100 ha < 1.000 ha 8,5% 8,9% 9,5% 8,9% 11,9% 8,6%
> 1.000 ha < 10.000 ha 0,7% 0,8% 0,9% 0,8% 1,1% 0,9%
> 10.000 ha 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0%
Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%

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Agroindustria rural en Brasil

Área de los establecimientos agropecuarios


< 2 ha 0,3% 0,3% 0,3% 0,3% 0,3% 0,3%
> 2 ha < 10 ha 2,8% 2,5% 2,2% 2,3% 2,0% 2,1%
> 10 ha < 100 ha 20,4% 18,6% 17,7% 18,6% 17,7% 19,1%
> 100 ha < 1.000 ha 37,0% 35,8% 34,8% 35,1% 34,9% 34,2%
> 1.000 ha < 10.000 ha 27,2% 27,7% 28,7% 29,2% 30,6% 32,1%
> 10.000 ha 12,3% 15,1% 16,4% 14,5% 14,5% 12,3%
Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%
Fuente: Censos Agropecuarios (IBGE, 2012).

3. La agroindustria rural en Brasil

3.1 Las características de las agroindustrias rurales

El tema de la industrialización dentro de las fincas ha marcado su presencia en al-


gunos estudios clásicos desarrollados en el contexto de los campesinos, como en los
trabajos de Kautsky (La cuestión agraria) y Lenin (El desarrollo del capitalismo en
Rusia). Aunque estos análisis han dado prioridad a la gestión de la producción para el
autoconsumo de las familias, este debate ha destacado la importancia de la actividad
como una estrategia reproductiva de los agricultores. Con los cambios ocurridos en
la dinámica de la agricultura en el siglo pasado, el debate sobre el beneficio de la
producción primaria por los agricultores pasó inadvertido durante muchas décadas,
pero el tema de la agroindustria rural fue retomado: en los años ochenta en la literatura
de la economía campesina. Al principio se concibió la Agro-Industria Rural esencial-
mente como un medio para reforzar el control del campesino latinoamericano sobre la
creación de valor agregado en la cadena de producción: se suponía que, procesando al
menos en parte el producto bruto, tenía la oportunidad de retener un porcentaje más
elevado de dicho valor agregado, lo que le permitía incrementarse el nivel de ingreso
(Requier-Desjardins, 1999: 2).

La agroindustrialización en la familia rural ha recibido diferentes denominacio-


nes: agroindustria rural, agroindustria familiar, unidades de procesamiento, pequeña
agroindustria, agroindustria artesanal y/o colonial (Guimarães y Silveira, 2007). A
pesar de los diversos nombres, las características de esta actividad tienen consenso
entre los autores. Una definición que resume esta iniciativa productiva es la aportada

análisis del medio rural latinoamericano 13


ESCENARIOS LATINOAMERICANOS

por Mior (2005: 191), quien la considera como “una forma de organización en la que
la familia rural produce, procesa y/o transforma parte de su producción agrícola y/o
ganadera, buscando, principalmente, la producción de valor de cambio que se realiza
en el mercado”. En este sentido, uno de los principales criterios que definen a este tipo
de empresa es la venta de la totalidad o parte de la producción procesada, es decir, se
requiere que la producción de autoconsumo supere el entorno estrictamente familiar
para establecer relaciones de mercado que permitan generación de valor de cambio
y no sólo el valor de uso (Wesz, 2009).

Otros aspectos que caracterizan a la agroindustria rural se relacionan con su


ubicación en el campo, el uso de maquinaria y equipo en escalas más pequeñas, con
el origen de la materia prima (propia o de los vecinos) y la utilización de procesos
artesanales a menudo vinculados a la tradición local (Mior, 2005). Además, como
destacó Prezotto (2002), estas empresas añaden valor, tienen la propiedad de los
medios de producción y la gestión la efectúan los propios agricultores; el trabajo es
realizado por el grupo doméstico (y en algunos casos hay contratación esporádica de
trabajadores externos), y la competitividad de las unidades no reside en la ganancia en
escala, sino en la diferenciación de productos y en la reducción de sus costos (ya sea
a través de la integración vertical de todo el proceso productivo, o por su proximidad
con el mercado de consumo).

3.2 Las principales contribuciones y ventajas de la agroindustria rural

El reconocimiento de la agroindustria rural como una actividad fundamental en la


reproducción social de la agricultura familiar está vinculado a muchos factores. Un
primer punto se refiere al carácter distintivo de acceso al mercado, pues en esta activi-
dad la inclusión en el mercado ocurre de forma diferente a los patrones tradicionales
de producción de materia prima, ya que los productores desarrollan conjuntamente
la producción primaria, la industrialización de la producción y la comercialización
del producto final (Maluf, 2004).™

La agroindustria rural ha ganado más proyección con la reestructuración de los


mercados agroalimentarios, que originó la creciente demanda de productos ecológicos,
con denominación de origen y provenientes de la agricultura familiar, lo que ahora
es asociado con la tradición, la naturaleza, lo artesanal y el territorio –un conjunto de
valores– “premiado” por el mercado (Wilkinson, 2008). Este contexto apunta hacia
la valorización de los productos de las pequeñas agroindustrias, ofreciendo a los
agricultores la oportunidad de entrar en nichos de mercados.

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Agroindustria rural en Brasil

Al mismo tiempo, la agroindustria rural se ha consolidado como una estrategia de


desarrollo dada su importancia en la generación de empleo, aumento de los ingresos
de la familia, reducción de la vulnerabilidad económica de los agricultores, minimi-
zación del éxodo rural, preservación de la culturas y tradiciones locales, fomento a las
cooperativas y asociaciones, fortalecimiento del mercado de proximidad y producción
agroindustrial en bases más sostenibles (Wesz et al., 2009). Además, Maluf (2004)
señala que la transformación de la producción realizada por los propios agricultores
tiene un papel singular en el enfrentamiento con los mercados oligopólicos y en la
reducción de los precios en el sistema alimentario actual.

3.3 Las dificultades y los desafíos de la agroindustria rural

A pesar de las ventajas de la agroindustria rural, muchas dificultades afectan a estas


empresas. Uno de los principales problemas es la alta informalidad, la cual varía se-
gún la región y los estudios, pero puede apuntar a llegar a un promedio de dos tercios
de las unidades (Azevedo et al., 2000; Prezotto, 2005; Pelegrini y Gazolla, 2008).
Gran parte de este resultado se debe a las características de las legislaciones, que
fueron formuladas para las grandes industrias y no se corresponden con la lógica de
la pequeña producción (Prezotto, 1997). Un ejemplo de esto ocurre en la inspección
sanitaria: una agroindustria rural que sacrifica 20 aves por día tiene las mismas reglas
que una empresa grande que procesa 2 000. Además, hay tres niveles en las leyes:
municipal, estatal y federal. Si una agroindustria sólo está formalizada en el ámbito
municipal, no puede vender en el pueblo cercano porque hay otra norma (del mismo
modo ocurre cuando están separados por solamente 10 km).

Además de la inspección sanitaria, las agroindustrias rurales deben observar las


legislaciones ambiental, fiscal, tributaria, laboral, cooperativa y de seguridad social
(Prezotto, 2005). Por lo tanto, las actividades que agregan valor están regidas por un
marco regulatorio de gran complejidad, que tiene una serie de aristas dentro del mismo
establecimiento. Por ello, la creación de una agroindustria hace que los agricultores
entren a un nuevo nivel de obligaciones, responsabilidades y compromisos (Wesz,
2009). Así, muchos prefieren seguir como productores informales, ya que el costo es
alto para las unidades que producen en pequeña escala y de forma artesanal.

Igualmente, la inversión de capital en la pequeña agroindustria es difícil dado que


el acceso al crédito es limitado y está restringido casi exclusivamente a las actividades
agrícolas, es decir, a la producción de materia prima. Además, al formalizar la empresa
o negocio amplía los costos de producción, y hay que aumentar el precio de venta y

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ESCENARIOS LATINOAMERICANOS

esto puede causar la pérdida de consumidores, dificultando el retorno de la inversión.


Debido que la mayoría de los mercados de las agroindustrias rurales están basados en
la proximidad y por las relaciones sociales, la búsqueda de la expansión de mercado
hacia los canales más lejanos se convierte en un reto importante (Wilkinson, 2008).

Otro obstáculo se refiere a la gestión de la agroindustria. Como muchos agricultores


siempre destinan sus productos al consumo familiar, cuando pasan a venderlo tienen
dificultades con la estandarización de la calidad, establecer precios, negociar con los
consumidores, mejorar la presentación, calcular los costos de producción y de renta-
bilidad, etcétera. Por otra parte, la falta de asistencia técnica elaborada y enfocada a
este segmento acaba perpetuando estos problemas.

Dada la gran presencia de la pequeña agroindustria en el medio rural brasileño, su


importancia en las estrategias de desarrollo rural y las dificultades que entraña esta
actividad, se elaboró e​​ l Programa de Integración, Agroindustrialización y Comerciali-
zación de la Agricultura Familiar (Pronaf-Agronegocios), que constituyó, en 1998, la
primera política nacional para ésta al respecto. Sin embargo, nunca fue implementado
por el fracaso ocurrido durante su elaboración (Mior, 2005). En 2003, con el inicio
del gobierno de Lula y el aumento de la presión de los movimientos sociales, ONG
y organizaciones de la agricultura familiar tendientes a crear una política pública
para la agroindustria rural, se institucionalizó el Programa de Agroindustrialización
de la Agricultura Familiar (PAAF), que desde entonces ha sido el único instrumento
nacional específicamente dirigido al apoyo de estas actividades.

4. El Programa de Agroindustrialización de la Agricultura Familiar

El Programa de Agroindustrialización de la Agricultura Familiar “fue diseñado a partir


de un amplio debate con grupos sociales que representan a los agricultores familiares y
colaboradores del sector público y privado” (Brasil, 2004: 4). La participación masiva
de varias entidades expresa una característica importante de esta política, pues fue
establecida una discusión con diversos actores que, de alguna manera u otra, tuvieron
un papel en la definición, elaboración o funcionamiento del Programa a través del
auxilio técnico, la oferta de las estructuras físicas y la divulgación.

El objetivo del Programa se ajusta a: apoyar la industrialización de la producción


de los pequeños agricultores y su comercialización con el fin de agregar valor, generar

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Agroindustria rural en Brasil

oportunidades de ingresos y empleo en las zonas rurales, con la consecuente mejora en


las condiciones de vida de las poblaciones beneficiadas del programa (Brasil, 2004: 14).

El público beneficiario del Programa se define como los “agricultores familiares,


pescadores, extractores, silvicultores, acuicultores, propietarios, ocupante, arrenda-
tarios o asentado de la reforma agraria” (Brasil, 2004: 17). Además, se encuadrarían
sólo los agricultores que residen en la propiedad o en los alrededores, que cuentan
con una superficie máxima de tierra de cuatro módulos fiscales2 (seis módulos en el
caso de pecuarias), que tienen predominancia de trabajo familiar, pudiendo mantener
hasta dos empleados permanentes (se supone ayuda eventual de otros trabajadores
cuando la naturaleza estacional de la actividad lo requiere). Además, el Programa
mostró el compromiso de dirigir gran parte de su atención al norte y noreste de Brasil,
que son las regiones con altas concentraciones de pobreza y con un ritmo más lento
de crecimiento económico.

Después de definir los objetivos y el público del Programa, se han establecido cinco
líneas de acción: crédito, legislación, capacitación, tecnología y mercado (Brasil, 2004).
La propuesta procura combatir los principales problemas de la actividad de industria-
lización en las explotaciones familiares, como: falta de recursos financieros para los
productores, informalidad de las agroindustrias, falta de capacitación técnica de los
agricultores, carencia de maquinaria y equipamientos adecuados para el procesamiento
en pequeña escala, y dificultad de vender la producción a mercados más lejanos.

En el crédito rural fueron creadas dos líneas de financiamiento para la agroindus-


tria rural: Inversión y Costeo. En ambas modalidades ocurrió una flexibilización de
la exigencia de garantía, reducción en las tasas de interés y aumento en el volumen
financiado por contrato. En la línea de inversión, que tiene como objetivo comprar
máquinas y construir infraestructura, los resultados fueron importantes. Entre 2003 y
2006 fueron financiados 7 485 agroindustrias y se atendió a más de 50 000 familias
(alrededor de 7.5 familias por proyecto), con un promedio de R$ 32 000.00 por con-
trato ($ 18 000.00). La modalidad de costeo, que se convierte en capital de rotación,
no logró resultados importantes, debido, principalmente, a la falta de interés de los
bancos en hacer la divulgación e implementación, pues ellos tenían su propia línea y
no quisieron ejecutar la del gobierno.

2
El módulo fiscal corresponde a la superficie mínima requerida para que una propiedad rural sea económicamente viable.
Dependiendo del municipio, un módulo fiscal varía de 5 a 110 hectáreas. En las áreas metropolitanas, como regla general, la
medida del módulo tiende a ser mucho menor que en regiones alejadas de los grandes centros consumidores (Santilli, 2011).
Así, cuatro módulos fiscales pueden variar entre 20 y 440 hectáreas.

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ESCENARIOS LATINOAMERICANOS

En el ámbito de la legislación, el Programa trató de adaptar las leyes a las carac-


terísticas de la agricultura familiar, haciéndose más accesible a los productores. En
relación a las regulaciones de sanidad, se creó el Sistema Único de Atención a la Sa-
nidad Agropecuaria (Suasa), haciendo que una sola norma sea válida en todo el país.
En el campo ambiental se institucionalizó una nueva resolución, que ha simplificado
en gran medida el proceso de licenciamiento para las pequeñas agroindustrias (de
hasta 250 m²) que demuestran un bajo impacto ambiental y la reducida producción
de residuos y efluentes. La legislación de seguridad y pensiones también avanzó con
la creación de una ley que hace que los dueños de una agroindustria formal puedan
recibir la jubilación como agricultores. A pesar del progreso sustancial en la crea-
ción de nuevas leyes, existe una gran dificultad para ejecutarlas, sobre todo por la
indiferencia o falta de recursos (humanos y financieros) de los estados y municipios,
además de los conflictos políticos entre las diferentes escalas administrativas. En la
legislación fiscal, tributaria, laboral y cooperativista no hubo cambios significativos.

En la capacitación, el Programa ha dado prioridad a la realización de los cursos


de buenas prácticas de fabricación, desarrollo de proyectos, gestión y procesamiento
de productos específicos. Al mismo tiempo, se desarrollaron los manuales técnicos
y documentos de orientación que sirvieron como material didáctico en los cursos.
El Programa no capacitó a los agricultores directamente, sino a los técnicos de los
gobiernos estatales y de los municipios, y ellos a su vez se comprometieron a regresar
a sus regiones y transmitir este conocimiento adquirido, junto con el material.

La cuarta línea de acción del programa tuvo como estrategia central la adaptación
de tecnologías, procesos, máquinas y equipamientos en las escalas de producción de
la agricultura familiar, así como la construcción de los perfiles agroindustriales para
distintas cadenas productivas.3 A pesar de que fueron creados más de 30 perfiles para
diferentes actividades, no hay avances significativos en la adaptación de tecnologías
a las escalas mínimas de producción debido al monopolio de las grandes empresas
de este segmento.

En la línea de comercialización y mercado, la estrategia principal es la promo-


ción y difusión de productos de agroindustrias rurales a través de ferias. Aunque ha
habido incentivos para las ferias internacionales (en especial las relacionadas con los
productos orgánicos, fair-trade y slow food) y locales, la acción principal de la quinta

3
Los perfiles son ejemplos del funcionamiento de la agroindustria rural (cultivo de materias primas, la ejecución del pro-
yecto, procesos de industrialización, acceso al mercado, etc.) y sirven como un modelo de representación de la actividad.

18 textual
Agroindustria rural en Brasil

línea es la Feria Nacional de la Agricultura Familiar y Reforma Agraria, que es anual


y tiene por objeto la promoción, difusión y comercialización de productos agrícolas
de los agricultores familiares de todo Brasil. Incluso sin los datos más recientes, se
sabe que desde 2004 hasta 2007 participaron en la Feria más de mil agroindustrias.

En resumen, se puede decir que el Programa de Agroindustrialización de la Agri-


cultura Familiar ha logrado importantes resultados, aunque algunas líneas han obtenido
un mayor rendimiento que otras. Por lo tanto, fue esencial la capacidad de los gestores
en comprender y superar los problemas a lo largo de las fases de la política. Asimismo,
fue importante la presencia de varios actores, tanto los estatales como no estatales,
que han participado desde las primeras etapas del Programa hasta su implementación.

A pesar de resultados promisorios, se pueden destacar dos debilidades principa-


les del Programa: concentración en el sur de Brasil, mientras que el norte y noreste
no han tenido grandes contribuciones, y el apoyo excesivo a las agroindustrias más
“consolidadas”. En relación al primer punto, se puede decir que la agrupación de
los resultados en el Brasil meridional se debió a la presencia de los actores de esta
región en la construcción de la política, especialmente los movimientos sociales y
organizaciones de la agricultura familiar, lo que significa que las líneas de acción
fueron moldeadas por sus intereses y se quedaron más cerca de la realidad del sur.

Por lo tanto, para aumentar la participación de las agroindustrias rurales en el norte


y noreste de Brasil es necesario tener en cuenta en la estructura del Programa las parti-
cularidades de esta región, tales como: las dificultades estructurales de los agricultores
(falta de agua, lejanía de la ciudad, carencia de transporte, etc.); el reducido peso del
mercado local para los productos de la agroindustria (ya que la población rural es la
mayoría); la falta de políticas estatales que construyan una institucionalidad previa; la
asistencia técnica no preparada para trabajar con la industrialización de la producción;
la resistencia de los bancos para ofrecer financiamiento para diferentes actividades; la
baja movilización de los movimientos en torno de las agroindustrias, etcétera.

Además, el Programa benefició principalmente a las agroindustrias rurales más


“consolidadas”, es decir, aquellas que representan la mayor proporción de la renta
de la propiedad, que están legalizadas o en proceso de legalización, que ofrecen una
producción alta y regular, que tienen una buena infraestructura y poseen acceso a
mercados extra-regionales, a pesar de mantener a los consumidores locales. Sin em-
bargo, este resultado no es sólo resultado del diseño del Programa, sino también de
la condicionalidad de la actividad y de la configuración de la política a nivel local.

análisis del medio rural latinoamericano 19


ESCENARIOS LATINOAMERICANOS

El primer caso (condicionalidad de la actividad) se refiere al hecho de que algunos


agricultores que tienen una micro-agroindustria prefieren no incorporarse al Programa
para no tener que legalizar su actividad, ya que esto aumenta los costos, torna nece-
sario acceder al crédito y ampliar la producción y el número de consumidores. Por
lo tanto, el riesgo de supervivencia de la empresa aumenta considerablemente, pues
pasan a exigir a los agricultores algunas habilidades que éstos no están dispuestos a
desarrollar en el corto plazo.

La configuración de la política a nivel local también afecta el perfil de las


agroindustrias beneficiadas. El apoyo a las empresas rurales más “consolidadas”
ocurrió en las regiones donde: i) hay bancos que no reconocen las especificidades
de la agricultura familiar; ii) existe una baja actividad de los movimientos sociales
y sindicales en apoyo de los agricultores y la actividad de la industrialización; iii)
la asistencia técnica no se ve comprometida con ocupaciones diferenciadas; iv) el
gobierno municipal no incentiva la creación y promoción de las agroindustrias en
las zonas rurales; v) no existen cooperativas de producción y comercialización. En
este contexto, las agroindustrias pequeñas, informales y con poca infraestructura
quedaban al margen del Programa.

5. Consideraciones finales

El tema de la industrialización de la producción ha avanzado mucho en los últimos años


en Brasil, dejando de ser una actividad poco conocida, restringida al autoconsumo y a
los mercados locales, para constituirse en una estrategia de desarrollo y reproducción
de la agricultura familiar. Actualmente se ha incrementado sustancialmente el número
de proyectos en desarrollo en paralelo a la creciente demanda de productos ofrecidos
por los pequeños productores, con procesos de producción artesanales y ligados al
tema de la conservación de la naturaleza.

Además, el gobierno (a través del PAAF), en combinación con otros agentes del
mundo rural (movimientos sociales, ONG y otras organizaciones de pequeños produc-
tores), han enfrentado varios problemas presentes en las agroindustrias. Sin embargo,
los resultados tienen que desplazarse a otras regiones del país y llegar a un mayor
número de agricultores, fortaleciendo esta actividad de manera más generalizada. Lo
más importante es que los avances sigan ocurriendo y que mantengan la perspectiva
de mediano y largo plazo.

20 textual
Agroindustria rural en Brasil

No hay duda de que la experiencia brasileña en las políticas públicas para la


agroindustria rural tiene contribuciones sustanciales en el tema. No obstante, es ex-
tremadamente importante ampliar el debate al nivel de América Latina, fomentando
espacios de intercambio y aprendizaje entre las diferentes realidades y situaciones.

6. Referencias citadas

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