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Convicción, compromiso y carácter

“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena


obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”
Filipenses 1:6

INTRODUCCIÓN: La convicción y el compromiso van de la mano. Se dice


que el hombre que no tiene en que creer, es un hombre que no tiene en
que vivir.

La convicción que tengamos en algo nos llevará a comprometernos en


eso. Nadie se compromete a nada, si primero no se está convencido en
lo que se hace. El compromiso producirá carácter en nosotros para
permanecer y realizar nuestras convicciones. El apóstol Pablo habló de
este tipo de convicción en la porción de Filipenses 1:6

DESARROLLO
1) Si tengo una convicción, tendré un compromiso: “estando persuadido
de esto…”. Compromiso es tener una responsabilidad u obligación. Se
conoce de lo que estoy convencido por el compromiso que adquiero.
Por ejemplo, la convicción del amor a una mujer lleva a un compromiso
matrimonial; de igual forma, la confianza en mí salvación conlleva el
compromiso de vivir como Dios pide. También sucede así con el servicio
a Dios: si estoy persuadido de la vocación me comprometeré a servirlo.

2) Compromiso es una obligación contraída voluntariamente: El amor es


un compromiso. La vida sin compromiso no llega a nada. Hay que pasar
los inviernos para llegar a las primaveras de la vida. Cuando adquiero un
compromiso adquiero constancia en lo que hago. Tener rutinas no es
malo en sí mismo. Dios mismo estableció rutinas como la que hay cada
día cuando sale el sol por el mismo lugar; nuestro corazón y nuestros
pulmones trabajan con la misma rutina todos los días y el día que la
rompan sufriremos gravemente. Igual es en los grupos. Debemos adquirir
obligaciones que nos llevan a ser constantes y perseverantes en algo,
hasta terminar la obra a la que el Señor nos llamó.

3) La perseverancia y la persistencia son el resultado del compromiso en


algo: Léase Filipenses 3:12 donde se nos dice: “No que lo haya alcanzado
ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello
para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”. Pablo no era ya quien
debía ser, no era perfecto, pero seguía adelante. Para crecer hay que
hacer. El premio se encuentra en la meta, al terminar, no en el inicio. No
se llega a la meta sin compromiso; y para tener compromiso se requiere
antes una convicción.

APLICACIÓN: Tener convicción, compromiso y carácter es comenzar


algo, continuarlo y concluirlo. Uno no puede continuar y mucho menos
terminar sino tenemos clara la meta. No debemos tenerle miedo a las
metas, preocupémonos cuando nos las hallemos. Dios es un Dios de
metas. El hecho de no llegar a algo no quiere decir que no debamos
continuar.

La próxima semana continuaremos con la segunda parte de este estudio


que tiene que ver con el carácter; pero antes de concluir: ¿Te has
propuesto metas en tu vida cristiana para este año? ¿Estás dispuesto
verdaderamente a tener la convicción y el compromiso para
alcanzarlas?

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