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Con frecuencia ocurren muertes provocadas por lesiones traumáticas, estas ocupan el cuarto
lugar y son los vehículos automovilísticos los que han contribuido al crecimiento del número de
muertos provocados por causa accidental. El perfil de la población en riesgo está constituido
por víctimas jóvenes que están en plena actividad laboral o del ocio, fiel reflejo de la
hiperactividad propia de esa edad. Otra de las causas son la informalidad del tránsito en
nuestras calles, al punto que ya no nos sorprende que ocurra un accidente múltiple.
Para esta práctica fue necesario conocer las siguientes definiciones:
Trauma: Un traumatismo es una situación con daño físico al cuerpo. En medicina, sin
embargo, se identifica por lo general como paciente traumático a alguien que ha sufrido
heridas serias que ponen en riesgo su vida y que pueden resultar en complicaciones
secundarias tales como shock, falla respiratoria y muerte.
Politraumatizado: Paciente que sufre lesiones provocadas por intercambio brusco e imprevisto
de alta cantidad de energía,, que afecta a más de un sistema del organismo y que al menos
una de ellas tiene riesgo vital o de secuelas graves.
Objetivos:
Materiales:
Durante la práctica es necesario tener un equipo y material, lo que nos permitirá movilizar al
herido:
• Collarines cervicales.
• Inmovilización cervical. “Dama de Elche”.
• Dispositivo de liberación e inmovilización.
• Férulas inflables de miembros superiores e inferiores (pantalones de aire).
• Férulas de vacío de miembros inferiores y superiores.
• Colchón de vacío.
• Camilla desmontable tipo “cuchara”.
• Correas de inmovilización.
• Férulas inflables
• Férulas de tracción.
Durante la Práctica:
• Protegerle de un nuevo incidente, por su localización (por ejem. En una carretera) o por las
características del accidente en sí (peligro de incendio)
• La realización de una reanimación cardiopulmonar (RCP) ante un paro cardiorrespiratorio
(PCR).
Antes de realizar una movilización en un politraumatizado hay que identificar y tratar posibles
lesiones que pongan en riesgo la vida del niño; obstrucción de la vía aérea, neumotórax a
tensión, shock hipovolémico, etc.
La permeabilidad de la vía aérea es un paso muy importante en la atención prehospitalaria
descrita.La detección de signos como hipoxemia e hipercapmia nos llevaran a la necesidad de
conseguir una vía aérea permeable, pero siempre acompañado del control de la columna
cervical.
Los collarines cervicales ideales son los de apoyo mentoniano tipo “Philadelphia”; existe un
modelo con orificio cervical anterior para poder palpar el pulso carotídeo.
Procedimiento:
• Tracción cervical. El primer reanimador colocando las palmas de sus manos sobre el
cráneo del niño (las manos sobre las orejas, con los dedos índice y medio bajo la mandíbula)
traccionará suavemente de forma longitudinal.
• Colocación del collarín. El segundo reanimador, desde uno de los lados del niño,
deslizará la lengüeta más larga del collarín por debajo del cuello del niño; después ajustará la
parte delantera (mentón del niño); comprobará que el collarín se ha quedado bien fijado, no
permitiendo movimientos de flexión, extensión o rotación. Finalmente se cerrará el collarín con
la otra lengüeta.
Extremidades
La inmovilización con férulas con la tracción de la fractura es el tratamiento básico en las
fracturas de las extremidades.
Con la inmovilización pretendemos realinear el miembro fracturado para disminuir la
hemorragia, el dolor y evitar lesiones en los tejidos blandos adyacentes al foco de fractura.
Es importante realizar un control de los pulsos en las extremidades fracturadas antes y
después de alinear la fractura y colocar la férula de inmovilización. Si en cualquier maniobra
dejáramos de notar el pulso volveríamos a realizar la tracción antes de colocar la férula.
A ser posible, se debe inmovilizar una articulación proximal y otra distal a la lesión.
Espalda
Se inmoviliza en un medio lo más rígido posible como una camilla de cuchara o una tabla
rígida espinal.
Cuando la gravedad de las lesiones lo permita, siempre deberemos inmovilizar antes de
movilizar a ese paciente; tratándolo como si fuera un bloque compacto; inmovilizando todas
sus extremidades y siempre respetando el eje que forma la cabeza, el cuello y el tronco.
En general:
• Control de la vía aérea (ésta siempre debe estar permeable en todo momento).
• Control de fracturas cerradas. Inmovilización mediante férulas.
• Control de fracturas abiertas que puedan provocar laceraciones musculares
vasculares y nerviosas.
• La movilización en bloque se debe realizar, como mínimo, con tres rescatadores;
siendo el más experimentado es que mande las acciones colocándose a la cabeza del paciente
para comprobar la simultaneidad de las maniobras de los demás rescatadores y encargarse de
la columna cervical.