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MIU ene cai ae | FUNDAMENTOS DE LINGUISTICA . ' para maestros y estudiantes del magisteyio © “ley fonética” de la terminologia lingitistica y conformarne con In expresién “cambios fonéticos”, que no puede dar lugar a equivo toes Con todas las limitaciones imaginables, el criterio de ley sin excep- cién tuvo el valor de renovar el viejo criterio segin el cual ‘la excepcisn confirma la regia”, como si la presencia de rengos confirmara que el hombre es bipedo erecto. 1.2.2. Ferdinand de Saussure. 1.2.2.1. La lengua: objeto de la lingtitstica. 4Y de qué se ocupa la lingiiistica? ;Cual es su objeto de estudio? Hasta Saussure la hemos visto al servicio de otras disciplinas sin que ella misma pudiera constituirse en una ciencia independiente; para que esto ocurra es fundamental que una disciplina logre delimitar su objeto de estudio y de acuerdo con la naturaleza de su objeto, su método. Sera prudente aclarar un poco esto de “delimitar su objeto de estudio”; no significa que se deba producir la aparicién de un objeto nuevo en la rea- lidad ni que el objeto estudiado por una ciencia no deba ser estudiado por otras. Asi plantas, animales y medio ambiente existen desde mucho antes de la aparicién del hombre, pero cuando une disciplina hace de la relacidn entre ellos su objeto dé estudio, aparece la ecologia como cien- cia independiente; a sv vez, el objeto de la ecologia es estudiado por otras ramas del saber: la botdnica, la zoologia, la geografia econémica, la geografia fisica, pero lo que hace de la ecologia una disciplina inde. pendiente es: la delimitacién de un objeto propio (la relacién de los se- res vivos con su medio) y el punto de vista del estudio (la relacién con el medio, en lugar de centrarse en sus funciones fisiolégicas 0 caracteristi- cas anatémicas, por ejemplo); consecuentemente, adoptard un método de estudio acorde con su objeto, en este caso un método semejante al de las ciencias naturales, en lugar del técnico, del de las ciencias exactas 0 disciplinas humanisticas. Es decir, entonces que “lejos de preceder el objeto al punto de vis- ta, se dirfa que es el punto de vista el que crea el objeto’ (Saussure, F de, Curso de lingutstica general; Losada, Buenos Aires, 1945, p. 51. El su- brayado es nuestro, En adelante, todas las citas de Saussure correspon- den a esta referencia bibliografica). “Id. p. 33 43 ZY cudl es el objeto de la lingiiistica? Pues bien: la lengua. A ests respuesta cabe una nueva pregunta: jy qué es la lengua” Lo primero que tenemos que hacer es diferenciar la lengua del lenguaje: “Para no- sotros, la lengua no se confunde con el lenguaje: la lengua no es mas que tina determinada parte del lenguaje, aunque esencial. (. . .) Tomado en su conjunto, el denguaje es multiforme y heterdclito; a caballo de dife- fentes dominios, a la vez, fisico, fisiolégico y psfquico, pertenece ade- jnas al dominio individual y al dominio social” (p. 51). En efecto, el es- {adio de los tipos de ondas sonoras que se producen en la emision de los sonidos pertenece al dominio fisico del Ienguaje; qué organos participan y como, pertenece al campo fisiolégico; las relaciones entre el concepte Ye un signo lingitfatico y la cova designada por el signo o el papel que el Ienguaje tiene en la formacién del pensamiento pertenecen en buens qmevida al campo psiquico; 4 su vez ias caracteristicas de una expresion personal, hablar répido por ejemplo, pertenecen al dominio individual, pero en cambio pertenece a un campo social cormin el hecho de que nin- jun hablante de espafiol pueda decir “hombre el” pues es una regla de Suestra lengua que el articulo debe preceder al nombre. Por abarcar as- pectos tan heterogéneos no podia tomarse el lenguaje como objeto de es- tudio, {os siguientes pérrafos nos van a ir aproximando al concepto de lengua, segin Saussure. ‘La lengua “no es una funcién del sujeto hablante; es el producto que él individuo registra pasivamente” (p. 57). <<... es el conjunto de héhitos lingiiisticos que permiten a un sujeto comprender y hacerse comprender (. . .) Pero esta definicién deja a la lengua fuera de su realidad social, y hace de ella utia cosa irreal, ya que no abarca mas que uno de los aspectos de la realidad, el aspecto individual; hace falta una masa parlante pare que haya una fengua. Contra toda apariencia, en momento alguno existe la iengua fuera del hecho social, porque es un fenémeno semiolégico.”” pertenece al domi ee ee gga “La lengua existe en la colectividad en la forma de una suma de acuiiaciones depositadas en cada cerebro, més 0 menos como un diccionario cuyos ejemplares, idénticos, fueran repartidos entre los individuos. Es, pues, algo que ext en cada uno de ellos, aunque co- miin a todos y situado fuera de la voluntad de los depositarios. Este modo de existencia de la lengua puede quedar representado por la formula: L+1+1+1...=I (modelo colectivo)" (p. 65) “Es un tesoro depositado por la préctica del habla en los sujetos que pertenecen a una misma comunidad, un sistema gramatical virtualmente existente en cada cerebro 0, més exactamente, en los cerebros de un conjunto de individuos, pues la lengua no esté com- pleta en ninguno, no existe perfectamente mds que en la masa” (p. 57) 2a. caracteristica: la lengua es PSIQUICA, MENTAL; esté en el cerebro de cada uno de los hablantes. “Es un sistema de signos. . .” (P. 58) “Es un sistema en el que todas las partes pueden y deben consi- derarse en su golidaridad sincrénica” (p. 157) (inmediatamente le aclararemos qué es eso de “sincrénica”}. 3a. caracteristica, y definitoria: la lengua es una ESTRUCTURA Al llegar a esta tercera y definitoria caracteristica comprendemos por qué Saussure es el fundador de la lingiiistica moderna y por qué to- das las orientaciones que existen en Ja actualidad, que son varias, han recibido en mayor o menor grado la influencia del pensamiento del gran maestro ginebrino, De paso usted ya esta en condiciones de entender lo siguiente: no existe una gramatica estracturalista, sino que hay un modo estructural de ver la lengua como un conjunto de relaciones interdependientes; en este enfoque si es legitimo diferenciar la gramdtica anterior a Saussure (a la cual, para darle algén nombre Iamaremos “tradicional”) y lé gra- matica posterior (“moderna”’ o “estructural”); en cambio, no es cierto que sdlo una gramética determinada merezca el adjetivo de “estructu- ral’, sino que éste se emplea en sentido amplio para diferenciar un grupo de otro; por lo tante,en gramatica como en otras disciplinas no existe un estructuralismo sino una pluralidad de estructuralismos. Usted tendré oportunidad de ver someramente algunos de ellos. 1.2.2.2. Lengua y habla. Sin embargo, la realidad del lenguaje, es més compleja: el lenguaje no es sélo social sino que también tiene un lado individual: el modo como los hablantes usan la lengua en los actos cotidianos de comunica- cin, A este lado individual del lenguaje, Saussure lo denomina habla y lo contrapone al concepto de lengua (ya veremos como en Saussure los conceptos se explican no sélo en forma unilateral, caracterizdndolos, sino de modo opositivo, esto es, contraponiéndose entre si. El concepto de lengua viene a explicarse de manera més completa en contraposicin con el de habla). “B] habla es, por lo contrario, un acto individual de voluntad e in- teligencia en el cual conviene distinguir: 1° las combinaciones por las que el sujeto hablante utiliza el eédigo de la lengua con miras a expresar su pensamiento personal; 2° el mecanismo psicofisico que le permite ex- teriorizar esas combinaciones” (p. 57). Por el primero de estos rasgos (acto individual) el habla se contrapone al primero de los rasgos de la lengua ya enunciado (social); por el segundo (cardcter psicofisico) a la segunda caracteristica de la lengua (s6lo psiquica). \ “Bl habla es la suma de todo lo que Jas gentes dicen, y comprende: a. combinaciones individuales, dependientes de la voluntad de los ha- blantes; 6. actos de fonacién igualmente voluntarios necesarios para ejecutar tales combinaciones¥ (p. 65). ‘Al comprender todas las combinaciones que un hablante puede ha- cer de la lengua, segiin su necesidad de momento, el habla se contrapo- ne al cardcter sistematico de 1a lengua, pues en principio pateciera no haber nada més asistemético que la suma de los usos individuales. Para resumir, complete usted este simple gréfico, poniendo a un lado y a otro los rasgos definitorios de la lengua y del habla, segin su modo de contraponerse: Lengua Habla be 2 3 Por supuesto que para Saussure la lingiiistica debe ocuparse de es- tudiar la lengua (langue) que es lo esencial, y no el habla (parole), “que es accesorio y mds 0 menos accidental” (p. 87). 46 12.2.3. Valor. Decir que la lengua es un sistema implica afirmar que cada signo lingitistico encuentra su razén de ser en su relacién con el todo, es decir, con el sistema mismo. Esta idea nos remite a la nocién de valor)Es célebre el ejemplo del va- lor monetario. El valor de un billete de $ 10.000 esté determinado por una serie de relaciones: a. el valor adquisitivo: qué puedo adquirir con ese billete; b. el valor dentro del sistema: equivale a 10 billetes de $ 1.000, 2de $ 5.000 etc. c. el valor dentro del sistema monetario internacional: 1 délar por ejemplo; : 4. el valor adquisitivo dependiente del valor monetario internacio- nal: no es lo miamo el poder de compra de $ 10.000 en Buenos Aires que en Mendoza o Londres. Es decir, que el sistema de relaciones determina el valor de un bi- lete y que dicho valor no es intrinseco al billete mismo. Tal es el con- cepto del valor del signo lingiiistico en Saussure:.la relacién y la oposi- cidn relativa de un signo con los otros determina su valor dentro del sis- tema de la lengua! - “La lengua es un sistema en donde todos los términos son solidarios y donde el valor de cada uno no resulta mas que de la presencia simulté- nea de los otros" (p. 195). Esto nos remite a unajprimera consecuencia: los valores son arbi: trarios, pues dependen del sistema a que pertenecen (arbitrario no quie. te decir “‘caprichoso”, sino “no determinado por s{ mismo”). La segunda inferencia es que los valores, son diferenciales: el valor del signo se determina por oposicién a los otros del sistema: “su més exacta caracteristica es ia de ser lo que los otros no son” (p. 199). Permi- tasenos ilustrar esta idea de relacién con un refrén gauchesco: “Si no existiera el “no’ el “si” estaria de mds”, ea decir, “si” tiene un significa- do que no emana de él mismo sino porque se opone @ un “no”; si damoa dos opciones: “‘si” y “no”, el campo significativo del “si” es diferente dei valor que adquiere en un sistema donde se den tres posibilidades: “si”, “no’, “quizé”; a una pregunta: “;Nos vemos en el café a la no- che?”, una respuesta como: “quizé” le ha robado un poco el campo sig- nificativo al “sf” y al “no”, pues implica por lo menos un campo de po- sibilidad de cada uno de ellos; tal vez resulte mds claro el grafico: AT --P: {Vendras al cine esta noche? minos (si-no) subsistema de tres | términos: (si-no-quiza) Algo semejante ocurre en légica proposicional: en un subsistema bivalente, una premisa puede tener dos valores: verdadero 0 falso; en un subsistema trivalente tres: verdadero, faiso, ni verdadero ni falso. ‘Tal vez algunos ejemplos aclaren un poco més la nocién de valor. En espafiol tenemos un sistema de cinco vocules: i-e-a-o-u (ya vera més adelante por qué este orden en lugar del clésico a-e-i-o-u); el valor de cada una de las vocales se determina porque si oponemos una a otra hay por lo menos un ejemplo en que se produce un cambio de significa- cidn: carta / corta; uso / 080; mesa / misa. Es decir que si a una vocal, por ejemplo a uma i, la pronunciamos mas abierta o mas cerrada, en espaiiol no se produce un cambio de sig- nificacién; la palabra ain presenta una i abierta en “sin salida” pero no en “con o sin”, hecho no pereibido por el hablante pues no determina un cambio de significacién; en inglés sin embargo un cambio de apertura de la vocal puede alterar e} significado de la palabre: sin sin] pronun- ciada con una “i” abierta significa “pecado” y scene [si:n} articulada con una “i” media alargada significa “escena”. Otro tanto pasa con la signifieacién de algunos pronombres: en es- patiol tenemos tres demostrativos (son demostratives los que indican distancia con respecto al hablante): este, ese, aquel, pero el inglés tiene dos: this-that, lo mismo que el francés: celui-ci, celui-la y el italiano; questo-quello. Es decir, que los valores se reparten aproximadamente asi: ese aquel this that espanol este inglés francés | —eeluiect | eelurta_——_] ‘En el cuadro se observa que el campo significativo de los demostrativos that, celui-lé y quello son més amplios que en espafiol y por eso mismo mas inespe- cificos. an También las marcas de accidentes gramaticales cobran valor por su oposicion a otras marcas; veamos una comparacién: ‘Tomemos la formacién del niimero: en el primer caso y en el segun- do, cuando el sustantivo es plural lleva la marca -s/-es que lo caracteri- za como tal, pero en singular no hay ninguna marca que indique que es singular, sino que sabemos que se trata de singular precisamente porque carece de dicha marca; esto quiere decir que no siempre un signo se opone a otro signo, sino que a veces la oposicién esta dada por la presencia de un signo en un caso y la ausencia de dicho signo en el otro. Esto es lo que se llama signo cero: “Se ve, pues, que no es necesario un signo material para expresar una idea: la lengua puede contentarse con la oposicidn de cierta cosa con nada” (. 156). Esta idea del elemento cero ya habia apa- recido en la antigua gramatica india de Pénini (h. 350 a J.C). El signo cero se representa: {1.2.2.4 El signo lingiitstica: significante y significado Hemos hablado del valor del signo lingiifstico pero hasta ahora no nos hemos detenido a analizar qué es un signo lingiiistico. Empecemos por preguntarnos qué es un signo: En sentido amplio todos los elementos precedentes son Signos, por- que son objetos que sirven para designar a otras objetos materiales o de 49 pensamiento. Gracias a esta funcién de sustitucion que cumplen los sig- nos es posible la comunicacién, pues en todo acto comunicativo no nos manejamos con las cosas sino con los signos que designan a esas cosas. De los signos de nuestro ejemplo sélo dos son lingii{sticos: “mesa”’ y “"". El primero es una palabra y el segundo indica un determinado tipo de pausa y de entonacién. La primera impresin que se tiene cuan- do se esta ante un signo lingijistico como “mesa” es que “mesa;’ es una palabra que designa a un objeto, algo asi como un rétulo adherido al ob- jeto: Precisamente esto no es un signo lingilistico. Supongamos dos suje- tos, Juan y Pedro, y que uno, Juan, dice “mesa” al otro. Para que Juan pueda emitir la sucesién de sonidos /m-e-s-a/ ha tenido que desarroilar un proceso psiquico, por el cual ha relacionado la idea o concepto del objeto mesa con una determinada imagen aciistica: la sucesién de sonidos/m-e-s-a/. Del mismo modo, cuando Pedro decodifica el mensaje de Juan también desarrolla un proceso psiquico: relaciona la imagen actstica percibida con el concepto de mesa y sélo cuando ha realizado esta vineylacién intrapsiquica relaciona la palabra con el objeto mesa Concepto de mesa" i objeto up ? designado palabra imagen acistica /m-e-s-a/ “Lo que el signo lingiiistico une no es una cosa y un nombre sino un concepto y una imagen aciistica”’(p. 129). Si ahora reemplazamos “pa- labra” por signe lingiiistico, “concepto” por significado e “imagen actis- tica”’ por significante diremoa que un signo lingiiistico es la relacidn de un significante con un significado. significante signo. ——> lingiiistico | > objeto referencial significado: * BI signo lingilistico posee dos caracteres o principios fundamenta- jes: 1” El significante es lineal; en efecto, /m-e-s-a/ es una sucesién de sonidos; este rasgo diferencia al signo lingtiistico de otros, como por ejemplo las sefiales de trénsito, en que los significantes son visuales y se presentan como una percepcién sibita y no sucesiva. 2° El signo linguistico es arbitrario; “arbitrario” no quiere decir ca- prichoso, sino “inmotivado”, es decir, arbitrario con relacién al signifi- eado, con el eval no guarda en la realidad ningiin lazo natural” (p. 131). Basta comparar los diferentes signos que emplean diversas lenguas para referirse al mismo objeto, para que quede ejemplificado este segundo principio; asi para el castellano “mesa” tenemos el portugués “mesa”, el italiano “tavola”, el francés “table”, el inglés “table”, el alemaén “tisch”, el guarani “yecaruha”, ete. ‘Tal vez usted se sienta tentado de afirmar que existen signos en los que la arbitrariedad no es tal, como las onomatopeyas; si bien éste es un campo discutible nos parece interesante transcribirle la nota del tra- ductor del Curso, Amado Alonso, que figura en p. 132; “Nuestro sentido onomatopéyico reproduce el canto del gallo con quiguiriqui, el de los franceses coquerico (kokrik6), el de los ingleses cock-a-doodle-do”. Este: nota es ejemplo suficiente como para considerar, en principio, que las onomatopeyas también son signos arbitrarios. Casi parece obvia la arbitrariedad del signo; sin embargo, no todos lo han considerado asi siempre. En el didlogo Cratilo de Platén se expo- nen frente a frente dos tesis: la de Hermogenes, que no encuentra ningu- na relacién entre los nombres y los objetos que designan, y la de Cratilo, (discipulo de Herdclito) para quien existe una relacién natural, precisa 51 y adecuada entre el nombre y el objeto, y puesto que los objetos tienen una esencia, el nombre es la imitacién de la esencia mediante silabas y sonidos. No deja de ser interesante entresacar un pérrafo (transcribimos a nuestro alfabeto las letras griegas del original): “... esta letra (la r) es una letra muy a propésito para expresar el movirniento que el autor de los nombres ha creido encontrar en ella * con el objeto de hacerles reproducir la movilidad (. . .): roé (corrien- te), tromes (temblor}, Krouein (chocar), thraptein (romper), rim- ben (hacer dar yueltas) (. . .} La i, a su vez, le ha servido para todo aquello que es ligero y particu- larmente capaz de pasar a través de las cosas. He aqui por qué la ac- cién de ir (éenai) y la de lanzarse (festai) las reproduce mediante la i: como mediante ia ps y Ia s, que entrafian una aspiracién, ha imi- tado todo cuanto tiene este cardeter, por ejemplo psikhron (fri dse6n (hirviente), seiesthai (agitarse) y, en general, la agitacién (sismés) (. . .). Viendo que la lengua se destiza particularmente so- bre la [ha designado mediante nombres hechos con esta semejanza: lo que es liso (/eion), la accién misma de deslizar (olisthanein)”’ ...y asi sigue. Por supuesto, la tesis del didlogo es mucho mas profun- da y sus argumentos no se corrésponden con la superficialidad expuesta aqui, pero nos parecié ejemplificador presentar esta controversia sobre lo arbitrario o no del sino lingitistico. (1.2.2.6, Sineronia y diacronia. La lengua, como todo organismo viviente, cambia con el transcurso del tiempo: nuestro sistema espafiol del siglo XX no es el mismo que el del siglo XVI. Esto nos pone ante una doble perspectiva de estudio: po- demos considerar nuestra lengua en su evolucién a través del tiempo o bien observar cémo se comporta el conjunto de sus elementos y cudles son sus relaciones reciprocas en un determinado’ momento del tiempo. < Bl primer punto de vista se denomina diacrdnico, que quiere decir precisamente “a través del tiempo”, y el segiindo sincrénico. La lengua para Saussure, tal como se lo adelantamos en p. 24, “es un sistema en el que todas las partes pueden y deben considerarse en su solidaridad sinerénica® (p. 58) Un ejemplo nos permitiré acercarnos a ambos puntos de vista: to- memos el sistema de demostrativos dei latin y veamos cémo pasé al cas- tellano: 7 i i demostrativos ' demostrativos de distancia siete : estadio I: latin hic (este) iste (ese) ille, is (aquel) ipse idem i t + (mismo) (mismo) : : se pierde se pierde \ como demos- como demostrativo trativo y y va a dar se conserva el artéicula (el) como formante y el pronombre de 3* de adverbios: (él, ella...) demostrativa este estadio 2: all-é aqui En el estadio 2 se ha producido una ulteracién seria del sistema de demostrativos; en efecto, el demostrativo de distancia tiene por funcién ubicar los objets con respecto al que habla; de modo que si s6lo queda un demostrativo, éste ha perdido su valor de demostrativo pues por lo menos se requieren dos términos para oponer “lo més cercano"/“lo mas lejano”. Entonces, Jo que luego iba a ser el castellano eché mano de un demostrativo de identidad para recomponer el cuadro: dem, de distancia dem. de identidad 1 estadio 2: este ipse idem { 4 + : estadio 3: este ese se pierde como demostrativo En este estadio 3 el hablante de nuestra lengua sintié la necesidad de formar un tercer demostrativo, tal vez para reconstituir el sistema le- ! tino, cosa que no sintié ei francés ni el italiano (como ya ha visto en pag. 48) y entonces tomé un prefijo eecum que agregé al antiguo ille y formé i \ ‘aquel. Del mismo modo, perdié los demostrativos de identidad al pasar ‘ipse”’ a “ese”; entonces con la particula met y el sufijo de superlativo - i issimus formd metipsissimus, que derivé en mismo (nuestro actual de- i mostrativo de identidad). Con lo cual tenemos nuestro sistema de de- i mostrativos: : dem, de distancia dem. de identidad i estadio 3: este ese : 4 + estadio 4: este * ese _aquel mismo ~ 33 (Una pequefia aclaracién: tanto eccum como met ya existian en el latin y eran usados por los hablantes con un sentido préximo: eccum te- nfa valor demostrativo-“he aqué, mira. ve ahi”- y met se posponfa a los pronombres para reforzar su significacién. De modo que usted debe en- tender que el hablante no toma caprichosamente dos palabras y forma una, por ejemplo “eccum-ille”, sino que ante la necesidad de obtener una significacién que ha perdido —como la del “ille” 0 el “is”— apela a sentidos préximos para conformar dicha significacién. Por supuesto que no se trata de que “un” hablante forma nuevos términos deliberada- mente, sino que una comunidad lingiiistica determinada “siente” la ne- cesidad de nuevas formas y las “adopta”) Una segunda consideracién. Estamos de acuerdo en que hay una subclase de adjetivos que son los determinados y, si aceptamos también que el articulo determina, bien podriamos considerar al articulo como una stbclase de los adjetivos determinantes. Sin embargo, si bien todos ellos determinan, cada uno agrega una cosignificacién a la idea general de determinacién, que es precisamente lo que permite diferenciarlos en- tre sf. De modo que nos queda el siguiente sistema de adjetivos determi- nantes: ejemplo cosignificacién subclase de determinacién este, ese. . distancia demostrativo mi(o).. . pertenencia posesivo: dos, segundo... cantidad, orden numeral algun(o). . . seleccién indefinida _indefinido el, la... articulo Ahora cotejemos estos dos enfoques: Bello pérrafo 266: ““Comparemos estas dos expresiones, “‘aquella casa que vimos”, “esta casa que vemos”. Si ponemos la en lugar de aquella y de esta, no haremos otra diferencia en el sentido, que la que proviene de faltar la indicacién accesoria de distancia o de cercanfa, que son propias de los pronombres aquel y este. El la es por consiguiente un demostrative como aquella y esta, pero que demuestra o sefala de un modo mds vago, no expresando mayor o menor distancia”. Balderrama-Sibemhart, Castellano 2° curso, p. 166: “Articulo es el adjetivo pronominal que indica la determinacién en general (definida o indefinida) y sirve de marca al sustantivo”. ‘Ac no se trata de ningtin modo de determinar si una o ambas defi- niciones son “correctas” o no, sino que queremos observar los puntos de “ ‘\ vista de los dos autores. Bello nos viene a decir que el articulo es un de- mostrativo que ha perdido la indicacién de distancia; pues si ha perdido la nocién de distancia que es lo especifico de los demostrativos, surge & las claras que la tinica manera que tiene un hablante de nuestro tiempo de saber que hay en él un rasgo demostrativo es apelando a la historia, como vimos en los cuadros evolutivos precedentes. Conclusién: Bello en esta definicién apela a la historia de la lengua, es decir, la definicién de Bello es diacrénica. : En la definicién de Balderrama se observa el comportamiento que el articulo tiene dentro de la clase mayor de los determinantes, es decir, se define el articulo sin apelar a su historia sino viendo cémo se compor- ta dentro del grupo-de los determinantes. Conelusién: la definicin de Balderrama es sincrénica, tiene en cuenta cémo un elemento (el articu- Jo) se comporta en cierto estadio de la lengua (siglo XX) con respecto a un subsistema (los determinantes) del sistema general (la lengua). Para Saussure, el tinico enfoque legitimo que puede tener la lin- giifstica es el sincrénico. i. Relaciones sintagmaticas y paradigmaticas , En la lengua todo es relacién. En los hechos de habla los elementos se relacionan unos con otros. En expresiones como: “re-plantear”, “el Curso de lingiiistica general. . .”, ‘‘el estudio de la-lingiifstica me esté trastornando” vemos cémo'se combinan los elementos; en un caso para formar una.palabra, en el segundo una frase y en el tercero una oraci6n. “Estas combinaciones que se apoyan en la extensién se pueden llamar sintagmas” (p. 207) y agregamos: las relaciones entre sintagmas son las relaciones sintagmdticas. Obsérvese que tenemos tres tipos de sintag- mas: un sintagma minimo (la palabra: “replantear”), un sintagma mé- ximo (la.oracién: “El estudio de la lingiiistica me esté trastornan- do. . -”) y un sintagma intermedio (la frase: “el Curso de lingifstica ge- neral”). Estas relaciones son “in praesentia” (en presencia). Pero aqui no acaban las relaciones de los elementos: si las relacio- nes sintagmaticas se refieren a un orden, a una sucesién, existen otras que corresponden a las asociaciones que nos despierta un elemento. Un término como “salvacién” nos despierta asociaciones como: cura, salvamento, redencién perdicién, muerte por sinonimia . por antonimia por familia de palabras por terminacién‘vién” etc. , audicién condicién, acne 5B ) Saussure lama asociativas a este tipo de relaciones, que hoy se han difundido con la denominacién de relaciones paradigmaticas. Estas re- laciones son “‘in absentia” (en ausencia):"*. A modo de valoracién: boy la lingiiistica tiende a hacer menos vio- Jentas las dicotomias saussureanas, especialmente las de lengua y ha- bla, y diacronia y sincronia; estamos asistiendo a una suerte de integra- cién de dichas antinomias asi como de las diverss disciplinas que estu- dian el lenguaje; por otro lado pareciera que ya no puede considerarse a la lengua como un reino. donde se desdejia la sustancia (“la lengua es una forma no una sustancia”’, p. 206) a medida que se avanza en la for- malizacién de una disciplina que estudia la sustancia, como la seménti- ca (ya recibira usted informacién de esto mds adelante). Pero haber de- terminado el objeto espectfico de estudio de la lingiiistica, seguir siendo fuente de las muy diversas corrientes que se produjeron después de él y haber brindado una terminologia, un método y un criterio valido para otras disciplinas humanisticas (,no hablamos de antropologia estructu- ral?, {de una estructura histérica?, ,de la estructura de la percepcién?) no son escasos argumentos como para considerar a Saussure uno de los rectores del pensamiento contempordneo, Actividad 1. A continuacién Je transcribimos un parrafo del Curso. . . (p. 158) “Pero de entre las comparaciones que se podrian imaginar, la més demostrativa es la que se hace entre el juego de la lengua'y una partida de ajedrez. En ambos juegos estamos en presencia dé un sistema de valores y asistimos a sus modificaciones. Una partida de ajedrez es como una realizacién artificial de lo que la lengua nos presenta en forrna natural. ‘Vedmoslo de mas cerca. En primer lugar un estudio del juego corresponde enteramente aun estado de lengua. El valor respectivo de las piezas depende de su posicién en el tablero, del mismo modo que en la lengua cada término tiene un valor por su oposicién con todos los otros términos. En segundo lugar, el sistema es més que momenténeo: varia de posicién a posicién. Verdad que los valores dependen también, y "* Ha sido el lingitista danés Hjelmstev el primero en utilizar los términos paradigmaticd y paradigaa en lugar de los conceptos correspondienies de Sauscure: asociativa y familia, serte. [ sobre todo, de una convencién inmutable, 1a regla del juego, que existe antes de iniciarse la pagtida y persiste tras cada jugada. Esta regla admitida una vez para siempre existe también en la lengua: son los principios constantes de la semiologia. Por ultimo para pasar de un equilibrio a otro, o —segiin nuestra terminologia— de una sincronia a otra, basta el movimiento y cambio de un solo trebejo: no hay mudanza general” En el texto precedente se establece una serie de comparaciones y subyacen los conceptos de valor; sistema, lengua, sineronia, diacronia. Compare cada uno de estos conceptos con aspectos del juego del ajedrez. Aclare y profundice este pérrafo:“para pasar de un equilibrio a otro. . .basta el movimiento de un solo trebejo”. 2. El Curao de Sauseuré es un buen texto para que usted aplique las técnicas del fichaje. Por otro lado, este libro debe ser leido por usted: NO SE CONTENTE NUNCA CON COMENTARIOS DE TEXTOS: ACUDA A LAS FUENTES SIEMPRE QUE SEA POSIBLE. Y con Saussure es posible. Lea y fiche los siguientes capitulos: De la Introduccién: cap. III: “Objeto de la lingiiistica”; cap. IV: “Lingiiistica de la lengua y lingiiistica del habla”. De la Primera parte: cap, 1: “Naturaleza del signo lingiistico”; cap. Ill: “La lingiiistica estatica y la lingiiistica evolutiva” (punto 1 Dualidad interna de todas las ciencias que operan con valores) De la Segunda parte: cap. IV: “El valor lingtifstico"; cap. V: “Rela- ciones sintagméticas y relaciones asociativas”. Bibliografia Con respecto a Saussure, lo primero que hay que hacer es leer su Curso. ‘Luego de leerlo puede acercarse a alguna explicacién critica y compararla con sus interpretaciones. No desprecie sus interpretaciones: compérelas para enri- quecer sus propia conclusiones (por aupuesto, no caiga en el polo opuesto de reer que siempre usted y solamente usted tiene una interpretacién correcta de] texto). Entre las interpretaciones que pueden ayudarlo le citamos: 1. Kovacci, Ofelia; Tendencias actuales de la gramdti |. Marymar (este texto le serd til para los diversos puntos de este capitulo e incluso como informacién general; tal vez, por falta de base, le resulte dificil en, algunos ca- 57 808, pero nos parece que no le va a ocurrir eso con Ios capitulos dedicados a Saussure, Hjelmslev y Bloomfield, que es lo que nos importa). 2. Mounin, Georges; Saussure. Presentacin y textos. Ed. Anagrama, Bar- celona, 1971 (aca va a encontrat los capitulos fundamentales del Curso, prece- didos por un interegante estudio critico; es decir, que puede “matar dos pajaros de un tiro”). 3. Sazbén, José; Saussure y los fundamentos de ia lingtiistica; Centro Edi- tor dé América Latina; Buenos Aires, 1976 (como en el caso anterior, acé encon- trard una selecci6n de textos del Curso, precedidos de un estudio critica que en este caso creemos un poco menos accesible; pero no se quede con muestra opi- nién, si estd a su aleance léalo; tal vez nos equivoquemos y usted encuentre una gran satisfaccién), 4, Todorov-Ducrot; Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje: Ed. Siglo XXI, Buenos Aires 1974 (de este libro le recomendamos la lectura de la seccién “Las escuelas” que comprende 7 articulos y un apéndice: Graméticas generales, Ling. histérica en el siglo XTX, Saussurianismo, Glosemética, Fun- cionalismo, Distribucionalismo y Ling. generativa. En las secciones “Los con- ceptos metodolégicos” y “Los conceptos descriptivos” encontrard articulos complementarios como: Signo, Sintagma y Paradigma, Lengua y Habla, Nor- ma, Sincronia, Funciones sintécticas, Reglas generatives, Estructuras superfi- ciales y estructuras profundas. Por supuesto que esta recomendacién vale no sélo para Saussure sino para toda esta primera parte de nuestro texto que trata sobre las escuelas linguisticus), 5. Rosa, Nicolis, Léxico de Lingiitstica y Semiologia; Centro Editor de América Latina, Bs, Aires, 1978 (til para todo este capitulo y para el punto “Aspectos Semanticos” del cap. 2) 1.2.8. La glosemdtica. 1.2.3.1, La teorfa como modelo Se denomina glosemdtica a una teoria lingiiistica de orientacién es- tructuralista, cuyo mayor representante es el danés Louis Hjelmslev, uno de los fundadores del Circulo Lingilistico de Copenhague; por ello también se reconoce a esta orientacién con la denominacién de estruc- turalismo danés, No es nada facil explicar esta teoria a un publico no especialista. Nuestra exposicién se centrard én aquellos aspectos que lo presentan com un continuador de ciertas premisas saussureaneas, como un conti- nuador que las Hleva més alld; pero usted ya debe entender de antemano que en estos aspectos no se agota su controvertido esquema tedrico. En primer lugar, Hjelmslev impone y se impone la necesidad de elaborar una teoria cercana en sus principios al algebra: partiendo de 58 ciertos postulados, elaborar todo un sistema deductivo de valor general, capaz de aplicarse a textos de cualquier lengua. Este esquema tedrico debe reunir dos condiciones fundamentales: coherencia (no contradiccién en ninguno de sus puntos) y suficiencia (bastarse para explicar todos los textos); a estos dos se agrega un tercer principio: economia, esto es, entre dos o mds cuetpos teéricos igualmen- Pr auficientes y coherentes, se preferiré en general el més simple. Con tate preludio nos hemos metido en la teoria del modelo: una teoria ela- boradia con los principios enunciados viene a ser un modelo capaz de in terpretar y manejar un objeto de estudio, en nuestro caso el sistema de la lengua (de toda lengua, no de una lengua determinada). Tl concepto de modelo se aclara con un ejemplo de Binstein: la rea- lidad, es decir, ef conjunto de fenémenos que nos aporta la experencia, puede compararse con un reloj al que no se le puede abrir la caja para pomprobar st funcionamiento mecénico. El cientifico observa todos los SRtes: movimiento de las agujas, relacién de los movimientos de las agujas entre si, etc; de tales observaciones trata de inferir e6mo puede ser el mecanismo de la caja a la que no tiene acceso directamente para Serificar su teoria. En este caso vemos que no importa si las conclusio- vee a que arribamos coinciden o no con la realidad (qué es la reali- dad?), sino que lo que otorga validez a nuestra teoria es el hecho de que Glia basta para describir y predecir todos los fenémenos observables en tuestro objeto; de donde el modelo viene a ser un sistema de conceptos que permite explicar, es decir, abordar y comprender un objeto. Una vez aceptada la teoria como modelo, partiendo deductivamen- te de las premisas y cumpliendo con las condiciones ya enunciadas, lx veonia se impone todo un sistema de definiciones, que por su compleji- dad no trataremos aqui. .Como la glosematica pretende aplicar st es- quema a todas las lenguas, podemos decir que a partir de un modelo procura explicar por deduceién un gran niimero de usos, 1.2.3.2. “La lengua es forma, no sustancia” Hijelmslev eva més alla este enunciado de Saussure, apoyado en un principio seguin el cual un objeto es el conjunto de relaciones que wn rene con otros objetos; este reticulado representa la forma del obje- ta Va Saussure habia otorgado un lugar privilegiado a la forma al de- tecminar la naturaleza de un objeto lingilistico por su oposicién a los Stree ebjetos del sistema, pero Hjelmslev va més lejos: el objeto no es tnde que esa relaciOn que To liga al resto de las unidades y la teoria lin- istica solo debe estudiar esta forma de relaciones; seré asi una teotie eMiomitica que ponga al descubierto esta red de relaciones, propias de las lenguas y de todo sistema semistico. Ahora podemos volver al wltimo pérrafo del punto anterior (1.2.3.1,): Ja forma (red de relaciones que estudia la teoria) es indepen- diente de Ja sustancia (los usos que se dan en cada lengua); pero no ocu- rre lo mismo a la inversa, sino que partiendo de un gran némero de usos {sustancia) sdlo se obtiene una estructura lingiiistica que subyace a to- dos ellos (la forma o red de relaciones). 4.2.3.3. Los planos del lenguaje y las disciplinas que los estudian. Saussure habia distinguido dos planos 0 aspectos en el signo lin- giistico: significante y significado, lo que prontamente Hevé a identifi- car “significante” con “forma” y “significado” con “sustancia’’; esta concepcidn nos’ atrastra a pensar que existen significados sin forme, lo que se viene a contradecir con otra concepeién de Saussure: las palabras no tienen sentido por si mismas. ‘También en este punto Hjelmslev lieva més lejos la concepeién del ginebrino. Al plano del significante lo llamard expresidn y al plano del significado, contenido. Hasta acé todo parece una cuestion de termino- logia, pero no es asi: la novedad consiste en que en cada uno de esos dos planes distinguiré tres niveles: materia, sustancia y forma, con lo cual ileva el andlisis del signo lingtifstico a seis niveles, tres en cada plano Saussure Hielmslev materia significado forma forma. significante | sustancia materia Como habitualmente se confunden “materia” y “sustancia”. nos parece prudente caracterizarlas mediante un ejemplo: sapongamos que um escultor decide hacer una estatua de marmol; empieza por encargar un bloque de mArmol que tenga el tamafio aproximado de la estarua que va a realizar: este bloque de mArmol es la materia, que hasta ace nada tiene que ver con la estatua en cuestidn (es un trozo de marmol simplemente, que puede ser Utilizado para cualquier fin); el artista co- mienza a trabajarlo hasta que alcanza la forma que se habia propues sustancia 60 po bed abe oe representar; es evidente que la estatua no es sélo esta forma sino que también esta compuesta por una sustancia: el mérmol en cuestion, y acd viene la diferencia que usted debe tratar de establecer: esta sustancia de Ia estatua no es simplemente un trozo de materia, ese bloque de mar- mol del principio, sino que la sustancia es aquella materia una vez. que ha recibido ia forma que se queria representar; dicho de un modo mas tecnico: fa sustancia es fa materia determinada por la forma. Hecha esta aclaracién inicial, se impone un anélisis de tos planos del lenguaje (en términos generales, esta descripcién sigue los linea- mientos del Prof. J. Balderrama) ” Partamos de una expresién como Ia siguiente: 1. “La nifia alza os ojos” Como se ve, esta expresién aparece representada en el alfabeto ortogra- fico comin al ambito hispanoamericano. Ahora, para que tal expresién vaya de un emisor a un receptor, es necesario que se emitan una serie de sonidos; para los fines de esta explicacién necesitumos transcribir en otro alfabeto el conjunto de sonidos que integran la emisin J: la trans- cripcidn se hard entre barras y cada sonido (que "grosso modo” se co- rresponde con las letras del alfabeto) se representard siguiendo las pre- sentes correspondencias: Tse simboliza A/ & /i/ alas 0 fof nse simboliza /n/ j/x/ i/i/ _—_2,8/s (en Hispanoameérica) Res decir, la expresion s puede ser transcripta como sigue: 2 fla nina alsa los dxos/ Hasta aca cualquier hablante de espafol al que se le dé un elenco completo de signos, puede realizar una transcripcién desde el alfabeto ortografico a otro que ilamaremos fonoldgico (luego quedard aclarado el sentido de este término) Sin embargo, si se aguza un poco el oido se observard que la trans- cripcién 2 no es del todo fiel. Efectivamente: la primera a de “alza” es mas cerrada que las otras tres de) texto; ocurre que esta a no se encuen- tra en posicidn final de silaba: “al;” sino que esta trabada por -I- (se dice “trabada” precisamente porque no ocupa la posicién final de sfla- ha); por eso dicha aes mas cerrada que las otras, pues cuando el ha- blante pronuncia a el aparato fonador ya se esta acomodando para arti- cular !a | siguiente; la simbolizaremos entre corchetes de esta forma: lal. Una observacién seraejante puede hacerse en otros casos: si un ha- biante tuviera suficiente “entrenamiento” auditivo descubriria que las dos o de “ojos” son mas abiertas que las de “cuadro” por ejemplo; las re- presentaremos asi ly] (en capitulo 2 se explicardn en detalle los funda- 6 mentos de estas realizaciones). Con estos elementos ya podemos inten- tar una transcripcién que responda mas estrictamente a la realidad actstica del habla, realidad que paradéjicamente, no es percibida por el hablante: 3. {la niga Ailsa los 6x98] (Ia o de “los” no es abierta porque no est trabada, ya que se une a la 0 siguiente formando silaba con ella: “la-n{- fiadl-sa-lo-s6-jos”) En la versién 2 y 3 no aparecen los tonos que acompaiian a toda ex- presion y que determinan que se trate de una emisidn afirmativa en lu- gar de interrogativa, por ejemplo; obviamente acé sdlo intentamos ejemplificar someramente. La versién 3 es una transcripcién fonética, pues intenta reproducir del modo més fiel posible los sonidos reales o articulados del habla, tal como se dan. Estos sonidos articulados se denominan fonos; de modo que en una transcripcién fonética se transcriben fonos. Ya se adelanté que los hablantes no captan las diferencias entre fonos; si en “lomo” se pronuncia i en lugar de o, todo hablante de espafiol captard la diferen- cia pues “limo” no es lo mismo que “Jomo”, pero si en lugar de una o media se pronuncia otra abierta (g) Io més que puede captar el hablante es una pronunciacion algo “extrafia”, pero no tendré para él mayor im- portancia pues no habré cambiado el sentido de Ja palabra “lomo”. Por supuesto que esto vale para cada lengua en particular, como ya se vio en pag. 51. En realidad, entre el sonido articulado (fono) que el hablante no siempre distingue y lo que se llega a percibir hay un trabajo de abstrac- cion, una elaboracién formal, conceptual, tal como pasa cuando deci- mos “auto”, en que hemos reunido los caracteres comunes de los autos en general y hemos dejado de lado los caracteres particulares de las dis- tintas clases de autos. Esas unidades que percive el hablante (insistimos, que no son los sonidos concretos) y que aparecen en la versién 2, se denominan fone- mas, con lo que podemos decir que los fonemas son las minimas unida- des sonoras que distingue el hablante. Usted ya sabe que para determi- nar los fonemas de una lengua se procede por oposicién (pag. 47). Con todo lo dicho podemos convenir que la vesién 3 es una version de sonidos articulados (fonos) que viene a ser la sustancia de la que, por un proceso de abstraccién que realiza el hablante, se obtiene una forma, que en el texto es la versidn 2 (fonemas). En consecuencia podemos llegar a esta conclusidn parcial: el cam- po de la EXPRESION consta de una sustancia, cuyas unidades son los fonos que estudia la fonética, y de una forma, cuyas unidades son los fo- nemas que estudia la fonologia. 62 Pero todo mensaje no solo es expresién fonica sino que también tie- ne un sentido, que es lo que el emisor quiere transmitir al receptor; esto es lo que vamos a llamar el CONTENIDO del menseje. Para poder emi- tir el mensaje L, es necesario que el emisor tenga un material de ideas que desea transmitir: “una pesona de corta edad del sexo femenino- accién presente- direccién de los ojos hacia arriba". Ademés en nuetra ‘emisién es “la nifia” quien “ejecuta” la accién y “los ojos” son el objeto sobre el que “recae” la accién; con lo que legamos « la conclusion de que en el mensaje hay dos sustancias: una agente (Ia nifia) y otra pa- ciente, (los ojos) entre las que media la categoria de accién presente (al- za). Este es muy escuetamente el material de ideas de nuestro ejemplo, es lo que vamos a denominar !a sustancia del contenido. Sin embargo, seria muy ingenuo creer que el contenido de un men- saje se agota en lo que se transmite, sino que también él sufre inevita- blemente un proceso de organizacién; en nuestro ejemplo “Ja nifia” fun- ciona como sujeto, “alza” como nuicleo del predicado y “los ojos” como objeto directo; no obstante esta organizacién podria haber sido otra sin que por ello variara el material de ideas que se deseaba transmitir, por ciemplo: 4, “los ojos son alzados por la nifia”; ahora la sustancia agente ya no funciona como sujeto sino como complemento del verbo y Ia sustan- cia paciente ya no es objeto directo sino sujeto. ‘Ademds veamos cémo se han organizado internamente las palabras de la emisién y las relaciones que guardan entre’ 5. la: I- raiz de articulo; -a sufijo de femenino 6. nifia: niri- raiz de sustantivo; -a sufijo de femenino 5 y 6 tienen en comtn le marca de femenino y tainbién la ausencia de marca de numero (en castellano el singular se expresa precisamente por la auseneia de marca de plural -s/-es (,Recuerda el signo “cero?), Es decir que articulo y sustantivo conewerdan en género y numero. 7. alza: ala- raiz verbal; - sufijo de presente, indicativo, 3a, perso- na del singular. 5, Gy 7 tienen en comin el ntimero (singular), con lo que se viene a deducir que el sujeto y el predicado de la emisiGn concuerdan en mime. ro (también en persona, aunque no hagamos hincapié en ello en nuestro ejemplo). 8. los: Lraiz de articulo; -o- marca de género; -s marca de plural. 9. ojos: oj-raiz de sust; -o- marca de género; -s marca de plural. 8y 9 concuerdan en género y numero (art. y sust. como 5 y 6), pero no tienen nada en comin con 7 (micleo del predicado) ni con 5-6 (suje- 63 to}; efectivamente el objeto directo no debe concordar obligatoriamente con el nticleo del predicado ni con e! sujeto. ‘A modo de resumen y para que usted no se confunda més de lo que esta con ias raices y sufijos, conviene reunir los elementos en el siguiente cuadro: sufijos o marcas raiz de genera [ae namero] "verbales modo-tiempo-persona mase | fem [sing | pk_| "OS HERBS? a de articulo: I L de sustantivo: nifi- oj. de verbo: alz- Con esto queriamos mostrar que 1a sustancia del mensaje no repre- senta de por si todo el contenido del mensaje mismo, sino que se organi- za de deteminada forma, segtn las reglas propias de cada lengua; esta manera de organizar, de sistematizar el mensaje es Ia forma del conteni- do. Con lo que llegamos a la segunda conelusi6n parcial: el eampo del contenido consta de una sustancia, que estudia la semdntica, y de una forma, que estudia la morfasintaxis (deliberadamente se han pasado por alto las-unidades que forman uno y otro campo, pues usted las veré en el cap. 2.) Lo dicho puede sintetizarse en et cuadro de pag. 65. Como se ve, la materia ha quedado fuera del lenguaje, pues en un caso es objeto de estudio de la psicologia, de la légica y de Ja ontologia (materia del contenido) y en el otro de la fisica y Ia fisiologia (materia de la expresién). En esta exposicién hemos aprovechado para introducirlo en las di- versas disciplinas litigiiisticas, pero es importante que usted realice la siguiente diferenciacién: para Hjelmslev el estudio de lo estrictamente lingiistico sélo incluye ei campo de la forma, tanto de] contenido como de la expresién (en el cuadro, la zona griseda). 64 i 1 | | | i + MATERIA: percepcién visual - idea base acto de dirigir rsona de a hacia arriba corta edad sexo fem. sustancia paciente sustancia agente la ios ojos ‘concordancia concordancia en gro. y n® en gro. y n¥ ———1 La nif-aalz-a 16s oj-0-8 sujeto Jmicleo P/ objeto directo fee eet concord. en n® y persona ae la niga dilsa los éxos/ SUS: ‘AN: CIA MATERIA: sonido desde el punto de vista fisico (frecuencia, altura, timbre) ‘A modo de conclusién: Hjelmslev es un personaje controvertido; asi, se le achaca el haber dejado de lado el ral comunicativo de la lengua on la medida en que se ha centrado solamente en la forma, y en la comu- nicacién pesa demasiado lo seméntico; otra objecién, en este caso meto- dolégica, se refiere a la falta de claridad que a veces se percibe cuando se manejan sus conceptos, pues encerrado en la construccién de un mo- delo tedrico deductivo no nos ha dejado el andlisis de ninguna lengua concreta a modo de ejemplificacién que mucho hubiera ayudado a com- prenderlo; ademés, su sistema estuvo sometido a constante revisién, con lo que la comprension del mismo viene a complicarse atin més. No obstante, queda abierto este interrogante: al legarnos la dicotomia “‘yniversos. lingiifsticos cerrados y. descripciones de combinatorias realizadas-universos abiertos y combinatorias practicamente inagota- bles”, “ano sigue Louis Hjelmslev dominando el debate lingiiistico de hoy?”, como se pregunta Greimas en el prélogo a la edicién francesa de FONt LOGIA, FON! TICA {la nina alsa los §xgs! Le langage de Hielmslev (Les éditions de miauit, Paris, 1966) Nosotros podriamos agregar an par de interrogantes abiertos por el esquema del lenguaje de Hjelmslev, que se encuentran en pleno debate en la lingiiis- tica actual: 1. ZEI pensamiento esta basicamente determinado por el lenguaje 0 a la inversa? 2, {La seméantica se basa en la morfosintaxis o a la inversa? —— eee Actividad Sin duda, de lo que hemos visto de Hjelmslev a usted le resultard especialmente itil el andlisis de los planos del lenguaje y las disciplinas que los estudian; en este aspecto debe centrar su estudio de la glosemd- tica. Seria bueno que usted con los escasos recursos que todavia tiene, se anime a analizar siguiendo el modelo: “La lingiifstica produce dolo- res de cabeza”. SS Bibliografia 1, Kovaeei, op. cit. 2. Todorav-Ducrot; op. cit. punto “Glosematica”’ 1.2.4. La doble articulacién del lenguaje. Hemos visto los dos planos del lenguaje y cémo estd formado cada uno de ellos por unidades especificas. El lingiilsta francés André Marti- net, en una pagina ya clsica, ha mostrado cémo ciertas unidades de un plano conforman las del otro y este principio de economia viene a per- mitir la infinita posibilidad comunicativa del lenguaje. Es mejor que en ugar de un comentario usted reciba el texto origi- nal ®; “Se oye decir con frecuencia que el lenguaje humano es articulado (...) Conviene, no obstante,precisar esta nocién de articulacién del lenguaje y tener en cuenta que se manifiesta en dos planos diferentes; cada una de las unidades que resultan de una primera articulacién es @ su vez articulada en unidades de otro tipo. La primera articulacién del lenguaje es aquella con arreglo ala cual todo hecho de experiencia que se vaya a transmitir, toda necesidad que se dese hacer conocer a otra persona, se analiza en una sucesién de uni- dades, dotadas cada una de una forma vocal y de un sentido. Si sufro ™ Martinet, André; Blementos de lingiifstica general, Madrid, Gredos, 1965, p. 20ss. 66 dolores de cabeza puedo manifestarlo por gritos (. . .) Pero esto no basta para hacer una comunicacién lingiiistica, Cada grito es inanalizable y corresponde al conjunto inanalizable de la sensacién dolorosa. La situa- cidn es distinta si pronuncio la frase “me duele la cabeza”. Aqui ningu- na de las cuatro unidades sucesivas “me”, “duele”, “la”, “cabeza” co- rresponde a lo que tiene de especifico mi dolor. Cada una de ellas puede encontrarse en cualquier otro contexto para comunicar otros hechos de experiencia: “duele”, por ejemplo, en “duele la ingratitud” y “cabeza” en “se ha puesto a la cabeza”. Es manifiesta la economia que representa esta primera articulacion (. . .) Algunos millares de unidades como “‘ca- beza”, “duele”, “la”, “me” ampliamente combinadas nos permiten ha- cer mds comunicaciones que las que se podrian conseguir con millones de gritos inarticulados diferentes. (.. .) Cada una de estas unidades de la primera articulacién presenta, como hemos visto, un sentido y una forma voeal (0 fonica). Pero no pue- de ser analizada en unidades sucesivas més pequefias dotadas de senti- do. Fl conjunto “cabeza” quiere decir “cabeza” y no se puede atribuir a ‘ca-", a“be-"” y a “7a” sentidos distintos cuya suma sea equivalente a “cabeza”. Pero la forma vocal es analizable en una sucesi6n de unida- des, cada una de Jas cuales contribuye a distinguir “cabeza” de otras como “cavete”, “majeza” o “careza”. Es a esto a lo que ee designard como la segunda articulacién del lenguaje. En “cabeza” estas unidades son seis; podemos representarlas por medio de letras que, por acuerdo, son colocadas entre barras oblicuas, esto es, /kabe@a/. Es evidente la economia que representa’esta segunda articulacién (. . .) Gracias a la segunda articulacién las lenguas pueden limitarse a algunas decenas de producciones fénicas distintas que se combinan para obtener ia forma vocdlica de las unidades de la primera articulacién: “casa”, por ejemplo, utiliza dos veces la unidad fénica que representamos por medio de /a/ y coloca delante de estas dos /a/ otras dos unidades que notamos: /k/ y /s/” Més adelante el autor llama monemas a las unidades de Ja primera articulacién y las caracteriza diciendo que tienen significante y signifi- cado, por lo que son signos pero signos ménimos, “pues ninguno de ellos podria ser analizado en una sucesién de signos”. Esto permite aclarer que el "monema” no es un equivalente de la “palabra”: En el verbo “como” hay dos monemas: “com” /kom/ que designa cierto tipo de ac- cién, y “o"’, que designa la persona que habla”. '” ” Ea Ie lingtiistica francesa, debido al influjo de Martinet se ha difundide monema, como equivalente al morfema de la lingifatioa norteamericana. Aqui preferimos el segun- do, como podré ver en el cap. 2 al tratar loa aspectos morfolégicos. 67 i i Debe quedar en claro que la “‘doble articulacién” no se refiere a una simple correlacién de los planos de la expresién y del contenido, inter- pretacion errénea muy difundida por otro lado; sino que se refiere al he- cho de que unidades de un nivel (los fonemas, que pertenecen al plano de la expresién) tienen por funcién agruparse para formar unidades de otro nivel (los monemas, que pertenecen por igual al plano de la expre- sion y del contenido). Martinet es el orientador en Francia de una corriente lingiifstica conocida como funcionalismo. Para ella la lengua es fundamentalmente un vehiculo de comunicacidn; asi concebida sus objetos (seménticos, morfosintécticos, fonolégicos) se definirdn y tendrén su razon de ser, se- gun se manifiesten en el acto de la comunicacién. 1.2.5. El Circulo Linguistico de Praga. Dentro de esta concepcidn funcionalista de a lengua se inscribe el Cireulo Lingiifstico de Praga, fundado en 1926, por lo que usted debe considerarlos como casi contempordneos de Saussure. Por su tematica, en el orden f6nico son continuadores de los trabajos del polaco Bau- douin de Courtenay, quien ya habia sefialado una distincién entre lo que nosotros hemos denominado fonos y fonemas. Los primeros trabajos del Circulo se centraron en la fonologia y en este tipo de trabajos se destacaron fundamentalmente el principe ruso ‘Trubetzkoy, que actué en Austria y en Praga, y Roman Jakobson, ya co- nocido por nosotros. Trubetzkoy es quien logra diferenciar una fonologia (disciplina es- trictamonte lingiiistica) de una fonética (campo fisico-fisiolégico), al Uegar al concepto de fonema como una estructura de rasgos articulato- rios distintivos, esto es, oponibles a otros conjuntos de rasgos. Ast por ejemplo: a: vocal abierta observe cémo los rasgos distintivos de e: vocal anterior abierta una entidad (fonema) se cruzan pero i: vocal anterior cerrada nunea se supeponen con los de otra 0: vocal posterior abierta entidad; de este modo cada fonema u: vocal posterior cerrada queda definido por sus rasgos diferen- ciales ‘Usted verd en el cap. 2, la aplicacién de los trabajos de este Circulo y continuadores, al analizar esquematicamente la fonética y fonologia castellanas, 68 | i i i ne renter geese

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