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Nombre: Jordy Maldonado Grupo: 4

DESCARTES

Biografía
Procedente de una familia noble nació en la Haye, en la Turena en 1596. Al cumplir ocho años Descartes se va a estudiar al colegio
de los jesuitas en La Fleche. Descartes estudió a fondo las lenguas y literaturas clásicas, después aborda el estudio de la filosofía
según los moldes de la Escolástica tradicional.

En el año 1614 abandona La Fleche; va a Paris y ahí se dedica a una vida de placer y al mismo tiempo empieza a sentir un
escepticismo total, la ciencia que ha aprendido le parece sin consistencia, dudosa; solo la matemática y la lógica tienen evidencia
y certeza, pero no tienen utilidad alguna para el conocimiento de la realidad.

En 1618 con el objetivo de ver el mundo se une a la vida militar en Holanda bajo las ordenes de Mauricio de Nassau, aprovecha
todas las ocasiones para verlo todo, para sumergirse en la contemplación de la realidad. Después, al comienzo de la Guerra de los
Treinta Años ingresa en el ejercito imperial de Maximiliano de Baviera contra los bohemios de Federico V.

Descartes viaja por Alemania, Austria, Hungría, Suiza e Italia. El 10 de noviembre de 1619 en el cuartel de invierno de Neuburg
realiza un descubrimiento sensacional: el del método. Después va a Loreto a cumplir un voto de gratitud a la virgen por su
hallazgo y en 1625 se establece de nuevo en París.

Desde 1629 reside en Holanda, interesado por la tranquilidad, libertad e independencia de aquel país. Escribe y publica sus obras
mas importantes, entablando relaciones con filósofos y hombres de ciencia de Europa. Descartes realiza viajes cortos a Dinamarca
y luego a Francia en donde era muy reconocido.

En 1646 entra en relación epistolar con la reina Cristina de Suecia, después esta lo invita a ir a Estocolmo; Descartes acepta y llega
a la capital sueca en octubre de 1949. Poco tiempo después, en febrero de 1650, Descartes contrae pulmonía muriendo ese mismo
mes.

Obras.
La obra de Descartes es bastante extensa y no se limita únicamente a la Filosofía, tiene obras de matemáticas, biología, física y una
extensa correspondencia. Sus principales obras son: Discours de la méthode publicado en 1637 con la Dioptrique, los Météores y
la Géométrie; las Meditationes de prima philosophia (1641), con las objeciones y respuestas de Descartes; los Principia
philosophiae (1644); el Traité des Passions de l'âme (1649), y las Regulae ad directionem ingenii, publicadas después de su muerte
en 1701. Descartes escribió en latín y francés, y fue uno de los primeros prosistas franceses.

1. El problema cartesiano.
A Descartes nada le parece merecer confianza, todo el pasado filosófico se contradice; las opiniones mas opuestas han sido
sostenidas; de esta pluralidad nace el escepticismo (pirronismo histórico). Los sentidos nos engañan con frecuencia, el pensamiento
no merece confianza, porque se cometen paralogismos y se cae con frecuencia en el error. Descartes parte al empezar a filosofar,
de lo único que tiene: de su propia duda, de su radical incertidumbre. Descartes no ha de admitir ni una sola verdad de la que pueda
dudar, la duda no debe quedar ni como posibilidad. Por eso hace de la duda el método mismo de su filosofía.

Descartes ha rechazado la evidencia de los sentidos, la seguridad del pensamiento y los saberes tradicionales que recibió. Su primer
intento es quedarse solo, desde esta soledad tiene que intentar reconstruir la certeza; busca en primer término no errar.

Surgen las 3 grandes cuestiones de la filosofía medieval: el mundo, el hombre y Dios.

En su discurso del método 1ra parte Descartes indica que «las verdades reveladas para ir al cielo están por encima de nuestra
inteligencia, y pensaba que para examinarlas y acertar se necesitaba de una asistencia del cielo y ser más que hombre.»

La razón no puede con el gran tema de Dios. El hombre con su razón, por un lado; del otro Dios omnipotente, inaccesible, sobre
toda razón. La teología no la hace el hombre, sino Dios; Dios está demasiado alto para el entendimiento del hombre.

2. El hombre.
La alucinación, el engaño de los sentidos, nuestros errores hacen que no sea posible hallar la menor seguridad en el mundo.
Descartes se dispone a pensar que todo es falso; pero se encuentra que hay una cosa que no puede serlo, su existencia. No hay nada
cierto, sino yo. Y yo no soy nada mas que una cosa que piensa. Por tanto, ni siquiera hombre corporal, solo razón; solo es seguro
y cierto el sujeto pensante.
Dios había quedado fuera por quedar fuera de la razón. La razón es ahora asunto humano, por eso la filosofía no es solamente
racionalismo, sino también idealismo. Se va a tratar de fundar en el yo, toda metafísica.

A Descartes le interesa el mundo, pero está preso en su conciencia, encerrado en su yo pensante, sin poder dar el paso que lo lleve
a las cosas. Encuentra que la verdad del cogito consiste en que no puede dudar de él, y no puede dudar porque ve que tiene que ser
así, porque es evidente; y esta evidencia consiste en la absoluta claridad y distinción que tiene esa idea. En posesión de una verdad
firme y un criterio seguro Descartes para ir del yo al mundo tiene que pasar por Dios.

3. Dios.
Entre el hombre y el mundo se interpone la divinidad y Descartes va a tener que ocuparse de ella. Descartes sabe que existe y lo
sabe porque penetra de un modo claro y distinto, su verdad. Es una verdad que se justifica a sí misma, cuando se encuentre con
algo parecido va a tener que admitir que es verdad. A menos que se encuentre en una situación de engaño, que sea víctima de una
ilusión y haya alguien que le haga ver como evidente lo mas falso. Si me engañan, el engañado soy yo, o, lo que es igual, yo, el
engañado, soy.

El hombre quedaría definitivamente preso en si mismo, sin poder saber con certeza mas que de su existencia. No sabemos si hay
Dios; pero si lo hay, no puede engañarme; quien podría hacerlo sería algún genio poderoso maligno. Descartes prueba la existencia
de Dios de varias maneras y con argumentos de distinto alcance, el dice yo encuentro en mi mente la idea de Dios, es decir de un
ente infinito, perfectísimo, omnipotente, que lo sabe todo, etc. Esta idea no puede proceder de la nada ni tampoco de mi mismo, un
ser imperfecto; porque entonces el efecto sería superior a la causa y esto es imposible. La idea de Dios por consiguiente tiene que
haber sido puesta en mi por algún ente superior, que alcance la perfección de esa idea; es decir, por Dios mismo.

Si estamos engañados por un poder perverso, si nuestra mayor evidencia es solo error, esto tiene que decir que mis ideas no tienen
verdad que son solo “ideas”. Estaría entonces preso en mi sustancia pensante, que no podría alcanzar la otras cosas, la sustancia
extensa que es el mundo. Las ideas de la res cogitans pueden ser a pesar de todas sus evidencias puras quimeras, sin la menor
relación con la res extensa.

Es menester al hombre, para ser realidad lo que es (una cosa que piensa, un ente racional) lograr un conocimiento de las cosas,
trascender de si mismo, ser capaz de verdad. Y es Dios quien da la seguridad de que eso es así; no engaña al hombre, hace que sus
ideas claras y distintas sean verdaderas, que reflejen la realidad de las cosas. Dios es la sustancia infinita que funda el ser de la
sustancia extensa y el de la sustancia pensante, ambas conviven en el sentido de ser creado. Dios fundamento ontológico del yo y
de las cosas hace posible que el mundo sea sabido por el hombre.

Las ideas que tengo de las cosas pueden ser solo un producto mío, algo independiente de mi naturaleza pensante y nada más, y esas
pueden ser por eso verdaderas o falsas. La idea de Dios en cambio es de tal índole perfecta, de tal modo ajena a mi naturaleza, a
mis posibilidades, que no puede proceder de mí. El yo y el mundo son dos sustancias creadas, finitas y su fundamento ontológico
es Dios.

La sustancia se define por la independencia, no necesitar de otra cosa para existir, se trata de una determinación negativa. Por otra
parte, Descartes advierte que en rigor el único independiente es Dios, puesto que los entes creados lo necesitan, y la palabra
sustancia no se aplica unívocamente a Dios y a ellos, sino solo analógicamente. La mente y el mundo se llaman sustancias porque
solo necesitan a Dios para existir, la sustancia sola sin mas no la podemos conocer porque no nos afecta, y solo la aprendemos por
algún atributo.

4. El mundo.
El mundo físico está determinado en Descartes por la extensión. Junto a la res infinita que es Dios aparecen las dos sustancias
finitas, la sustancia pensante (el hombre) y la sustancia extensa (el mundo). Dos esferas de la realidad que no tienen contacto ni
semejanza entre sí. Esto plantea el problema de la comunicación. ¿Cómo puede pasar lo extenso a mí, que soy inextenso e
inespacial? Tiene que ser Dios fundamento ontológico de las dos sustancias finitas, quien efectúe esta imposible comunicación de
las sustancias.

El mundo es simple extensión, la fuerza no es una idea clara y Descartes la elimina. La física cartesiana es geometría; Leibniz pone
la idea de fuerza en primer plano y convierte la física de estática en dinámica. A estas dos concepciones responden los grandes
descubrimientos matemáticos de ambos: la geometría analítica y el cálculo infinitesimal. La primera es la aplicación del análisis
del calculo operatorio a la geometría, y por lo tanto en Descartes a la realidad misma; el segundo permite la medición de las
variaciones y el desarrollo de la dinámica. Materia y espacio es uno y lo mismo. El mundo se podría explicar por una serie de
movimientos de torbellino, y se desarrollara después de la creación de un modo puramente mecánico. Aquí encontramos la
resonancia de la idea de que la conservación del mundo, la creación continuada, no es necesaria, y el mundo, una vez creado, se
basta a si mismo.

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