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La utopía y la acción
Obrera y nacional
La UTN, creada en 1951 como Universidad Obrera durante el gobierno del presidente Juan
Perón, tuvo como propósito organizar una casa de estudios terciarios, donde los hijos de los
trabajadores de la clase media baja, pudieran estudiar y perfeccionarse. En 1959, tras la
caída del peronismo por la llamada Revolución Libertadora, se transformó en la
Tecnológica cuando empezaron a derrumbarse los símbolos del régimen derrocado.
El anexo piquense de la Tecnológica fue puesto en marcha el 14 de junio de 1969, por
iniciativa de algunos integrantes de las clases acomodadas de la ciudad con el objetivo de
jerarquizar la ciudad norteña. El establecimiento dependía directamente de la sede de la
Facultad Regional de Bahía Blanca1. La UTN estaba especializada en el ciclo básico de las
carreras de ingeniería electromecánica y mecánica -la de construcciones se incorporó
después- y se cursaba de noche. En el ’73, la delegación se convirtió en Facultad Regional
durante la gestión de Jorge Taiana en el Ministerio de Educación.
Ese año con la apertura del cuarto año se ofreció la posibilidad de completar estudios de
ingeniero sin salir de la ciudad.
Al servicio de la liberación
La conducción de Agaya
Se completa el cerco
Los veranos piquenses transcurrían en una pasividad pueblerina acompañada por el sol que
recalentaba las calles de tierra y empujaba a las piletas y tanques, oasis dispersos y
acogedores al insoportable calor estival. Sin embargo, en esa aparente “calma chicha” que
se manifestaba aún más en las burocracias locales tras las fiestas de fin de año y las
vacaciones de sus empleados, se desataría un vendaval político que iba a azotar dos
espacios políticos importantes de la ciudad: la UTN y la municipalidad9.
Sobre ambos avanzó la ortodoxia sindical para socavar el poder de la juventud peronista de
izquierda, por un lado; y los seguidores del diputado Rolando, por otro. La primera pinza se
cerró sobre la Tecnológica y la facultad quedó así como botín de ambos sectores. Se
reeditaba la disputa entre Aragonés y Rolando en otro frente donde la conducción
universitaria y sus seguidores serían las únicas víctimas.
Por entonces, el rector Persichini intervino la Facultad de Bahía Blanca con ayuda del
sindicalismo de esa ciudad. Allí fue como decano Carlos Abel López y desde ese centro
llegaría la intervención a la sede pampeana10.
En las últimas semanas del ‘74, el diputado Aragonés y un grupo de sindicalistas se
reunieron con autoridades del Ministerio de Educación de la Nación11. Durante el
encuentro, hubo un pedido concreto que ya se venía tramando desde un tiempo atrás: la
intervención de la UTN, donde se encontraban enquistados los “zurdos” y “montos”,
promotores de los “desvíos ideológicos” en los estudiantes locales. La “misión
Ivanissevich” llegaría así a La Pampa.
Aragonés, entonces líder sindical, explicó años después: “entendíamos que la UTN pasaba
por una situación muy particular donde realmente no condecía con lo que creíamos tenía
que ser una Universidad. Se comentaba, y había muchos comentarios, que la manejaba un
sector de la izquierda y todo lo que rondaba la calle nos hacía pensar eso. Además el
grupo de Rolando se había introducido ahí y era un factor de poder importante.
Complicidad tuvimos porque nosotros no queríamos que una estructura poderosa como era
la UTN fuera manejada por extraños. Todo esto llevó a que pusiéramos nuestra
preocupación en los oídos de los que realmente tenían el mando y eso fue lo que llevó a la
intervención de la UTN”12.
Las presiones sobre la conducción de la facultad de Pico fueron en un principio muy sutiles,
pero obvias. Cuando asumió Persichini, se dejaron de pagar los sueldos a las autoridades,
personal no docente y profesores y no se enviaron los fondos para los insumos. Algunos
contactos del decano Agaya advirtieron del cambio orquestado a nivel nacional y le
sugirieron una salida arreglada antes de una intervención segura. La demora en la
resolución sobre la continuidad de Agaya y su equipo hasta el receso estival dio la pauta de
que se iba a aprovechar ese momento para desalojar a la conducción. A fines del ’74,
enterados de los rumores y las maniobras que ocurrían en otras sedes, los estudiantes
universitarios trataron de resistir la segura intervención de las autoridades bahienses y el
cambio de rumbo ideológico y ocuparon la facultad durante un lapso que llegaría al mes y
medio13. Comenzaron a colgarse los carteles que rezaban “La Facultad es nuestra” o
“Defendamos nuestra Facultad”, sin siglas visibles, y a repartir panfletos en las calles.
En los primeros días de enero de 1975, tres Torinos partieron de Bahía Blanca con varios
matones a bordo; el destino: General Pico.
Lucha y resistencia
También el municipio
La huelga a Torres
Entretanto, el otro frente abierto por el sindicalismo ortodoxo piquense, no tenía vuelta
atrás y la confrontación llegó hasta el nivel gubernamental. El 23 de enero, Regazzoli
recibió a los dirigentes del sindicato municipal encabezados por su secretario general
Tomás Carrizo. El mandatario trató de acercar posiciones a sabiendas que las medidas de
fuerza se iban a incrementar a partir del día siguiente con una huelga por tiempo
indeterminado.
En un clima de nerviosismo, solicitadas, comunicados, asambleas y enfrentamientos, Torres
elevó la apuesta y dictó una resolución que declaró ilegales las medidas de fuerza y
prometió aplicar sanciones progresivas de suspensión a los obreros que se plegaran.
Finalmente, tras varias reuniones de los municipales y Torres con la mediación del
gobernador, los trabajadores levantaron el paro y el conflicto ingresó en una etapa de
conciliación de la que participó el titular de la delegación regional del Ministerio de
Trabajo, Angel Bayarsky.
El 30 de enero se reactualizó el problema al dejar el Concejo Deliberante en suspenso la
vigencia del estatuto y escalafón municipal. Finalmente, el 22 de febrero la intendencia
promulgó la ordenanza, pero excluyó tres artículos sometidos a arbitraje.
La desintegración
Notas
1
Creada en 1954, la UTN bahiense estaba bajo la tutoría de la Marina y muchos docentes llegaban desde el reducto más
importante de la Armada, el Puerto General Belgrano, a dar clases a las aulas piquenses.
2
Entre los integrantes de este grupo estaba Alberto Zanardi, Santiago Covella, Oscar Moreno y Juan Pablo Morisoli.
3
De acuerdo a algunos testimonios, fue el ministro de Obras Públicas, Edén Cavallero, que lo contactó a través de Lamas al
que conocía porque trabajaban en el mismo banco.
4
Hugo Avelino Ferrari había nacido en Pico en 1944 y su padre era ferroviario. Era locutor radial y profesor secundario.
Cuando se abrió la UTN fue nombrado por la cooperadora de la sede como coordinador en la tarea de difusión y promoción.
Cuando se elevó a Facultad fue nombrado a jefe de Extensión Universitaria y promocionaba las carreras en diferentes
pueblos de la provincia o el oeste bonaerense con grupos de estudiantes que trasladaba en su propio automóvil.
5
Mario Martín, un ex alumno, indicó: “Se vivía una especie de asamblea constante. El profesor no tenía la puerta cerrada y
recuerdo que Agaya venía a comer a casa”.
6
Los no docentes que eran colaboradores de la gestión eran César Moreno, Marta Villegas de Moreno, Edith Coux, Rubén
Becaría, Zelma Rivoira y Hugo Ferrari. Todos quedarían cesantes con la caída de Agaya.
7
Otros en cambio, desaniman una visión tan politizada, como Hugo Ferrari: “Los alumnos no se organizaron en un Centro
de Estudiantes si bien el estado de asamblea era permanente y había una especie de democracia directa y participativa. La
relación personal con las autoridades y las oficinas abiertas a los alumnos cerraban el círculo. Los rótulos políticos,
partidarios o la organización de tendencias fue algo superfluo”. Lo cierto es que si bien el centro de estudiantes no fue
medular, si tuvo una proyección importante en lo académico brindando orientación y colaborando con la dirección de la
Universidad.
8
“Yo nunca escuché hablar por ese entonces a profesores o alumnos de marxismo, leninismo, trotskismo, comunismo y
cosas parecidas. Sí nos sentíamos atrapados por la figura del Che Guevara y Perón, porque representaban lo popular,
siempre que Perón no fuera definitivamente doblado por los sectores fascistas que lo venían asfixiando”, refirió Ferrari.
9
La Arena, 16 de enero de 1975. La lectura de este diario es el que permite unir ambos conflictos en uno solo, cuestión
soslayada por otros medios.
10
En esos momentos, el líder sindical bahiense era el diputado nacional Rodolfo Ponce, secretario general de la UOCRA
local; estrechamente ligado a la conducción central cegetista y las 62 Organizaciones; en diciembre de 1974 fue designado
vicepresidente primero de la Cámara de Diputados. Meses antes, en septiembre, el diputado Héctor Sandler (Udelpa) había
denunciado a la prensa nacional que la sede de la UTN bahiense “está ocupada por matones a sueldo”. Horas después,
Rodolfo Ponce lo desmintió y aseguró que en la casa de estudios habían tomado intervención “por militantes del
movimiento obrero para defenderla de la infiltración marxista y no por matones a sueldo”. A los pocos días, Sandler fue
amenazado de muerte por la Triple A.
11
El sindicalismo pampeano ya sabía el seguro destino de la UTN piquense. El 31 de octubre el presidente del bloque de
diputados provinciales del Frejuli pampeano, Ricardo del Blanco, envió un telegrama al Ministerio de Educación sobre la
situación de la UTN de Pico. “Rogamos mantener actuales autoridades delegación Universidad Tecnológica Nacional
delegación General Pico hasta tanto gobierno nacional disponga el anexo de esa universidad a la Confederación General
del Trabajo”, pedía en la nota.
12
Entrevista a Juan Carlos Aragonés con el autor.
13
La fuente principal, además de las periodísticas, es Juzgado Federal, expediente 1/75 “Agaya, Carlos y otros por
infracción artículo 246 y 181 del Código Penal”.
14
Cuando llegó el interventor, los estudiantes fueron informados que el interventor era amigo del diputado Aragones. Eddie
Jáñez había nacido en Eduardo Castex, era cantor de tangos y sería dirigente del gremio de los músicos de Bahía Blanca.
15
En la causa 1/75 del Juzgado Federal surge que lo acompañaron Raúl Conti, Arturo Odriosola, Horacio Velásquez, Oscar
Badiola y Elvio Dominici. Algunos los vinculan como militantes en los gremios de la carne y la construcción. Conti habría
participado de choques con estudiantes bahienses en abril de 1974. Según el diario La Reforma, Dominicci traía el cargo de
subsecretario de política universitaria; Conti el de director de administración; Badiola el de jefe del departamento alumnos;
Odriosola el de jefe del departamento administrativo; y Velázquez el de auxiliar.
16
El grupo de media docena de hombres eran matones de Ponce, si bien algunos testigos los vincularon con personal civil
de la Armada. Un par de ellos compartió con el ex ministro Covella la cárcel de máxima seguridad en Rawson tras el golpe
militar. Según su testimonio, habían sido detenidos en Río Negro cuando a bordo de un Ford Falcon intentaban llegar hasta
Neuquén para entregar varias ametralladoras que les habían facilitado desde los cuarteles de esa provincia. Sin papeles
oficiales para trasladar los equipos, una patrulla de la policía los detuvo durante un operativo en un puente con las armas
consideradas de guerra y quedaron abandonados a su suerte.
17
Accátoli precisó: “Hubo diferencias con Brito Lima en el ’75 por algunas peleas ideológicas. No le pareció correcto que
se tomara la UTN porque en ese momento estaba (de ministro de Educación) Ivanissevich”.
18
Luego de la denuncia, el juez federal realizó una audiencia en la capital entre la intervención y los ocupantes. Agaya
manifestó que no quería entregar los bienes de la Facultad luego de los antecedentes de violencia que habían ocurrido tras la
toma de la sede de Bahía Blanca ya que no había garantías de que no se iban a producir destrozos y desmanes. El abogado
de Agaya denunció ante el juez federal que “tenía información del comisario Campagno, de General Pico, que en el recreo
del Centro de Empleados de comercio, se encontraban alojados diez “matones” armados, pertenecientes a la custodia
personal del diputado nacional Rodolfo Ponce” (La Reforma, 22 de enero de 1975). Eddie Jañez llegó a la audiencia
realizada en Santa Rosa ante el juez federal acompañado por el abogado Alejandro Guinder y se presentó a deponer al
interrogatorio preparado por el abogado del profesor Agaya, Rito Luna.
19
La Arena, 16 de enero de 1975, página 9.
20
Por entonces, entre otros profesores de la casa de estudios, había un profesor que con el tiempo llegaría a gobernador de
la provincia. Era el ingeniero Carlos Verna que había ingresado en el ‘74. Varios de los ex estudiantes consultados lo
recuerdan viajando desde la localidad bonaerense de González Moreno en tren a dar clases. Alguno de los ex alumnos lo
recordaron antes de la toma como “muy compañero de sus alumnos a los que cebaba mate en los ratos libres en el centro de
estudiantes y les hacía bromas al pasar”. Para entonces ingresaba a la Facultad con un paquete de tarros de leche en polvo
bajo el brazo que buscaba en el hospital Centeno para llevarles a sus hijos porque decía que el sueldo no le alcanzaba.
Cuando comenzó la crisis institucional y se presentía la intervención y el recambio de autoridades comenzaron las reuniones
entre docentes y alumnos para decidir cuál iba a ser la postura del grupo. De antemano, los más militantes definieron que se
iba a pelear y resistir para conservar la facultad con las misma autoridades y su línea académica. Ahí comenzó a evaluarse
quienes apoyarían la lucha y quienes no. Verna fue uno de los que se manifestó a favor de la lucha, si bien comenzó pronto a
esquivar a las asambleas y las reuniones hasta que no se acercó más. La noche de la toma lo encontró muy lejos de allí.
“Muchos de nosotros teníamos la duda si estaba comprometido realmente o tenía miedo. En muchas oportunidades se
borraba, era como que hacía la plancha. De hecho, no estuvo la noche que ocurrió el desalojo y tampoco fue detenido”,
afirmó un ex estudiante entrevistado.
21
Entrevista con un ex alumno de la UTN. La versión fue confirmada por otro ex estudiante, si bien el contacto no se habría
realizado con las autoridades de la toma sino con algunos alumnos que tenían relación personal con los militantes de la
organización armada.
22
La Arena, 15 de enero de 1975.
23
Los detenidos esa madrugada fueron el decano normalizador Carlos Agaya, secretario académico Agustín Daniel Lamas;
secretario administrativo Enrique Eduardo Martín; profesor César Mario Moreno (28 años); los estudiantes Ricardo Calvo
(21); Walter Neher (20); Mario Osvaldo Llinás (20); Hugo Clavería (20); Raúl Sánchez (20); Néstor Alvarez (20); Miguel
Angel Paisana (19); Héctor Horacio Herrera (20); Jorge Jofrés (20); Luis Alberto Novaretti (19); Luis Alberto Barotto (21);
Francisco Tineo (22); Mario Martín; Héctor Marinelli (20); Pedro Bellardo (21); José Luis Leguizamón (19); Juan Alberto
Reussi (20); Andrés Alberto Caldentey (21); Patricia Roma de Martín (18); Graciela Espósito (19); Raquel Barabaschi (20);
Rosalind Gancedo (19), Stella Maris Barrios (19); Irma Guerra (21); y las no docentes Edith del Cármen Coux (31), Marta
Elena Villegas de Romero (27) y Zelma Rivoira (25).
24
Una de las estudiantes señaló que luego el fotógrafo sacaba fotos a determinados alumnos cuando los veía en la calle o
reunidos, sobre todo cuando estaban en un lugar público tomando un café.
25
El 24 de enero de 1975 recuperan su libertad Lamas, Agaya y Martín (3/75 Ferrari, Hugo A. y otros por eximición de
prisión de Carlos Agaya y otros).
26
La Reforma, 22 de enero de 1975.
27
El ex decano fue enviado el 26 de ese mes a la cárcel de Devoto y días después fue trasladado al penal de Resistencia, en
Chaco. Su esposa y algunos alumnos intentaron contactar a un abogado socialista santarroseño pero no quiso el caso y sólo
el abogado Ongaro ayudó presentando un recurso de habeas corpus. En julio sería llevado hasta la U6 de Rawson. Agaya
pedirá la opción de la salida del país pero le será negada. Finalmente, el juez federal absolverá a Agaya, Lamas y Martín
-estos dos últimos estaban prófugos- el 1 de octubre del ’75 y a mediados de febrero de 1976, días antes del golpe del 24 de
marzo, el ex decano fue dejado en libertad. Según un ex docente, habría continuado con un programa televisivo educativo a
distancia.
28
Después de la toma, no sólo los directivos quedaron procesados. En el juzgado federal de Santa Rosa se instruyo una
causa contra Luis Barotto, Francisco Tineo y Jorge Gómez por hurto -expediente 156/76-. Se los acusó de haber robado un
mimeógrafo de la Facultad, cuando en realidad era propiedad del Centro de Estudiantes, y los alumnos de la toma lo habían
trasladado a la casa de uno de ellos. Además, uno de los profesores que apoyó la intervención acusó a otro estudiante de
haberle rayado su automóvil estacionado en la calle por lo que se instruyó una causa penal.
29
Barabaschi resaltó durante la entrevista: “De hecho resistimos hasta el final, trasladamos las reuniones a nuestras casas
particulares, preparábamos grupos de apoyo para los ingresantes y les transmitíamos nuestros proyectos, nuestra lucha,
hacíamos todo lo que podíamos para seguir adelante, volanteando la ciudad, haciendo carteles, yendo a charlas, pintando
paredes en las noches, pidiendo el apoyo de la comunidad. Como habían echado a los profesores que apoyaban a la
conducción, a los nuevos que iban llegando, los enfrentábamos y le pedíamos que no tomaran las cátedras, que nos
ayudaran, les explicábamos de que se trataba, que si ellos aceptaban se transformaban en cómplices, el resultado era dispar”.
30
Fueron varios del grupo de la UTN los que apoyaron la decisión para que Covella asumiera el cargo, y esperaban que el
contacto con el gobierno provincial pudiera lograr la recuperación de la Facultad para el grupo de Agaya.