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El amor en el tiempo

El tema del amor ha presentado múltiples cambios a lo largo de la historia de la literatura, ya que las
formas de ver el mundo y de relacionarse del ser humano también han variado. Por lo tanto, si bien
aparece en gran parte de las obras literarias, la visión que se tiene de él no se repite, sino que se
reformula en cada época, de acuerdo a los contextos de producción. Es por ello que, al leer un texto,
hay que prestar atención no solo al tipo de amor al que se alude, sino también al contexto de
producción para comprender correctamente su sentido.
Una característica muy importante a la hora de definir el tipo de amor que se presenta en un escrito
es el nivel de idealización que existe en torno al ser amado o el grado de erotismo y sensualidad que
interviene en el sentimiento amoroso.
Esto porque, en general, la literatura ha oscilado entre distintas formas de amor idealizado y diversas
expresiones de amor sensual o erótico:
• El amor idealizado proyecta una idea de perfección en el ser amado que se percibe como superior
a la persona enamorada. Este sentimiento puede prescindir del contacto físico y se puede dar de
manera unilateral.
• El amor sensual o erótico está vinculado a los sentidos y lo corpóreo, por lo que no se trata de
una relación puramente espiritual. Este tipo de amor se distingue por el deseo de un contacto físico
que busca realizarse.

Durante la Antigüedad la literatura no hizo una distinción tajante entre el cuerpo y el alma, la
persona real y la idea sobre ella. A pesar de que en el siglo IV a. C. ya existía una filosofía platónica
del mundo y del amor, esta no se había extendido y solo fue retomada con fuerza en la Edad Media.
Una importante muestra del amor idealizado en la literatura fue el amor cortés característico de la
Edad Media (a partir del siglo XI). La mujer era perfecta a ojos del enamorado, quien se ennoblecía al
amarla. La relación no se realiza: casi siempre se trata de una mujer casada, lo que obliga a la
contemplación a la distancia, la contención del deseo y la paciencia.
En el Barroco (siglo XVII) surge la idea del amor tormentoso, lleno de contradicciones, de alegrías
extremas y de dolor y tristeza; es decir, se trata de un sentimiento desmesurado.

En el Romanticismo (siglo XIX) predomina lo sublime del amor por sobre las inclinaciones sexuales,
aunque el cuerpo cobra más relevancia que antes. Su mayor objetivo es la unión espiritual o psíquica
con el ser amado en una comunicación completa. Este amor trasciende las fronteras físicas y la
muerte.
A partir del siglo XX la idea del amor se ha vuelto cada vez más compleja. Intervienen en ella nuevos
elementos como la incomunicación, la imposibilidad de conocer al otro de manera total y la idea de
independencia y autonomía de cada una de las personas. Ya no se pretende entonces una comunión
total, sino más bien una relación y un conocimiento mutuo considerando que cada persona es distinta
a la otra.

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