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Ministerio de Educación y Ciencias

Colegio Santa Clara


"Comprometidos en la formación integral fundada en los valores franciscanos y
faustinianos permaneciendo en Cristo ”

RELIGIÓN
Trabajo Práctico de la vida
Religiosa de Chiquitunga

Año : 2018
En este trabajo se investigó sobre la vida religiosa de la futura primera beata de
nuestro país, Chiquitunga.

Desde muy joven el corazón de Chiquitunga ardía de amor a Jesucristo, y se


consumía de celo apostólico: el deseo de colaborar con Jesús en su obra
salvadora.

En sus escritos podemos admirar el ofrecimiento total y radical de su vida, de su


corazón y aún de su cuerpo, a su amado Jesucristo. Primero en el apostolado
activo y después en la vida contemplativa del Carmelo.
María Felicia, familiarmente "Chiquitunga", nació en la familia Guggiari
Echevarría en Villa Rica, Paraguay el 12 de enero de 1925.
En la Catedral de Villarrica recibió la Primera Comunión en el año 1932, y
también allí recibió la Confirmación en el año 1945.
En el año 1941 a los 16 años, María Felicia tuvo un encuentro provincial con el
también Siervo de Dios Padre Julio César Duarte y con el Padre Julio C. Prieto.
También en el año 1941 ingresó a la Acción Católica de Villarrica, de la que fue
miembro entusiasta y dirigente abnegada. Se consagró a servir a Dios. Lo
encontró en los niños en la catequesis, en los jóvenes trabajadores o
universitarios con sus problemas, en los pobres, enfermos y ancianos en sus
necesidades materiales y espirituales.

En el año 1950 María Felicia se mudó con su familia a la Ciudad de Asunción e


ingresó a la Acción Católica de Asunción.
En mayo del año 1953 María Felicia fue nombrada Delegada Arquidiocesana de
Pequeñas de la Acción Católica Paraguaya. En enero del año 1954 empezó
sus ejercicios espirituales en los que el Señor le hizo oír claramente su llamado
al Carmelo.

María Felicia se encontró envuelta en una profunda crisis y deseó volcar toda su
fe en Dios; Y finalmente en febrero del año 1955, sintió el llamado a la vida
contemplativa e ingresó al Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Asunción ,
en agosto de ese año, vistió el hábito de Carmelita Descalza con el nombre de
María Felicia de Jesús Sacramentado.
Las Hermanas Carmelitas la recuerdan como alguien que se caracterizó por “su
gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad, todo envuelto en gran
mansedumbre y comunicativa alegría”.

A lo largo de su vida, Chiquitunga realizó muchísimas buenas acciones y ayudó a


numerosísimos semejantes; en verdad, fue una santa mujer, de vida limpia y
que amó profundamente a Dios.
Escribió durante sus años de intensa vida apostólica. Su sed de entrega era
indescriptible, aún para alguien, como ella, con un dominio de la palabra digno
de las mejores poetisas.
En enero del año 1959, al poco tiempo de haberse entregado en la vida
contemplativa, María Felicia de Jesús Sacramentado enfermó de una infección
en el hígado y fue internada en el Hospital Cruz Blanca.A pesar de la
enfermedad nunca perdió la sonrisa ni el amor a Jesús. El miércoles santo del
año 1959 fue dada de alta y se reintegró a la comunidad. Finalmente, el día 28
de abril del año 1959, tras pedir que le lean el poema de Santa Teresa de
Jesús “Muero porque no muero”, se irguió en la cama y exclamó “¡Jesús, te amo!
¡Que dulce encuentro! ¡Virgen María!” ¡Soy muy feliz! ¡Qué grande es la
Religión Católica!; y falleció.
.
Su entrega y su amor por Cristo era pleno, y se refleja en varias de
sus poesías:
Ábreme, Jesús, la puerta;
golpeando estoy ha rato.
¿No me escuchas que no sales?,
¿o dormido estás acaso?
Ábreme, Jesús, que es tarde
y he salido así corriendo
de entre medio del barullo;
he querido estar con Vos.
Ábreme, abre, te ruego,
la puertita del Sagrario,
aun si duermes y descansas,
para yo velar tu sueño.
o La mujer relata que Chiquitunga fue su maestra de catequismo en 1947
cuando iniciaba su vida religiosa junto a otra decena de niños. “La quise
tanto y le pedí a mis padres que ella fuera mi madrina. Ella aceptó y me
acompañó”, recuerda Ña Ninón.

o "Ella conversaba con los internos en lo que ahora es el sótano de la


Gobernación. Con esa luz le había devuelto la fe al hablarle nuevamente de
Dios. Se sabe que a muchos preparó el camino para su vuelta hacia Jesús.
Ese es un gran recuerdo que se tiene sobre la vida de María Felicia”, cuenta
Mariela, una vecina.

o “Ella era distinta a las demás adolescentes de su época. Ya cuando realizó su


comunión demostraba una vocación de servicio al organizar colectas con la
gente más pudiente de la ciudad para juntar víveres, ropas y remedios para
los más pobres. Fue docente de catecismo también. En Villarrica hay una
alegría inmensa de que una persona que hizo su primera comunión y
confirmación en la Catedral pueda sea santificada. Todos podemos ser
llamados a ser santos”, dice el pa’í Sánchez.

o “Su deseo era llevar el amor a Jesús a los que más necesitan visitando
hospitales. Si veía una madre que necesitaba un pañal o una ropa, llevaba
esa ropita para los niños recién nacidos”, afirma el sacerdote Waldemar,
cura párroco de la Catedral de Villarrica.

o "En los cuatro años que la querida hermana vivió entre nosotras se
caracterizó por su gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad, todo
envuelto en gran mansedumbre y comunicativa alegría", recuerdan las
madres carmelitas descalzas de Asunción.
Trabajó primero en Villarica, luego en Asunción. Sobre aquellos tiempos de
apostolado escribió:

 En todos los trabajos que estoy realizando trato de poner el sello de


nuestro espíritu cristiano, porque quiero que todo se sature de Cristo y
donde quiera que sea pueda dejar un rayito de luz.
 No sabría explicarle la ansiedad, el deseo intenso de trabajar
exclusivamente, entregada en cuerpo y alma por causa de Cristo, al
apostolado; sed, verdaderamente sed, tengo de una inmolación mas
efectiva.

Logró un olvido total de si misma para entregarse a Dios y al prójimo. Su amor


por los pobres y por los que sufren fue excepcional. Hablando de "sus viejitas"
de Villarica escribe:

 Nunca imaginé que sería tan feliz llevando consuelo a quienes con su
dolor hacen posible nuestra vida... Recorriendo hogares, prodigando
aunque sea tan solo una sonrisa como fruto espontáneo de la gracia
palpitante en nuestras almas, encendido nuestro poco de Amor Divino.
Ser apóstoles, Señor, que hermoso sueño".

Deseando ya entrar en el Carmelo, M. Felicia escribe:

 Se me hacen tan largos los días y quisiera pasaran uno tras otro hasta ver
llegada aquella maravillosa aurora en que, encerrada en las cuatro mas
felices paredes que haya habitado en mi vida, ofreciendo sin cesar mi
vida...

Felicia amaba de corazón el apostolado. Pero llegó el día en que Jesús la llamó
para Sí en la vida contemplativa. Su camino fue ofrecerlo todo. Como Santa
Teresita de Lisieuxy otras grandes hijas del Carmelo, la Hna. Felicia descubrió el
secreto de la vida escondida para Jesús, vida sumamente fecunda que desborda
en bendición para toda la humanidad. Cuentan que cierta Hermana había
exclamado: "Apresurémosnos, porque el tiempo es oro", a lo que la sierva de
Dios respondió con toda dulzura para no ofenderla: "No, hermana, el tiempo no
es oro, es apostolado".

Vibraba en ella el amor apremiante de Cristo, la ternura filial a su "Madrecita",


La Virgen María, la participación activa en la Eucaristía y en la misión
evangelizadora de la Iglesia Católica.

Las Madres Carmelitas Descalzas de Asunción recuerdan: "En los cuatro años
que la querida Hermana vivió entre nosotras se caracterizó por su gran espíritu
de sacrificio, caridad y generosidad, todo envuelto en gran mansedumbre y
comunicativa alegría"
La hepatitis infecciosa que ya había llevado a la tumba a una de sus hermanas,
la obligó a internarse en un Sanatorio de la ciudad, en enero de 1959, por un
mes y algo más.
Conclusión

En este trabajo nos informamos sobre una mujer y un ícono religioso en nuestro
País. Llamada cariñosamente Chiquitunga , fué ejemplo por sobre todo de
entrega y amor a Dios. Una persona con un espíritu alegre, de caridad y
sacrificio , de una imagen tierna y tranquila , fiel al apostolado.
Nos centramos en su vida religiosa, en su vida con y por el padre . Influyendo en
los demás con el amor de Jesús. Aumentando cada día su fe , ofreciendose total
y radicalmete.
 https://www.lanacion.com.py/pais/2018/04/28/chiquitunga-
ella-tenia-un-aura-especial-su-presencia-transmitia-paz/
 https://es.aleteia.org/2017/06/14/chiquitunga-la-carmelita-
que-esta-cerca-de-ser-la-primera-mujer-beata-del-paraguay/
Sus restos fueron enterrados en el cementerio
La Recoleta en Asunción y cinco décadas
después fueron trasladados al monasterio de la
congregación. El 27 septiembre de 2011 la
doctora Alba Núñez , junto con las religiosas
,limpiaron los restos de la Venerable
Chiquitunga. Sacaron todos los huesos y
trataron de armar el esqueleto. Lavaron cada
hueso. El martes 27 llegó el momento de lavar
el cráneo. Se percataron de que dentro hay algo
,y tratando de sacarlo, una de las hermanas dijo
que parecía un cerebro. Era imposible, es lo
primero que desaparece tras la muerte. Al dar
la luz del sol, La doctora comentó : '¡Dios mío,
es el cerebro!'. Logramos sacarlo con sus dos
hemisferios y el cerebelo. Encajaba
perfectamente. Algo imposible, una gracia de
Dios", afirmó.

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