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Cátedra: Oller
Teórico: N° 8 (Viernes 8 de junio)
Tema: Propiedades estructurales de la relación de consecuencia de la lógica
proposicional: reflexividad, monotonía y transitividad.
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Recuerden que para cada una de estas tres propiedades semánticas vamos a tener
la contraparte sintáctica. En el caso de la reflexividad, será:
¿Qué debe suceder para que sea una consecuencia sintáctica de {}? Debe
haber por lo menos una derivación de a partir de {}. Eso quiere decir que debe
haber una secuencia finita de fórmulas tal que cada uno de los miembros de esa
secuencia sea o bien una premisa o supuesto inicial, o bien un supuesto
provisorio —que debe cancelarse— o bien una fórmula que se obtiene de una o
más líneas anteriores de la secuencia mediante el uso de una regla de inferencia y
tal que la última fórmula de la secuencia es la conclusión. Entonces, dada esta
definición de derivación, esta es una derivación de a partir de {}:
1.
Si es una consecuencia de Γ entonces va a ser una consecuencia de cualquier
ampliación de Γ con todos los elementos del conjunto .
1. 1 Premisa
2. 2 Premisa
3. 3 Premisa
.
.
.
n. n Premisa
.
.
.
m. .
.
Si es posible construir esta derivación, también va a ser posible construir una
derivación de a partir de ∪que comience con los miembros de Γ y
como premisas, y que termine con . Esta derivación tendrá la siguiente forma:
1. 1 Premisa
2. 2 Premisa
3. 3 Premisa
.
.
.
n. n Premisa
n+1. Premisa
.
.
.
m. .
En efecto, si toda valuación que hace verdaderas a todas las fórmulas de Γ hace
verdadera a y toda valuación que hace verdadera a hace verdadera a ,
entonces toda valuación que haga verdaderas a todas las fórmulas de Γ —y, por
lo tanto, también a —hará verdadera a . La fórmula ha sido “cortada” y no
aparece en el consecuente de ese condicional metalíngüístico —es decir, en
╞ —.
Es fácil probar que esta propiedad también vale para la noción de consecuencia
sintáctica de la lógica proposicional. Podemos mostrar esto para el ejemplo
anterior: suponemos que existe una derivación de q partir del conjunto de
premisas {r, (p q), p} y también existe una derivación de (q r) a partir del
conjunto unitario de premisas {q}:
1. r Premisa
2. (p q) Premisa
3. p Premisa
4. q De 2 y 3 por E
1. q Premisa
2. (q r) De 1 por I
Dadas esas dos derivaciones, para construir una derivación (q r) a partir del
conjunto de premisas {r, (p q), p} solo es necesario concatenar ambas
derivaciones:
1. r Premisa
2. (p q) Premisa
3. p Premisa
4. q De 2 y 3 por E
5. (q r) De 4 por I
Esta última secuencia cumple con las condiciones que exige la definición de
derivación para poder afirmar que (q r) es derivable a partir del conjunto de
premisas {r, (p q), p}.
Para evitar estos casos, que algunxs consideran paradojas de la relevancia, puede
modificarse la definición de validez estándar del siguiente modo: un argumento
proposicional es válido si y sólo si toda valuación que verifica a las premisas
verifica a la conclusión —esta es la cláusula clásica— y hay por lo menos una
valuación que verifica simultáneamente a todas las premisas —es decir, no
admitimos conjuntos de premisas insatisfacibles—. Denotaremos a la relación de
consecuencia no clásica determinada por esta definición de validez con ╞S .
= {p, (q ∧ r)}
{p, (q ∧ r)} ╞ r
{p, (q ∧ r)} ╞S r
¿Por qué? Porque hay consecuencia clásica y el conjunto de premisas es
satisfacible, es decir, hay por lo menos una valuación que lo verifica. ¿Cuál es
esa valuación? La que hace verdadera a p, verdadera a q y verdadera a r. Un
contraejemplo de la monotonía para la relación de consecuencia ╞S es el
siguiente: mantenemos los elementos del conjunto original de premisas y le
agregamos una premisa más, p:
Ahora nos queda preguntarnos por la tercera propiedad, la transitividad para ╞S.
Es decir nos preguntamos si es verdad que, si ╞S y{}╞S , entonces
╞S . Para demostrar este condicional metalingüístico, suponemos su
antecedente y tratamos de obtener su consecuente. Supongamos que
╞S y{}╞S . Entonces, por la definición de ╞S, se sigue que será una
consecuencia clásica de y no será insatisfacible. Por otra parte, de la
definición de ╞S se sigue que es una consecuencia clásica de {} y no es
una contradicción. De todo esto, y de la transitividad de la relación de
consecuencia clásica, se sigue que es una consecuencia clásica de . Además,
como no es insatisfacible, podemos concluir, en virtud de la definición de ╞S ,
que ╞S .Ahora podemos introducir el condicional y llegar a la conclusión
deseada: si ╞S y{}╞S , entonces ╞S . Es decir, la relación de
consecuencia╞S tiene la propiedad de transitividad.