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“AÑO DEL BUEN SERVICIO AL CIUDADANO”

DEBERES Y DERECHOS DEL ESTADO

ESCUELA : DERECHO

CURSO : DERECHOS HUMANOS

DOCENTE : SABRINA SANTILLAN SANCHEZ

ALUMNO : VISAEL ALARCON SANTIAGO

CICLO : XI

2017
MASACRE LA CANTUTA

La Masacre de La Cantuta tuvo lugar en el Perú el 18 de julio de 1992 durante


la presidencia de Alberto Fujimori. Un profesor universitario y nueve estudiantes
de la limeña Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y
Valle (conocida [1]. como La Cantuta debido al nombre de la zona donde se
encuentra) fueron secuestrados y desaparecidos por el destacamento Grupo
Colina, pertenecientes al Ejército Peruano. El incidente es notable no sólo por las
violaciones a los derechos humanos que implicó, aunque no fue enjuiciado por
Lesa Humanidad [2], sino por la Ley de Amnistía promulgada a favor de civiles y
agentes del Estado que hubieran estado a cargo de la represión de la violencia
terrorista desde 1980 hasta 1995 [3]. Fue uno de los crímenes que se cometieron
durante el Siglo XX para reprimir la violencia terrorista maoísta y leninista que los
agentes del Estado cometían durante varios gobiernos y que el gobierno peruano
presentó como parte del expediente de extradición de Fujimori frente al gobierno
de Japón en el 2003 y ante el gobierno de Chile en enero 2006.

 1Contexto
 2Secuestro de julio de 1992
 3Juicios y amnistía
 4Derogación de la Ley de Amnistía
 5Juicio a Fujimori
 6Referencias
 7Enlaces externos

Contexto
La Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle fue fundada como
un centro de preparación de docentes en 1822, logrando el estatuto
de universidad en 1965. Fue cerrada por el Gobierno Revolucionario de las
Fuerzas Armadas del Perú en 1977 debido a las actividades políticas de los
radicales de izquierda [5] y reabierto en 1980.
Debido a los problemas económicos ocasionados por la intervención del gobierno
militar en la economía y al Maoísmo que captaba a numerosos estudiantes y
educadores, La Cantuta se ganó la reputación de ser un centro de adoctrinamiento
para ejecutar acciones radicales desde los años 1950 [6]. Fue justamente una
serie de protestas estudiantiles en el campus; incluyendo el bloqueo de la línea
ferroviaria que une Lima con el interior del país – lo que llevó a la suspensión de
sus actividades en 1977.
Con el retorno a la democracia en 1980, el presidente Fernando Belaúnde
Terry reabrió la universidad. Los elementos radicales multiplicaron sus actividades
de reclutamiento y adoctrinamiento en las universidades y se inició el ataque a la
población por parte de las bandas terroristas Sendero Luminoso y el MRTA,
quienes tuvieron una fuerte presencia en dicho campus. A inicios de los años
1990, después de la fuga de la cárcel de una gran cantidad de terroristas del
MRTA, se observó la fragmentación de grupos de izquierda en el campus ante las
amenazas de los integrantes de Sendero Luminoso para alcanzar una influencia
por medio del terror al estilo maoísta-leninista. En 1991, estudiantes senderistas
de la universidad asesinaron a la Sra. Rosa Pretell, encargada y supervisora de
las residencias universitarias, y luego del crimen, tomaron por la fuerza las
residencias, alojando a sus militantes y desalojando a los estudiantes que ahí
vivían por razones económicas. Luego asesinaron al Profesor de Historia Franklin
Távara, que estaba postulando a la alcaldía de Chaclacayo. Este largo historial
delictivo de la banda senderista no pudo ser controlada debido a la falta de una
legislación adecuada y un servicio de inteligencia fragmentado. El 13 de febrero de
1987, durante el estado de emergencia y en medio del toque de queda impuesto
en Lima, alrededor de cuatro mil policías ingresaron en horas de la madrugada a
las residencias universitarias de tres universidades estatales de Lima: San
Marcos, Ingeniería y La Cantuta. En la madrugada del 20 de abril de 1989, fuerzas
conjuntas de la Policía Nacional del Perú y el Ejército del Perú arrestaron a más
de 500 estudiantes bajo cargos de subversión luego de ingresar a la Universidad
La Cantuta y a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En 1989 y 1991 el gobierno peruano promulgó Directivas, y en la última se
ordenaba a las Fuerzas Armadas que realizara actividades civiles de patrullaje sin
armamento y de ornamentación en las universidades nacionales, a fin de
restablecer el orden y garantizar el derecho al estudio de los universitarios que las
bandas terroristas violaba constantemente. Entre ellas se puede mencionar a la
Directiva 017 – 89 del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, la Directiva de
Gobierno 001 – 90, la Directiva 009 – 91 del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas, la Cartilla de Derechos Humanos de agosto de 1991, la Directiva 003 –
91 “Planeamiento de la Defensa Nacional para la Pacificación”, la Directiva No.
001 –92 “Normas de procedimiento para el procesamiento de denuncias de
violaciones de derechos humanos”.
La Directiva 003 permitió borrar gran cantidad de graffiti a favor de Sendero
Luminoso y de su cabecilla Abimael Guzmán Reynoso, lo cual fue aprobado por
los estudiantes al permitirles progresar en sus estudios en vez de soportar las
innumerables paralizaciones de clases y las amenazas de los simpatizantes de las
bandas terroristas.

Secuestro de julio de 1992


En la madrugada del 18 de julio de 1992, 2 días luego de la explosión del coche
bomba en la céntrica calle miraflorina de Tarata, miembros del Servicio de
Inteligencia del Ejército así como de la Dirección de Inteligencia del Ejército,
recibieron la orden de intervenir la residencia universitaria de la Universidad
Enrique Guzmán y Valle al sospechar que habían ayudado a realizar el atentado.
El Grupo Colina ingresó al campus y seleccionó a los sospechosos de acuerdo a
la información de agentes infiltrados como alumnos, lo cual no era parte de las
órdenes del gobierno descritas en la Directiva 003-91- MD-SDN, de enero de
1991, sino que era iniciativa propia de la organización militar, la cual tenía una
visión de represión similar a la desplegada durante los gobiernos anteriores a
1990 (masacre de Putis, Accomarca, Cayara y otros). [10].
Una vez llegados a la residencia los estudiantes fueron seleccionados de acuerdo
a la información de los agentes infiltrados como estudiantes. Los estudiantes
detenidos fueron Bertila Lozano Torres, Dora Oyague Fierro, Luis Enrique Ortiz
Perea, Armando Richard Amaro Cóndor, Robert Édgar Teodoro Espinoza,
Heráclides Pablo Meza, Felipe Flores Chipana, Marcelino Rosales Cárdenas, y
Juan Gabriel Mariños Figueroa. Eran sospechosos de estar relacionados con el
atentado terrorista en la Calle Tarata, que destruyó edificios y existieron decenas
de víctimas. Un grupo de agentes irrumpió en la habitación del profesor Hugo
Muñoz Sánchez, conocido simpatizante de Sendero Luminoso, a quien detuvieron
luego de registrar su dormitorio.

Juicios y amnistía
En abril de 1993, un grupo de oficiales militares peruanos liberaron anónimamente
un documento detallando los eventos en La Cantuta. Su documento señalaba que
el escuadrón de la muerte había secuestrado, torturado y asesinado a las víctimas
enterrándolas rápidamente luego. Posteriormente, tal como se señaló durante una
investigación iniciada por el Congreso, las fuerzas armadas exhumaron,
incineraron, y volvieron a enterrar los cuerpos en otra ubicación.
Los "soplones" militares nombraron a los miembros del Grupo Colinaque
participaron en el incidente, identificando al jefe de las operaciones – Mayor
Santiago Martin Rivas – y señalaron que el grupo operaba bajo órdenes directas
de Vladimiro Montesinos, la cabeza del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y
asesor del presidente Fujimori quien también tenía conocimiento de estos
acontecimientos.
El 6 de mayo, el General de División Rodolfo Robles Espinoza, tercer oficial de
mayor rango del ejército, denunció públicamente varias violaciones a los derechos
humanos cometidas por el SIN y las fuerzas armadas, incluyendo la matanza de
La Cantuta. (Posteriormente fue dado de baja del ejército y fue víctima de
amenazas de muerte). Finalmente huyó del país logrando el asilo
político en Argentina.
En junio de 1993, Justo Arizapana Vicente, un reciclador que trabajaba, y su
amigo Guillermo Catacora, entregaron un plano al congresista Roger Cáceres
Velásquez y al periodista de Radio Comas Juan Jara Berrospi. 1 Cáceres
compartió luego el plano con la revista Sí que lo publicó en julio de ese año. Una
investigación en el sitio indicado en el plano por el fiscal reveló cuatro fosas
clandestinas. Los análisis forenses llevados en los restos, y en otro grupo de
huesos encontrados en otro sitio, revelaron que pertenecían a Muñoz Sánchez y a
varios de los estudiantes, y que al menos algunos de ellos mostraban signos de
tortura y de haber sido ejecutados mediante un disparo en la nuca. (Barreto fue
asesinada algunos años después– su cuerpo decapitado y desmembrado, con
muestras de haber sido torturada, se encontró en marzo de 1997.)
Las autoridades militares iniciaron una investigación de las matanzas en mayo de
1993. Adicionalmente, en diciembre de 1993, un fiscal levantó cargos contra varios
miembros del ejército. Un conflicto de jurisdicción se motivó entre los fueros militar
y civil. La controversia se ventiló ante la Corte Suprema de la República la que,
el 3 de febrero de 1994, decidió que no era capaz de determinar qué fuero debía
aplicarse. Consecuentemente, la noche del 7 de febrero, el Congreso aprobó una
ley según la cual la Corte Suprema podía decidir ese tipo de materias mediante la
existencia de mayoría simple, en vez del voto unánime que se exigía. En un voto
de tres a dos, la Sala Penal de la Corte Suprema decidió que el caso debía
ventilarse bajo la jurisdicción militar.
El 21 de febrero de 1994, el Consejo Supremo de Justicia Militar sentenció a diez
de los autores a sentencias de prisión entre 1 y 20 años.
Luego de la reelección de Alberto Fujimori en abril de 1995, en otra sesión
nocturna del 14 de junio de 1995, el Congreso aprobó la Ley Nº 26749 conocida
como la "Ley de Amnistía", que ordenaba la liberación de todos los oficiales
policiales, soldados y civiles presos o acusados por crímenes civiles o militares
durante la lucha antiterrorista. El 15 de julio, el Consejo Supremo de Justicia Militar
ordenó la liberación de todos los individuos presos por la matanza de La Cantuta.

Derogación de la Ley de Amnistía


La Ley de Amnistía fue abrogada al final del gobierno de Fujimori en el 2000 y,
el 21 de marzo del 2001, la Fiscal de la Nación, Nelly Calderón, presentó cargos
contra Fujimori acusándolo de ser uno de los "coautores" de esta masacre y de
la Masacre de Barrios Altos de 1991. Presentó evidencias de que Fujimori,
actuando en conjunto con Vladimiro Montesinos, ejerció control sobre el Grupo
Colina. Los cargos alegaban que el grupo no hubiera cometido crímenes de esa
magnitud sin las órdenes expresas de Fujimori o sin su consentimiento, y que la
formación y el funcionamiento del mismo fue parte de una política integral
contrasubversiva que implicó sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos.

Juicio a Fujimori
Durante el juicio al expresidente Alberto Fujimori, la Sala Penal Especial de la
Corte Suprema de Justicia determinó que ninguno de los estudiantes, ni el
profesor del caso La Cantuta, tenían vínculos con algún grupo subversivo.
El expresidente Alberto Fujimori recibió el 7 de abril de 2009 una pena de 25 años
de prisión efectiva, por considerarse estos asesinatos selectivos como delitos de
lesa humanidad. El día 02 de enero de 2010, la Primera Sala Penal Transitoria de
la Corte Suprema confirmó la sentencia de 25 años de prisión a Alberto Fujimori
por los casos La Cantuta y Barrios Altos, y el secuestro de Gustavo Gorriti y
Samuel Dyer.
La decisión de la sala penal de considerar como a las víctimas implicadas como
"no relacionadas a grupos subversivos" fue criticada por diversos grupos
opositores a la sentencia de no tener relación con el juicio presente. El juicio no
tenía como fin el analizar el estado de las víctimas sino coaccionar la orden de
acción del grupo Colina con el mandato de Alberto Fujimori. Testimonios de
profesores de la misma universidad, así como de diversos conocidos de las
víctimas y los mismos informes del servicio de inteligencia afirman que los
estudiantes si fueron terroristas y que la información concerniente a este hecho
fue tomada en vano por el tribunal condenatorio.

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