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LA TORRE IMPOSIBLE: VÓRTICES y VÉRTICES DE LA

LITERATURA MUNDIAL

GABRIELA CHAVARRÍA ALFARO

Editorial Alicac

Asociación de Literatura Comparada en América Central y el


Caribe
ISBN
978-9968-654-02-9

Portada:
“The little “tower” of Babel
Autor: Pieter Bruegel the Elder
Year: c.1564. Type: oil on panel

Location: Museum Boijmans Van Beuningen, Rottherdam

Editorial Alicac, San José, Costa Rica, Febrero 2012.


Diseño y programación RAYUELA ESTUDIO VISUAL
Impresión digital: Cpymundo San Pedro
Este ensayo fue parte de las actividades que realicé
durante mi período de licencia sabática en el II
semestre del 2011, por la cual agradezco a la
Vicerrectoría de Docencia de la Universidad de
Costa Rica
Índice

Introducción ………………………………………………………………4

Europeización de la literatura mundial: dos ejemplos a modo


general. La literatura africana y la literatura asiática-oriental……….9

Sociología y literatura mundial: Paola Casanova y Franco Moretti .20

La literatura centroamericana en el panorama


mundial: apuntes generales……………………………………………..27

Bibliografía citada……………………………………………………….. 34
Introducción

La paradoja de la literatura mundial es que no puede ser


verdaderamente mundial, pues es imposible cobijar bajo ese término todos los
países y los pueblos que tienen una literatura escrita, por más inclusiva que
ésta sea. Por tanto, lo interesante de la categoría “literatura mundial” es que
nos impulsa inmediatamente a pensar en la variedad y en la diversidad de
lenguas, culturas, conceptos. Es decir, nos muestra la imposibilidad de la
misma “ilusión” que quiere crear.
Tradicionalmente, la literatura mundial se ha entendido como un
conjunto de textos escritos representativos de las diferentes civilizaciones. Pero
esto mismo implica una selección y una reducción muy grande de la diversidad
cultural del mundo. Esto implica limitar la representación de la humanidad a
unos pocos, ya que no es posible clasificar, ordenar y tener acceso a todas las
literaturas del mundo; aún cuando delimitemos el término “literatura”
exclusivamente al texto escrito con carácter de ficción y a los géneros literarios
canonizados de narración, poesía, y ensayo. En primer lugar, está el asunto de
la organización de los textos, por continentes, regiones o por países y
naciones. La historia de la humanidad ha sido escrita desde diversas ópticas y
no todos los pueblos que tienen literatura son países o regiones representados
con igualdad en esa historia. Nadie tampoco maneja todas las lenguas que
existen en el mundo para poder leer en sus fuentes y si usamos la traducción
no podríamos tampoco asegurar que todas las literaturas del mundo estén
traducidas. Estos son apenas algunos de los obstáculos que muestran la
imposibilidad de abarcar el todo. Asegurar que existe una literatura mundial es
semejante a creer en el mito de la Torre de Babel, en el deseo de encontrar un
lenguaje hablado único, común a todos los habitantes de la tierra. Es la Torre
imposible de construir en su unidad y es al mismo tiempo el deseo de alcanzar
el cielo, de tener una biblioteca única que contenga todo el conocimiento del
universo. El imposible deseo de conquistar la totalidad, el deseo imperial del
conquistador.
De la misma manera que no existe un único sistema lingüístico ni
literario en el mundo tampoco existe un único concepto de mundo ni un único
mapa del mundo. Los mapas son también interpretaciones en las cuales
influyen las percepciones políticas de los cartógrafos y no solo la
representación física. Es decir, los mapas no necesariamente representan una
correspondencia fiel con la realidad física. Por ejemplo, el mapa del mundo de
Peters, o también llamado la proyección de Peters, creado por el historiador y
cartógrafo Dr. Arno Peters en 1967 hace una proyección que muestra que tanto
América del Sur como África son más grandes de lo que tradicionalmente se
les dibuja en el mapamundi. Peters dibuja un mapa con formas más alargadas
donde el denominado Tercer Mundo aparece más grande de lo que
tradicionalmente nos han enseñado que es. Con ello muestra que la cartografía
también refleja la percepción del poder que tienen los cartógrafos.
Comparemos el mapa de Peters (izquierda) y un mapamundi tradicional:

1 2

Es clara la diferencia visual, el mapa de Peters dibuja a los países del


llamado tercer mundo con mucho más poder territorial. Sin duda, el mapa de
Arno Peters puso de nuevo en el debate público el tema de la influencia política
en la geografía.3
Por otro lado, el concepto de mundo es también una creación humana
que muestra la percepción sobre la totalidad que tiene el grupo que tiene el
poder de clasificar, ordenar y repartir el mundo. Todo concepto implica la
percepción del lugar desde dónde se habla. Por ejemplo, el filósofo alemán

1
Tomado de http://www.petersmap.com/
2
Tomado de http://guiadelmundo.org.uy/cd/countries/map
3
A finales de los años noventas surge un movimiento dentro de la disciplina de la
geografía que cuestiona y analiza críticamente la relación entre los mapas y el poder
político, la cual se denomina cartografía crítica.
Hans-George Gadamer cuando se pregunta ¿Qué significa el mundo (Welt)?
Dice:
Los latinos se referían a ello con el término de “universum”. Cuando la
lengua alemana desarrolló su autoconciencia, se decía en alemán “el
todo” (All) o “el todo del mundo” (Wetall). Y cuando el neohumanismo en
la época clásica de Goethe puso en primer término el griego frente al
latín…se llamó de súbito “Kosmos”…Se puede aprender mucho de la
palabra “Welt” (mundo)…aquí no cabe duda de que la raíz “wer”
(hombre) está metida dentro (wertal) …o “Wergeld” (valor de un
hombre). En todas esta palabras está contenida la partícula “wer”,
hombre, humano (Mensch)…En suma, mundo es mundo humano,
mundo del hombre…Este es el significado originario en lenguas
germánicas e indogermánicas. Esto informa de algo que debemos
recordar: se trata de la comprensión del mundo… (Gadamer, 1993: 116-
117)

Gadamer nos habla de lo que significaba el mundo en Alemania, en siglo


XIX, momento en que surge también el término de “literatura mundial”4 Y de
cómo esos conceptos reflejan las distintas posiciones que asumen frente a la
totalidad diferentes grupos, pero los grupos que él menciona son los de
aquellos que dominan el mundo.
El problema de la literatura universal o mundial radica-como señala
Hugo Achugar-… “desde dónde y desde quién se establece la valoración o la
universalidad de un texto o de una obra artística.” (Achugar, 2006: pag.201).
La literatura como sistema estético mundial o como espacio mundial o
como reflejo de sistemas políticos y económicos o como literatura comparada
son algunos de los nombres que han entrado en el debate sobre lo que puede
significar el término. Es decir, más que un simple canon euro-céntrico de
novelas y textos, la literatura universal o mundial nos remite a los diferentes
tipos de relaciones que se establecen entre países y culturas. El término

4
Al respecto dice Ignacio Sánchez Prado: “El término fue acuñado por Goethe en una
serie de artículos marginales (como prólogos, artículos de revistas e incluso sus
conversaciones con Eckerman, siendo el primero de éstos un artículo, publicado en
Francia, donde comenta la recepción de su obra…para Goethe la literatura mundial se
compone de un conjunto de prácticas y valores que, en trascendencia de las fronteras
nacionales, permite concebir el ejercicio de la literatura como una suerte de ágora
transnacional” (Ignacio Sánchez, Introducción- América latina en la “literatura mundial”
pág.10, 2006)
“literatura mundial” es también un problema teórico y metodológico al que todo
crítico literario y lector se enfrenta en algún momento de su vida. Entre los
diferentes sistemas que pueden usarse para hablar de literatura mundial
podemos encontrar vértices o puntos de encuentro; pero también la literatura
mundial nos remite a la imposibilidad de una organización única, a la inutilidad
del sistema y, entonces, nos recuerda el caos, la espiral interminable que nos
permite hablar del vórtice. Una literatura mundial así como una cultura mundial
es el sueño imposible que los grandes imperios no dejan de soñar, pero desde
esta localidad pequeña en el centro de América, este ensayo no pretende
soñar ese mismo sueño sino descubrir sus aristas, confrontar posiciones y
debatir sobre el término.
Claudio Guillén, el gran teórico y comparatista español, dijo que el crítico
comparatista se caracteriza porque tiene conciencia de las tensiones entre lo
local y lo universal sin enfocarse en una sola:
…el comparatista se niega a consagrarse exclusivamente
a uno de los dos extremos de la polaridad que le concierne
--lo local—como a la inclinación opuesta –lo universal--.
Es obvio que especializarse en la nación o nacionalidad es
tarea insuficiente…Y no es menos cierto que tampoco se
instala en el mundialismo, el desarraigo, la abstracción
exangüe, el cosmopolitismo a ultranza…
(Guillén, 1971. Entre lo uno y lo diverso. p.18)

Con la misma teoría y metodología comparada, este ensayo pretende


enfocarse en las tensiones, roces, vórtices y vértices de la literatura mundial.
Europeización de la literatura mundial. Dos ejemplos a modo
general: literatura africana y literatura asiática- oriental

Desde los orígenes del concepto en el siglo XIX y su institucionalización


en las universidades como disciplina académica a principios del siglo XX, la
literatura universal o mundial se ha construido desde un punto de vista euro-
céntrico y se ha abordado como literatura comparada, pues trataba de las
relaciones entre los textos clásicos greco-latinos como los de Homero, los
medievales y religiosos y las literaturas de los países de Europa Occidental.5
Me gustaría tomar como ejemplo el libro La literatura universal (1968) del
conocido crítico español, poeta e historiador de la literatura, Guillermo Díaz
Plaja con una introducción del también muy conocido crítico español Angel
Valbuena Pratt . En este libro puede observarse una clara ordenación de la
historia de la humanidad que empieza en Oriente. Díaz Plaja toma como punto
de partida el concepto de Alfred Weber sobre “las altas culturas primarias” que
son cuatro: la de China, la de la India, la de Egipto y la de Babilonia y que se
encuentran unidas por la semejanza de tener una clase dirigente religiosa o
sacerdotal, cuyos primeros textos literarios son textos sagrados o religiosos.6
Luego revisa la cultura y literatura griega y luego la romana, pasando a la Edad
Media, luego el Renacimiento y centrándose en España, Italia, Francia,
Alemania, es decir, la Europa Occidental. Igualmente rescata los movimientos
literarios típicos de las historias literarias occidentales como el renacimiento,
barroco, clasicismo pero tiene a su haber un capítulo final en el cual incorpora
las literaturas de Europa oriental Checoslovaquia, Escandinavia, etc.
El libro de Díaz Plaja representa un orden típico en las historias de la
literatura mundial durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, en
el cual las cuatro culturas primarias quedan como el recuerdo de un pasado
idílico que no se vuelve a retomar. Es la imagen de un Oriente lejano que
queda muy atrás frente al protagonismo que toma la civilización de Europa
occidental. Esta visión del lejano oriente es a “grosso modo” la que se repite

5
Después de la Segunda Guerra Mundial se incorporaron las literaturas
norteamericanas y rusas fuertemente como parte del canon, es decir, las literaturas de
los países considerados del primer mundo y algunas del segundo mundo.
6
Alfred Weber, hermano de Max Weber, economista, sociólogo y teórico de la cultura.
desde el siglo XIX y durante casi todo el siglo XX en la enseñanza universitaria.
Poco se conoce de la evolución y actualidad de otras literaturas del mundo y
las que se conocen es porque han pasado un proceso de occidentalización que
las clasifica y asemeja a los parámetros de la cultura occidental. Las historias
literarias que empiezan a aparecer en el siglo XIX en América Latina, por
ejemplo, son igualmente de corte europeo y la mayoría comienzan su historia
literaria a partir de la cultura y literatura greco-romana.7 El proceso de
colonización que Europa Occidental llevó a cabo en todo el mundo
occidentalizó todas esas culturas.
Pensemos, por ejemplo, en la literatura africana, tan plural y diversa
como el continente mismo.

En África se hablan más de 1,500 lenguas y se sitúa


el origen de las primeras civilizaciones como la egipcia,
sin embargo. África ha sufrido terribles conquistas y la
colonización europea, lo que le ha llevado a convertirse
en el continente más pobre del mundo. (Jordi Ferrer,2002: p.392)

En efecto, África es un concepto geográfico y no cultural. Allí conviven


muchas culturas con historias y tradiciones muy diferentes, podemos hablar de
África del norte, África negra, África no islámica, África al Sur del Sahara. Y
sus divisiones territoriales así como sus mapas han sido hechas por los
diferentes imperios y países que la han colonizado.
Janheinz Jahn, el reconocido africanista alemán- recopiló en 1964 una
bibliografía de literatura neoafricana8 escrita en ese continente y documentó
3,800 títulos, como una cifra aproximada, y de éstos dijo:

Sólo en Agysimba (Sudáfrica) hay 560 autores:


la mitad escribe en idiomas europeos (280) y la
otra mitad en idiomas africanos…Existen en
total más de 700 lenguas africanas; sin embargo,
las lenguas escritas se distribuyen tan solo entre
37 de ellas. (p.32)
7
Sobre este asunto ver Beatriz González Stephan. La historiografía literaria del
liberalismo hispanoamericano del siglo XIX. La Habana: Casa de las Américas, 1987.
8
Este autor define la literatura neoafricana como la literatura africana con influencia
occidental, es decir, a partir de la colonización, y la separa de lo que denomina
literatura agysimbia u oral con influencia árabe y musulmana como la literatura
vernácula. Agysimba es un país perdido del continente africano que se identifica con
las partes volcánicas del Tesbis y con partes de Sudáfrica.
La cita anterior muestra que muy pocas lenguas africanas se dedicaron
a fijarse en la escritura y que muchas de ellas conservan todavía hoy una
literatura oral. La novela, por ejemplo, fue sin duda una importación europea
porque la poesía, la música y el teatro son las artes más antiguas que
comparten la mayoría de grupos culturales en África. 9
En el último tercio del siglo XIX, los países europeos empezaron a
subastarse África. Algunos historiadores toman como referencia la conferencia
de Berlín 1884-1885. En general, la incorporación de África al mercado mundial
y el dominio de las potencias europeas en su continente tuvo varias etapas. Del
siglo XV al XIX predominó la trata de esclavos y durante la primera parte del
siglo XIX la penetración económica y territorial de varias potencias como Gran
Bretaña y Francia. Y después de la conferencia de Berlín un período de
acelerada colonización. Algunos críticos como Jeffry Stone (1988) hablan de
que la cartografía del imperialismo y del colonialismo en África tiene marcadas
diferencias.
Con la conquista de territorios y su colonización, los países europeos
impusieron sus lenguas oficiales, de manera que además de la gran cantidad
de lenguas vernáculas de África, en los distintos territorios del continente se
habla inglés, francés, portugués, alemán y holandés. Y por supuesto se
encuentra literatura escrita en todos esos idiomas, siendo la literatura
anglófona la más conocida a nivel mundial. A manera de ejemplo tenemos que
cuatro escritores africanos han ganado el premio Nobel de literatura entre 1986
y 2003. Ellos son: 1986 Wole Soyinka, Nigeria, en idioma inglés. La muerte y el
caballero del rey, 1988 Naguib Mahfuz, Egipto, en idioma árabe, El Callejón de
los milagros y 1991 Nadine Gordimer, Sudáfrica, en idioma inglés, El
Conservador y 2003 John Maxwell Coetzee, Sudáfrica, en idioma inglés,
Desgracia.
Es fácil imaginar entonces que estos escritores- aunque hayan ganado
el premio Nobel- solamente representan un porcentaje pequeño de lo que es la
totalidad de las múltiples literaturas africanas. Resalta, además, el caso de

9
“In Africa the novel is the only literary art form that has been totally imported and
imposed over and above development from an indigenous pattern. Drama and poetry,
on the other hand, were an integral part of the African heritage; they functioned within
the oral tradition, contributing to ceremonial and festival occasions.” (O.R.Dathorne.
African Literature in the Twentieth Century. P.53)
Naguib Mahfuz, quien es uno de los escritores en lengua árabe más conocidos
internacionalmente, a raíz de ganar dicho premio. Él nació en Egipto en el
Cairo, 1911 y falleció en 2006 y su clasificación como escritor puede ser
múltiple. Por ejemplo, ¿es Mahfuz parte de la literatura árabe, de la literatura
egipcia o de la literatura africana?. Sin duda pertenece a las tres y sus novelas
y poemas muestran la complejidad cultural de varias tradiciones y grupos
étnicos. Mahfuz es un buen ejemplo de lo arbitrario que resultan los conceptos
de nacionalidad, lengua o cultura para definir un texto literario.
Tanto Janheinz Jahn como otros historiadores de la literatura mundial y
comparada reconocen que ni los territorios ni las lenguas son categorías
suficientes para ordenar los textos literarios, pues el fenómeno literario es más
complejo que eso. Sin embargo, la clasificación de las literaturas mundiales
hechas por Europa Occidental y posteriormente Estados Unidos se ha basado
en las nacionalidades y en las categorías lingüísticas.
Como reconoce Janheinz Jhan, para que una literatura de pueblos
extraños transoceánicos fuera reconocida tenía, en primer lugar, que ser
descubierta por un occidental y después encontrar un traductor occidental y por
último un gusto benévolo occidental para alcanzar parecido rango:
…así fueron excluidos de la literatura universal poemas
épicos indios traducidos a los idiomas del Tíbet, China,
Japón, Birmania, Malaca y Java…quedaron igualmente
excluidas obras maestras árabes, admiradas en el
Sudán, África oriental, India e Indonesia, sólo porque
en ellas fallaba la capacidad de los traductores europeos;
al margen quedaron también novelas sociales chinas,
porque su realismo se le antojaba indecente a la
sociedad europea… Goethe, padre de la idea, concebía
la literatura universal como ‘una gran fuga, en la que van
entrando, unas tras otras, todas las voces de los pueblos.
Pero Europa se veía a sí mismo como director de la
orquesta, facultada para imponer la escala y el compás, y
para excluir aquellas voces que ejecutasen armonías para
ella incomprensibles” ( Jhan, pp.15-16)

De la cita anterior se desprende que el eurocentrismo con que se ha


formado la idea de literatura universal ha reducido el fenómeno literario a unos
cuantos países y unas cuantas lenguas, igualmente ha considerado a unas
cuantas culturas como representativas de la diversidad mundial
Para eso ha tenido que reducir el concepto de literatura a, en primer
lugar, el texto escrito dentro de una nación en la lengua oficial de ese país y ,
en segundo lugar, a los géneros literarios esbozados por Hegel en su estética
del siglo XIX , que es también la base sobre la cual se organizan las historias
literarias. Lo que no cabe dentro de esos parámetros es olvidado o clasificado
en categorías diferentes como folclor o arte popular. Pero, además, es
necesario cuestionar también el concepto de cultura que se está usando, pues
si se entiende cultura como homogeneidad, entonces, este concepto también
resulta discriminatorio e insuficiente para nombrar la diversidad de tradiciones y
pueblos que existen dentro de un mismo país o en su relación con otras
culturas.
Como afirman Andreas Wimmer e Isabel Vericat (2000) el concepto
clásico de cultura, surgido de las antropologías europeas, ha venido siendo
cuestionado desde los años 90s y quizás no deberíamos estar hablando de
multiculturalismo sino contra el concepto clásico de cultura, porque dicho
concepto sirve para racializar y etnificar las diferencias. El concepto clásico de
cultura nos lanza hacia la homogeneidad y no nos sirve, por ejemplo, para
nombrar los espacios móviles de subjetividades migrantes o grupos humanos
en desplazamiento.10
El libro Las antropologías del mundo (2006) editado por Gustavo Lins
Ribeiro y Arturo Escobar ofrece varios ensayos que cuestionan los conceptos
clásicos que las antropologías hegemónicas han impuesto a los países
colonizados.11
A título personal, yo considero que el concepto propuesto por Mary
Louise Pratt sobre las zonas de contacto puede ser útil a este propósito porque
en las zonas de contacto se borran las nociones tradicionales de lengua,
ciudadanía y cultura.

la idea de zona de contacto intenta contrastar con las ideas de comunidad que
subyacen en la academia y su pensamiento sobre lenguaje, comunicación y

10
(cfr. Wimmer y Vericat, “La cultura como concertación”. Revista Mexicana de
Sociología, vol 62, No.4 pp. 127-157)
11
En general, la misma europeización que hemos señalado en la construcción del
concepto de literatura universal se da también en la construcción del conocimiento de
las distintas disciplinas y es lo que una corriente de intelectuales latinoamericanos han
llamado la colonización del conocimiento. Ver la producción de Enrique Dussel y
Walter Mignolo.
cultura. Hace unos años, pensando en las teorías lingüísticas que conocía,
trataba de encontrarle sentido a una cualidad utópica que caracteriza los
análisis sociales del lenguaje, hechos en la academia. El hecho de que los
lenguajes eran vistos como vivos en las “comunidades hablantes”y tendían a
ser teorizados como entidades coherentes auto-definidas, sostenidos por una
competencia homogénea o una gramática compartida idéntica e
igualitariamente por todos los miembros. Esta idea abstracta de las
comunidades hablantes parece reflejar, entre otras cosas, la manera utópica
en que las naciones modernas se conciben a sí mismas como lo que Benedict
Anderson llamó comunidades imaginadas12 (Pratt, 1991:p.4 traducción mía)

Pratt dice que la autoetnografía, el bilingüismo, la mediación, la parodia,


la denuncia, son, -entre otras más-, formas artísticas de las zonas de contacto
que se viven hoy no solamente en las fronteras sino también en nuestras
ciudades y barrios.
De la cita anterior se desprende la necesidad de buscar nuevos
conceptos para nombrar realidades y textos que no entran en las categorías
clásicas de literatura mundial.
La literatura asiática-oriental
Con la literatura asiática ocurre algo similar a lo de la literatura africana
pues se refiere a una diversidad muy grande, con culturas, tradiciones e
historias distintas. Por un lado, y tratando de agrupar territorios, podemos
nombrar diferentes regiones dentro del continente: 1-Asia Meridional (Irán,
Afganistán, Paquistaní, India, Nepán, Bután, Bangladés), 2- Asia Central
(Kazajistán, Kirguizistán, Turqmenistán, Uzbequistán, Tayiquistán,), 3- Asia
Septentrional (Rusia) 4- Asia Oriental (Mongolia, China, Corea del Norte,
Corea del Sur, Japón y Taiwán) 5- Sudoeste asiático ( Israel, Líbano, Siria,
Turquía, Jordania, Irán, Iraq, Yemen, Arabia Saudita, Emiratos árabes unidos,
Omán, Qatar, Bahréin) 6-Sudeste asiático ( Birmania, Tailandia, Camboya,
Vietnam, Malasia, Brunei, Filipinas, Indonesia, Laos, Singapur, Timor Oriental).

12
The idea of the contact zone is intended in part to contrast with ideas of community
that underlie much of the thinking about language, communication, and culture that
gets done in the academy . A couple of years ago, thinking about the linguistic theories
I knew, I tried to make sense of a utopian quality that often seemed to characterize
social analyses of language by the academy. Languages were seen as living in
“speech communities,” and these tended to be theorized as discrete, self-defined,
coherent entities, held together by a homogeneous competence or grammar shared
identically and equally among all the members. This abstract idea of the speech
community seemed to reflect, among other things, the utopian way modern nations
conceive of themselves as what Benedict Anderson calls “imagined communities.”
Paralelamente a la colonización de África, las potencias europeas se lanzaron
también a la conquista del continente asiático. Sin embargo, para efectos de
este ensayo me centraré en Asia oriental y en el nuevo orden que se establece
después de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando se habla de literatura asiática- oriental, en realidad nos
referimos al territorio de Asia Oriental que está compuesta por China, Japón,
Corea del norte y Corea del Sur, Taiwán y Mongolia dentro de los cuales se
habla chino, japonés, coreano y mongol, además de una gran cantidad de
dialectos locales. Sin embargo, la imagen que Occidente tiene de Asia Oriental
es la imagen de una cultura bastante homogénea. Pero aunque la cultura
china, el idioma chino y la política imperial de China moldeó toda esa región al
igual que después lo hizo Japón con su conquista imperial, poco se conoce de
las relaciones entre estos países. Poco se conoce de los conflictos y
rivalidades entre coreanos, taiwaneses, chinos y japoneses, conflictos que han
marcado distanciamiento y diferencias entre la historia de todos estos países.
El hecho de que los occidentales tengan una percepción más
homogénea de esta cultura tiene explicaciones de tipo político y económico a
nivel mundial. En el caso que nos ocupa, las razones están al finalizar la II
Guerra Mundial, pues el reordenamiento que se dio del mundo bajo el liderazgo
de los Estados Unidos marcó un cambio radical en la percepción que
Occidente tuvo de Asia-oriental y Japón pasó a ocupar un lugar principal en la
representación de esa cultura y esa literatura.13
Recordemos que Japón apoyó la Alemania de Hitler durante la II Guerra
Mundial y su emperador quería crear un imperio en la región. Al finalizar la
guerra- con la trágica experiencia de las bombas atómicas- Japón fue conocida
en el mundo por esa tragedia humana sin precedentes y, una vez dominada
totalmente por Los Estados Unidos se reconstruyó y alcanzó el papel de
potencia mundial. Japón es uno de los países que ha sufrido las
transformaciones más radicales a nivel político y económico en el mundo.

13
A finales del siglo XX y principios del siglo XXI esta situación está cambiando pues
China está adquiriendo la supremacía en Occidente de la que antes gozó Japón. Sin
embargo, Japón tuvo una supremacía económica y cultural en occidente durante toda
la segunda mitad del siglo XX.
En general, después de 1945, Estados Unidos se convirtió en la potencia
que americanizó el mundo, en términos de Wallerstein, quien ha estudiado
tanto este período y el sistema mundo.14
Según, David Ludden los estudios asiáticos que se organizan después
de la Segunda Guerra Mundial y desde las academias estadounidenses
cartografían Asia Oriental según los intereses de la política norteamericana:
Los Estados Unidos dibujaron su mapa agrupando países en regiones que
oficialmente definían Este, Sudeste, Centro y Sur de Asia: estas se convirtieron
en áreas de estudio. Aunque muchos mapas dibujan Asia como incluyendo
Rusia y tocando el Mediterráneo, el gobierno norteamericano mapeó Asia
separando el Medio Este del Centro y Sur de Asia. Académicos, educadores,
publicistas, escuelas, agencias turísticas, nuevas agencias e innumerables
otros hicieron lo mismo en otros países…Invisiblemente, sin embargo, la Asia
de América significa fundamentalmente China y Japón- Esto se observa
claramente en que el 75 por ciento de los miembros de la AAS (Asociación de
Estudios Asiáticos) estudia China, Japón y Korea. Este conocimiento del mapa
de Asia es invisible en el logo de AAS y refleja una atadura americana con el
Este de Asia; atadura que viene desde los días de la guerra del Opio y de las
aventuras del almirante Perry. Por 1950, cuando los estudios de área tomaron
forma en América, un siglo de movilidad a través del Pacífico había formado
una geografía americana distintiva de las ataduras con Asia. Por el contrario, el
conocimiento europeo sobre Asia evolucionó a través de siglos de movilidad a
través del Océano de la India y como resultado los Estudios Europeos de Asia
prestan mayor atención al sur y sudeste de Asia. (Ludden, 2003, traducción
mía PP. 1058)15

Es decir que de un modo distinto pero relacionado con el mapa de


Peters, este autor pone en discusión el asunto de la geopolítica del

14
Ver Aguirre, Carlos. Immanuel Wallerstein: crítica del sistema mundo capitalista
(2003)
Ver: Immanuel Wallerstein. La decadencia del poder estadounidense (2005)
15
The United States drew its map of Asia by lumping countries into regions that
officially define East, Southeast, Central, and South Asia; these became areas in area
studies. Although many maps depict Asia as including most of Russia and touching
the Mediterranean, the U.S. government mapped Asia so as to separate the Middle
East from Central and South Asia. Scholars, educators, publishers, schools, tourist
agencies, news agencies, and countless others in many countries did the same.
Attachments to maps of Asia developed accordingly. Invisibly, however, America's Asia
mostly means China and Japan. This appears in the fact that roughly 75 percent of the
members of the AAS study China, Japan, or Korea. This knowledge map of Asia is
invisible in the AAS logo and reflects a special American attachment to East Asia
dating back to the days of the Opium Wars and Admiral Perry's adventures. By the
1950s, when area studies took shape in America, a century of mobility across the
Pacific had formed a distinctly American geography of attachments to Asia, interests in
Asia, and knowledge about Asia. By contrast, European knowledge about
Asia evolved over centuries of mobility across the Indian Ocean, and as a
result, European Asian studies pay proportionately more attention to South and
Southeast Asia. (Ludden, 2003. Pp 1058 Original en inglés)
conocimiento, al mostrar que en esta cartografía moderna se pone el énfasis
en algunas regiones más que en otras dependiendo de la óptica política. El
énfasis implica trazar fronteras tanto físicas como de conocimiento y estudios.
No es de extrañar entonces que al hablar de literatura asiática oriental en
Estados Unidos y América Latina se hable principalmente de la literatura china
y japonesa y en menor medida de la coreana –más del sur que del norte- y de
la taiwanesa. Tampoco es de extrañar que Japón, que pasa a ser el gran aliado
y colonizado país de Estados Unidos, después de 1945 se convierta en la
representación protagónica de la región del Asia oriental.
En efecto, los Estados Unidos moldearon el sistema educativo japonés
así como su cultura, el proceso de occidentalización y americanización se
intensificó fuertemente después de 1945 hasta lograr una historiografía literaria
japonesa de manera similar a una historia literaria europea occidental. Se
buscaban los mismos movimientos literarios europeos para ubicar las novelas y
la poesía japonesas. Se ubicó la literatura también según los temas culturales
impactantes como la llamada literatura de la bomba atómica, por ejemplo,
sobre la cual también se hizo arte con el fin de mantener viva la memoria:
museos, espacios públicos y además mangas, documentales y películas.16 La
literatura moderna japonesa ha sido un área de estudios privilegiada por la
academia norteamericana y europea como representación clave de la cultura
asiática oriental en Occidente. 17
En efecto China y Japón han peleado por el dominio en la región de Asia
oriental o Este de Asia. Taiwán, por ejemplo, ha estado bajo el dominio Chino y
bajo el dominio japonés y bajo la ley marcial por 38 años. Una vez finalizada la
II Guerra Mundial se obligó a Japón a devolver territorios a China, entre estos
Taiwán, pero en 1949 con la guerra civil en China, este país perdió el control
sobre la isla y Taiwán quedó gobernada por militares que impusieron la ley
marcial hasta 1987 y lucharon contra la influencia comunista. Época de gran
represión llamada del terror blanco.
Tanto Taiwán como Corea (dividida en dos- norte y sur- por el paralelo
32-después de la II Guerra Mundial) ejemplifican la encarnizada y cruel
16
Sobre la literatura de la bomba atómica ver por ejemplo Whittier Treat, John. (1995)
Writing Ground Zero. Japanese literature and the Atomic Bomb
17
Ver Karatani Kojín. (1994). Origins of Modern Japanese Literature.
violencia de la Guerra Fría. Su arte testimonia, en mi opinión, una represión
brutal que se muestra en todos sus extremos en su literatura y que es
comparable a las interminables violaciones de derechos humanos que se
dieron en algunos países de América Central también durante la Guerra Fría.
La represión y la censura se observan también en los inicios de la
literatura de estos países. Como señala Joseph Lau: Aunque Taiwán ha sido
desde 1949…el domicilio de muchos exiliados chinos, tardó mucho la
producción de una literatura considerada taiwanesa. Entre las razones que él
explica está el hecho de que justamente por el control militar y político que
sufrió Taiwán desde 1949 estaban prohibidos los libros escritos en China y
sospechosos de influencia comunista. Por tanto, los escritores taiwaneses y los
escritores chinos exiliados en Taiwán vieron cortados sus lazos con sus raíces
culturales y cualquier intento de crear literatura era importado de Occidente, de
donde copiaban todos los “ismos” artísticos de moda. Además el intercambio
educativo de intelectuales de Taiwán que viajaban a estudiar a los Estados
Unidos, al regresar contribuian a intensificar aún más el proceso de
americanización en sus países. (cfr. Lau, 1973: pp. 1-5)
El poco conocimiento sobre la literatura coreana o la literatura de
Taiwán ha contribuido a que se invisibilice todo el terror vivido en estas
regiones en donde China y Japón junto con los Estados Unidos han librado
cruentas batallas.
La atroz división que vivió Corea como consecuencia de la II Guerra
Mundial lo expresa muy bien Charles Amstrong en su artículo “The Cultural
War” pues fue una auténtica Guerra Cultural entre miembros de un mismo
territorio, familias que de repente se encuentraron imposibilitadas a
comunicarse y verse y además que fueron forzadas a defender con sus propias
vidas la ideología comunista o la ideología capitalista. Después de 1945,
Corea como Alemania quedó dividida, con la diferencia que aún hoy la división
en Corea continúa vigente. Sin duda, la influencia de Estados Unidos fue
decisiva en la literatura moderna de Corea del Sur y la influencia soviética y
China fue igualmente relevante para la literatura moderna de Corea del Norte.
Desde 1980 tanto Taiwán como Corea del Sur han entrado en un
proceso de democratización, a raíz de la lucha también de movimientos
sociales buscando libertad y respeto de los derechos humanos. Actualmente
estos países viven procesos culturales de revaloración de sus historias locales.
Como dice Hsing-Huang Michael Hsiao en referencia al proceso globalizador
en Taiwán en los 90s: “Junto con la americanización, europeización y
japanización de la cultura popular y los estilos de vida aquí, también se ha dado
un “reenvase” de la localidad cultural y de lo indígena, dentro del cual se han
revitalizado y reinventado muchas culturas locales y elementos de los estilos de
vida tradicionales.” (2003, p.57 traducción mía) 18
Como puede verse en la cita anterior, la globalización económica que
implica por un lado un movimiento cultural homogenizador conlleva también
una revaloración de lo propio aunque esto signifique reducirlo con fines
comerciales. En el caso de Asia oriental, por ejemplo, es evidente la poderosa
influencia de la industria fílmica y audiovisual japonesa en los otros países, así
como el conocimiento de la literatura japonesa.
Taiwán, Corea y Mongolia han sido tradicionalmente las periferias de las
dos potencias de Asia oriental, China y Japón.

18
“Side by side with the Americanization and Europeization and Japanization of
lifestyles and popular culture here, there has also been a rise in “repackage” cultural
localization and indigenization, in which many local cultures and traditional lifestyles
elements…have been revitalized and reinvented” (Ibid, p.57)
Sociología y literatura mundial: Pascale Casanova y Franco
Moretti.

Los dos críticos de literatura mundial más actuales y conocidos en


Occidente son Pascale Casanova y Franco Moretti. Los une no sólo el hecho
de que sus modelos se han exportado a casi todas las academias universitarias
alrededor del mundo, sino también porque ambos representan el esfuerzo por
aplicar teorías provenientes de las ciencias sociales, en este caso,
específicamente de la sociología, al análisis de la literatura mundial. A su
modo, cada uno de ellos toma las propuestas teóricas de Pierre Bordieu
(sociólogo francés) y de Immanuel Wallerstein (sociólogo norteamericano) y las
aplica a sus modelos. Es, sin duda, un intento relacional muy fructífero que nos
muestra la gran cantidad de posibilidades que se pueden dar en nuestro
campo.
La República Mundial de las Letras: El libro y la propuesta de la crítica
francesa Pascale Casanova, La República Mundial de la Letras (1999 original
en francés), (2001 en español) se convirtió prácticamente en un clásico citado
por los críticos literarios interesados en el asunto de la literatura universal. La
propuesta de Casanova fue conocida y debatida a finales del siglo XX y
principios del siglo XXI y aún hoy continúa siendo una postura clave dentro de
esta temática.
Lo novedoso de la propuesta de Casanova es la existencia de un
espacio literario mundial que estaría constituido por los escritores que han
conseguido relevancia mundial, por los textos canonizados y por las literaturas
nacionales o regionales que han logrado innovaciones estéticas al ingresar a
las editoriales y los circuitos de distribución y difusión de las metrópolis. Este
espacio está constituido también por las literaturas periféricas y goza de una
autonomía relativa de los sistemas políticos y económicos de las regiones y
países porque tiene sus propias reglas, las reglas del arte literario. Eso
explicaría que países considerados del tercer mundo alcanzaran un
primerísimo lugar en este espacio como el “boom de la novela latinoamericana”
en los años sesentas o la primacía de un Rubén Darío, en 1898 etc. Un poco a
la manera en que el sociólogo francés Pierre Bordieu define la independencia
del espacio del arte, Casanova define el espacio literario mundial. De acuerdo
con su planteamiento, cada literatura nacional conforme se fue desarrollando y
creando su propia tradición estética se fue independizando de las instituciones
estatales y políticas y fue creando sus propias reglas y su propio mundo
literario de referencia: “…los retos y las competencias transnacionales, al
deshacerse de las rivalidades estrictamente nacionales y políticas, adquieren
su autonomía. La conquista de la libertad del conjunto del espacio literario
mundial se obtiene al hacerse autónomo cada ámbito literario nacional…”
( Casanova, 2001: pp.58-59).
Pascale Casanova también establece con base en esta autonomía del
espacio literario mundial una especie de analogía con el sistema económico, y
habla de una economía literaria mundial, en la cual existe un capital literario
que se negocia y se intercambia como en la bolsa de valores (Cfr. Ibid, pp.25-
35). En ese espacio literario existen también ciudades centrales como lo fue
París en el siglo XIX que tienen una influencia mayor o son consideradas como
la meca cultural del arte y que no coinciden necesariamente con el poder
económico mundial.
Si bien la propuesta de esta crítica, La República Mundial de las Letras
tiene aspectos convincentes e interesantes no ha dejado de ser polémica y de
atraer también crítica. Una de las cuales tiene que ver con la centralidad que
adquiere Francia en su modelo. Para Casanova la literariedad (o ‘capital
lingüístico-literario) del francés es central en el espacio literario mundial.
Una gran literariedad conferida a una lengua supone una
larga tradición que refina, modifica, amplía con cada
generación literaria la gama de posibilidades formales y
estéticas de dicha lengua: establece y garantiza la evidencia
del carácter eminentemente literario de lo que está escrito en
esa lengua, y le expide, por sí misma un “certificado” literario
(Casanova: p.32)

La literariedad se convierte así en un bien al que todos los escritores


aspiran y por tanto, cualquier texto literario que quiera serlo no puede
desconocer ciertas tradiciones y entre ellas, la francesa por supuesto. Es decir,
hay centros y capitales literarias que se deben visitar y conocer en el espacio
literario mundial. Pero eso no quiere decir que las otras literaturas las deban
imitar pues en el intercambio y negociación de ese capital literario pueden venir
a consagrarse en esos centros otras literaturas y otras tradiciones, sin
embargo, necesitan de su legitimación.
En este sentido, Ignacio-Sánchez Prado logra resumir bastante bien el
cuestionamiento que otros críticos junto con él han hecho a La República
Mundial de las Letras, cuando dice:
Un modelo teórico posicionado de esta manera, entonces, tiene
necesariamente, un punto ciego: en un espacio literario cosmopolita
las producciones literarias de Asia, África o América Latina
pueden influir en la estéticas de los Estados Unidos y Europa, sin
que esta influencia provenga del ajuste de dichas literaturas a los
cánones establecidos en las capitales metropolitanas (Brenam,
Timothy. At Home in the World- citado por Sánchez Prado)
Ciertamente Casanova argumentaría que esto demuestra su tesis,
dado que la consolidación internacional de dichas producciones
pasa, por lo menos en parte, por Francia y su mercado editorial,
pero el punto es que el proceso de formación de la escritura periférica
y su paso por circuitos de lectura no europeos no pueden ser descritos
desde un modelo que requiere siempre la referencia a Francia. No,
sin cierta ironía, la idea del rol central de París de Casanova recuerda
el rol Central de Shakespeare planteado por Harold Bloom en The
Western Canon. Aunque,,,Casanova abiertamente expresa su simpatía
por la producción literaria periférica, lo cierto es que la premisa es la misma:
existe un centro del canon (Shakespeare, París) en cuyos términos
se mide toda la producción literaria. (Sánchez-Prado, 2006. América
Latina en la literatura mundial” introducción” pp.29)

Considero que el modelo de Casanova muestra que el proceso de


occidentalización de la literatura mundial no se ha detenido nunca y continúa
muy vigente. Así como el hecho de que sigue concibiéndose el espacio literario
mundial a partir de centros y periferias que aunque tienen derechos de
negociación e influencia, siguen manteniendo su lugar como literaturas
periféricas.
El libro mencionado y editado por Ignacio Sánchez América Latina en la
literatura mundial (2006) tiene ensayos muy acertados que analizan aspectos
de la literatura latinoamericana en su condición de región periférica. Uno de los
ensayos más acertados, en mi opinión, es el de Francoise Perus, “La literatura
latinoamericana ante la República Mundial de las Letras” ( Pp: 147-182) en el
cual Perus pone de manifiesto el desconocimiento que tiene Casanova de los
críticos literarios latinoamericanos que han marcado cambios importantes para
nuestra tradición como Angel Rama, Cornejo Polar, Fernández Retamar e
igualmente el desconocimiento que tiene de las condiciones de producción
literaria en América Latina. Dice Francoise Perus:
La desigualdad que, con justa razón, observa la autora
entre los centros y las periferias no consiste obviamente
en la carencia de acervo literario entre estas últimas, sino
en las condiciones y las formas concretas de estos acervos
-en gran medida todavía por rescatar, explorar y organizar-,
como consecuencia de situaciones coloniales y neocoloniales
que han obstaculizado su configuración como patrimonio
(antes que como “capital”) y la valoración (no mercantil) de éste
dentro y fuera de su propio espacio. (2006, Pp:149)

En general, los problemas que señala Francoise Perus a Casanova son


comunes a la mayoría de los críticos sobre literatura mundial que miran a las
literaturas periféricas desde el centro. Y los encontraremos también en el
planteamiento de Franco Moretti.
El sistema mundo-literario: La segunda propuesta que ha tenido eco
suficiente entre los críticos interesados en el asunto de la literatura universal o
mundial es la del crítico italiano Franco Moretti, quien aplica también
metodologías provenientes de las ciencias sociales como la de Immanuel
Wallerstein sobre el sistema-mundo capitalista a la literatura.
Es, sin duda, muy acertada e ingeniosa la analogía que Moretti
establece entre El origen de la especies de Darwin y la historia literaria
mundial cuando dice que “la evolución es un buen modelo para la historia
literaria porque explica la extraordinaria variedad y complejidad de formas
existentes con base en procesos históricos” (Moretti, 2006:48-49) uniendo en
un mismo concepto la forma y la historia. Para este crítico el aporte
fundamental de la teoría del sistema mundo capitalista de Wallerstein es que
puede ayudarnos a entender cómo y por-qué la diversidad propia de las
literaturas mundiales es reducida a unos pocos espacios:

En el análisis de los sistemas mundo, las coordenadas cambian,


en tanto el comienzo del capitalismo bruscamente reduce los muchos
espacios independientes necesitados para el origen de las especies (o
de los lenguajes) a sólo tres posiciones: centro, periferia, semiperiferia.
El mundo se vuelve uno y desigual, uno porque el capitalismo restringe
la producción en todos los lugares del planeta; y desigual, porque su
red de intercambios requiere y refuerza, una desigualdad marcada del
poder entre las tres áreas. (Moretti, 2006: Pp.50. Traducción Ignacio Sánchez)
Este crítico italiano se ha dedicado a estudiar con gran ahínco la
literatura mundial como sistema dentro de otros sistemas19 y muy
especialmente la evolución e historia de la forma novelesca y su relación con el
sistema mundo capitalista. Puede decirse que es en este género donde ha
concentrado más sus esfuerzos.
Para Moretti en oposición a Casanova no existe una autonomía del
espacio literario mundial sino que el sistema mundo literario es análogo al
sistema mundo capitalista de Wallerstein y tiene una marca de desigualdad
incluso mayor, pues:

Dentro del sistema mundo-capitalista el flujo productos


siempre es bidireccional. Algunos productos van del centro
a la periferia…otros de la periferia al centro (pero) en el
sistema mundo-literario, por otra parte, el flujo es practica-
mente unidireccional, muy fuerte del centro a la periferia, muy
débil en la dirección opuesta…aplicar el análisis del sistema
mundo a la literatura significa enfatizar la estructura desigual
hacia adentro de la cual se escribe la literatura: las ventajas
que muy pocas culturas disfrutan, y las restricciones bajo las
cuales todas las otras deben operar. (Moretti, 2006: Pp 57-58.
Traducción Ignacio Sánchez)

Las literaturas, por tanto, responderán al orden mundial y a las


relaciones internacionales que se establecen entre los continentes, regiones
países y que va a estar estructuralmente ligado al orden impuesto primero por
Europa y luego por los Estados Unidos después de la Segunda Guerra
Mundial.
Uno de los aspectos que más se han criticado de la teoría de Franco
Moretti es su propuesta de que los críticos literarios de cada región y cada país
deberían realizar la lectura textual ( “close reading”) de sus literaturas mientras
que el crítico comparatista, es decir, el que trabaja en la literatura mundial debe
dedicarse a hacer una lectura a distancia (“distant reading”). En este modelo, el
crítico literario con visión mundial se dedicaría a un macroanálisis, mientras que
correspondería a los criticos nacionales y regionales realizar el microanálisis,
por la sencilla razón de que no es posible hacer una lectura minuciosa o
apegada al texto de una gran cantidad de textos, tal como dice Moretti: “ usted

19
La teoría de los polisistemas de Evan-Zohar es también una referencia constante en
sus análisis.
invierte mucho tiempo en textos individuales solo si usted cree que unos pocos
importan. De lo contrario, no tiene sentido. Y si usted quiere conocer más allá
del canon y por supuesto la literatura mundial lo hará….la lectura apegada al
texto no lo hará ) (Moretti, Predegarst, P. (editor), 2004, Debating World
Literature: Pp.151. Traducción mía) 20
La crítica que se ha hecho a esta propuesta de Moretti está relacionada
con la pregunta ¿quienes serían los críticos de literatura mundial? y resulta ser
que con la crítica ocurre la misma desigualdad que con las literaturas y, por
tanto, son los críticos literarios que se encuentran en los centros culturales los
que hacen la lectura distante o mundial mientras que corresponde a los críticos
de las zonas periféricas y semiperiféricas hacer la lectura textual de sus propias
literaturas. Y esta situación, como lo argumenta Spivak es una nueva versión
de la división internacional del trabajo donde la lectura textual no es
cuestionada sino desplazada a la periferia y además como argumenta Ignacio
Sánchez también implica una selección de los críticos regionales o nacionales
que serán escogidos por el critico de literatura universal para hacer las
comparaciones. (Cfr. Sánchez 2006,20). Asunto que también criticó muy
acertadamente Francoise Perus al modelo de Casanova.21
Como puede observarse, al sintetizar las posturas teóricas de estos dos
críticos literarios, Casanova y Moretti la occidentalización y americanización de
la literatura mundial son fenómenos directamente relacionados al
establecimiento del orden mundial después de las I y II Guerra Mundial y nos
muestran que la literatura como sistema implica desigualdades y plantea retos
para los estudiosos del campo que quieran resistir este orden mundial.
A finales del siglo XX han surgido movimientos de resistencia y
cuestionamiento al interior de muchas disciplinas académicas, por el hecho de
que también el conocimiento ha viajado desde el centro a la periferia como el
único conocimiento válido. Esto ha planteado bloqueos y censura al
conocimiento que ha surgido de las periferias o semiperiferias. Han surgido

20
you invest so much in individual texts only if you think that very few of them really
matter. Otherwise, it doesn’t make sense. And if you want to look beyond the canon
(and of course World literature will do so…close reading will not do it. (original en
ingles. Traducción mía)
21
Francoise Perus “La literatura latinoamericana ante la República Mundial de las
Letras” ( en Ignacio Sánchez, Idem.)
movimientos intelectuales y culturales denominados descolonización del
conocimiento, pedagogía crítica, cartografía crítica, etc. En el siguiente
apartado de este ensayo, me referiré al papel de la literatura centroamericana
dentro del panorama mundial, con el objeto de hacer una lectura divergente a
la forma en que la crítica literaria ha insertado la literatura centroamericana en
el espacio literario mundial.
La literatura centroamericana en el panorama mundial: apuntes
generales
Si partimos de los modelos expuestos anteriormente por Casanova y
Moretti, entonces debería decir que Centroamérica adquiere un lugar en el
espacio literario mundial, por primera vez, a través de dos escritores
modernistas Rubén Darío y Enrique Gómez Carrillo; quienes a su vez fueron
admiradores y visitantes asiduos de París, la capital del canon y el espacio de
legitimación necesario, en términos de Casanova. Sin embargo, ambos
escritores no fueron tomados como representantes de sus respetivos países o
de la región centroamericana, por el contrario, fueron tratados, por los críticos
literarios de los centros hegemónicos, como excepciones de la periferia. Estos
escritores eran ejemplo, según la crítica hegemónica, de que si los artistas
querían podían alcanzar la modernidad de los centros.
No es de extrañar, por tanto, que la crítica mundial haya comentado
insaciablemente tanto de Rubén Darío como de Gómez Carrillo los textos
claramente modernistas, dejando de lado los textos que estos escritores
escribieron sobre sus países o sus realidades geográficas.
Ha sido la crítica local la que ha rescatado los aspectos locales y
regionales de estos escritores, con el deseo de reivindicar sus nacionalidades.
Tenemos aquí un ejemplo parecido a lo que propone Franco Moretti sobre la
lectura distante y la lectura textual: los críticos comparatistas se han dedicado a
relacionar el modernismo hispanoamericano representado por Darío, Gómez
Carrillo y otros latinoamericanos con la manifestación del modernismo en otros
continentes y países, haciendo una lectura distante de sus realidades
geopolíticas y estrechamente cercana a París, mientras que los críticos
centroamericanos han rescatado la lectura de los textos locales y regionales de
estos autores con el firme deseo de poder poner en el panorama mundial las
realidades de la periferia centroamericana. Este fue mi interés cuando realicé
una lectura del modernismo centroamericano como sueño político al interior de
la región Al comparar las imágenes de las ciudades-capital en los textos de
Enrique Gómez Carrillo, Rubén Darío, Juan Ramón Molina y Francisco Gavidia
se evidenciaron las contradicciones de los países centroamericanos al ingresar
al mercado mundial, por ejemplo, su condición neocolonialista y sus tensas
relaciones con las metrópolis culturales. La idea repetida por la crítica literaria
de que estos escritores modernistas querían olvidar sus realidades locales y
exiliarse de sus países es una imagen falsa y reforzada por la crítica de las
mismas metrópolis, porque no existe ningún interés en Europa de conocer el
interior de estos países ni sus culturas. Sin embargo, Rubén Darío y Enrique
Gómez Carrillo, quienes alcanzaron mayor fama internacional como
exponentes del modernismo hispanoamericano, también dejaron en sus textos
las huellas de su condición como escritores de la periferia.22
Un ejemplo que merece rescatarse aquí es el libro Treinta años de mi
vida (publicada por primera vez en1919) de Enrique Gómez Carrillo. Este libro
muestra la posición ideológica del escritor sobre Guatemala y el ejercicio del
poder en Guatemala y otros países centroamericanos. También realiza una
crítica sobre la comunidad guatemalteca que vivía en París y finalmente es un
testimonio de lo que significa para un centroamericano la experiencia de París.
La siguiente cita textual es muy reveladora de cómo su condición de
guatemalteco pautará la forma en que mirará a los otros y será mirado por
ellos, pues desde la primera noche de bohemia en un café del Barrio Latino
cuando él dice que es de Guatemala, nadie sabe donde queda ni cómo
pronunciarlo:
Yo me sentía inquieto, indignado, entristecido. Por primera vez en mi vida,
sentía la insignificancia cómica de los países de América que tienen nombres
raros. Mi Guatemala luminosa, cuyo símbolo es un ave que no soporta el
cautiverio, convertíase, en labios de una parisiense de buen humor, en un país
rabelaisiano titulado “rascame ahí” y situado en un continente fantástico. Había
en mi alma una herida que me hacía sufrir y que es la misma de la que han
sufrido casi todos los hispanoamericanos en Europa. “De Guatemala…de
Venezuela…del Uruguay…de Bolivia…” Son palabras que un francés o un
inglés pronuncia con el mismo acento con que el personaje famoso de
Mostesquieu decía: “¿Cómo puede uno ser persa?” No se concibe ni el
Picadilly ni en el Boulevar que un hombre que habla bien, que viste bien y que
no tiene cara de mono, pueda ser de esas comarcas exóticas. Y no se crea que
son sólo los ignorantes los que así desconocen el carácter de América. El
mismo doctor Gustave Lebon, que pasa por ser un sabio universal, presenta a
los países latinos del nuevo mundo cual si fueran territorios incultos poblados
por mulatos y mestizos incapaces de asimilarse a la civilización europea.
Así, cuando, vuelta en sí, mi compañera de café me preguntó de nuevo si era
serio aquello de Gratemiola, le dije cobardemente, negando a mi cuna como

22
Para ampliar el tema ver Chavarría, Gabriela. (2003) El sueño político de los
primeros modernistas en Centroamérica a través de la imagen de sus ciudades:
Rubén Darío, Juan Ramón Molina, Francisco Gavidia y Enrique Gómez Carrillo.
(Tesis para optar el grado de Doctor of Philosophy, Ph.D). University of Kansas,
Lawrence.
Pedro había negado a su maestro, que era una broma. Y escogiendo la
nacionalidad más halagadora entre las que ella me concedía, agregué:
-Soy griego…De Atenas. (Gómez Carrillo, 1974, Pp.179)
Lo mismo le ocurre al personaje cuando se encuentra con el poeta Moréas y
éste le pregunta

-¿Usted es estudiante?-pregúntome el poeta


Con orgullo le conteste:
-No…Soy escritor…
-¿De qué país?-
-De Guatemala
-Guatemala…Guatemala…Eso es de la América española,
naturalmente….Guatemala, Venezuela, Paraguay…Confundo todo…La
geografía no me interesa…Nada me interesa. (Gómez Carrillo, 1974,
Pp.237)

El narrador de Treinta años de mi vida se encuentra forzado a negociar


su identidad cultural, a extenderla, traspasando las fronteras de su propia
nacionalidad por la ignorancia que existe en las metrópolis sobre nuestros
países. De ahí surgirá un cronista errante, un escritor que no limitará sus
escritos a ningún país ni gobierno y que asumirá los valores bohemios como
propios. Es interesante notar que la crítica literaria cuando analiza la imagen de
París en Gómez Carrillo lo hace como el espacio bohemio del escritor y como
si hubiera sido una elección caprichosa del escritor.
Sin embargo, al estudiarse este texto desde la perspectiva de las
condiciones de producción en la periferia centroamericana y sus complejas
relaciones con los centros culturales, la bohemia parisina en los textos de
Gómez Carrillo aparece como una elección política , como un espacio clave
para delinear su posición ideológica, de ahí surge su reflexión sobre el yo y su
ética como escritor, además de los temas de novelas como Tres novelas
inmorales y de muchas de sus crónicas en las que reafirma el código bohemio
como su código personal.
La mirada crítica desde los centros y la mirada crítica desde la periferia
son diferentes. Esta divergencia de enfoque motiva la necesidad de revisar los
parámetros euro-céntricos con que se ha delimitado la literatura mundial. El
mismo movimiento modernista leído hacia el interior y en dirección opuesta, es
decir, desde la periferia hacia el centro permite de alguna manera, descolonizar
nuestro conocimiento sobre literatura mundial.
Después de Rubén Darío y el modernismo hispanoamericano, el
segundo momento en que los escritores centroamericanos ocupan un lugar en
el espacio literario mundial es durante la Guerra Fría, en las décadas de los
sesentas, setentas y ochentas, en la época de las guerrillas y las revoluciones.
Es durante este período, cuando se consolida, en mi opinión, la literatura
centroamericana como un área de estudios dentro de la academia
norteamericana y europea pues es cuando la región adquiere visibilidad
mundial como una región en conflicto.
Debemos recordar que el nuevo orden mundial que se establece
después de 1945, da el liderazgo a Los Estados Unidos, no sólo económica y
políticamente sino también cultural y académicamente. La organización del
conocimiento a través de áreas de estudio en las universidades
norteamericanas es lo que permitirá ir consolidando políticamente su influencia
y marcando su ideología.23 Es en las décadas de los 60s,70s y 80s que se va
creando el área de estudios literarios de Centroamérica en las universidades
estadounidenses y sus razones son mayormente políticas.
Los movimientos revolucionarios de Guatemala, El Salvador y Nicaragua
adquieren puntos culminantes a finales de los 50s, con la intervención de
Estados Unidos en Guatemala cuando colabora en el golpe de estado contra
Jacobo Árbenz Guzmán. Se fortalecen con el triunfo de la revolución cubana en
1959 y recrudecen con el breve triunfo de la revolución sandinista en 1979. Son
décadas de genocidios y violencia extrema que sin duda hacen que el gobierno
estadounidense tenga en la mira de sus preocupaciones a la región.
A partir de estas décadas y muy especialmente bajo el gobierno
estadounidense del presidente Ronald Reagan, varias universidades
norteamericanas (en donde además había profesores centroamericanos
exiliados o refugiados allá por los mismos conflictos en sus países) crean el
espacio académico necesario para hablar sobre Centroamérica como región
geopolítica importante y, por supuesto, como área de estudios. La critica
literaria toma y retoma los escritos de Rigoberta Menchú y de poetas y

23
Sobre la influencia del gobierno estadounidense en la organización de las
áreas de estudio en las universidades puede consultarse, Gayatri Spivak Death
of a Discipline (2008)
escritores nicaragüenses que testimonian en sus escritos el interior de sus
países en guerra.
La década de 1980 es una época interesante para comprobar lo
arbitrario del concepto de región, porque si bien es cierto que Guatemala, El
Salvador y Nicaragua estaban en procesos revolucionarios y sus literaturas
eran testimonios de la violación de derechos humanos y la crueldad de los
ejércitos en estos países, también es cierto que Costa Rica y Panamá tenían
realidades diferentes a éstas, al igual que Honduras que muchas veces
actuaba como base militar estadounidense.24
Sin embargo, se consolida el área de estudios de la literatura
centroamericana a nivel mundial como un área de estudios regional que no
siempre funciona incorporando a los seis países geográficos que componen el
istmo sino que, la mayoría de las veces, se dedica a hacer un trabajo
comparativo entre dos o tres autores o países. Pero entonces ¿a qué se debe
que se consolide como área de estudios regionales? Las razones son
eminentemente políticas y además indican el poder de la mirada del centro
hegemónico. En efecto, para el gobierno estadounidense de Reagan la
preocupación política de la influencia comunista era una preocupación regional
y no de unos cuantos países. Su preocupación era tener el control sobre todo
el istmo. Por tanto, no es de sorprender que los estudios de área recreen un
concepto político de unidad ístmica que nunca se ha concretado en la práctica.
El término “región” es un término muy arbitrario y proviene de la
necesidad de los científicos sociales de ejercer el control sobre áreas
pequeñas. Según Robert Burnett, el término se ha cargado de diferentes
significados según las diferentes etapas por las que ha pasado la geografía y
también ha servido a los diferentes propósitos de diferentes disciplinas.
Es conveniente “mantener el conocimiento dentro de
manejables dimensiones” y para los científicos sociales
cuyo gran problema es aislar algo, la región significa algo
sobre lo que puede ejercerse el control. Para la historia,
la región ha proporcionado la doctrina del seccionalismo,
para la antropología, la de “área cultural”, para la

24
Las razones sobre la creación de la literatura centroamericana como área de
estudios las expongo en mi artículo: Chavarría, Gabriela” La crítica literaria sobre
literatura centroamericana en la década de 1980: reflexiones sobre un campo de
estudios y propuesta de una nueva cartografía literaria” en http://revistaixchel.org
Volumen I Geopolítica y Literatura
sociología la de “situación total”; para el economista, la del
“dominio económico” y para la biología, el de área o región
biótica. En el campo político, el concepto de región está
mostrando ser una ayuda cada vez más importante
para el funcionamiento de la inteligencia del gobierno…
para cada disciplina los límites de la región son diferentes
así como los elementos que les dan unidad…
(Burnett, Pp 122. Traducción mía, original en inglés)25

Políticamente hablando, en el caso que nos ocupa, puede decirse que


el gobierno estadounidense con sus agencias de inteligencia unifica a todos los
países del istmo bajo la idea de región geopolítica, Y, por otra parte, las
universidades de los centros hegemónicos consolidan la imagen de la
violencia, la resistencia armada y la violación de los derechos humanos, como
la representación unificada de la literatura del istmo. Las imágenes de los
testimonios de la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú o de escritores
salvadoreños y nicaragüenses dan la vuelta al mundo, consolidando la
literatura centroamericana como área de estudios en los centros hegemónicos
de Europa Occidental y USA.
Los dos momentos en que la literatura centroamericana ha ocupado
lugar en el espacio literario mundial han sido a principios del siglo XX y a
mediados del siglo XX y entre estos dos momentos históricos existe una
diferencia de percepción, pero ambas percepciones son creadas en los centros
culturales hegemónicos y políticos. El modernismo es leído desde París y sus
representantes centroamericanos Darío y Gómez Carrillo son vistos como
excepciones de la periferia o como representantes de toda Hispanoamérica
porque política y económicamente la idea de Centroamérica como región
económica y geopolítica importante no se había desarrollado suficiente. Por el
contrario, en el segundo momento, el de la Guerra Fría, la literatura
centroamericana es regionalizada pues responde a la división geográfica y

25
It is a convenient device to “keep knowledge with manageable dimensions” and to
the social scientist, whose great problem is to get something isolated, the region is a
means by which some control can be exercised. To history, the region has furnished
the doctrine of sectionalism; to anthropology the “culture area”, to the sociologist, the
“total situation”; to the economist, “the economic domain”; and to the biologist, the
“biotic area or region”. In the field of politics the concept of the region is proving an
increasingly important help to the intelligence functioning of the government…to each
discipline the limits of the region are different, as the unifying elements themselves are
different…” Burnett, Pp.122
política del mundo que Estados Unidos y la URSS están llevando a cabo desde
finales de 1945.
Considero que aún queda mucho por explorar sobre la forma en que la
literatura centroamericana se relaciona o se resiste a modelos como los de
Casanova y Moretti, Mucho debe decirse aún sobre la literatura
centroamericana en el panorama mundial pero, sin duda, es necesario hacer
una revisión epistemológica de los conceptos en búsqueda de nuevas miradas
críticas. Una de las cuales podría ser, como propuse al inicio, cartografiar
nuestras literaturas como zonas de contacto, según el concepto de Mary Louise
Pratt y atendiendo a la diversidad que siempre ha caracterizado nuestra
pequeña parte del mundo.
Bibliografía citada

Achugar, Hugo. “Apuntes sobre la literatura mundial o acerca de la imposible


universalidad de la literatura mundial” en Ignacio Sánchez , editor,
(2006). América Latina en la “literatura mundial”. Pp:197-212.

Armstrong, Charles, K. “The Cultural War in Korea, 1945-1950”. The Journal of


Asian Studies, Vol.62, No.1 (Feb, 2003) Pp. 71-99

Assah, Augustine H. “To Speak or not to speak with the whole mouth.
Textualization of Taboo Subjects in Europhone African Literature”
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Nota sobre la autora

Gabriela Chavarría Alfaro, Ph.D University of Kansas.


Es profesora Catedrática actualmente de la Universidad de Costa Rica, en
donde enseña Humanidades. Ha sido profesora visitante en varias
universidades de Estados Unidos. Presidenta actual de la Asociación de
Literatura Comparada en América Central y el Caribe. Ha publicado varios
artículos en revistas nacionales y extranjeras. Las publicaciones de la autora
con el sello de la Asociación de Literatura Comparada en América Central y el
Caribe (www.alicac.org) son Literatura y Humanismo en el siglo XXI (Alicac,
2010) y La Torre Imposible: Vórtices y vértices de la literatura mundial (Alicac,
2012).

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