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DESARROLLO PSICOSEXUAL

En la psicología freudiana, el desarrollo psicosexual es un elemento central de la


teoría psicoanalítica de las pulsiones sexuales que sostiene que el ser humano, desde el
nacimiento, posee una libido instintiva (energía sexual) que se desarrolla en cinco etapas. Cada
etapa – oral, anal, fálica, de latencia y genital está caracterizada por una zona erógena que es la
fuente de la pulsión libidinal durante esa etapa. Freud creía que si durante cualquiera de estas
fases el niño experimentaba frustración sexual en relación a cualquier estado de desarrollo
psicosexual, el/ella podía experimentar ansiedad que podría persistir en la edad adulta como
una neurosis, un trastorno mental funcional.

Sigmund Freud (1856–1939)

Observó que durante las etapas predecibles del desarrollo en la primera infancia, el
comportamiento de los niños se orientaba alrededor de determinadas partes del cuerpo, ej.
la boca durante el amamantamiento, el ano durante el baño o la higiene. Propuso que
la neurosis (trastorno mental funcional) adulta tienen sus raíces en la sexualidad infantil, por lo
tanto, dichos comportamientos en los adultos neuróticos eran expresiones de sus fantasías
sexuales y deseos. Esto es porque los seres humanos, durante su primera infancia, son "perversos
polimorfos", los infantes pueden derivar su placer sexual desde cualquier parte del cuerpo, y que
la socialización dirige los impulsos libidinales instintivos hacia la heterosexualidad adulta.3 Dada la
escala de tiempo predecible de comportamiento infantil, propuso el "desarrollo libidinal", como
un modelo de desarrollo sexual normal infantil, en la que el niño progresa a través de cinco etapas
psicosexuales - el oral; la anal; la fálica; la latente; y la genital - en el que la fuente de placer se
encuentra en una zona erógena diferente.

DESARROLLO PSICOSEXUAL FREUDIANO


Infantilismo sexual: durante esta búsqueda de satisfacción de su libido (deseo sexual), el niño
experimenta fracasos y reprimendas por parte de sus padres o la sociedad por lo que podrá
asociar la angustia con la zona erógena en particular. Para evitar esta angustia, el niño
crea fijación, preocupado por los temas psicológicos relacionados a esta zona en cuestión, que
persiste en la adultez y subyace en la personalidad y la psicopatología del hombre o la mujer,
incluyendo neurosis, histeria, trastornos de personalidad, etc.
Fase Rango de edad Zona(s) erógena(s) Consecuencias de la fijación psicológica

Oralidad Agresiva: Signos que incluyen


mascar chicle o lapiceras.
Oralidad Pasiva: Signos que incluyen
Oral 0-1 años Boca fumar/comer/besar.
La fijación a esta fase puede dar como
resultado pasividad, credulidad, inmadurez
y una personalidad fácil de manipular.

Retención anal: Obsesión con la


organización y pulcritud excesiva.
Eliminación intestinal
Anal 2-3 años Expulsividad anal: Imprudencia,
y urinaria
negligencia, rebeldía,
desorganización, coprofilia

Complejo de Edipo (tanto en niños como


niñas de acuerdo a Freud)
Fálica 4-6 años Genitales
Complejo de Electra (solo en niñas,
desarrollado por Carl Jung)

7-10 años (Las personas no tienden a fijarse a esta


Sentimientos sexuales
Latencia (hasta etapa, pero si lo hacen, tienden a ser
latentes
la pubertad) sumamente frustrados sexualmente.)
11+ años
Intereses sexuales Frigidez, impotencia, relaciones
Genital (Pubertaden
maduros insatisfactorias
adelante)

RESPUESTA SEXUAL HUMANA


La respuesta sexual humana es el conjunto de cambios físicos y hormonales que
experimentan los seres humanos ante el estímulo sexual.
Fue estudiada por los célebres William Masters, ginecólogo, y Virginia Johnson, sexóloga,
que describieron 4 fases a las que nombraron excitación, meseta, orgasmo y resolución.
Fase de excitación
La excitación es la primera fase, y puede desencadenarse por una enorme variedad
de estímulos: la visión de un cuerpo desnudo, una caricia, olores, la pronunciación o
audición de ciertas palabras y un largo etcétera. Aún no hay evidencia sobre un estímulo
capaz de excitar específicamente a hombres o mujeres, pero la idea convencional atribuye
al varón el ámbito de lo visual y a la mujer un espectro sensorial más amplio (tacto,
mirada, palabra, gestos), aunque faltan pruebas concluyentes que confirmen la creencia
popular. Durante la excitación, el pene se agranda, endurece y eleva, volviéndose erecto.
En la mujer, la vagina se lubrica, mientras la vulva se dilata.
Fase de meseta
En esta etapa la respiración está entrecortada, el pulso cardíaco aumenta y todos los
efectos de la excitación se desarrollan. También aparece el rubor sexual (enrojecimiento
notorio en el área del pecho y rostro). La tensión muscular aumenta. Al aproximarse el
orgasmo (inmediatamente posterior a la fase de meseta) es habitual una sensación de
apremio por descargar la tensión sexual acumulada.
Si la excitación desaparece durante la meseta o se interrumpe la llegada del orgasmo,
pueden producirse sensaciones molestas. El hombre experimenta ligero dolor en
los testículos y la mujer, congestión a nivel genital.
Fase del orgasmo
El orgasmo surge tras las fases de excitación y meseta. Las pulsaciones cardíacas y la
respiración llegan a su máxima frecuencia e intensidad. Se produce una gran tensión
muscular y contracciones involuntarias del miembro viril, de los músculos vaginales y del
esfínter anal. En el varón habitualmente se produce la eyaculación. Se produce dilatación
pupilar fugaz. Además de la respuesta física, se produce una respuesta emocional muy
variada y específica de cada individuo como manifestación de placer: suspiros, gritos,
gruñidos, llanto o risa, aunque también puede haber orgasmo sin manifestaciones
emocionales elocuentes.
La mayoría de las mujeres, necesita estimulación clitoriana directa (puede
ser manual, oral u otra fricción concentrada contra la parte externa del clítoris) para
alcanzar el orgasmo.
Fase de resolución
Es el restablecimiento paulatino de la normalidad física y psíquica, tras haber alcanzado
el orgasmo.
El varón experimenta un periodo refractario, durante el cual es incapaz de volver a
excitarse, o de hacerlo con la misma intensidad. La mujer, en cambio, no tiene periodo
refractario y es capaz de alcanzar orgasmos múltiples y frecuentes.

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