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2.

- PLANTEAMIENTO DE PROBLEMA
La problemática que se plantea en la explotación de industrias extractivas es bien
conocida y generalmente se traduce en un impacto sobre el medio ambiente que es
preciso corregir para que sus efectos sean nulos, o al menos no supongan la
introducción de una componente de alteración sustancial de las condiciones
medioambientales del entorno natural donde se emplazan o ubican los terrenos
afectados por las mismas. Como consecuencia de ello, a la entrada en vigor del
R.D. 1131/1988, todas las industrias extractivas de substancias minerales se ven
obligadas a realizar un Estudio de Impacto Ambiental tendente a valorar de forma
conveniente el efecto sinérgico o acumulado sobre el espacio natural de los terrenos
afectados, proponiendo la introducción de las medidas correctoras oportunas, cuya
naturaleza y alcance serán oportunamente consideradas en el presente estudio.
El fosfato (PO43-) está presente principalmente en la apatita, una roca procedente
de la sedimentación. La formación de esta roca se realiza por depósito en el fondo
del océano. Luego, gracias al movimiento de las placas, la apatita sube a la
superficie. Finalmente, el fósforo es liberado en el suelo debido a la erosión de estas
rocas. Es a través de las plantas como vuelve a introducirse en la cadena
alimentaria. El fósforo es esencial para la vida También es posible recuperar en la
apatita para la agricultura. De hecho, el fosfato es un fertilizante importante junto
con el potasio y el nitrato. Por desgracia, también muy utilizado, no puede ser
contenido por el suelo y, finalmente, los flujos pasan a los ecosistemas acuáticos,
donde fue responsable de la eutrofización, que participan de manera significativa a
la contaminación del océano.

Regularmente oímos hablar de los problemas relacionados con el carbono. Del


mismo modo, el impacto ambiental del nitrógeno se estudia a menudo. En contraste,
el fosfato (derivados del fósforo) es mucho menos estudiado. Sin embargo, aunque
perjudiciales cuando se liberan en el medio ambiente, es esencial para la vida ya
que se conecta cada una de las bases nitrogenadas del ADN entre ellas. Además,
es ampliamente utilizado en la agricultura.
El problema es que, al igual que ocurre con los recursos de los hidrocarburos, los
fosfatos (derivados del fósforo) son limitados. Hasta la década de 1960, las
fuentes fueron principalmente el guano y el estiércol, y por lo tanto renovables. Para
satisfacer la demanda, tuvimos que ir a buscar recursos en los minerales,
3.- MARCO TEORICO:
3.1.- antecedente internacional

3.2.- antecedente nacional:


Para Jain (2002) las fuentes no puntuales son más importantes que las puntuales en los
ambientes rurales, y en la mayoría de los casos su origen es el resultado de las interacciones
de los usos de la tierra con el sistema de transporte. Este autor propone una gestión de las
cuencas que relacione la conservación a largo plazo del suelo y el agua con un apropiado uso
de la tierra, por lo que considera de especial interés conocer cómo las diferentes actividades
humanas repercuten en el medio desde el punto de vista de la contaminación. Así, divide el
área de estudio, el río Ganga (India), en cuatro zonas según los usos de la tierra: agricultura
(7,1%), hierba/matorrales (56,9%), bosque 22 Introducción (21,5%) y tierra improductiva
(14,5%), y determina en sus aguas diferentes parámetros químicos entre los que destacan los
compuestos nitrogenados y fosforados como trazadores de la actividad agrícola de la zona.
La comparación de los datos en los puntos estudiados muestra la gran influencia que esta
actividad ejerce en la contaminación de la zona, siendo despreciable el aporte debido a
fuentes urbanas, industriales y atmosféricas. La importancia de esta fuente queda patente en
la existencia de episodios de alta mortalidad de peces debido al aumento del nitrógeno y
fósforo procedente del uso de fertilizantes en los campos de cultivo. Hay que tener en cuenta
que el uso de un determinado elemento como trazador va a depender de las características
geológicas de la cuenca objeto de estudio. Lo ideal es utilizar como trazador un elemento que
se encuentre en baja concentración de forma natural de modo que las variaciones en su
concentración puedan atribuirse únicamente a las actividades antropogénicas. En este
sentido, el trabajo de Quinn y Stroud (2002) permite entrever la posibilidad de usar el
nitrógeno y el fósforo como trazadores de actividades ganaderas. Estos autores compararon
concentraciones de una gran cantidad de parámetros entre cuencas adyacentes con varios
usos de la tierra, observando un mayor aporte de nitrógeno y fósforo, de 2,5 a 7,7 veces más,
desde tierras de pasto que en la zona con bosque autóctono, hallando valores intermedios en
cuencas donde coexistían ambos usos. En la misma línea presentan Basnyat y col. (1999) una
modelización señalando que para que los resultados del modelo sean fiables el área ha de ser
de similares características geológicas, topográficas y físicas. En los modelos que presenta,
el bosque actúa como un sumidero o una zona de transformación activa. Además si la
proporción de este uso es alta en la zona, la concentración de nitratos disminuye. Por el
contrario, la zona urbana, es identificada como una fuente de nitratos, seguida por la zona
agrícola. En uno de los modelos se incluye además la contribución de nutrientes debido al
uso de fertilizantes en huertos, contribuyendo además, junto con la zona agrícola y urbana,
al alto contenido en sólidos en suspensión.

3.3.- antecedentes regional:


Montluçoz y Sañudo-Wilhelmy (2001) realizaron un estudio sobre la contribución que las
filtraciones de las aguas subterráneas tienen sobre los nutrientes inorgánicos (NO3, PO4 y
Si), carbono orgánico disuelto, nitrógeno orgánico disuelto y metales traza en una zona
costera con entradas fluviales limitadas teniendo en cuenta además las diferencias
estacionales en el flujo del agua subterránea y los usos de la tierra. En este estudio las altas
concentraciones de nitratos y fosfatos sirven para trazar el efecto que la aplicación de
fertilizantes químicos y naturales ejercen en las aguas, mientras que el aumento en los
contenidos de cadmio y cobre se relacionan con el uso de pesticidas. Además, al igual que
en otros estudios expuestos anteriormente, las altas concentraciones de plata y fosfatos
indicaron la presencia de aguas residuales urbanas. Además de utilizar las concentraciones
de los elementos trazadores para identificar el origen y extensión de la contaminación
humana, también son útiles para conocer los efectos producidos cuando se realizan cambios
en una determinada actividad, o bien se pasa de una actividad a otra. Por esta razón es
importante realizar una correcta caracterización de las actividades desarrolladas y determinar
qué parámetros pueden verse afectados por los cambios producidos en dichas actividades. En
este sentido, Sañudo-Wilhelmy y Gill (1999) realizaron un estudio para demostrar el impacto
que la aplicación de la Ley del Agua ha tenido en los niveles de metales tóxicos en el estuario
del río Hudson (EE.UU.). Los contenidos de cadmio, cobre, níquel y zinc en dicho río
disminuyeron desde la entrada en vigor de la ley al disminuir los efluentes de aguas residuales
y operaciones industriales. En este trabajo se utilizan varios elementos como trazadores de
diversas actividades a lo largo de la cuenca. Así, el fosfato y la plata aumentan en áreas
metropolitanas donde existen numerosas descargas de aguas residuales, apareciendo los
máximos durante periodos de bajo caudal. Sin embargo, las concentraciones de plomo y
mercurio fueron mayores río arriba y en condiciones de alto caudal, pudiendo tener su
procedencia en escorrentías de cuencas adyacentes que transportarían plomo y mercurio de
origen antropogénico almacenado en los suelos.

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