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Comentario (Estudio de la Biblia)

Mateo 25:31-46
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Emmanuel Vargas Alavez

PASAJE BÍBLICO: Mateo 25:31-46

Comentario (Estudio de la Biblia):

MATEO 24-25: EL CONTEXTO


Los capítulos 24-25 constituyen el Discurso Escatológico (fin de los tiempos) de
Jesús, que concluye con tres parábolas de juicio: El siervo fiel y el infiel (24:45-
51); las vírgenes prudentes y las insensatas (25:1-13); y la de los Talentos
(25:14-30. Y concluye con el Juicio de las Naciones (25:31-46), que es la
lectura para hoy. El Juicio es central a todo lo ya mencionado.

MATEO 25:31-46: EL JUICIO DE LAS NACIONES


Al Juicio de las Naciones algunas veces se le ha llamado la Parábola de las
ovejas y los cabritos. Tiene giros y vueltas parabólicas. Al igual que la parábola
nos sorprende como una inesperada curva que llega al bateador, así Jesús
sorprende a los justos (vv. 37-39) y los injustos (v. 45) con su juicio. Sin
embargo, la mayoría de los eruditos está de acuerdo en que no es una
parábola sino una visión escatológica (fin de los tiempos) que describe un
evento futuro real.

MATEO 25:31-33: LAS OVEJAS Y LOS CABRITOS


31Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. 32Y serán
reunidas delante de él todas las gentes (ethne = multitudes, naciones,
gentiles): y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las
ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas á su derecha, y los cabritos
á la izquierda.

El Hijo del Hombre viene en su gloria. Tanto el título (Hijo del Hombre) como la
visión vienen de Daniel 7:13-14. El Hijo del Hombre es la manera favorita de
Jesús para referirse a sí mismo (8:20; 9:6; 10:23; 11:9; 12:8, 32, 40; 13:37, 41;
16:13, 27-28; 17:9, 12, 22; 19:18; 20:18; 24:27, 30, 37, 39, 44; 25:31; 26:2, 24,
45, 64). La frase tiene un tono humilde, pero no hay humildad en esta
descripción del Hijo del Hombre. El viene en poder y gloria.

Note el contraste entre la primera y segunda venida de Jesús. En su primera


venida, Jesús se vació a sí mismo, llegando a este mundo como siervo (Fil.
2:5-11). Concebido por una mujer soltera, nació en un establo y su cuna fue un
pesebre. Como hombre, no tuvo un lugar dónde reclinar su cabeza (8:20).
Estos humilde principios tenían un motivo: que habitara entre nosotros, lleno de
gracia y de verdad (Jn. 1:14) y que nos atrajera a él (Jn. 12:32). En su segunda
venida, sin embargo, el tiempo para ser amable y cortés habrá pasado, porque
ya no servirán a ningún propósito por las circunstancias humildes. Jesús, por lo
tanto, vendrá en toda su gloria, con todos sus ángeles, sentado en su trono, y
con todas las naciones reunidas alrededor de él.

Este pasaje incluye varios títulos cristológicos: el Hijo del Hombre (v. 31),
pastor (v. 32), rey (v. 34, 40), y Señor (v. 37, 44). Jesús se sienta en un trono
(v. 31); identifica a Dios como su Padre (v. 34); y pronuncia un juicio sobre el
mundo. “Así que esta escena es completamente cristológica. Para Mateo, esta
cristología, y no un humanitarismo general, es la que valida la ética del amor y
la misericordia que se convierte en el criterio escatológico del juicio. Este texto
no puede ser usado para legitimar el ‘apoyo’ bíblico para una ética humanitaria
general sin estar de acuerdo con la cristología y el apocalipticismo con los que
está inseparablemente enmarcada” (Boring, 445).

¿A quién se refiere Jesús con “todas las gentes” (ethne) (v. 32). Los eruditos
están divididos. En el Nuevo Testamento, ethne se usa más frecuentemente
para hablar de los gentiles, que serán juzgados en base a las acciones de
misericordia a “mis hermanos más pequeñitos” (Senior, 285). Esto
respondería a la pregunta de ¿qué hay de aquellos que nunca escucharon
sobre Jesús? También se ajusta con los comentarios que Pablo hace sobre los
gentiles en Romanos 2:12-15.

Sin embargo, la palabra ethne también se usa para referirse a la gente en


general (21:43; 24: 7, 9, 14), y Pablo la usa para referirse a los cristianos
gentiles (Romanos 11:13; 15:27; 16:4; Gálatas 2:12; Efesios 3:1). Al mismo
tiempo, nuestra primera impresión al leer el discurso sobre el Juicio de las
Naciones que toda la gente, judíos y gentiles, cristianos y no-cristianos, son
reunidos ante Cristo. Si Jesús intentara describir un juicio gentil separado,
seguramente lo habría hecho claro. Para nuestros propósitos, asumiremos
que “todas las gentes” significa toda la gente.

El Hijo del Hombre separa a la gente en dos grupos como un pastor separa a
las ovejas y los cabritos. Las ovejas soportan el frío mejor que los cabritos, así
que los pastores ponen a los cabritos en un lugar protegido mientras que las
ovejas continúan con el forraje. Las ovejas parecen ser las más favorecidas de
las dos. Frecuentemente se usa pastores en las Escrituras para Dios y Jesús, y
las ovejas frecuentemente es la metáfora para referirse al pueblo de Dios. La
mano derecha es el lugar favorecido, y la izquierda el lugar menos favorecido.
MATEO 25:34-40: EN CUANTO LO HICISTEIS
34Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: ‘Venid, benditos
de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación
del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me
disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis; 36Desnudo, y me
cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis á
mí.’ 37Entonces los justos le responderán, diciendo: ‘Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento, y te sustentamos? ¿Ó sediento, y te dimos de
beber? 38¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿Ó desnudo, y te
cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, ó en la cárcel, y vinimos á
ti?’ 40Y respondiendo el Rey, les dirá: ‘De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis á uno de estos mis hermanos (griego = adelphon mou, mis
hermanos)pequeñitos, á mí lo hicisteis.’

El pastor (v. 32) se ha convertido en rey (v. 34), al igual que el pastorcillo David
de quien Jesús es descendiente se convirtió en rey. El rey imparte la bendición
del Padre a quienes le dieron socorro en la forma de las seis obras de
misericordia: comida, bebida, recepción, ropa, cuidado y visita. “Estas buenas
obras son llamadas ‘obras de amor bondadoso’ (gemilut hasadim) en la
literatura rabínica… (y) son típicas de las que se encuentran en las listas del
Antiguo Testamento (Deuteronomio 15:7-11; Isaías 58:7-10; Salmos 37: 21;
41:1…) y otras antiguas fuentes judías” (Hultgren, 151).

Debemos considerar estas seis obras de misericordia como ilustraciones más


que globales. Cada uno de estos seis actos de misericordia sirve a una
necesidad específica de la persona en apuros. Donde existan otras
necesidades específicas las obras de misericordia que sirvan a esas
necesidades seguramente deben ser contadas tan altamente como esas seis
obras de misericordia. Una palabra amable o un oído atento pueden redimir a
una persona desesperada. Un litro de gasolina o ayuda con una llanta
desinflada pueden redimir el día de una persona varada en la carretera. Las
posibilidades de la misericordia son ilimitadas, al igual que la necesidad no
tiene límites.

Noten la mismísima naturaleza de estas seis obras de misericordia: comida,


bebida, bienvenida, ropa, cuidado y visita. Toda persona tiene el potencial de
proveer este tipo de misericordia. Uno no necesita ser rico para comprar una
hamburguesa y una soda para una persona hambrienta. Uno no necesita estar
entrenado en enfermería para proveer el cuidado básico para una persona
enferma. Uno no necesita ser un pastor para visitar a un prisionero en la cárcel.
Un poco antes, Jesús le dijo al hombre rico que vendiera todo lo que tenía y
diera el dinero a los pobres (19:21), pero no hay una demanda global aquí. El
tipo de actos de misericordia que Jesús recompensa aquí están al alcance de
toda persona. Estas no requieren dolorosos sacrificios de parte de quien
provee la misericordia, pero sí alivian un gran dolor para quien recibe la
misericordia.

El rey invita a estas misericordiosas personas a “heredar el reino preparado


para vosotros desde la fundación del mundo” (v. 34). Una herencia es un
legado que se imparte por la última voluntad y testamento, e implica un regalo
no ganado. El hecho de que este reino ha sido preparado para este propósito
desde la fundación del mundo muestra que Dios ha planeado este momento
desde el principio.

Note la sorpresa de los que hacen la misericordia. Cuando el rey les dice que
han hecho estas obras de misericordia a él, no se pueden imaginar cuándo
ocurrió eso. Al realizar la misericordia a “estos mis hermanos
pequeñitos,” no tenían idea de que serían recompensados por su amabilidad.
No había otros intereses en su generosidad. Ellos dieron porque fueron
movidos a ello por la necesidad humana, no por la ganancia potencial.

El rey les explica a estos asombrados misericordiosos que, al igual que habían
mostrado misericordia a“estos mis hermanos pequeñitos,” (griego
= adelphon mou, mis hermanos) “á mí lo hicisteis” (v. 40). “‘Uno’. El
individualismo de este texto nos sorprende. ¡De seguro una persona no es tan
importante en todo un mundo de necesidad! Jesús quiere que lo pensemos otra
vez. Y no es solamente una persona, esa persona es la ‘más insignificante’”
(Bruner, 922).

¿Quienes son estos adelphoi, estos hermanos y hermanas? Los estudiosos


nos ofrecen tres posibilidades:

• Primero, puede ser toda persona en necesidad. Los cristianos frecuentemente


interpretan el texto de esta manera, y ofrendan generosamente para aliviar las
necesidades humanas sin pedir a los receptores que aprueben un examen
religioso. Martín Lutero señaló que los padres llevan a cabo un ministerio a los
“más pequeñitos” con sus hijos cotidianamente, y que no debemos olvidar
incluir a nuestras familias al realizar actos de misericordia.

• Segundo, adelphos frecuentemente es usado en el Nuevo Testamento para


referirse a los cristianos (18:15, 17, 21, 35; 23:8; 28:10), y la bendición de
Jesús puede ser dirigida para aquellos (incluyendo a los no-cristianos) que
ayudaran a los cristianos necesitados. Cuando este evangelio fue escrito, en la
última parte del primer siglo, los cristianos estaban siendo perseguidos, y la
intención de Mateo puede ser impartir las bendiciones de Cristo (o maldiciones)
a los no-cristianos basados en su buen (o mal) trato de los cristianos.

• Tercero, Jesús puede haber dirigido estas bendiciones para quienes ayudaran
a los cristianos necesitados que estaban involucrados en la proclamación del
Evangelio. Un poco antes había enviado a los doce en una misión para
proclamar el Evangelio y les dijo, “No aprestéis oro, ni plata, ni cobre en
vuestras bolsas; Ni alforja para el camino, ni dos ropas de vestir, ni
zapatos, ni bordón; porque el obrero digno es de su alimento” (10:9-10).

Además les dijo “Y cualquiera que no os recibiere, ni oyere vuestras


palabras, salid de aquella casa ó ciudad, y sacudid el polvo de vuestros
pies. De cierto os digo, que el castigo será más tolerable á la tierra de los
de Sodoma y de los de Gomorra en el día del juicio, que á aquella
ciudad” (10:14-15).

Y les aseguró,“El que os recibe á vosotros, á mí recibe; y el que á mí


recibe, recibe al que me envió. El que recibe profeta en nombre de
profeta, merced de profeta recibirá; y el que recibe justo en nombre de
justo, merced de justo recibirá. Y cualquiera que diere á uno de estos
pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de discípulo, de
cierto os digo, que no perderá su recompensa” (10:40-42). Existe una obvia
correlación entre estos versículos y el pasaje del evangelio que estamos
examinando. Este tercer grupo, entonces, está compuesto por cristianos que
están involucrados en proclamar el Evangelio y que dependen de aquellos a
quienes sirven.

Aunque la iglesia de hoy ha tendido a pensar en “los más pequeñitos” como


toda persona en necesidad, los estudiosos hoy creen que la intención real de
este pasaje es que “los más pequeñitos” está compuesto del segundo y tercer
grupo: los cristianos en general y los cristianos que están involucrados en la
proclamación del evangelio.

“No hay nada singularmente cristiano sobre la idea de la solidaridad de Jesús


con sus mensajeros; esto refleja el principio judío de shaliach: ‘el representante
de un hombre es igual que él’… debido a este principio de solidaridad, las
buenas obras realizadas por paganos no son tratadas como expiación de sus
pecados, ni como evidencia de que imitan a Dios, sino como indicando una
relación con Jesús” (Hare, 290-291).

Cada una de estas tres posibilidades tiene su mérito, y no hay manera de


descartar ninguna de ellas. Tal vez la imagen de círculos concéntricos nos
ayude aquí:

• El círculo más externo incluye a los pobres y necesitados del mundo.


• El círculo de en medio incluye a los cristianos necesitados en general y a los
cristianos perseguidos en particular.

• El círculo interior incluye a los cristianos que están directamente involucrados


en proclamar el evangelio y dependen del apoyo de quienes sirven.

Si la Encarnación es la expresión del amor de Dios por el mundo (Juan 3:16),


¿nos podemos imaginar que Dios no ama a la gente de los tres círculos? ¿No
bendecirá a quienes muestran misericordia a la gente que está en cualquiera
de esos círculos? ¿No parece posible que Jesús tiene un lugar especial en su
corazón para quienes dejan la comodidad de su hogar para poder ir a
proclamar el Evangelio? Si Jesús dice, “Bienaventurados los que padecen
persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los
cielos” (5:10), ¿nos podemos imaginar que también tiene una bendición
especial para quienes ayudan a quienes son perseguidos? ¿No existe la
posibilidad de que una mayor bendición cuando mostramos misericordia a
quienes se acercan más y más al centro de estos círculos?

Al llevar un poco más allá esta imagen de los círculos concéntricos, Jesús, en
varios momentos de su vida, tuvo necesidad de todas estas seis obras de
misericordia. Tal vez podemos colocarlo en el centro de nuestro círculo, no
como un cuarto círculo, sino como el eje alrededor del cual se dibujan los
círculos.

Hoy los cristianos entienden generalmente que deberían, en el nombre de


Cristo, mostrar misericordia a la gente necesitada sin importar su credo. Hemos
fallado, sin embargo, para enfatizar la suficiente preocupación para
los adelphoi cristianos en general y para los adelphoi que están proclamando el
Evangelio en particular. Esta es una seria deficiencia, especialmente a la luz de
las persecuciones que los cristianos están sufriendo alrededor del mundo. En
muchos lugares los cristianos han estado sufriendo cárceles, tortura, y martirio
por décadas, pero nosotros sólo recientemente hemos comenzado a escuchar
sus historias. Tenemos la responsabilidad de movilizar la opinión pública
mundial para detener la persecución de nuestros adelphoi cristianos – nuestros
hermanos y hermanas – que también son los hermanos y hermanas de Cristo.
Nos conmueve más fácilmente una persona que vive en las calles con letrero
que un adelphos cristianos en una cárcel en China, porque la persona sin
hogar es visible para nosotros y el prisionero es invisible. Nosotros los líderes
cristianos tenemos la responsabilidad de informarnos sobre la persecución de
los cristianos de tal manera que hagamos visibles a los adeplhoicristianos en
nuestras congregaciones.

Aquellos que creemos que el Nuevo Testamento enseña la salvación por la


gracia de Dios a través de la fe en Cristo Jesús nos preocupamos por el hecho
de que Jesús no dice nada sobre la fe en este pasaje. La gente a la derecha
del rey “hereda el reino” – reciben la salvación – como resultado de los
pequeños actos de misericordia que mostraron a “los más pequeños”.
¿Acaso Jesús está creando una escapatoria que permite a la gente ganarse su
propia salvación a través de las obras de misericordia? ¿Acaso una persona
que rechaza a Cristo se gana la salvación alimentando al hambriento? ¿Acaso
Bill Gates, que ha declarado públicamente que tiene mejores cosas que hacer
los domingos que ir a la iglesia, ganará su salvación usando su fortuna para
mejorar la atención médica en países del Tercer Mundo?

En Romanos 2:12-15, Pablo crea una excepción para los gentiles (personas
que no han tenido el beneficio de una instrucción religiosa) que “naturalmente
haciendo lo que es de la ley,” demostrando “la obra de la ley escrita en sus
corazones.” Y explica “porque no los oidores de la ley son justos para con Dios,
mas los hacedores de la ley serán justificados.” Esto, sin embargo, solamente
aborda la circunstancia de la gente que no sabe de Cristo, y se queda corto
para excusar a la gente que deliberadamente rechaza a Cristo, sin importar
cuán meritorias sean sus obras.

También debemos admitir que Cristo, que hace posible la salvación, no es libre
de salvar a cualquiera que él desea. Podemos decir que hizo la excepción con
el ladrón en la cruz, pero que el ladrón clamó “Acuérdate de mí cuando vinieres
á tu reino” (Lucas 23:42), que suena muy parecido a una confesión de fe.

Morris dice “Jesús no está diciendo que estas son personas cuyas buenas
vidas les han ganado la salvación como su derecho. Está diciendo que Dios las
ha bendecido y las ha llevado a su reino, y después procede a citar la evidencia
que muestra que en realidad pertenecen a ese reino. Sus vidas son la
evidencia de que Dios ha estado obrando en ellos” (Morris, 637).

Jesús dice, “Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán


misericordia” (Mateo 5:7).

Se nos deja con la ambigüedad con respecto a lo que Cristo hará, pero no en
ambigüedad con respecto a lo que es nuestro deber. Tenemos la
responsabilidad de decirle a la gente que Cristo ofrece una gran bendición para
quienes muestran misericordia a “estos adelphon mou, mis hermanos y
hermanas, pequeñitos.” Tenemos la responsabilidad de ayudarlos a entender
las tres clases deadelphoi mencionadas arriba, para que puedan estar
pendientes de oportunidades para servir a los necesitados en general, a los
cristianos necesitados, y a los cristianos necesitados comprometidos con la
proclamación del Evangelio. Creo que también tenemos la responsabilidad de
decirles que no presuman que sus actos de misericordia los salvarán si
desprecian a Cristo. Hacer esto es colgar su salvación de un cordón muy
delgado.

MATEO 25:41-46: EN CUANTO NO LO HICISTE


41Entonces dirá también á los que estarán á la izquierda: ‘Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus
ángeles:42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no
me disteis de beber; 43Fuí huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no
me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.’44Entonces
también ellos le responderán, diciendo: ‘Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, ó sediento, ó huésped, ó desnudo, ó enfermo, ó en la cárcel,
y no te servimos?’ 45Entonces les responderá, diciendo: ‘De cierto os
digo que en cuanto no lo hicisteis á uno de estos pequeñitos, ni á mí lo
hicisteis.’ 46E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna.

Al igual que el rey bendice a quienes están a su derecha por realizar esos
actos de misericordia, también maldice a quienes están a su izquierda por fallar
en hacer esos actos de misericordia. En vez de una invitación al reino
preparado desde la fundación del mundo, Jesús consigan a estas personas
al “fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (v. 41). Dios
diseño el reino para la gente, pero preparó el fuego para el diablo y sus
ángeles. No todos los ángeles son buenos (ver Romanos 8:38; Colosenses
2:18; 2 Pedro 2:4; Judas 6; Apocalipsis 12:7-9). Estos son ángeles que se han
aliado con el demonio.

Jesús da una clara respuesta a la pregunta sobre “¿Soy yo guarda de mi


hermano?” (Génesis 4:9), y la retumbante respuesta es ¡¡¡SÍ!!! La persona
(cristiana y no-cristiana) que ayuda a quienes están en necesidad (cristianos y
no-cristianos) hereda el reino, pero la persona (cristiana o no-cristiana) es
consignada a un fiero castigo. Es como si hubiera una pregunta en el examen
final, y la pregunta es “¿Obedeciste al gran mandamiento?” (22:34-40).
“¿Amaste a Dios y a tu prójimo”? ¡Toda la eternidad depende de su respuesta!
(v. 46).

Fuego y azufre no es una predicación popular en estos días, pero el fuego y


azufre de esta escena de juicio no es una aberración. El contexto inmediato
(24:45ss.) incluye tres parábolas de juicio que incluye imágenes de personas
siendo cortadas en pedazos (24:51), dejadas fuera y cerrada la puerta (25:10-
12), y echados a las tinieblas donde es el lloro y el crujir de dientes (25:30), y el
contexto más amplio (capítulos 21-25) está lleno de las enseñanzas de Jesús
sobre el juicio.

Somos tentados a predicar la primera parte de este texto (“Venid, heredad el


reino”) y a dejar la segunda parte (“apartaos de mi al fuego eterno”) sin siquiera
tocarla. Hacer esto es irresponsable, porque debemos advertir a la gente del
amenazante peligro incluso si impartimos promesas de un futuro brillante. ¡La
verdad a medias no es la verdad! “Eliminar el castigo eterno es extraer los
dientes de la Ley y la presentación de un Dios santo. La bendición del
Evangelio se puede retener solamente si la Ley se ve completamente con
seriedad como la voluntad del santo Dios, para quien el pecado es una grave
rebelión, que requiere su castigo si no es perdonado” (Hamann, 257).

También somos tentados a enfatizar el aspecto humanitario de este texto y a


ignorar el los aspectos del juicio. La gente responde mejor a la miel que al
vinagre, eso creemos. Sin embargo, la gente que cree en las enseñanzas de
Jesús sobre el juicio y el infierno no solamente está mejor motivada para
satisfacer las necesidades espirituales de su prójimo, pero también están mejor
motivados para también satisfacer las necesidades físicas de su prójimo.
“Cuando quiera que una de estas dos doctrinas – amor y juicio – disminuye, la
otra también disminuye” (Bruner, 927).
Esta es la última enseñanza pública de Jesús en este Evangelio, parece ser
que es el pensamiento que más desea Mateo que recordemos.

Cristo, en este texto y en otras partes, nos dice las reglas por las que el reino
de Dios se gobierna, reglas muy diferentes de aquellas a las que estamos
acostumbrados. Él nos dice que la persona que vive por las reglas del reino se
beneficiará poderosamente por esa elección.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish


Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos
esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección
de derechos de propiedad).

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