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Fecha: 28/06/2018
Objetivo
Protegernos de aceptar lo que debiéramos rechazar y también de rechazar lo que
deberíamos aceptar. En otras palabras, nos permite negociar desde una posición fuerte
porque hemos analizado los distintos escenarios, conocemos hasta donde podemos llegar
y hemos estudiado las distintas alternativas para obtener unos resultados óptimos.
Contar con tu BATNA también nos ayuda a tomar la difícil decisión de dar por concluida
una negociación. En casos de situaciones complicadas, donde llegar a un acuerdo
beneficioso para las dos partes es extremadamente complicado, además de que la
negociación puede alargarse mucho en el tiempo y resultar muy costosa, es necesario
tener una estrategia definida para valorar cuando obtener un si nos sea menos rentable
que una retirada a tiempo. Contar con un BATNA nos facilitará la toma de este tipo de
decisiones.
Procedimiento
Definir un buen BATNA no es tarea fácil, Fisher y Ury describen en su libro el siguiente
proceso para determinarlo:
Desarrollar una lista de acciones que puedas tomar si no se llega a un acuerdo.
Mejorar alguna de las ideas prometedoras para convertirlas a opciones
prácticas.
Seleccionar, tentativamente, una opción que se considere la mejor
Consejos
Nunca revelar nuestro BATNA, ya que si es peor de lo que piensa
nuestro contrario mostraría debilidad. La única posibilidad para decirlo es
cuando sea mejor que lo que piensa el contrario. Pero como la mayoría de
las ocasiones no sabremos lo que piensa, es mejor no mostrar nuestras
cartas.
No sobreestimes tu BATNA. Una de los grandes problemas es creer que
se tiene más poder de lo que se tiene. En el ejemplo del piso, todos
tendemos a sobrevalorar lo que tenemos. Se ecuánime, infórmate de los
valores de mercado para que esta técnica funcione correctamente.
Aunque en algunos casos puede ser beneficioso por lo general se aconseja no revelar
nuestro BATNA, ya que si es peor de lo que piensa nuestro contrario mostraría debilidad.
Se recomienda compartirlo únicamente cuando sea mejor que lo que piensa el contrario.
Pero como normalmente no sabremos lo que piensa, es mejor no arriesgarnos. al
prepararse para la negociación y establecer el propio BATNA, no hay que olvidar que la
otra parte probablemente también tiene uno. Por eso, aunque nunca resulta tan sencillo de
calcular como el de uno mismo, merece la pena invertir un poco de tiempo en ponerse en
su piel y evaluar las diferentes alternativas.