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Capitalismo y
esclavitud
ePub r1.0
Primo 22.10.16
Título original: Capitalism and Slavery
Eric Williams, 1944
Traducción: Martín Gerber
Diseño de cubierta: Traficantes de sueños
El comercio triangular
Lana
Hasta el tremendo desarrollo de la
industria del algodón en la Revolución
Industrial, la lana fue la niña mimada de
las manufacturas inglesas. Figuraba
ampliamente en todas las
consideraciones referidas al tráfico de
esclavos en el siglo posterior a 1680. El
cargamento de un barco de esclavos
estaba incompleto sin algunas
manufacturas de lana —sargas, «says»,
«perpetuanos», «arrangos» y «bays»—.
A veces el paño recibía el nombre de la
localidad donde era manufacturado por
primera vez. Los «bridwaters»
representaban el interés de Bridgewater
en el mercado colonial; la «welsh
plaines», una tela de lana del más
simple tejido era manufacturada en el
oeste de Inglaterra y Gales.
Una comisión parlamentaria de 1695
reflejaba el sentimiento público de que
el tráfico con África era un estímulo
para la manufactura de lana[80]. En los
argumentos presentados para demostrar
la importancia del tráfico de esclavos,
las exportaciones de lana que alentaba
ese tráfico aparecían siempre en primer
lugar. Un panfleto de 1680, que ilustraba
la utilidad pública y las ventajas del
tráfico africano, comienza con «la
exportación en gran abundancia de
nuestras manufacturas nativas de lana y
otras manufacturas, la mayoría de las
cuales se importaban anteriormente de
Holanda […], por lo cual la lana de esta
nación se consume y se emplea mucho
más que antes; y muchos miles de pobres
gentes tienen ocupación[81]». De manera
similar, la Compañía Real Africana
afirmó, en una petición de 1696, que el
tráfico de esclavos debía ser apoyado
por Inglaterra por el estímulo que
significaba para las exportaciones de
lana y otras manufacturas británicas[82].
Los manufactureros laneros del reino
tomaron parte prominente en la larga y
amarga controversia librada entre la
Compañía Real Africana y los
comerciantes independientes. Aquéllos a
los cuales compraba la Compañía,
alegaban que los intrusos causaban
disturbios y dislocaban el tráfico, y que
el tráfico declinó cuando el monopolio
de la Compañía fue modificado. En
1694 los pañeros de Witney elevaron al
Parlamento una petición a favor del
monopolio de la Compañía. Los
trabajadores del paño de Shrewsbury
hicieron la misma apelación en 1696, y
los tejedores de Kidderminster lo
hicieron dos veces en el mismo año. En
1709 los tejedores de Exeter y los
mercaderes de lana de Londres, y en
1713 varios comerciantes interesados en
la manufactura lanera también se
pusieron del lado de la compañía[83].
Pero el peso de los intereses laneros
estaba principalmente al lado de los
comerciantes libres. El monopolio de la
Compañía la capacitaba para «compeler
a los comerciantes a una cantidad y
precio, largo, ancho y peso
limitados[84]». El monopolio significaba
sólo un comprador y un vendedor. Un
investigador en la Aduana atestiguó que
cuando el comercio era libre había una
mayor exportación de lana. Según el
testimonio de dos comerciantes de
Londres en 1693, el monopolio había
reducido las exportaciones de lana en
cerca de un tercio. Suffolk exportaba
25 000 prendas de lana al año; dos años
después del monopolio de la Compañía,
el número declinó a 500[85]. En 1690 los
pañeros de Suffolk y Essex y los
manufactureros de Exeter elevaron una
petición contra el monopolio de la
Compañía. Exeter repitió la petición a
favor del libre comercio en 1694, 1696,
1709, 1710 y 1711. Los comerciantes
laneros del reino se quejaron en 1694 de
que las restricciones habían provocado
una notable disminución de sus ventas.
Peticiones similares fueron presentadas
contra el monopolio por los
comerciantes laneros de Londres y los
de Plymouth en 1710, los comerciantes
laneros de Totnes y Ashburton, los
manufactureros laneros de
Kidderminster y los Merchant
Adventurers de Minehead se
incorporaron a la manufactura lanera en
1711[86].
Otras peticiones al Parlamento
pusieron el énfasis en la importancia del
mercado colonial para la industria
lanera. En 1690 los colonos de Jamaica
protestaron contra el monopolio de la
Compañía como un factor de desaliento
para el tráfico, especialmente el tráfico
lanero. Una petición de Manchester en
1704 reveló que la lana inglesa se
comerciaba en Holanda, Hamburgo y
Oriente por hilos y fibras de lino que,
una vez manufacturados, eran enviados a
las plantaciones. Los comerciantes y
traficantes de Liverpool en 1709, y los
comerciantes y habitantes de Liverpool
en 1715, sostenían que el monopolio de
la Compañía era perjudicial para la
industria lanera. En peticiones del
industrial North en 1735 se revelaba que
Wakefield, Halifax, Burnley, Colne y
Kendal estaban todos interesados en la
manufactura de mercancías de lana para
África y las Antillas[87].
Que las mercancías de lana figuren
de forma tan prominente en los
mercados tropicales debe ser atribuido a
la política deliberada de la Inglaterra
mercantilista. En 1732 se alegaba a
favor de las colonias continentales, que
Pensilvania sola consumía más
exportaciones de lana de Inglaterra que
todas las islas azucareras juntas, y
Nueva York más que cualquier otra isla
azucarera con excepción de Jamaica[88].
Las mercancías de lana eran más
adecuadas para climas más frescos, y
los colonos de Barbados preferían
ligeros calicos que pudieran ser lavados
fácilmente[89]. Pero la lana era el
artículo básico de Inglaterra, y las
consideraciones climáticas eran un
refinamiento demasiado grande para la
mentalidad mercantilista. Cualquiera
que esté familiarizado con la sociedad
británica de las Indias Occidentales de
hoy podrá apreciar la fuerza de la
tradición engendrada por todo esto. Hoy,
las prendas interiores de lana son
todavía comunes en las islas, aunque en
mayor grado entre las generaciones más
viejas, y los trajes de sarga azul son
todavía un signo del bien vestir
masculino. Como el inglés y a diferencia
del norteamericano de las colonias, la
clase media de color en el Caribe imita
todavía las modas de la madre patria en
su preferencia por los materiales más
gruesos, tan ridículos y poco
confortables en un ambiente tropical.
Pero el algodón superó más tarde a
la lana en los mercados coloniales, al
igual que lo hizo en los de la madre
patria. De una exportación total de
cuatro millones de libras de
manufacturas de lana en 1772, menos del
3 por ciento fue a las Antillas y menos
del 4 a África[90]. Los mejores clientes
eran Europa y América. En 1783 la
industria lanera empezó lentamente a
imitar los cambios tecnológicos que
habían revolucionado la industria del
algodón. En el proceso posterior a 1783,
el comercio triangular y el mercado de
las Indias Occidentales no jugaron una
parte apreciable.
Manufacturas de algodón
El refinado de azúcar
Pacotilla
Operaciones bancarias
La industria pesada
Seguros
La industria algodonera
Liverpool y Glasgow
1. Documentos de la Oficina
Colonial. No es necesario destacar
el valor de esta fuente. Si bien las
citas han sido reducidas a un
mínimo, las seleccionadas para el
texto están basadas en una
exhaustiva investigación sobre más
de 230 volúmenes, que abarcan
Jamaica, Barbados, Trinidad y
Demerara (la Guayana Británica), y
que cubren el período 1789-1796
(los años iniciales del movimiento
de abolición) y de 1807 a 1833.
Los números de registro son CO 27
(Barbados), CO 111 (Demerara, es
decir, Guayana Británica), CO 295
(Trinidad), CO 137 (Jamaica).
2. Documentos Chatham, G. D./8.
Fueron consultados únicamente
para la correspondencia y archivos
del joven Pitt y no de su padre. Hay
abundante información sobre
Chatham desperdigada en el trabajo
de Pares. Los documentos
consultados proporcionaron
material valioso sobre las islas
británicas, Santo Domingo y la
India, y en la medida en que Pitt
dominó la escena parlamentaria
británica desde 1784 hasta su
muerte en 1806, la colección es de
cardinal importancia.
3. Documentos del Ministerio de
Relaciones Exteriores. Los mismos
fueron utilizados especialmente
para los años que van de 1787 a
1793, con referencia específica a la
actitud del gobierno británico
respecto al Santo Domingo francés;
en el texto se han incluido unos
pocos documentos de importancia.
El número de referencia es FO 27
(Francia).
4. Archivos de Aduana. Los registros
consultados fueron Aduana 8,
exportaciones británicas, para los
años 1814-1832; y Aduana 5,
importaciones británicas.
b) Museo Británico
El material contemporáneo es
voluminoso. Los escritos de los
principales mercantilistas, Postlethwayt,
Davenant, Gee, Sir Dalby Thomas,
Wood, fueron examinados
cuidadosamente; al igual que La riqueza
de las naciones, el clásico anti-
mercantilista. La información
contemporánea sobre los indentured
servants es limitada, pero la que existe
resulta de utilidad. La agria polémica
entre los partidarios de las Indias
Occidentales y los partidarios de las
Indias Orientales, de gran importancia,
ha sido investigada exhaustivamente.
Además del material existente en el
Museo Británico, están los recursos de
la Biblioteca de la Oficina de la India y
la Serie de folletos de la Biblioteca
John Rylands. La bien conocida Historia
de la India Occidental Británica, de
Bryan Edwards merece una mención, no
sólo por su valor intrínseco, sino por
constituir uno de esos raros hitos
culturales en una sociedad esclavista
que, en oposición a la sociedad
esclavista de Grecia, despreció sus
enseñanzas y no reprodujo ninguno de
los legados de los griegos al mundo.
Además, fueron examinadas numerosas
historias locales, especialmente las de
las grandes ciudades con puertos
marítimos y centros industriales, y las
relaciones contemporáneas entre el
crecimiento del comercio y la industria
británica.
Fueron también muy utilizados los
escritos de los propios abolicionistas,
especialmente el bien conocido volumen
quinto, una divagadora pero informativa
biografía de Wilberforce escrita por sus
hijos.
b) Modernas
El Progreso 550 40
Armonía 330 20
1778-
St. Kitts 2,784
1788
1784-
Dominica 27,553
1788
1784-
Granada 44,712
1792
1720 21 60 39
1753 64 13 27
1771 107 58 23
Importaciones
Exportacion
británicas
británicas
desde
<<
[13]C. O. 295/72.Woodford a Bathurst, 8
de agosto de 1826. <<
[14]C. O. 295/73. Stephen a Horton, 5 de
octubre de 1826. <<
[15] C. O. 295/67. Henry Gloster,
protector de los esclavos, al gobernador
Woodford, 7de julio de 1825. La
respuesta de Fitzgerald fue: el esclavo
John Philip, «siete marcas en aquella
parte que en todos los países civilizados
resulta la mayor indignidad golpear con
el pie»; el esclavo Philip, «23 marcas en
aquella parte que el Lord Chesterfield
recomienda encarecidamente sea la
última en entrar y la primera en salir de
todas las entregas de impuestos y que
nombrar en presencia de damas es
considerado un gran falta de educación»;
el esclavo Simon Mind, «23 marcas en
esa particular parte del cuerpo que es
raramente culpable de delito pero que
paga las faltas cometidas por otros
miembros». <<
[16] C. O. Bell y Morrell, op. cit., p. 382.
<<
[17] C. O. 28/99. Carrington,
representante de los Barbardos, a
Bathurst, 2 de marzo de 1826. <<
[18]C. O. 28/93. Warde a Bathurst, 21 de
octubre de 1824. <<
[19]C. O. 28/92. «Report of a
Debate…», p. 33. <<
[20]C. O. 137/165. «Message of House
of Assembly», diciembre de 1827. <<
[21]
C. O. 137/143, 31 de octubre de
1815. <<
[22]Bell y Morrell, op. cit., p. 405.
«Protest of Assembly of Jamaica», julio
de 1838. <<
[23]C. O. 137/183. Manchester a
Goderich, 13 de noviembre de 1832. <<
[24]Ibídem. Manchester a Goderich, 16
de diciembre de 1832. <<
[25]C. O. 137/186. «Memorial of the
Jamaica deputies to Britain», 20 de
noviembre de 1832. <<
[26]
Hansard, vol. XXXI, pp. 781-782.
Marryat, 13 de junio de 1815. <<
[27] C. O. 137/183. Manchester a
Goderich, secreto y confidencial, 16de
diciembre de 1832. <<
[28]C. O. 137/187. Z. Jones a Goderich,
22 de febrero de 1832. <<
[29]C. O. 137/187. Goderich a
Manchester, secreto, 5 de marzo de1832.
<<
[30] C. O. 137/154. Manchester a
Bathurst, 24 de diciembre de 1823. <<
[31]C. O. 28/111. Smith a Stanley, 13 de
julio de 1833. <<
[32]Ibídem. Grant a Goderich, 26 de
marzo de 1832. <<
[33]Ibídem. William Clunes a Goderich,
27 de enero de 1832. <<
[34]
C. O. 28/111. Smith a Stanley, 23 de
mayo de 1833. <<
[35]
C. O. 28/88. Combermere a Bathurst,
15 de enero de 1819. <<
[36]C. O. 111/69. D’Urban a Murray, 20
de abril de 1830. Véase también C. O.
295/87. Smith a Goderich, desde
Trinidad, 13 de julio de 1831: «Los
esclavos tienen una facilidad
inexplicable para obtener información,
de forma parcial y a menudo
distorsionada, cada vez que se va a
recibir un documento público que afecta
a su condición o estado». <<
[37]C. O. 295/93. Extracto de un
documento de Trinidad, s/f. <<
[38]C. O. 295/92. Grant a Howick, 30 de
abril de 1832. <<
[39]
C. O. 137/119. Coote a Castlereagh,
27 de junio de 1807; C. O. 137/120,
Edmund Lyon, representante de Jamaica,
a Castlereagh, 17 de julio de 1816. <<
[40] C. O. 137/142. Manchester a
Bathurst, 26 de enero de 1816. <<
[41]C. O. 137/143. Extracto de una carta
con procedencia en Jamaica, 11 de mayo
de 1816. <<
[42]C. O. 295/39. John Spooner, de
Barbados, al gobernador Woodford, 30
de agosto de1823. <<
[43] C. O. 28/85. Col. Codd al
gobernador Leith, 25 de abril de 1816.
Ibídem, Contralmirante Harvey a J. W.
Croker, 30 de abril de 1816. <<
[44]C. O. 137/145. Shand a Bathurst, 26
de noviembre de 1817. <<
[45]
C. O. 111/44. D’Urban a Bathurst, 5
de mayo de 1824. <<
[46]C. O. 295/89. Grant a Howick, 10 de
diciembre de 1831. <<
[47]C. O. 137/183. Mulgrave a Howick,
6 de agosto de 1832. <<
[48]
C. O. 28/111. Smith a Stanley, 23 de
mayo de 1833. <<
[49] C. O. 111/8. Nicholson a
Castlereagh, 6 de junio de 1808. <<
[50] C. O. 137/156. Manchester a
Bathurst, 31 de julio de 1824. <<
[51]C. O. 28/85. Leith a Bathurst, 30 de
abril de 1816. <<
[52]
Ibídem. Codd a Leith, 25 de abril de
1816. <<
[53]Ibídem. Leith a Bathurst, 30 de abril
de 1816. <<
[54] C. O. 137/143. Alexander Aikman
Jr. a Bathurst, 2 de mayo de 1816. <<
[55] C. O. 137/142. Manchester a
Bathurst, 4 de mayo de 1816. <<
[56]C. O. 111/39. Murray a Bathurst, 24
de agosto de 1823. <<
[57]Ibídem. Murray a Bathurst, 27 de
septiembre de 1823. <<
[58]
C. O. 28/92. Warde a Bathurst, 27 de
agosto de 1823. <<
[59] C. O. 137/156. Manchester a
Bathurst, 31 de julio de 1824. <<
[60]
C. O. 111/44. D’Urban a Bathurst, 5
de mayo de 1824. <<
[61]
Ibídem. D’Urban a Bathurst, 5 de
mayo de 1824 (segunda carta del día).
<<
[62]
Ibídem. D’Urban a Bathurst, 15 de
mayo de 1824. <<
[63]C. O. 28/107. Lyon a Goderich, 28
de marzo de 1831. <<
[64]Ibídem. Lyon a Goderich, 2 de abril
de 1831. <<
[65]C. O. 137/181. Belmore a Goderich,
6 de enero de 1832. <<
[66]C. O. 137/182. Belmore a Goderich,
2 de mayo de 1832 <<
[67]C. O. 295/92. Grant a Howick, 30 de
abril de 1832. <<
[68]C. O. 137/188. Mulgrave a
Goderich, 26 de abril de 1833. <<
[69]Hansard, Third Series, vol. XIII, p.
77, 24 de mayo de 1832. <<
[70]C. O. 137/191. F. B. Zuicke al
gobernador Belmore, 23 de mayo de
1832. <<
[71]
C. O. 28/111. Smith a Goderich, 7 de
mayo de 1833. <<
[72] Ibídem. <<
[73]Ibídem. Smith a Stanley, 23 de mayo
de 1833. <<
[1]Gaston-Martin, L’Ère des Négriers,
1713-1774, París, 1931, p. 424. <<
[2] El profesor Coupland, de la
Universidad de Oxford, es un ejemplo
notable de esta tendencia deplorable. <<
Notas
[1]Publicada en castellano en fecha tan
reciente como 2003: Los jacobinos
negros. Toussaint L’Ouverture y la
Revolución de Haití, México, FCE,
2003. <<
[2]Publicado en castellano: La Hidra de
la Revolución. Marineros, esclavos y
campesinos en la historia oculta del
Atlántico, Crítica, Barcelona, 2005. <<