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LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA
LENGUA ESPAÑOLA
Cuando ganaron su independencia las colonias ultramarinas que mantenía
España, la RAE, sin motivaciones políticas ni ambivalencias de ningún tipo,
promovió y apoyó la creación de academias correspondientes en cada una
de las jóvenes repúblicas hispanohablantes, con el válido argumento de
tener todas estas naciones un idioma común por el que había que velar y
una literatura común a la que había que pulir, diferencias regionales aparte.
Inicialmente fueron creadas diecinueve academias hispanoamericanas, a las
cuales se les agregaron posteriormente la Academia Filipina de la Lengua
Española y la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Todas
estas academias constituyen, junto a la Real Academia Española,
la Asociación de Academias de la Lengua Española, fundada en 1951, en el
marco del I Congreso de Academias celebrado en México. Dicha Asociación
es el órgano de colaboración de todas las academias para lograr la adecuada
promoción de una política lingüística panhispánica. Esta política, plasmada
en numerosos proyectos de trabajo conjunto, fue galardonada en el
año 2000 con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, concedido a
la Real Academia Española y a la Asociación de Academias de la Lengua
Española.
Cuba pertenece a la Asociación desde 1926, fecha en que fue fundada
la Academia Cubana de la Lengua
La Asociación de Academias de la Lengua Española está integrada por las
veintidós Academias de la Lengua Española que existen en el mundo:
la Real Academia Española (1713),
la Academia Colombiana de la Lengua (1871),
la Academia Ecuatoriana de la Lengua (1874),
la Academia Mexicana de la Lengua (1875),
la Academia Salvadoreña de la Lengua (1876),
la Academia Venezolana de la Lengua (1883),
la Academia Chilena de la Lengua (1885),
la Academia Peruana de la Lengua (1887),
la Academia Guatemalteca de la Lengua (1887),
la Academia Costarricense de la Lengua (1923),
la Academia Filipina de la Lengua Española (1924),
la Academia Panameña de la Lengua (1926),
la Academia Cubana de la Lengua (1926),
la Academia Paraguaya de la Lengua Española (1927),
la Academia Boliviana de la Lengua (1927),
la Academia Dominicana de la Lengua (1927),
la Academia Nicaragüense de la Lengua (1928),
la Academia Argentina de Letras (1931),
la Academia Nacional de Letras de Uruguay (1943),
la Academia Hondureña de la Lengua (1948),
la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (1955) y la
Academia Norteamericana de la Lengua Española (1973).
Funciones
El artículo primero de los estatutos de la RAE plantea:
la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus
hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito
hispánico. Debe cuidar igualmente de que esta evolución conserve el genio
propio de la lengua, tal como ha ido consolidándose con el correr de los
siglos, así como de establecer y difundir los criterios de propiedad y
corrección, y de contribuir a su esplendor.
Para alcanzar dichos fines, estudiará e impulsará los estudios sobre la
historia y sobre el presente del español, divulgará los escritos literarios,
especialmente clásicos, y no literarios, que juzgue importantes para
el conocimiento de tales cuestiones, y procurará mantener vivo el recuerdo
de quienes, en España o en América, han cultivado con gloria nuestra
lengua. Como miembro de la Asociación de Academias de la Lengua
Española, mantendrá especial relación con las Academias Correspondientes
y Asociadas.»
La RAE es considerada frecuentemente como una organización
conservadora, pues entre sus metas está la preservación de la lengua
española. Sin embargo se caracteriza asimismo por ejercer una influencia
progresista, al esforzarse en mantener el lenguaje formal en sintonía con la
actualidad. Un ejemplo de esto último ocurrió en 1994 cuando dictaminó
que las consonantes ch y ll serían alfabetizadas junto con la c y la l y no
como letras independientes, como en el pasado. La RAE sigue un proceso
formal para la admisión de nuevas palabras.
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
Según sus estatutos la RAE está compuesta por:
Académicos de número (46 en total).
Académicos correspondientes españoles (hasta un máximo de 60).
Académicos honorarios.
Académicos correspondientes extranjeros.
Académicos de número de las academias americanas (que por derecho son
académicos correspondientes).