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Bolivia es conocida por ser el país más "auténtico" de América Latina, porque
el 60% de su población es de origen indígena. En el año 2010, el
Presidente Juan Evo Morales Ayma decidió cambiar el estatuto de la nación,
que pasó de "República" a ser "Estado Plurinacional de Bolivia." Este evento se
celebra oficialmente el 22 de febrero.
Entre las 38 etnias legalmente reconocidas por el gobierno, una de las más
importantes es la población Aymara. Representa el 25% de la población y el
propio presidente es de origen Aymara. Esta población está actualmente
repartida en varias partes del país, pero es originaria del Altiplano andino, que
se encuentra a 4000 metros de altitud. Una parte de este pueblo salió de la
región andina en la década de 1990 para huir las grandes sequías e instalarse
en regiones tropicales, para vivir de la plantación de coca o de cítricos.
Una de las herencias de la civilización Tihuanacota es el calendario astral, que se basa en los eventos
del cielo y de la Tierra para organizar la vida social. Por ello, los equinoccios y solsticios son muy
importantes y están sujetos a las ceremonias y los rituales, incluso hoy en día.
Durante la noche del 20 de junio, la población llamada por los sabios - yatiris
- y los sacerdotes aymaras - aumautas- , se reúne para despedirse del año
pasado y acoger el año que llega. Una mesa de ofrenda es presentada
al Tata Inti - Dios Sol - y la Pachamama - Madre Tierra -, con hoja de coca,
alcohol, dulces y otros elementos necesarios para este ritual. En el pueblo de
Tihuanacu, antiguamente la cuna de la civilización Tiahuanacota, se encuentra
un sitio arqueológico que ha sobrevivido al tiempo y a las invasiones, y es en
este mismo lugar que se realiza esta ceremonia, de manera pública, durante
toda la noche hasta el amanecer. Al amanecer, los primeros rayos del sol pasan a través del arco
de la "Puerta del Sol", y se reflejan en diferentes lugares específicos, previstos por los arquitectos de
este lugar sagrado, hace más de mil años.
Desde la presidencia de Evo Morales, el propio presidente y
varios representantes políticos participan en la ceremonia del
Año Nuevo Aymara.
El 21 de Junio de cada año es un día especial para los pueblos indígenas, porque se celebra un acto ritual
festivo en relación al cambio de ciclo o año nuevo. Para los aymaras se denomina “Machaq Mara”. Esta
festividad ritual se ha practicado desde tiempos inmemoriales por los andinos, perdió su sentido o
significado en la primera y segunda mitad del siglo XX, producto de la transculturización y perdida de
identidad de los aymaras. Sin embargo en la última década con la dictación de la Ley Indígena 19.253, que
reconoce la existencia de grupos étnicos en el Estado chileno, ha emergido mayores niveles de identidad y
protagonismo de las organizaciones indígenas, por lo mismo a partir del año 1995, esta actividad se esta
revitalizando a nivel urbano en especial en al ciudad de Arica. Los distintos pueblos ha través de su
desarrollo cultural alcanzaron a desarrollar un calendario anual, bajo el cual realizaron sus actividades de
sobrevivencia. Bajo el marco anterior, el pueblo aymara también desarrollo calendario anual, de carácter
agronómico en base al cual desarrollaron la agricultura y la ganadería andina. Este calendario se inicia con
la celebración del año nuevo aymara, llamado “Machaq Mara”, en lengua aymara. El año nuevo para los
pueblos andinos es el 21 de junio de cada año. Esta fecha ha sido adecuado por el cristianismo al 24 de
junio de San Juan; El 21 de junio es la fecha en que el astro sol (Tata Inti, para los aymaras), se encuentra lo
más distante de la tierra (equinoccio del hemisferio Sur, y a su vez inicia su retorno, es el periodo en que se
registran las temperaturas más bajas y marca la finalización del año agrícola y el inicio de un nuevo ciclo.
Este calendario aymara esta referido a tres estaciones que marcan el año agrícola: Juypipacha: Época de
heladas y procesamientos de tubérculos. Awtipacha: Época de seca y siembra. Jallupacha: Época de lluvias
y maduración de los cultivos. Cada una de estas estaciones agrícolas tienen sus celebraciones, sin embargo
la mayor celebración en el mundo andino es el año nuevo (Inti Raymi, se llama para que quechuas, para los
mapuches witripantu). En este acto ritual de termino de un periodo, se conversa como una persona con los
dioses tutelares en especial el Tata Inti (padre sol ), que según la visión andina hace posible la fertilización
en la pachamama, germinación y maduración de la vida y por dicho motivo se le pide que vuelva para
reiniciar el otro ciclo. Por la razón anterior, los aymaras realizan actos rituales de ofrenda al “Tata Inti”,
para que este dios tutelar regrese. En esta concepción aymara, los abuelos cuentan que en tiempos
antiguos en esta fecha en la zona del altiplano se quemaban grandes extensiones de paja brava, señalando
con ello que estaban abrigando al sol, similar situación de los pueblos agricultores de la precordillera,
quema de guano y matorrales y restos de cultivos del ciclo anterior. Si uno analiza más a fondo esta
actividad cotidiana, vera en ella que la quema de paja brava era para su renovación y de esta forma tener
alimento renovado para las llamas y en el caso de precordillera, la quema servia para limpiar los campos de
cultivo, abono y de esta forma iniciar el nuevo ciclo agrícola. Esta actividad ritual de celebración del
Machaq mara, se había perdido, sin embargo, se le ha rescatado y al día de hoy es organizada por las
organizaciones aymaras en Arica, además cn la promoción y difusión de la educación intercultural bilingüe
se ha iniciado su celebración en algunos colegios tanto urbanos, como de los valles.