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Hipertexto

La convergencia de la teoría crítica


contemporánea y la tecnología
.,.

Hipermedia
George P. Landow

1. P. Quéau. Lo virtual
2. G. P. Landow, Hipertexto
Hipertexto
La convergencia de la teoría crítica
contemporánea y la tecnología

~ Ediciones Paidós
Barcelona-Buellos Aires-México
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Título original: HiperText. The convergence afcontemporary crirÍcal rhe­


01) and techllology
Publicado en inglés por The Johns Hopkins University Press

Traducción de Patrick Ducher

Cubierta de Mario Eskenazi

Para Shoshana, Serena y Moali

1. a edición, J995

© 1992 by TheJohns Hopkins University Press, Baltimore y Londre~


© de todas las ediciones en castellano
Ediciones Paidós Ibérica, S.A.,
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
y Editoríal Paidós, SAICr,
Defensa, 599 - Buenos Aires

ISBN: 84-493-0186-6

Depósito legal: B. 40.274·1995

Impreso en Grafiques 92, S.A"

Torrassa, 108 - Sant Adrül de Besós (Barcelona)

Impreso en España - Primed in Spain


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Sumario

Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

l. El hipertexto y la teoría critica.. ........ 13

¿Un Derrida hipertextual? ¿Un Nelson posestluctuta-

lista? . . . . . . . .'........., 13

Definición dd hipertexto y su historia como concepto. 14

Otras convergencias: imertextualidad, diversidad de

voces y el descentrar . . . . . . . . . . . . 19

Vannevar Bush y el Memex. . . . . . . . . . . 26

Texto virtual. autores virtuales e informática literaria 31

El modelo no lineal de red en la teoría crítica actual. 37

¿Causa o convergencia? ¿Influencia o cont1uenda? . 42

Analogías con la revolución de Gutenberg. 45

Predicciones . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

2. Reconfigurar el texto. . . . . . . . . . . . . . . 51

Del texto al hipertexto . . . . . . . . . . . . . . 51

Problemas de terminología: ¿Qué es el objeto que lee-

mos? ¿Qué es el texto en hipertexto? 59

Texto verbal y texto no verbal. . . . 61

Elementos visuales en el texto impreso . 65

Texto disperso . . . . . . . . . . . 72

Translíteración hipettextual la cultura del escriba o

el manuscrito electrónico . . . . . 75

Argwl1entadón, organízación y retórica. 78

Principios y finales en el texto abierto. . 79

Los limites del texto abierto. . . . . . 81

La categoría del texto, la categoría en el texto 86

El híperrcxto y el descentrar; fundamentos filosóficos. 92

3. Reconfigurar al autor . . 95

Eros¡ón de la personalidad 95

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HIPERTEXTO
10

Cómo escribo este libro. . . . . . . . . . . 103 Agradecimientos


Presencia virtual. . . . . . . . . . . . . . 113
Escritura en colaboración, autoría en colaboración 116
Ejemplos de escritura en colaboración con Intermedia 124

4. Reconfigurar la narrativa. . . . . . . 131


El hipertexto y la concepción aristotélica de trama 131
Principios y finales en la narrativa . . . .
140
Afternoon. de Michae1Joyce: la experiencia dellectot

como autor . . . ..... 143

5. Reconfigurar la educación literaria. 153


Amenazas y promesas . . 153
Reconfigurar al enseñante. . . . . 157
Reconfigurar al estudiante. . . . . 160
Reconfigurar el momento de estudiar. . . . . . . 165 Quisiera agradecer al personal, tanto actual como antiguo,
Reconfigurar las tareas y los métodos de evaluación. 168 del Institute for Research in Information and Scholarship (IRIS)
Ejemplos estudio en colaboración con Intermedia 173 de la Universidad BroWIl, y sobre todo a su director y fundador:
Redefinir la materia y los planes de estudio . . . . 184 William G. Shipp y a los actuales codirectores: Norman K. Mey­
201
¿Qué posibílidades tiene el hipertexto en [a enseñanza? rowitz y Marty J. Michel. Nicole Yankelovích, coordinadora de
203 proyecto en el IRIS en las fases tempranas de desarrollo y de apli­
6. La política del hipertexto: ¿Qujén controla el texto? .
20.3 cación de Intermedia, y Pau] D. Kahn, coordinador de proyecto
Oraciones hechas realidad, o la política de la resistencia

La marginación la tecnología y el misterio de la lite­


durante Dickens Web y otros proyectos posteriores de Interme­
t'atura . . . . . . . . . . . . . . .
205 dia, hicieron gala de una gran inventiva, amabilidad y buen hu­
Las políticas de determinadas tecnologías . . . . . . 210 mor, incluso en los momentos crisís, y lo mismo puede decirse
El hipertexto y la poIítíca de la lectura . . . . . . . 218 de Julie Launhardt, la asistenta coordinadora de proyecto. Tood
La visión política del hipertexto, o el mensaje del medio 221 VanderDoes y Larry Larrivee, ingenieros de las instalaciones de]
La política del acceso. . . . . . . . . . . . 230 IRIS, aseguraron el buen funcionamiento del equipo (hardware y
Acceso al texto y derechos de autor (Copyright) 24.3 software) en circunstancias de continuos cambios.
A partir de 1988, cuando el Departamento de Servidos Infor­
7. Conclusión abierta o fin de la transmjsíón 251
máticos de la Universidad Brown asumió la responsabilidad del
253 laboratorio de Intermedia, fue gradas a la labor de Steve Andra­
Notas . . . . . de, Chrís Chung y Vic Naif que pudimos aplicar Intermedia a la
Bibliografía . . 269
279 enseñanza y a la investigación. Estoy especialmente agradecido a
Índice analítico.
mis ayudantes de investigacíón, licenciados o no, por su gran en­
tusiasmo, yen partivular a Randall Bass, David C. Cody, Kathryn
Stockton, Shoshana M. Landow y Gary Weissman, así como a
mis estudiantes de ]a Universidad Brown. El desarrollo de Jnter·
media fue parcialmente financiado con aportaciones y contratos
de International Business Machines, de Apple Computer y de la
..

12 HIPERTEXTO

Annenberg/Corporation fal' Public Broadcilsting Project, y les


1. El hipertexto y la teoría crítica
agradezco este apoyo.
Asimismo, expreso mí gratitud a muchos colegas y estudian­
tes que compartieron conmigo sus trabajos: Stuart Moulthrop,
que me prestó su versión en Storyspace de «Parking Paths», y]. El problema de la causalidad. No siempre resulta fácil dete¡-.
minar lo c¡ue provocó determinado cambio dado en lUla ciencia.
David Balter, Robert Coover, Terence Harpold, Paul D. Kahn y
¿Qué bizo posible ta! o cual descubrimiento? ¿Por qué apareció
Gary Marchíoníní, que me dejaron ver los borradores o las pri­ ese concepro nuevo? ¿De dónde surgió esrn O uquella teoría? Es­
meras versiones de sus escritos. También quisiera dar las gracias a tas preguntas suden resultar muy embarazosas ya que no h~y prin­
William Crassgrove, Shelía Emerson) Wi11iam Keach, Neil Laza­ cipios metodológicos en los que fundamentar el análisis, La djfi­
rus, J. Hillis Míller. Elli Mylonas, Allen Renear, EUen Rooney, cultad es aún mayor en el caso de cambios generales que afectan a
Gregory UImer y a los miembros del CHUG. por sus consejos y roda una ciencia, y más aún cuando se producen diversos cambios
estímulo. relacionados entre sí. Pero la dificultad mJÍxíma se da en el caso de
También debo mucho al personal de la editorialJohns Hop­ las ciencias empíricas: por un lado, el papel de los instrumentos,
kins University Press, y sobre tOdo a Eric Halpern, el director de técnkns. instituciones, acontecimientos, intereses e ideología re­
edíción, que fue lo bastante abierto para entusiasmarse por un sulta muy evidente, pero llO se sabe CÓmo funciona realmente una
articulación de composición can compleja y variada,
proyecto que otros directores de edición en otras editoriales en­
contraron demasiado extraño o inc1uso ininteligible. Anne Whit­
more, mí asistenta de edición, sabe cuánto debo a su rara combi­ MICHEl. FOUCtlUl.T

nación de conocimíentos, rigor y escepticismo y quisiera dejar The O,..df:r ofThil1gs


bien claro que, si este libro tiene algún tipo de gracia, clarídad o
precisión, es en gran parte gradas a ella. Jim J ohnston y Glen Bu­
¿Un Derrida hlpertextuat? ¿Un Ne'son posestructura lista?
rris, de diseño y producción, tienen el mérito de haberse atrevido
a emprender algo nuevo de un modo distinto.
Cuando los diseñadores de programas informáticos examinan

Y, finalmente, he de agradecer el apoyo y el estímulo de mi es


las páginas de Glas o de O/ Grammatology (De la gramatología),

posa Ruth y de mis hijos, a quienes dedico este libro. Durante


se encuentran con un Derrida digitalizado e hipertextual; y, cuan­

años, han escuchado, con entusiasmo y comprensión, mis apasio­


do los teóricos literarios hojean Literary Machines, se encuentran

nados alegatos sobre nexos, tramas, lexias, Web Views y otros ar­
con un NeIson posestructuralista o desconstrucdonistll, Estos en­

tilugios de seguimiento. De todos los agradecimientos que la es­


cuentros chocantes pueden darse porque durante las últimas dé­

critura de este libro ha motivado, éste es el que más me complace


cadas han ído convergiendo dos campos del saber, aparentemen­

expresar.
te sin conexión alguna: la teoría de la líteratura y el hipertexto

Ínformático. Las dedaraciones de los teóricos en literatura y del

hipertexto han ido convergiendo en un grado notable. Trabajan­


do a menudo, aunque no siempre, en completo desconocimiento
unos de otros, los pensadores de ambos campos nos dan índica­
dones que nos guían, en medio de los importantes cambios que
están ocurriendo, hasta el episteme contemporáneo. Me atrevería
a decir que se está produciendo un cambio de paradigma en los
escritos de Jacques Derrida y de Theodor Nelson, y los de Roland
Barthes y de Andríes van Dam. Supongo que al menos un nom­
¡,

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14 HIPERTFXTO EL HIP~RTEXTO y LA TEORÍA CRhICA


15
bre de cada pareja le resultará desconocido al Jector. Los que tra­ Dice Barthes: «En este texto ideal, abundan las redes (réseaux)
bajan en el campo de los ordenadores conocerán bien las ideas de que actúan entre si sin que ninguna pueda imponerse a las demás;
Nelson y de van Damí y los que se dedican a la teoría cultural es­ este texto es una galaxia de significantes y no una estructura de
tarán familiarizados con las ideas de Derrida y de Barthes. 1 Los signífícados; no tiene prindpio, pero sí diversas vías de acceso, sin
cuatro, como otros muchos especialistas en hipertexto y teoría cul­ que ninguna de ellas pueda calificarse de principal; los códigos
tural. postulan que deben abandonarse Jos actuales sístemas con­ que moviliza se extienden hasta donde alcance la vista; son inde­
ceptuales basados en nociones como centro, margen, jerarquía y li­ terminables...; los sistemas de significados pueden imponerse a
nealidad y sustítuirlos por otras de multilinealidad, nodos, nexos y este texto absolutamente plural, pero su número nunca está limi­
redes. Casi todos los parúdpantes en este cambio de paradigma, tado, ya que está basado en la infinidad del lenguaje» (cursiva en
que marca una revolución en el pensamiento, consideran la escri­ el origina]},J
tura electrónica como una reacción. directa a las ventajas e incon­ Como Barthes, Michel Foucault concibe el texto en forma de
venientes del libro impreso. Esta reacción tendrá profundas re­ redes y nexos. En Archeotogy o/Knowledgc, afittna que <das fronte­
percusiones en la literatura, la enseñanza y la política. ras de un libro nunca están claramente definidas», ya que se en­
Los numerosos paralelismos entre el hipertexto y la teoría crí­ cuentra «atrapado en un sistema de referencias a otros libros, otros
tica presentan muchos puntos de interés, de Jos cuales el más textos, otras frases: es un nodo dentro de una red ... una red de refe­
importante tal vez sea el hecho de que la teoría crítica promete te­ rencias».4 Como todos los estructuralístas y posestructuraJistas,
orizar el hipertexto mientras que éste promete encarnar y, así, de­ Barthes y Foucault describen el texto, el mundo de la literatura, y
mostrar varios aspectos de la teoría, sobre todo los relativos a tex­ las relaciones de poder y categoría que implícan, en términos que
°
tualidad, narrativa ya los papeles funciones de lector y escritor. también pueden aplicarse al campo del hipertexto informático.
Con el hipertexto, los teóricos de la crítica dispondrán, o dispo­ Hipertexto, expresión acuñada por Theodor H Ne1son en los
nen ya, de un nuevo laboratorio donde poner a prueba sus ideas, años sesenta, se refiere a un tipo de texto electrónico, una tecno­
además de las biblíotecas convencionales de textos impresos. logía informática radicalmente nueva y, al mismo tiempo, un
Otro punto fundamental es que una experiencia de la lectura en modo de edición. Como él mismo lo explica: «Con "hipertexto",
hipertexto, o con hipertexto, esclarece muchas de las ideas más me renero a una escritura no secuencial, a un texto que bifurca,
significativas de la teoría crítica. Como lo subraya J. David Bolter que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla
al explicar cómo el hipertexto encarna los conceptos posestructu­ interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una se­
ralistas de texto abÍerto: «Lo que es antinatural en la letra impre­ rie de bloques de texto conectados entre si por nexos, que forman
sa se vuelve natural en el ámbito electrónico, y muy pronto no diferentes itinerarios para el usuatiü».5 El hipertexto, ténníno
hará ni falta decirlo, porque podrá mostrarse».2 que seguiremos utilizando a]o largo de esta obra, impUca un tex­
to compuesto de fragmentos de texto -Jo que Barthes denomina
lexias- y los nexos electrónicos que los conectan entre sí. La ex­
Deftnlci6n del hipertexto y su historia como concepto presión hipermedia simplemente extiende la noción de texto hi­
pertextuaJ al incluir información visual, sonora, animacÍón y otras
En S/2, Roland Barrhes describe un ideal de textualidad que formas de información. Puesto que el hipertexto, a1 poder conec­
coincide exactamente con lo que se conoce como hipertexto elec­ tar un pasaje de discurso verbal a imágenes, mapas, diagramas y
trónico, un texto compuesto de bloques de palabras (o de imáge­ sonido tan fácilmente como a otro fragmento verbal, expande la
nes) electrónicamente unidos en múltiples trayectos, cadenas o noción de texto más al1á de lo meramente verbal, no haré la dis­
recorridos en una textualidad abierta, eternamente inacabada y ' tíndón entre hipertexto e hipermedia. Con hipertexto, pues, me
descrita con términos como nexo, nodo, red, trama y trayecto. referiré a un medio informático que relaciona información tanto
h.

l

16 HII'ERTEXTO El. H1PERTEXTO y LA rtOltÍA CRiTICA


17

verbal como no verbal. Los nexos electrónicos unen lexias tanto la experiencia de la lectura como la naturaleza de lo leído. Por
«externas,) a una obra, por ejemplo un comentario de ésta por ejemplo, si dicho artículo sobre]oyce se encontrara en un sistema
otro autor, o textos paraldos o comparativos, como internas y así de hipertexto que tuviese nexos con todo el material citado, pasa­
crean un texto que el lector experimenta como no lineal o, mejor ría a formar parte de un sistema mucho más extenso, en el que la
dicho, como multílineal o multisecuencial. Si bien los hábitos de totalidad podría resultar más importante que el documento indi­
lectura convencionales síguen válidos dentro cada lexía, una vidual; el artículo se encontraría entonces mucho más entrelazado
vez que se dejan atrás los oscuros límites de cualquier unidad de al contexto que su homólogo impreso,
texto, entran en vigor nuevas reglas y experiencias. Como se ve, el hipertexto difumina las fronteras entre lector y
El típico artículo académico de humanísticas o de ciencias escritor y con ello presenta otra calidad del texto ídeal de Barthes.
ilustra perfectamente las nociones subyacentes hipertexto A la luz de los cambios actuales en informá.tica, la distinción de
como texto que se lee secuencialmente. Por ejemplo, en el caso de Barthes entre texto de lector y texto de escrítor cOÍncide con
un artículo sobre Ulises de James Joyce, uno va leyendo primero distinción entre Jos textos basados en la tecnología de la impren­
10 que convencionalmente se conoce como texto principal y se va ta y el hipertexto, ya que este últímo alcanza
encontrando números o símbolos que indican la presencÍa de no­
tas, a pie de página o al final de la obra; uno deja entonces el tex­
to principal para leer dichas notas, que pueden comener una cÍta el objetivo de la obra literaria (o de la literatura como obra), que
consiste en hacer del lector, no un consumidor sino un productor
de un pasaje de Ulises que supuestamente apoya e1 argumento en
dd texto. Nuestra literatura se caracteriza pOI' el despiadado
cuestión, o bien datos sobre agradecimientos o d.iscrepancias del vorcio que la institución literaria mantiene entre el prodllctor del
autor con otros escritores, etc. Las notas también pueden conte­ texto y su usuario, entre el propietario y el diente. Ellectol' se en­
ner información acerca de otras fuentes, influencias y paraleHs­ cuentra sumergido en una especie de ociosidad, es intransitívo, e
mos con otros textos literarios. En cada caso, el lector puede se­ incluso serio: en vez de funcionar por sí mismo, en lugar de ucce­
guir la conexión y salírse por completo del primer artículo, Tras der a la magia del significante, a los placeres de la escritura, se lo
leer la nota, o mirarla y decidir que una lectura completa no pro­ deja sólo con la pobre libertad o rechazar d texto: leer
cede por el momento, vuelve a] texto principal y sigue leyendo no es más que un referéndum. Frente al texto de escritor, se en­
hasta encontrar otra nota y volver a dejar el texto principaL Este cuentra su contrario, su homólogo negatívo }' reactivo: lo que pue­
de lectura constituye la experiencia básica y el punto de par­ de ser leído pero no escrito: el texto de lector. Cualquier texto de
del hipertexto, Imagínémonos que uno pueda simplemente lector puede considerarse texto clúsico (5/2)
tocar la página donde se encuentra el simbolo de la nota, referen­
cia o anotación para hacer aparecer instantáneamente el conteni· Comparemos la descripción que hacen los diseñadores de In­
do de la nota o incluso el texto completo, en este caso Ulises en­ termedia, uno de los más avanzados sistemas de hipertexto desa­
tero, al que alude la nota. Los artículos académicos se sitúan en rrollados hasta la fecha, del lector activo que el hipertexto requie"
re y crea:
un campo de relaciones que, en su gran mayoría, permanecen
ocultas en el caso de los textos impresos y relativamente difíciles
A la vez herramienta para el escritor y medio para el lector,
de seguir por encontrarse físicamente lejos de sus referencias. En
documentos en hipertexto permíten a los escritores, o a grupos de
cambio, el hípertexto electrónico facilita muchísimo el segui­
autores, conectar datos entre sf, crear trayectos en un conjunto
miento de las referencias individuales así como la navegación por material afín, anotar textos ya existentes y crear notas que re­
todo el campo de interrelaciones, que también se vuelve muy evi­ mitan tanto a datos biblíográficos como al cuerpo del textu en
dente. Este cambio en la facilidad para orientarse en ese contexto cuestión... lector puede pasearse por esos textos anotados,
y acceder a las referencias individuales afecta radicalmente tanto referidos y conectados de forma ordenada aunque no secuencial.\>
-
18 HIPERTRXTO
EL HJPERTEX1"O y L\ TEORÍA cRÍTrCA
19
Para tener una idea de cómo el hip~rtexto produce un texto de
otras funciones del sistema o buscar conexiones nuevas. La versa­
lector de Barthes, examinemos cómo Vd., lector de este libro, lo le­
ería en una versión en hipertexto. En primer lugar, en vez de ma­ tilidad del hipertexto, que se manifiesta en múltiples conexiones
entre bloques individuales de texto, requiere un lector activo.
nejar un ejemplar impreso, 10 estaría leyendo en una pantalla de or­
denador. Las pantallas actuales, que no tienen la movilidad y tacto Además, un sistema completo de hipertexto, a díferenda de
de los libros impresos, hacen la lectura un poco más difícil. A las los líbros y de algunas de las primeras aproximaciones al hiper­
texto actualmente disponibles (HyperCard. Guide), ofrece el
personas que, como yo, suelen leer tumbadas en la cama o en el
sofá, la pantalla puede parecerles algo menos práctica. Por otro mismo entorno tanto al escritor como al lector. Así, con simple­
lado, la lectura en Intermedia, el sistema de hipertexto con el que mente entrar en el programa de procesamiento de texto, o editor,
trabajo, ofrece varías compensaciones importantes. Al leer una como se lo conoce, Vd. podría tomar notas o induso rebatir por
versión de este libro en Intermedia, Vd. podría, por ejemplo, cam­ escrito mi interpretacíón. Aunque no podría modifícar mi texto,
si podría escribir una contestacíón y luego unirla a mi documen­
bíar el tamano e íncluso el tipo de letra para hacer la lectura mucho
to. ASÍ, habrá leido este texto de lector de dos maneras imposibles
más fácil. Aunque no podría hacer estos cambios de forma perma­
nente para otros lectores, sí podría hacerlos cuando quisiera. con un libro: prÍmero, Vd. mismo escogió la trayectoria de su
Y, más importante aún, como estaría leyendo este hipertexto lectura y, como todos los lectores escogerán distintas trayectorias
en una gran pantalla gráfica que muestra dos páginas a la vez, ten­ individuales, la versión hipertextual de este libro podría asumir
dría la posibilidad de colocar varías textos unos al lado de otros. formas muy diferentes, así como sugerir tal vez el valor de rutas
Así, al llegar a la primera nota del texto principal, al fínal del pa­ alternativas y dedicar seguramente menos espacio en el texto
saje de SIZ anteriormente citado, activaría el equivalente hiper­ principal a los pasajes citados. Por otro lado, tal vez había empe­
textual de la referencia (tecla, símbolo de referencia) y ello haría zado a tomar notas o a produdr respuestas al texto a medida que
aparecer la nota finaL La nota en hipertexto difiere de varios mo­ lo leía, algunas de Jas cuales podrían muy bien presentarse en for­
dos de la nota en un libro impreso. En primer lugar, se relaciona ma de textos que apoyen o contradigan las interpretaciones enun­
ciadas en mis escritos.
directamente con el símbolo de referencia en vez de encontrarse
en una lista numerada al final del texto principal. En segundo
lugar, una vez abierta y superpuesta al texto príndpal o bien co­ Otras convergencias:
locada a un lado, la nota aparece como un documento indepen­
diente, aunque asociado, y no como una especie de texto subsi­
intertextualldad, diversidad de voces y el descentrar
diario, secundario y eventualmente parásito.
La nota en cuestión contiene la información siguiente: «Ro­ Como Barthes, Foucaulr y Mikhail Bakhtin, ]acques Derrida
land Barthes, SIZ, trad. Richard Milier (Nueva York, Hill y Wang, utiliza constantemente términos como ne.;.:o (liaison), trama (tot1e),
1974), págs, 5-6». La lexia hipertextual equívalente a esta nota po­ red (réseau) y entretejer ú'y tinen/)," que claman por ]a hipertex­
dría íncluir la misma información o, con más probabilidad, el pa tualidad/ pero a diferencia de Barthes, que insiste en el texto de lec­
saje citado, un fragmento más largo o todo el capítulo o incluso el tor y su no linealidad, Derrida enfatiza la apertura textual, la inter­
texto íntegro de la obra de Barthes. Además, este pasaje podría textualidad y la improcedencia de la distinción entre Jo interno y 10
l'iervir a su vez de nexo con otras declaraciones de Barthes al res­ externo a un texto dado. Este énfasis aparece con toda claridad
pecto, con comentarios de estudiantes suyos o con pasajes de De­ cuando afirma que «como cualquier otro texto, el de "Platón" no
rrida o de Foucault acerca del mismo concepto de texto en red, podía dejar de estar involucrado, al menos de manera virtual, diná­
Como lector, tendría Vd, que escoger entre volver a mi exposición, mica y lateral, con todos Jos mundos que componían el sistema del
seguir alguna de las conexiones sugeridas por los nexos, utilizar
" En francés en el origínal. T.
,

I
..

!
20 H!I'EKI'EXTO
EL H1PERTEXTO y LA Tl:.ORÍA ClünCA
21
idioma griego;.> (129),,.,1 De hecho, lo que Derrida describe aquí
coincide con los actuales sistemas de hipertexto en los que el Jector, dka, y, así, uno no se olviJ'1 de él con los dientes»; eSlos dieme::>,
activamente ocupado en el descubrimiento y exploración del texto, según adara Dlmer, se refieren a las comillas, corchetes, parénte­
puede hacer intervenir dicdonarios con análisis morfológicos que sis: cuando se cita un texto (colocándolo entre comillas), el efecto
conectan las palabras aisladas con símiles, derivados y contrarios. es el mÍsmo que liberarse de un contexto limitativo>>- (58).
Una vez más, lo que Derrida y otros teóricos críticos expresan como Esta búsqueda a ciegas por parte de Derrida de un medio
una reivindicación lmgilistica, aparentemente descabellada, resulta para subrayar su reconocÍmiento de cómo opera el texto en un
describir precisamente la nueva dinámica de la lectura y de la escri­ medio impreso -al fin y al cabo, es un acérrÍmo defensor de la
tura en el medio electrónico, más virtual que físico. escritura frente a la oraHdad- ilustra la posición, o tal vez el di­
Derrida reconoce acertadamente (con antelación, cabría de­ lema, del pensador que trabaja con letra impresa y percibe Sus ca­
cir) que una nueva forma de texto más dca, más libre, más fiel a rencias pero que no puede, pese a su brillantez, encontrar un
nuestra experiencia potencial, y tal vez a una experiencia real aún caJnmo tuera de su mentalité. *1 Según demuestra la experiencia con
desconocida, depende de unidades discretas de lectura, Como 10 hipertexto, Derrida tantea hacia un nuevo tipo de texto: lo des­
explica, en lo que Gregory UImer considera «la generalización cribe, lo alaba, pero sólo puede presentarlo en términos de los re­
fundamental de su obra»,M también existe «la posibilidad de omi­ cursos asociados con un modo particular de escribir, en este caso
sión o adición de citas, que pertenece a la estructura de cualquier Jas marcas de puntuación. Como nos lo recuerdan los marxisLas,
marca, oral o escrita, y que constituye toda marca escrita, antes y el pensamiento se deriva de las fuerzas y modos de producción,
fuera de cualquier horizonte semiolingüístico de comunicación... aunque, como veremos, pocos marxistas se enfrentan al más im­
Todo signo, lingüístico o no, oral o escrito, puede ser citado, portante modo de producción literaria, el que depende de las
tecnologías de escritura e impresión,
puesto entre comillas». La íroplicación de esta facultad para ser
citado, o apartado, se manifiesta en el hecho, clave para el hiper­ De este énfasis de Derrida en la discontinuidad proviene el
texto, de que, como añade Derrida, «de este modo, puede aleíarse concepto de hipertexto como un extenso montajc, lo que en otro
de cualquier contexto dado y engendrar una infínidad de contex­ lugar denominé meta texto y lo que Nelson llama «docuverso>~. De
tos nuevos de una forma absolutamente ílimitada».9 hecho, Derrida emplea la palabra montaje par<l el cine, que ve
Como Barthes, Derrida concibe un texto compuesto de uni­ como un rival o una alternativa a la letra ímpresa, Ulmer destaca
dades díscretas de lectura, La concepción de texto de Derrida se que «la pizca o huella proporciona la "lingüística" para el encola­
relaciona con su «metodología de la descomposición», que podda do/montaje» (267), y cita el uso que hace Derrida de montaje en
traspasar los límites de la filosofía. Gregory Ulmer subraya: «El ór­ jpeech and Phenomena: «La palabra "montaje" parece más apta
gano de este episteme filosóHco es la boca, la boca que muerde, para sugerir que el tipo de reunión aquí expuesto presen ta una es­
mastica, cata ... el primer paso de la descomposición es el mordis­ tructura tejida, entremezdada, como una trama, susceptible de
co» (57), Derrida, que describe el texto como algo muy próximo a permitir a los diferentes hilos de sentido o líneas de fuerza sepa­
las lexias de Barthes, explica en Ciar que «el objeto de esta obra rarSe de nuevo o bien establecer nuevas conexiones». 10 Para llevar
también es el estilo, el "morceau"»:k que Dlmer traduce por «tro­ más lejos aún el teorizar intultivo de Derrida del hipertexto, ca­
zo, pedazo, fragmento; pieza de música; tentempié, bocado», Este bria seiialar su reconocimiento de que esa textualidad como mon­
mOl'ceau, añade Derrida, «siempre está suelto, como su nombre ín­ taje anuncia o coloca en primer plano el proceso de escritura y,
por lo tanto, rechaza una transparencia engañosa,

*1. Los números emre parémesis indican siempre el número de página del úl­
timo texto dtado, T.
~, En francés en el origíno!. T.
"L Mentalidad; (en francés en el origína!), T
¡
1,
]
...

22 HIPERTEXTO EL HiPERTEXTO Y LA T.EORíA CRÍTICA


23
El hípertexto y la intertextualidad
Sin embargo, aunque la íntertextuaIídad del hipertexto parezca

debilitar cualquier reduccionismo, histórico u otro, de ningún

El hipertexto, sistema fundamentalmente intertextual, presen­


modo impide a los interesados leer la obra en términos del autOr y

ta una capacidad para enfatizar la intertextualidad de la que care­


de la tradición. Las experiencias hasta la fecha con HyperCard

ce el texto encuadernado en un 1íbro. Como vimos, los artículos


y otros sistemas de hipertexto, sugieren que el hipertexto no nece­

académicos y los libros ofrecen un ejemplo obvio de hipertextua­


sariamente desvía Ja atención de dichos enfoques. Pero 10 más in­

lidad explicita en un medio no electrónico. A la inversa, cualquier


teresante del hipertexto no es que tal vez pueda encarnar ciertas

obra de literatura, como las que se suden enseñar en la universi­


reivindicaciones de la crítica estructuralista o posestructuralísta,

dad y que arbitrariamente denominaré «noble» para simplificar y


sino que proporciona un medio excelente de ponerlas a prueba.

aligerar la discusión, ofrece un eíemplo de hipertexto t'mplicito en


un medía no electrónico. Tomemos, una vez más, el Ulises de Joy­
ce como ejemplo. Si examinamos, pongamos por caso, el pasaje de El hipertexto y la diversidad de voce.s
NausÍCa en que Bloom contempla a Gerty McDowell en la playa,
se nota que el texto de Joyce «alude» o «se refiere» (éstos son los
Al intentar imaginar 1a experiencia de leer y escribir en esta

térmínos que solemos emplear) a muchos otros textos, o fenóme­


nueva forma de texto, convendría prestar atención a lo que Mik­

nos que pueden tratarse como textos: los anuncios y articulas de


hall Bakhtin ha escrito acerca de la novela dialogística, polifónica,

revistas femeninas que impregnan los pensamientos de Gerty, he­


con una multiplicidad de voces, que según él «está construida, no

chos acerca del Dublín de entonces 'f de ]a Iglesia católica y hasta


como el conjunto de una única conciencia que absorbiese en sí

el pasaje de Nausica en la Odísea o cualquier información relacio­


misma como objetos las otras conciencias, sino como un conjun­

nada con otros pasaíes de la novela. Una presentación en hiper­


to formado por la Ínteracción de varias conciendas, sin que nin­

texto de la novela conectaría este pasaje no sólo con la clase de ma­


guna de ellas se convierta del todo en objeto de otra».12 La des­

terial mencionado sino también con otras obras de Joyce, con


cripción de Bakhtin de la forma literaria polifónica presenta las

comentarios, críticas y variantes textuales. El hipertexto permite


novelas de Dosroievsky como una ficción hipettextual en la que

hacer más explícito, aunque no necesariamente intruso, e] material las voces individuales asumen la forma de lexias.

afín que e11ector culto pueda percibir alrededor de la obra.


Si bien Derrída ilumina la hipertextualidad desde el punto

Thals Margan sugiere que la hipertextualidad, «como análisis


de vista del «pedazo» o «bocado», Bakhtin lo hace desde el pun­
estructural de textos en relación con un sistema más amplio de
to de vista de su propia vida y fuerza, su encarnación o ejempli­
prácticas significativas o de usos de signos en la cultura», divierte
ficadón de una voz, de una opinión, de una conversación de
la atención de la tríada constituida por el autor, ]a obra y la tradi­
Rotty.!J Así, según Bakhtin, «en la novela en sí, las "terceras per­
ción hacia otra formada por el texto, el discurso y la cultura. De
sonas" no participantes no son representadas de ningún modo.
este modo, la «íntertextualidad sustituye e] modelo evolutivo de la
No hay lugar para el1as, ni en la composición ní en el sentido más
historia de la literatura por un modelo estructural o sincrónico de
amplio de la obra» (Problems, 18). En términos de hipertextuali­
la literatura como sistema de signos. El efecto más destacado de este
dad, ello apunta a una calidad importante de este medio de in­
cambío estratégico es que libera el texto literario de los deter­
formación: el hipertexto no permite una única voz tiránica. Más
minismos psicológico, sociológico e histórico, abriéndolo a una
bien, la voz siempre es la que emana de la experiencia combina­
gama aparentemente infinita de relaciones».ll Morgan describe
da del enfoque del momento, de la lexia que uno está leyendo y
con acierto una implicación fundamental de la intertextualidad de la narrativa en perpetua formación según el propio trayecto de
del hipertexto (y de los hipermedios): esta apertura, esta libera­ lectura. ,

l
ción para crear y percibir interconexiones se produce realmente.
..

HlPEll.'fmcrO
EL HlPEltfEXTO '( l.A TEORÍA CRÍTICA 25
24
del hipertexto ha tenido que ver con la Biblia y la tradición exe­
El hípertexto Y el descentrar gética. u
No sólo lexias obran de forma muy parecida a los tipos,
A medida que el lector se mueve por una red de textos, des­ sino que se convierten también en Aleph borgesianos, puntos en
plaza constantemente el centro, y por 10 tanto el enfoque o prin­ el espacio que contienen todos los demás puntos, ya que, desde la
cipio organizador de su investigación Y experiencia. En otras pa­ posición dominante que cada uno proporciona, se puede ver todo
labras, el hipertexto proporciona un sistema que puede centrarse lo demás, sí bien no simultáneamente, en todo caso muy cerca, a
una y otra vez y cuyo centro de atención provísional depende del uno o dos saltos de distancia, sobre todo en los sistemas que dis­
lector, que se convierte así en un verdadero lector activo, en un ponen de una eficiente función de búsqueda de texto. A díferen­
sentido nuevo de la palabra. Una de las caracterÍs!Ícas fundamen­ cia de los Aleph de Jorge Luís Borges, uno no tiene que verlo todo
tales del hipertexto es estar compuesto de cuerpos de textos co­
desde un único lugar, ni tampoco tumbarse en una bodega con la
nectados, aunque sin eje primario de organización. En otras pala­
mochila debajo de la cabeza. l & El documento en hipertexto se
bras, el metatexto o conjunto de documentos, el ente que se
vuelve un Aleph viajero.
conoce como libro, obra o texto en el campo de la imprenta, ca­
Esta capacidad tiene una relación obvia con las ideas de De­
rece de centro. Aunque esta ausencia de centro pueda crear pro­
rrida, que insiste en la necesidad de cambíar de puntos de vista
blemas alieetor y al escritor, también significa que cualquier usua­
descentrando la discusión. Como él mÍsmo subraya en «Structu­
rio del hipertexto hace de sus intereses propios el eje organizador
re, Sigll and Play in the Discourse of the Human Sciences», el
centro) de su investigación del momento. El hipertexto se ex­ proceso o procedimiento que llama descentrar ha desempeñado
perimenta como un sistema que se puede descentrar y recentrar un papel importante en el cambio intelectuaL Por eíemplo, dice:
hasta el infinito, en parte porque transforma cualquier documen­ <<1a etnología sólo pudo aparecer como ciencia cuando se dio un
to que tenga más de un nexo en un centro pasajero, en un direc­ descentrar: en el momento en que la cultura europea y, en conse­
torio con el que orientarse y decidir adónde ir a continuación. cuencia, la historia de ]a metafísica y de sus conceptos, se dÍJ!ocó,
La cultura occidental imaginó estas entradas casi mágicas a se alejó de su IOCUJ, se vio oblígada a dejar de considerarse a sí
una realidad en forma de red mucho antes de la aparíción de las misma como la cultura de referencia». 17 Derrida no ímplica que un
tecnologías informáticas. La tipología bíblica, que tan importante centro intelectual o ideológico sea malo ya que, como explícá ell
papel desempeñó en la cultura inglesa en los siglos XVIl y XIX, con­ respuesta a una pregunta de Serge Doubrovsky: «No he dicho
cebía la historia en forma de tipos y sombras de Cristo y de la pro­ que no haya centro ni que podríamos salir adelante sin centro.
videncia divina. 14 Así, Moisés, que existe por sí mismo, también Para mí, el centro es una función, no un ente; una realidad, sí,
existe como Cristo, quien cumple y completa el significado del pero una función. Y ésta es absolutamente indispensable» (271).
profeta. Como lo demuestran innumerables sermones, octavillas En todos los sistemas de hipertexto el lector puede escoger su
y comentarios del siglo xvn Y de la época víctoriana, cualquier propio centro de investigación y experiencia. Lo que este princi­
persona, acontecímíento o fenómeno servía de ventana mágica en pio significa en la práctica es que el lector no queda encerrado
la compleía semiótica de los designios divinos para la salvación dentro de ninguna organización o jerarquía. Las experiencias con
del hombre. Al igual que el tipo bíblico, que permite a los acon­ Intermedia revelan que para los que prefieren organizar una se­
tedmientos Yfenómenos significativos participar simultáneamen­ sión por autores y moverse, pongamos por caso, de Keats a
te de varias realidades o niveles de realidad, la lexia individual Tennyson, el sistema puede representar el tradicional enfoque Je
aporta irremediablemente un camino en la red de conexiones. siempre, centrado en el autor, y que aún resulta útil en muchos as­
Dado que, en los Estados Unidos, el protestantismo evangélico pectos. Por otro lado, nada obliga al lector a trabajar asi, y los que
preserva y difunde estas tradiciones de exégesis bíblica, no sor­ desean investigar la validez las generalizaciones por período,
prende demasiado descubrir que una de las primeras aplicaciones
,.

26 HIPERTEXTO
EL HIPBRTEXTO y LA TEOruA CRÍTICA
27
pueden organizar sus sesiones en función de dichos períodos, va­
Según Bush, el problema principal reside en lo que llamó <da
liéndose de los artículos sobre el romanticismo o la época vÍcto­
cuestión de la e1ecCÍón», la recuperación de la información, y la
riana como puntos de partida o puntos intermedios, mientras que
razón primaria por la que los que necesitan información no pue­
otros lectores pueden partir de nociones críticas o ideológicas,
den encontrarla, se debe a los inadecuados medios de almacenar,
por ejemplo, el feminismo o la novela victoriana. En la práctica, ordenar y etiquetar la información:
los usuarios suelen utilizar la materia desarrollada en la Universi­
dad Brown a modo de sistema centrado en el texto y enfocarse en
Nuestra ineptitud para acceder a un dato archivado se debe
obras individuales, y, si bien empiezan la sesión entrando en el
en gran parte a la artificialidad de los sistemas de índices. Cuando
sistema en busca de información acerca de un autor dado, tien­ se almacenan datos de cualquier tipo, se ordenan alfabética o nu­
den a dedicar más tiempo a las lexias sobre textos especificas y méricamente, y la información sólo puede ser recuperada remon­
pasando de un poema a otro (<<Laus Veneris» de Swinburne y «La tando su pista de subclase en subclase, Sólo puede estar en un si­
Belle Dame San s Merci» de Keats u obras sobre Ulises de Joyce, tio, a menos que se utilice sistemas dobles; hacen falta normas
Tenn}rson y Soyinka) o de un poema a textos de información acerca del trayecto que hay que seguir para localizarla, pero las
(<<Laus Veneris») y documentos sobre los caballeros, el resurgi­ normas molestan. Además, después de encontrar un dato, hay
miento de 10 medieval, el amor cortesano, Wagner, etc.). que salir del sistema para volver a entrar luego siguiendo otro tra­
yecto (3 1 \

Como lo señala Ted Nelson, uno de los discípulos más desta­


Vannevar Bush y el Memex
cados de Bush: «no hay nada malo en categorizar. No obstante,
por naturaleza es pasajero: los sistemas de categorías sólo tienen
Los especialistas en hipertexto hacen remontar el concepto a
media vida; al cabo de unos años, empiezan a parecer bastante es­
un artículo pionero de Vannevar Bush, en un número de 1945 del
túpidos ... Las referencias del estilo "Magno, Alejandro" tienen
Attantt'c Monthly, sobre la necesidad de máquinas de procesa­ cierto carácter universah> (Literary Machines, 2/49).
miento de información mecánícamente conectadas para ayudar a
Frente a la rigidez y dificultad de acceso producídas por los

los estudiosos y ejecutivos frente a lo que se estaba convirtiendo


actuales medios de gestión de la información basados en la im­

en una explosión de la información. lB Estupefacto por la «ere­


presión u otros arcbivos físicos, necesÍtamos un medio que se

dente montaña de investigación» a la que debían enfrentarse los


amolde mejor a la manera de trabajar de la mente. Después de

trabajadores en todos los campos, Bush se dio cuenta de que el


describir los medios de almacenar y clasificar el saber de su épo­

número de publicaciones ya había «crecido mucho más allá de


ca, Bush se queja: «La mente humana no funciona así» (<<As We

nuestra capacidad de aprovechar realmente ]a información acu­


May Thinh), sino por asociación. «Sujetando» un hecho o una

mulada. El conjunto de la experiencia humana está creciendo a


idea, «la mente salta instantáneamente al daro siguiente, que le es

un ritmo prodigioso, pero los medíos que empleamos para des­


sugerido por asociación de ideas, siguiendo alguna intrincada tra­

plazarnos por este laberinto hasta llegar al punto ímportante del


ma de caminos conformada por las células del cerebro» (32).

momento son los mismos que utilizábamos en los tiempos de las


Para liberarnos de los confinamientos de inadecuados siste­
carabelas» (17 ·18). Añadía: «Puede que haya millones de grandes
mas de clasificación y permitirnos seguir nuestra tendencia natu­
ideas, así como los resúmenes de las experiencias en que se basan,
ra] a «la selección por asocÍación, y no mediante índices», Bush
todo ello archivado en estructuras de piedra de aceptable arqui­
propone un dispositivo, el «Memex», capaz de llevar a cabo, de
tectura; pero, sí el estudioso sólo consigue acceder a uno de eHos
una manera más eficiente y más parecída a la mente humana" la
tras una semana de investigación diligente, muy probablemente
manipulación de hechos reales y de ficcÍón. Según explica: «Un
no'podrá mantener'sus sÍntesís al día» (29).
Memex es un dispositivo en el que una persona guarda sus libros,
¡ 28

lllPERTEXTO
EL HIPERTEXTO Y L\ TF,ORÍA cníTlCA

I
¡ archivos y comunicaciones, dotado de mecanismos que permiten
de elJo s, hay unos espacios para cóJígos en blanco y un puntero
29

la consulta con gran rapidez y flexibilidad. Es un accesorio Íntimo


para designarlos. El usuario sólo tíene que tocar una teda y los dos
y ampljado de su memoria» (32). Escribiendo antes de los tiem­
artículos se encuentran unidos. En cada espacjo para códigos
pos del ordenador digital (la ídea del Memex le vino por primera consta el código pertínente Jd texto asociado. También en el es­
vez a mediados de los años treinta), Bush concebía su dispositivo pacio para códigos, pero sin que se vea, hay una serie de puntos
como una especie de mesa con superficies translúddas, palancas que serán leídos por una célula fotoeléctrica; éstos inclican, con su
y motores para una búsqueda rápida de archivos en forma de mi­ posición relativa, el número de índice del Otro artículo.
crofilmes. Más adelante, cada vez que se visione uno de Jos artículos, eJ
Además de bu~car y recuperar información, el Memex tam­ otro podrá ser recuperado con simplemente apretar un botón si­
bién permitiría al lector «añadir notas marginales y comentarlos, tuado debajo del correspondiente código (34),
valiéndose de un posible tipo de fotografía seca; e incluso podría
hacerlo con un sistema de agujas, como en los telégrafos que se La increiblemente premonitoria descripción que hace Bush
ven hoy en día en las salas de espera de las estaciones de ferroca­ de cómo el usuario dd Memex crea y luego sigue trayectos sólo
rril, igual que sj tuviera la página fisica delante de él» (3). puede equipararse a su reconocimiento crucial de que estos tra
De este aspecto crucial del Memex concebido por Bush, dos yectos mismos constituyen una nueva forma de textualidad e in­
cosas llaman la atención: primero, Bush está convencido de la ne­ cluso de escritura. Como él mismo 10 explica: «Cuando se han
cesidad de anotar, durante la lectura, los pensamientos transito­ unido numerosos articulas para formar un trayecto ... es exacta­
rios y las reacciones al texto. Con este énfasis, lo que hace Bush es mente como si se hubiesen reunido artículos físicos d0sde fuentes
redefinir el concepto de lectura como un proceso activo que im­ muy distantes, y se los hubiese encuadernado juntos para formar
plica escritura. Y I segundo, la referencia al lector perspicaz y acti­ un Iíbro nuevo». y añade: «de hecho, va incluso más lejos. ya que
vo, que puede anotar un texto <<igual que sí tuvíera la página fisi­ cada artículo puede estar unido en numerosos trayectos a la vez»
ca delante de él», atestígua 1a necesidad de concebir un texto más (35) y, así, cada bloque de texto, imagen u otra in.formación pue­

de formar parte de varios libros.

virtual que físico. Una de la cosas más curiosas acerca de la pro­


posición de Bush es cómo utiliza las lirnitaciones de una forma de Ahora está claro que estos nuevos libros del Memex son el
texto para idear una tecnología nueva, y cómo ésta nos neva, a su nuevo libro, o una versión más del nuevo libro, y, como ellos, los
vez, a una concepcÍón totalmente nueva del texto. conjuntos de trayec[Qs. o tramas, pueden compartirse. Bush su­
Las «características esenciales del Memex) no son solamente giere, una vez más con gran acierto: «Aparecerán enciclopedias
su capacidad para recuperar la información y anotada, sino tam­ completamente diferentes, hechas a la medida, can una malla
bién su sistema de «índice por asociación», que los actuales siste­ COmpuesta de trayectos asociativos. listas para ser introducidas en
mas de hipertexto denominan nexo, «cuyn idea básica es la capa­ el Memex y ampliadas» (35). Otro aspecto importante es que los
cidad de cualquier artículo para, a su vez, seleccionar, inmediata lectores-escritores pueden compartir conjuntos de documentos y
utilizarlos en otros campos.
y automáticamente, otro artículo» (34). Bush nos hace una des­
cripción de cómo los lectores crearían «trayectos infinitos» con Bush, como ingeniero interesado en las innovaciones técni
esos nexos: cas, aporrael ejempio de un usual'Ío de Memex

Al elaborar un trayecro, el usuario primero le da un nombre, que estudiar.) por qué el p~~gueño arco turco parecía superior al
luego introduce dicho nombre en su libro de códigos y lo teclea en atco largo inglés en las escaramuzas de las Ctuzadas. En su Me­
el teclado. De1¡¡nte de él están los dos artículos que han de unirse mex, dispone de docenas de libros y articulos posiblemente perri­
proyectados en dos superficies de visionado adyacentes. Debajo nemes. Primero, examina una enciclopedia, encuentra un artículo
interesante aunque demasiado esquemático; 10 deja proyectado.
i:.
t

30 HIPERTEXTO
EL H¡PERTFXTo y LA TEORíA CRÍTICA
31
A contÍnuación, en una obra dehistoría, encuentra otro articulo
relevante y une ambos, Y así sigue, construyendo un trayecto con memos nuevos generan a su vez una clase de text'o flexible, hecho
muchos artículos. De vez en cuando, ínserta un comentario pro­ a la medida, abierto a las demandas del lector y, posiblemente, vul­
pio, unído al ítinerario principal o bien a un trayecto secundaría. nerable a ellas, También generan la noción de una textualidad
Cuando resulta evidente que las propiedades elásticas del mate­ múltiple, ya que, en el mundo del Memex, la pa1abra texto desig­
rial tenían mucho que ver con el arco, se desvía por una rama la­ na: a) las unidades individuales de lectura que tradicionalmente
teral que lo lleva a manuales sobre elasticidad y tablas de constan­ constituyen la «obra»; b) dichas obras enteras; e) conjuntos de do­
tes físicas. Añade una página de análisis propio. De este modo, cumentos creados con trayectos; y, quizá, d) Jos mismos trayectos
dabora en medio de11aberinto de material disponible un recorri­ sÍn documentos acompañantes,
do en fundón de sus intereses (34-35).
Tal vez 10 más interesante para alguien que considere la rela­
ción de las ideas de Bush con ]a crítica contemporánea y la teoría
Además, Bush añade que, a diferencia de los trayectos menta­ cultural es que este ingeníero empezó rechazando algunas de las
les, los del Memex del investigador «no se esfuman», así que, premisas fundamentales de la tecnología de la información que
cuando al cabo de unos años se reÚna con un amigo para hablar han ido dominando (y algunos incluso dirían creando) cada vez
«de los modos en que la gente se opone a las innovaciones, aun­ más el pensamiento occidental desde Gutenberg. Además, Bush
que sean de vital interés» (35), podrá reproducir los trayectos que deseaba sustituir los métodos esencialmente Hneales que habian
creó para investigar un tema o problema y aplicarlos a otro. contribuido al triunfo del capitalismo y del industrialismo por
La idea de Memex, a la que Bush dirigió su atención de forma algo que, en esencia, son máquinas poéticas; máquinas que traba­
intermitente durante treinta años, influyó en Nelson, en Douglas jaran por analogía y asociación, máquinas que capturaran la bri­
Englebart, en Andries van Dam y en otros pioneros del hipertex­ llantez anárquica de la imaginación humana. Todo eEo da la im­
to, incluido el grupo del Institute for Research in Information and presIón de que Bush consideraba que la ciencia y la poesía obran
Scholarship* (IRIS) de la Universídad Brown, que creó Ioterme" básicamente de la misma manera.
dia. En «As We May Thinb> y «Memex Revisited», Bush propone
el concepto de bloques de texto unidos con nexos y también in­
troduce los términos nexos, conexión, trayectos y trama para des­ Texto virtual, autores virtuales e informática literaria
cribir su nueva concepción de la textualidad. 19 La descripción que
hace Bush del Memex contiene otras concepciones básicas, e in­ Los efectos característÍcos de la informátíca sobre las discipli­

cluso radicales, de la textualídad. En primer lugar, requiere una re­ nas humanísticas se deben al hecho de que la información se al­

confíguración radical de la práctica de la lectura y de la escritura, macena en forma de códigos electrónicos, en vez de marcas físicas

en la que ambas actividades se acercan entre sí mucho más de lo sobre Una superficie fisica. Desde la invención de la escritura y de

que es posible con el libro impreso. En segundo lugar, a pesar del la imprenta, la tecnología de la información se ha enfocado en el

hecho de que concibiera el Memex antes del advenímiento de la problema de crear, y Juego propagar, unos registros verbales está­
informática digital, Bush intuyó que era necesario algo como la ticos y permanentes. Como innumerables autores vienen procla­
textualidad virtual para los cambios que propugnaba. En tercer lu­ mado desde los inicios de la escritura, estos registros fijos COn­
gar, su reconfiguración del texto introduce tres elementos comple­ quistan el tiempo y el espacio, por muy brevemente que sea, ya
tamente nuevos: los índices por asociación (o nexos), los trayectos que permiten a lIna persona compartir información Con otras, en
entre dichos nexos y los conjuntos o tramas de trayectos. Estos ele- distintos lugares y momentos. La imprenta añade el elemento ab­
solutamente crucial de las múltiples copias símultáneas de un
mismo texto; esta multiplícidad, que preserva un texto disemí­
Instituto de Investigación en Información y Humanísticas. T.
nando copias individuales de éste, permire a lectores separados
..

'}

32 HIPERTEXTO EL HII'EJH'llX.TO y LA TEORíA CRÍTICA 33

en el tiempo y el espacio a la misma informacÍón,2o Como El procesamiento texto nos proporciona


han demostrado Elizabeth Eisenstein, Marshall McLuhan, Wi­ textos electrónicos en vez y este paso de la tinta al có­
lliam M. Ivins, J. David Bolter y otros investigadores de la histo­ digo electrónico Jean Baudrillard llama el paso de lo «tác­
ria de los efectos culturales de la imprenta, el Ínvento de Guten­ til» a lo «digital»- produce una tecnología la información que
berg produjo en las disciplinas humanísticas lo que hoy en día combina la estabilidad y la flexibilidad, el y la accesibili­
entendemos por erudición y crítica, Una vez liberados de su tarea dad, pero a un precio. Z1 Puesto que el procesamiento J(; texto
principal, que consistía en preservar la información en forma de electrónico maneja códigos electrónicos, todos los textos que el
frágiles manuscritos que se deterioraban con el uso, los eruditos, lector-escritor se encuentra en la pantalla son virtuales. Por ana­
trabajando ahora con libros, pudieron desarrollar nuevas nocio­ logía con la óptica, los informáticos hablan de <<.máquinas virtua­
nes de erudición, originalidad y de propiedad intelectual. les» creadas por un sistema operativo que dan a los usuarios la
Aunque el texto fijo múltiple producido por la tecnología de sensaClOn trabajar en máquinas individuales cuando, en reali­
la imprenta ha tenido tremendos efectos sobre las concepciones dad, comparten un con quizá cientos de personas,22 Así
modernas de literatura, educación e ínvestígación, todavía en­ mismo, todos los textos que el yel escrítor ven en la panta­
frenta, como lo enfatizan Bush y Nelson, al investigador con el lla del ordenador son versiones creadas específicamente para
problema fundamental de un sistema de recuperación de la infor­ ellos una versión electrónica primaría permanece en la
mación basado en manifestaciones físicas del texto; es decir. el al­ memoria del ordenador. trabaja, por 10 tanto, con una copia
macenamiento de la información en un formato que ambas versiones se funden cuando se le
ta su recuperación, "",rro""'"", la versión propia del texto, alma­
Este problema puede expresarse de dos maneras, En primer cenándola en su los textos en la panta­
lugar. que ninguna ordenación de la inform:Jción puede resultar y la memada brevemente, pero e11ec­
conveniente a todos los que la necesitan, y, en segundo lugar, se encuentra ante una imagen virtual del texto
aunque ambas ordenaciones, jerárquica y lineal, facilitan la infor­ aCf~nado y no ante la original; de hecho, en términos
mación según algún criterio de orden, éste no siempre coincide de procesamiento texto. estas disLÍnciones no tienen mucho
con las necesidades de sus uSllaríos índivíduales. A lo largo de va~ sentido,
ríos siglos, los escribanos, eruditos. editores y otros fabricantes de Como expone Bolter, la
libros han inventado una gama de dispositivos para aumentar la escritura electrónica es que no es
rapidez de lo que hoy en día llamarnos procesamiento y recupera­ critor ní al lector, Los bits de texto no a escala
ción de la información. La cultura del manuscrito presenció pro­ tecnología electrónica aleja o abstrae del texto al escritot y al lec­
gresivamente la invención de las páginas individuales, capítulos, tor, Cuando se examina un disco magnético u óptico, no se ve
párrafos y espacio entre palabras. La tecnología del libro se real­ texto alguno .. , En el medía electrónico, se intetponen varias cu­
zó con la paginacíón, los indíces y las bibliografías, Estos ingenios pas de sofística da tecnología entre el escritor o el lector y el texto
han hecho la erudición, sí no siempre fácil o cómoda, al menos, codifícado, Hay tantos niveles de aplazamientos que el lector o
posible. escritor tiene dificultad para identificar el texto: ¿es 10 que hay en
El procesamiento electrónico de texto representa el cambio la pantalla, en la memoria de trabajo o en el disco?» (Writing Spa­
más importante en la tecnología de la información desde el desa­ ce, 42-43).
del libro impreso, Conlleva la promesa (o la amenaza) de Jean Baudrillard, que se presenta a sí mismo como un segui­
producir cambios en nuestra cultura, sobre todo en la literatura. dor de Walter Benjamin y de Marshall McLuhan, es alguien que
la educación, la crítica y la erudición, al menos tan radicales como parece a la vez fascinado y horrorÍzado por 10 que percibe como
los producidos por los tipos móviles de Gutenberg. los efectos omnipresentes de esta codificación dígital, aunque sus

ji.
11.

34
H1PERTEXTO EL HlPERTEXTO y LA TEORÍA CRITICA 35

ejemplos sugieren que a menudo está confundido acerca de los lo/respuesta y el modelo y/o; y (2) hada otros medios no alfanu­
medios que la emplean. Los puntos fuertes y débiles del plantea­ méricos (distintos de la escritura) como ]a fotografía, la radio y la
miento de Baudrillard aparecen en sus comentarios acerca de la televisión. Curiosamente, cuando Baudrillard enfatiza con aderto
digitalización del saber y de la información. BaudrilIard percibe el papel de lo digital en el mundo posmoderno, suele tomar sus
con acierto que el paso de lo táctH a 10 digital representa un acon­ eíemplos de digitalización de unos medios que se basan en tecno­
tecimiento esencial en el mundo contemporáneo, pero luego se logías analógicas y no digitales, sobre todo en la época en que es­
equivoca en cuanto a sus implícacíones, o, mejor dicho, sólo las cribe, y las diferencias entre las características e implicaciones de
percibe parcialmente. Según él, la digitalizacíón implica una opo­ ambas son importantes. Mientras que el almacenamiento analó­
sición binaria: «La digitalización nos rodea. Esto es lo que se des­ gico de ínformacÍón sonora y visual requiere un procesamiento
prende todos los mensajes y signos de nuestra sociedad. La lineal, la tecnología digital suprime la necesidad de secuencia al
forma más evidente en que se manífiesta es la prueba, la pregun­ posíbilitar el acceso directo a cualquier bit particular de infor­
ta/contestación, el estímulo/respuesta» (Simulations, 115). Bau­ mación. Cuando se desea encontrar determinado pasaje de una
drillard postula esta equivalencia, que equivocadamente conside­ sonata de Bach grabada en una cinta, hay que recorrerla secuen­
ra axíomática, en su declaración de que «la verdadera fórmula cialmente, aunque los aparatos modernos permiten pasar rápi­
generadora, la que abarca todas las demás y la que, de algún damente de una pieza musical a otra. En cambio, cuando se quiere
modo, es ,la forma estabilizada del código, es la fórmula binaría, la localizar un pasaje dado en una grabación digÍtal, se puede acce­
digital» (145). Llega a la conclusión de que el hecho primario der instantáneamente a dicho pasaje, marcarlo para futuras re­
acerca de lo digital es su relación con «el control cibernético._.la ferencias y manipularlo como sería imposíble hacerlo con la
nueva configuración operacional», ya que «la digitalización es su tecnología analógica; por ejemplo, se puede volver a escuchar ins­
principio metafísico (el Dios de Leibnitz) yel ADN, su profeta» tantáneamente una pieza sin tener que rebobinar nada_
(103). Al concentrarse en los medíos alfanuméricos y a1 confundir,
Es que la digitalización implica un estado binario, so­ según parece, las tecnologías analógica y digital, Baudrillard pier­
bre todo en los niveles más básicos del código de máquina y en los de la oportunidad de reconocer el hecho de que lo digital también
más elevados de los lenguajes de programación. Pero de este he­ tiene el potencíal para impedir, bloquear y rodear la condición lí­
cho no se puede extrapolar ingenuamente, como hace Baudri­ neal y binaria, y sustituirla por la multipHcidad, por una verdade­
llard, un sístema entero de pensamiento o episteme. Por supues­ ra actividad y activación del lector y ]a posibilidad para él de des­
to, Baudrillard puede tener razón en parte; tal vez ha percibido viarse en varias redes. Baudrillard ha descrito un hilo princÍpal o
una conexión clave entre el modelo estímulolrespuesta y lo digi­ constituyente de la realidad contemporánea que, potencialmente,
tal. Sin embargo, e1 hecho del hipertexto demuestra muy clara­ entra en conflicto con la realidad multilineal e hipertextua!.
mente que lo digital no nos confina necesadamente en un mundo Además del hipertexto, varios aspectos de la informática en
lineal ni en uno de oposiciones binarias. las humanidades se derivan de la virtualidad del texto. En primer
A diferencia de Derrida, que enfatiza el papel de1libro, de la lugar, la facilidad con que se puede manipular símbolos alfanu­
escritura y de las tecnologías de la escritura, Baudrillard nunca méricos da lugar a un procesamiento de texto más senciJIo. A su
considera el texto verbaI, cuya ausencia se prolonga en toda su ar­ vez, ]a comodidad del procesamiento de texto facilita mucho ]a
gumentación, y reconstituye a su manera lo que a todas luces no publicación erudita tradícional, es decir, la creación de textos
esperaba. Sugiero que parte de la difícultad teórica Baudrí­ dedignos y, en principio, doctos, a partir de manuscritos o libros
llard se debe a que pasa por alto los textos verbales digitalizados publicados, justo en el momento en que la noción misma de tex­
y se desvía demasiado fácilmente, a parrir del hecho de la codí­ to aislado, unitario y unilateral tal vez esté cambiando e incluso
ficación digital, en dos dírccdones: (D hada el modelo estímu- desapareciendo.

'1'11
!I

36 HIPERTEXTO EL HfPER'tEXTO l' LA TEORÍA CRÍTICA


37

En segundo lugar, est(\ misma facilidad para cortar, copiar y La presencia de múltiples trayectos de lectura, que perturba
manipular el texto permite formas diferentes de composición eru­ el equilibrio entre lector y escritor y que crea así el texto de lector
dita, en las que las notas del investigador y la información original de Barthes, también crea un texto que existe con una indepen­
existen en una mayor proximidad experimental. Según Michael dencia mucho menor respecto a los comentarios, analogías y tra­
Heim, a medida que la textualidad electrónica vaya liberando la es­ diciones que el texto impreso. Este tipo de democratízación no
critura de las limitaciones de la tecnología del papel impreso, «enor­ sólo reduce la separación jerárquica entre el llamado texlo princi­
mes cantidades de información, y más textos todavía, se volverán pal y las anotaciones, que ahora existen como textos indepen­
accesibles inmediatamente bajo la superficie electrónica del escri­ dientes, unidades de lectura o lexias, sino que también difumina
to... Conectando 1m pequeño ordenador con un teléfono, un profe­ las frontel'as entre textos individuales. De este modo, la conexión
sional podrá leer "libros" que a su vez se abren sobre un extenso electrónica reconfigura nuestra experiencia tanto del autor como
mar de bases de datos que sistemizan todo el saber humano».2} La de la propiedad intelectual, y ello promete afectar, a su vez, nues­
facilidad de manejo del texto erudito, que se debe a la capacidad de tras nocíones tanto de autor (y de autoridad) de los textos que
los ordenadores para examinar bases de datos con gran velocidad, estudiamos como de nosotros mismos como autores.
permite la búsqueda de textos completos, concordancias dinámicas Además, estos cambios se producen en un entorno electrónico,
e impresas, y otras clases de procesamientos que permiten a los eru­ el docuverso nelsoniano, en el que la publicacíón cambía de senU­
ditos en humanidades plantearse nuevos tipos de preguntas. Ade­ do. El hipertexto, mucho más que cualquier otro sistema informá­
más, a medida que uno escribe. «el texto en progreso se encuentra tico. promete convertir la publicación en una cuestión de acceso a
conectado y unido a todo el mundo de la información» (161). alguna red electrónica. Por el momento, los eruditos seguirán de­
En tercer lugar, el texto vírtual, cuya apariencÍa y forma pue­ pendiendo del libro, y es de prever que las mejoras continuas en au­
den ser modificados según convenga al lector, también tiene el toedición e impresión láser provocarán una ÚltinlU tloracíón del
potencial de añadir un elemento completamente nuevo: el nexo texto como objeto físico. No obstante, estos textos físicos serán
electrónico o virtual que reconfigura el texto tal y como lo cono­ producidos (o mejor dicho, reproducidos) a partír de textos elec­
cemos los que hemos crecido íunto a los libros. Es la facultad de trónicos; y, a medida que los lectores se vayan acostumbrando a la
conexión electrónica lo que crea el hipertexto, una textualidad comodidad de los textos electrónicamente conectados, el libro,
compuesta de bloques y nexos que permiten multiplícar los tra­ ahora definido tanto como herramienta del erudito como produc­
yectos de lectura. Como Heim sostiene, el procesamiento de tex­ to acabado suyo, irá perdiendo su papel preponderante en la inves­
to electrónico inevitablemente produce nexos, y éstos desplazan tigación humanística.
el texto, al lector y al escritor hacia otro espacio de escritura:

Las características distintivas de la formulación del pen~alTIien­


to en el marco psíquico del procesamiento de texto coinciden con
El modelo no lineal de red en la teoría crítica actual
la automatización del manejo de la información y producen una co­
nexión sin precedente entre los textos. Con "conexión" no me re­ Las discusiones y diseños de hipertexto comparten con la te­
fiero a alguna vaga conexión física como la de libros individuales orla crítíca contemporánea un énfasis en el paradigma o modelo
compartiendo un espacio físico en la biblioteca. La palabra "texto" de red. Como mínimo, cuatro sígnificados de red aparecen en las
proviene de h pabbl'3 latina para tejido y ha llegado a tener una descripciones y proyectos de sistemas de hipertexto, actuales y fu­
tremenda exactitud de sentido en el caso del procesamiento de tex­ turos. En primer lugar, cuando se transfieren teXtos impresos al
to. En el medio electrónico, la conexión es interactiva, es decir que hipertexto, toman la forma de bloques, nodos o lexias unidos en
los textos pueden ser convocados instantáneamente en un mismo una red de nexos y trayectos. Red, en este sentido, se refiere a una
marco p~íquico (160-161). especie de equivalente electrónico del texto impreso conectado

38 Hll'ERTIlXTO EL HIPERTBXTO y LA TEORíA CRiTICA


39

electrónicamente. En segundo lugar, cualquier conjunto de ámbito necesarias para un hipertexto interinstitucional, a gran es­
xias. tanto si se deben al autor del texto verbal como a un tercero cala y a distanda, materializarán los actuales mundos de la infor­
que haya reunido textos de varios autores, toma la forma de una mación, incluida la literatura. Dícho otro modo, para obtener
red; en algunos sistemas, se llama trama a cualquier conjunto de información hará falta tener acceso a algún tramo de la red. Para
documentos, cuyos límites cambiantes los convierten, de algún publicar en el mundo hípertextual, hará falta tener acceso, aun­
modo, en el equivalente hipertextual una obra. En tercer lu­ que sea de forma limítada, a una red.
gar, el término red también se refiere a un sistema electrónico que La analogía, modelo o paradigma de red, esencial en el hiper­
ímplica ordenadores adicionales así como cables y conexiones fí­ texto, aparece en todos los escritos teóricos estructuralistas y poses­
sicas que permiten compartir información entre máquinas indivi­ tructuralistas. El modelo de red y sus componentes rechazan la li­
duales, estaciones de trabajo o terminales de lectura-escritura. nealidad en forma y explicación, y ello a menudo en aplicaciones
Estas redes pueden tomar la forma de las actuales redes de ámbi­ inesperadas. Bastará un solo ejemplo de este pensamiento no lineal.
to local (LAN),'~ como Ethernet, que conecta conjuntos de má­ Aunque los expertos en narratíva casi siempre han subrayado la li­
quinas dentro de una institución o parte de ésta, como departa­ nealidad esencial de la narración, recientemente, los críticos
mentos o unidades administrativas?4 También hay redes de gran empezado a encontrarla no líneal. Barbara Herrnstein Smith, por
ámbito (W ANV! que conectan distintas instituciones geográfica­ ejemplo, sostiene que «en virtud de la naturaleza misma del discur­
mente muy alejadas. Las prímeras versíones de redes de gran ám­ so, la no linealidad es más bien la regla y no la excepcÍón en las
bito, tanto nacionales como internacionales, incluyen JANET (en obras narrativas».2ó Puesto que volveré al tema de la narrativa líne­
el Reino Unido), ARPANET (en los UU.), el National Rese­ al y no lineal en un capítulo posterior, ahora sólo mencionaré que la
arch and Education Network (NREN),"'z y BITNET, que conec­ no linealidad se ha vuelto tan importante en el pensamiento crítico
ta uníversidades y centros de ínvestigación en América del Norte, contemporáneo, tan de moda, podría decirse, que la observación
Europa, Israel, Australia, Nueva Zelanda y Japón.2> Estas redes, de Smíth, tanto si es acertada como si no, resultaba casi inevitable.
que hasta el momento se han utilizado principalmente para el co­ Puede apreciarse la ímportancia general del pensamiento no
rreo electrónico y para transferir archivos particulares, también nealo antilineal por la frecuencia con que Barthes y otros críticos utí­
han servido infraestructura a boletines de noticias como lízan los vocablos nexo, red, trama y trayecto y por la destacada posi­
manist. Para que estas redes puedan soportar el hipertexto, hacen ción que les dan. Más que cualquier otro teórico contemporáneo,
falta equipos más potentes que puedan transferir con mucha ra­ Derrida emplea los términos nexo, trama, red, matriz y entretejido en
pidez grandes cantidades de información. relación con la hipeltextualidad; Bakhtin así mismo emplea nexos
La cuarta acepción de red, en cuanto a hipertexto, se acerca (Problems, 9,25), conexión (9), interconexión (19) y entretejido (72).
mucho al sentido que se le da en la teoría crítica. Red, en su sen­ Como Barthes, BakhtÍn y Derrida, Foucault concibe el texto
más completo, se refiere a la totalidad de los términos para en términos de red y se vale precisamente de este modelo para
los cuales no hay término y que son representados por otros tér­ describir su proyecto, «el análisis arqueológico del conocimiento
minos hasta que surja algo mejor o que uno de ellos logre abarcar mismo». En Tbe arder ofTbings sostíene que su proyecto impli­
el sentido más amplio y la mayor difusión: «literatura», «iofo­ ca rechazar las «famosas controversias» que tienen ocupados a
mundo», «docuverso» y, de hecho, «cualquier escrito», tanto en sus contemporáneos; proclama que «hay que reconstruir el siste­
sentido alfanumérico como derridano. Las futuras redes de gran ma general de pensamiento cuya red, en su aspecto positivo, hace
posible la interacción de opiniones simultáneas y aparentemente
.,. LAN: Local Area :-Jerworlc. 1.
contradictorias, Es esta red la que defíne las condiciones que ha­
"1. WAK Wide Area Network. T.
cen posíble un problema o una controversia y sostiene la bistori­
"2, Red Nacional de InvestÍgadón y Educación, T.
cidad del saber».27 Para Foucault, el orden es, en parte, «la ley in­

'11!

lllPERTEXTO EL HIl'ERTEXTO y LA TEORÍA CRITic.... 41


40

terna, la red oculta» (xx); él, una «red» es aquel fenómeno plememe localízado en alguna memoria elecrrónica ni en ningún
«capaz de interconectar» (127) una amplia gama de taxonomías, microinterruptor. Para los conexionistas, la representación del
observaciones, interpretaciones, categorías y normas de observa­ saber se dÍstribuye entre las fuerzas de las conexiones [¡los ne­
ción a menudo contradictorias. xos!], entre unidades» (126).
La descripción de red que hace Heinz Pagels en The Dreams 01 Como lo demuestra Pagels, la ciencia contemporánea y la teoría
Reason (Los sueños la razón) sugiere por qué la red seduce tanto crítica proponen teorías convergentes acerca del pensamiento hu­
a los que sospechan de los modelos jerárquícos o lineales. Según él, mano y del mundo del pensamiento basadas en el paradigma de red.
«una red no «arríba" ni "abajo". Más bien, es una pluralidad Terry Eagleton y otros teóricos marxistas, que a menudo recu­
de conexiones que incrementan las posibles interacciones entre sus rren al posestrucruralismo. también se valen del modelo o imagen
z9
componentes. No hay autoridad central ejecutiva que supervise el de red. En cambío, los marxistas más ortodoxos, que tienen un in­
sistema»,'B Además, como Pagels tambíén explica, la red funciona terés personal (o un convencimíento sincero) en la narrativa o la
en varias ciencias físicas comó un poderoso modelo teórico capaz metanarrativa lineal tienden a recurrir a red y a trama principal­
describir una gama de fenómenos de muy distintas escalas espa­ mente para caracterizar la equivocación. Pierre Machery podría pa­
ciales y temporales y, así, de ofrecer un programa de investígación. recer algo fuera de lugar sif!uiendo a Barthes, Derrida y Foucault al
El modelo de red ha cautivado la imaginación de la gente en cam­ sítuar las novelas dentro de una red de relaciones con otros escritos.
pos tan diversos como la inmunología, la evolución y el cerebro. Según Machery, <<la novela se sitúa inicialmente en una red de libros
que sustituyen la complejidad de las relacíones reales que, de
El sistema inmunológico, comO el evolutivo, es un poderoso hecho, constituido cualquier mundo». Sin embargo, su frase sí­
sistema de reconocimiento ele con ci:\pacídad para guíen te deía bien claro que, a diferencia de la mayoría de los poses­
aprender y recordar, Esta característíca dd sistema inmunológico tructuralístas o posmodernistas, que emplean la red como paradig­
ha sugerido a varías personas que un modelo informático dinámi­ ma de una situación y no restrictiva, percibe la red como
co que símulara el sistema inmunológico también podría ápren­ algo que confina)' limita: «Encerrada en la totalídad de una recopi­
der recordar. .. El sistema evolutivo obra en una escala de tiem­
lación, en medio de un complejo sistema de relaciones, la novela se
po cientos de miles de años, el inmunológico en cuestión de
días y el cerebro, en milísegundos. Si descubriésemos cómo el sis­ vuelve literalmente alusión, repetición y continuación de algo que
tema inmunológico reconoce y destruye los tal vez ello sólo entonces empieza a parecerse a un mundo inagotable».30
nos podría enseñar cómo las rcdc:s nerviosas reconocen y destru­ Fredric Jameson, que en The Politt"cal Unco/tsdouJ ataca a
yen ideas. Después todo, tanto el sistema inmunológico como Althusser por crear impresiones «totalización fácil» y de «tra­
el sistema nervioso están constituidos por de millones de cé­ ma ininterrumpida de fenómenos>~, considera, frecuente y explí­
lulas altamente especializadas que se excitan y se inhiben unas a citamente, los modelos en red como el asiento del error.>l Por
otras, y ambos aprenden y tienen memoria (134-135). ejemplo, cuando en Marxism and Form critica «el prejuicio an­
tiespeculativo» de la tradición liberal, dice que «Sil énfasis en el
El modelo red también ha ínspirado el movimiento cone­ acontecimiento individual a expensas de la red de relaciones en
xionista en informática, que recurre a una «hipotética arquitectu­
aquél puede estar inmerso» es el medía que tiene elliberalis­
ra nerviosa para el diseño en red» máquinas radicalmente dí­
mo para «prevenir que la gente llegue a conclusiones, de otro
ferentes. Los conexionistas sugieren que «las conexiones, el
modo inevitables, a nivel politicO».32 Aquí, el modelo de red re·
diseño mismo de la red» aporta «la clave de su funcionamiento y
presenta una completa y adecuada puesta en contexto, suprimida
no algún programa interno como los de los ordenadores» (125).
por alguna escuela de pensamiento que no es la marxista, pero
Los conexionistas también proponen una «representación del sa­
que sólo resulta necesaria para describir las socÍedades premar­
ber» en la que el saber está distribuido en toda la red; y no sim­ xistas. Jameson repite este paradigma en su capítulo sobre Hcr­

1,
-

42 HIPERTEXTO EL HIPERTEXTO Y LA TEORÍA CRÍTICA 43

bert Marcuse, cuando explica que «el deseo auténtico corre el tado fragmento de un ensayo crítico que contiene a su vez una
riesgo de disolverse y de perderse en la extensa red de seudosatis­ cita de otro ensayo, como un portador alberga un parásito». Pro­
facciones que constituyen el sistema de mercado» (lOO-lOO. Una siguiendo con la analogía microbiológíca, MilIer pasa a explícar
vez más, el concepto de red proporciona un paradigma solamen­ que «el "ejemplo" es un fragmento parecido a esas minúsculas
te necesario, según parece, para describir las complejidades de partículas de alguna sustancia que se introducen en un diminuto
una sociedad caída. Vuelve a hacerlo cuando, en el capítulo sobre tubo de ensayo y se investigan con ciertas técnicas de química
Sartre, discute la noción de fetichismo de Marx, que presenta, analítica. Se puede llegar muy lejos, u obtener mucho de un pe­
para]ameson, ciertas «comodidades y la red "objetiva" de las re­ queño fragmento de texto: nos guía de contexto en contexto, que
laciones que mantienen entre sí» como la apariencia ilusoria que se amplían hasta abarcar, como medios necesarios, toda la familia
enmascara «la realidad de la vida social», que «se encuentra en el de lenguas indoeuropeas, toda la literatura y el pensamiento con­
proceso mismo del trabajo» (296Y. ceptual en estas lenguas y todas las permutaciones de nuestras es­
tructuras sociales de economías domésticas, receptoras y dadoras
de regalos».35
¿Causa o convergencia? ¿Influencia o confluencia? Aun así, Milier subraya que el ~~Glas de Derrida y los ordena­
dores personales aparecieron más o menos al mismo tiempo. Am­
¿Adónde lleva la relación de la informática, y del hipertexto bos trabajan consciente y deliberadamente para dejar obsoleto el
en particular, con la teoría de literatura de las tres o cuatro últi­ tradicional modelo de libro lineal y sustituirlo por el nuevo hiper­
mas décadas? En la conferencia de mayo de 1990 en el Elvetham texto multilineal, que ya se está convirtiendo rápidamente en el
Hall sobre la tecnología y el futuro de la investigación humanística, modo de expresión característico, tanto de la cultura como del es­
J. Hillis Miller sugirió: «La relación ... es múltiple, no lineal, no tudio de las formas culturales. El "triunfo de la teoría" en los
causal, no dialéctica y excesivamente determinada. No encaja en la estudios literarios y su transformación por la revolución digital
mayoría de los paradigmas tradicionales que definen "relaóón,,».3> son dos aspectos de un mismo cambio arrollador» (Literar)' The­
El mismo Miller aporta un buen ejemplo de esta convergen­ ory, 19-20). Por supuesto, dícho cambio arrollador tiene muchos
cia entre la teoría crítica y la tecnología. Antes de descubrir el hi­ componentes, pero hay un tema que aparece tanto en escritos so­
pertexto, hablaba del texto y del procesamiento (interpretativo) bre hipertexto (y el Memex) como en la teoría crítica contempo­
de texto de una manera que resultará familiar a cualquiera que ránea: las limitaciones de la cultura impresa, de la cultura del
haya leído o trabajado con hipertexto. Por ejemplo, en Fiction libro. Bush y Barthes, Nelson y Derrida, así como todos los teóri­
tll1d Repetition describe cómo se lee una novela de Hardy de una cos de estos campos, quizá sorprendentemente entrelazados, em­
forma que yo calificaría de hipertextualidad bakhtíniana: <~Cada piezan con el deseo de liberarnos de las limitaciones de lo impre­
pasaje es un nodo, un punto de interseccÍón o de enfoque, en el so. Este proyecto común requiere que uno reconozca primero el
que convergen líneas que conducen a muchos otros pasajes de la enorme poder del libro, ya que, sólo cuando hayamos tomado
novela y que, en última instancia, los incluye todos». Ningún pa­ conciencia de la manera en que ha formado e informado nuestras
saje tiene una prioridad particular sobre los demás, en el sentido vidas, podremos intentar escapar de algunas de sus limitaciones.
de ser más importante o de ser el «origen o el fin de los otros».l4 En este contexto, las explicaciones de Claude Lévi-Strauss
Así mismo, al proponer «un "ejemplo" de estrategia descons­ del pensamiento iletrado en The Savage Mind (El pensamiento .ral­
truccionista de la interpretación>~, en The Critic as a Hast (1979), vaje) y en sus tratados sobre mitología aparecen, en parte, como
describe bloques de texto dispersos y conectados, cuyo recorrido intentos de descentrar la cultura del libro, de demostrar los con­
se puede seguir hasta un universo o metatexto que crece y au­ finamientos de nuestra cultura literaria saliéndose de ella, por
menta sin cesar. Aplica una estrategia desconstruccionista «al cÍ- muy superficial y brevemente que sea. Al enfatizar medios de co­
..

44 HIPERTEXTO EL IIlPERl'EXTO l' I.A TEORÍA CRÍTICA {5

municación electrónicos aunque no informáticos, como la radío, bro, Adorno y Prefacio». Lo hilCe con gusto ya que, como anundó
la televisión y el cine, Baudrillard, Derrida, Jean Fran¡;ois Lyo­ en 01 Gramm(ltology, «aunque parezca 10 contrario, esta muerte
tard, McLuhan y otros se pronuncian igualmente en contra de la libro anuncia, sin lugar a dudas ly, en cierto sentído, siempre ha
futura importancia de la tecnología de la información basada en anunciado), una muerte del discurso (de un suput'xto discurso
la ímpresión, coincidíendo a menudo con los que piensan en que completo) así como una nueva mutación en la historia ele la escri­
unos medios de comunicación análogos con sonido, movÍmiento tura, en la historia como escritura. Lo anuncia con una
e información visual remodelarán radicalmente nuestras expecta­ de varios siglos. Es en esta escala que debemos estimarlo». (8)
tivas de la cultura y naturaleza humanas. En una conversación conmigo, Ulmer mencionó que, puesto
Entre los principales críúcos y teóricos de la crítica, Derrida la unidad de Derrida equívale al nexo, la gramatología es el
destaca como el que mejor advierte la importancia de una tecno­ arte y la ciencia de conectar y. por lo tanto, el arte y la del
logía de la información autónoma, basada en sistemas dígitales hípertexto.>7 Uno podría añadir que Derrida también describe la
más que analógicos. Como señala, «el desarrollo de métodos prác­ diseminación como una descripción del hipertexto: <<Junto con
ticos de recuperación de la información amplía enormemente las una expansión ordenada del concepto de texto, la diseminación
posibilidades del "mensaje", hasta el punto en que deja de ser la inscribe una diferente que rige los efectos del sentido o de la
traslación "escrita" de un lenguaje, la transferencia de un signifi­ referencia (la interiorídad de la "cosa", realídad, objetividad,
cado que, incluso permaneciendo oral, conservaría su integri­ esencialidad, existencia. presencia en general. sensible o
dad» ..l6 Más que cualquier otro teórico, Derrida se da cuenta de ble, etc.), una relación diferente entre la escritura, en sentído me­
que la informática y los otros cambios en los medios de comuni­ tafisÍco de la palabra, y su "exterior" (histórico, politíco, econó­
cación han desgastado el de] modelo lineal y dellíbl'o como mico, sexual, etc.»> (Diuemination,
paradígmas afines y culturalmente dominantes. Derrida declara:
«El fin de la escritura Hneal es en realidad el fin del libro, aunque
sea en form<J líbro que las nuevas escrituras, literarias o teóri­ Analogías con la revolución de Gutenberg
cas, se dejan encerrar, para bien o para mah, (01 Grammatolog)',
86). Por lo ramo, como lo señala UImer, escritos gramatoló­ Si nos encontramos realmente en un período de fundamenta­
gicos ejemplifican la lucha para romper la investidura del libro» les cambios tecnológicos y culturales análogos a la revolución de
(Applied Grammatotogy, 13). Gutenberg, entonces ha llegado el momento de preguntarnos qué
Según Derrida, «la forma del "libro" está pasando por un podemos aprender del pasado; en particular, qué podemos pre­
de agitación general, y, mientras su forma parece cada vez decir acerca del futuro al comprender la «lógica» de una tecnolo­
menos natural... y su hístoría, menos transparente, la forma de gía dada o de un conjunto de tecnologías, Según Alvin Kernan,
bro por sí sola no puede zanjar ... la cuestión de aquellos procesos «la "lógica" de una tecnología, de una idea o de una institución es
de escritura que, al cuestionar en la práctica esta forma, han de des­ su tendencia a conformar, en un limitado número de formas o di­
mantelarla». El problema, además, según reconoce Derrida, es que recciones, todo aquello en que inciden».}g La obra de Kernan y
«no se puede tocar¡.> la forma del libro «sin trastornar todo lo de­ otros como Roger Chartier y Eisenstein, que han estudiado
más» (Dissemination [La diseminación], 3) en el pensanúento ocd­ complejas transiciones desde la cultura del manuscrito hacia la de
dental. A Derrida, siempre deseoso de tocarlo todo, ello no le pa­ la imprenta, sugiere tres lecciones claras o normas para cualquíe­
rece una razón suficícnte para no tocar el libro y su reivindicación ra que presienta simílares transiciones.
comienza con la cadena de expresiones que aparecen más o menos En primer lugar, estas transiciones toman mucho tiempo; en
como título al principio ele Dissemination: Hors Livres: fuera de todo caso, mucho más tiempo del que los primeros estudios sobre
libro, d'üeuvre: entremés, Extratexto, Prelíminar, Fin de Ji- el paso de la cultura del manuscrito a la de la ímprenta podían lle­
-
46 HIPERTEXTO FL H[PERTFXTO y LA TEORÍA
47
vamos a suponer. Estudiosos de la tecnología y de la práctica de la co, ceremonial y eclesiástico del libro u otro material impreso y la
lectura señalan varios cientos de años de cambios y acomodaciones lectura privada. personal e interiodzada».J9
graduales, durante los cuales prevalecieron distintas prácticas de la El mismo Kernan insiste en que «el conocimiento de los prin­
lectura, formas de publicación y concepciones de la literatura. cipios básicos de la lógica de la imprenta, como la inalterabilidad,
Según Kernan, no fue hasta principios del siglo XV1II que la la multiplicidad y la sistematización, permite predecir las tenden­
tecnología la imprenta «hizo pasar a los países más adelanta­ cias pero no los modos exactos en que iban a manifestarse en la
dos de Europa de una cultura ora] a otra impresa, reordenando historia de la escritura y en el mundo de las letras. Tanto la ídea­
toda la sociedad y reestructurando las letras, más que meramente lízación del texto líterarío como su atribución de una esencÍa esti­
modificándolas~> (9). ¿Cuánto tardará la informática, y sobre todo lística son desarrollos de posibilídades latentes de la imprenta,
el hipertexto, para operar cambios parecidos? Uno se pregunta pero opino que no había una necesidad previa y precisa de que las
cuánto tardará el paso al lenguaje electrónico en volverse omni­ letras fueran valorizadas de estas maneras en particular» (181).
presente en la cultura. ¿con qué medíos, apaños culturales pro­ Kernan también señala «]a tensión. por no hablar de oposición
visionales y demás intervendrá y creará un cuadro más confuso, manifiesta, entre dos de las fu erzas primarias de la lógica de la ¡m­
aunque culturalmente más interesante? prenta: la multiplicidad y la inalterabilidad, algo que podríamos
La segunda norma importante es que el estudio de las rela· denominar efectos "biblioteca" y de "librería de saldos»»(55),
ciones entre tecnologja y literatura junto con otros aspectos de las que entran en juego, o prevalecen, sólo en determinadas condi­
humanidades no produce necesariamente una lectura mecánica ciones económÍcas, políticas o tecnológicas.
de la cultura, como temían Jameson y otros. Como Kernan deja La tercera lecdón o norma que puede derivarse de la obra de
bien claro, la comprensión de la lógica de una tecnología no per­ Kernan y de otros historiadores de las relaciones entre las diver­
mite hacer predicciones, ya que en condiciones diferentes la mis­ sas prácticas de la lectura, las tecnologias de la informacíón y la
ma tecnología producir efectos diferentes e incluso contra­ cultura, es que las transformaciones tienen contextos e implíca­
ríos. Así, J. David Bolter y otros historiadores de ]a escritura clones políticos. Las consideraciones sobre hipertexto. teoría crí­
señalado que, al príncípjo, la escritura, que servía Jos intereses del tica y literatura han de tener en cuenta 10 que Jameson llama «el
clero y de la monarquía al registrar leyes y acontecímientos, pare- reconocimiento básico de que no hay nada que no sea. además,
puramente elitista, e incluso hierática; más tarde, a medida social e histórico, y que, de hecho, "en últÍma instancia", todo es
que iba progresando hada abajo en la escala social y económica, polítíco». (Polifical Unconscious, 20).
empezó a parecer democratizante e incluso anárquíca. En gran
medida, los libros impresos tuvieron efectos igualmente diferen­
ciados, aunque los factores democratizan tes tardaron mucho me­ Predicciones
nos en imponerse a los hieráticos: unos cuantos siglos, tal vez dé­
cadas, ¡en lugar de milenios! Sí la tecnología de la imprenta cambió radicalmente el mun­
Así mismo, como Marie Elizabeth Ducreux y Roger Chartier do tal y como lo expone Kernan de forma tan convincente, ¿cuá­
han demostrado, tanto e] material ímpreso como los manuscritos serán los efectos de una transición paralela de la imprenta al
fueron utilizados como instrumentos «de una aculturacÍón reli­ hipertexto informático? Aunque los cambios asociados con el
giosa controlada por la autoridad, pero en ciertas circunstancias paso de la imprenta a la tecnología electrónica tal vez no presen­
permitieron la resisten cía de una fe rechazada y llegaron a ser un ten ningún paralelismo con los asociados al paso del manuscrito a
último y secreto recurso en contra de la conversión forzosa». Los la imprenta, las descripciones de los cambios más recÍentes en la
libros de horas. los contratos matrimoniales y los l1amados libros tecnología del texto alfanumérico pueden sugerirnos campos
evangélicos encarnaban «una tensión básica entre los usos públí- ! investigación.
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48 l:U1'ERTEXTO EL HIPERTI:.XTO y LA 'rEO RÍA CRÍTlCA


49
Uno de los cambios más importantes se refiere a la realización veremos a continuación, también tienen efectos radicales sobre
del poder democratizanre de la nueva tecnología de la informa­ nuestra experiencia de escritor, texto y obra, él los que redefine.
ción. Durante el paso de la cultura del manuscrito a la de la letra Tan básicos y radicales son estos efectos que nos fuerzan a cons­
impresa desapareció ~(un sistema más antiguo de cartas refinadas y tatar que muchas nuestras actitudes e ideas más queridas y fre­
cortesanas, esendalmente oral, aristocrático, autoritario y centra­ cuentes hacia la Jíteratura no son sino el resultado de determina­
do en la corte ... al ser sustituido progresivamente por un nuevo das tecnologías de la información y de la memoria cultural, que
sistema literario basado en la imprenta, democrádco y centrado en proporcionaron el entorno adecuado para díchas actitudes e ide­
el mercado», cuyos valores fundamentales «aunque no estrictamen­ as. Esta tecnologia, la del libro impreso y sus parientes más cerca­
te determinados por razones técnicas, permanecían indirecta­ nos, que incluye la página impresa o mecanografiada, engendra
mente asociados con las realidades de la imprenta» (Printíng Tech­ ciertas nociones de propiedad y unicidad del escritor y del texto
nology, 4). Si la hipertextualidad y los sistemas informáticos afines físicamente aíslado que el hipertexto hace ínsostenibles. En otras
llegan a tener efectos tan generalizados, ¿cuáles serán? Nelson, palabras, el hipertexto ancla en la historia muchos de nuestros su­
Milier y casi todos que escriben sobre hipertexto consideran que puestos más difundidos, haciéndolos descender del éter la abs­
esta tecnología es esencialmente democratizante y que, por lo tan­ tracción y parecer meras consecuencias de una tecnología dada,
to, mantiene algún tipo de existencia liberada y descentralízada. arraígada en un tiempo y lugar dados.
Kernan cita numerosos casos específicos de cómo la tecnolo­ AJ hacer posibles estos planteamientos, el hipertexto tíene
gía «afecta a la vida individual y social». Por ejemplo, «al modífí­ mucho en común con algunos de los principales pJanteamientos
car su trabajo y sus escritos, la imprenta obligó a escritor, erudito de las teorías literaria y semiológica, y sobre todo con eJ énfasis de
y pl'Ofesor -las funciones literarias c1ásicas- a redefínirse a sí Derrida en el descentrar y con la concepción de Bartnes de texto
mismos y, aunque no creara del todo a los críticos, edítores, bi­ de lector frente al de escritOl". De hecho, el hipertexto supone una
bliógrafos e historiadores de la literatura, sí aumentó notable­ encarnación casÍ embarazosamente literal de ambos conceptos, y
mente su número e importancia». La tecnología de la imprenta ello, a su vez, plantea nuevas cuestiones sobre éstos y su interesan­
así mismo redefinió al público de la literatura al convertirlo te combinación de presciencia y relación histórica (o inscripción),

de un pequeño grupo de oyentes o lectores de manllscriws, .. a un


grupo de lectores... que compraban libros para leer en la intimi­
dad de su casa. La imprenta también hizo que la literatura resul·
tara, por primera vez, objetivamente real y, por lo tanto, subjeti­
vamente concebible como hecho universal, en grandes bibliotecas
de libros impresos que comenían grandes colecciones de escritos
mundiales .. La ímprenta también reordenó la relación de las letras
con otros agentes sociales, por ejemplo, liberando al escritor de la
necesidad de un patrocinador y la consiguiente servidumbre a
la riqueza; desafiando y reduciendo el control de la autoridad
sobre los escritos mediante la censura estatal y promoviendo una
ley sobre propied'ad intelectual que entregaba al autor la propie­
dad de sus propios escritos (Printing Technology, 4-5).

Los nexos electrónicos desplazan los límites entre un texto y


otro, entre escritor y lector y entre profesor y estudiante. Como

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