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CARISMA DE ALABANZA

El Señor al Padre Emiliano: “Evangelicen a mi pueblo, yo quiero un pueblo de alabanza”

Motivación

Dios es amor y nos ama porque así El lo quiere, EL que es amor, y solo sabe amar, únicamente sabe crear cosas
buenas; El es creador por naturaleza, su naturaleza es crear cosas buenas porque ama.

Cuando El habla su Palabra produce la creación de cosas buenas para sus hijos, y cuando te llega su bien,
cuando su bendición toca tu vida, El se prepara para que tú en gratitud le alabes.

Lo normal es que cuando recibimos lo bueno de Dios, le respondamos con una alabanza que brote de nuestro
corazón en gratitud.

“Por medio de Él y tal como lo había establecido el que ejecuta todo según su libre decisión, nos había
predestinado a ser herederos de modo que nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, fuéramos la alabanza
de su Gloria”.

(Ef 1,11-12)

A través de su Palabra el Señor nos muestra que nuestra vocación en esta tierra consiste en alabarle y adorarle
con nuestro corazón, con nuestros labios, con nuestro entendimiento y con nuestra vida. No hay, entonces,
ninguna excusa válida para no alabar al Señor, ya que no es una opción sino un mandato del Señor.

Y ¿Qué es Alabar a Dios?

CIC Nº 2639: “La Alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le
canta por El mismo, le da Gloria no por lo que El hace, sino por lo que El es”.

Es manifestar nuestro reconocimiento de lo que Dios es. Es proclamar sus admirables obras y sus poderosas
hazañas, es reconocer su grandeza, su poder infinito, su amor incondicional, su fidelidad, su protección.

Ej.: Tú eres mi fuerza, tú eres mi roca, mi baluarte, mi refugio, tu misericordia es eterna.

Por tanto, la alabanza a Dios es reconocer su grandeza, es nuestra respuesta a Él, primero por lo que El es, y
segundo, por lo que hace en nosotros movido por su amor.

Fuimos creados por Dios única y exclusivamente para que en cada momento de nuestras vidas tengamos
comunión con El. Y a través de la alabanza entramos en continua comunión con El.

Fuimos creados para alabanza de su Gloria, por tanto, alabar es el gran propósito de nuestra vida.
El Señor siempre merece ser en gran manera alabado. No le alabamos porque El necesite de nuestra
alabanza, pues, no podemos agregar más Gloria a la que El ya tiene. Le alabamos porque somos nosotros los
que necesitamos reconocer la grandeza y el poder de Dios.

¿Quiénes quieren ser santos?

Los santos van al cielo y en el cielo se alaba al Señor permanentemente……..aquí en la tierra estamos
ensayando lo que en el cielo haremos por toda la eternidad.

Más que el poder de la alabanza, es el poder de Aquel a quien le alabamos

Para entrar en diálogo con Dios, primero nos dirigimos a El con plegaria, alabanza, adoración y acción de
gracias; luego El viene hacia a nosotros:

“Engrandezcan conmigo al Señor y ensalcemos a una su nombre”.

(Sal 34,4)

Recordemos que no podemos agregar más Gloria de la que El ya tiene, porque El es infinito. El tiene toda la
Gloria, la plenitud.

San Agustín

La presencia de Dios habita en nosotros por el bautismo, cuando le alabamos no es su Gloria la que aumenta,
lo que aumenta es su presencia en nosotros.

Razones para alabar a Dios:

1º Porque El es digno y merece toda la alabanza.

2º Porque fuimos creados para eso (estar en comunión permanente con El)

3º FRUTOS DE LA ALABANZA

En la Biblia hay un modelo de lo que es estar en constante alabanza a Dios: DAVID

David fue un hombre escogido por Dios según su corazón, que desde antes de ser llamado por Dios para ser
rey, siempre estuvo buscando estar en su presencia, y le alababa, le adoraba con sus cantos, con la cítara,…fue
un hombre que anhelaba tanto estar en la presencia de Dios, que lo primero que hace al comenzar su reinado
es recuperar el arca de la Alianza que por 20 años había estado en manos de los filisteos, a la cual en ningún
momento Saúl había tomado en cuenta. David era un hombre totalmente agradecido a Dios por todas sus
obras, por sus hazañas. Sabía que todo lo que hacía, que todo lo que tenía, que absolutamente todo era por
Gracia de Dios, y por eso es que consciente de esto, compuso los salmos de alabanza más hermosos para
agradar a Dios.

Leer Eclo 47, 8-10


Ciertamente, para la mayoría, es difícil alabar a Dios porque nos han criado con la idea de que debemos es
pedirle. Está bien, Dios quiere que le pidamos y que le pidamos con fe, pero, la oración de petición tiene una
dificultad y es que, en este tipo de oración nosotros somos el centro. Para la gente es difícil mantener una
actitud de alabanza por determinado período de tiempo, porque las personas quieren por naturaleza, volver a
pedirle al Señor y hablarle de sus necesidades. Sin embargo, si mantenemos a Jesús en lo alto, si lo elevamos
más y más, si nos centramos en El y le atendemos, entonces El ministrará.

“Y yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mí”.

(Jn 12,32)

TESTIMONIO DAVID ANDRES

Padre Emiliano Tardiff: “Lo que no se consigue cuando pedimos, siempre se obtiene cuando

Alabamos”.

Casi siempre tanto en los grupos de oración como personalmente no se alaba suficientemente a Dios.
Alabamos muy poco, por eso todavía existen roces, dificultades en los grupos, división. y a nivel personal
todavía tristeza, angustia, desánimo, confusión……

y ,en este estado, ¿Dónde está nuestra atención?: en nosotros mismos, en nuestro problema, en nuestro
dolor, angustia, etc.

Pero cuando comenzamos a alabar y a dar gracias nuestra mirada se posa en Dios, en su poder, en su plan
maravilloso para nuestra vida. Eso es estar en su presencia.

“Entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos”.

(Sal 95,2)

La alabanza y la acción de gracias nos dan entrada a la presencia de Dios.

¿En qué momentos debo alabar a Dios?

“Bendeciré al Señor en todo tiempo, no cesará mi boca de alabarlo”.

(Sal 34,1)

En todo momento, en los días de dicha, en los difíciles, en medio de las pruebas, incluso cuando no tengamos
ganas, o no lo sientas.

TESTIMONIO ABUELA

Esta vocación ha de llevarse a cabo tengamos o no el deseo de hacerlo.

Ej.: Si recibimos la factura del teléfono y no pagamos porque no nos sentimos “motivados” o porque “no nos
nace” hacerlo, al cabo de los días, nos cortarán la línea.
Se alaba al Señor con o sin ganas.

A veces no es fácil alabar a Dios, por eso en esos momentos debemos ofrecer un sacrificio de alabanza.

“…ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza”.

(Hb 13,15)

(… me cuesta Señor, no sé que decirte, pero aquí estoy)

Y el Señor igualmente se derramará en bendiciones para tu vida, se trata de abrir todo nuestro ser a los dones
que El quiere darnos.

Formas de Alabanza

1º Alabanza proclamada o espontánea, libre y comunitaria

2º Alabanza en lenguas

3º Alabanza con cantos

¿Qué pasa cuando alabamos a Dios?

Cuando alabamos a Dios, esa oración asciende llevada por el Espíritu Santo, por medio de Cristo hacia el
Padre, es entonces cuando nosotros le bendecimos a El, luego, la gracia del Espíritu Santo, por medio de Cristo
desciende de junto al Padre y es El quien nos bendice, es decir, cuando le alabamos fluyen todas sus
bendiciones sobre nosotros.

Frutos de la Alabanza:

1º Sanación física: “Bendice, alma mía, al Señor….El sana todas tus enfermedades”. (Sal 103)

2º Sanación interior: “Alaben al Señor porque El es bueno…..El sana los corazones destrozados y

Venda sus heridas”. (Sal 147)

En medio de una alabanza podemos experimentar el amor de Dios sanando

Nuestras heridas.

3º Liberación: “¡Mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte, digno de alabanza! Invoco al Señor y

quedo libre del enemigo” (Sal 18,4)

4º Prosperidad: “Es bueno dar gracias al Señor y cantar en tu honor, oh Altísimo…….el justo

Crecerá como una palmera, crecerá como cedro del Líbano, plantado en la

Casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios”. (Sal 92)

5º Nueva unción: “me haces masajes con aceite nuevo”. (Sal 92)
Quieres ser dichoso, quieres ser feliz: ¡alaba a Dios!

“Dichoso el pueblo que sabe alabarte….” (Sal 89,16)

“Felices los que habitan en tu casa y te alaban sin cesar”. (Sal 84,5)

“Ríndanle alabanza, exalten al Señor todo lo que puedan: ¡El merece mucho más! Exáltenlo con todas sus
fuerzas, no se cansen que nunca será suficiente”.

(Eclo 43,30)

La alabanza la dirigimos a la Santísima Trinidad, y mientras más alabemos a Dios mayores serán los dones del
Espíritu Santo que fluirán sobre nosotros.

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