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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

ESCUELA DE POSTGRADO

LA RESPONSABILIDAD DE LOS MIEMBROS DEL

CONSORCIO EN LA EJECUCIÓN DE LOS

CONTRATOS SUSCRITOS CON

EL ESTADO

TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN


DERECHO

MENCIÓN: DERECHO CIVIL EMPRESARIAL

AUTOR: BR. RICHARD MILTON MÉNDEZ SUYÓN

ASESOR: MS. MANUEL BERMUDEZ TAPIA

TRUJILLO - 2014
DEDICATORIA

Al Señor de la
Misericordia, al Señor
Cautivo y a la Virgen de la
Puerta por iluminar mi
vida y por haber guiado mi
espíritu y mi pensamiento
para lograr culminar con
éxito este objetivo
profesional.

A María Paz, mi hija, quien constituye


el motor de mi existencia y la fuerza
que me impulsa a seguir luchando por
lograr mis objetivos, te amo princesa.

A Teresita y Julio César,


mis padres, por ser el
apoyo constante en mi
vida y mi ejemplo a seguir,
los amo.

ii
AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Dios por


guiar mis pasos, por
iluminarme cada día y por
brindarme las condiciones
necesarias para
enfrentarme a la vida con
la seguridad que él está
conmigo, sin tu presencia
y voluntad nada sería
posible.

Agradezco a la Escuela de Postgrado


de la Universidad Privada Antenor
Orrego, mi alma mater, por la
formación profesional brindada a
través de sus docentes, quienes me
transmitieron los conocimientos
necesarios en esta etapa académica.

Agradezco a mi Asesor y
a todas las personas que
hicieron posible la
realización de este
trabajo.

iii
RESUMEN

El presente trabajo de investigación de tipo cualitativo, tiene por objetivo


analizar la institución de la Responsabilidad de los integrantes del
Consorcio en la ejecución de los Contratos suscritos con el Estado
teniendo en cuenta su regulación en el Decreto Legislativo N° 1017 y su
Reglamento, el Decreto Supremo N° 184-2008-EF. Para ello se efectúa
un análisis jurídico, teniendo en cuenta la legislación, la doctrina y la
jurisprudencia aplicable, poniendo especial énfasis en el estudio de los
principios que se deben observar y las consecuencias de su transgresión.
En ese sentido, el estudio permitió determinar un inadecuado tratamiento
legislativo sobre el tema analizado, en tanto se transgreden principios de
ineludible aplicación como el de causalidad, culpabilidad, presunción de
licitud, autonomía de la voluntad, libertad contractual, entre otros. En
atención a ello, consideramos pertinente una modificación legislativa para
que la regulación actual sobre el tema, no colisione con los principios
rectores aplicables a los casos materia de análisis.

iv
ABSTRACT

The present research qualitative, is to analyze the institution of the Liability


of Consortium members in the execution of contracts signed with the state
considering its regulation in Legislative Decree No. 1017 and its
Regulations, Supreme Decree No. 184-2008-EF. To do a legal analysis,
taking into account the legislation, doctrine and applicable case law is
made, with special emphasis on the study of the principles to be observed
and the consequences of his transgression. In that sense, the study
allowed us to determine an inadequate legislative treatment on the subject
discussed, as early as the inevitable application of causality, guilt,
presumption of legality, autonomy, freedom of contract, among others are
violated. In view of this, we consider appropriate a legislative amendment
to the current regulation on the subject, does not collide with the guiding
principles applicable to cases of material analysis.

v
ÍNDICE
DEDICATORIA…………………………………………………………………ii
AGRADECIMIENTOS………………………………………………………...iii
RESUMEN……………………………………………………………………..iv
ABSTRACT…………………………………………………………………….v
ÍNDICE……………………………………………………………………vi-vii-viii
I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………......9
1.- Antecedentes y Justificación del Problema………………………….....9
1.1 Realidad Problemática………………………………………………..9-12
2.- Aspecto Metodológico…………………………………………………...12
3.- Planteamiento del Problema……………………………………………12
4.- Hipótesis…………………………………………………………………..13
5.- Objetivos………………………………………………………………13-14
5.1. General…………………………………………………………………….13
5.2.Específicos……………………………………………………………..13-14
II.- MARCO TEÓRICO
CAPITULO I
EL CONSORCIO……………………………………………………………….15
1.1 El Contrato de Asociación en Participación…………………………15
1.2 Los Contratos Asociativos…………………………………………….15
1.2.1 Finalidad………………………………………………………………...16
1.2.2 Concepto………………………………………………………………..17
1.2.3 Administración de bienes……………………………………………...18
1.3 El Contrato de Consorcio……………………………………………...19
1.3.1 Definición………………………………………………………………..19
1.3.2 La Naturaleza Jurídica del Consorcio……………………………20-22
1.3.3 La Propiedad de los Bienes del Consorcio……………………...23-24
1.3.4 La Relación con Terceros y la Participación…………………….23-24
1.3.5 Las Cláusulas en el Contrato de Consorcio……………………..25-26
CAPITULO II
LA CONTRATACIÓN ESTATAL……………………………………………..27
2.1 El Contrato Público…………………………………………………27-28

vi
2.1.1 Carácter público o privado del Contrato que celebra el
Estado..................................................................................................28-29
2.1.2 La seleccionabilidad………………………………………………..29-30
2.2 Elementos Esenciales del Contrato Administrativo…………….30-31
2.3 Características de la Contratación Administrativa……………...31-32
2.4 Etapas en La Contratación Administrativa………………………32-33
CAPITULO III
ANÁLISIS DE LA PROBLEMÁTICA……………… ……………………….34
3.1 Las Reglas de La Responsabilidad Contractual……………………34
3.1.1 La Responsabilidad Civil………………………………………………34
3.1.2 La Responsabilidad Administrativa………………………………34-36
3.2 El Procedimiento Administrativo Sancionador………………………36
3.2.1 La potestad punitiva o sancionadora del Estado Social y
Democrático de Derecho……………………………………………………...36
3.2.2 Características del Procedimiento Administrativo
Sancionador..............................................................................................37
3.2.3 Sujetos que pueden incurrir en infracción……………………….37-38
3.2.4 El Principio de Culpabilidad……………………………………….38-40
3.2.5 El Principio de Proporcionalidad en el Derecho Administrativo
Sancionador………………………………………………………………...40-41
3.3 La Autonomía en el Consorcio……………………………………42-43
3.4 La Solidaridad Vs. La Responsabilidad Limitada……………….43-44
3.5 Los artículos 145 y 239 del Reglamento de la Ley de
Contrataciones del Estado………………………………………...44-48
3.5.1 La Potestad Sancionadora Administrativa………………………48-49
3.5.2 El Dolo y la Culpa en el Derecho Sancionador…………………49-50
3.5.2 El Principio de Personalidad de las Sanciones…………………50-51
3.5.3 La Garantía de Razonabilidad o Justicia…………………………….51
3.5.4 Los actos administrativos impugnables …………………………52-53
3.5.5 Sanciones a los Consorcios en la etapa de selección……………..53
3.5.6 Sanciones a los Consorcios en la etapa de ejecución
contractual…………………………………………………………………..54-56

vii
CAPITULO IV
PRINCIPIOS Y DERECHOS LESIONADOS…………………………….....57
4.1 El Principio de Culpabilidad…………………………………………...57
4.1.1 La Proporcionalidad………………………………………………..57-58
4.1.2 El Principio de Moralidad………………………………………..........58
4.1.3 El Principio del Debido Procedimiento Adjetivo…………………58-59
4.2 El Principio de Causalidad………………………………………...59-61
4.3 El Principio de Legalidad en el ámbito administrativo……………...61
4.3.1 La vinculación positiva………………………………………….....61-62
4.3.2 El Principio de Legalidad para atribuir competencia
sancionadora……………………………………………………………….62-64
4.4 El Derecho a la Igualdad frente a la Ley…………………………64-65
4.5 La Libertad de Contratación………………………………………65-66
4.6 La Autonomía de la Voluntad……………………………………..66-67
4.6.1 La Autonomía en el Consorcio…………………………………….....67
4.7 El Principio de Presunción de Licitud, Inocencia o Corrección..68-69
CAPITULO V
DERECHO COMPARADO……………………………………………………70
5.1 Colombia…………………………………………………………….70-71
5.2 España………………………………………………………….......71-72
5.3 Argentina…………………………………………………………….72-74
CONCLUSIONES………………………………………………………….75-76
RECOMENDACIONES………………………………………………………..77
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA…………………………………………78-80
ANEXOS……………………………………………………………………..81
ANEXO 1……………………………………………………………………81-82
ANEXO 2……………………………………………………………………83-84
ANEXO 3………………………………………………………………………..85

viii
I.- INTRODUCCIÓN
1.- Antecedentes y Justificación del Problema:

1.1 Realidad Problemática:


De conformidad con el Art. 445 de la Ley General de Sociedades, el
Consorcio es el contrato por el cual dos o más personas se asocian para
participar en forma activa y directa en un determinado negocio o empresa
con el propósito de obtener un beneficio económico, manteniendo cada
una su propia autonomía. En plasmación de dicha autonomía la
mencionada norma establece que corresponde a cada miembro del
consorcio realizar las actividades propias del consorcio que se le
encargan y aquéllas a que se ha comprometido.

Lo anterior refleja la naturaleza asociativa del Consorcio y al mismo


tiempo, la voluntad de los consorciados de alcanzar un beneficio,
asumiendo cada una las actividades que se le encargue en el contrato.
Asimismo, otra característica esencial del contrato de consorcio consiste
en que no genera ni constituye una persona jurídica, lo cual se
corresponde con la participación activa y directa de cada uno de los
contratantes y la vinculación directa de éstos con terceros.

Por otro lado, los artículos 447 y 448 de la Ley General de Sociedades
disponen que cada miembro del consorcio se vincula individualmente con
terceros en el desempeño de la actividad que le corresponde en el
consorcio, adquiriendo derechos y asumiendo obligaciones y
responsabilidades a título particular. Cuando el consorcio contrate con
terceros, la responsabilidad será solidaria entre los miembros del
consorcio en tanto así se haya pactado en el contrato o lo haya dispuesto
la ley. Ello es compatible con lo establecido en el segundo párrafo del Art.
36 del D. Leg. N° 1017, norma que prescribe: “Las partes del consorcio
responderán solidariamente ante la Entidad por todas las consecuencias
derivadas de su participación individual en el consorcio durante los
procesos de selección, o de su participación en conjunto en la ejecución

9
del contrato derivado de éste. Deberán designar un representante común
con poderes suficientes para ejercitar los derechos y cumplir las
obligaciones que se deriven de su calidad de postores y del contrato
hasta la liquidación del mismo”.

El referido corpus normativo reconoce por tanto, que la autonomía de los


consorciados constituye una regla que puede ser abdicada en tanto la
voluntad de los consorciados o la ley así lo determine.

Sin embargo, también encontramos de un lado las normas contenidas en


el artículo 145 del D.S.N° 184-2008-EF (Reglamento de la Ley de
Contrataciones del Estado), que establece: "los integrantes de un
consorcio responden solidariamente respecto de la no suscripción del
contrato y del incumplimiento del mismo, estando facultada la Entidad, en
dichos casos, para demandar a cualquiera de ellos por los daños y
perjuicios causados. El incumplimiento del contrato generará la imposición
de sanciones administrativas que se aplicarán a todos los integrantes del
consorcio, aun cuando se hayan individualizado las obligaciones y
precisado la participación de cada uno"; y del otro, la norma contenida en
el segundo párrafo del Art. 239 del mismo texto normativo, que establece:
“Las infracciones cometidas por un consorcio durante la ejecución del
contrato, se imputarán a todos los integrantes del mismo, aplicándose a
cada uno de ellos la sanción que le corresponda”.

A nuestro entender las referidas normas destruyen la autonomía de los


consorciados y desconocen arbitrariamente el rasgo del consorcio de no
haber generado una persona jurídica. Las citadas normas de forma
indiscriminada imponen a los consorciados la misma sanción a pesar de
reconocerse que puede ocurrir perfectamente que uno de los
consorciados haya incumplido la parte que le corresponde. La solidaridad
está dispuesta para garantizar el cumplimiento del objeto del contrato que
busca alcanzar la Administración Pública y en relación a ello la solidaridad

10
aparece como una medida preventiva idónea y justa. Sin embargo, la
aplicación del derecho administrativo sancionador a un consorciado que
no ha cometido negligencia ni incumplido ninguna de las prestaciones a
su cargo, aparece a todas luces como un exceso, más aún si en el
contexto de un procedimiento administrativo sancionador es
perfectamente posible la determinación del consorciado a quien le
correspondía originalmente el cumplimiento de la obligación.
Consideramos que al atribuirse una responsabilidad a todos sus
miembros, se estaría contraviniendo el principio de autonomía de la
voluntad, libertad contractual, igualdad ante la ley, previstos en el Código
Civil y en la Constitución Política del Estado; y los principios de legalidad,
del debido procedimiento, de causalidad y de licitud previstos en la Ley N°
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.

La situación problemática anotada incide en la órbita patrimonial de los


consorciados injustamente afectados por un excesivo ejercicio del poder
administrativo sancionador, diluye los principios jurídicos mencionados
alrededor de los cuales se estructura el consorcio y el proceso
administrativo sancionador, y vulnera también los principios
constitucionales referentes al debido proceso, presunción de inocencia e
igualdad frente a la ley.

De acuerdo con ello la solución no puede ser otra que la derogación de


las normas señaladas, derogatoria que al mismo tiempo que no pondría
en peligro alguno a los intereses de la Administración Pública, tendría la
virtud de remediar la situación injusta y excesiva que en nombre de la
defensa de los intereses de la Administración Pública, en realidad
destruye principios y normas imprescindibles en la vigencia del Estado
Democrático y Social de Derecho.

Consideramos que nuestra investigación descansa en las siguientes


justificaciones:

11
1.- De orden práctico.- Nuestra investigación permitirá a los
consorciados afectados por el excesivo ejercicio del derecho
administrativo sancionador, preservar su patrimonio y su órbita de
derechos, la misma que no tiene porqué verse disminuida
indebidamente. Por tanto, incidirá en el quehacer jurídico vinculado
al problema materia de nuestra investigación.

2.- De orden teórico.- Nuestra investigación pretende rescatar el


aporte de los estudiosos del derecho para analizar la naturaleza del
consorcio y la coherencia, legalidad y razonabilidad del
procedimiento administrativo sancionador en el caso particular de la
responsabilidad de los integrantes del Consorcio.

2.- Aspecto Metodológico:


La metodología empleada es de tipo aplicativa basada en una
investigación cualitativa y ha consistido en analizar la institución de la
Responsabilidad de los Miembros del Consorcio en la Ejecución de los
Contratos suscritos con el Estado desde un desarrollo legislativo,
doctrinario y jurisprudencial, teniendo en cuenta las resoluciones
seleccionadas del órgano administrativo competente. Este análisis nos ha
permitido tener una visión integral del desarrollo de la institución así como
determinar los problemas que se presentan al momento de establecer las
sanciones que individualmente les pudieran corresponder a los
integrantes del Consorcio y del mismo modo proponer alternativas
legislativas que permitan mejorar el tratamiento de la mencionada
institución en beneficio de la justicia y de los justiciables.

3.- Planeamiento del Problema:


¿De qué manera el Decreto Legislativo N° 1017 y su Reglamento, el D.S.
N° 184-2008-EF, limitan la vigencia del Principio Igualdad ante la Ley,
prevista en la Constitución Política del Estado, de la Autonomía de la
Voluntad y la Libertad Contractual previstas en la Ley General de

12
Sociedades y el Código Civil, y de Legalidad, Debido Procedimiento,
Causalidad y de Licitud previstos en la Ley N° 27444?

4.- Hipótesis:
El Decreto Legislativo N° 1017 y su Reglamento, el D.S. N° 184-2008-EF
atentan contra el Principios de Igualdad ante la Ley previsto en la
Constitución Política del Estado, de la Autonomía de la Voluntad y la
Libertad Contractual previstos en el Código Civil, y de Legalidad, Debido
Procedimiento, Causalidad y de Licitud previstos en la Ley N° 27444.

5.- Objetivos:
5.1. Generales:
- Determinar cuál es la naturaleza jurídica del Consocio.
- Determinar de qué manera el Decreto Legislativo N° 1017 y su
Reglamento el D.S. N° 184-2008-EF establecen un procedimiento
sancionador arbitrario y contrario al principio del Estado Democrático y
Social de Derecho.

5.2 Específicos:
- Determinar de qué manera Ley General de Sociedades reconoce el
Principio de la Autonomía de la Voluntad y la Libertad Contractual en la
constitución del Consorcio.
- Establecer si el Decreto Legislativo N° 1017 y su Reglamento, el D.S.
N° 184-2008-EF, están vulnerando el Principio de la Autonomía de la
Voluntad y la Libertad Contractual previstas en el Código Civil, al
establecer la imposición de sanciones administrativas a todos los
miembros del Consorcio a pesar que alguno de ellos hubieran actuado
con diligencia y respeto a la ley.
- Determinar si el Decreto Legislativo N° 1017 y su Reglamento, el D.S.
N° 184-2008-EF, están atentando contra el Principio de Legalidad,
Debido Procedimiento, Causalidad y Licitud establecidos en la Ley N°
27444 al establecer la responsabilidad de todos los miembros del

13
Consorcio a pesar que previamente se haya establecido las
obligaciones y la participación de cada uno de sus integrantes.

14
II.- MARCO TEÓRICO
CAPITULO I

EL CONSORCIO

1.1 El Contrato de Asociación en Participación:


La actuación conjunto de las empresas no siempre genera una
organización, y en realidad, solo en un caso origina la aparición de una
persona jurídica. Por ello es que la cooperación puede ser de diverso
grado y finalidad. Por ejemplo:
- Un acuerdo de cooperación para compartir información de estudios
de mercado.
- Una actuación conjunta para comprar juntos, vender juntos,
generando entonces una economía de escala que reduce costos y
mejora la oferta.

- Una empresa participa en los negocios de otra, celebrando


contratos parciales o en participación asociativa, existiendo una
empresa gestora, que explota un área determinada y otra que le
ayuda tecnológica o financieramente.

- Las empresas se asocian parcialmente, constituyendo una


agrupación de colaboración empresarial, para disminuir costos,
instalar un área de investigación, profesionalizar una administración
conjunta o hacer más eficiente la distribución.

- Para lograr una vinculación para participar conjuntamente en una


licitación o concurso público. En este caso para alcanzar objetivos
de mayor duración, las empresas pueden constituir una nueva
sociedad controlada por ambas o fusionarse, con lo cual se ingresa
a una colaboración societaria y se sale del ámbito de los contratos
asociativos.

1.2 Los Contratos Asociativos:

15
1.2.1 Finalidad:
De acuerdo al rol económico de los contratos, en doctrina se clasifica a
los mismos en contratos de cambio, cuya finalidad es la circulación de la
riqueza, los contratos de colaboración, para facilitar la obtención de un fin
determinado mediante la participación en una actividad, contratos
asociativos, para formar una comunidad de contratantes, unidos por los
mismos fines (como ocurre en los contratos de sociedad, de asociación,
de sindicación de acciones y de asociación en participación), etc.1

Los contratos de colaboración se diferencian de los contratos asociativos,


en que en el primer caso uno de los contratantes es el que persigue un fin
y el otro ayuda a obtener el fin requerido por el primero, mientras que en
los contratos asociativos el interés de los contratantes de alcanzar la
finalidad común, es el principal interés para todos ellos. Asimismo, se
destaca que dichas categorías de contratos lejos de ser incompatibles,
son complementarias. Los contratos asociativos necesariamente son
contratos de colaboración, porque en los contratos de colaboración existe
una función de cooperación de una parte hacia la otra para alcanzar el fin
que ha determinado la celebración del negocio y cuyo fin puede ser una
gestión, un resultado a lograr o una utilidad a ser generada. Mientras, en
los contratos asociativos implican un interés de las partes en conseguir
una finalidad común, y ello es lo que los lleva a vincularse jurídicamente.

Al mismo tiempo, se reconoce que existen formas de colaboración


empresarial que no necesariamente se realizan mediante contratos
asociativos, pero al haber en ambas modalidades un fin común esencial
para los contratantes, hace que ambas figuras se encuentren en relación
de género a especie.

1
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Tomo I. p. 246 y ss.

16
1.2.2 Concepto:
El articulo 438 de la ley peruana define como contrato asociativo a aquel
que crea y regula las relaciones de participación e integración en
negocios o empresas determinadas, en interés común de los
intervinientes, sin que el contrato de lugar al nacimiento de una persona
jurídica. En la doctrina especializada se destaca e que el contrato
asociativo es un género contractual que contiene diversos tipos
contractuales, los cuales tienen en común la colaboración entre las partes
que intervienen, lo cual facilita la participación e integración en negocios o
empresas2.
En la ley peruana el contrato asociativo tiene las siguientes
características:

a. Se trata de un contrato cuyo objetivo principal es el crear y regular


relaciones de participación en empresas o negocios.
b. Los intervinientes pueden ser personas naturales o jurídicas, que
cuentan con un interés común que los unifica.
c. Las relaciones que se establecen deben estar necesariamente
referidas a negocios o empresas determinadas.
d. No dan lugar a la formación de personas jurídicas.
e. No se encuentran sujetas a inscripción registral y la única
formalidad exigida para su validez es que consten por escrito.
f. Las partes se encuentran obligadas a efectuar las contribuciones
en dinero, bienes o servicios establecidos en el contrato.
g. Si no existe un acuerdo respecto al monto de la contribución, las
partes están obligadas a efectuar las que sean necesarias para la
realización del negocio, en proporción a su participación en las
utilidades.

2
BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo. Comentarios a la Ley General de Sociedades. Lima,
Gaceta Jurídica, 2005. p. 921.

17
h. En la ley peruana dan lugar los contratos asociativos, a dos
contratos nominados y típicos, como son el contrato de asociación
en participación y el de consorcio3.

1.2.3 Administración de bienes:


En cuanto al aspecto material de la entrega de los bienes, se emplea el
término “contribución”, y no aportes, porque precisamente, no existe en
este caso una transferencia de propiedad sobre los bienes que los
contratantes se obligan a asignar o entregar al negocio o empresa. En la
asociación en participación no resulta ser obligatorio que los bienes que
proporcionan los asociados, pasen a propiedad del asociante4.

Asimismo, de acuerdo al artículo 439, las contribuciones deben realizarse


dejando a entera voluntad de las partes. Si no hubiera una estipulación
clara respecto a ello, rigen para los contratos asociativos las normas
aplicables a los aportes a los que se comprometen los socios de las
sociedades reguladas pro la LGS. Por tanto, se regularan con
disposiciones destinadas a normar las vicisitudes de las sociedades que
cuentan con personalidad jurídica. La doctrina ha señalado la
incongruencia respecto a que los contratos asociativos, que no generan
personalidad jurídica, sean regulados por una LGS5.
En términos específicos, dos son los tipos de contratos asociativos que
regula la LGS:

1.- El contrato de asociación en participación, y


2.- El contrato de consorcio.

3
ELIAS LAROZA, Enrique. Ley general de Sociedades comentada. Trujillo, Editora normas
legales. Fascículo noveno. p. 891.
4
ELIAS LAROZA, Enrique. Ob. Cit. p. 892.
5
BENITES MENDOZA, César. Contrato de asociación en participación. p. 1363.

18
1.3 El Contrato de Consorcio:
1.3.1 Definición:
Ley General de Sociedades reconoce la figura del consorcio del siguiente
modo:
Artículo 445.- Contrato de consorcio
Es el contrato por el cual dos o mas personas se asocian para participar
en forma activa y directa en un determinado negocio o empresa con el
propósito de obtener un beneficio económico, manteniendo cada una su
propia autonomía.

Corresponde a cada miembro del consorcio realizar las actividades


propias del consorcio que se le encargan y aquellas a que se ha
comprometido. Al hacerlo, debe coordinar con los otros miembros del
consorcio conforme a los procedimientos y mecanismos previstos en el
contrato6.

La doctrina define al Consorcio como un contrato por el cual dos o más


personas se asocian para participar en forma activa y directa en un
determinado negocio o empresa, con el propósito de lograr un beneficio
económico, manteniendo cada uno su propia autonomía 7. Cada miembro
se compromete entonces, a efectuar las actividades que se le encarguen
o a las que se haya comprometido. Asimismo, los supuestos en los cuales
el contrato de consorcio se extingue son los siguientes: por el
cumplimiento de su objeto o finalidad del consorcio; por una imposibilidad
física sobrevenida; por una extinción del plazo y si no hubiera vinculación
con terceros; por muerte, disolución o quiebra de algún consorciado
valorado como relevante; por reducción a 1 del número de consorciados y
por acuerdo de partes8.

6
CHANDUVÍ CORNEJO, Víctor Hugo, Derecho Societario Peruano, Legislación y Modelos,
Editorial Fecaat, 2012, p. 459.
7
ELIAS LAROZA, Enrique. Ob. Cit. p. 954.
8
BENITES MENDOZA, César. Ob. Cit. p. 1404.

19
El consorcio en el ámbito administrativo es regulado en el artículo 36 de la
Ley de Contrataciones del Estado (en adelante la LCE) y los artículos 145
y 239 del Reglamento de la indicada Ley (en adelante el RLCE) y por la
Directiva N° 016-2012-OSCE/CD. En el ámbito Comercial el artículo 445
de la Ley General de Sociedades establece que el consorcio es un
contrato por el cual dos o más personas se asocian para participar en
forma activa y directa en un negocio o empresa con la finalidad de
alcanzar un beneficio económico y manteniendo cada una su propia
autonomía.

1.3.2 La Naturaleza Jurídica del Consorcio:


La naturaleza jurídica del Consorcio fluye de los artículos 445 a 448 de la
LGS, de la definición genérica de los contratos asociativos establecida en
el artículo 438 y de las opiniones doctrinarias 9. En base a ello podemos
sostener que la naturaleza jurídica del Consorcio tiene los siguientes
alcances:
a. Se trata de un contrato asociativo, nominado y típico.
b. Regula las relaciones de participación o integración en uno o más
negocios o empresas que emprenden, en conjunto, los
consorciados, en interés común de todos ellos.
c. No se encuentra sujeto a otra formalidad que la de constar por
escrito.
d. No origina la creación o nacimiento de una persona jurídica. Por
tanto, no tiene una denominación social ni razón social.
e. Manteniendo su autonomía, todos los consorciados participan en
forma activa y directa en los negocios o empresas materia del
consorcio. Por tanto, cada miembro del consorcio debe efectuar las
operaciones que el contrato le hubiera impuesto.
f. Cada consorciado debe coordinar la actividad a su cargo con la de
los demás, de acuerdo a los procedimientos y mecanismos del
contrato de consorcio.

9
ELIAS LAROZA, Enrique. Ob. Cit. pp. 954-955.

20
g. Los bienes que se asignen a los negocios o empresas del
consorcio permanecen en propiedad de cada miembro.
h. Cada miembro del consorcio adquiere derechos y obligaciones a
titulo particular, al realizar operaciones del consorcio con terceros.
i. La ley regula los casos en que procede la responsabilidad solidaria
de los miembros del consorcio frente a los terceros que contraten
con éste.
j. El contrato establece los sistemas de participación de los
miembros, en las utilidades y en las pérdidas del consorcio.
k. Se trata de un contrato sujeto a plazo, determinado o determinable.
Por tanto, dicho plazo puede pactarse expresamente o se puede
deducir del objeto del contrato.
l. Se trata de un contrato cuyas principales cláusulas se encuentran
libradas a la autonomía de la voluntad: por ejemplo, la toma de
decisiones, los poderes y actividades de cada consorciado, el
régimen de distribución de utilidades, la asunción de pérdidas, las
responsabilidades entre los socios y frente a terceros, y el objeto
del consorcio.

Por su parte la Directiva N° 016-2012-OSCE/CD establece los elementos


mínimos de la promesa formal del consorcio, la cual debe ser suscrita por
cada uno de sus integrantes o representantes legales, debiendo contener
necesariamente la siguiente información10:

a. La identificación de los integrantes del consorcio.- Se debe


mencionar el nombre completo o la denominación o razón social de
los integrantes del consorcio.

b. La designación del representante común del consorcio.- El


representante tiene facultades para actuar en nombre y
representación del consorcio en todos los actos referidos al

10
SANTOS ORCÓN, Nilton César. Responsabilidad del consorcio en su conjunto. En: Revista
Jurídica del Perú. Lima: Gaceta Jurídica. Tomo 144. Febrero 2013.Ob. Cit. pp. 81-82.

21
proceso de selección, suscripción y ejecución del contrato, con
poderes suficientes para ejercitar los derechos y cumplir las
obligaciones que se deriven de su calidad de postor y de
contratista.

c. El domicilio común del consorcio.- Se trata del lugar al que se


dirigirán las comunicaciones remitidas por la Entidad al consorcio.

d. Las obligaciones que correspondan a cada uno de los integrantes.-


Cada integrante del consorcio debe precisar las obligaciones que
asume en la ejecución del objeto de la convocatoria. En el caso de
procesos convocados bajo alguna de las modalidades de ejecución
contractual los consorciados deben identificar quien asume las
obligaciones referidas a la ejecución de obras y a la elaboración del
expediente técnico, según el caso.

e. El porcentaje de las obligaciones de cada uno de los integrantes.-


Los consorciados deben valorizar sus obligaciones, estén o no
referidas al objeto de la contratación y a consecuencia de ello
indicarán el porcentaje que representa dicha valoración respecto
del monto de la propuesta económica.

1.3.3 La Propiedad de los Bienes del Consorcio:


Ley General de Sociedades trae la siguiente norma:
“Artículo 446.- Afectación de bienes
Los bienes que los miembros del consorcio afecten al cumplimiento de la
actividad a que se han comprometido, continúan siendo de propiedad
exclusiva de éstos. La adquisición conjunta de determinados bienes se
regula por las reglas de la copropiedad.”

Por tanto, de acuerdo con ello el artículo 446 de la LGS establece el


siguiente régimen:

22
a. Los bienes -durante el plazo del consorcio- continúan siendo de
propiedad particular de cada consorciado.

b. La adquisición conjunta de bienes se sujeta a las reglas sobre la


copropiedad.

El régimen de bienes de los consorciados confirma la autonomía e


independencia patrimonial entre ellos. No se genera una persona jurídica
con patrimonio distinto al de los consorciados e incluso si llegara a
generarse un patrimonio común, ello no significa generar una persona
jurídica sino una situación de copropiedad.

1.3.4 La Relación con Terceros y la Participación:


Ley General de Sociedades ha definido las relaciones de los consorciados
con los terceros:

“Artículo 447.- Relación con terceros y responsabilidades.


Cada miembro del consorcio se vincula individualmente con terceros en el
desempeño de la actividad que le corresponde en el consorcio,
adquiriendo derechos y asumiendo obligaciones y responsabilidades a
título particular.
Cuando el consorcio contrate con terceros, la responsabilidad será
solidaria entre los miembros del consorcio sólo si así se pacta en el
contrato o lo dispone la ley.”

De acuerdo con ello la regla natural del consorcio es que todos los
consorciados asumen la obligación de realizar las actividades del
consorcio que se hubieran encomendado a cada uno o que hubiesen sido
asumidas por cada uno en el contrato. Ello demanda una relación y
coordinación permanente entre todos los consorciados y los terceros, lo
cual da lugar a un diferente sistema de determinación de las
responsabilidades de los primeros frente a los segundos.

23
Asimismo, se reconoce que la regla general en materia de
responsabilidad no es la solidaridad. El artículo 447 establece que cada
integrante del consorcio se vincula individualmente con los terceros como
resultado de las actividades que cada uno de ellos realiza en el consorcio.
Por tanto cada uno asume los derechos y obligaciones a titulo individual.
Ello es consecuencia de que cada consorciado debe llevar a cabo las
actividades del consorcio que se hubieran pactado en el contrato.

Sin embargo, lo anterior no significa que los logros individuales de cada


consorciado, le pertenezcan íntegramente. Salvo pacto en contrario,
dichos beneficios pertenecen a cada consorciado aun cuando la
obligación asumida por el tercero corresponda al consorciado que haya
celebrado dicho convenio. Al mismo tiempo el artículo 447 admite la
responsabilidad solidaria de los consorciados en los contratos con
terceros. Ello se da cuando se haya pactado en el contrato de consorcio o
cuando la ley lo establezca. Es decir, el rasgo de la autonomía e
independencia de los consorciados puede ser dejado de lado por acuerdo
en tal sentido o cuando la ley así lo determine.

En lo relativo a los sistemas de participación en el resultado del


Consorcio, tenemos lo siguiente:

“Artículo 448.- Sistemas de participación-

El contrato deberá establecer el régimen y los sistemas de participación


en los resultados del consorcio; de no hacerlo, se entenderá que es en
partes iguales.”

De acuerdo a la redacción, el artículo 448 deja a la autonomía de la


voluntad la determinación de los sistemas y el régimen de distribución de
las utilidades y de la asunción de las pérdidas del consorcio. Es decir, se
establece una regla supletoria, según la cual, a falta de normas
contractuales, dicha distribución debe ser en partes iguales11.

11
ELIAS LAROZA, Enrique. Ob. Cit. p. 957.

24
1.3.5 Las Cláusulas en el Contrato de Consorcio:
La doctrina especializada12 ha señalado que el contrato de Consorcio
debe tener las siguientes cláusulas:
- Objeto: se debe delimitar el fin del consorcio, lo cual delimita
entonces las atribuciones de los administradores.

- La duración del contrato: en el derecho peruano no hay un límite en


el tiempo. Si el contrato no establece un tiempo de duración debe
entenderse que el plazo es el mismo que el necesario para que se
cumpla el objeto.

- La designación del administrador con indicación de las atribuciones


y poderes del mismo.

- La determinación del régimen de los órganos que gobernarán el


consorcio.

- El domicilio en el que se remitirán las comunicaciones al consorcio.


Asimismo, la designación del domicilio de los consorciados.

- La determinación de los aportes o contribuciones como lo prefiere


la ley, con indicación de su forma y oportunidad de entrega a que
se obliga cada consorciado. Dichas contribuciones pueden ser en
dinero, bienes o servicios.

- Las causales de resolución parcial (la exclusión de un


consorciado), así como la resolución total del consorcio.

- Los requisitos de incorporación de nuevos consorciados.

- La participación que cada consorciado debe tener en las


actividades comunes y en los resultados.

- Los mecanismos para la solución de conflictos extrajudiciales y la


cláusula arbitral.

12
GUTIERREZ CAMACHO, Walter. El contrato de consorcio. Pág. 1400.

25
- La forma y oportunidad en que deben someterse a la aprobación de
los consorciados la gestión realizada por el administrador del
consorcio.

26
CAPITULO II

LA CONTRATACIÓN ESTATAL

2.1 El Contrato Público:


Genéricamente puede afirmarse que contrato público o administrativo es
toda declaración bilateral o de voluntad común, productora de efectos
jurídicos entre dos personas, una de las cuales está en ejercicio de la
función administrativa13. Dicha conceptualización tiene las siguientes
connotaciones14:
- Declaración de voluntad común.- En tanto se requiere de la
voluntad concurrente del Estado (por lo general manifestada a
través de un órgano o ente estatal) en ejercicio de función
administrativa de un lado, y del otro a un sujeto particular u otro
ente público (que puede ser estatal o no estatal). Se trata de un
acto bilateral en tanto emana de la coincidencia de voluntades de
las partes.

- Generadora de efectos jurídicos.- El contrato establece atribuciones


y obligaciones de modo recíproco, con efectos propios directos e
inmediatos y de manera individual para cada una de las partes.

- Entre un ente estatal o no estatal en ejercicio de función


administrativa.- Los órganos o entes estatales que intervienen
pueden corresponder a la Administración central o a entes
descentralizados. También pueden celebrar contratos
administrativos los entes públicos no estatales y los entes privados
que ejercen técnicamente la función administrativa por delegación
estatal.

13
DROMI, Roberto. Derecho Administrativo. Buenos Aires: Ediciones Ciudad Argentina, 1996.
5ª Ed. p. 307.
14
Ibidem.

27
- Y un sujeto particular u otro ente público.- El contratista puede ser
un particular (persona física o jurídica) u otro ente público (estatal o
no estatal).

En términos más específicos el contrato Administrativo ha sido


conceptualizado del siguiente modo:

“La convención que crea derechos y obligaciones para el


Estado como persona de derecho público con otra persona
pública o privada, es un fin público y es un contrato de
Derecho Público”15

De ello puede asumirse que el contrato público tiene al Estado como uno
de los sujetos celebrantes (ya se trate de una organización, entidad,
institución o algún otro ente estatal) y que demanda la existencia de un fin
público a ser alcanzado. Basta la presencia de algún ente público o
administrativo como parte contratante y en ejercicio de una función
administrativa, para que podamos hablar de un contrato público.

2.1.1 Carácter público o privado del Contrato que celebra el Estado:


Existe la cuestión referente a porqué en algunos casos el Estado celebra
contratos civiles y en otros, contratos administrativos. Al respecto, se
afirma que la razón de ello se encuentra en que en ciertos casos el
Estado celebra acuerdos que no se vinculan necesariamente con el
cumplimiento de sus atribuciones y cuando la satisfacción de las
necesidades colectivas no se perjudica porque en dichos casos el Estado
no haga uso de los medios que le autoriza su régimen especial. En
cambio, cuando el objeto o finalidad del contrato se encuentra vinculado
al cumplimiento de las atribuciones estatales de forma que la satisfacción

15
BIELSA, citado por: CERVANTES ANAYA, Dante. Manual de Derecho Administrativo. Lima:
Editorial Rodhas, 2000. p. 240.

28
de las necesidades colectivas no sea indiferente a la forma de ejecución
de las obligaciones contractuales, entonces estaremos en el dominio del
contrato administrativo16.

En otras palabras, son las necesidades de concretar los fines estatales lo


que define el carácter de público al contrato administrativo y lo que
justifica la implementación de un conjunto particular de reglas especiales
o adaptaciones que formulan las leyes respectivas en materia de
contratación. De no existir el reconocimiento e identificación del Estado
como representación de la comunidad nacional, el conjunto de contratos
se regiría por las reglas del Derecho Privado apareciendo el Estado como
una corporación más del conjunto social.

2.1.2 La seleccionabilidad:
La seleccionabilidad en materia del contrato público refleja la
especialización que en orden al interés público, debe poseer el sujeto que
contrate con el Estado. La determinación de un objeto a lograr conlleva la
necesidad de concretar de modo especial dicho objeto y en orden a ello
es que se elige a la parte contratante cuyas características manifiestan la
aptitud para que dicho objeto sea alcanzado. Así, mientras que en la
contratación privada el contratante es elegido en aplicación de las reglas
del mercado o por razones particulares que considere la parte que
requiere una prestación, en la contratación administrativa lo relevante es
que el contrato debe tener carácter personal con respecto al contratante y
con respecto al objeto contratado. Ello encuentra su respaldo en la
moralidad administrativa y la administración de los intereses públicos, que
distinguen una responsabilidad que no es posible con las reglas del libre
mercado17. No se trata entonces de un mero incumplimiento de

16
FRAGA, Gabino. Derecho Administrativo. México: Editorial Porrúa, 1994. 33ª Ed. p. 400.
17
FIORINI, Bartolomé A. Derecho Administrativo. Buenos Aires: Abeledo-Perrot, 1995. pp. 607-
608.

29
prestación, sino de la frustración de un objetivo esencial para la
Administración Pública, lo que debe ser sancionado.

Es así que la selección tiene relación directa con el conocimiento


personal, la actividad del contratante y la prestación que debe
convenirse18. Es por ello que el conjunto de requisitos y especificaciones
de que se rodea el contrato público, tiene como finalidad el asegurar que
las características del contratante son las idóneas y debidas de acuerdo al
objeto y según se especifique en las bases respectivas.

2.2 Elementos Esenciales del Contrato Administrativo:


Los elementos esenciales19 del contrato administrativo son:
a. Sujetos.- De un lado tenemos al Estado (representado por la
Entidad) y un sujeto particular.
b. El objeto.- Consiste en la consecuencia o efecto que se produce y
que se persigue al celebrar el contrato.

c. Causa.- Se trata del motivo determinante del acto en el que está


presente el interés público.

d. Finalidad.- Se dirige concretamente a lo que se quiere con el


contrato.

e. Forma.- Por lo general consiste en una forma solemne.

f. Moral.- Este elemento es indispensable, pues impide la


propagación de diversos ilícitos en agravio de la Administración
Pública.

De acuerdo a los elementos esenciales presentes en el contrato


administrativo, es posible concluir que dichos elementos son
perfectamente compatibles o concurrentes con la modalidad contractual

18
Ibid. p. 608.
19
CERVANTES ANAYA, Dante. Ob. Cit. p. 241.

30
específica del Consorcio y a presencia del elemento moral garantiza para
los participantes del negocio la preservación del rasgo sinalagmático y
proporcional que debe existir en relación a las prestaciones a cargo de las
partes sin olvidar que la situación especial de la Administración Pública
como realizadora de fines colectivos demanda la configuración o
establecimiento de ciertas medidas o cláusulas excepcionales para
garantizar el éxito en dicho rol.

2.3 Características de la Contratación Administrativa:


La doctrina ha señalado que la contratación administrativa tiene las
siguientes características20:
a. Se presenta una voluntad de desigual naturaleza. Una se
encuentra subordinada a la otra (la voluntad de los particulares está
subordinada a la voluntad estatal).

b. Proposición por parte del Estado del objeto, condiciones y otras


modalidades del negocio jurídico que el particular puede aceptar o
no, pues no se trata de un acto de imposición.

c. La relación Estado-Particular en lo contractual, no es comercial,


puesto que el objeto del contrato no puede dejar de ser una cosa
pública.

d. La regulación jurídica contractual posee al mismo tiempo aspectos


relativos al derecho privado y al derecho público.

e. La voluntad del Estado –que debe realizar el interés general- se


origina, realiza y perfecciona mediante un complejo sistema legal
obligatorio bajo responsabilidad de los gestores, mientras que en el
caso del particular, la misma surge con objetivos contrapuestos y
su responsabilidad no alcanza a la sociedad.

20
Ibid. p. 242.

31
Es por la diferente naturaleza de las partes contratantes que una de ellas
(La Administración) se encuentra en posibilidades de formular ciertos
requisitos o modalidades que la otra parte puede aceptar. Asimismo, por
su naturaleza es imposible caracterizar al contrato administrativo como
una modalidad de la contratación privada. En tanto es identificable con el
interés general los esquemas contractuales provenientes del derecho
privado sufren un proceso de adaptación en el ámbito de la contratación
administrativa, lo cual implica un desgajamiento de alguna de sus
particularidades, pero sin que ello llegue a configurar un orbe arbitrario o
carente de límites.

2.4 Etapas en la Contratación Administrativa:


En la contratación administrativa son identificables las siguientes etapas:
1. La autorización a la Administración Pública para contratar.
La autorización para contratar significa que previamente debe identificarse
una necesidad a ser encarada con la consiguiente orden de encarar dicha
situación. La autorización se refiere a la realización de una actividad
mediante la cual la Administración Pública va a plasmar el rol que le ha
sido encargado: la realización del interés general.

2. La determinación del presupuesto y el objeto que deberá


contratarse.

La realización del contrato público requiere de una previa determinación


del presupuesto y del objeto a ser contratado. Ello refleja el grado
altamente racional, sistemático, complejo y predeterminado en el que se
desenvuelve el íter contractual estatal.

3. Elección del contratante específico mediante un proceso complejo.


Sólo de modo excepcional es por elección directa.

La complejidad del proceso de elección del contratante refleja el carácter


personalísimo y el particular interés en que la prestación a cargo del
contratante tenga ciertas características consideradas esenciales en

32
relación al objetivo del bien común e interés general. Eso es lo que se
denomina el rasgo de seleccionabilidad.

4. La adjudicación y aprobación del contrato.

Importa la determinación de la propuesta ganadora luego de la evaluación


técnica y económica, luego de lo cual corresponderá celebrarse el
contrato por escrito y se ajustará a la proforma incluida en las Bases con
las modificaciones aprobadas por la Entidad durante el proceso de
selección.

5. La suscripción formal del contrato.

La celebración del contrato público se encuentra rodeado de los


requisitos, presupuestos y garantías cuya finalidad es fomentar que el
Estado alcance sus logros mediante la celebración del respectivo contrato
público. Asimismo, la suscripción aparece como la culminación de la
previa etapa en la cual se ha evaluado la conveniencia, idoneidad y
aptitud de los postores de modo tal que únicamente se suscribirá el
contrato con aquel que alcance la mejor propuesta en orden a la calidad y
los costos respectivos, evaluación a la que no es ajena la experiencia y
versación en la materia.

6. La ejecución del contrato.

Esta etapa es la más importante pues constituye la plasmación de la


previa actividad negocial y administrativa. El Estado alcance sus fines y
los particulares alcanzan la contraprestación pactada. Por lo general se
acostumbra que en la contratación pública se establezcan ciertas
garantías a favor de la Administración Pública, siendo impensable que
haya garantías a favor del contratante privado.

33
CAPITULO III

ANÁLISIS DE LA PROBLEMÁTICA

3.1 Las Reglas de la Responsabilidad Contractual:


3.1.1 La Responsabilidad Civil:
La doctrina especializada ha delimitado el concepto de la Responsabilidad
Civil del siguiente modo:

“La Responsabilidad Civil es la consecuencia jurídica en


virtud de la cual, quien se ha comportado de forma ilícita
debe indemnizar los daños producidos a terceros” 21

Es así que la Responsabilidad Civil se fundamenta en la existencia de una


situación de incumplimiento contractual (inejecución de obligaciones) o en
la generación de un daño (responsabilidad extracontractual). La
Responsabilidad Civil consiste así, en la genérica afectación patrimonial
que debe experimentar el sujeto que ha incurrido en el incumplimiento de
la prestación o que ha generado un daño.

Sin embargo, en la diferenciación que debe efectuarse entre la


Responsabilidad Civil y la Administrativa, la doctrina ha señalado que en
el ámbito del Derecho Privado lo que prevalece es la autonomía de las
relaciones jurídico privadas22, y nosotros estamos de acuerdo con ello.

3.1.2 La Responsabilidad Administrativa:


La Responsabilidad Administrativa consiste en la restricción de la esfera
de derechos que experimenta el administrado que ha incurrido en un
supuesto de ilícito administrativo23, esto es la vulneración del conjunto de

21
TAMAYO JARAMILLO, Javier. Tratado de la Responsabilidad Civil. Bogotá: Legis, 2008.
Tomo I. p. 8.
22
STIGLITZ, Gabriel (Director). Responsabilidad del Estado y de los funcionarios públicos.
Buenos Aires: Rubinzal-Culzoni, 2003. p. 117.
23
GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo y FERNÁNDEZ RODRIGUEZ, Tomás-Ramón. Curso de
Derecho Administrativo. Madrid: Editorial Cívitas, 2001. 7ª Ed. p. 161.

34
normas, principios o disposiciones cuya finalidad es atender al bien
común que pretende alcanzar la Administración Pública.

“podemos definir a la sanción administrativa como cualquier


mal infringido por la Administración Pública a un
administrado como consecuencia de una conducta ilegal a
resultas de un procedimiento administrativo y con una
finalidad puramente represora”24

Ello puede determinar un conjunto de medidas que pueden desdoblarse


en las siguientes:

- La imposición de las respectivas cláusulas que sancionan el


incumplimiento de las prestaciones del contrato público.
- La imposición de una medida sancionatoria en ejercicio del ius
puniendi estatal, lo cual indefectiblemente incide en la esfera de
derechos del administrado.

El Estado actuando en el ámbito de la contratación pública es libre de


establecer ciertas reglas, lo cual plasma la adaptabilidad de los esquemas
contractuales provenientes del Derecho Civil y Comercial al ámbito de la
Administración Pública.

Sin embargo, en el ámbito del ius puniendi estatal, existen límites de


orden constitucional y legal que impiden que el Estado despliegue una
represión indiscriminada o excesiva.

En otras palabras: el Estado no puede en nombre del interés público ni de


la justicia, imponer medidas que violen principios y criterios inherentes a la
actividad administrativa ni mucho menos los correspondientes a los
derechos fundamentales y normas constitucionales. Así, la
responsabilidad civil plasma una igualdad entre las partes por la cual se
24
SANTOS ORCÓN, Nilton César. Ob. Cit. p. 80.

35
tratará la medida de una prestación que reemplace a la prestación
inejecutada mientras que en la responsabilidad administrativa la sanción
debe reflejar la afectación al interés general que la Administración pública
representa.

Podemos concluir entonces que la diferencia entre la responsabilidad Civil


y la Administrativa reside en que en ésta se lesiona el interés público
correspondiente al Derecho Público mientras que en la Responsabilidad
Civil lo que se afecta es esencialmente la autonomía de los sujetos
privados.

3.2 El Procedimiento Administrativo Sancionador:


3.2.1 La potestad punitiva o sancionadora del Estado Social y
Democrático de Derecho:
Desde su creación el Estado ha tenido en sus manos el ejercicio de un
poder de imposición como forma de asegurar la vigencia de sus normas y
en expresión de su soberanía y ius imperium. Dicha capacidad de
imponer y ejercer violencia es lo que se conoce como el “ius puniendi”
estatal.

La potestad sancionadora del Estado es única, a efectos de asegurar que


la imposición de sanciones a las personas como consecuencia de la
comisión de un delito o ilícito administrativo, se haga respetando los
límites o garantías sustantivas y procesales25. Es así que
contemporáneamente el ius puniendi estatal no constituye una potestad
discrecional o librada a la mera subjetividad de la Administración sino que
por el contrario, la potestad sancionadora del Estado se encuentra
delimitada por una serie de principios y garantías, las cuales constituyen
límites que preservan los derechos de los administrados y con ello, la
vigencia del Estado Social y Democrático de Derecho.

25
GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo y FERNÁNDEZ RODRIGUEZ, Tomás-Ramón. Ob. Cit.
pp. 165-167.

36
3.2.2 Características del Procedimiento Administrativo Sancionador:
El procedimiento Administrativo sancionador tiene las siguientes
características:
1. Es de carácter bilateral

El procedimiento administrativo sancionador en el ámbito de la


contratación pública constituye un procedimiento de carácter
bilateral. Ello implica que las entidades que denuncian supuestas
infracciones a la normativa no se constituyen en administrados, ya
que esta denominación está reservada expresamente a los
proveedores, participantes, postores, contratistas y expertos
independientes26.

2. Se desarrolla en el marco del debido procedimiento

La realización del procedimiento sancionador en el ámbito de las


contrataciones con el Estado debe realizar todas las actuaciones
necesarias para garantizar el respeto de los derechos del infractor.
Es así que en aplicación 242 en el RLCE, también se aplican al
procedimiento sancionador los principios de legalidad,
razonabilidad, tipicidad, irretroactividad, concurso de infracciones,
causalidad, etc27.

Ello confirma la naturaleza garantista del procedimiento


Administrativo sancionador.

3.2.3 Sujetos que pueden incurrir en infracción:


La doctrina ha identificado a los siguientes sujetos que pueden incurrir en
infracción administrativa28:

26
CAPCHA REYMUNDO, Olivia Blanca. Particularidades del procedimiento administrativo
sancionador en el ámbito de las contrataciones del Estado. En: Actualidad Jurídica. Lima: Gaceta
Jurídica. Tomo 127. Diciembre 2011. p. 225.
27
Ibidem.
28
Ibid. p. 227.

37
- Proveedor.- Se trata de la persona natural o jurídica que vende o
arrienda bienes, presta servicios generales o de consultoría, o
ejecuta obras. Debe estar inscrito en el Registro Nacional de
Proveedores y no estar inhabilitado para contratar con el Estado.

- Participante.- Es el proveedor que puede intervenir en un


determinado proceso de selección, por haberse registrado
conforme a las reglas establecidas en las bases.

- Postor.- Es la persona natural o jurídica legalmente capacitada que


participa en un proceso de selección desde el momento en que
presenta su propuesta o su sobre para la calificación previa, según
corresponda.

- Contratista.- Es el proveedor que celebra un contrato con una


entidad, de conformidad con las disposiciones de la LCE y su
respectivo Reglamento.

- Experto independiente.- Es la persona natural o jurídica con


conocimientos especializados en el objeto de contratación que
integra el Comité Especial.

- Árbitro.- Pueden ser sancionados cuando incumplen


injustificadamente con remitir el laudo correspondiente al OSCE
dentro del plazo establecido legalmente.

3.2.4 El Principio de Culpabilidad:


La jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha señalado en el caso
Marcelino Tineo Silva y más de 5,000 ciudadanos, que interpretar la
acción solo como objetiva viola el principio de culpabilidad que es
exigencia de una cláusula del Estado Constitucional de Derecho, un
principio constitucional implícito que limita la potestad punitiva o

38
sancionadora del Estado. No basta dañar o poner en peligro bienes
jurídicos. El principio “no hay pena sin dolo o culpa” exige que el autor
haya actuado con voluntad de afectarlos29.

De acuerdo con ello, el principio de culpabilidad es un límite al Derecho


Administrativo Sancionador. No es posible entonces configurar en el
Derecho Administrativo Sancionador una norma o interpretación que
desatienda los aspectos subjetivos y circunstancias particulares que
rodean al acto o supuesto objeto de sanción.

Asimismo, la Constitución Política 1993 prohíbe considerar que haya una


infracción administrativa puramente objetiva que no requiera para su
configuración además de elementos objetivos, elementos subjetivos. Es
por ello que el Tribunal Constitucional ha considerado que el principio de
culpabilidad es un principio básico del Derecho Sancionador que se aplica
también en el Derecho Administrativo Sancionador. Y si se admite que la
potestad sancionadora del Estado tiene un límite en el principio
constitucional de culpabilidad, entonces la responsabilidad objetiva está
proscrita en el Derecho Administrativo Sancionador por ser
inconstitucional30.

En consecuencia, el principio de culpabilidad exige que cualquier tribunal


administrativo considere lo siguiente en materia de potestad
sancionadora31:

“c. Principio de culpabilidad, que establece que la acción


sancionable debe ser imputada a título de dolo o culpa, lo
que importa la prohibición de la responsabilidad objetiva;
esto es, que solo se puede imponer una sanción si es que la

29
Exp. N° 010-2002-AI/TC.
30
Exp. Nª 010-2002-AI/TC.
31
Exp. Nª 1873-2009-PA/TC. F.j. 12.

39
conducta prohibida y su consecuencia están previstas
legalmente.

d. Principio de proporcionalidad de la sanción, esto es,


que la sanción que se imponga, debe corresponderse con la
conducta prohibida, de modo que están prohibidas las
medidas innecesarias o excesivas. Corresponde, pues, que
el órgano que aplica la sanción pondere la intencionalidad o
reiteración del acto así como los perjuicios causados.”

3.2.5 El Principio de Proporcionalidad en el Derecho Administrativo


Sancionador:
El principio de proporcionalidad es el que otorga el criterio bajo el cual el
desenvolvimiento de la Administración Pública debe guardar una
racionalidad o razonabilidad en relación al ejercicio de sus facultades:
“El concepto de proporcionalidad supone pues, (…)
proporción entre los medios utilizados y la finalidad
perseguida. En lo que al control de la potestad disciplinaria
se refiere, implica una necesaria correlación entre la
infracción cometida y la sanción a aplicar (…). En otras
palabras, el ejercicio de tal potestad debe ponderar las
circunstancias del caso, a fin de alcanzar una necesaria y
debida proporcionalidad entre los hechos atribuidos como
falta y la responsabilidad exigida (sanción aplicable)”32

Es así que en un sentido amplio el principio de proporcionalidad establece


que la intervención pública debe ser susceptible de alcanzar la finalidad
perseguida necesaria o imprescindible al no haber otra medida menos
restrictiva de la esfera de libertad de los ciudadanos. El ser proporcional
en sentido estricto significa que debe ser ponderada o equilibrada por

32
CRESCI VASALLO, Giancarlo. El principio de proporcionalidad en el Derecho Administrativo
sancionador según el Tribunal Constitucional. En: Gaceta Constitucional. Tomo 64. Abril 2013. p.
172.

40
derivarse de ella más beneficios o ventajas para el interés general que
perjuicios sobre otros bienes o derechos y libertades33.

Asimismo, el principio de proporcionalidad encuentra sustento en el


articulo 43 de la Constitución, que define al Estado peruano como Social y
Democrático de Derecho, así como en el valor justicia, en la medida en
que dicho principio se deriva de la cláusula del Estado de Derecho, no
solo implica una garantía de seguridad jurídica, sino también concretas
exigencias de justicia material34.

Desde la perspectiva del principio de proporcionalidad el ejercicio de la


potestad sancionadora administrativa debe encontrar una
correspondencia razonable entre el supuesto o evento que motiva su
intervención, y la sanción que va a imponer. Es tan irrazonable el tratar de
imponer una sanción a todas luces excesiva como el aplicar una sanción
a quien propiamente hablando, no aparece como merecedor de respuesta
punitiva. Ello implica que aunque la propia norma administrativa autorice
una respuesta en determinado sentido represor, si el tribunal
administrativo encuentra que en el caso concreto carece de sentido
imponer una medida sancionatoria frente a una actuación particular que
en estricto sentido no lo merece, entonces en respeto a la
proporcionalidad puede desde reducir la respuesta punitiva, hasta limitarla
únicamente a uno de los sujetos consorciales.

Podemos concluir afirmando que el procedimiento administrativo


sancionador no puede ir mas allá de los límites representados por los
principios de Culpabilidad y de Proporcionalidad.

33
Ibidem.
34
Ibid. p. 174.

41
3.3 La Autonomía en el Consorcio:
La autonomía como rasgo esencial del consorcio, puede sufrir
adaptaciones impuestas por el interés público, tal cual lo reconoce la
doctrina:

“La idea general de justicia y de equidad puede, en las


relaciones del contratante y de la Administración, implicar
consecuencias diferentes de las que el derecho privado ha
formulado para las relaciones de particular a particular; hay
un elemento esencial que el derecho privado no tiene en
cuenta; las necesidades del funcionamiento regular y
continuo del servicio público (las necesidades del
cumplimiento eficaz de las atribuciones del Estado)”35

Es por ello que desde la perspectiva del Derecho Privado la autonomía en


el consorcio constituye un rasgo característico en tanto manifiesta una
asociación de actividad entre los consorciados, cuya complementariedad
atiende únicamente al desarrollo del contrato que pretenden alcanzar y
cuya esfera de actuación –y consiguiente responsabilidad- es individual,
evitando así que cualquiera de las partes del consorcio asuman la
responsabilidad por hechos, eventos o incumplimientos adjudicables a la
otra parte.

Dicha autonomía consorcial, natural en el ámbito de las relaciones


privadas, cede el paso en el ámbito del derecho público, a la solidaridad,
pero la cual no es implantada de modo rígido, sino que constituye más
bien una adaptación en orden al carácter especial del contrato público:
alcanzar las necesidades del funcionamiento regular y continuo del
servicio público.

35
FRAGA, Gabino. Derecho Administrativo. México: Editorial Porrúa, 1994. 33ª Ed. p. 401.

42
Dicha necesidad es por tanto, razonable, legítima y justa. Pero, ello no es
aplicable al caso de la potestad sancionatoria del Estado, la cual
despliega el ius puniendi estatal el cual entonces no puede basarse en las
reglas del contrato público sino en los criterios y principios específicos de
la actividad sancionadora del Estado.

En conclusión, la autonomía propia del consorcio puede adaptarse a las


exigencias derivadas de la contratación en el ámbito administrativo y a
dichos efectos puede ceder el rasgo de la autonomía e incorporar las
modificaciones derivadas del ámbito del Derecho Público.

3.4 La Solidaridad Vs. La Responsabilidad Limitada:


La responsabilidad limitada es la regla propia del Consorcio en tanto
plasma la no configuración de una persona jurídica y la preservación de la
esfera contractual y patrimonial de los consorciados. (Ver ANEXO 1).

Según fluye de la legislación correspondiente al ámbito societario y


administrativo, es posible que la primigenia responsabilidad limitada del
Consorcio, ceda frente a las exigencias de la Administración Pública por
establecer reglas de solidaridad, las cuales se basan o se fundamentan
en el interés superior del rol que desempeña la Administración Pública en
relación al interés general. La responsabilidad limitada correspondiente al
interés privado manifestado en el Consorcio, puede abdicar dicho rasgo
en beneficio de la solidaridad que corresponde a la preservación de
realización de los fines estatales, los cuales a su vez se corresponden con
las necesidades de la comunidad política llamada nación.

En conclusión, la solidaridad se impone como una necesaria adaptación


de la autonomía privada en el contexto de la contratación pública. La
finalidad de ello es clara: la preservación de los intereses que busca
alcanzar la Administración Pública mediante la contratación, lo cual

43
aparece como un interés que puede imponerse al interés privado propio
del Consorcio.

3.5 Los artículos 145 y 239 del Reglamento de la Ley De


Contrataciones del Estado:
Del conjunto del articulado correspondiente en la Ley General de
Sociedades36 puede concluirse:
- En el Consorcio cada consorciado mantiene su autonomía.

- Cada consorciado tiene a su cargo actividades propias del


consorcio y aquellas otras a las cuales se ha comprometido
individualmente.

- No se genera una persona jurídica.

36
Ley 26887 (Ley General de Sociedades)

Artículo 445.- Contrato de Consorcio

Es el contrato por el cual dos o más personas se asocian para participar en forma activa y directa
en un determinado negocio o empresa con el propósito de obtener un beneficio económico,
manteniendo cada una su propia autonomía.

Corresponde a cada miembro del consorcio realizar las actividades propias del consorcio que se le
encargan y aquéllas a que se ha comprometido. Al hacerlo, debe coordinar con los otros miembros
del consorcio conforme a los procedimientos y mecanismos previstos en el contrato.

Artículo 446.- Afectación de bienes

Los bienes que los miembros del consorcio afecten al cumplimiento de la actividad a que se han
comprometido, continúan siendo de propiedad exclusiva de éstos. La adquisición conjunta de
determinados bienes se regula por las reglas de la copropiedad.

Artículo 447.- Relación con terceros y responsabilidades.

Cada miembro del consorcio se vincula individualmente con terceros en el desempeño de la


actividad que le corresponde en el consorcio, adquiriendo derechos y asumiendo obligaciones y
responsabilidades a título particular.

Cuando el consorcio contrate con terceros, la responsabilidad será solidaria entre los miembros del
consorcio sólo si así se pacta en el contrato o lo dispone la ley.

Artículo 448. Sistemas de participación.

El contrato deberá establecer el régimen y los sistemas de participación en los resultados del
consorcio; de no hacerlo, se entenderá que es en partes iguales.

44
- La ley puede pactar la solidaridad en el cumplimiento de las
obligaciones a cargo de los consorciados.

- Es necesario especificar el régimen y resultados de participación en


los resultados del consorcio, de no ser así se asume que es en
partes iguales.

De ello resulta que, para la Ley General de Sociedades la igualdad de la


participación de los consorciados se deriva de una omisión por parte de
los mismos de alguna regulación o determinación al respecto.

Ahora bien, respecto al articulado correspondiente a la Ley de


Contrataciones del Estado37 hallamos lo siguiente:

- En el primer párrafo del artículo 36 se reconoce que el Consorcio


no es una persona jurídica distinta a los postores consorciados.

- Se establece una responsabilidad solidaria de los consorciados en


dos supuestos:

1.- Respecto a todas las consecuencias derivadas de su


participación individual.

37
Dec. Leg. N° 1017 (Ley de contrataciones del Estado)

Artículo 36.- Ofertas en consorcio

En los procesos de selección podrán participar distintos postores en consorcio, sin que ello
implique crear una persona jurídica diferente. Para ello, será necesario acreditar la existencia de
una promesa formal de consorcio, la que se perfeccionará una vez consentido el otorgamiento de la
Buena Pro y antes de la suscripción del contrato.

Las partes del consorcio responderán solidariamente ante la Entidad por todas las consecuencias
derivadas de su participación individual en el consorcio durante los procesos de selección, o de su
participación en conjunto en la ejecución del contrato derivado de éste. Deberán designar un
representante común con poderes suficientes para ejercitar los derechos y cumplir las obligaciones
que se deriven de su calidad de postores y del contrato hasta la liquidación del mismo.

Las partes del consorcio deben estar inscritas en el Registro Nacional de Proveedores (RNP) y
encontrarse hábiles para contratar con el Estado.

45
2.- Respecto a todas las consecuencias derivadas de su
participación en conjunto en la ejecución del contrato.

En el Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado hallamos lo


siguiente38:

- Se confirma la responsabilidad solidaria de los consorciados en


materia de incumplimiento del contrato. Ello legitima la demanda de
daños y perjuicios contra cualquiera de los consorciados.

- Se impone sanciones administrativas contra todos los


consorciados, a pesar que se hayan individualizado sus

38
D.S. N° 184-2008-EF (Reglamento del D. Leg. Nº 1017)

Artículo 145.- Consorcio

El contrato de consorcio se formaliza mediante documento privado con firmas legalizadas ante
Notario por cada uno de los integrantes, de sus apoderados o de sus representantes legales, según
corresponda, designándose en dicho documento al representante o apoderado común. No tendrá
eficacia legal frente a la Entidad los actos realizados por personas distintas al representante o
apoderado común.

Si la promesa formal de consorcio no lo establece, se presume que la participación de cada


integrante del consorcio es en proporciones iguales, condición que se mantendrá al suscribirse el
contrato de consorcio.

Los integrantes de un consorcio responden solidariamente respecto de la no suscripción del


contrato y del incumplimiento del mismo, estando facultada la Entidad, en dichos casos, para
demandar a cualquiera de ellos por los daños y perjuicios causados.

El incumplimiento del contrato generará la imposición de sanciones administrativas que se


aplicarán a todos los integrantes del consorcio, aún cuando se hayan individualizado las
obligaciones y precisado la participación de cada uno.

Artículo 239.- Sanciones a consorcios

Las infracciones cometidas por los postores que presentaron promesa de consorcio durante su
participación en el proceso de selección se imputarán exclusivamente a la parte que las haya
cometido, aplicándose sólo a ésta la sanción a que hubiera lugar, siempre que pueda
individualizarse al infractor.

Las infracciones cometidas por un consorcio durante la ejecución del contrato, se imputarán a
todos los integrantes del mismo, aplicándose a cada uno de ellos la sanción que le corresponda.

46
obligaciones y delimitado la participación de cada uno de ellos
(Articulo 145).

Esta opción normativa nos parece cuestionable por lo siguiente:

- A pesar que la norma reconoce la existencia de un orbe


perfectamente individualizable y distinguible entre los consorciados,
impone un salida uniforme o similar, estableciendo con ello un trato
injusto, lo cual viola el principio de igualdad.

- Asimismo, al establecer una misma sanción de modo


indiscriminado con ello está contrariando los principios sobre los
cuales se asienta el derecho administrativo sancionador: el
principio de culpabilidad, el principio de causalidad, etc.

- Al establecer una respuesta punitiva sin analizar las circunstancias


personales y el rol que individualmente ha realizado cada
consorciado, en la práctica está instituyendo un tipo de
responsabilidad objetiva, lo cual es excesivo y contrario a la ley del
Procedimiento Administrativo General y a la Constitución Política,
tal cual lo ha destacado la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional.

- Por su parte el artículo 239 -que regula las sanciones a los


consorcios- trae las siguientes normas:

- Las infracciones cometidas por los postores se imputa


únicamente a la parte que las hubiera cometido y se le aplica
la sanción, siempre que se pueda individualizar al postor
infractor.

- A todos los consorciados se les imputan las infracciones


cometidas por el Consorcio y se aplica a cada uno de ellos la
sanción que le corresponda.

47
Lo que salta a la vista es una contradicción en la citada norma: en un
primer sentido la sanción se limita al consorciado que la hubiera cometido
y en tanto dicho consorciado pueda ser individualizado. Sin embargo,
también se establece que la sanción se impone a todos los consorciados
a pesar que es perfectamente posible que haya algún consorciado a
quien no le corresponda ninguna infracción porque propiamente hablando
no ha infringido nada.

O sea nos encontramos frente a un artículo que contiene normas


contrapuestas o contradictorias entre sí.

3.5.1 La Potestad Sancionadora Administrativa:


La primera garantía en el ejercicio de la potestad sancionadora es la
exigencia de un procedimiento sancionador y la equiparación en el plano
de las garantías, al administrado con el inculpado en el proceso penal,
dándose así la oportunidad de conocer y alegar contra la acusación y
proponer las pruebas oportunas en su defensa 39.

Asimismo, el procedimiento sancionador debe asegurar el respeto a la


presunción de inocencia, en tanto la adopción de cualquier resolución
tanto administrativa, como jurisdiccional, debe ser en base a la condición
o conducta de las personas40. Ello obliga entonces a que debe ser la
Administración la que debe aportar las pruebas y/o demostración de que
el consorciado a quien se imputa la infracción, materialmente la ha
cometido vulnerando así las normas Administrativas o los términos del
contrato público.

En caso que la actividad sancionadora de la Administración no se


sustente en las pruebas que demuestren que la presunción de inocencia

39
PARADA, Ramón. Derecho Administrativo. Parte General. Madrid: Marcial Pons, Ediciones
Jurídicas S.A., 1996. 8ª Ed. p. 569.
40
Ibid. p. 571.

48
ha ido vencida, no es posible ejercer potestad sancionadora respecto del
consorciado.

3.5.2 El Dolo y la Culpa en el Derecho Sancionador:


El Derecho a la presunción de inocencia exige tanto la certeza de los
hechos imputados como de la culpabilidad de su autor a titulo de dolo o
culpa. La imposición de una sanción sin que quedare debidamente
acreditada la prueba de la culpabilidad supondría la vulneración del
derecho a la presunción de inocencia41.

No es posible hacer responsable a una persona por hecho ajeno. La


sanción solo puede recaer sobre aquel que ha realizado una acción u
omisión sancionable42.

De producirse dicha sanción, ello configuraría un indebido traslado de la


responsabilidad personal, a persona ajena al hecho infractor, al modo de
una exigencia de responsabilidad objetiva sin intermediación de dolo y
culpa que vulneraría derechos fundamentales como la presunción de
inocencia, personalidad de las sanciones y la carga de la prueba. La
sanción solo puede recaer sobre aquellos que hubieren tenido algún
grado de participación en los hechos constitutivos de infracción43.

Asimismo, la doctrina sostiene:

“Si la exigencia de dolo o culpa es el núcleo o sustancia del


principio de culpabilidad, el principio de personalidad de las
sanciones es la corteza que lo recubre. La administración al
amparo de este principio, deberá determinar frente a quien o

41
PAJUELO SUÁREZ, Juan Manuel. Elementos de culpabilidad en la infracción administrativa.
En: Asociación Peruana de Derecho Administrativo. Derecho Administrativo. Lima: Jurista
Editores, 2004. p. 140.
42
Ibid. p. 141.
43
Ibidem.

49
quienes dirigen el expediente sancionador. Si la
responsabilidad recayera sobre persona ajena a los hechos,
además de vulnerarse el principio de personalidad de las
sanciones, se lesionaría el principio de dolo o culpa, pues
supondría la asunción de un régimen de responsabilidad
objetiva”44

Solo cabe exigir responsabilidad de aquellos que han tenido alguna forma
de participación dolosa o culposa, pues de lo contrario quedaría
desvirtuada la finalidad preventiva de la sanción 45.

En suma: si no se ha probado la participación dolosa o culposa en alguno


de los consorciados, es inaceptable que una norma establezca la
posibilidad de imputar responsabilidad.

3.5.2 El Principio de Personalidad de las Sanciones:


El principio de personalidad de las sanciones o de responsabilidad
personal por hechos propios, se encuentra íntimamente vinculado al
principio de dolo o culpa. Las consecuencias de este principio son del
siguiente orden:

“Por lo tanto, no es posible exigir responsabilidad por la sola


existencia de un vínculo personal con el autor, o la simple
titularidad de la cosa o actividad en cuyo marco se produce
se produce la infracción. La exigencia de individualización de
la sanción supone un veto a la responsabilidad objetiva”46

44
Ibid. p. 144.
45
Ibid. p. 145.
46
Ibidem.

50
De acuerdo con este principio la norma administrativa no puede construir
un ius puniendi colectivo tal cual parece haber ocurrido en el caso de la
regulación del consorcio. El principio de personalidad impide una difusión
o acrecentamiento del ius puniendi que vaya mas allá de las
circunstancias y acciones personales correspondientes a cada
consorciado.

3.5.3 La Garantía de Razonabilidad o Justicia:


La garantía de razonabilidad está concebida del siguiente modo:
“La razonabilidad, en cuanto exige que los actos estatales
posean un contenido justo, razonable y valioso, completa a
integra la legitimidad, dejando la ley formal de ser así el
único fundamento de validez de los actos estatales”47

Todos los actos que produce la Administración Pública deben contener un


fundamento de legalidad y al mismo tiempo, de razonabilidad o justicia,
fundamento este último que rige tanto para la actividad reglada como para
la discrecional48.

Es así que las normas que establecen los requisitos de validez del acto
administrativo, al referirse a la proporcionalidad entre las medidas que el
acto involucra y los fines que lo orientan, trasuntan una aplicación del
principio de razonabilidad o justicia de los actos estatales49.

En el presente caso podemos afirmar que la garantía de razonabilidad o


justicia ha sido afectada por la regulación del ius puniendi administrativo
en relación a la contratación con el Consorcio.

47
CASSAGNE, Juan Carlos. Derecho Administrativo. p. 47.
48
Ibid. pp. 47-48.
49
Ibid. p. 48.

51
3.5.4 Los actos administrativos impugnables :
Los actos administrativos constituyen la primera y más común declaración
administrativa impugnable. La doctrina ha afirmado que el acto
administrativo constituye cualquier declaración de voluntad efectuada por
un sujeto de la Administración Pública, en ejercicio de una potestad
administrativa50.

En realidad, el acto administrativo implica la existencia de una decisión


unilateral de carácter previo, por parte del órgano titular de la
Administración, y posteriormente, la expresión externa de la voluntad,
también efectuada de manera unilateral. De acuerdo con ello, nos parece
pertinente el siguiente concepto:

“es una manifestación unilateral y externa de voluntad, que


expresa una decisión de una autoridad administrativa
competente, en ejercicio de la potestad pública. Esta
decisión crea, reconoce, modifica, transmite, declara o
extingue derechos u obligaciones, es generalmente ejecutivo
y se propone satisfacer el interés general”51

Dicho concepto ha merecido las siguientes aclaraciones:

1.- El acto administrativo implica la previa existencia de una decisión


unilateral por parte del titular del órgano de la administración o del
encargado de la ejecución de la decisión administrativa. Ello, con
independencia del contenido y de la forma que posteriormente
adopte el acto.

50
GARRIDO FALLA, Fernando. Tratado de Derecho administrativo. Madrid: Centro de Estudios
constitucionales, 1986. V. 1. p. 579.
51
ACOSTA ROMERO, Miguel. Teoría General del Derecho Administrativo. México: Editorial
Porrúa, 1993. 11ª Ed. p. 718.

52
2.- El siguiente paso es la expresión externa de la voluntad, lo cual es
efectuado también de modo unilateral, en tanto expresión de la
voluntad.

3.- La decisión y voluntad corresponden al órgano administrativo


competente, el que actúa a través de su titular y en ejercicio de la
potestad público. En razón a ello es que el acto cuestionado en
principio, se puede afirmar que está fundado en Derecho.

4.- En tanto acto jurídico, el acto administrativo tiene aptitud para


crear, modificar, transmitir, reconocer, declarar o extinguir derechos
u obligaciones. Es decir, genera múltiples consecuencias jurídicas.

5.- Por lo general tiene vocación ejecutiva. Es decir, el acto


administrativo tiene como caracteres esenciales el que causa
ejecutoria y que tiene ejecución.

3.5.5 Sanciones a los Consorcios en la etapa de selección:


La responsabilidad de los integrantes del consorcio en esta etapa se
encuentra asociada al principio de causalidad, en la medida en que quien
cometió la infracción es quien será sancionado, de acuerdo al artículo 239
del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado, norma que
establece la individualización del infractor como condición necesaria para
aplicar la sanción.

La doctrina reconoce que dicho criterio ha sido objeto de aplicación


uniforme por el Órgano Supervisor de las Contrataciones del Estado
(OSCE), puesto que una vez individualizados los autores, los mismos han
sido sancionados52. Sólo en la medida en que no sea posible

52
CAPCHA REYMUNDO, Olivia Blanca. Ob. Cit. p. 234.

53
individualizar al responsable de la infracción, todos los miembros del
consorcio serán objeto de sanción53.

3.5.6 Sanciones a los Consorcios en la etapa de ejecución


contractual:
La LCE y el RLCE establecen que una vez que el contrato ha sido
suscrito, el consorcio ya ha asumido el deber de cumplir con las
obligaciones pactadas y si en el desenvolvimiento en esta etapa se
generan infracciones, todos los miembros del consorcio serán
sancionados.

Sin embargo, la doctrina especializada ha recogido dos fallos 54 en los


cuales el Tribunal resuelve en sentido diferente:

1. En el primer caso el fallo establece:

“Ahora bien, respecto a la responsabilidad de los señores


que forman parte de un Consorcio para participar en un
proceso de selección y, eventualmente, contratar con el
Estado, ha sido regulada por el artículo 145 del Reglamento,
cuyo tercer párrafo establece que los integrantes de un
Consorcio responden solidariamente respecto de la no
suscripción del contrato y del incumplimiento del mismo,
estando facultada la Entidad, en dichos casos, para
demandar a cualquiera de ellos por los daños y perjuicios
causados.
A su vez el artículo 239 del mismo cuerpo normativo prevé
que las infracciones cometidas por un consorcio durante la
ejecución del contrato, se imputarán a todos los integrantes
del mismo, aplicándose a cada uno de ellos la sanción que le
corresponda”(Res. N° 1627-2011-TC-S1, f.j. 17).
53
Ibid. p. 235.
54
Ibid. p. 236.

54
2. Sin embargo, en otro caso el Tribunal decidió lo siguiente:

“Por lo expuesto, siendo factible individualizar al infractor,


corresponde eximir de responsabilidad a los señores Walter
Javier Montalbán Bernal y Fernando Arturo Elías Zuloeta
puesto que se ha verificado en autos que estos no tuvieron a
su cargo la presentación de los expedientes técnicos
cuestionados, motivo por el cual este Colegiado considera
que los señores Walter Javier Montalbán Bernal y Fernando
Arturo Elías Zuloeta no son pasibles de sanción por la
comisión de la infracción contenida en el literal i) del numeral
51.1 del artículo 51 de la Ley, en concordancia con el literal i)
numeral 1 del artículo 237 de su Reglamento, razón por la
cual corresponde amparar en este extremo lo alegado por
las citadas personas”

(…)

En consecuencia, y atendiendo a la necesidad de que las


personas naturales y/o jurídicas no deban verse privadas de
su derecho de proveer al Estado mas allá de lo estrictamente
necesario y razonable para satisfacer los fines de la sanción,
este Colegiado, en estricto orden a sus atribuciones,
considera que en el caso materia de autos corresponde
declarar fundado los recursos de reconsideración
presentados por los señores Walter Javier Montalbán Bernal
y Fernando Arturo Elías Zuloeta, integrantes del consorcio,
revocándose la Resolución N° 486-2011-TC-S1 en el
extremo que sancionó a Walter Javier Montalbán Bernal y a
Fernando Arturo Elías Zuloeta a dieciséis (16) y dieciocho
(18) meses, respectivamente, dejándose sin efecto las
sanciones impuestas al no proceder sanción alguna en su
contra” (Res. N° 701-2011-TC-S1, f.j. 17 y 20).

55
Lo importante de los fallos señalados reside en lo siguiente: a pesar que
los mismos resuelven respecto a la responsabilidad en la etapa de
suscripción del contrato, los criterios contrapuestos de ambos fallos
reflejan algo: la misma norma jurídica es invocada en dos sentidos
contrapuestos, uno de los cuales aplica indiscriminadamente el ius
puniendi estatal, mientras que el otro fallo lo limita.

Asimismo, la doctrina ha cuestionado la solidaridad establecida en los


artículos 145 y 239 del RLCE, al señalar que la misma tendría como
finalidad el restringir derechos de los integrantes del Consorcio y no a la
aplicación de sanciones correspondientes meramente al ámbito
patrimonial55. En términos más específicos se ha señalado:

“La responsabilidad solidaria en el Derecho Administrativo


Sancionador es un supuesto excepcional que tiene que ser
recogido por la Ley, como en el caso del Código Civil, el
Código Tributario y la Ley de Intermediación Laboral,
seguidamente se debe destacar que la solidaridad estará
destinada a la imposición de sanciones pecuniarias o al
campo patrimonial, pero de ningún modo a la restricción de
derechos”56

Un sector de la doctrina afirma que a pesar de los cuestionamientos, la


regulación en la LCE y su Reglamento en lo referente a la solidaridad,
responde a la necesidad de cautelar el interés público pues se pretende
asegurar el cumplimiento de las obligaciones que los miembros del
consorcio han asumido al suscribir el contrato57.

55
Ibidem.
56
HERRERA ROBLES, José. El Tribunal del OSCE y la responsabilidad administrativa de los
consorcios en la etapa de ejecución contractual. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Lima: Gaceta
Jurídica. Tomo 152. 2011. p. 306.
57
CAPCHA REYMUNDO, Olivia Blanca. Ob. Cit. p. 236.

56
CAPITULO IV

PRINCIPIOS Y DERECHOS LESIONADOS

4.1 El Principio de Culpabilidad:


Inicialmente existió la pretensión de que la responsabilidad administrativa
tenía carácter objetivo, por lo cual no requería dolo o culpa en la conducta
sancionable. Ello fue dejado de lado en la medida en que se admite hoy
en día a la culpabilidad como el fundamento de la conducta sancionable58.

Asimismo, en Derecho comparado se ha encontrado que la pretensión de


establecer una responsabilidad solidaria, en realidad constituye un intento
de establecer un sistema de responsabilidad objetiva en las infracciones
administrativas59.

En la medida en que la normativa citada ha establecido una


responsabilidad solidaria sin la posibilidad de discriminar la real
culpabilidad de los sujetos afectados por dicha imposición, con ello se
está vulnerando el principio de culpabilidad.

4.1.1 La Proporcionalidad:
El principio de proporcionalidad implica una correspondencia entre la
infracción y la sanción, con la interdicción de las medidas innecesarias o
excesivas. Constituye uno de los principios constitucionales de garantía
penal, comunes a todo ordenamiento sancionador e implica la aplicación
de criterios de graduación tales como la intencionalidad o reiteración, los
perjuicios causados, etc.60
De acuerdo con ello la respuesta sancionadora no debe ser excesiva,
esto es, no debe ir mas allá de los alcances particulares de una conducta
infractora y debe también analizar la presencia de la intencionalidad, esto

58
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Ob. Cit. T. II. p. 1080.
59
Cfr. Ibid. p. 1081
60
Ibid. p. 1082.

57
es, determinar el aspecto subjetivo de quien a los ojos de la ley aparece
como imputable de una sanción.

Entonces, a nuestro entender el principio de proporcionalidad también es


vulnerado por las normas señaladas.

4.1.2 El Principio de Moralidad:


Los actos procesales deben inspirarse en la vigencia y actuación de
imperativos éticos, los cuales impelen a los sujetos y órganos
jurisdiccionales hacia una actuación donde la mala fe, deshonestidad,
malicia, sean proscritos de al tramitación del proceso. Asimismo, ello
demanda que la conducta procesal se ajuste hacia el cumplimiento de
principios tales como la buena fe, lealtad, veracidad y probidad.

Consideramos que esta idea, aunque válida, resulta un poco problemática


de ser aplicada en el ámbito Administrativo en los términos como los
acabamos de referir.

Coincidimos con la doctrina extranjera que señala que la moralidad es un


ámbito en el cual el sujeto actúa de acuerdo a sus propias convicciones y
que lo más conveniente en el campo administrativo es sostener que la
moralidad debe referirse a un adecuado comportamiento del servidor
público respecto de las formalidades y finalidades que se derivan del
respeto al principio de legalidad y a las normas que lo expresan y que en
el mismo se sostienen61.

4.1.3 El Principio del Debido Procedimiento Adjetivo:


Este Principio62 conlleva las siguientes consecuencias:

61
SANTOFIMIO GAMBOA, Jaime Orlando. Tratado de Derecho Administrativo. Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 2003. v. 2. p. 79.
62
MORÓN URBINA, Juan Carlos. Comentarios a la ley del Procedimiento Administrativo
General. Lima: Gaceta Jurídica, 2008. 7ª Ed. pp. 641-642.

58
- El derecho a exponer los argumentos (razones y defensas del
imputado antes de la emisión de las incriminaciones o resoluciones
del expediente).
- El derecho a ofrecer y producir prueba.

- El derecho a obtener una decisión motivada y fundada en Derecho


(derecho a que las resoluciones del procedimiento sancionador
consideren expresamente los argumentos de Derecho y de hecho
que los motivan y en particular, de la graduación de la sanción a
ser aplicada).

La doctrina63 señala que este principio también incluye las siguientes


facultades de los administrados: el derecho a la presunción de inocencia
(Art. 230 inciso 9) y derecho de acceso a la justicia.

Por tanto queda claro que en aplicación del principio del debido
procedimiento adjetivo no es posible imponer a los administrados salidas
formalistas basadas meramente en el cumplimiento aparente de las
normas y sin que al mismo tiempo se garantice que las alegaciones y
argumentos presentados sean objeto de un adecuado examen y que la
decisión que se adopte debe estar basada en los correspondientes
argumentos y fundamentos jurídicos.

4.2 El Principio de Causalidad:


Por el principio de causalidad la sanción a ser aplicada, debe recaer en el
administrado que haya realizado la conducta omisiva o activa constitutiva
de la infracción sancionable. Es decir, la asunción de la responsabilidad
corresponde a quien haya incurrido en la conducta prohibida por ley y por
tanto, no podrá ser sancionado por hechos cometidos por otros (por
ejemplo, la responsabilidad por un subordinado, o imputar responsabilidad
a un integrante del cuerpo colectivo que no votó o salvó su voto) o por las
63
Ibid. p. 642.

59
denominadas responsabilidades en cascada aplicables a todos quienes
participan en un proceso decisional. Es por ello que la Administración no
puede hacer responsable a una persona por un hecho ajeno, sino solo por
los propios64.

Asimismo, este principio se vincula con otro principio objeto de debate en


el Derecho administrativo sancionador, cual es el principio de culpabilidad
del infractor, el cual ha sido introducido en el Derecho peruano por el
Tribunal Constitucional, como una exigencia para ejercer legítimamente la
potestad sancionadora:

“(…) Por lo que hace al primer motivo, es decir, que la


sanción se justifique (…) es lícito que el Tribunal se pregunte
si es que en un Estado constitucional de derecho es válido
que una persona sea sancionada por un acto ilícito cuya
realización se imputa a un tercero

La respuesta no puede ser otra que (…) un límite a la


potestad sancionadora del Estado está representado por el
principio de culpabilidad. Desde este punto de vista, la
sanción, penal o disciplinaria, solo puede sustentarse en la
comprobación de responsabilidad subjetiva del agente
infractor de un bien jurídico. En ese sentido, no es
constitucionalmente aceptable que una persona sea
sancionada por un acto o una omisión de un deber jurídico
que no le sea imputable” (STC Exp. N° 2868-2004-AA/TC).

De la jurisprudencia citada es posible sostener lo siguiente:

1.- El artículo 239 del Reglamento de la ley de contratación del Estado,


vulnera el principio de causalidad.

64
Ibid. pp. 665-666.

60
2.- El artículo 239 del Reglamento de la ley de contratación del Estado
vulnera el principio de culpabilidad.

4.3 El Principio de Legalidad en el ámbito administrativo:


Aunque inicialmente estaba limitado a la ley formal dictada por el
Parlamento, actualmente se aplica a todo el ordenamiento jurídico formal,
a lo que se llama “bloque de legalidad” (leyes, reglamentos, principios
generales, precedentes). Ello obedece a que la Administración ya no se
presenta como una mera ejecutora de normas que le son impuestas, sino
que es a la vez fuente de normas autónomas 65.

Asimismo, se reconoce que en el ámbito administrativo el Estado de


Derecho no solamente consiste en el reconocimiento y tutela de los
Derechos públicos, sino también se caracteriza por la forma como dicho
objetivo se alcanza, lo cual consiste en el sometimiento de la
Administración al ordenamiento jurídico y dicho elemento formal es lo que
se denomina el principio de Legalidad66.

4.3.1 La vinculación positiva:


Existe una norma previa que atribuye un poder jurídico, de lo cual se
concluye que la norma constituye el fundamento previo y necesario para
realizar una acción, de tal modo que en su ausencia dicha acción es
considerada prohibida, en tanto que todo lo que no está permitido se
considera prohibido. Así, la actuación administrativa implica el ejercicio de
concretas potestades atribuidas por una norma previa y dicha norma es la
que se erige en criterio de legalidad de la actuación administrativa. Ello se
ejemplifica en el caso de las potestades discrecionales, puesto que

65
CASSAGNE, Juan Carlos. Derecho Administrativo. Lima: Palestra, 2010. p. 47.
66
BARCO LECUSSAN, Oscar Iván. Legalidad y taxatividad en el ámbito administrativo-
sancionador. En: El principio constitucional de legalidad y su aplicación en el Derecho
Administrativo, penal y Tributario. Lima: Gaceta Jurídica, 2013. p. 74.

61
únicamente se actúa discrecionalmente en tanto una norma previa
atribuye a la Administración dicha potestad67.

Y es de acuerdo con ello que el principio de vinculación positiva establece


que en ausencia de dicha habilitación normativa la acción debe ser
considerada prohibida, su realización deviene en ilegal y luego, en
anulable. En la medida en que la vinculación positiva equivale al principio
de legalidad, ello conlleva un reconocimiento implícito y conlleva las
siguientes consecuencias68:

a. El respeto de la Administración al concepto de reserva de ley. La


Administración no debe intervenir en cuestiones referentes a la
libertad, la propiedad, la creación de impuestos, la aplicación de
penas, etc.

b. La actividad administrativa debe respetar los principios de justicia


material.

c. El legislador puede habilitar a la Administración para que emita


reglamentos delegados o determinados actos concretos. La
habilitación para lo primero no autoriza a realizar los segundos, y
viceversa.

Es así que el bloque jurídico a que se encuentra sometida la


Administración se encuentra conformado por la legislación positiva (las
leyes formales, los reglamentos) y por los principios generales que
integran el ordenamiento jurídico69.

4.3.2 El Principio de Legalidad para atribuir competencia


sancionadora:

67
Ibid. p. 79.
68
Ibidem
69
Ibidem.

62
El principio de legalidad ha sido reconocido en el artículo 230.1 del
siguiente modo:
“sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la
potestad sancionadora y la consiguiente previsión de las
consecuencias administrativas que a título de sanción son posibles
de aplicar a un administrado, las que en ningún caso habilitarán a
disponer la privación de la libertad”

Las consecuencias de ello son70:

- Ninguna autoridad podrá autoatribuirse competencia sancionadora


sobre los administrados, sino que la misma debe ser autorizada por
una norma con rango de ley.

- Sólo las normas con rango de ley pueden establecer las


consecuencias jurídicas represivas a los administrados en caso de
comisión de ilícitos administrativos.

- Ninguna autoridad administrativa podrá crear un tipo de sanción,


quedando su rol limitado a ser aplicados de las modales de sanción
previamente autorizadas por normas con rango de ley.

En el aspecto material el principio de legalidad implica que la norma con


rango de ley debe definir previamente dos elementos: la tipificación de las
conductas consideradas infracciones y la determinación de las sanciones
a ser aplicadas. Siendo así, se ha señalado que no podría estimarse
compatible con el principio de legalidad la extendida práctica en el
derecho administrativo consistente en que la norma tipificadora de la
conducta antijurídica carece de contenido material propio y se estila

70
MORÓN URBINA, Juan Carlos. Ob. Cit. p. 638.

63
calificar de modo genérico como infracción toda contravención a los
mandatos establecidos por una determinada norma 71.

Sin embargo, al lado de ello puede sostenerse que del mismo modo que
no se puede otorgar un ámbito excesivamente discrecional en materia
sancionadora, tampoco puede la norma considerar como infracción
sancionable el mero hecho de formar parte de un consorcio, puesto que a
ello conduce la regulación del artículo 239 del RLCE: la configuración de
la sanción correspondiente a la actuación de uno de los consorciados, de
modo inexplicable y sin sustento alguno, se extiende hasta abarcar al
consorciado cuya conducta materialmente no configura ningún supuesto
de infracción administrativa.

4.4 El Derecho a la Igualdad frente a la Ley:


Lo esencial de este principio72 consiste en la garantía que tienen los
administrados para impedir que se establezcan en las leyes, reglamentos
y en los actos singulares y concretos de aplicación de normas generales,
distinciones arbitrarias que importen el otorgamiento indebido de
privilegios. Asimismo, se afirma que en realidad es mejor hablar de
igualdad jurídica, incluyendo dentro de la misma a todo el orden jurídico
integrado por reglamentos y actos administrativos73.

Asimismo, el derecho a la igualdad frente a la ley demanda el respeto a


las condiciones similares en que se encuentran los administrados a fin de
obtener una respuesta homogénea a la de casos materialmente idénticos

71
PEDRESCHI GARCÉS, Willy. Análisis sobre la potestad sancionadora de la administración
pública y el procedimiento administrativo sancionador. En: Comentarios a la ley del
Procedimiento Administrativo General. Lima: ARA Editores, 2003. p. 519.
72
Constitución Política del Estado
“Derechos fundamentales de la persona
Artículo 2.- Toda persona tiene derecho:
(…)
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma,
religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
(…)”
73
CASSAGNE, Juan Carlos. Ob. Cit. p. 45.

64
y de alcanzar un trato diferenciado basado en la existencia de condiciones
sustantivamente diferentes. Así, una respuesta similar frente a dos
supuestos distintos constituye per se, una manifestación arbitraria y que
destruye la igual consideración frente a la ley por parte de los
administrados.

En la medida en que el artículo 239 del RLCE establece una misma


sanción para dos situaciones diferentes, con ello vulnera el principio de
igualdad frente a la ley.

4.5 La Libertad de Contratación:


El Tribunal Constitucional se ha pronunciado respecto a la libertad de
contratación, señalando que constituye una libertad económica que junto
a las libertades de empresa, comercio, trabajo e industria encuentra
sustento en el régimen de economía social de mercado y cuyo contenido
constitucional está sujeto a límites establecidos en la ley y la
Constitución74.

La libertad de contratación es un derecho fundamental que sirve de base


en un Estado Social y Democrático de Derecho, por lo que no puede ser
objeto de intervenciones arbitrarias e injustificadas75.

“El contenido esencial de la libertad de contratación está


constituido por la libertad de configuración interna, la libertad
de conclusión y la garantía de que no será afectada por
intervenciones externas arbitrarias o desproporcionadas”76

74
TORRES TOLEDO, Giancarlo Elías. El derecho fundamental a la libertad de contratación como
límite frente a la intervención estatal. Lima: Gaceta Constitucional. Tomo 72. Diciembre 2013. p.
202.
75
Ibid. p. 204.
76
Ibid. p. 205.

65
La libertad de contratación en el caso del consorcio no sufre vulneración
alguna, sin embargo el ejercicio excesivo del ius puniendi invade el ámbito
de lo previamente establecido entre los sujetos consorciados y altera
dicha dinámica y equilibrio sinalagmático puesto que coloca en ambos la
misma carga sancionatoria a pesar que ellos acordaron una diferenciación
y colaboración para evitar aquello que finalmente el artículo 239 de la
RLCE ha impuesto.

4.6 La Autonomía de la Voluntad:


La autonomía privada es la facultad que tiene el individuo de poder
intervenir en las relaciones económicas o patrimoniales como un sujeto
creador de regulaciones, con una plena autonomía normativa para crearse
así, su propia regla de derecho. Como autonomía que es, refleja la fuerza
vinculante que tiene la voluntad del sujeto en su vida de relación.

La fuerza vinculante que expresa la autonomía de la voluntad es un poder


jurídico que el derecho objetivo reconoce a cualquier sujeto para que regule
sus intereses, pero esto no significa que se trata de cualquier interés, así sin
más:

"la autonomía privada no es un poder otorgado a los


particulares para la obtención de cualquier finalidad o función,
sino sólo para aquéllas que, de acuerdo a la concepción
socio-jurídica imperante en una determinada sociedad, en un
determinado contexto histórico social, merezcan la protección
del ordenamiento jurídico y del aparato coactivo del Estado"77

La autonomía privada, denominada también autonomía de la voluntad, se


subdivide en dos principios:

77
TABOADA CORDOVA, Lizardo. Acto jurídico, negocio jurídico y contrato. Lima: Grijley, 2002.
p. 62.

66
- Principio de la libertad de contratar. Se trata de la facultad que tiene
el individuo de decidir libremente si celebra o no un contrato, o
también, es el derecho del individuo a decidir si contrata o no.

- Principio de libertad contractual. Se trata de la facultad que tienen las


partes de poder decidir de manera libre los alcances del contenido
del contrato que celebran. Entonces, si un sujeto se ve obligado a
contratar en realidad no estaríamos frente a un contrato, sino frente a
un hecho.

4.6.1 La Autonomía en el Consorcio:


La autonomía en el consorcio es ampliamente aceptada y reconocida 78 y
en plasmación de dicha autonomía las partes han acordado establecer
esferas distintas en materia de ejecución del contrato, de lo cual se
desprende que las responsabilidades son distintas. Aunque por
necesidades de la contratación pública ello pueda ser flexibilizado, nada
justifica que se deforme las consecuencias de la autonomía en el
consorcio, puesto que una sanción excesiva invade de hecho el ámbito de
libertad de las partes en la medida en que les obliga a asumir las
consecuencias que originariamente no les corresponde.

78
“Ahora bien, el artículo 445° de la citada ley define al contrato de consorcio como aquel
mediante el cual dos o más personas se asocian para participar en forma activa y directa en un
determinado negocio o empresa con el propósito de obtener un beneficio económico, manteniendo
cada una su propia autonomía. Asimismo, se prevé que corresponde a cada contratante realizar las
actividades propias del consorcio que se le encarguen y aquéllas a que se ha comprometido y que
al hacerlo, debe coordinar con los otros miembros del consorcio conforme con los procedimientos
y mecanismos previstos en el contrato.

(…)

Al no existir una personería jurídica independiente, es indispensable y característico de este


contrato la participación activa y directa de cada uno de los contratantes y la vinculación directa de
éstos con los terceros. Asimismo, es consecuencia de esta falta de personería jurídica que los
bienes que se afecten al cumplimiento de la actividad a que se han comprometido los contratantes
continúen siendo de propiedad exclusiva de éstos y que la adquisición conjunta de determinados
bienes se regula por las reglas de la copropiedad”

(Tribunal Fiscal. Exp. N° 3936-2012, del 2 de Agosto de 2012).

67
4.7 El Principio de Presunción de Licitud, Inocencia o Corrección:
De acuerdo al principio de presunción de licitud, las entidades deben
presumir que los administrados han actuado apegados a sus deberes,
mientras no cuenten con evidencia en contrario (artículo 230.9).

De acuerdo a este principio de presunción de inocencia, de corrección o


de licitud, las autoridades deben presumir que los administrados han
actuado apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en
contrario y así sea declarada mediante resolución administrativa firme 79.

En el ámbito del procedimiento administrativo sancionador, el derecho a la


presunción de inocencia genera la exigencia de que la Administración
debe probar la veracidad de la comisión de las infracciones que se
imputan a los administrados80.

En Derecho comparado se lo reconoce del siguiente modo:

“El derecho a la presunción de inocencia no puede


entenderse reducido al estricto campo del enjuiciamiento de
conductas presuntamente delictivas, sino que debe
entenderse también que preside la adopción de cualquier
resolución tanto administrativa como jurisdiccional que se
base en la condición o conducta de las personas de cuya
apreciación derive un resultado sancionatorio o limitativo de
sus derechos (S.8 marzo 1985)81”

La presunción constitucional de inocencia con rango de derecho


fundamental, implica que únicamente sobre la base de pruebas cumplidas
cuya aportación es carga de quien acusa (en este caso la propia

79
MORÓN URBINA, Juan Carlos. Ob. Cit. p. 667.
80
PEDRESCHI GARCÉS, Willy. Ob. Cit. p. 521.
81
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. Ob. Cit. p. 1083.

68
Administración), puede alguien ser sancionado. Asimismo, es
82
inimaginable imponer a alguien la carga de probar su inocencia .

El artículo 239 del RLCE vulnera el principio de inocencia pues a pesar


que la Administración Pública no aporta pruebas que demuestren el
derecho a sancionar a un consorciado, justifica e intenta legitimar la
sanción del mismo.

Finalmente, como colofón a este capítulo, dado el caso concreto a nivel


judicial, frente a una situación de responsabilidad en los casos materia de
análisis, corresponderá al órgano jurisdiccional ponderar, razonable y
proporcionalmente, la aplicación de los principios antes referidos, por
sobre la regulación legal vigente, actuación proactiva y garantista que
resulta coherente con el Estado Constitucional de Derecho que todos
debemos defender.

82
Ibidem.

69
CAPITULO V

DERECHO COMPARADO

5.1 Colombia:
Ley 80 de 1993 (Octubre 28) por la cual se expide el Estatuto General de
Contratación de la Administración Pública.
Artículo 7.- De los Consorcios y Uniones Temporales. Para los efectos de
esta Ley se entiende por:
1. Consorcio: cuando dos o más personas en forma conjunta
presentan una misma propuesta para la adjudicación, celebración y
ejecución de un contrato, respondiendo solidariamente de todas y
cada una de las obligaciones derivadas de la propuesta y del
contrato. En consecuencia, las actuaciones, hechos y omisiones
que se presenten en desarrollo de la propuesta y del contrato,
afectarán a todos los miembros que lo conforman.

2. Unión temporal: cuando dos o más personas en forma conjunta


presentan una misma propuesta para la adjudicación, celebración
y ejecución de un contrato, respondiendo solidariamente por el
cumplimiento total de la propuesta y del objeto contratado, pero las
sanciones por el incumplimiento de las obligaciones derivadas de la
propuesta y del contrato se impondrán de acuerdo con la
participación en la ejecución de cada uno de los miembros de la
unión temporal.

En la medida en que en la figura del consorcio la presentación de la


propuesta es conjunta, ello determina que los alcances de las
obligaciones y de la consiguiente responsabilidad también lo será en
dichos términos, por lo cual la salida legal parece razonable. Sin embargo,
debemos llamar la atención sobre la figura de la unión temporal, figura en
la cual se distingue perfectamente la responsabilidad solidaria por una
situación de incumplimiento, del ejercicio del ius puniendi administrativo el

70
cual se delimita perfectamente entre los diversos sujetos que participan en
la unión temporal.

Ello se debe a que en el primer caso la propuesta conjunta abarca


explícitamente a la adjudicación, celebración y ejecución del contrato, por
lo cual genéticamente se configura la solidaridad sin que haya posibilidad
de que los sujetos intenten separar una órbita de prestaciones o deberes
entre ellos. En cambio en el segundo caso es lo más aproximado que
tenemos en relación a la figura del consorcio como está regulado en el
sistema jurídico peruano, en tanto se distingue una solidaridad que puede
afectar el ámbito de la responsabilidad civil por incumplimiento, de la
diferenciación en el ejercicio del poder sancionador administrativo, el cual
comporta el reconocimiento de los límites derivados de la actuación de
cada uno de los consorciados individualmente considerados.

5.2 España:
LEY 30/2007, de 30 de octubre, de CONTRATOS DEL SECTOR
PÚBLICO.
CAPÍTULO II.
CAPACIDAD Y SOLVENCIA DEL EMPRESARIO.

SECCIÓN I. APTITUD PARA CONTRATAR CON EL SECTOR PÚBLICO.

Subsección I. Normas generales.

Artículo 48. Uniones de empresarios.

1.- Podrán contratar con el sector público las uniones de empresarios


que se constituyan temporalmente al efecto, sin que sea necesaria
la formalización de las mismas en escritura pública hasta que se
haya efectuado la adjudicación del contrato a su favor.

2.- Los empresarios que concurran agrupados en uniones temporales


quedarán obligados solidariamente y deberán nombrar un

71
representante o apoderado único de la unión con poderes
bastantes para ejercitar los derechos y cumplir las obligaciones que
del contrato se deriven hasta la extinción del mismo, sin perjuicio
de la existencia de poderes mancomunados que puedan otorgar
para cobros y pagos de cuantía significativa.

A efectos de la licitación, los empresarios que deseen concurrir


integrados en una unión temporal deberán indicar los nombres y
circunstancias de los que la constituyan y la participación de cada
uno, así como que asumen el compromiso de constituirse
formalmente en unión temporal en caso de resultar adjudicatarios
del contrato.

3.- La duración de las uniones temporales de empresarios será


coincidente con la del contrato hasta su extinción.

4.- Para los casos en que sea exigible la clasificación y concurran en la


unión empresarios nacionales, extranjeros que no sean nacionales
de un Estado miembro de la Unión Europea y extranjeros que sean
nacionales de un Estado miembro de la Unión Europea, los que
pertenezcan a los dos primeros grupos deberán acreditar su
clasificación, y estos últimos su solvencia económica, financiera y
técnica o profesional.

La normativa hispana también confirma el establecimiento de la regla de


la solidaridad en las uniones de empresarios. Dicha solidaridad abarca a
todo cuanto rodea a la celebración y ejecución de la licitación.

5.3 Argentina:
Ley 26005
Ley de sociedades comerciales

72
ARTICULO 2°.- Los "Consorcios de Cooperación" que se crean por la
presente ley no son personas jurídicas, ni sociedades, ni sujetos de
derecho. Tienen naturaleza contractual.

ARTICULO 3°.- Los "Consorcios de Cooperación" no tendrán función de


dirección en relación con la actividad de sus miembros.

ARTICULO 4°.- Los resultados económicos que surjan de la actividad


desarrollada por los "Consorcios de Cooperación" serán distribuidos entre
sus miembros en la proporción que fije el contrato constitutivo, o en su
defecto, en partes iguales entre los mismos.

(…)

ARTICULO 9°.- Para el caso que el contrato de constitución no fijare la


proporción en que cada participante se hace responsable de las
obligaciones asumidas en nombre del Consorcio, de acuerdo a lo
estipulado en el inciso 9) del artículo 7°, se presume la solidaridad entre
sus miembros.

LAS UNIONES TRANSITORIAS DE EMPRESAS

Art. 377. [Caracterización] - Las sociedades constituidas en la República y


los empresarios individuales domiciliados en ella podrán, mediante un
contrato de unión transitoria, reunirse para el desarrollo o ejecución de
una obra, servicio o suministro concreto, dentro o fuera del territorio de la
República. Podrán desarrollar o ejecutar las obras y servicios
complementarios y accesorios al objeto principal.

Las sociedades constituidas en el extranjero podrán participar en tales


acuerdos previo cumplimiento del art. 118, párr. 3°.

No constituyen sociedades ni son sujetos de derecho. Los contratos,


derechos y obligaciones vinculados con su actividad se rigen por lo
dispuesto en el art. 379.

73
Art. 381. [Responsabilidad] - Salvo disposición en contrario del contrato,
no se presume la solidaridad de las empresas por los actos y operaciones
que deban desarrollar o ejecutar, ni por las obligaciones contraídas frente
a terceros.

Se da la diferenciación entre los Consorcios de Cooperación y las uniones


transitorias de empresas. Mientras que en el primer caso prima la regla de
la presunción de la solidaridad en materia de la responsabilidad por
incumplimiento, para el caso de las uniones transitorias de empresas
sucede exactamente lo contrario: cada empresa responde individualmente
por el desarrollo y ejecución de las obligaciones contraídas frente a
terceros.

74
CONCLUSIONES

1.- El contrato de consorcio se caracteriza esencialmente por la


autonomía funcional y la responsabilidad limitada de los
consorciados. Dichos rasgos se flexibilizan en el marco de la
contratación pública.

2.- Los artículos 145 y 239 del RLCE vulneran el principio de


presunción de Inocencia al imponer sanciones sin que tengan el
debido sustento probatorio de la responsabilidad de todos los
consorciados.

3.- Los artículos 145 y 239 del RLCE vulneran el principio de


causalidad al establecer la posibilidad de imponer sanciones al
consorciado que no haya cometido infracción ni ilícito alguno en el
ámbito administrativo.

4.- Los artículos 145 y 239 del RLCE vulneran el principio de


personalidad al establecer que se puede ejercer el ius puniendi
administrativo sobre un sujeto por el solo hecho de un vínculo
contractual, configurando un supuesto de responsabilidad objetiva,
la que no siempre se aplicará en todos los casos de ejercicio del
derecho administrativo sancionador.

5.- Los artículos 145 y 239 del RLCE vulneran el principio de


culpabilidad al fomentar una sanción sin analizar la conducta del

75
sujeto objeto de sanción. Ello constituye un supuesto de indebido
establecimiento de responsabilidad objetiva.

6.- Los artículos 145 y 239 de la RLCE vulneran el principio de


igualdad frente a la ley al imponer una misma sanción a situaciones
que desde el texto de la ley son reconocidas como distintas e
individualizables.

7.- Los artículos 145 y 239 del RLCE constituyen un ejercicio excesivo
del ius puniendi estatal vulnerando el principio garantista propio del
Estado Social y Democrático de Derecho.

8.- Los artículos 145 y 239 del RLCE vulnera los principios de
Autonomía de la Voluntad y de Libertad Contractual, al establecer
como solución al incumplimiento un supuesto totalmente
desproporcionado y excesivo en relación al acuerdo de voluntades
existente en la base del esquema del Consorcio.

76
RECOMENDACIONES

1.- Derogar del artículo 145 del RLCE la siguiente norma:

“El incumplimiento del contrato generará la imposición de


sanciones administrativas que se aplicarán a todos los integrantes
del consorcio, aún cuando se hayan individualizado las
obligaciones y precisado la participación de cada uno.”

2.- Derogar del artículo 239 del RLCE la siguiente norma:

“Las infracciones cometidas por un consorcio durante la ejecución


del contrato, se imputarán a todos los integrantes del mismo,
aplicándose a cada uno de ellos la sanción que le corresponda.”

77
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En Gaceta Constitucional. Tomo 72.

80
ANEXOS

ANEXO 1

Jurisprudencia del Tribunal de Contrataciones del Estado

“22. Como puede advertirse, ambos consorciados tenían las


mismas obligaciones y además serían los únicos que obtendrían el
mayor beneficio con la presentación de los documentos
cuestionados y también se puede advertir que dentro de las
obligaciones de cada uno de los consorciados, no se encuentra
especificada la responsabilidad en la presentación de la propuesta
técnica ni de los documentos que forman parte de ésta, ante la
Entidad.

23. En consecuencia, no existe ningún medio probatorio que


permita afirmar que la presentación de los documentos
cuestionados estuviera vinculada únicamente a las obligaciones
establecidas en la Promesa de Consorcio que eran de
responsabilidad de la empresa ESTRELLITA S.A.C. Por el
contrario, no es posible individualizar la responsabilidad en uno de
los postores, por lo que, la misma involucrará a todos los miembros
del Consorcio”

(Tribunal de Contrataciones del Estado. Resolución N° 1827-2013-TC-S4.


Lima, 21 de Agosto de 2013)

“11. Al respecto, la Promesa Formal de Consorcio, de fecha 19 de


enero de 2012 que forma parte de la propuesta técnica del
Consorcio, establece que los suscribientes acordaron de forma
irrevocable presentar una propuesta conjunta en la Licitación
Pública N° 001-2011/MDPM, responsabilizándose solidariamente

81
por todas las acciones y omisiones que provengan del citado
proceso; designándose al señor Perico de los palotes como
representante legal común del referido Consorcio, para efectos de
participar en todas las etapas del proceso de selección y formalizar
la contratación correspondiente, sin precisar claramente quién
sería el responsable de la elaboración, recopilación o
presentación de la propuesta.

Siendo esto así y no existiendo otro medio probatorio adicional


para individualizar la responsabilidad por la presentación de la
documentación falsa y/o inexacta, ni advirtiéndose la concurrencia
de alguna circunstancia o hecho que permita individualizar la
sanción de manera objetiva, a juicio de este Colegiado corresponde
aplicar la regla de la responsabilidad conjunta establecida en la
normativa de contratarciones estatales para estos casos, toda ves
que, tal como se aprecia de la Promesa Formal de Consorcio, las
empresas LAS DELICIAS Y LOS SUPERHEROES S.R.L.
convinieron en presentar una propuesta conjunta para el referido
proceso de selección, responsabilizándose solidariamente por
todas las acciones y omisiones que provengan del citado proceso”

(Tribunal de Contrataciones del Estado. Resolución N° 802-2013-TC-S4.


Lima, 15 de Abril de 2013)

82
ANEXO 2

Parte pertinente de la DIRECTIVA Nº 016-2012-OSCE/CD.


PARTICIPACIÓN DE PROVEEDORES EN CONSORCIO EN LAS
CONTRATACIONES DEL ESTADO.

6.4.2. Promesa Formal de Consorcio


1. Contenido Mínimo
La promesa formal de consorcio deberá ser suscrita por cada uno de sus
integrantes o de sus representantes legales, debiendo contener
necesariamente la siguiente información:

a) La identificación de los integrantes del consorcio: Se debe precisar el


nombre completo o la denominación o razón social de los integrantes del
consorcio, según corresponda.

b) La designación del representante común del consorcio: Dicho


representante tiene facultades para actuar en nombre y representación
del consorcio, en todos los actos referidos al proceso de selección,
suscripción y ejecución del contrato, con poderes suficientes para ejercitar
los derechos y cumplir las obligaciones que se deriven de su calidad de
postor y de contratista hasta la conformidad o liquidación del mismo,
según corresponda.

c) El domicilio común del consorcio: Es el lugar al que se dirigirán las


comunicaciones remitidas por la Entidad al consorcio.

d) Las obligaciones que correspondan a cada uno de los integrantes:


Cada integrante del consorcio debe precisar las obligaciones que asume
en la ejecución del objeto de la convocatoria, sea que estén o no
directamente relacionadas a dicho objeto, pudiendo estar vinculadas a
otros aspectos, como administrativos, económicos, financieros, entre

83
otros, debiéndose tener en cuenta lo señalado en el acápite 2 del numeral
6.5.2 en el caso de bienes.
En el caso de procesos convocados bajo alguna de las modalidades de
ejecución contractual, los consorciados deben identificar quien asume las
obligaciones referidas a la ejecución de obras y a la elaboración del
expediente técnico, según corresponda.

e) El porcentaje de las obligaciones de cada uno de los integrantes:

Los consorciados deben valorizar sus obligaciones, estén o no referidas


directamente al objeto de la contratación. Como consecuencia de ello,
indicarán el porcentaje que representa dicha valorización respecto del
monto de la propuesta económica. Dicho porcentaje debe ser expresado
en número entero, sin decimales.

El incumplimiento del contenido mínimo en la promesa formal de


consorcio no es subsanable.

84
ANEXO 3

Modelo de promesa formal de Consorcio aprobado por el Organismo


Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE).

85

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