Professional Documents
Culture Documents
Esa decisión que aborta, en cierto modo, el devenir del proceso ha determinado que
parte de la doctrina considere el desistimiento como una crisis procesal o forma
anormal de terminación del procedimiento, por contraposición a la que puede
considerarse como forma normal de terminación, que es el dictado de la
correspondiente sentencia sobre el fondo del asunto, una vez celebrado el juicio
entre las partes litigantes. En verdad, lo que sucede es que al exteriorizarse
anticipadamente la voluntad de terminar el proceso resulta innecesaria la
continuación del mismo hasta el dictado de la sentencia.
Ello implica que para cualquier efecto legal los derechos que fueron objeto de
reclamo en ese proceso judicial se consideran inexistentes, motivo por el cual,
posteriormente no se podrá presentar una nueva demanda buscando su
reconocimiento en la vía judicial.
Normalmente los demandantes llevan a cabo este tipo de actos procesales después
de haber llevado a cabo una negociación con su contraparte procesal, en este caso,
sus empleadores o ex empleadores, quienes se comprometen a efectuar
determinados pagos a su favor para que den por concluido el proceso judicial
mediante una declaración de inexistencia de adeudos o de derechos impagos.
En este punto se han presentado diversos problemas, pues a veces los jueces no
realizan un debido análisis sobre los derechos objeto de desistimiento y únicamente
se limitan a revisar si se cumplen con los requisitos formales para llevar a cabo este
acto. Ello puede traer como consecuencia que los demandantes posteriormente
traten de dejar sin efecto estos actos de disposición, ya sea en el mismo proceso
judicial (desistimiento del desistimiento) o a través de la interposición de nuevas
demandas (nulidad de la resolución que aprueba el desistimiento), con la finalidad
de que los derechos objeto de reclamo nuevamente puedan ser analizados en la
vía judicial.
También se presentan supuestos en los que, si bien el juez efectúo un debido
análisis del caso y determinó que los derechos objeto de desistimiento no son de
carácter irrenunciable, los demandantes solicitan se deje sin efecto esta
declaración, alegando que fueron obligados o coaccionados por el empleador para
llevar a cabo este acto de disposición.
Sobre este último punto, es importante resaltar que llevar a cabo el desistimiento
implica no solo la presentación de un escrito debidamente motivado, sino también,
la legalización de la firma del demandante ante el secretario del juzgado, motivo por
el cual, nos parece poco sostenible que se pueda alegar que existió “coacción” para
llevar este tipo de actos de disposición.
Pese a ello, tomando en cuenta que a nivel procesal es importante que se pueda
apreciar que existe una declaración válida del demandante tendiente a dar por
resuelto el conflicto con la empresa, consideramos que lo más saludable es llevar
cabo conciliaciones ante el mismo juzgado, de manera tal que no pueda existir duda
respecto a la voluntad del demandante de tener por solucionado el conflicto.
La Nueva Ley Procesal del Trabajo también regula este tema en el artículo 30°, en
donde se señala que además del deber del juez de verificar el respeto al principio
de irrenunciabilidad de derechos, esta decisión debe ser adoptada por el titular de
derecho (trabajador o ex trabajador) con la participación de su abogado.