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Ven Espíritu Santo; Tú, el Dios poderoso que liberas, que sanas; baja en
plenitud y poder sobre mí y ven a derribar, ven a aniquilar todas las fuerzas del
mal que están en mí.
Ven, Espíritu de Yahweh Sabaoth, desciende sobre mí, que todo demonio,
todo espíritu malo que está en mí sea vencido, destruido. Está escrito en
Hebreo 12:29 - Porque nuestro Dios es un fuego consumidor. Que el fuego del
Espíritu Santo descienda sobre mí, y que cada demonio, todo espíritu malo que
está en mí, sea consumido, devorado. Que las llamas del fuego del Espíritu
Santo los aniquilen.
En el nombre de Jesucristo, rompo todos los lazos, todas las cadenas que el
enemigo me ha puesto.
Señor, líbrame y seré liberado, cúrame y seré sanado, porque tú eres toda mi
gloria. Jeremías 17 (14), Señor, que tu bendición de sanidad descienda sobre
mí, y pueda ser sanado de todas las enfermedades causadas por demonios.
Por el poderoso poder del santo Nombre de Jesucristo, y por los méritos de
su flagelación, de su corona de espinas, de sus manos y de sus pies traspasados,
de su Cruz victoriosa, de su sangre derramada por mí, de su muerte en la cruz
y su resurrección, les ordeno demonios, espíritus malignos, que salgan de mi
cuerpo de forma inmediata e incondicional.
¡En el Nombre de Jesucristo, demonio sales, y yo te envío al pie de la Cruz de
Jesucristo que se deshará de ti, como lo considere oportuno! ¡Por el poder y la
autoridad del único Dios, del Dios Supremo, les ordeno demonios, salgan de mi
cuerpo y vuelvan a lugares áridos y secos en el nombre de Jesús, ¡Por el poder
de Yahweh Sabaoth, demonios, espíritus malignos, sales! La diestra de Yahweh
Sabaoth es exaltada, y las hazañas, la diestra de Jehová se levanta,... Mi
liberación se ha cumplido. Gracias Señor, ¡Aleluya!
Por el gran poder del Santo Nombre de Jesucristo que es Señor, cierro todas las
puertas que abrí al enemigo, las cierro, las sello con la Sangre de Jesucristo.