Fundamentos

1-La necesidad de una nueva ley de protección del patrimonio arqueológico y

paleontológico nace en virtud de los cambios que ha acaecido, en una mejor reglamentación
y salvaguarda del patrimonio cultural de nuestra provincia.

2-La provincia de Catamarca se distingue por ser un lugar importante donde han quedado
testimonios materiales del pasado indígena y paleontológico, el cual muchas veces ha sido
saqueado, vendido, vapuleado y negado.

3- La ley 4218/1984 que reglamenta la protección del patrimonio arqueológico de la

provincia ha quedado desactualizada e inhábil para los tiempos que vivimos por los
siguientes motivos:

a) El artículo 7° de la Declaración Universal de la Diversidad Cultural (2001)

considera al patrimonio cultural como una fuente de creatividad, al indicar que toda
obra tiene sus orígenes en las tradiciones culturales y se desarrolla plenamente en
contacto con otras culturas. Por ello señala el patrimonio cultural en todas sus
formas debe ser preservado, realzado, transmitido a las generaciones futuras, como
testimonio de las experiencias y las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la
creatividad en toda su diversidad e inspirar un verdadero diálogo entre las culturas.
b) En el año 2003 se sancionó la ley nacional N° 25.743 de protección del patrimonio
arqueológico y paleontológico, dicha ley representó un avance reglamentando las
concesiones de los objetos arqueológicos y paleontológicos, como también la
creación del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano.
Otorgando un marco jurídico de base que permitiría a las provincias tener un
fundamento en dicha materia.
c) Hacia el año 2015, la Señora Presidente Cristina Fernández de Kirchner sanciona la
ley nacional N° 25.517 de restitución de restos mortales a las comunidades
indígenas, dicha ley es un reconocimiento a la identidad de los pueblos originarios,
no como parte de un patrimonio pasado, sino como parte de nuestra presente y fruto
de la diversidad cultural tantas veces negada.
d) La ley provincial 4218/1984 no reglamenta la protección del patrimonio
paleontológico, por lo que dicha materia queda sujeta a la aplicación de leyes
 análogas y normativas nacionales. Siendo menester que dichos objetos, testimonios
de los organismos vivientes y geológicos patrimonio del pueblo de la provincia, son
recursos que nos permiten comprender el territorio que vivimos y la memoria del
lugar que habitamos.
e) A su vez la Ley 4218/1984 no está sujeta a los nuevos cambios de paradigmas ya no
centrados en el coleccionismo de los objetos, ni en monumentalismo, enclaustrados
en fabulosos objetos del pasado, sino en las áreas y sitios arqueológicos (objetos
inmuebles) que remiten a la cotidianeidad y la vida de los pueblos prehispánicos,
que siguen presentes ya sea en nuestra sangre como descendientes o como rastros en
nuestras costumbres y tradiciones.

4- Mucho se ha hablado de la posibilidad del turismo arqueológico en la provincia, pero

para que haya un desarrollo turístico adecuado debemos preguntarnos ¿Qué clase de
turismo queremos? ¿Qué tenemos como catamarqueños para ofrecer en términos de
identidad y singularidad al resto del mundo? ¿Cómo deseamos ser conocidos? Y más
importante: ¿Cómo cuidamos lo que es nuestro?

4- La discusión de esta nueva ley, está abierta a todos los organismos pertinentes en las
materias, como sujetos involucrados; busca la armonía con la normativa nacional vigente,
como también reconoce el derecho a la identidad de las comunidades indígenas
catamarqueñas, no como representantes de un pasado o un origen primigenio, sino parte de
nuestro presente y futuro, el cual será en aras de la diversidad y pluralidad que nos
caracteriza.

5- No debemos olvidar el Artículo 110 de nuestra Constitución Provincial, inciso 19. El

cual reza: “Corresponde al Poder Legislativo: legislar sobre preservación y protección del
patrimonio arqueológico, arquitectónico y documental de la provincia”.

6-Para terminar sostengo que el Patrimonio es la herencia que se transmite a las

generaciones, parte de nuestra memoria, es el legado que nos permite tener la noción
certera del paso del tiempo, de hechos y objetos que perduran, es el entendimiento de ese
pasado que se hace presente, porque todo aquello que no se valora se olvida.