Abstinencia de Facebook y whatsapp en la era de las
comunicaciones
La era de las comunicaciones -porque indudablemente se
llamará así en todos los libros de historia de 100 años más (si es que aún existen)- se ha caracterizado por las ansias desmedidas por la inmediatez, el egocentrismo y con estos dos atributos, la falta de empatía y conciencia social. Me estoy refiriendo a la mayor parte de mis conocidos, por cierto, “que no son ni tantos tampoco”, pero lo suficiente como para hacer un estudio relativamente serio de las condiciones actuales de la sociedad en que vivimos. Cuando digo serio, pienso en lo verificable que serán todas mis palabras, para cualquier lector contemporáneo, que a continuación paso a redactar. Un día normal en cualquier vagón del metro de Santiago, a cualquier hora del día, se ofrece de la siguiente manera: Personas oyendo música, y muchos con el celular en la mano. Ya mencionando sólo estos dos actos totalmente cotidianos en la vida de un Santiaguino común y corriente, me permite decir con total autoridad que no estamos entendiendo nada (irónicamente me incluyo). Movilizarse es uno de los actos del cotidiano que seguramente más tiempo nos consume. En mi caso- por citar uno- tardo en llegar a la escuela 1 a 1:30hrs, más lo mismo de vuelta, da un total de 2 a 3 hrs diarias sólo para llegar a mi casa de estudios, es decir, entre un 8,3% a un 12,5% del día completo, descontando las horas de sueño, que por lo generalmente pretenden ser 8, nos ocupa entre un 12,5% a un 18.75% de las horas productivas del día… , dicho en otras palabras, casi un quinto del día productivo, entendiendo productivo por el acto de no estar dormido, es decir, consciente (es decir), pensando lo que me da la gana. Todos estos cálculos sin adherir los tiempos de traslados a otras partes como ir de compras, de viaje, etc… pues de ser así, esas cifras fácilmente llegarían al 25% del día productivo. Personas como yo las hay por montones. Pero para no pecar de exclusivismo, escribiré también de aquellas personas que no demoran tanto en llegar a sus destinos diarios, hasta ni siquiera tienen que salir de casa, cuyo tiempo estimado de viaje, al menos de la mañana, lo emplea en dormir (llamaré a este acto como el real tiempo de descanso). Si viajar fuera considerado un lujo, como lo era hace décadas donde sólo viajaban los más adinerados en tren o carrocerías, de seguro se valoraría aquél tiempo, pero no es ese el tema en cuestión, a valoración del tiempo ni mucho menos a decir qué cosas no se debieran hacer en aquél tiempo. Lo que para mí no dejará de ser asunto, es el hecho de viajar en comunidad. Esta comunidad tiene un nombre que para mi gusto, hoy le queda grande Para muchos pensar en desconectarse de estos dos grandes titanes de la contemporaneidad es retroceder 15 años, significa invalidar los avances y las nuevas “oportunidades” que las tecnologías nos brindan… como si fueran un regalo sólo por el hecho de vivir hoy, aquí y ahora. ¿acaso no sabe que las empresas nunca hacen nada por ud?