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4.

El Método de investigación en bioética

Nos parece necesario proponer un método que definimos como triangular, es decir, que se establece
mediante un examen que tiene tres puntos de enlace.

Ante todo, se requiere la exposición del hecho biomédico comprobando científicamente su consistencia
y exactitud; por ejemplo, la posibilidad de proceder a la recombinación del ADN o a la fecundación
humana in vitro: y éste es el punto A del triángulo.

Del examen de este pto se debe pasar a la profundización del significado antropológico, es decir, a
analizar esos valores que están en juego en relación con la vida, con la integridad y la dignidad de la
persona humana: éste es el vértice B, el punto de síntesis más propiamente filosófico.

A partir de este examen se podrá determinar qué valores hay que defender y cómo se deben regular la
acción y los agentes en el plano individual y social: principios y normas de conducta que deberán ser
referidos a ese punto central constituido por el valor-persona y por los valores que se encuentran en la
persona para ser armónicamente jerarquizados (la vida, la salud, la responsabilidad personal, etc.).

La solución de tales problemas éticos deberá buscarse en relación con los conceptos y los valores
fundamentales de la persona humana: a este punto se remite la filosofía del hombre en su conjunto. Y
este es el punto C de nuestro método triangular.

Por esta razón, se impone la confrontación con la antropología de referencia de manera dinámica y
constante: los descubrimientos científicos y las aplicaciones tecnológicas abren continuamente nuevas
posibilidades y nuevas conquistas; y esta evolución repercute continuamente en la evolución social y en
la adecuación jurídica de la sociedad.

La antropología ofrece un criterio de discriminación entre lo que es técnica y científicamente posible y


lo que es lícito éticamente; ofrece también un criterio de juicio entre lo que está legalmente sancionado
por las mayorías políticas, y lo que es lícito y benéfico para el bien del hombre.

Los valores fundamentales de la persona deberán ser protegidos no sólo moral, sino también
legalmente; no son los llamados valores humanos sobre los que las cortes internacionales y las
constituciones nacionales deben pronunciarse. Aquí se plantea el problema de la relación entre ética y
derecho, entre ley moral y ley civil.

Los dos polos sobre los que se funda la bioética personalista son el personalismo y la teología de raíz
aristotélico-tomista (referencia metafísica).

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