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De Nuremberg a Bagdad
Danilo Zolo
Edhasa, Buenos Aires, 2007, 205 páginas.
Soledad I. Castro
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Revista SAAP . Vol. 3, Nº 3
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Reseñas
guerra, engarzada en un análisis de ins- acepta el uso del término “imperio” para
piración schmittiana. En su acertada hacer referencia a la creciente hegemo-
opinión, la criminalización de la guerra nía económica, política y militar de Es-
de agresión no ha podido limitar y, me- tados Unidos, que puede ignorar siste-
nos aún, impedir el recurso a la fuerza. máticamente al derecho internacional,
En algunos casos, según explica en en especial el derecho de guerra y la
el segundo capítulo, las grandes poten- prohibición de agresión. A la vez, resu-
cias han enmascarado sus guerras de miendo una noción schmittiana, el im-
agresión como “intervenciones humani- perio puede moldear sus guerras. Así,
tarias para la protección de los derechos las guerras modernas viabilizan el desa-
humanos”. Éstas formalizan la confron- rrollo de los procesos de mundializa-
tación entre el particularismo que ema- ción y preservan los mecanismos de dis-
na del principio de soberanía de los tribución internacional de la riqueza.
estados y el universalismo de la defensa Consecuentemente, la guerra actual es
internacional de los derechos humanos. global y, en cierto modo, globalizadora.
Zolo cuestiona la validez jurídica del Las grandes potencias también han
“derecho-deber a intervenir” y de la “res- buscado justificar sus guerras de agre-
ponsabilidad de proteger”. En su opi- sión presentándolas como “guerras pre-
nión, la legitimación de la guerra hu- ventivas contra el terrorismo global”. Por
manitaria equivale a la negación de los ello, en el anteúltimo capítulo, el autor
derechos básicos del hombre, comen- alerta sobre las implicancias de ciertas
zando por el elemental derecho a la definiciones y usos del concepto de “te-
vida. El tercer capítulo se consagra al rrorismo”. Parece preocuparlo el uso
cuestionamiento a algunos argumentos sugestivo, peligrosamente arbitrario y
“liberales” en favor de las intervencio- exclusivamente político, del mote de
nes “humanitarias”. “terrorista”. En ese sentido, alude a las
El capítulo siguiente se inicia con tendenciosas confusiones que llevaron
un estudio sobre la guerra antigua don- a considerar “terrorista” la lucha por la
de se abordan distintas doctrinas de liberación y autodeterminación de algu-
guerra, como la santa (hebraica), la jus- nos pueblos, como fue el prototípico
ta (católica) y la islámica. Esta arqueolo- caso palestino, que evidentemente pre-
gía de la guerra tiene por objeto rastrear ocupa al autor, para quien se han en-
algunos elementos premodernos pre- sombrecido las diferencias que solían
sentes en las nuevas guerras, como por distinguir a la guerra del terrorismo. En
ejemplo el uso preventivo de la fuerza, su visión, las guerras humanitarias y/o
la posibilidad de argüir “justa causa” y preventivas, son, también, guerras terro-
la manipulación del derecho humani- ristas.
tario para desproteger jurídicamente al En el capítulo final Zolo retorna a
enemigo. la cuestión de la justicia internacional y
En el quinto capítulo el autor se profundiza la elaboración de su tesis
sumerge en las aguas turbulentas del central. Reconstruye primero el conjunto
debate sobre la cuestión del “imperio” de los argumentos principales de los
con el fin de anudarlo a su estudio acer- “globalistas judiciales”, es decir, aque-
ca de la etiología de la nueva guerra glo- llos que aprueban el desarrollo que ha
bal. Con cautela teórica y terminológi- tenido la justicia penal internacional.
ca, y sin abandonar una mirada crítica, Ellos destacan la adaptación del dere-
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